COMPRO TU AMOR

Acto 22

La cuenta del tiempo ya la había perdido desde hace tiempo, en parte por la paz y por que se obligaba a pensar en cosas más triviales para alejar sus pensamientos de lo que había perdido: el amor de Duo.

Los días se habían convertido en semanas y estas en meses... se había decidido a olvidar por completo el pasado, después de todo tenia la certeza y seguridad de que Duo era ya feliz ¿y no es eso lo que siempre deseo para el chico de ojos amatista?... sí, solo deseo la felicidad de él, pero ahora ya era tiempo de detenerse a pensar en su felicidad propia.

Hilde había sido recibida sin mayor problema por su madre después de que le explico la situación y ahora entre ambos se encargaban de mantener la casa con diferente empleos que obtenían, humildes y no muy bien remunerados, pero dinero era dinero al fin de cuentas.

Aunque ese asunto de Hilde en verdad aun le molestaba un poco, no, mentira, no le molestaba, le hacia sentir un tanto culpable, pues sí, la chica le había dicho que solo quería estar a su lado, mas sin embargo él consideraba que así solo se hacía daño Hilde, si el sabría como era estar con la persona amada y ver que esta no te corresponde, por lo tanto esa culpabilidad no se la podía sacar de la cabeza.

Estaba terminando de fumar un cigarrillo en el patio de la casa cuando se acerco Hilde, sentándose a un lado de él en silencio, la chica se miraba las manos, jugueteado con estas. –La cena estará pronto- dijo al final.

Gracias por avisarme..- contesto Wufei después de darle otra bocanada al cigarrillo.

Wufei...-

Dime...-

Te llego esto..- dijo tendiéndole una carta, había estado tan dudosa de entregársela o no, había llegado por la mañana y hasta ahora se había tomado el valor para dársela.

.-¿por qué no me la habías dado?- pregunto tomándola, dudaba que hubiera llegado en ese momento.

La trajo un militar..y pensé que eran malas noticias y...-

Y si así fuera no entregármela a tiempo empeoraría las cosas- la quiso medio regañar.

Perdona Wufei..-

Ya.. no importa...- dijo suspirando y tirando el resto del cigarrillo para abrir la carta, su mirada se perdió por un rato en el papel leyendo lo que decía, al final esbozo una sonrisa de total alivio. .-puedo volver.. ja.. puedo volver..- fue lo único que alcanzo a decir.

¿volver..?- pregunto curiosa Hilde.

Sí!...quitaron esa acusación falsa, puedo volver a mi base...- estaba tan aliviado y contento con la noticia que no se le ocurrió siquiera pensar en como o por que había sido quitada la acusación.

Oh.. que bueno!..- contesto Hilde también sonriendo –La señora Natalia se pondrá muy contenta... podrán irse a vivir a tu antiguo pueblo...-

Podremos..- la corrigió Wufei –mi madre me abandonaría a mi antes de dejarte a ti sola...- y en cierta forma era verdad, sabia que su madre se había encariñado mucho con Hilde, inclusive en ocasiones tuvo que soportar la pregunta que el mismo se hacia cada día, hecha por su madre "¿por qué no te enamoras de ella?"... simplemente por que en el corazón no se mandaba, solo por eso.

Me gustara conocer el pueblo donde creciste...- contesto la chica perdiendo la mirada en el cielo que ya se tornaba rojizo debido al ocaso. –Wufei... ¿cuando me dirás el secreto..?- pregunto sin darle la cara a Wufei.

¿Pero que dices?.. si ya conoces bastante bien mis secretos...-

No, no es verdad..- contesto bajando la mirada al suelo –no se cual es el secreto para poder enamorarte- dijo con voz calmada y sus mejillas coloreándose de carmín.

El chico miró a la niña, hacia mucho que Hilde no había tocado el tema de que correspondiera a su amor, y sin embargo, ahí lo dijo. –Hil...-

No.. déjalo.. -le dijo haciendo un mohín con su mano de detener la conversación, se levanto y se fue acercando lentamente hacia Wufei, recargando su frente en el pecho de este. –yo se que no me amas y que solo te pedí me permitieras quedarme a tu lado, pero.. es difícil...- su voz era casi un susurro.. Wufei acaricio el cabello de Hilde.

No se si te pueda amar... pero te tengo cariño Hilde.. eso.. ¿podrías aceptar eso por ahora?- pregunto casi sin querer hacerlo, es que eso era algo muy egoísta de su parte... pero esperaba que con el tiempo ese cariño se convirtiera en amor, realmente lo quería.

La chica solo lo rodeo con sus brazos y sintió que la cabeza de la chica se movía en una afirmativa –para mi.. eso es una esperanza- escucho la voz ahogada de Hilde.

