XVI
No podía creer lo que el cielo le anunciaba. ¿Dos constelaciones brillando a la vez? ¿A qué diantre se debía eso? Debía ser un error... No. Shion sabía que las constelaciones no cometían errores. ¿Por quien debía ir primero? Aries había aparecido primero en el firmamento. Debía ir a Lemuria. Hace tanto tiempo que no ponía pie en su hogar... ¿Seguirían las cosas como antes? No... No debía distraerse. Esperaría a mañana para informarle a todos acerca de lo acontecido, esperando contar con instrucciones para los demás.
Se entristeció un poco. El encontrar al nuevo caballero de Aries implicaba muchos cambios, que en su mayoría recaerían sobre él. La armadura ya no sería suya, bueno, en unos años ya no lo sería. Y debía asumir el cargo de "Patriarca" formalmente. Ya no podía seguir viviendo como hasta ahora lo hacia. Era hora de habitar el Gran Salón y aguardar ahí a Athena. También era su deber como caballero de Aries entrenar al nuevo discípulo en las formas de su casa (Aries).
Había llegado el momento de dirigir el Santuario y cambiar las cosas. Saga y Aioros eran ya expertos en formas de ataque y defensa cuerpo a cuerpo, pero no contaban con el conocimiento de técnicas especiales, técnicas en las que usaran sus cosmos. Y más importante habían sido "educados" por él Shion, no bajo los preceptos de sus respectivas casas. El tiempo de cambiar ya era inminente.
Lo que todos ignoraban y Aioros sospechaba era cierto. Shion se había alejado un poco, y el tiempo que no estaba con ellos lo pasaba haciendo otras cosas diferentes de meditar. Empezó a investigar, tratando de encontrar escritos en las ruinas que revelaran algo de cada casa del zodiaco. Visitó cada casa zodiacal, y encontró lo que buscaba en el "Gran Salón". Habló también con Dohko, y ambos trataban de recordar las técnicas que sus antiguos compañeros utilizaban. Ya tenía una idea de cómo cada casa se manejaba, técnicas y bases ideológicas. Shion decidió que una vez que los futuros caballeros de Aries y Virgo estuvieran con ellos, el hablaría con todos, pondría las cosas claras, tomaría su lugar y pondría un horario de actividades.
Así es, la constelación que brillaba junto a la de Aries era la de Virgo. Shion se preguntaba el porque. ¿Estarían sus destinos unidos? ¿Sería sólo que ambos estaban ya listos para emprender el camino? Shion volvió a mirar la constelación de Virgo, notaba algo extraño en ella, como la vez que había visto la constelación de géminis brillar en el cielo. ¿A qué se debía esta extrañeza? ¿El futuro caballero de Virgo estaría acompañado de su hermano gemelo como en el caso de géminis? Que tonterías logra la mente pensar...
Pensando en lo que haría mañana, y por que futuro caballero debía ir primero, Shion pasó la noche mirando el firmamento.
Saga abrió sus ojos para encontrarse con unas manos que sujetaban dulcemente las suyas. Sintió en su cuello la respiración de aquel que le quitaba el sueño todas las noches. Se quedó acostado otro rato, disfrutando la sensación que el cuerpo de Aioros le provocaba al estar tan cerca de él. Retiró las manos con cuidado y comenzó a cambiarse. Notó que Kanon seguía dormido, y que Aioros comenzaba a despertar por el abandono de sus manos. Saga se colocaba los zapatos cuando oyó la voz de aquel que le confundía.
- Mmmm Buenos días Saga... ¿Has... dormido bien? - con lo último río.
- Pues... sí... - Saga rió, y le dio la espalda a Aioros pues comenzaba a sonrojarse. ¿Aioros sabría que lo había abrazado entre sueños?
- Tienes... mmmm ... manos muy... mmm grandes... Saga... -
¡SI LO SABIA! ¡Y no las había quitado! ¿Lo había abrazado la mayor parte de la noche intencionalmente? Resultó obvio para Saga que no había sido un accidente y se emocionó un poco... a Aioros no le incomodaba...
Saga fue salvado de responder por Kanon, que despertaba enojado por las voces de los otros dos. Un almohadazo que dio de lleno en la cara de Saga terminó con la conversación "privada" que mantenía con Aioros.
