Hola a todos! ^^ ¿Cómo han estado?
Aquí una nueva actualización ¬¬ Disculpen la tardanza, pero... ^^U;;
Muchas gracias a todos los que dejaron reviews! ^^
Damaris: Nos vemos tardado en volver... Por una cuestión de inspiración. xD Me tocaba a mí escribir y yo estaba en medio de exámenes de fin de trimestre xD Esperamos que este cap. te guste! ^^ A mí me gusta especialmente el que viene. ^^ Ya verás por que. Esperamos no tardarnos en actualizar ._. Gracias por tu review! ^^
Layla kyoyama: Esta vez si me he tardado, vdd? O.o No me digas que no... En cuanto a las escenas H/Hr, espérate mucho en este fict. Pero habrá un período que les extrañarás. ^-^ Mejor me callo, que ya veo que te cuento el final xD En cuanto a la escena H/Hr del cap. anterior, para tu sorpresa seguramente, fue Rómulo quien la escribió xD Aunque yo tuve que darle el empujoncito. ^^ Ya veré cuando yo me podré dar el gusto de hacer una escena HHr. Ronny? Ya verás aquí como se recupera... Para mi pesar ;_; Recuerda que Sirius no está presente en este fict... *Continuar del 5° libro ^^* Pero si te refieres a la OdF, en este cap. no hay reacciones.. Ya veremos más adelante, cuando la cosa se note más. ^^ Seré HHr hasta el fin de mis días! ^^ Y seguiré escribiendo hasta que se me gasten las ideas xD Los Hermanos Potter prontamente será actualizado, no sé si le subiré después de éste o esperaré unos días. Pero no mucha más espera. ^^ No te preocupes por los errores de ortografía, he visto peores xD Aunque sea no me he desmayado, esa es buena señal xD Por supuesto que sip, que me gustaría ser tu amiga!! Tienes MSN? ^^ Bueno, te dejo que sino no podré subir el cap.! xD Gracias por tu fantástico review!
LoBeZnO: Muchas gracias.. En cuanto a tu duda, pues.. *Parvati consulta entre murmullos a Rómulo* la verdad que ninguno de los dos tiene idea alguna ^-^ Revisaré OotP, para ver si tienes razón O.o Bueno, esperamos que este cap. te guste! ^^ Muchas gracias por tu review!
Renialt Shirou: Muchas gracias ^-^ Sí, es un HHr. Aunque muy pronto, dejará de lado un poco el romance... Así que no te lo esperes muy cursi. ^^ Espero que el cap. 4 te guste! ^-^ Muchas gracias por tu review!
lolo: Muchas gracias! Nos alegramos de que te guste! ^^ Veo que a todos les ha gustado el HHr. xD Nunca esperé tantas críticas constructivas hacia la pareja en este fict! jajaja. En cuanto al nombre del Fict, sabrás (suponemos) la justificación casi en los últimos caps... ^^ El misterio es esencial en un fict para que los lectores no dejen de leer el fict, por eso intentamos dejar los finales de los caps. lo más abiertos posible.. ^-^ Esperamos no haber tardado tanto en actualizar ;_; En cuanto a la reacción de Ron, más adelante la verás. ^^ Se pondrá celoso en cuanto vea con sus propios ojos los besos y caricias xD Y habrá reacciones, no te preocupes. Pero todas más adelante. Digamos que... ¿no quería discutir con Harry en el hospital? xD Tenemos también una buena pareja pensada para Ronny, no le vamos a dejar solo! ^_- Ya verás que se hará algo más cursi la historia, pero no será tanto... Pues el fict en realidad es Dark. En caps. más adelante te enterarás. ^^ Bueno, muchas gracias por tu review! ^^
Capítulo 4 – La Mejor Manera de Empezar el Curso
Así de veloz como llegó agosto, así de veloz pasó. Harry, durante ese más de estadía en la casa de los Granger, aprendió a valorar muchísimo más a Hermione, a conocerla profundamente y, de la misma forma que ella le entregaba cariño, devolver cuanto ella le ofrecía tanto en amor como en alegría. La felicidad fue total durante muchos días, sin ningún Voldemort detrás de sus sueños o pensamientos. Al principio, Harry se mostró despreocupado y totalmente desinteresado en este hecho. Pero luego de haber pasado una semana y media, comenzó a inquietarse y preocuparse realmente. ¿Qué estaría tramando Lord Voldemort?
