¡Hola a todos! ¿qué tal? Espero que hayáis disfrutado del fin de semana… ¿a qué pensabais que me había olvidado de este fic? Pues… no me había olvidado… lo que pasa es que me cuesta mucho hacer los capítulos finales… nunca sé si me queda bien o no ¡que conste que he hecho todo lo posible jeejejejeje!
Esto… (lo de siempre) todos los personajes pertenecen a JK Rowling, la Warner y a cualquiera que haya pagado los derechos (yo no tuve la suerte jejejeje)
Y ahora ¡muchas gracias por todos los reviews que me habéis enviado! Espero que os guste el final (aunque creo que me ha salido un poco soso jejejeje).
Os mando abrazos para todos (hoy estoy especialmente contenta ¿se nota?) y como en el capítulo anterior… lo que está entre paréntesis son los pensamientos de Harry en la mente de Hermione
¡Espero que os guste! ;-)
Estaba tirado en el suelo de un extenso campo. Se incorporó y confuso miró a su alrededor. Miles de mariposas revoloteaban encima de su cabeza mientras que varios animalillos corrían juguetones.
(Esto parece un anuncio…)
Se levantó dispuesto a seguir el camino que tenía frente a él.
(Todo sea por salir de aquí…)
Recorrió el camino por varios minutos hasta que oyó un canto de mujer. En un primer momento decidió seguir adelante pero… ese canto le resultaba bastante hipnotizante…
(¿Quién estará cantando?)
Salió del camino y se adentró en el bosque. Caminó entre varios arbustos y llegó a un río formado por una gran cascada. Allí estaban reunidos todos los animales de aquel bosque…
(Parece una reunión del reino animal… ejem…)
En el medio de "aquel extraño grupo" se encontraba una chica castaña, con el pelo suelto, vestida con indumentaria muy parecida a las campesinas de libro y, lo más raro de todo, bailando con algunos animales.
(Merlín… esto es más extraño que ver a Voldemort adoptándome)
De repente apareció la figura de un chico en lo alto de un pequeño montículo. Lentamente se iba acercando y parecía que aquella chica no se había dado cuenta. Decidido a salir de su escondite y avisarla dio dos pasos hacía delante con la mala suerte de atascarse.
(¡qué patoso puedo llegar a ser! ¡Oye! ¡Oye!)
Comenzó a gritar y agitar los brazos para poder llamar la atención de la chica, pero lo único que consiguió es que varios pájaros volasen hasta su cabeza para picotearle.
(Asquerosos pájaros…)
Aquel chico se acercaba cada vez más y la chica seguía dándole la espalda.
(¡Quitaos de encima! Espera… igual tengo la varita encima… ¡no la tengo! Menudo mago de pacotilla que soy…)
Cuando pudo volver a mirar a aquel claro vio cómo el chico abrazaba por la espalda a la chica que acababa de soltar a los animales de la sorpresa. Lentamente ella se dio la vuelta.
(¡Hermione!)
Una gran sonrisa adornó su cara y se abrazó con mucha fuerza a aquel chico. Comenzaron a bailar mientras todos los animalillos les hacían un coro.
(¿Quién es ese tío y por qué ella se deja abrazar así por él? ¡En cuanto me libre de estos asquerosos buitres voy allí y me lo cargo!)
Los pájaros parecieron entender sus intenciones porque comenzaron a picotearle aún más tapándole completamente la visión.
(¡Pero bueno! Arggggg a este paso me van a sacar un ojo)
Uno de esos pájaros se puso a la altura de su oído y comenzó a tirarle del lóbulo.
(Estate quieto…)
Hermione, junto con aquel misterioso chico comenzaron a dar vueltas y justo cuando Harry iba a ver por fin su cara, algo le picó en el brazo izquierdo.
¡Asqueroso pajarraco de las narices! Pienso cocinarte a fuego lento – gritó en medio de la habitación donde casi todos sus amigos dormían placidamente.
¿Asqueroso pajarraco? – preguntó Ron que se había levantado a despertarle al oír cómo su amigo no paraba de moverse – Pensé que estabas soñando con quien-tú-y-yo-sabemos – aliviado se levantó de la cama de su amigo.