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Relena había esperado con ansias la llegada de Heero, no era tan tonta, quería ver con sus propios ojos si aquellas cosas dichas por Traize eran verdad antes de realizar cualquier acción en contra de su señor, por que, siempre había la posibilidad de que todo fuera mentira ¿cierto?.

Es decir en los últimos meses el señor Heero solo había a la Hacienda esporádicamente, ni siquiera se detenía a preguntarle nada.. bueno mentira por los asuntos de la Hacienda si le preguntaba pero solo eso.

Cuando vio el carruaje de Heero adentrarse a la Hacienda se alegro sobremanera, pero pronto la sonrisa se desvaneció de su rostro al ver que había llegado en compañía de "Di" y que ambos sonreían como un par de idiotas enamorados.. apretó los puños con fuerza mientras ahora una sonrisa totalmente hipócrita acompañaba a su saludo a los patrones.

Relena... ¿cómo estas?- le pregunto con una sonrisa mientras entraba y la "señora " Di se apoyaba de su brazo, Relena le mando una mirada de esas que casi asesinan, aunque esta se la devolvió de igual forma.

Solo tenia que encontrar un momento a solas con el señor Heero, y comprobar la verdadera naturaleza de "Di" para quitarse cualquier duda.

Lo de Di no fue difícil, ya no estando la chiquilla entrometida llamada Hilde, ella era la que se encargaba de llevar el control en la casa, y en una de esas veces en que la "señora" ordenó el agua para bañarse espero a que este estuviera listo, para después ir tan lenta y silenciosamente tal y como una víbora se deslizaría hasta su presa a la puerta del baño, abriéndola lo suficiente para mirar...

Apenas si pudo alejarse de ahí sin hacer ruido cuando comprobó todo.. pero no.. no podía ser... tal vez.. y su señor Heero... no, ¿para que se mentía?... ni así se iba la maldita humillación... despreciada por Heero para irse con un hombre, un hombre le había ganado a Heero.. eso no se podía quedar así.

Tenia que aclarar todo con Heero, mas no hallaba oportunidad pues nunca lo encontraba solo, siempre estaba con "Di" o con esos invitados amigos suyos, no encontraba ninguna oportunidad.

Mas esa oportunidad la encontró una tarde en que los invitados y la "señora" Di, se fueron a pasear, Heero se había quedado por que tenia que hacer el inventario de las cosas que necesitaría reabastecer para la clínica.

Entro a su despacho con una carita inocente –¿señor Heero?- la voz también la hacia falsamente inocente.

Dime- contesto este sin despegar la vista del papel en el que estaba haciendo unas cuentas.

Yo quería saber... ¿por qué usted perdono a la señora..?-

En ese momento Heero levanto la vista, endureciendo la mirada tanto como pudo hacerlo. –no había querido tocar el tema pensando que lo olvidarías... pero Relena.. será mejor que te vayas metiendo en tus propios asuntos...-

Yo.. ¡¡yo solo me preocupo por usted!...-

No Relena... tu lo que quieres es que Di se vaya por que así crees que me tendrás.. pero te digo desde este momento... no te amo... te estimo cosas tan diferentes y apartadas una de la otra... me atrevería a decir que ni un poco de cariño te tengo...- Heero vio como el labio inferior de Relena se movía al tratar de controlar el llanto.

Yo solo estoy aquí por ti...- le dijo mirándolo con rabia y las lagrimas por el mismo enojo que sentía brotaron de sus ojos.

Pues esa no debería ser razón... si gustas marcharte te daré la compensación necesaria para que puedes vivir hasta que encuentres otro empleo...-

No entiendes que yo daría todo por ti!..-

Heero no quito esa mirada dura y negó lentamente con la cabeza –así como tu no entiendes que nunca te amaré-

Se guardó las ganas de gritarle, se guardo las ganas de decirle que prefería estar con un hombre que con una verdadera mujer, se guardo todo eso por que no lo quería alertar de que ella ya sabia todo aquel nefasto secreto.

Bien.. te daré gusto.. me marchare...- dijo tratando de no apretar los dientes, y esa misma tarde se marcho de la Hacienda, encontrando a Traize en el pueblo, en la dirección que le había dicho lo encontraría si deseaba hacer sus planes realidad.

Traize solo sonrió al verla entrar y se acerco a abrazarla por la cintura dispuesto a darle un beso mas esta le puso el dedo índice en los labios –no... no hasta que lo vea muerto.- dijo mostrando con su voz y sus ojos todo el rencor que sentía por Heero Yuy en esos momentos.

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La vida en la Hacienda era mucho mas tranquila que en la ciudad, lo comprobó Quatre, llevaban ahí alrededor de un mes, inclusive la nana Abbot se veía mas a gusto y contenta en aquel lugar, pues decía que a la pequeña Mariana le ayudaba mucho la comida tan fresca y el aire de campo.

