LA COCINA

SECRETA

DE AKANE

Ensalada de Lentejas con Aceite Balsâmico

Simplemente no conseguía creerlo... Su sopa Primavera estaba riquísima, su receta de Fideos con nueces olía maravillosa y los Muffins de Ciruela tenían una apariencia excepcional... Akane estaba tan animada con el resultado de su cocina que temblaba. Estaba en el último día de las clases de Pierre, en el examen final. ¡¡Sus platos estaban perfectos! Al fin Akane había conseguido volverse una cocinera ejemplar y todo el sacrificio que había hecho en ese último mes había valido la pena.

Había pasado por muchos líos. Había tenido que despistar a Ranma para que no se enterase de las clases, había aprendido a concentrarse en las recetas, aguantando las ganas de agregar sus propios ingredientes – y finalmente había aprendido a confiar en las recetas y seguirlas literalmente.

Lo más interesante de todo eso es que aprender a cocinar le había restaurado la autoestima que tenía hecha añicos con los sucesos ocurridos en los últimos años, desde que Ranma apareciera en su vida. Ahora se sentía victoriosa, tenía la seguridad de que no era la mejor alumna de la clase culinaria, pero también sabía que no tenía nada de que avergonzarse. Al fin sabía cocinar.

Sin embargo la celebración de Akane fue interrumpida por un ruido insistente en la ventana. Una rama de árbol, movida por el viento, golpeaba insistentemente el vidrio, despertando Akane que solo se acomodó en la cama mientras gruñía.

¡Debía de haber imaginado que estaba soñando!

Unos cuantos metros lejos, en la otra habitación, un chico de trenza tenía un sueño agitado y se movía en su futón de un lado a otro.

No, Akane, no quiero probar más bocadillos. Déjame, ¿Si? Ya probé esos diez últimos y me duele el estómago, si sigo así estoy seguro que voy a morir… Guarda el mazo, Akane, guarda ese mazoooo.

Y aún dormido, Ranma se encogió en su futón, con los brazos sobre el rostro, protegiéndose del mazo asesino que, cual Freddy Krueger, le atormentaba en sus peores pesadillas.

Akane, ¡Eres maravillosa! No me canso de comer estos platos riquísimos que preparas. Nunca imaginé que algún día ibas a superar a Kasumi en la cocina. Realmente eres perfecta.

Vale, vale, pero ahora deja eso, Ranma. Estás exagerando. Deja de comer un poco porque no has hecho nada más en las últimas semanas. ¿Ya notaste cuanto has subido de peso? Lo mínimo unos diez kilos. ¡Hombre, tienes que volver a entrenar!.

Es que ahora sólo pienso en comer lo que preparas. ¡Eres perfecta para mi! CASATE CONMIGOOO.

¿Ahora que tienes el tamaño de un barril de cerveza? Estás mal de la cabeza… O haces dietas o ya no te quiero.

Bajo las sábanas, Sayumi reía entre sueños.

Las llamas llegaban hasta el techo y aún habían personas atrapadas en el centro comercial. El jefe de los bomberos ya estaba desesperándose porque por más que sus hombres se esforzaban, aún no era suficiente para controlar el incendio que prácticamente ya arrasaba todas las tiendas. En su desesperación volvió a entrar al centro comercial a buscar a más víctimas. Si no era posible apagar el fuego, al menos tratarían de salvar a todas las personas que estaban dentro.

No conseguía ver a más de dos metros debido al espeso humo y tenía que caminar despacio para no tropezar con los escombros. A lo lejos se escuchaba un ruido extraño, que llamó su atención. Acercándose como podía, entre escombros y restos de cosas dejadas a prisa, se encontró con una escena increíble.

¡¡¡¡TUUUUUUUUUUUUUUUUUUU! – gritó, exasperado.

En el centro del pasillo, Akane, con un enorme lanzallamas, quemaba sin piedad todo lo que tenía por delante mientras lanzaba carcajadas escalofriantes.