¿Has sido tú el que me ha pellizcado? – preguntó bastante molesto… si hubiese esperado un poco más…
Oye, no te me pongas así ahora ¿eh? Que lo único que hacías era revolverte como un loco en tu cama y pensé que te pasaba algo…
¿Qué hora es? – preguntó de repente.
Son las once ¿por qué?
Las once… - a esa hora fue cuando aspiró la poción. Así que hasta el momento en el que le despertó Ron estaba en la mente de Hermione… seguramente estaba en un sueño que tenía. Estaba seguro de que tenía que ser un sueño porque… ¿quién en su sano juicio piensa en esas cosas cuando está despierto?
¿Estás bien? Tienes cara de tonto – el pelirrojo le había dado un pequeño empujón en su hombro.
Sí tranquilo – ahora que lo pensaba la escena le resultaba bastante conocida… como si la hubiese visto antes – la bella durmiente – susurró.
¿De qué estás hablando Harry? – preguntó medio espantado su amigo - ¿no te estarás refiriendo a alguno de tus compañeros verdad?
Eres un enfermo Ronald…
¡Por fin has despertado! Ahora será mejor que te vuelvas a dormir y dejes de decir tonterías – dicho esto se acostó en su cama tapándose hasta las orejas. En menos de dos minutos ya estaba totalmente dormido.
¿Quién era el del sueño? – con esa pregunta rondando por su cabeza se durmió.
Otra vez he vuelto a soñar que soy la bella durmiente y Harry mi príncipe… me parece que soy repelente hasta para soñar – Hermione se acababa de levantar y hablaba sola en el cuarto de baño – Espero que hoy pueda darme un baño en condiciones – esta vez no le costó tanto meterse en la bañera y disfrutar de un relajante baño - ¿Qué tal estará Harry? – se estaba secando – ayer parecía un poco triste… ¿o confundido? – se paró delante de la puerta – Hoy es domingo ¿no? Y ayer mis compañeras creo que llegaron un poco bastante muy tarde – sonrió con malicia – en realidad creo que han dormido unas cuatro horas – se acercó muy despacio a cada una de las camas de sus compañeras y abrió los doseles de sus camas – y ahora, el toque final – cogió su varita, abrió la puerta y, antes de cerrarla, murmuró un hechizo que hizo que todas las cortinas se corriesen. Al instante se oían quejidos de parte de sus compañeras – No sabía que podían llegar a ser tan mal habladas – riéndose bajó las escaleras – Bueno – estiró los brazos - ¡a desayunar!
Buenos días Hermione – Harry se había levantado unos treinta minutos antes y esperaba a su "amiga" sentado en el mismo sillón que el día anterior.
¡Qué susto me has dado! – la castaña casi se cuelga de la lámpara por el salto que dio – No sabía que estarías levantado tan temprano – sonrió.
Esto… ¿puedo hablar un momento contigo? – le hizo un sitio en el sillón.
Eh… vale – se sentó a su lado. El sillón era bastante pequeño por lo que estaban bastante juntos - ¿Hoy hace calor verdad? – poco a poco se le estaban subiendo los colores.
Eso parece – sonrió – seguro que yo también estoy rojo ¿verdad?
Pues un poco sí
Tú pareces un semáforo
Pues tú pareces un tomate
Después de estos apelativos tan cariñosos – carraspeó – creo que tengo que decirte una cosa importante.
Dime… ¿tiene que ver con Ginny? Seguro que cuando te metiste en su mente descubriste lo de Neville… lo siento mucho.
¿Eh? ¡ah sí! Tiene que ver con la poción y
Tranquilo – su amiga le interrumpió – estoy segura de que hay muchas chicas en el colegio a las que les gustaría salir contigo – intentó animarle – no te desanimes y seguro que encuentras la adecuada para ti – hizo el ademán de levantarse pero el moreno la paró.
Eso es de lo que quiero hablar… no me importa que Ginny salga con Neville.
¿No? – arrugó el ceño – yo pensaba que cuando una chica te gustaba y ésta salía con otro te enfadabas – miró al suelo – o tenías ganas de estrangular a cualquiera que estuviese con él – susurró.
¿Qué has dicho?
Nada, nada… que es muy raro que no te hayas enfadado
Ella no me gustaba de verdad
¿Y cómo lo has descubierto?
Por la poción que me diste.
¿No te gustó lo que encontraste? – preguntó confundida.
¡Qué va! Me encantó lo que vi – le aseguró.