Aunque bien, a Quatre le había divertido sobremanera las miradas que le echaba la nana Abbot a Trowa, sospechaba que era por que el administrador no le agradaba, pero esperaba equivocarse. Mas una tarde de esas, Trowa y Quatre descubrieron la verdadera razón de aquellas miradas hacia el de ojos verdes.

Serian casi las cinco de la tarde, Quatre estaba terminando de bañar con ayuda de Duo a Mariana, el era su padre y debía de hacerse cargo de ella, además de que le parecía algo descortés dejarle todo el trabajo a la nana Abbot, que sin duda ya estaba entrada en años como para cargarla con tanto trabajo.

Justo Trowa acababa de llegar cuando fue prácticamente acorralado por la nana en el recibidor.

Joven Trowa quiero hablar con usted- le dijo con semblante serio, ante la perpleja mirada de Trowa. –quiero hablar de usted y el niño Quatre...- bueno, de niño Quatre ya no tenia nada, pero bien, había visto crecer a la niña Dorothy y al niño Quatre juntos y para ella era casi un hijo también, así como lo había sido Dorothy y sin duda lo sería Mariana.

Aunque para Trowa esas palabras lo hicieron quedarse de piedra ¿es que acaso creía que todo iba a marchar sobre ruedas en la relación con Quatre? Sí, lo creyó, pero bueno, era mejor aclararle a la nana Abbot que el amor entre dos personas del mismo sexo no era cuestión de escandalizarse, y de paso decirle que ni él ni Quatre arderían en las llamas del infierno por eso.

Así estaba el administrador preparando su discurso por cualquier cosa que le pudiera decir cuando le llegó a los oídos una pregunta que nunca de los nuncas, que en su largo catalogo de posibles respuesta que había pensado para las posibles preguntas de la señora, se espero que le hicieran.

¿Cuáles son intenciones para con el niño Quatre?- le había preguntado la anciana a un boquiabierto Trowa, quien en cuanto se dio cuenta de la cara de sorpresa que debió poner tosió un poco, se arreglo el nudo de la corbata en un intento de verse mas formal y dejar de sentirse como un mocoso de dieciséis años que esta frente al padre de la novia invitándola a dar una vuelta por la plaza, la miro disponiéndose a dar una respuesta.

Muy serias... se que por cuestiones sociales no podremos casarnos, pero respetarlo y amarlo será lo que haré por el resto de mi vida- contesto, curiosamente sentía la boca tan reseca... lo que hacen los nervios involuntarios.

Para su muy, muy gran alivio la señora solo sonrió y le coloco una mano en el hombro –bueno, al fin de cuentas eso es lo que representa el matrimonio, hijo- aunque después de decir aquellas palabras puso una cara seria –pero le advierto que no haga sufrir al niño... si es que no se quiere atener a las consecuencias... y no hablo por mi, si no por el niño, tiene un carácter algo... especial- le dijo la nana mientras movía la cabeza de arriba a abajo y murmuraba lentamente "si lo sabré yo.. sí, sí.. mi niño es especial" y se alejo sin mas.

Claro que Quatre estallo en carcajadas cuando Trowa le menciono aquello, es que no podía creer que la nana Abbot le dijera aquello.

No es para reírse, Quatre...- le dijo fingiendo molestia Trowa.

Vamos.. es que... bueno sabia yo que se daba cuenta de lo que pasaba entre nosotros.. pero nunca imagine que te lo dijera cara a cara...- le contesto cuando pudo dejar de reír el rubio.

Quatre..-

Ya, ya.. no te enojes, que te pones viejito..- le dijo quitándose las lagrimas de los ojos provocadas por la risa.

Quatre estaba muy contento por que bien, el se esperaba francamente una reacción como la que se había esperado Trowa, pero se alegro que la nana solo se preocupara por verlo feliz... sin duda ahora quería mas a esa señora.

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Trowa no podía estar todo el tiempo al lado de Quatre, es decir tenia obligaciones y trabajo, puesto que el periodo que había pedido para ir a visitar a su hermana había terminado.

Así mismo Heero también estaba en la tarde y parte de la mañana en la clínica lo cual dejaba a Duo y a Quatre un buen rato solos, y considerando que a Mariana le gustaba tomar la siesta eso resumía una tarde bastante tranquila.

Ese día a la hora del té Duo lucia especialmente contento. –¿y esa sonrisa de arlequín?¿Qué te tiene tan feliz?- pregunto Quatre antes de beber de su taza.