En esas tardes desesperadas de verano, en pleno aburrimiento, el padre de Mione terminaba de convencerlo que lo acompañase a ver uno de los deportes Muggles más conocidos por televisión. Así que terminó haciéndose fan parcialmente del fútbol, para la indignación de Hermione quien esperaba indiferencia de parte de Harry en cuanto a ese deporte.
Hermione también recibió muchas sorpresas, dándose cuenta que no conocía todos los secretos de su mejor amigo (y actualmente, algo más…) Un día, Harry se propuso para cocinar la cena. La señora Granger aceptó, interesada en comprobar la habilidad de Harry en la cocina. El señor Granger y Hermione temieron durante escasos segundos sobre si comerían aquella noche. Pero tuvieron que contradecirse al ver la cena, una hora después, servida en la mesa.
Una tarde, decidieron jugar a un juego de mesa muggle, bastante familiar y hogareño. Consistía en recorrer el tablero, empezando por conseguir una carrera profesional y un sueldo (que se elegía al azar y con tarjetas), luego tenías que casarte y si caías en los casilleros correspondientes, tendrías que sumar miembros a tu familia. Pagando deudas bancarias, cobrando el sueldo correspondiente, pagando los gastos de la vida… Hasta llegar al final del juego (la jubilación.) El jugador más rico era el ganador. (N/A: "Life" el Juego de la Vida, para quien lo conozca ^^) Terminó ganando Richard, aunque no se fiaron demasiado. Una vez creyeron verlo sustrayendo dinero del banco sin ser su turno…
Cada tanto, hacían una visita de unas cuantas horas a Ron, donde charlaban, comentaba los diferentes sucesos que acontecían en el mundo mágico y/o muggle, hacían bromas (sobre todo cuando Fred y George se unían a la conversación.)
Pero sobre todo, la relación de Harry y Hermione se hizo más estrecha, un lazo de confianza persistente les unía. Cuando uno necesitaba del otro, sabía que allí a su lado seguramente estaría. Y eso hizo que Harry se sintiese más esperanzado. Hubo muchos momentos en los que el brillo ahora apagado de los ojos de Harry, parecía retornar nuevamente. Pero eran solamente instantes… Nada ni nadie borraría la huella que el pasado había dejado en él.
Unos días antes del primero de septiembre, Hermione y Harry junto con Remus y Tonks se dirigieron al Callejón Diagon para comprar los útiles escolares que necesitarían aquel año. Unos cuantos libros (no se sorprendieron al ver la cantidad de ejemplares dedicados a Artes Oscuras y su defensa), unos cuantos repuestos de ingredientes de pociones avanzadas, plumas con tinteros de diferentes colores y pergaminos nuevos, pero sobre todo, nuevas túnicas negras simples (el uniforme tradicional de Hogwarts), ya que ambos habían crecido unos cuantos centímetros y las ropas del anterior año no les quedaban lo suficientemente cómodas.
Lupin y Tonks se mantuvieron muy discretos, sin separarse en ningún momento del lado de Harry y Mione. Observaban atentamente a cualquier persona que se les acercase, intercambiando ceñudas miradas. Realmente tenían los sentidos sobresaltados. Y Harry no pudo menos que elevar las cejas con interés. ¿Tan preocupado estaba Dumbledore por su bienestar? ¿Tan inquieto por no perderle de vista? Mentalmente, emitió una exclamación colérica.
El Callejón Diagon no había cambiado para nada. Salvo que se tenga en cuenta el local del noventa y tres del Callejón Diagon, "Bromas mágicas Weasley" que en cuanto lo encontraron, Harry y Mione se apresuraron a ingresar. Los gemelos no tardaron en advertir la presencia de ambos amigos y les sonrieron infantilmente. Diez minutos después, salían del local con unas cuantas cajas con diversos elementos para bromas, que seguramente utilizarían en Hogwarts.
Cuando entraron en "Flourish & Blotts", se dispersaron por el local en busca de los libros (Remus les dio permiso tras las súplicas de Herm y Harry, de compras libros extras), ya que tanto Tonks como Lupin poseían interés en ciertos libros (que seguramente Dumbledore les pidió que compraran.)
Hermione se dirigió a la sección de Encantamientos y Transformaciones, mientras Harry buscaba en Defensa Contra las Artes Oscuras y Cuidado de las Criaturas Mágicas. Tomó los dos libros que pedían en la lista de útiles, pero su atención se centró en un ejemplar cercano.
