III
Era ya de día y Shion estaba ya sentado sobre una roca no muy lejos de la cabaña donde Aioros y el nene dormían. Aioros había despertado muchas preguntas en Shion, y éste las estaba compartiendo con su viejo amigo Dohko de libra.
"Todo marcha bien, Dohko. No hay dudas. Aioros me ha demostrado que él es el elegido de la constelación de sagitario."
"Me alegra que ya no estés sólo Shion, me preocupabas. Metido todo el tiempo en esas ruinas sólo esperando..."
"Bueno, Dohko, no sólo me acompaña Aioros..."
"... ¿Cómo es eso?..."
"Aioria está con nosotros tambien."
"¿Aioria?"
"Él es el hermano de Aioros. No lo podía dejar en el orfanatorio es tan sólo un bebe..."
"Fue tu decisión Shion, y sospecho que tuviste tus razones para llevártelo contigo al santuario..."
"Pues sí Dohko. No se si esto sea normal, pero cuando estuve cerca de ambos, Aioros y Aioria, tuve visiones, bueno fue una visión en el caso de Aioros, pero con Aioria fue diferente..."
"¿Qué fue lo que viste?"
"Lo que vi al acercarme a Aioros lo tengo muy grabado. Sé por el cariño que le tengo ya al muchacho que viviré preocupado por siempre. Era un Aioros ya crecido, estoy seguro que era él, tenía su cabello café y sus ojos verdes. Verás este Aioros grande cuidaba con su mano izquierda un bebe de cabellos morados en una manta blanca, y con la otra mano montaba guardia. Dohko, ¡Aioros estaba sangrando y su ropa estaba deshecha!"
"Puede ser el futuro..."
"Espero que no..."
"¿Él bebé de tu visión no será su hermano?"
"Creí que talvez fuera así, o no sé que fuera un hermano perdido. Pero la criatura era de cabellos morados y Aioros y Aioria son de cabellos claros."
"¿Qué viste con el bebé?"
"Con el bebé fue diferente, puse mi mano sobre él para ver si encontraba algo que lo pudiera guiar a su hermano.. No fue una visión, fueron fragmentos de bueno en realidad no se que eran, te las puedo describir como imágenes. La primera imagen era de un caballero dorado arrodillado frente a una muchacha de cabellos morados. Después se oyó un rugido, recuerdo que también ví a un joven con armadura de bronce, un castillo, y al final el santuario..."
"Mujer de cabellos morados..."
"Es lo que más me intriga Dohko. No puedo asegurar quien es aquel que está arrodillado frente a ella, no puedo distinguir la armadura, sólo un destello dorado en ella."
"Creo que seguirás teniendo visiones Shion, cada vez que halles a un caballero o se te presente uno frente a tí."
"Estaba pensando lo mismo. ¿Crees que Aioria será un caballero dorado?"
"Puede ser, no debemos descartar nada. Pero habrá que aguardar... bajo que constelación nació el bebé?"
"Bajo la constelación de Leo."
"Habrá que esperar el momento en el que Leo comience a brillar... Mientras tanto, creo que no debemos asustarnos con tus visiones todavía, será mejor esperar a ver las visiones que se te presenten con los demás caballeros Shion, así tendremos más datos"
"No me fío de estas visiones. El futuro no se puede leer Dohko..."
"No les restes importancia. Se que no quisieras ver a Aioros en la situación en la que lo viste pero debes comprender que es un caballero."
"Tienes razón. Hoy empezaremos a buscar al caballero de géminis. Siento algo peculiar y no sé... las estrellas brillan demasiado..."
"Yo también lo siento. Hay algo especial en este niño..."
"Sí, lo sé. Lo siento Dohko, debo irme ya, deseo encontrar a ese niño pronto. Las estrellas parecen apremiarme."
"Que Athena te acompañe Shion. Espero que nos podamos ver pronto... viejo amigo. Suerte."
"Gracias Dohko, yo también espero verte pronto."
Dohko había sido siempre su mejor amigo. Dohko lo había salvado de morir. Quería demasiado a su viejo amigo, y lo extrañaba. Quería verlo pronto, pero tenía sus obligaciones.
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Aioros despertó y fue a ver al nene Aioria que dormía en la cuna. Le acarició una mejilla y le dijo: - Nunca te dejare hermano, te lo juro. - Lo tomó en sus brazos y comenzó a mecerlo. Lo dejó de nuevo con cuidado en la cuna, se lavó la cara y salió fuera donde los rayos del sol lo recibieron. Shion le había indicado que cada día por la mañana debía correr por lo menos diez minutos. Comenzó a correr, pero pronto se paró cuando se encontró con Shion sentado sobre una roca. Tenía los ojos cerrados.
- ¿Shion? -
- ¿Aioros? -
- ¿Qué haces? -
- Estoy meditando Aioros... -
- Y eso... ¿como se hace? -
- Te sientas, bueno más bien tomas una posición que no te moleste, y despejas tu mente... -
- ¿Cómo despejas tu mente? -
- Dejando de pensar, poniendo tu mente en blanco, permitiéndole un descanso. -
- ¿Pero cómo puedes dejar de pensar? -
- Muchas veces tu cerebro se cansa de tantas ideas que te pasan por la cabeza... a veces no te dejan dormir, te torturan, te divierten, te preocupan, te alegran... pero no te dejan descansar. Para que una mente y un espíritu tenga paz debe vaciarse la mente de todo pensamiento innecesario para el presente. -
- No creo que se pueda dejar de pensar Shion. -
- Toma práctica Aioros, debes comenzar desde ahora. -
- Está bien, pero no te prometo mucho Shion. -
- No espero que lo logres ahora Aioros, pero es necesario que aprendas. -
Después de unos minutos en silencio, Shion se puso de pie. Podía sentir como Aioros trataba, pero no podía, por un momento casi lo lograba, pero su concentración se rompía.
- Anda Aioros vamos a buscar al cabalero de géminis. -
- Pero Shion... -
- ¿Sí? -
- Para seguir una constelación... -
- ¿Sí? -
- ¿No se necesita que sea de noche? -
- ... ... es cierto... -
- ¿Esperaremos? -
CONTINUARA...