Pues... todo...- dijo suspirando, y recordando que tenia muchísimas razones para estar feliz, y las que ocupaban los primeros lugares eran que la víbora güera se había ido, y sobretodo que Heero lo quería mucho –¿seria muy arrogante decir que todo en mi vida es perfecto?-

No...- le contesto Quatre sonriendo –de hecho te diría que te lo mereces...-

Duo solo tomo de su té un poco sonrojado –bueno... tu también te ves feliz...-

Ahora fue turno de Quatre de sonrojarse –si... yo también estoy a gusto con mi vida por ahora..- dijo, dejo la taza sobre el pequeño plato como si pensara algo –Duo, ¿puedo preguntarte algo...?-

¿Eh?...¡si!-

Pero tras un largo, larguísimo tiempo en que Quatre solo miro el contenido de su taza, Duo tuvo que decirle -¿me vas a preguntar o no?-

Quatre para ocultar un poco el sonrojo de sus mejillas volvió a tomar la taza y llevársela a los labios –mejor no... es.. muy personal preguntarte eso...-

Anda..- dijo Duo entre una carcajada. –si mi vida es un libro abierto para ti..-

Si.. pero no...- sentencio Quatre.

Como desees- contesto Duo tomando de la taza.

Trató de no mirar a Duo y concentrarse en su pedazo de pastel de fresas que tenia al frente, y sin pensar mucho lo que estaba diciendo pregunto -¿te dolió mucho la primera vez..?-

Duo casi se ahoga al escuchar eso y se puso tan rojo como la fresa que se había llevado a la boca - ¿q..que?-

¿Lo ves? Te dije que era demasiado personal..- dijo Quatre cada vez más rojo y hundiéndose todo lo que podía, que a decir verdad no era tanto en su asiento.

Es que.. no es por que sea demasiado personal...- contestó Duo tomando otra fresa y mordiéndole el cachito que contenía betún, aparentando estar muy concentrado en esa tarea –si no que digamos que no soy la persona correcta para decirte eso... es que... mi primera vez no fue tan... – pero se calló al no encontrar la palabra adecuada para referirse sobre esa noche en particular.

Quatre miro a Duo entre intrigado y preocupado, la verdad es que el no conocía nada de lo que había pasado al enterarse Heero del secreto de Duo, sabia que tal vez Dorothy era a la única que le había contado el chico de ojos violetas, mas eso parecía haber pasado hace tanto tiempo... –Duo.. –

Oh, pero estoy seguro de que si Trowa es tierno contigo no te dolerá...- anuncio con voz alegre y moviendo el dedo índice –ó si tu eres tierno con el... no sé... - dijo poniéndose rojo y jugando con la pobre fresa mordida rodándola por el mantel, ensuciándolo de paso...

Quatre solo se aclaro la garganta, claro que con la pregunta inicial a Duo, no había especificado nada.. pero bueno digamos que la respuesta de Duo le abrió otra duda más. -¿tú has sido tierno con Heero?-

El chico de ojos amatista solo junto los labios y le aventó la fresa como respuesta siendo esquivada por el rubio con gran maestría. –jajaja.. ¿eso es un sí?- pregunto Quatre haciéndole un poco de gracia todo aquel asunto.

Eso me pasa por ser buen amigo..- se quejo Duo haciendo berrinche, después miro tan atentamente a Quatre que de nuevo le hizo sonrojarse.

¿Qué pasa?-

Bien sabia yo que eras un lobito con piel de oveja...-

¿Eh?... no.. no digas eso, Tro..Trowa y yo ya llevamos meses de estar juntos y es normal que yo.. bueno es decir.. yo..-

Duo suspiro –yo también bromeaba- le dijo –tienes razón llevas tiempo de estar con Trowa y es normal que estés pensando eso, y además eso significa que lo amas...-

Quatre quien ya esta preparado para lanzar una fresa a Duo por hacerlo sonrojar se quedo con la mano en el aire al escuchar las ultimas palabras, Duo tenia razón en eso... tal vez, es que si no era amor por lo que quería estar íntimamente con Trowa entonces era simple deseo... eso era lo que no se había detenido a pensar, había estado tanto tiempo en su propio debate moral sobre hacerlo o no hacerlo que no se detuvo a pensar en por qué lo hacia...

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Voy a hacer como que no te escuche preguntarme eso...- murmuro Heero y siguió ordenando las vendas.

Heero...- le contesto Trowa en un tono no muy paciente que digamos.

Pues... como..- dijo después de toser para adquirir un tono serio de voz, después de todo como medico no debía de avergonzarse de esas cosas.. pero es que como no avergonzarse con semejante pregunta que le había llegado Trowa de repente "¿cómo le hago para que no le duela tanto a Quatre la primera vez?" -como medico te diría que uses un buen lubricante.. algún aceite o crema..- consiguió decir al fin.