Lo que más le llamó la atención fue el título "Kaltes Blut." Poseía una tapa de un color verde oscuro, casi negruzco. Las letras estaban grabadas en plateado brillante, que relucía gracias al efecto de la luz de las velas. Un libro bastante grueso, tendría alrededor de cuatrocientas páginas. En la contratapa, tenía una frase media gastada, pero totalmente legible: "Criador von Serpents, die Versuchung des Gifts, tief und der tenebrous Freundschaft."
Sonrió. Ya luego le preguntaría a Hermione el significado de aquello, pero había algo dentro de él que le decía que ese libro le sería de utilidad, de demasiada utilidad. Un sentimiento extraño le invadió y no pudo comprobar que era. Agarró los tres libros y caminó hacia donde estaba Herm. Desde allí, pudo ver a una persona que no era ni Remus ni Tonks. La sorpresa le impidió sentir tanta bronca como hubiera deseado.
Era un hombre corpulento que llevaba un sombrero verde. Harry lo reconoció con una rápida mirada. Cornelius Fudge, el ministro de Magia. Potter dio unos pasos cautelosos, acercándose al campo de visión de éste. Fudge adoptó la sonrisa indulgente, que siempre poseía cuando estaba Harry presente.
- Buenos días, señor ministro. – Saludó formalmente el vendedor de Flourish & Blotts. Cornelius le miró durante unos instantes fijamente, inclinándose levemente en respuesta al saludo. Pero su vista se volvió a precisar en Harry.
- Buenos días, señor ministro. – Dijo Harry tratando de mantener un tono neutral y ligeramente educado, pero su frase tuvo la misma acentuación que hubiera tenido un insulto. Fudge alzó las cejas, con disimulado interés y observándolo de arriba a bajo, como si fuera la primera vez que se cruzaba con Harry Potter.
- Buen día, señor Potter. – Dijeron Cornelius y el vendedor al unísono, sin pretenderlo. El primero con un tono prepotente y vanidoso, el segundo con amabilidad y admiración. Dos tonos totalmente opuestos.
- ¿Cómo se encuentra, señor ministro? – Preguntó Tonks acercándose con aire alegre y jovial, sin prestarle atención a la tensión del ambiente.
- Podría estar mejor, Nymphadora. – Respondió Cornelius cortante. Tonks abrió la boca, con furia contenida, pero prefirió cerrarla, emitiendo una sonrisa forzada y totalmente falsa.
Fudge se acercó al vendedor y le murmuró su pedido, casi sin separar los labios (gesto que hizo a Harry recordar a su profesor de Pociones en Hogwarts, Severus Snape.) El vendedor asintió absortadamente y anotando en un pergamino lo que el ministro le decía. Terminado el intercambio de palabras, Cornelius hizo una leve inclinación de despedida a Remus (quien se había acercado y se encontraba al lado de Tonks), Tonks y a ambos estudiantes de Gryffindor. Los cuatro devolvieron el gesto, dos fastidiados y sin ganas, obligados por las miradas de advertencia de los otros dos.
Y así acabó agosto, dejando que el amanecer del primero de septiembre naciera.
La casa de los Granger no estaba demasiado alterada, ya había tomado las precauciones el día anterior para cualquier problema que podría llegar a surgir. Los dos baúles estaban listos y cerrados firmemente, al lado de la puerta. Remus vendría acompañado por la familia Weasley en un sencillo automóvil muggle.
La señora Granger había preparado un abundante desayuno, para que así "resistieran hasta la hora del almuerzo." Richard se limitaba a contarle a Harry los resultados de los partidos de fútbol de la anterior noche, impacientando a Herm y a su madre. Potter trataba de ponerle entusiasmo a la conversación con Richard, pero la cabeza le daba vueltas vertiginosamente. Aquella noche no había dormido bien, no había tenido pesadillas, sin embargo, se sentía como si no hubiera pegado un ojo en toda la noche.
Hermione le miró atentamente al notar que no estaba del todo concentrado y le preguntó disimuladamente si se encontraba bien. Se limitó a asentir lentamente con la cabeza y a emitir una débil sonrisa, para animar a su amiga. No quería preocuparla.
A las diez y media, Herm y Harry se despedían de los señores Granger, al llegar la familia Weasley junto con Lupin.
- Muchas gracias por permitirme pasar este verano con ustedes, señores Granger… - Dijo Harry. Los padres de Mione hicieron gestos de impaciencia, indicando que no tenía nada que agradecer.