¡NOOOOOOOOOOOOOO! – gritó, al tiempo en que se sentaba en su cama, empapado en sudor. Había sido la peor pesadilla del último mes, desde que empezaran las clases de la escuela de Pierre y desde que accidentes de los mas raros empezaran a ocurrir… - Tengo que impedir eso. Mañana es el último día y por lo más sagrado… ¡NO HABRAN ACCIDENTES ESTA VEZ! – anunció, decidido.

Había un lindo arco iris en el cielo y pequeñas flores bailaban alegremente al son de una canción moviendo sus hojas de arriba abajo, como si se tratasen de pasos de ballet. En medio de ese jardín, Yuca se acercaba a aquel ser que tanto admiraba, Hacía mucho que quería platicarle, y tenía tantas cosas que preguntarle… Se sentó delante suyo y con los ojos brillantes le preguntó:

Dime, Babe, ¿Cómo consiguieron que un cerdito memorizara tantos diálogos? Siempre tuve curiosidad de saberlo…

Bueno, que se puede decir, el último día de clases culinarias no dominaba los sueños de todos.

La clase culinaria nunca estuvo tan llena. No sólo era ocupada por las alumnas de Pierre, sino que habían muchos curiosos que habían sido atraídos por los misteriosos accidentes ocurridos el último mes y que habían venido a presenciar lo que podía ser el mayor incendio del centro comercial de Nerima. Era tal la cantidad de gente que había asistido que ya no cabían en el aula y una verdadera multitud se congregaba en la entrada de la escuela. Al notar esto, la administración del centro comercial colocó algunos televisores con pantalla de 60'' para transmitir en vivo y en directo de la clase de Pierre, y de ese modo saciar la curiosidad del público. Hay que recalcar que dicha administración aprovechó para poner comerciales de ciertas tiendas, los cuales fueron negociados a módicos precios y que aparecerían en la esquina superior derecha de la pantalla durante toda la transmisión, de 30 segundos de duración… pero esa ya es otra historia.

Al mirar todo el lío que se estaba formando, Pierre extrañó profundamente su adorada Paris y se prometió a si mismo nunca regresar a Japón, mucho menos a Nerima.

Tierra de locos… - dijo con un suspiro y entró al aula.

En el interior, las personas que habían logrado entrar para presenciar la clase, se apretaban buscando algo de espacio. Entre ellos estaban Yuka, Sayuri, Ranma y Ryoga, estos dos últimos miraban con rabia a Pierre.

¿Estás seguro de que Akane no tiene nada con ese tipo? – preguntó Ryoga, molesto.

Ella misma lo dijo después de pegarnos con el mazo. ¿O es que el golpazo te hizo olvidarlo? – respondió Ranma, no menos molesto.

No lo se, no lo se, igual hay que ser precavidos… ¡OYE TUUUU! – gritó Ryoga cuando Pierre pasaba delante de ellos – si te acercas demasiado a Akane te vamos a pegar ehhh. ¿Verdad, Ranma? – completó el chico mientras daba pequeños codazos a su compañero que hizo una pose semejante a la de los peleadores de lucha libre cuando están delante de un oponente, pero sin esas máscaras ridículas.

Pierre sólo se alejó con una gotita en la cabeza – "¡Es el último día! ¡Hay que aguantar un poco más! ¿Qué otra cosa peor podría pasar?" – apenas había pensado aquello cuando escuchó a un coro gritar:

Y uno, y dos y tres y cuatro, a controlar el fuego en alto… y cuatro y tres y dos y uno pa' no quedarnos con ninguno

Y un grupo como de veinte bomberos, con equipo completo, fueron recibidos por la platea con palmas y silbidos, el jefe de bomberos iba a la cabeza.

¿Qué creen que hacen aquí? – Pierre estaba rojo de la impresión.

Es una medida preventiva, señor. Los administradores del centro comercial, junto con el comando central de bomberos, exigieron la presencia de un pelotón hasta que terminen las clases de hoy – y acercándose a Pierre le dijo en voz baja – la administración también ha pedido que se le informe que no renovará su contrato de alquiler de esta sala y que tiene para desalojarla hasta hoy a la media noche.