- ¡CÁLLENSE! ¡Intento dormir! ¡Estaba soñando! Maldita sea, Saga, eres el culpable. ¡Pagarás por sacarme de mi sueño! Nunca había soñado esto Saga, PAGARAS. -
- Ya cálmate Kanon, no es para tanto... -
- ¡Estaba soñando que tenía un lightsaber Saga! ¡ERA MITAD YODA Y MITAD HAN SOLO! ¡¡¡¿¿¿CUÁNDO CREES QUE VOY A VOLVER A SOÑAR ESO! -
- Ya nos íbamos Kanon... vuelve a dormir -
Saga y Aioros salieron de la cabaña, mientras Kanon se acomodaba en los tres colchones tratando de regresar a su sueño. Saga cogió una jarra con agua y se dirigía de nuevo a la cabaña a vengarse de su hermano (le debía DEMASIADAS) cuando Shion los detuvo.
- Aioros, Saga, acompáñenme. Debemos hablar... -
Saga dirigió a Aioros su mirada de "¿Qué hizo Kanon ahora?", y este le respondió moviendo su cabeza en negación. Se encontraron pronto frente a la roca favorita de Shion, en la que siempre se le veía meditar.
- Ayer, por la noche, mientras ustedes dormían observé como en el cielo aparecía la constelación de Aries... -
- ¿Cuándo partiremos Shion? - Aioros miraba a Shion emocionado.
- Espera, déjame terminar Aioros. -
Aioros bajó un poco la cabeza. La paciencia... Le había costado mucho trabajo domar esa cualidad... Y ahora que lo veía, en muchas situaciones no lo hacía. Si pudiera ser como Saga... él siempre mantenía sus emociones a raya y no dejaba escapar preguntas. Sabía que la impaciencia estaba en Saga, pero lo sabía porque era su... pues bueno era su amigo. Si no fuera así, Aioros que ahora miraba a Saga, pensaría que lo que Shion decía le parecía indiferente.
- La constelación de Aries se formó en el cielo y brilló. Pero segundos después la constelación de Virgo se formó y comenzó a brillar de igual manera. - Shion guardó silencio y estudio los rostros de los dos muchachos que tenía en frente. Ambos rostros denotaban sorpresa y aturdimiento.
- Esto quiere decir que los futuros caballeros de Aries y Virgo están ya listos para seguirnos... para formarse y proteger a Athena. Hay... noto algo diferente en la constelación de Virgo. No se como explicarlo, pero hay algo diferente. No se que quiera decir esto... -
- ¿Qué haremos? - interrumpió Saga.
- ... Buena pregunta... He decidido, que dado que la constelación de Aries ha aparecido momentos antes que la de Virgo debe ser el futuro caballero de Aries quien deba ser buscado primero. Debo ir sólo yo... -
- Pero... ¿Por qué Shion? ¿Por qué no podemos ir nosotros? -
- El caballero de Aries está en Lemuria. Es de donde yo provengo... Y ustedes no pueden entrar a la isla... -
- ¿Por qué no? - otra vez Aioros.
- Porque no son Lemurianos, como yo. Yo encontraré al caballero de Aries y lo traeré. Mientras tanto, ustedes deben esperar mi regreso... -
- ¿Y el caballero de Virgo? -
- Cuando yo regrese, lo buscaremos... -
- ¿No puede usted darnos una ubicación? Aioros, mi hermano y yo lo podríamos encontrar así... -
- No. Hay algo extraño y quiero estar presente. Además solo yo lo podría reconocer... -
A Saga no le agradó la idea de tener que esperar a Shion para ir en busca del caballero de Virgo. ¿Pero que podía hacer? Aún si las medidas que tomaba Shion no le parecía, no podía hacer nada... ¿O si?... Tal vez... algún día tendría más sabiduría y autoridad... tal vez... La voz de Shion interrumpió los pensamientos de Saga.
- En una hora partiré a Lemuria. Debo advertirlos... cuando regrese con el futuro caballero de Aries y el caballero de Virgo este también con nosotros, os hablaré, a todos... no sólo a ustedes. Los niños no comprenden que hacen aquí... os aclararé muchas cosas y también... cambiarán muchas cosas aquí. Os lo adelanto... Con su permiso, Aioros... Saga... debo meditar para... después partir... -
Shion les dio la espalda y se sentó sobre la roca. Aioros y Saga emprendieron el camino hacia el coliseo, como todas las mañanas. El aire que respiraban no era como el que esperaban. Al enterarse de que Acuario y Escorpión habían brillado en el cielo, el campamento se había envuelto en un ambiente de júbilo y fiesta. Ahora, Aries y Virgo brillaban y... después de oír las palabras de Shion, sentían que una sombra funesta los seguía para no abandonarlos jamás.
