Hola a todos! ¿Cómo han estado después de... seis meses... sin escribirnos?

Aquí la tan demorada actualización. Esperamos que no nos odien mucho y que nos disculpen Parv se pone de rodillas, suplicante Por lo menos, este capi es largo! TT!

Gracias a todos por sus reviews.

LoBeZnO: Gracias por tu review! Cabe decir que nos disculpamos seriamente por la demora, pero recién estas últimas semanas hemos coincidido para ponernos a escribir, como Rómulo empezó sus vacaciones de verano... Esperamos no tardar muchas semanas en actualizar y que esta demora de... ¿seis meses? No se vuelta a repetir. T.T

Victor Zarzo: Grax! Harry y Hermione están enamorados, nosotros estábamos. No te preocupes, sólo ha causado una ceja levantada de parte de Rómulo y risas mías xD! Ahora sencillamente somos buenos amigos. Muchas gracias por los ánimos y esperamos que sigas opinando lo mismo después de seis meses sin dar noticia...

Ady-chan: Gracias. Si te quejabas de la anterior demora, no me imagino cómo estarás ahora... Realmente lo sentimos. Supongo que tendrás que volver a leer el fict... xD! ¿Eres fanática del HHr? Eres colega mía, choque los cinco! En cambio, Rómulo nos salió desviado, un RHr y un HG que se ha resignado ante mis insistencias. XD! Esperamos que te guste el capi.

F.U.F.O: Gracias por el review! No creemos que Draco pueda tener alguna relación amistosa con Harry, tal vez si neutral... Ya se verá. Lamentamos la demora.

Zala Black: Gracias! La tardanza se ha largado mucho más de lo que previmos. Lo sentimos. Uhm... No aplicamos eso de un capi cada uno porque es más divertido irnos turnando a medida que las escenas van progresando. Verás que cada uno es mejor en algo (Rómulo me supera muchísimo haciendo duelos, mientras a mí me gusta profundizar los pensamientos de los personajes.) Creemos que tras la experiencia del quinto libro, Dumbledore debería incluir un poco más a Harry en la realidad. Digamos que no será un miembro muy activo, pero bastará para que esté informado y calmado. Viva el HHr! XD! Parv le saca la lengua a Rómulo Intentaremos no tardar demasiado con el próximo capi y hacerlo lo más largo posible (sí, sí, hemos entendido tu punto xD!) Muchas gracias por los ánimos. No merecemos vuestra misericordia T.T!

Gaya Lunae: Gracias por el review, amiga! ¿Cómo has estado? Hace mucho que no te veo por el MSN. Bueno, vuelvo al review xD! Lamentamos la tardanza y esperamos que el capi te guste más que el anterior. No era nuestra intención demorar... T.T! Viva el HHr! Sí!! XDD! Seguramente sí, no te olvides quién es una de los autores, pero... xD!

Moony's girl: Gracias y disculpas!

Jaleandralalok: Muchas gracias! Lamentamos la demora. No hemos leído tu fict y lo siento, pero ambos estamos muy tarareados como para agregar otro fict a nuestras tareas. En cambio, tanto Rómulo como yo estamos muy interesados en tu otra propuesta, la de traducción de ficts. Si crees que podrás y si realmente te gusta, pues nosotros estaríamos encantados de que hicieras la traducción de este fict. Es un gran reto para nosotros. Si aceptas, ve a mi profile, donde indica mi email, y envíame un mensaje y así arreglamos todo bien. Esperamos tu respuesta!

Gisebell: Gracias por tu review y lamentamos la demora!

Jessytonks: Gracias por el review y los ánimos! Intentaremos no volvernos a demorar...  Me alegro que te guste mi forma de escribir xD!

Aclaración: tras la publicación de HP y la Orden del Fénix en español, ciertos términos que empleábamos anteriormente en el fict se modificarán por los traducidos. Ejemplo: DA = ED

Si ven términos en inglés (Dark Lord, etc, etc) todo es culpa de la musa de Parvati, que tiene un refinado interés por ellos xDD!

Capítulo 6: Muchas novedades y pocas alegrías

Minerva suspiró largamente, mientras pensaba en si debería contestar aquella pregunta. Un silencio tenso se había formado en la sala y todos observaban a la profesora ansiosamente. Draco Malfoy no tan preocupado como los demás, más bien, disfrutando el momento o eso aparentaba su sonrisa astuta y cruel.

- Todas tus dudas serán contestadas esta noche, señor Potter, en el despacho del director. Mientras tanto, manténgase apartado de los asuntos que no le conciernen actualmente.  – Respondió finalmente la profesora, dándose vuelta y desapareciendo de la vista de los jóvenes y la enfermera con cierta urgencia.

Por supuesto que me concierne… Lo dice como sino fuera yo parte activa de esta nueva guerra…

- Señorita Granger, señor Potter, cuando terminen su comida pueden retirarse. – Dijo Pomfrey, con la voz seca e imparcial.