Créame jefe… No tengo la menor intención de renovar ese contrato… - y giró hacia sus alumnas que lo esperaban impacientes – y yo creía que no podía ponerse peor. Muy bien chicas, a empezar. Todas saben cuales son las reglas. Tienen la receta y deben hacerla en un tiempo máximo de dos horas. Después de transcurrido el tiempo pasaré a evaluarlas una por una y las que alcancen promedio de siete recibirán su diploma – ante esas palabras las chicas empezaron a lanzar chillidos de alegría, felicitándose las unas a las otras y deseándole suerte a Akane – Muy bien chicas, cada una a su puesto.

Al mismo tiempo el jefe del escuadrón de bomberos inició otro tumulto al gritarle a sus hombres:

Muy bien señores, ya saben que hacer.

SI SEÑOR – gritaron todos en coro, para horror de los presentes.

Inmediatamente el escuadrón en pleno se posicionó alrededor de Akane, todos con delantal puesto y unos incluso con cuchillos en mano, en una coreografía capaz de darle envidia al equipo olímpico de nado sincronizado de Japón.

TODOS EN NUESTROS PUESTOS, SEÑOR – gritaron al unísono nuevamente. La platea estaba asombrada, Pierre esta en shock y Akane… bueno, Akane estaba furiosa.

¿QUE RAYOS CREEN QUE ESTAN HACIENDO? – las venas saltaban por el cuello de la chica. Un poco más atrás, observando el espectáculo, se encontraban Ryoga, con una media sonrisa y una gotita en la cabeza; Ranma, pateando el suelo de tanto reír, Yuka y Sayuri, esta última se dirigió a la primera.

¿Qué cosas, no?

Pues si, parecen los Power Rangers – respondió Yuka, con una sonrisa.

Reaccionando, Pierre se acercó al grupo de bomberos - ¿Qué creen que están haciendo? No pueden cocinar por Akane, el examen es suyo y es ella quien tiene que hacerlo.

Pero el jefe dijo que… - empezó a decir uno de los bomberos, quien de inmediato fue interrumpido por Pierre.

ME IMPORTA UN BLEDO LO QUE DIGA EL JEFE. SI ALGUNO DE USTEDES TOCA UNA DE LAS OLLAS, AKANE SERÁ AUTOMATICAMENTE DESCALIFICADA.

Y ahora fue el turno de Akane de mirar al escuadrón con aquella expresión de "Hoy voy a matar a alguien" haciendo que todos los bomberos tragasen, nerviosos. El jefe de los bomberos se acercó a Pierre para entrar en negociaciones.

De acuerdo, no pueden tocar las ollas, pero… ¿al menos pueden quedarse cerca para ver que todo vaya bien?

¿No tocaran nada?

Tenlo por seguro. ¿Al menos podrán hablar con ella?

Me parece justo – contestó Pierre con un poco de vacilación - ¿Tú que piensas, Akane?

Con tal de que me dejen cocinar, está bien. Sólo quiero que todo esto termine de una buena vez… dijo con voz cansada.

Yo también petit, yo también. Muy bien, jefe, pueden quedarse pero sin tocar nada.

El jefe de los bomberos sonrió, satisfecho – De acuerdo, señores, escucharon las reglas. Hora del plan B.

De inmediatos todos los bomberos empezaron una nueva coreografía, algunos se situaron frente a la cocina, otro se situó junto al libro de recetas, un par detrás de los ingredientes y otro junto a los cubiertos. Cinco de ellos se mantenían dispersos, con sus extintores listos a ser usados a la primera señal de chispas y finalmente otros diez bomberos se situaron frente al sitio de Akane y con sus uniformes de porristas que nadie sabía de donde habían sacado, empezaron a gritar:

VAMOS AKANE ¡SI SE PUEDE! VAMOS AKANE ¡SI SE PUEDE! VAMOS AKANE ¡SI SE PUEDE!

Ahora todos los presentes tenían una gotita en la cabeza, menos el jefe de los bomberos, que tenía una larga sonrisa en la cara y Pierre, que parecía que estaba a punto de sufrir un derrame cerebral.