Si bien... eso como medico.. ¿y como amigo?-

Pues.. es "prácticamente" igual que hacerlo con una mujer...- dijo revolviendo ahora unas cajas nervioso –solo... procura que Quatre este.. relajado...-

prácticamente igual que con una mujer..- repitió Trowa pensativo, Heero se levanto de las cajas que revolvía y lo miro.

no me dirás que te tengo que hacer un croquis para que sepas por donde va el asunto por que eres virgen...- le comento arqueando una ceja.

eso a ti que te importa..- le dijo mirándolo con no muy buenos ojos.

Por que si me vienes a preguntar, es por algo...- le dijo acercándose a el, le coloco ambas manos en los hombros. –Trowa, es hora de que hablemos de las flores y las abejitas...-

Muy gracioso!- le dijo levantándose de golpe, y vaya que tuvo suerte el doctor de no recibir un puñetazo acompañando a la frase de su amigo.

Ya bien.. hablando en serio... si tu estas planeando hacerlo con Quatre... ¿cómo estas tan seguro que el quiere?-

¡No lo quiero hacer hoy mismo!- le grito como respuesta –solo.. solo quiero estar preparado para cuando.. ejem... sea el momento..-

Pues cuando sea "el momento", procura que este relajado... suponiendo que tú serás el activo... y si no... estés tú relajado... porque ah sí que duele... - le dijo dándole una palmada de apoyo en el hombro.

Mucha información...- comentó Trowa viéndolo medio raro.

¿Querías consejos, no?

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Por la noche cuando llegaron Trowa y Heero juntos este de inmediato se fue a bañar, y extrañamente cada vez que Heero decía que se iba a bañar Duo se desaparecía y aparecían los dos al rato curiosamente ambos bañados...

La nana Abbot llevo a Mariana, que estaba próxima a cumplir el año, a la sala donde estaba Quatre mientras ella ordenaba todo para que sirvieran la cena. Y pese que la nana ya había puesto las cartas sobre la mesa a Trowa lo seguía viendo con una mirada que decía "cuidadito y le hace algo al niño Quatre".

jajajaja– Quatre no pudo aguantar la carcajada en cuanto la nana salió de la sala y se perdió de vista.

Trowa suspiro, era casi tener la mirada de la suegra encima de ti con esa señora.. pero bueno, tomo a Mariana en brazos paseándola por la sala, mientras que el de mirada color aqua le seguía cada movimiento.

Trowa se detuvo frente a un jarrón de flores de vivos colores moviéndolas para que Mariana las viera, la pequeña de inmediato tendió las manitas hacia una flor que fue sacada por Trowa mientras se la daba y le murmuraba cosas en un tono cariñoso.

Ahí los pensamientos de Quatre llegaron a una conclusión "sí, lo amo.. estoy enamorado de él y lo amo". Una flor se coloco frente a él sobresaltándolo un poco, pero sonrió al ver que era Mariana quien Trowa la había puesto cerca de él para que le entregara la flor, -papi, pa ti...- le dijo con su balbuceo infantil Mariana, Quatre tomo la flor y le acaricio la cabecita, mientras miraba con cariño al chico de ojos esmeralda.

Trowa esta noche... ¿podrías ir a mi habitación?- le pregunto tomando en brazos a Mariana pues esta le había tendido los bracitos.

Por un momento estuvo tentando a pellizcarse para ver si no había imaginado eso, pero la sonrisa de Quatre, esa sonrisa tan especial que el tenia le hizo detenerse.

La cena esta servida- anuncio una chica del servicio dejando en suspenso para ambos la respuesta para aquella petición.

Durante la cena Trowa miraba y miraba a Quatre, algo incrédulo, aunque bien... tal vez Quatre lo quería ver a solas por otra cosa... y el ya estaba haciendo ideas equivocadas de la situación.

Cuando la casa estuvo en relativa calma, Trowa, bastante nervioso por cierto, fue hasta la recamara de Quatre, sabia que Mariana dormía con la nana Abbot por que esta alegaba que así la podía atender mejor, y bueno eso era cierto.

Tocó no muy fuerte la puerta, Quatre suspiro en paz cuando comprobó que Trowa si había hecho caso a su petición, y es que si, ¿para que negarlo? Le había pasado por la cabeza que tal vez y Trowa no deseaba aun lo mismo que él.

Abrió la puerta dejando entrar a Trowa a la recamara que solo tenia por luz unas cuantas velas repartidas por la habitación. Trowa entro cerrando la puerta y quedándose a unos pasos de esta.

Quatre camino hasta el chico castaño, abrazándose con fuerza a él y aspirando la suave fragancia de su colonia. –Ha pasado mucho tiempo...- dijo Quatre rompiendo el silencio nocturno de la habitación.

¿A que te refieres?- pregunto abrazándolo también.