La enfermera se dirigió hacia su despacho privado, sin decir nada más. Herm y Harry intercambiaron inquietas miradas mientras Malfoy hacía lucir a gritos que si pudiese hablar se estaría burlando y proclamando el regreso del Dark Lord odiosamente.

Quince minutos más tarde, Harry y Hermione corrían en dirección a las mazmorras, esquivando a los alumnos que iban en dirección contraria. Muchos les saludaban al pasar y les cuestionaban su estado, pero ellos les ignoraban. En todo caso, tendrían que responder que eran Gryffindor muertos, ya que estaban llegando tarde a Pociones.

Finalmente se detuvieron frente a una de las aulas. Hermione se acomodó la posición de su túnica, porque se había desalineado totalmente en la corrida. Harry respiró hondo, armándose del valor necesario para abrir la puerta y entrar a la clase.

La mirada furiosa de Snape no tardó en llegar a ellos, para luego convertirse en una burlona. Seguramente estaría calculando cuántos puntos podría sacarle a un par de Gryffindor de sexto año...

- Discúlpenos, profesor Snape, pero acabamos de salir de la enfermería. – Se excusó Hermione, intentando ocultar su nerviosismo.

Los Slytherin les miraban socarronamente y apostaban en murmullos la cantidad de puntos que eso les costaría. Sus compañeros de casa contenían la respiración, casi pálidos.

- Eso no justifica que hayan llegado diez minutos tarde, señor Potter, señorita Granger. Madam Pomfrey deja salir a los alumnos de la enfermería el tiempo justo para que lleguen a clase puntualmente. Se le quitará a Gryffindor veinte puntos. Siéntense.

Hermione y Harry se sentaron en los dos asientos que Ron les había reservado a su lado. El trío intercambió ciertas miradas de alivio ante la piedad de Severus y prosiguieron a fijar su atención en el dichoso profesor.

- Como iba diciendo antes de la interrupción – Snape lanzó una mirada de odio a Harry, el cual gustosamente le correspondió. – Quienes se encuentran en esta aula son los consiguieron pasar aceptablemente sus TIMOS o que se han comprometido a mejorar sus calificaciones – Snape se detuvo un minuto a mirar a los alumnos a los cuales se estaba refiriendo, entre ellos Ron. – Les sugiero empezar a estudiar en todos los casos, si quieren llegar a tener una profesión honorable.

Tras ese frío discurso, con un movimiento de su varita, colocó la receta de la poción que iban a trabajar ese día. Hermione hizo una mueca cuando la reconoció.

- ¡Es el Veritaserum! – Le dijo a Harry en el oído.

El muchacho le observó incrédulo y volvió a fijarse en la pizarra, para comprobar que su compañera tenía razón. Si de algo había servido el verano con Mione, era que había mejorado notablemente sus conocimientos.

El Veritaserum, o mejor conocida como la poción de la Verdad, tenía una enmarañada elaboración. Sus ingredientes eran exóticos y tenían características bastante especiales. Adicionándole el tiempo que se tardaba para madurar, todo un ciclo lunar, se convertía en una de las más complicadas pócimas. Sus poderosos efectos sobre la mente humana hacían que todo el proceso valiese la pena, aunque igualmente estuviese prohibida.

- Formen grupos de tres y comiencen. Cuando termine la hora, deben tener la primera fase de la pócima terminada. – Tras decir estas indicaciones, Snape se sentó en su escritorio y se concentró en los pergaminos sobre éste.

- ¿Crees que Snape quiera matarnos trabajando? – Rió suavemente Harry.

- Ya lo creo, compañero. – Contestó Ron, mientras acomodaba el caldero, para que quedara al alcance de los tres. – ¿Quién se encarga de cortar la piel de serpiente? – Hermione y Harry le sonrieron astutamente. – Ah, no... Les he agarrado asco, así que no me vean a mí. – Harry le dirigió una mirada interrogativa, hasta que comprendió la causa.

- No todas las serpientes son malas, Ron. – Dijo Harry. – Sobre todo una muerta.

- Pero es algo psicológico que me ha quedado, Harry. – Replicó Ron, estremeciéndose levemente.

Harry se encogió de hombros y tomó la piel de serpiente arbórea de la caja de ingredientes, comenzando a cortarla con precisión. Ron y Hermione le miraron extrañados.

- ¿Sucede algo, Harry?

- No te preocupes, Mione. ¿Escuchaste, Ron, sobre el ataque a París?

- ¿Qué? – El pelirrojo, que ya había empezado a machacar las cáscaras de huevo de dragón, levantó la vista, tembloroso.

- Licántropos y Vampiros atacaron la Torre Eiffel.  – Explicó Hermione.

- No había escuchado nada, y eso que hoy leí el Profeta...

- Parece que han manipulado la información de nuevo. – Comentó Harry.