"¿Que hice para merecer esto, Dios mío? No le tiré piedras a la cruz de Cristo ni sequé los platos con el Santo Sudario… Definitivamente no me merezco esto…"

La campana que anunciaba el inicio del examen sonó haciendo que la platea empezase a aplaudir. Cada chica se concentraba al máximo, buscando preparar su plato lo más pronto posible, todas menos Akane que tenía diez pares de ojos al pendiente de ella, de cada uno de sus movimientos, y eso la estaba poniendo terriblemente nerviosa. Mirando la receta que tenía sobre la mesa, intentó ignorar la presencia de los bomberos, y casi hubiera tenido éxito si no fuera por el bombero que estaba literalmente sobre la receta, acompañando su lectura con un dedo. Soltando un suspiro, Akane volvió a centrarse en la lectura.

Ingredientes:

1 taza de lentejas pardinas secas, pasadas por agua

2 tazas de agua

3 tallos de apio picados

1 pimiento despepitado y picado

1 zanahoria picada

1 cebolla roja pequeña picada

1 chalota picada

0,5 taza de guisantes hervidos

0,5 taza de perejil fresco picado

taza de cilantro fresco picado

el zumo de dos limones grandes

0,5 taza de vinagre balsâmico

aceite de oliva, al gusto

sal y pimienta negra recién molida, al gusto

Preparación:

Ponga las lentejas al fuego en una cazuela grande. Cuando el agua rompa a hervir, reduzca el fuego, tape la cazuela y deje hervir durante cerca de 20 minutos, hasta que las lentejas estén en su punto, tiernas pero no blandas.

En un cazo aparte hierva el apio, el pimiento y la zanahoria hasta que estén tiernos pero crujientes.

En un cuenco grande ponga las lentejas, las verduras hervidas, la cebolla, la escalonia, los guisantes, el perejil y el cilantro. Mezcle con ligereza.

Añada a la mezcla anterior el zumo de limón y el vinagre balsámico. Vuelva a mezclar. Sazone con aceite de oliva al gusto y salpimiente justo antes de servir.

Me parece sencilla – dijo Akane – ¿Tú que crees? – le preguntó al bombero que leía con ella – "si no puedes derrotarlos, mejor únete a ellos" – pensó.

Pues a mi también me parece simple. Vamos, Akane, se que puedes – le dijo, guiñándole un ojo, actitud que no pasó desapercibida por Ranma y Ryoga.

Mira, allá hay uno que anda de coqueto con Akane – gritó Ryoga.

¡ESTAS DEMASIADO CERCA CHICO! ¡ALEJATE DE ALLI! – completó Ranma, ya poniéndose de pie para sacar a uno de los bomberos del camino pero Sayuri reaccionó pronto, y antes de que el chico pudiera dar un paso se le lanzó a las piernas, haciéndole caer de cara al suelo.

¿Estás loco, Ranma? Si tocas algo Akane será descalificada.

Suéltame, sólo tocaré al bombero, ¡Te lo prometo! – contestó un molesto Ranma y sintiendo que el agarre de la chica se hacía más fuerte agregó – Oye Ryoga, ¡Haz algo! ¡Pégale a ese tío! – pero al girar hacia Ryoga vio con sorpresa que estaba tirado en el suelo, boca abajo, con la pierna derecha atrapada junto a su brazo izquierdo en una llave fenomenal. Yuka, de rodillas sobre su espalda, parecía muy satisfecha.

¿Dónde aprendiste eso? – le preguntó Sayuri, asombrada.

En un episodio de las Tortugas Ninja.

¿Me puedes enseñar? – preguntó Ranma, aún desde el piso.

Tu cállate – le recriminó Sayuri – que por tu culpa casi se arruina todo – e imitando a su amiga se sentó en la espalda de Ranma.

Ajena a lo que pasaba con los chicos, Akane seguía con su receta. Ahora venía lo difícil, y eso que ya se le había hecho complicado seguir la receta con uno o dos bomberos gritando por sobre su hombro.