- Me cuidas a Hermione, ¿eh, Harry? – Le guiñó un ojo Richard. No pudo evitar que un leve color escarlata se le subiera a las mejillas.
- No te preocupes, Richard. – Le sonrió Harry, algo nervioso.
- La semana que viene te mando por lechuza los resultados de los partidos…
- Perfecto, papá, Harry luego te dará tu opinión sobre ellos, no te preocupes. – Interrumpió Mione impaciente. Emma les sonrió agradablemente, dándole a cada uno un abrazo y dos besos en las mejillas.
Al entrar en el automóvil, no hubo mayor alegría que ver a Ron, sano y salvo, sentado allí sonriéndoles felizmente. Ginny también les saludó, con un movimiento de su mano. El señor Weasley, en el lugar del conductor, les guiñó un ojo y Lupin se sentó a su lado, dándole indicaciones de las calles que debía seguir para llegar a King's Cross.
- ¿Qué tal se siente volver a ser libre, Ronny? – Se burló Hermione con una amplia sonrisa.
- Perfecto. – Respondió Ron animadamente, contemplando interesado por la ventanilla las casas y calles Muggles. - ¿Cómo la han pasado ustedes?
- Antes de ayer fuimos al Callejón Diagon. – Comentó Harry como si tal cosa.
- ¡Nos cruzamos con Fudge!
- ¿Y sigue tan desagradable como siempre?
- Nunca cambiará… Tenías que haber visto la cara de Tonks…
- Ya me la imagino.
En quince minutos llegaron a la estación, bajaron los cuatro baúles y cuidadosamente fueron caminando hasta llegar a andén 9, donde los esperaba Molly, ansiosamente.
- ¡Pensé que les había pasado algo! – Exclamó levemente enojada con los dos adultos.
- Nos perdimos por las calles Muggles, Molly. – Justificó Remus con las cejas algo fruncidas. – Pasen ustedes dos primero. – Les indicó a Harry y a Hermione.
Asintieron, desinteresadamente. Se sonrieron al mismo tiempo que empezaban una absurda conversación (comentando algo que el día estaba muy lindo, soleado y despejado…) Y así como si no la vieran, cruzaron la pared de ladrillos.
El Expreso de Hogwarts les dio una bienvenida apacible junto con el ruido de los carritos y los estudiantes, despidiéndose de sus tutores y saludando a sus amigos, en un nuevo reencuentro.
Harry miró hacia su izquierda y frunció el entrecejo al cruzar su mirada con la de Draco Malfoy, quien también le miraba atentamente, casi sin pestañar.
- ¿Buen verano, Potter? – Preguntó en un murmullo que solamente Harry logró escuchar.
- Eso no te interesa. – Respondió Harry indiferente, arrastrando las palabras, haciéndole burla. Draco sonrió con enigma y se deslizó entre las sombras, perdiéndose de la vista de Harry.
- ¡Vamos, Harry! – Le jaló Hermione. – Hay que buscar un compartimiento para dejar los baúles.
Buscaron y hallaron un compartimiento vacío casi a lo último del tren, cuando Ron se les unió (ya que tuvo que ayudar a Ginny a encontrar a sus compañeras.) Dejaron allí el equipamiento y salieron a despedirse de los señores Granger y Remus. Un intercambio simple de calurosos abrazos y besos en la mejilla, y volvieron a subir al Expreso cuando éste estaba apunto de partir. Y Londres comenzó a alejarse lentamente…
- Bueno, Harry, ¿no te importará que te dejemos solo treinta minutos? Tenemos que ir al compartimiento de Prefectos, ya sabes… - Dijo Mione suavemente. Harry sonrió tranquilamente. Ambos amigos desaparecieron, empezando a conversar entre ellos.
Harry se sentó en el como sillón del tren y se puso a mirar el paisaje por la ventana. Supuso que no tardaría en recibir visitas al compartimiento, seguramente Neville o Luna se pasarían por ahí.
Al poco tiempo se abrió la puerta del compartimiento, para saludar a quien quiera que fuera. Pero cuando vio el pelo rubio platino repeinado, los fríos ojos grises y una sonrisa maliciosa, frunció el ceño.
- ¿Qué haces aquí, Malfoy? – preguntó Harry con asco, como si estuviera hablando de un escreguto de cola explosiva.