Ha que ya ha pasado mucho tiempo desde que empezamos a ser... pareja... desde esa noche de tormenta en que... yo te abrí mi corazón y tu lo recibiste en tus brazos... en un cálido abrazo como este que me das ahora...-

El administrador solo sonrió y beso el pelo de Quatre –si, el tiempo ha ido rápido...-

Y hoy estoy tan seguro de decirte que, te amo Trowa... – contesto Quatre sintiendo un poco de temblor en su cuerpo, era gracioso, se sentía como un chiquillo que declaraba su amor a alguna persona mayor que admirara.

Mas el rubio no esperó contestación de Trowa, alzo la mirada y tomo con sus manos el rostro del chico para besarlo, tranquilo, sin prisas, demostrándole cuan enamorado era que lo tenia. –además de que yo quiero que tu..- pero las palabras se cortaron en su garganta, sentía un poco de pena decir aquello de esa manera para su parecer tan directa, se separo del abrazo dándole la espalda a Trowa, quizás algo absurdo pues lo hizo con el fin de que no viera lo sonrojado que estaba, cosa imposible pues era poca la luz que había en la pieza.

Trowa río acercándosele de nuevo esta vez atrapándolo él en un nuevo abrazo por la espalda -¿quieres que?-

Que siempre estés conmigo– susurro el como respuesta.

Beso la oreja tiernamente para pasar después a besar la mejilla –te amo Quatre...- dijo con voz suave mientras sus manos viajaban a la camisa del abogado desabrochando con toda la paciencia del mundo botón por botón, y a cada botón desabrochado un beso era dado en el cuello del joven rubio.

El pecho desnudo de Quatre se agitó cuando el castaño paso por ahí sus dedos rozándolo, y sus labios no le daban tregua a los besos en su cuello, casi por instinto hecho la cabeza hacia atrás, recargándola en el hombro de Trowa, atrayendo con sus manos la cabeza de este para atrapar sus labios disfrutándolos y saboreándolos como antes no lo había hecho, formando anillos entre sus dedos con el fino cabello castaño del administrador.

La mano de Trowa no dejaba de acariciar su pecho, su abdomen, apretando con suavidad una de sus tetillas, mientras que la otra mano seguía su rumbo acariciando cada vez mas abajo, hasta que solo estuvo el pantalón como obstáculo para llegar hasta mas lejos, aunque solo fue obstáculo unos segundos pues el dueño de la mano no lo dudo ni un instante y la metió quedando entre la piel y la tela.

Se quedo un momento quieto esperando la reacción de Quatre, mas este no dejo de besarlo y acariciar su cabello, y un gemido salió de sus labios ahogados por los suyos propios que los besaban, gemido que se intensifico cuando el chico tomo el miembro semi-dormido del rubio comenzando a masajearlo lentamente.

La otra mano dejo de torturar a la tetilla para ir zafando poco a poco la camisa del rubio que era lo único que lo cubría, dando besos en el hombro conforme la prenda cedía. En cuanto la camisa cayo al suelo Quatre dio la vuelta sorpresivamente quedando frente a Trowa de nuevo.

Sonriendo lo tomo de la mano mientras sin voltearse caminaba hacia la cama, cayendo en ella sentado mas siendo acostado por Trowa casi al instante, tomando sus manos entrelazándolas con la suyas, besándolo con pasión y deseo en la boca, bajando hacia el cuello donde alternaba lamidas con besos.

Los suspiros de Quatre se convirtieron en pequeños gemidos cuando el chico comenzó a besar el pecho, lamiendo una tetilla aprisionándola con sus dientes después, apretando sin mucha fuerza para no lastimarlo.

Desentrelazó las manos para quitar el pantalón del rubio sin dejar de besar su pecho, deslizándolo junto a la prenda interior al suelo quitando también la ropa que faltaba, teniendo así por completo a su amado desnudo.

Acariciando con su mano la piel del muslo, recorriendo con gusto la tersa piel, sus besos siguieron bajando deteniéndose a pocos centímetros de la hombría de Quatre que estaba por completo despierta, al igual que su propio miembro que pedía salir de su prisión, pero no, el se encargaría de que Quatre disfrutara de ese momento por completo, además tenia mas deseo de seguir recorriendo esa piel con sus labios que de otra cosa en verdad, por el momento lo demás podía esperar.

Quatre dio un respingo cuando sintió el aliento de Trowa en esa parte, su respiración aumento cuando el joven siguió besándolo, pasando de largo su sexo, sus labios tocaron la ingle de Quatre, bajando hacia el muslo interior, abriendo un poco sus piernas para después regresar con lentitud y sin premura, no lo pensó dos veces y su lengua probó el sabor de la hombría de Quatre.

Tro... Trowa...-su nombre escapo de la boca del rubio entre un profundo gemido, su mano de nuevo se enlazo con su pelo acariciándolo con cariño.