El agua ya está hirviendo, hay que bajar el fuego…

¡Me estas desconcentrando! – el aura de combate de la chica asomándose.

Oye, no te olvides de tapar la olla…

¡Cállateeeeee! – y al siguiente momento tenemos a un bombero con un mazo en la cabez.

Recuerda que son tres tallos de apio y uno de pimiento, no lo contrario.

¡YO SE LO QUE TENGO QUE HACER!

Al principio Akane se había molestado, pero luego de un rato entendió que la intención de todos era ayudarla para que todo saliese bien y se calmó. La verdad era que lo que más necesitaba en ese momento era calma. Nunca se imaginó en una clase culinaria y mucho menos realizar un examen con tanta gente curioseando, eso, además de estresante, era agotador ya que no conseguía relajarse y el cuerpo empezaba a dolerle por la tensión, pero estaba decidida a ganar, ella era una Tendo y los Tendo no se rinden.

Los minutos pasaban lentamente y las personas ya empezaban a distraerse, empezando pequeñas charlas sobre el tiempo, los últimos resultados de la lotería, el último capítulo de la novela de moda y el buen trabajo que desempeñaban los bomberos de la comunidad.

Y hablando de bomberos…

Ellos eran los únicos que permanecían atentos a todo lo que pasaba, prestando toda su atención a la tarea asignada. El jefe de bomberos estaría orgulloso de ellos pues todo saldría perfecto, ningún accidente pasaría.

Sólo algunos de los bomberos-porristas parecían desanimados. Ya llevaban saltando más de hora y media y empezaban a mostrar signos de fatiga.

El problema no es estar todo el tiempo saltando – dijo uno de ellos a su compañero – sino que usar esta faldita plegada me deja un poco incómodo.

No se… a mi me gusta – contestó el otro, contento, mientras levantaba sus pompones y volvía a gritar – VAMOS AKANE ¡SI SE PUEDE! VAMOS AKANE ¡SI SE PUEDE! YUJUUUUUU

Maricón – gruñó el primero.

Ya faltaban menos de quince minutos para el término de la prueba y Akane estaba realmente nerviosa pues las lentejas ya estaban listas y sólo faltaba condimentarlas… y eso era justo lo que temía. Tenía que poner el zumo de limón y el vinagre, mezclarlo todo, sazonarlo con el aceite de oliva y colocar ¡¡¡SAL Y PIMIENTA AL GUSTO!

¿Cómo podían poner eso de "AL GUSTO"? ¿Acaso no sabían todo lo que podía ocurrir cuando condimentaba "al gusto"? ¿Cómo es que no ponían una cantidad exacta en una receta?

Con manos temblorosas, Akane empezó la tarea más difícil de su vida: Colocar una cantidad perfecta de condimentos.

Zumo de limón… listo – suspiró aliviada luego de poner unas cuantas gotas – vinagre balsámico… - empezó a verter cuidadosamente el precioso líquido en una cantidad que juzgó conveniente – ya está – las sonrisas que notó a su alrededor le dijeron que le había acertado a la proporción – ahora sólo falta el aceite de oliva…

Pierre caminaba entre las alumnas, probando uno por uno los platos preparados. Degustaba despacio y dando comentarios sobre el sabor le daba la nota a la chica y antes de pasar a la siguiente chica, bebía una pequeña copita de vino.

¿Por qué Pierre está tomando vino? – le preguntó Yuka a Sayuri.

Seguro que es para quitarse el sabor de la comida antes de probar otro plato. Hay que entender que Pierre es todo un experto y conoce todos los trucos de la buena cocina.

Ahhhhhhhhh que lista eres.

Pierre seguía caminando despacio entre las alumnas, con una mirada de profunda meditación – "Hay que estar ebrios para soportar todo esto… Aquí sólo hay locos, ya no aguanto más" – se acercó donde Akane, dándole una sonrisa reconfortante – tranquila, petit, se que lo has logrado. A probar – y con la cuchara llevó un bocadillo de la comida a su boca y se quedó en silencio.

