La vista de cabellos lilas y una espalda ajena confundió a un rubio recién despertado que inmediatamente se incorporó, asustado de compartir la cama con un extraño. Un pensamiento le sacudió la modorra, mientras tomaba una almohada para golpear al desconocido: debía atacar, defenderse y en últimas instancias... gritar.
Acto seguido rodeó la cama, de puntitas, tratando de no hacer el menor ruido y llevando la almohada sobre su cabeza lista para golpear, se detuvo frente al "extraño"y sonrió: era Mu.
Nadie más podía dormir como el borreguito, perdiendo uno de sus brazos bajo una almohada lateral aferrándose a ella con el brazo libre en un abrazo fuerte; la sábana a la altura de la cintura, y su flequillo cayendo graciosamente sobre sus ojos. Siempre que Shaka despertaba y miraba hacia la cama de su amigo, no faltaba el día en que lo encontrase en la misma posición.
A nadie le gustaba compartir la cama con Shaka, porque este solía taparse de los pies hasta la cabeza, incluyéndola. Y de alguna forma misteriosa, Mu era el único que conseguía que la sábana no lo tapara completamente también a él, aún cuando el rubio durmiera todo tapado.
Eran un extraño par aquellos dos, pero "par" por sobre todas las cosas. Cada uno con sus excentricidades, o talvez sería justo decir, Shaka con sus excentricidades y Mu hallando siempre una forma de vivir con ellas.
Después de contemplar al dulce carnerito dormir por unos momentos, el cerebro de Shaka finalmente consiguió despertar.
Si Mu estaba dormido y a unos centímetros de él, eso quería decir que había logrado tele portarse. Comenzó a gritar totalmente emocionado a la vez que sacudía al carnero para despertarlo y así felicitarlo.
- ¡MU LO CONSEGUISTE¡LO HICISTE! -
A estas alturas, Mu despertó, confundido y asustado a la vez, pues escuchaba gritos que no alcanzaba a entender y sintió unas manos que lo sacudían sin saber de quien eran. Todavía algo dormido, reaccionó violentamente y empezó a manotear sin ver hacia donde y sin entender porque lo hacía.
Pero, un abrazo lo paró en seco y un beso en su mejilla le hizo abrir los ojos como platos, sumamente sorprendido. Con la boca entreabierta vio una cabellera rubia, y supo que el abrazo era de Shaka y sin comprender todavía que estaba ocurriendo o la razón de tantos gritos, se limitó a aceptar aquellos brazos y a sentir la espalda del rubio con sus manos.
Sin embargo Shaka se desprendió rápidamente de él, mirando al carnero con expectación y emoción, con una sonrisa sumamente larga.
- ¿CUÁNDO LO CONSEGUISTE¿CÓMO FUE MU, QUE SENTISTE? - el rubio ya estaba sentado a su lado, mirándolo con admiración.
Y Mu comprendió tristemente que la sonrisa que Shaka le regalaba, la emoción que destilaba en sus celestes, el beso que le había otorgado y el abrazo que había disfrutado eran producto de algo que él no había hecho. Muy amargamente, decidió que debía decirle la verdad al virgo...
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- ¿Shion, has visto a Mu? - Arles subió los escalones de géminis y se detuvo ante la figura de su hermano que le daba la espalda.
No hubo respuesta.
Arles colocó su mano derecha sobre el hombro del Patriarca. - ¿Shion¿Estás bien?
Shion se giró y se encontró frente a su hermano que lo miraba preocupado. No sabía que decir y no sabía que hacer.
- Shion... - Arles lo miró asustado. Nunca lo había visto así, tan vulnerable, tan cansado... tan viejo. - ¿Qué ocurre¿Dónde está Mu?
- Está en Cádiz, España. Vendrá cuando logre tele portarse... - y sus ojos se perdieron en el firmamento haciendo ningún caso a la silueta de su hermano.
- ¿QUÉ? No puedes estar hablando en serio... ¡Tiene seis años! - Arles no pudo evitar que su voz adquiriera el tono de reclamo.
Shion no contestó. Se hallaba hipnotizado por la noche.