Disfrutaba del sabor lamiendo desde la base hasta la punta dedicándose especialmente a esta ultima, y por supuesto escuchando detenidamente cada sonido que salía de la boca del rubio, que eran un indicador de que iba por buen camino al proporcionarle placer.

Volvió a tenderse sobre él, perdiéndose en los ojos aqua que ahora lo miraban siendo acompañadas por una tímida sonrisa, acaricio la mejilla que ahora estaba sonrojada dándole un aspecto difícil de describir ante los ojos de Trowa.

Las caricias que ahora recorrían cada línea de su cuerpo eran dulces y lo hacían vibrar, su cuerpo atento ante cada sensación que el tan solo toque de sentir los dedos de Trowa recorrer su desnuda piel le hacia sentir.

Ante cada suave caricia la temperatura de su cuerpo la sentía subir poco a poco, sus labios se unieron de nueva cuenta a los de Trowa, que lo besaba como nunca antes lo había hecho, combinando una especie desesperación, pasión y cariño.

El cuerpo del chico de ojos ya se encontraba incomodo ante la excitación y con la ropa puesta, se levanto hincando una rodilla sobre la cama para quitarse su ropa cuando las manos de Quatre lo empezaron a hacer por el, pronto cada prenda estuvo desprendida de su cuerpo, y amos cuerpos desnudos se encontraban abrazados acostados en la cama.

Llenando su rostro de pequeños besos, juntándose aun mas su menudo cuerpo, sintiendo la piel hacer contacto con su cuerpo, la manos de Quatre lo acariciaban provocándole unos escalofríos que le recorrían por completar la espina dorsal.

Lo tomo por la cintura colocándolo encima de él, sentándolo en su vientre y abrazándolo mientras su cara se perdía en su cuello, para susurrarle un te amo besándolo después. Sus dedos acariciaban su espalda y besaba sus hombros cuando Quatre tomo sus brazos conduciéndolos hasta su trasero diciendo con esta acción a Trowa que procediera.

Acaricio aquella parte como hasta ahora habían ocurrido las cosas, lentas y sin prisa alguna, disfrutando y por supuesto haciendo disfrutar a Quatre. Un dedo se detuvo frente a la entrada de Quatre, este noto que Trowa dudaba un poco y le susurro en la oreja –adelante...- palabra a la cual obedeció el administrador.

Quatre se quejo un poco, no por que doliera en si, si no era una sensación un tanto extraña e incomoda, Trowa mantuvo el dedo quieto hasta que sintió que el cuerpo del rubio se acostumbró a su presencia.

Mientras tanto el rubio besaba los labios de Trowa, saboreándolos, dedicándose primero al labio superior y después al inferior cuando sintió entrar un segundo dedo dentro de él, esta vez no se quejo mas si lo hizo al inicio de la entrada de un tercer dedo pues no había visto venir aquella acción.

Trowa sintió como la respiración de Quatre se pausó por un instante cuando hizo, saco de inmediato sus dedos, y pregunto con la mirada si se encontraba bien, este solo le sonrió volviendo a besarlo, pero Trowa lo detuvo por un instante, tomando la cara entre sus manos y mirándolo fijamente, sintiendo ambos la cálida respiración y aliento uno del otro.

Quatre le sonrió, acostándose de nueva cuenta al lado de él, esta vez boca abajo, Trowa lo entendió y se tendió encima de él, besando cada centímetro de su espalda, Quatre levanto un poco las caderas, quedando el miembro de Trowa muy cerca de su entrada, la cual ya se encontraba preparada.

Trowa comprendió y dirigió con su mano su hombría hacia la entrada, penetrándolo lentamente, esperando que se acostumbrara poco a poco.

Un gemido ahogado salió de la boca del joven abogado al sentir al intruso que se hacia cabida dentro de él, sus manos se apretaron en un puño que no fue deshecho hasta que sintió por fin todo el miembro de Trowa dentro de él.

La boca de Trowa besó su cuello y hombros mientras esperaba a que el cuerpo de Quatre no se relajara otro poco, cuando sucedió eso sus caderas se comenzaron a mover en un ritmo lento de vaivén.

El dolor inicial ya había pasado, siendo remplazado por una corriente eléctrica que recorría su cuerpo, a cada embestida un gemido de placer salía de su boca, algunas veces mezclado con el nombre del chico de ojos verdes.

No perdía la dedicación que le proporcionaba con besos a su cuello mientras su cuerpo se movía, y su mano viajaba a la entrepierna de Quatre, acariciando su hombría con el mismo ritmo en el que sus cuerpos se movían.

Tras un estremecimiento total de su cuerpo sintió el esperado orgasmo llegar a él, mojando con el cálido liquido la mano del administrador, quien después de un espasmo que recorrió su cuerpo también llego al clímax, regando su semilla en el interior de Quatre.