Ah… eso es más raro todavía…
Lo que quiero decir es que yo no he estado en la mente de…
¿Qué hacéis despiertos a estas horas un domingo por la mañana? – Ron bajaba las escaleras intentando abrir los ojos
¿Y tú? Los domingos sueles dormir hasta las doce por lo menos – respondió un poco molesto Harry.
Me he despertado de repente y como no te he visto en la cama he pensado que te ha pasado algo… - se sentó en el sillón que estaba al lado del de sus amigos.
Estoy bien, lo que pasa es que soy muy madrugador…
Ah… ¿qué estáis haciendo tan juntitos? – acababa de darse cuenta de cómo estaban sentados sus dos amigos. Hermione estaba tan cerca de Harry que casi parecía estar sentada encima de sus rodillas.
Harry estaba contándome algo y, como parecía ser privado, me he sentado a su lado – explicó bastante nerviosa la castaña.
Ah… bueno, pues sigue no te cortes porque este yo aquí – le guiñó un ojo disimuladamente a su amigo moreno.
No es importante… te lo cuento luego ¿vale? – le dijo Harry a su amiga.
Pero parecía importante – respondió confundida.
Tranquila… luego hablamos ¿vale?
Está bien – se levantó del sillón - ¿vamos a desayunar?
Adelántate… tengo que hablar de una cosa con Ron – sonrió mientras pasaba el brazo derecho por encima de los hombros de su pecoso amigo.
Muy bien… nos vemos luego – totalmente desorientada abandonó la sala para dirigirse al Gran Comedor.
Harry… me estás haciendo daño…
Perdona… no me había dado cuenta… - le dijo con ironía mientras le soltaba.
¿Qué pasa? ¿he interrumpido algo? – levantó una ceja con picardía.
Si ya lo sabes ¿para qué preguntas? – se levantó del sillón con la vista fija en la chimenea - ¿puedo preguntarte algo?
¿Tiene que ver con mi hermana?
Sí. Tiene que ver con tu hermana, con la poción y con… Hermione – suspiró mientras se daba la vuelta y miraba directamente a los ojos de su amigo.
¿La poción? ¿al final no funcionó?
¡Que va! La poción era perfecta – dio un pequeño paso – como todo lo que hace ella – susurró.
¿Entonces? ¿qué ha pasado? Me estás asustando… - Harry estaba muy serio.
Es por lo que he visto en la mente de…
¡Por Merlín! – Ron se había levantado del sofá totalmente blanco - ¿qué es lo que has visto en la mente de mi hermana? No habrás visto algo… - parecía buscar las palabras concretas – ya sabes… algo… ejem… ¡tú ya me entiendes! – su rostro se encendió como una bombilla.
No he visto nada raro en la mente de tu hermana Ron
¿Seguro?
Seguro
¿Y cómo es estar en la mente de otra persona? – hacía años que quería preguntarle eso.
Pues es como estar dentro de ella… puedes oír todos sus pensamientos y ver todo lo que ella hace desde sus ojos.
Ah… - pareció pensar cómo sería – un momento… ¿puedes ver todo lo que ella ve desde su perspectiva?
Claro
Entonces… si se mira al espejo tú ves su cara ¿no? – lentamente iba apretando sus puños.
Claro
Si ella camina por el pasillo tú ves a toda la gente que ella ve ¿no?
Por supuesto
¿Y si ella se cambia o se baña tú ves lo que ve ella? – en menos de un segundo estaba al lado de su amigo
Claro pero… - no le dio tiempo a terminar ya que el pelirrojo le cogió del cuello de la camisa
¿Has visto desnuda a mi hermana?
¡Claro que no! – se deshizo como pudo de las manos de su amigo - ¡Ni siquiera he estado en su mente! – se alejó un poco recuperando lentamente el aliento - ¡Al final me metí en la mente de Hermione!
¿Qué te metiste en la mente de Hermione? ¿Cómo narices hiciste eso?
Es que… al final repetí mentalmente su nombre cinco veces…
Ah… así que yo tenía razón – sonrió – te gusta nuestra mejor amiga.
Sí… no puedo negarlo
¡Lo sabía! – alzó el puño victorioso - ¿y cómo es estar en su mente? – preguntó curioso.