- ¡SHION¡TU lo lograste a los diez años¡MU TIENE SEIS!
- El tiempo irónicamente ahora, parece no alcanzarme y debo darme prisa. Mu debe estar listo cuanto antes...
- ¿Shion qué...
- Y temo... que a ti tampoco te alcanzará... – una lágrima traidora recorrió toda la mejilla del Aries para después caer al piso y perderse entre los restos de lluvia.
- ¡Mírame¿De qué diantre estás hablando!
Shion despegó finalmente la vista del cielo y miró fijamente a su hermano como nunca lo había hecho. Triste, derrotado y... resignado. - Las estrellas están cubiertas por el velo de la oscuridad...
Como buen lemuriano, Arles fijó su atención a las estrellas. En efecto, en el firmamento no había ningún brillo, ninguna luz... Mal augurio...
- ¿Qué quieres decir? - preguntó algo asustado por las referencias de su hermano a que el tiempo se les estaba acabando y a la oscuridad que tapa la luz de la noche.
- La noche, aún siendo negra cuenta con la luz de las estrellas, la señal de que el día llegará y la luz reinará... Ahora, éste cielo, se encuentra totalmente negro... capricornio ha terminado de brillar ya, y ninguna estrella aparece... Ningún brillo en el firmamento... - la voz del Patriarca era sumamente melancólica.
- Las estrellas callan (), es sólo eso. No pienses en lo peor...
- No lo pienso; lo siento y ESO no es lo peor... He visto... imágenes que no alcanzó a comprender o distinguir... Cuadros... llenos de muerte, de sangre derramada, de oscuridad y no veo venir el final... no veo la luz llegar... Es muerte en el recinto de Athena...
- ¡No puede ser cierto!
- Ser el Patriarca no es sólo un cargo, Arles. Athena me ha otorgado ciertos dones y por eso VEO más que tú... – dijo severamente.
- Pero creí... creí que Athena llegaría pronto...
- Y lo hará. Ya no tardará...
- Entonces... ¿Por qué? No puede ser cierto. Si ella viene, todo estará bien...
- No, nada estará bien. Todos los que estamos aquí seremos tocados por la tormenta que se avecina... todos serán marcados y ya nada será igual...
- ¡Pero tu dijiste! TU, dijiste que ella es luz y poder. Si ella viene, vendrá la luz... - Arles sonaba cada vez más desesperado.
- La luz de su venida no será suficiente. La oscuridad la engullirá y se perderá...
- Entonces... ¿Todo lo qué hemos logrado... ¿Todo lo que hemos sacrificado... ¡ME NIEGO A CREERLO!
- Me temo que ese, al final, será el error que te condenará...
- ¿Qué... No... no me importa... no quiero saber... Pero... ¿La oscuridad tendrá final¿Qué pasará con todos, con Athena? - Arles esperaba una respuesta, pero Shion miraba el suelo. - ¡Shion¡Dímelo!
- Ya te expliqué que nada me resulta claro, sólo puedo adivinar lo que se avecina...
- ¡DIME LO QUE SABES! Te lo pido... por favor, hermano...
- ... Siento que yo no estaré aquí por mucho tiempo, que el manto de la noche caerá sobre todos nosotros y también sobre los que han de venir... Athena se perderá...
- ¿MORIRÁ...? Dime si Athena morirá...
Shion se pasó una mano por su cabello, su porte había desaparecido y su rostro estaba lleno de angustia. - Sólo se que no veo renacer la luz...
Arles fue cayendo lentamente de rodillas, hasta quedar en el suelo con una expresión derrotada. No podía ser. Todo el tiempo invertido... para nada. Todas las vidas sacrificadas... para morir sin motivo y sin significado. - No lo entiendo... ¿Cómo... ¿Cómo Shion... ¿Cómo llegamos a esto¿Qué hicimos mal? - su voz era como un susurro.
- No lo sé...
- Ya nada importa...
- Arles...
- ¡YA NADA DE LO QUE HAGAMOS IMPORTA!
- ¡Arles!
- ¡ESTAMOS CONDENADOS A DESAPARECER Y MORIR!
- ¡ARLES, BASTA!