Si antes Akane estaba nerviosa, ahora parecía a punto de sufrir un colapso. Temblaba y ya no conseguía mirar a Pierre – "Moriré de vergüenza si se desmaya delante de toda esta gente" – la joven giró el rostro a otro lado y cerró fuertemente los ojos. Ni siquiera se atrevía a respirar, fue entonces que sintió un suave toque en su brazo y se atrevió a abrir uno de sus ojos, pero sólo uno. Notó que tenía frente a si a un bombero, que con una enorme sonrisa apuntaba a un lado mientras la cogía del brazo.

Sólo mira – le dijo calmadamente a la chica.

Akane giró para encontrarse a un Pierre muy contento y satisfecho – esta muy bueno, Akane. No fue tu mejor plato, creo que hoy estás demasiado nerviosa, pero sin duda está rico. Tu nota es ocho. Felicidades, Akane, vas a recibir tu diploma.

En ese momento todos los bomberos que estaban cerca empezaron a celebrar, algunos incluso sacaron champagne y otros se pusieron a bailar, celebrando el éxito de Akane. La alegría fue general. Sayuri y Yuka daban saltos de alegría tomadas de la mano, lo malo es que lo hicieron olvidando que estaban sobre los chicos, quienes, entre quejas y gemidos, intentaban escapar de esa incómoda situación de trampolín.

Pero antes de que algo más ocurriese, un silbido fue escuchado por todos los presentes y lo inevitable ocurrió. Pequeños fuegos artificiales fueron soltados y debido al espacio limitado del salón no tardaron en aparecer algunos focos de incendio.

El pánico fue general y las personas empezaron la carrera hacia fuera del salón y del centro comercial, como ya había ocurrido en otras oportunidades aquel mes. Como algunos bomberos ya tenían sus extintores en mano, el fuego fue rápidamente contenido aunque, claro, toda la comida preparada por las chicas y los muebles del salón quedaron arruinados.

El jefe de los bomberos estaba en una esquina, agachado, tras los restos de una cortina, como intentando ocultarse, lo cual obviamente era inútil ya que la cortina estaba hecha trizas y a lo más le tapaba la cara.

Oiga, jefe… No conseguimos descubrir donde se inició el incendio, pero seguimos buscando y… - el bombero intentaba acercarse al jefe a la par que hablaba, pero este seguía escondiéndose y trataba de ocultar algo que tenía en las manos, al cabo de un momento dejó caer un pequeño cohete.

Jefe ¿Usted tuvo la culpa? – el bombero mostraba incredulidad y el jefe, con la cara más culpable de todo el mundo, susurró – perdonen, pero estaba tan feliz que no pude evitar celebrar – la declaración sorprendió a todos. Bueno, no a todos pues por otro lado Akane moría a carcajadas y limpiando las lágrimas de sus ojos les dijo entre risas a sus amigas:

En momentos como este me da cosa no tener una cámara a la mano…

Del otro lado del salón, Pierre estaba tirado en el suelo, en posición fetal, con el dedo en la boca mientras decía cosas ininteligibles. Parece que al fin había sufrido un colapso nervioso.

Entonces, Akane, ¿Quieres preparar una cena para la familia? – Kasumi, como siempre, tenía una expresión inocente y feliz en el rostro, que ahora era acompañada del resto de las familias Tendo y Saotome. La idea de que Akane preparara algo para comer ya no era tan aterrorizante, los chicos habían contado a todos sobre el curso y durante el curso había estado preparando platillos que no habían matado a Pierre ni a sus compañeras, después de todo.

No gracias, Kasumi, lo puedes preparar tú. Si quieres te ayudo pero no la voy a preparar sola.

De acuerdo, Akane, si eso es lo que quieres. Pero pensé que habías entrado al curso justo para poder cocinar.

Es que durante el curso noté que lo que en verdad quería era demostrarles a todos que podría cocinar si quisiera. También noté que no me gusta cocinar. Creo que por eso todo me salía siempre mal. Me gusta luchar, correr y hacer miles de cosas, pero no cocinar. Ahora que se que puedo cocinar… bueno, ya no hace falta que lo haga.