Su cálida y agitada respiración la sintió una vez mas en su cuello susurrándole cuanto era lo que lo quería, el solo sonrió mientras veía como Trowa después de salir de su interior se acostaba a su lado.

El se recostó junto a el después de darle un pequeño beso en los labios –te amo, Trowa- dijo por enésima vez esa noche.

El chico de ojos verdes sonrió y quito algo del cabello húmedo del sudor que caía en la frente de Quatre para besarlo aquí después –también te amo, mi querido Quatre...-

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Durante una semana mas todo en la Hacienda Yuy era felicidad pura, Heero esa tarde fue llamado por una emergencia en un lugar no muy apartado de ahí, acostumbrado a acudir a esas emergencias salió inmediatamente en uno de sus caballos.

Calculaba le faltaba menos de la mitad del camino para llegar cuando vio a una persona a lo lejos que al parecer esperaba a alguien, al acercarse mas y tener mejor visión de la persona detuvo el caballo al ver que esta le apuntaba con un rifle...

Traize..- fue lo que dijo al mirar al chico que ahora lo apuntaba.

Es bueno verte "cuñadito" ahora baja del caballo- le ordeno.

Heero tuvo el primer pensamiento de poner a galopar al caballo al máximo aunque inmediatamente supuso que Traize dispararía al caballo para evitar que huyera, o peor le daría en la espalda el tiro como el vil cobarde que era el mayor de los Maxwell. Bajo del caballo, intentando llevar su mano hacia donde ocultaba su pistola pero Traize tal vez adivino sus intenciones.

Ni se te ocurra por que te vuelo la cabeza ahora mismo.-

¿Qué quieres?...-

Oh.. tantas cosas...- le dijo indicándole con el rifle que caminara, Heero camino sin siquiera parpadear mirando a Traize, de reojo observo que tras de él se encontraba un risco.. y debajo de el se podía escuchar el río correr. –pero las principales..- siguió hablando Traize –es tu fortuna.-

¿Acaso piensas matar a Duo después de mi?- pregunto dando un paso hacia atrás.

Si no hace las cosas por las buenas.. tal vez... jajajaja- comenzó a reír –lo que son las cosas... tantos animales que he cazado en mi vida.. y ahora te estoy casando a ti-

Pues te diré que... yo no soy presa fácil de atrapar- le contesto Heero con voz calmada mientras en un muy rápido movimiento y sobre todo inesperado daba la vuelta dispuesto a dar un clavado hacia el rió rogando que la parte en donde cayera estuviera libre de piedras.

¡NO!- le grito Traize dando un disparo y alcanzando a herirlo en el hombro, vio a Heero caer por el peñasco.

Cuando escucho el ruido del cuerpo de Heero chocar contra el agua se asomo por el filo del risco –estúpido Yuy... pero al menos... no creo que sobreviva con esa caída...- murmuro Traize mirando con desprecio hacia donde se veían las ondas del agua siendo borradas por la fuerte corriente del río.

Tal y como había previsto, tenia nada que perder y todo que ganar al matar a Heero, y aunque no había sido conformes a sus planes seguramente Heero Yuy estaba mas que muerto.

Continuará...

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Notas de la autora: Creo que esta capitulo aparte del acto 7 se convertirá en uno de mis favoritos... oh por cierto... ya se termino la temporada 2... en el próximo capitulo comenzara la tercera y ultima temporada de este su fic.

Ahora, en cuanto cuentas sobre la edad de Mariana, cuando Dorothy murió se supone ya había pasado mas de cuatro meses... mas otros cinco meses en que Quatre anduvo todo para el arrastre son nueves meses... mas el tiempo indefinido que se quedaron mientras Quatre arreglo todo en su oficina póngale un mes, son ya diez meses, mas el mes que ya pasaron en la Hacienda son once meses...o sea... ya casi cumple el año la nena y según yo si puede decir algun que otra palabras (además de que "pa, pe, pi, po, pu, ta, te, ti, to, tu y ma, me, mi, mo, mu, son silabas que los peques de esa edad se les facilita decir" )...

Hay que rápido pasa el tiempo en el fic... huh... ahora que hago cuentas.. ya debió haber pasado el aniversario de Heero y Duo... ejem... hagamos todos como que si lo celebraron 9.9U...

Ejem... y bien... empezando la recta final de este fic... o.ó animo yo! Acabare este fic así sea el ultimo fic que escriba!

Por cierto.. díganme que tal me quedo mi tortura.. digo mi lemmon... 9.9U... aaaah si que batalle.. pero bueno.. se nota que lo hice yo por que me quedo bien cursi y meloso...

DEJEN REVIEWS

Matta ne!