Arles ocultó su rostro entre sus manos. - Mu... Kanon... Saga... Aioros... Milo... Camus... Shaka... Aioria... Son tan jóvenes, dime que no compartirán nuestra suerte...
- No deseas saberlo Arles, te aseguro que no... Además... nada es seguro... Te puedo decir que... todos morirán... unos antes que otros... unos con honor... otros sin él...
- ¿Por qué? - Shion miró a su hermano sin comprender su pregunta. Arles se puso lentamente de pie, y lo miró, recuperando su altivez y su orgullo, que momentos antes había perdido en la frustración de saberse a sí mismo y a sus pupilos con un destino amargo. - ¿Hades¿Poseidón¿Zeus¿Quién vendrá a destruirnos?
- Serán muchas las peleas, pero la primera durará años y será la que nos diezmará... Y me temo, hermano, que ninguna deidad de las que has mencionado será la culpable...
- ¡Debes estar bromeando! Eso no es posible. Si ellos no son culpables, entonces... - su rostro se paralizó.
- Así es. El golpe vendrá desde adentro...
- ¡No, eso no puede ser! Estás equivocado. Nadie de este campamento sería capaz, además... no podrían. Shion... no podrían hacerlo... No lo creo...
- Definitivamente, Arles... ese será el error que marcará tu suerte...
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- Creo que no escuché bien Aioros, discúlpame. ¿Puedes repetirlo otra vez? - gritó Shura desde el baño, donde se estaba duchando.
- Dije que Mu ha venido por nosotros. Él nos llevará a Grecia.
- ¿Cómo nos llevará?
- ... Nos tele transportará al Santuario...
- Eso ya lo escuché...
- Entonces... ¿Por qué preguntas?
Definitivamente Aioros era lento para comprender las cosas, pensó Shura. - Te estoy preguntando CÓMO nos tele transportará el chico...
- Pues... tomándonos de las manos... – dijo el arquero, como si fuera lo más obvio del mundo.
Se oyó como si algo se hubiera caído en el interior del baño, seguido de un grito de dolor. - ¡SHURA¡Shura... ¿Estás bien? - preguntó alarmado Aioros poniéndose de pie mientras tocaba la puerta del baño. Mu y Shaka reían disimuladamente desde la cama.
- ... Sí... es que... se me ha caído el shampoo... - dijo el español mientras se sobaba el pie, convencido ahora totalmente de que todos incluidos los chicos estaban totalmente chiflados.
- ¿Seguro? Te oímos gritar... – dijo Aioros pegando su oído a la puerta.
- Pues porque me ha caído en el pie... - dijo algo molesto Shura. No estaba acostumbrado a que lo sermonearan o a que le hicieran preguntas, y mucho menos a que lo consideraran un niño que necesitaba ayuda, así que por eso algunas veces tenía pequeños enfrentamientos con Aioros. Aunque... siempre terminaban en risas, o en disculpas de ambos. Y a eso tampoco estaba acostumbrado, antes no sentía que necesitaba pedir disculpas por nada pero con Aioros era diferente. Se sentía algo culpable, pues el griego sólo buscaba ayudarlo...
- Aioros...
- ¿Sí?
- ... ¿Cómo? Es que... ¿Cómo que nos tomaremos de las manos? Es imposible... Esa no es forma de llegar a Grecia... - dijo algo desesperado por la bola de cosas lunáticas que había tenido que oír desde que había salido de su casa con Aioros y Shaka.
- No te preocupes Shura. Mu, tiene poderes especiales... Lleva todo el día practicando y parece que ya lo está logrando...
Shura sujetó muy bien el shampoo esta vez. ¿Con qué iban a salir después? Lo único que faltaba era que alguien dijera que oía voces... Decidió no comentar ni decir anda acerca de los "poderes mágicos" que el niño de puntitos y cabellos lilas poseía. Aguantaría todo con tal de que lo llevaran a Grecia...
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- Estoy preocupado Camus... - Milo se sentó en el colchón de acuario, donde éste ya estaba acostado. - Mu no ha llegado, Kanon no se ha aparecido, Saga sigue en su prueba, el Patriarca y Arles se han perdido... Sólo estamos, tu, Aioria y yo en el campamento...