Es diferente… si no lo hubiese hecho nunca sabría lo que pensaba realmente de mí…
¡Qué bonito! El Gran Harry Potter enamorado…
Sí – de repente se sentó en uno de los sillones – pero no sé cómo decírselo…
Bueno, dile que en lugar de repetir cinco veces el nombre de Ginny repetiste el suyo y entraste en su mente. Que, después de conocer sus pensamientos más íntimos, te diste cuenta de que estabas totalmente enamorado de ella.
Sí, claro… ¿y qué crees que dirá ella? – aclaró su voz para imitarla - ¡Qué bien que hayas entrado en mi mente Harry! Como yo estaba completamente de acuerdo con vuestra decisión de invadir la intimidad de Ginny me alegro de que lo hayas reconsiderado y te introdujeses en mi mente. ¡Gracias por invadir mi intimidad cielo!
Hombre… dicho así… suena fatal…
Ron… ¡si no me llego a dar cuenta la hubiese visto desnuda en la bañera!
Pero no lo hiciste ¿verdad? – volvió a amenazarle; después de todo consideraba a Hermione como otra hermana suya.
No, hice que mirase todo el rato al techo – escondió su cara entre sus manos – no sé cómo hacerlo Ron… ¡y ella piensa que me gusta tu hermana!
Tranquilo… después de desayunar se lo dices y punto
No me atrevo… si le cuento lo de la poción…
Pues no se lo digas
¿Quieres que le mienta?
No… basta con que ocultes parcialmente la verdad – le dio un par de golpecitos en el hombro para animarle.
¿Eso no es lo mismo que mentir?
¡Qué va! Es… no decir totalmente la verdad…
No creo que sea capaz
¿Quieres acabar convertido en una babosa por lo que queda de curso?
¡No! – exclamó horrorizado.
Pues ya sabes… - ayudó a su amigo a levantarse del sillón – Y ¡ahora a desayunar!
Habéis tardado mucho… ya pensé que tendría que guardaros comida… - cuando llegaron al comedor Hermione estaba terminando el desayuno.
¡Que amable! – Ron le dio un beso en la mejilla - ¡te preocupas por nosotros!
Piérdete Weasly – le dijo ella en tono de broma.
Me ofendes… ¿a qué estás esperando para sentarte Harry? – el moreno no se decidía a sentarse.
A nada… - se sentó al lado de Ron bastante alejado de Hermione.
¿Te pasa algo Harry? – preguntó preocupada la castaña.
No…
Déjale… tiene problemas amorosos – sonrió. Pero pronto la sonrisa se convirtió en una mueca de dolor ¿la causa? Una patada por parte de su amigo.
¿En serio? – intentó ocultar su tristeza – Bueno… tengo que irme…
¿A dónde vas Hermione?
A la biblioteca – ni siquiera se dio la vuelta para mirar a su amigo.
Espera… me gustaría hablar un momento contigo si no te importa…
Está bien – esperó pacientemente a que el moreno terminase de desayunar y le acompañó a uno de los bancos de fuera - ¿qué es eso tan importante que me tienes que contar? – preguntó una vez se sentaron los dos frente a frente.
Eh… bueno… es… difícil… si eso… - comenzó a revolverse el cabello mientras buscaba la mejor forma de decirle lo que sentía a su amiga.
¿Sabes que puedes hablar de lo que sea conmigo no?
Sí, pero esto es bastante complicado… yo… no sé si seré capaz…
Si quieres te ayudo ¿vale?
Vale
¿es algo de estudios?
No, eso no sería difícil de explicar ¿no?
¿Quieres que te recuerde la vez que se os olvidó hacer el trabajo de Transformaciones y estuviste como media hora intentando pedirme que os ayudase? – alzó las cejas.
Vale, vale – levantó ambas manos – pero esta vez no se trata de un problema de esos.
Muy bien… por tu tartamudeo y nerviosismo deduzco que se trata de chicas ¿Verdad? – sonrió.
Eh… sí eso
¿Estás triste por lo de Ginny verdad? ¿quién iba a pensar que acabaría con Neville? – miró al frente.
No estoy triste por eso… es más… creo que me alegro de que por fin Neville haya encontrado a alguien.
Entonces… ¿te gusta otra chica? – le miró directamente a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja.
Eh… sí - ¿era su imaginación o ella estaba contenta?
¿Y ella te corresponde? – se acercó un poco más a él.
Sí
¿Estás seguro?