Te entiendo hermana y te felicito por tu fuerza de voluntad. Las chicas también me contaron del esfuerzo que hiciste para despistar a Ranma y a Ryoga…

Mmmm… que bueno que me recuerdas eso, es algo que aún no he aclarado. Oigan chicos – gritó Akane, caminando hacia los chicos - ¿Qué fue todo aquello de hoy? ¿Las amenazas a Pierre y a los bomberos? No crean que no me di cuenta de lo que estaba pasando.

Inmediatamente los dos aludidos se pusieron como estatuas. No movían ni un solo músculo, el nerviosismo bloqueándoles cualquier raciocinio lógico.

¿Qué les pasa? ¿Acaso se creen invisibles? – la postura molesta de Akane les mostró a los chicos que esta vez no podrían escapar con facilidad. Ryoga fue el primero en reaccionar.

MIRA – gritó, apuntando a otro lado - ¡ES GODZILLA! – durante los dos segundos que Akane desvió la mirada, el chico tomó la botella de sake de Soun y la vertió sobre su cabeza, activando la maldición, al mismo tiempo Ranma salió de su congelamiento mental y con un grito empezó a "perseguir" al cerdito.

Maldito cerdo, no escaparás esta vez – y bajando la voz le dijo a Ryoga – buen plan, Ryoga, pero que quede claro que desde este momento nuestra alianza esta acabada y que cada uno vuelve por su lado.

Cui, cui, cui – contestó Ryoga entre saltos.

Tomaré eso como un si – contestó Ranma y con una sonrisa empezó un nuevo ataque contra el cerdito, el cual no pasó desapercibido por Akane que salió en persecución.

¡RANMA! DEJA EN PAZ A P-CHAN AHORA MISMO – y el famoso mazo mágico hizo su aparición en ese instante. La carrera era presenciada por Soun, Kasumi y Nabiki.

¿Algun día ella se dará cuenta que Ryoga es P-chan? – preguntó Kasumi mientras tomaba su te.

No lo creo, pero así es más divertido – contestó Nabiki mientras reía y consolaba a un lloroso Soun.

Mi pobre pequeña es tan despistadaaaaaaa.

¿Más te, papá?

A lo lejos aún se podían oír los sonidos de la persecución. Era otro típico día en Nerima.

¿¿¿Y Pierre?

En ese mismo instante, Pierre se encontraba en el aeropuerto de Tokio, muy satisfecho de irse al fin de la "Tierra de locos" como se refería a Nerima. Miraba feliz al boleto que tenía entre las manos.

Fue muy gentil de parte de los encargados del centro comercial el regalarme un viaje de vacaciones por todo el perjuicio del último mes – miró atentamente al boleto – nunca antes fui a China y creo que será interesante – miró nuevamente el boleto, al lugar de destino – Las fosas sagradas de Jusenkyo – suspiró – seguro que es un sitio tranquilo… digo, no me puede pasar nada peor de lo que me pasó por aquí…

Fin

TERMINE, TERMINE, TERMINE! No recuerdo de alguna otra vez en que me haya tomado tanto tiempo terminar un fic, pero lo conseguí y estoy contenta.

Primero tengo que pedir perdón a todos los que esperaron pacientemente mi "inspiración" para terminar este capítulo.

También quiero agradecer a todos los que me escribieron mandando mensajes de ánimo e incentivándome a seguir con la historia.

Finalmente, y no por ello menos importante, quiero dar las gracias a los que me amenazaron con bombas, mazos e incluso a los dos que me amenazaron de muerte si no terminaba de una buena vez este fic. Tengo que decir que el miedo es una tremenda fuente de inspiración. Gracias a todos.

A mis amigas/editoras/consejeras/y más severas criticas, Patty, Joce y Mouri que están siempre a mi lado para apoyarme y regañarme cuando es necesario. Las quiero chicas.

Criticas y sugerencias a amenazas por msn por favor UUUU

Ane

Diciembre/2005