- Yo también lo estoy... Pero nada podemos hacer...
- Supongo que no... Pero... ¿Y si fuéramos a buscarlos?
- ¿Milo¿Camus¿Están ahí? - la puerta de la cabaña se abrió y Aioria entró arrastrando una sábana y cargando una almohada.
- Aioria... ¿Qué sucede? - preguntó Camus sentándose en su cama al lado de Milo.
- Bueno... pues... - el futuro niño leo, miró el piso algo avergonzado.
- Puedes ocupar la cama de Mu. – lo interrumpió Milo, sonriéndole.
- Gracias. - Aioria corrió a ocupar la cama del carnero con una gran sonrisa.
- ¿No te gusta dormir solo? - le preguntó Camus.
Aioria que se estaba tapando, contestó algo sonrojado. - Bueno... pues no. Es que... nunca he dormido sin compañía... No es que tenga miedo. - añadió apresurado - pero es que no me gusta...
- ¿Extrañas a tu hermano? - preguntó Milo, recordando al suyo propio.
- Mucho... No creí que fuera a tardar tanto...
- Que suerte tienes, digo de tener a tu hermano contigo... - dijo Milo serio.
- Sí, lo se. Y tengo más suerte aún, siendo Aioros mi hermano.
- Sí, se ve que te quiere mucho. A mi me hubiera gustado tener un hermano como él. - dijo Camus muy pensativo.
- Aioros te quiere como si lo fueras Camus... - se oyó la voz de Aioria que ya se estaba medio perdiendo en sueños.
El acuario se quedó pasmado. - ¿De verdad?
- Habla mucho de "bonito"... ¿Siempre te ha dicho así verdad? - preguntó Aioria, con una voz que se iba convirtiendo cada vez más en un susurro. - ¿Por qué? - volvió a preguntar.
- ... No lo sé...
- ¡Pues porque lo es! - interrumpió Milo algo molesto. ¿Por qué preguntaban lo obvio?
Camus lo miró muy sorprendido y Milo, dándose cuenta de lo que acababa de decir se limitó a sonreír tontamente. - Pues es verdad... ¿No? - Camus se sonrojó y se acostó sin mirar a Milo, por la pena que sentía.
- El que más me preocupa es Saga... - dijo acuario y Milo agradeció que se cambiara de tema. - No creí que su prueba pudiera durar tanto. ¿Qué tal que no lo consiguió y se encuentra herido?
- Saga es muy fuerte, en mi opinión es el más fuerte del campamento. No creo que lo esté pasando mal. Ya verás que está bien. - dijo Milo.
- ... Aioros... Aioros es el más fuerte... - la voz de Aioria se oía totalmente adormilada pero tenía un rastro de enojo.
- A mi me preocupa Kanon... No es normal que no se haya aparecido en todo el día. ¿Qué puede estar haciendo él? - dijo Milo ignorando completamente a Aioria.
- Kanon no debería preocuparte. Es el que mejor se sabe cuidar. Debe estar jugando por ahí, o disfrutando el único momento de soledad que hasta ahora pudo tener.
- ¿Tu crees que le guste estar solo?
- Pues a mi me gusta. - Milo lo miró algo herido - No me expliqué bien, discúlpame Milo. - una sonrisa del escorpión y continuó su explicación - Hay veces, que estar solo sirve para pensar en cosas que no puedes decir o de las que no quieres hablar... Kanon ha estado toda su vida con su hermano... Creo que es natural que aproveche este momento para hacer cosas por su cuenta...
- No entiendo. A mi nada más me gusta estar solo cuando estoy triste. ¿Crees que Kanon esté triste? - pregunto algo preocupado el escorpión.
- La verdad... – bostezó - es que Kanon últimamente está raro... Es como si ya no estuviera aquí...
- ¡Me choca no saber!
- Y a mi me choca que todos hayan desaparecido y no nos hayan dicho nada...
- Camus... ¿Y si vamos a buscarlos?
- No creo que sea lo más correcto... Es media noche...
- ¿No quieres saber si Mu, Saga y Kanon están bien?