- He venido a hacerte compañía, Potter – Contestó él arrastrando las palabras.
- Más vale estar solo, que mal acompañado. – dijo Harry con una mueca– Hablando de compañía, ¿dónde están tus guardaespaldas? ¿Se te han olvidado en casa?
- Potter, Potter, Potter…por lo que veo tus amigos te han abandonado…pero aún estas a tiempo de pasar al bando correcto…
- Ya estoy en el bando correcto.
- Eso es lo que dices ahora. – dijo Draco maliciosamente – Será mejor que me vaya, dale recuerdos a tus tíos de mi parte… ¡OH, es verdad! Están muertos… - Las últimas palabras las dijo en un tono sutil y venenoso.
A Harry eso le cayó como un jarro de agua fría, sintió que la rabia recorría su cuerpo, pero en vez de enfadarse, sonrió astutamente.
- De acuerdo, pero saluda a tu padre de mi parte, si te dejan entrar los carceleros. – Harry disfrutó de la cara de furia que puso Draco
- Si, está en Azkaban, donde estaba tu padrino… ¿ahora donde está? ¡Ah, sí! También está muerto…
Harry sintió como cerraba con tanta furia los puños que se le pusieron blancos, rápidamente metió su mano en su bolsillo, cogió la varita y la sacó. Draco también reaccionó a tiempo sacando la suya.
- Expelliarmus – exclamaron los dos adolescentes a la vez, las luces anaranjadas que salieron de sus varitas chocaron en el aire, lo que provocó que los dos chicos cayeran al suelo.
- Rictusempra – exclamó Harry tras levantarse.
- Tarantallegra – gritó Draco a la misma vez que Harry, la luz plateada del hechizo de Harry y la azulada del hechizo de Draco volvieron a chocar, esta vez no cayeron. Los dos adolescentes se miraron con rabia y exclamaron sus hechizos – Incendio – una bola de fuego azul salió de la varita de Draco.
- Lacarnium Imflamarae – De la varita de Harry salieron una bola de fuego de color anaranjado. Los hechizos volvieron a chocar en el aire, y se disperso quedando algunas quemaduras en los asientos que estaban cerca.
- Serpensortia – De la varita de Draco volvió a salir una serpiente negra que se encaró a Harry.
- Vipra Ivanaska – La serpiente se esfumó en cenizas. – ¿No sabes utilizar ningún hechizo que no sea de primer grado? – preguntó Harry socarronamente. Draco sólo sonrió maliciosamente.
- Crystallus Fisso – dijo Draco formando un cuadrado con la varita, donde había formado el cuadrado se materializó una placa de cristal del mismo tamaño, el cristal se rompió en muchísimos pedazos, que se dispararon hacia Harry.
Harry se quedó tan impresionado por el hechizo, que no tuvo tiempo a reaccionar, pero por suerte solo un cristal se le clavó en el antebrazo izquierdo, los demás cristales solo le rozaron haciéndole pequeños cortes superficiales: uno en la mejilla derecha, dos en la parte izquierda del tórax, uno la parte derecha del tórax, uno en el hombro derecho y uno en la parte izquierda de la pelvis.
- ¿Te ha impresionado mi hechizo? – preguntó Draco pomposamente, con aire de superioridad.
- Me ha impresionado que alguien como tú haya conseguido hacer ese hechizo… - dijo sacándose el cristal del antebrazo y tirándolo al suelo, sin mostrar ni una sola mueca de dolor – Lumus Solem.
De la varita de Harry salió un potente rayo de luz que cegó a Draco, Harry se colocó detrás de él. Cuando la luz se desvaneció Draco miró a izquierda y derecha sin ver a Harry
- Aquí, Malfoy – Draco se giró – Stupefy
Un gran relámpago blanco salió de la varita de Harry dándole a Malfoy en el pecho. Malfoy salió volando y se golpeó en la pared del compartimiento
- Locomotor Mortis, – gritó con rabia Malfoy levantándose.
- Petrificus Totalus. – exclamó Harry.
El rayo blanco de la varita de Malfoy y el grisáceo de la varita de Harry volvieron a chocar en el aire.
- Blueball Flames. – gritó Draco arrastrando las palabras.
Una llamarada azul salió de la varita de Draco, Harry la esquivó, no muy fácilmente debido a que el vagón era estrecho. No obstante, las llamas habían llegado a tomar contacto con uno de los sillones del compartimiento.