Sí
¿Y eso? Normalmente no se sabe si ella te corresponde…
Esto… tengo mis fuentes…
Ah… entonces ¿cuál es el problema?
Que no sé cómo decírselo
Por eso necesitas mi ayuda ¿Verdad?
Más o menos…
¿Más o menos? Necesitas o no mi ayuda para declararte.
Sí… bueno… no… realmente…
¿Realmente qué?
Yo… - se estaba poniendo muy nervioso
Tú…
Bueno, es que hay un pequeño problema… he hecho algo muy malo y no creo que ella me perdone…
¿Cómo estás tan seguro? ¿No me has dicho que le gustas?
Sí pero…
No has podido hacer nada que sea tan malo ¿verdad?
Según se mire… se lo he comentado a Ron y me ha dicho que no se lo mencione y ya está.
¿Qué le has pedido consejo a Ron? ¿a ese pelirrojo que de no ser por que Luna le plantó un beso no se hubiese dado cuenta de que le gustaba?
Ahora que lo dices suena un poco tonto…
Venga Harry… se valiente y díselo directamente. No importa lo que hayas hecho, todo se perdona…
¿Tú crees?
Yo creo que sí – se levantó sonriente del banco - ¡Ánimo Harry! ¡a por ella! – se dio la vuelta y comenzó a andar muy muy despacio.
¡Espera! – ella se paró en seco – Me… - apretó los puños y buscó algo de valentía en su interior - ¡Me gustas mucho Hermione! – gritó - ¡Muchísimo! – se quedó plantado esperando alguna reacción por parte de la castaña. Lentamente comenzó a darse la vuelta hasta mirar directamente al moreno.
¿Qué has dicho? – le miró de una forma distinta a como lo había hecho siempre.
Que… que creo que estoyenamoradodeti – recitó muy deprisa y bajito.
¿Qué has dicho? – repitió la pregunta mientras se acercaba a él.
Que creo que estoy enamoradodeti – volvió a decir.
¿Me lo puedes repetir? – preguntó en su oído mientras sonreía. Al notarlo Harry sonrió y acercó sus labios al oído de ella.
Estoy enamorado de ti – se separó lo suficiente como para mirarla a los ojos.
¿Ah sí? ¿y cómo estás tan seguro de que yo también lo estoy de ti? – entrecerró los ojos.
Bueno… yo… esto… - comenzó a tartamudear nervioso.
¿Tú qué? – le preguntó con una sonrisa en los labios.
Yo… - pero no pudo terminar la explicar la razón porque Hermione se acortó la distancia entre ellos y había comenzado a besarle. Al principio él no supo que hacer pero, a medida que ella comenzaba a moverse lentamente, sus labios pensaron con vida propia. Sin darse cuenta estaba pidiendo permiso con su lengua para profundizar el beso.
Me encanta cuando te expresas así – sonrió una vez terminaron de besarse.
A mi también – suspiró - ¿puedo volver a explicártelo?
Claro… pero sólo una pregunta
Dime…
¿Viste también mi sueño?
Sólo una parte – enroscó uno de sus mechones con los dedos de la mano derecha – me desperté antes de ver quién era el tipo ese con el que bailabas… ¡Oh! – soltó el mechón rápidamente mientras se tapaba con la misma mano la boca por lo que acababa de decir - ¿cómo sabes eso? – ella se reía con ganas.
Bueno… cuando me dijiste que tenías que hablar con Ron pues… yo hice como que me iba pero me quedé escuchando desde la puerta…
¿En serio? Pero si cuando llegamos estabas terminando de desayunar…
O eso parecía ¿no? – le guiñó un ojo.
Eres demasiado inteligente…
¿Verdad? – rió.
Me encanta cuando te ríes – volvió a unir sus labios con los de ella - ¿me vas a decir quién era ese chico?
¿De verdad necesitas que te lo diga?
¿Era yo? – preguntó extrañado - ¿has soñado conmigo?
Todos y cada uno de los días desde hace unos cuantos años – sonrió.
¿Y siempre llevaba mallas? – se separó de ella con un gesto de incredulidad.
No siempre… - le guiñó un ojo mientras comenzaba a andar.
Eso me lo va a tener que explicar más detalladamente señorita Granger…
Cuando usted quiera señor Potter – ambos desparecieron en una oscura aula.