Milo despertó y lo primero que vio fueron los cabellos de Camus. Se sentía tan bien. Claro, sentía la cara hinchada de tanto llorar... pero sabía que no volvería a pasar. Ya había llorado demasiado. La noche anterior había llorado a su familia... nunca los olvidaría, pero era ya tiempo de ver hacia delante. Cuando lo hizo, (mirar hacia delante :) ) se encontró con el rostro despierto de Camus que descansaba sobre su pecho.
- ¿En qué piensas Camus? -
- En la noche de ayer... -
- ... ¿Sigues triste? -
- Algo... Sigo sin aceptar lo que hice... -
- Camus... la realidad es... que no hiciste nada... -
- No, no hice nada. Pero aquí, y aquí... - Camus señaló su pecho y su cabeza. - Pedirle al cielo que borrará a las personas que más me quisieron... llegar a desear que nunca hubieran existido... solamente... solamente porque no podía soportar el dolor... Debí ser fuerte... debí haber respetado mi dolor y su recuerdo... -
- ¡TIENES CINCO AÑOS CAMUS! -
Camus se sentó en la cama, reprimiendo lágrimas que amenazaban sus ojos con salir.
- Camus... no te puedes seguir atormentando... Fue un lapso... es normal sentir... cuando me arrancaron a toda mi familia sentí lo peor... era dolor mezclado con algo más... con odio... y rabia... tanta rabia que no pude llorar y desahogarme hasta ayer por la noche. Mi punto es... que todos reaccionamos de forma diferente... pero reaccionamos Camus... reaccionamos. ¿Qué esperabas de ti? ¿Esperabas derramar cinco lágrimas y estar bien, aceptando que te quiten lo que mas quieres, así nada más? Agradece, Camus, agradece... que te has dado cuenta de tu error y que cambiarás... ¿Ya no pretenderás olvidar a tus padres o sí? -
Camus miró a Milo. - No... pero tengo miedo. Antes buscaba olvidar y ahora quiero recordar... y no puedo... No puedo hacerlo Milo. Batallo demasiado. Ha pasado poco tiempo y mis recuerdos se debilitan... ¿Qué pasará en cinco años? Por dios, en cinco años no podré recordar nada... Me... m-e... maldigo por ser tan mal agradecido... –
- Recordarás Camus, y realmente no te debe importar si lo haces. Sus caras y sus ropas son lo de menos. Lo que nunca debes olvidar es... la sensación que vivía dentro de ti al tenerlos cerca. Todos los sentimientos y la felicidad que te otorgaron... -
- Gracias... Milo... -
- Es hora... - Shion se puso de pie, acomodo sus ropas tratando de borrar las huellas del polvo y desapareció para volver a encontrarse con su hogar: Lemuria.
La ciudad de la verticalidad. No había cambiado nada. Los hogares de cada familia seguían siendo torres que se elevaban hasta los cielos. El color blanco, y el plata predominaban en Lemuria... en los hogares, en la atmósfera... en todo. Cada hogar era delimitado por un portal que delimitaba el inicio de un hogar y el final de otro. Los portales a diferencia de las torres no eran verticales, al contrario, eran muros chaparros que en el centro presentaban la entrada al hogar, a la torre "familiar".
Shion observó como los portales seguían siendo utilizados sólo en la parte del frente de las torres familiares. La parte de atrás de una casa se podría prolongar hasta que otro portal hiciera su aparición anunciando la llegada a la entrada de otra vivienda. Y la distribución también seguía igual. Las torres familiares rodeaban a la torre más alta y majestuosa de Lemuria. Era la torre "Sagrada de Aries", la torre de plata. En ella, todos los lemurianos nacidos bajo la constelación de Aries eran educados de diferente manera que los demás niños lemurianos. Se les enseñaban técnicas de meditación, y como concentrar sus cosmos, cosas que los lemurianos normales aprenden a lo largo de sus vidas.
Lemuria era un país devoto a Athena, la diosa de la sabiduría y la guerra. Por ello, estaban orgullosos de entregarle a la diosa uno de ellos para que la protegiera. Cuando los niños Aries llegaban a los cinco años, abandonaban la Torre Sagrada y se sumergían en la vida de los lemurianos normales, pero preparados ya para que si Athena necesitará del "caballero de Aries" éste estuviera listo para recibir otro tipo de entrenamiento. Pues a través de la historia de Lemuria, el "Patriarca" acudía cada cierto tiempo (siglos) para llevarse al próximo "caballero de Aries". Era por lo tanto necesario, que el "elegido" supiera los dotes y técnicas de su propia gente ya que abandonaría Lemuria y tal vez la oportunidad de aprender su poder.
Shion llegó a la Torre Sagrada de Aries y se encontró con el rostro que más añoraba, el de su hermano...
CONTINUARA...