- Lacrimarum. – dijo Harry señalando el sillón ardiendo. De su varita salió una pequeña lluvia que extinguió rápidamente el fuego.
- Ahí está San Potter, que no puede dejar ningún desperfecto, Baubillius.
Una pequeña descarga eléctrica golpeó a Harry en la mano derecha, dejando caer la varita.
- Epoximise – gritó Draco señalando la varita.
Harry se agachó para cogerla, pero se dio cuenta que se había quedado enganchada en el suelo, como en goma fundida, estiraba y estiraba, pero no conseguía arrancar la varita del sitio.
- OH, pobre Potter, se ha quedado sin varita ¿te vas a poner a llorar? Vermillius – una luz roja golpeo a Harry en el pecho.
- He resistido cruciatus del mismísimo Lord Voldemort, ¿crees que un simple hechizo de primer año me vas a hacer demasiado? – dijo Harry sonriendo socarronamente.
- Diffindo. – dijo Draco apuntando a la cara de Harry, donde se produció un pequeño corte vertical en la mejilla izquierda.
- Cobarde, eres un sucio Slytherin cobarde. - escupió Harry retando con la mirada a Draco.
- Graphium Stimulo – gritó Draco apuntando a la pierna de Harry.
Éste sintió como algo punzante se le clavaba en la pierna, miró y vio que le había producido una profunda herida, como si le hubieran clavado una daga, pero Harry no quería dejarle disfrutar de su sufrimiento, así que presionó sus labios, ahogando un posible grito de dolor.
- Reflatus. – exclamó Malfoy.
Un terrible y fuerte viento golpeó a Harry haciéndole chocar contra la puerta del compartimiento. Harry se levantó como pudo, sus gafas estaban quebradas, y posiblemente su brazo izquierdo también.
De pronto la puerta del compartimiento se abrió y entraron corriendo Hermione y Ron, pero no venían solos, Neville y Luna también los seguían.
- ¿Pero que a…?- exclamó Ron
- ¡Harry! ¿Estás bien? – preguntó Hermione horrorizada, al ver el lamentable estado en que se encontraba.
- Si, no te preocupes – dijo éste en un tono grave, pero tranquilizador, debía tener un par de costillas rotas, ya que le costaba respirar. De repente la cicatriz le empezó a escocer.
- Vaya, vaya, que enternecedor. – exclamó Draco con una voz de ultratumba, no parecía la suya
- Malfoy, esta vez la has cagado bien – dijo Ron furioso.
- Cuida tus modales, jovencito. – exclamó Draco con una voz susurrante, pero a la vez potente, como el siseo de una serpiente
Harry conocía esa voz, esa no era la voz pomposa y arrastrada de Malfoy. Y entonces comprendió al ver los ojos, ya no se encontraban los ojos color gris claro de Malfoy.
- Potter, aún estás a tiempo, únete a mí por las buenas o tendrá que ser a las malas.
- Jamás me rendiré ante ti. – exclamó Harry.
- Eso es lo que tú te crees – exclamó el ser que estaba delante de Harry, físicamente era igual que Draco, excepto que los ojos grises se habían tornado rojos como la sangre, y sus pupilas rasgadas como las de una serpiente – Crucio.
Harry se preparó para el impacto de la maldición imperdonable cerrando los ojos, pero tardó demasiado en darse cuenta que la maldición no iba dirigida a él.
- ¡Mione! – gritó Harry ante la impotencia de no poder hacer nada ahora. Hermione gritaba como nunca antes nadie había hecho y cuando la maldición cesó, Hermione cayó desmayada al suelo.
- Malfoy, me las pagarás. – gritó Ron
- Espera Ron, éste no es Malfoy, Voldemort lo ha poseído – susurró Harry con voz potente.
- Muy observador, Harry – susurró el Lord Oscuro en el cuerpo del joven Malfoy.
De repente la varita que había estado en el suelo pegada, se despegó de un tirón y llego a la mano de Harry, quien miraba desafiante a Voldemort.
- Stupefy. – gritó Harry, pero no fue la única persona que lo había hecho, también se había escuchado la voz de una mujer, que procedía de detrás de Harry.
El rayo doble golpeo en el pecho de Voldemort y lo lanzó varios metros detrás, golpeándose contra el techo. Nadie se había girado para ver quien había sido la segunda persona. Todos miraban a Voldemort mientras se levantaba.