- Pues si, pero... ¿Dónde los buscaríamos?
- ... Pues sabemos que Saga está en el templo de géminis... Talvez Kanon esté cerca esperándolo...
- Tenemos prohibido ir halla...
- Lo TENÍAMOS prohibido... pero si Saga ha pasado su prueba y ya es dueño de su casa... el no nos correría...
- Pues...
- Toda alternativa es mejor que esperar Camus. ¡Anda, vamos! - Milo se puso de pie, y jaló el brazo de acuario para que lo siguiera.
- Está bien... A ver si no nos metemos en problemas...
Ya estaban en la puerta cuando Aioria jaló el brazo de Milo, que se asustó. - ... Yo también... voy...
Aioria estaba más dormido que despierto, pero la perspectiva de quedarse solo con todo el campamento fuera no le era muy atractiva. Así, los tres niños se dirigieron hacia el territorio de géminis en medio de la noche sin estrellas.
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- ¿Qué haremos ahora Shion?
- Esperar. El tablero está puesto y las piezas están en movimiento... ()
- No. Debemos actuar, informarles a todos...
- Todo ocurre por una razón...
- ¡No puedes estar sugiriendo que nos crucemos de brazos y dejemos que el caos caiga sobre nosotros!
- No he sugerido semejante cosa, Arles... Lo único que podemos hacer es preparar a los muchachos lo mejor que podamos. Darles todas las oportunidades posibles de salir de esta. Creo que para mí el final está cerca y si es la voluntad de Athena... que así sea...
- Suenas demasiado resignado...
- Y tú demasiado rebelde... Aceptar lo que la vida nos brinda, lo bueno y lo malo, tranquiliza el alma... y la conciencia.
- ¿Los entrenamientos serán más pesados ahora? - preguntó Arles, que le urgía hacer algo que pudiera salvarlos a todos.
- Sí, en especial para Mu. Comprendes ahora, que tiene que estar listo cuanto antes...
- Sí... lo comprendo...
- Saga ya está listo. Falta que perfeccione y descubra técnicas propias de su poder. Aioros pronto lo estará. Los niños tendrán más entrenamiento físico a partir de mañana...
- Hablé con Kanon... - Arles miró tentativamente a su hermano. - Creo que la idea de portar una armadura de plata no le agradó...
- ¿Le ofreciste una armadura de plata? - preguntó Shion incrédulo.
- Sí...
- ¿Y creíste que la iba a aceptar? Eres más iluso de lo que creí...
- No veo nada de malo en que acepte portar una armadura de plata...
- Pareciera que no conoces a Kanon...
- ¿Y tú si? Disculpa, pero creo conocerlo mejor que tu. – dijo enojado Arles.
- Aunque no lo creas, tengo ojos y tengo oídos. Y por si no lo recuerdas, tú llevas viviendo con Kanon un año. Yo lo conozco desde que era un niño...
- Tú lo has dicho. Lo conocías de niño, pero ya no. No te has cansado de apartarlo...
- Él pudiera estar haciendo otra cosa. Podría ser feliz en otra parte, no tiene porque estar aquí y sufrir la vida miserable de un caballero...
- ¡Ésta vida ha sido SU elección! Después de tanto tiempo sigues sin comprenderlo.
- Te equivocas. Venir aquí nunca fue su elección, fue de Saga. ¡La única razón por la que está aquí es porque está atado a su hermano!
- Es su voluntad y la de Athena. ¡Tú mismo lo dijiste: que sea lo que ella quiera! Kanon está aquí por una razón que desconocemos. Tiene un papel que cumplir. ¡Y si es elección de Athena, QUE ASÍ SEA!
- Es diferente. Yo soy un viejo y él es un niño. Que Athena haga lo que quiera conmigo que he vivido, pero no con él. El destino de Saga es estar aquí, y sufrir lo que tenga que sufrir a lo largo de su vida. Pero la vida de Kanon podría ser tan diferente...
La conversación de los hermanos lemurianos se vio interrumpida por la aparición de Shaka y Mu frente a ellos. La boca de Shion se abrió en sorpresa para decir algo, pero el carnero menor desapareció nuevamente.