- Nos volveremos a ver muy pronto, Harry – exclamó, de repente Harry vio como los ojos rojos se apagaban tornándose grises y como Draco caía de rodillas inconsciente.
- Harry… ¿estás bien? – preguntó Neville, que había estado callado todo el tiempo. Pero la gente se volteó para ver quien había sido la segunda persona que había pronunciado el hechizo
Una muchacha jovencita, de unos veinticinco años, tez blanquecina y lacio y largo pelo azabache. Sus ojos eran color azul oscuro. Era bajita, más o menos de la altura de Hermione y tenía un cuerpo bien formado.
- ¿Quién es usted? – preguntó Ron apuntándole con la varita.
Harry había cogido en brazos a Hermione, muy preocupado por su salud.
- Me llamo Dafne Berkeley, pero llamadme Dafne. – dijo con la voz dulce, pero preocupada por lo que había pasado. – Soy vuestra nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras y miembro de la Orden del Fénix. – dijo ella, Ron bajó la varita – ¿Harry, cómo estás?
- Yo estoy bien, estoy acostumbrado al dolor – dijo Potter, le costaba hablar. – Me preocupa más Hermione, acaba de recibir un Cruciatus de Voldemort
- Los tres tendríais que ir a la enfermería – dijo Dafne de manera maternal – Avisaré a Albus
Se sacó la cadena que le colgaba del cuello, tenía un bonito colgante con forma de fénix surgiendo del fuego, el fénix era de oro y el fuego contenía incrustaciones de rubí.
Cerró los ojos y apretó el pequeño colgante con las dos manos, entonces comenzó a hablar sola.
- Albus, ha habido un ataque, Voldemort ha poseído a un alumno de Slytherin y ha atacado a Harry – decía Dafne aún con los ojos cerrados – Si, una alumna de Gryffindor ha recibido un Cruciatus y está inconsciente, el alumno que ha sido poseído también a caído desmayado y por ultimo Harry tiene varias heridas poco profundas por casi todo el cuerpo y una muy profunda en la pierna… De acuerdo, ahora vamos para allá. – soltó el colgante y miró a Harry – Harry, coge al chico que está inconsciente y agárrate a mi túnica.
Harry que sostenía a Hermione con los dos brazos, la dejó un momento en el suelo, acercó a Malfoy y los agarró a los dos por la túnica con la mano izquierda y con la derecha se cogió a la elegante túnica azul que llevaba Dafne.
- Ron, quédate aquí, y que nadie se entere de nada de lo que ha pasado – le dijo Harry, Ron sacudió la cabeza afirmativamente
Dafne volvió a rodear su colgante murmuró unas palabras y el compartimiento se iluminó de una luz rojiza, cuando la luz hubo desaparecido: Harry, Hermione, Malfoy y la profesora Dafne se habían desvanecido.
***
Cuando la luz dejó de cegar a Harry ya no se encontraban en el compartimiento del tren, estaban en el elegante despacho del director de Hogwarts.
Albus Dumbledore estaba detrás de su escritorio jugueteando con sus pulgares, como solía hacer. Los artilugios que había roto Harry hacia dos meses volvían a estar intactos en su sitio y el fénix Fawkes estaba sobre su percha dorada.
- Bienvenidos a Hogwarts. – comentó el profesor, observando a los recién llegados. – Poppy ya está esperando a la señorita Granger y al señor Malfoy, Dafne, ¿serías tan amable de acompañarles?
- Si, Albus – se giró hacia los dos cuerpos inertes que Harry había colocado cuidadosamente (realmente solo dejó cuidadosamente a Hermione, a Malfoy simplemente lo dejó caer) y les apuntó con la varita – Mobili Corpus – los dos alumnos comenzaron a flotar fantasmagóricamente y siguieron a la profesora que acababa de salir del despacho.
Harry sabía que Dumbledore quería hablar con él a solas, siempre lo hacía, estaba más que acostumbrado, pero estaba muy preocupado por Hermione.
- Vaya, siempre suele ser en el final del curso nuestras reuniones. – dijo el director con una sonrisa tranquilizante, aunque con un toque de miedo por como se lo tomaría Harry.
Pero a Harry la broma, le tranquilizó un poco, este verano había estado muy feliz, gracias a la decisión de Dumbledore, lo que significaba que estaba agradecido. Había conseguido no pensar en Sirius.
- Harry, por favor siéntate, tengo que hacerte una propuesta. – dijo Albus que seguía jugando con sus pulgares.
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