Shaka se limitó a mirarlos y sonreírles orgulloso de su amigo. Segundos después, Aioros y el futuro caballero de Capricornio aparecieron de la mano de Mu. Si Shion hubiera podido mirar en esos momentos el rostro de Shura, se hubiera echado a reír. Susto, sorpresa, emoción e incredulidad, todas esas emociones reunidas en un mismo momento en una misma cara.
Las visiones como siempre que un caballero se le presentaba por primera vez, acudieron a su mente. Una mano extendida cortando el viento. Lágrimas cayendo al suelo. Un muchacho con armadura de bronce y de cabellos negros sangrando por cortes profundos en su piel. Dos hombres de espaldas a él portando armaduras oscuras, los dos de cabellos azules pero de distintos tonos. Una flecha dorada.
Arles se encontraba hincado sosteniendo a su hermano. Los demás miraban preocupados a Shion, pero la aparición de otros tres niños en la escena los distrajo.
- ¡Hermano! - gritó Aioria, al ver a Aioros, y rápidamente corrió a sus brazos donde el arquero lo esperaba con una sonrisa. Shura no se sorprendió mucho de enterarse de que Aioros tenía un hermano pequeño. Eso explicaba el porque el arquero lo trataba como un niño...
Milo decidió salir del escondite en el que estaban, pues Aioria ya lo había hecho y no había recibido ningún grito del Patriarca. Camus acompañó a Milo, algo triste por la escena entre Aioria y su hermano. Que bien se sentiría tener a alguien que te abrace y que te extrañe tanto, sin ser tu amigo...
Pero a Camus se le formó una gran sonrisa al ver que sus otros dos amigos, Mu y Shaka, estaban bien, ya en el campamento y sobre todo sonrientes. Los cuatro pequeños se reunieron y se dijeron algunas palabras que no terminaron de pronunciar porque el sonido de pasos los distrajo a todos...
Saga salía finalmente de su casa, luciendo la armadura dorada que había ganado. Aioros se sorprendió mucho al verlo. Se veía tan cambiado... tan seguro, tan mayor, tan... no lo pudo reprimir, apuesto.
Sagitario intuyó acertadamente que algo había pasado en la casa de géminis, y que Saga había cambiado. Faltaba averiguar, si para bien o para mal.
Todos se quedaron mudos ante la visión de Saga caminando hacia ellos. Cuando géminis estuvo finalmente frente a ellos, notó que todos lo miraban indecisos. No pudo evitar dedicarles una sonrisa, que sólo Aioros se percató que iba dirigida a él. Risas, abrazos, introducciones, palabras de apoyo, siguieron. Y nadie, en esos momentos recordaba sus problemas ni la tormenta que pronto habría de venir. Estaban juntos y eso era lo que importaba...
No muy lejos de ahí, oculto entre unos arbustos estaba Kanon. Después de mirar con rencor la escena de todos reunidos para felicitar a su hermano, salió rumbo a una dirección muy familiar y destino muy conocido. Como siempre, él no era parte del grupo, ni de nada. Furioso consigo por permitirle que nimiedades como esa le afectarán, se consoló pensando nuevamente que se arrepentirían... Algún día, las cosas serían muy diferentes y el perdón no le bastaría a ninguno...
CONTINUARA...
() "las estrellas callan" ... del Rey león dos cuando Simba le dice a Nala, que no sabe si ignorar o aceptar a Kobu... Sí, efectivamente, las lectoras de mis dos fics se habrán dado cuenta ya que soy super ñoña e infantil... nn pero mientras no le haga daño a nadie xD
() "el tablero está puesto, y las piezas en movimiento" de Gandalf en el retorno del rey xD
Espero que les haya gustado y que no les haya aburrido
Besos :)
pd) Gracias a todas las que me leen por aquí, les agradezco mucho sus comentarios que me animan un buen
este... tengo diecisiete años y el lunes empezaré mi último año de prepa así que no jejejeje aunque me gustaría presumir un título de psicología pues no... nn no lo tengo... simplemente dejo fluir los dedos en el teclado nn muchas grax por el halago :)
grax a todas y miles de besos