- O estarán esperando a tener más datos precisos. – Opinó Hermione. – Sucedió hace pocas horas, no lo olvides. Todavía debe ser un desastre la zona... Quién iba a imaginarse que el primer golpe sería en Francia, un lugar tan bonito.

- Es extraño. Cualquiera diría que Londres sería...

- Tal vez por esa misma razón, Ron. – Interrumpió Harry. – Londres ha estado muy protegida y atenta, por eso tenían que dar en algún lugar inesperado.

- Por cierto, Harry, ¿no soñaste con el ataque? – Preguntó Ron, con el entrecejo fruncido.

- He estado practicando Oclumancia en el verano. Además, no es seguro que Voldemort haya estado presente allí.

Un tenso silencio se produjo en el trío, cada uno concentrado en sus pensamientos y deberes.

- ¿Entonces seguirás con DA, Harry? – Cuestionó Ron, para quebrar el mutismo.

- Sí. Necesitaré vuestra ayuda, igualmente. – Sus dos mejores amigos le devolvieron la sonrisa.

- Con mucho gusto, profesor Potter. – Se burló Hermione, soltando una leve risa, que quedó congelada en el aire tras escuchar la voz fría de Snape detrás de ella.

- ¿Se puede saber qué están haciendo, Potter, Weasley, Granger? – Snape tenía una mueca de odio en su rostro. – No es el momento de conversación, mucho menos de risas.

Harry percibió como el color rojizo se subía a sus mejillas por la furia. De reojo podía ver a los tríos de Slytherin hablando en voz alta, descaradamente, soltando risas histéricas y ni siquiera prestándole atención a la poción, ¿y Snape les regañaba a ellos?

El Jefe de Slytherin le miró fijamente, como sabiendo lo que estaba pensando, y le sonrió con visible crueldad.

- Quince puntos menos para Gryffindor. Y Weasley, está agregando cáscaras de más. ¿Y piensa aprobar la materia de esta forma?

Los colores se subieron al rostro de Ron mientras Snape se retiraba a observar y criticar a otro trío de Gryffindor con un aire de dulce victoria.

- Maldito Snape... – Murmuró el joven Weasley.

- Profesor Snape, Ron. – Le corrigió Hermione automáticamente, con el rostro serio. – Deberías saber que tiene razón. ¿Cómo piensas aprobar tu Insuficiente si continúas sin prestar atención a lo que haces?

- ¡Pero, Mione, quince puntos...! No me dirás que Goyle, Crabbe y Nott lo están haciendo mejor que nosotros. ¡Su poción ni se acerca al azulado!

- Sabes la preferencia que tiene el profesor Snape por Slytherin, Ron. Y deberías haberte preparado para que no tenga nada que corregirte.

- Lamento no ser tan perfecta como tú, Hermione. – Susurró Ron, con amargura. La castaña le echó una fulminante mirada. – Hoy a la noche tenemos reunión de Prefectos, a propósito.

- ¿Sí? – Hermione miró a Harry de reojo. - ¿Tú no tienes reunión con Dumbledore a la noche, también?

- Así es.

- ¿Desde cuándo te tiene en cuanta para la Orden? – Preguntó Ron, su tono todavía rencoroso.

Harry se encogió de hombros, como restándole importancia. Todavía no les había contado a sus dos mejores amigos sobre la profecía. Ni pensaba hacerlo en mucho tiempo.

El resto de la hora pasó rápidamente, en silencio. Habían estallado varios calderos alrededor de ellos, pero gracias a los conocimientos de Mione pudieron evitar que la suya se uniera al montón. Al concluir la clase, eran uno de los escasos grupos que habían conseguido el azul grisáceo de la primera fase. Snape no se mostró muy satisfecho con el logro, sobre todo porque había estado deseando quitar aún más puntos a los Gryffindor, que parecía estar con números rojos. Parecía ser una forma de quitarse el estrés.

Aunque si se guiaban por el aspecto físico del profesor de pociones, no parecía para nada estresado. Su rostro continuaba impasible, sus ojos negros con la misma profundidad característica de siempre y sus gestos seguían siendo hoscos y odiosos. Nada había cambiado en el verano. Ni siquiera estaba un poco más tostado. Nada.

Hermione, Harry y Ron salieron del aula, ciertamente aliviados de dejar aquel ambiente de aromas nauseabundos, y se encaminaron a la Sala Común para recoger los libros de Defensa, conversando sobre trivialidades.

Cuando Ron le dijo la contraseña a la Dama Gorda y pudieron entrar a la Sala Común, un muchacho de su edad les hizo señas desde una de las mesas de estudio.

- ¡Harry, Hermione! Qué gusto me da verlos bien. – Les saludó Neville, al que no habían visto en clase de Pociones.

- ¿Cómo has estado, Neville? – Preguntó Hermione, sonriéndole cálidamente a su amigo.

- Bastante bien. ¿Vienen de pociones?

- Así es. ¿Por qué no fuiste? – Preguntó Ron.

- Saqué un Insuficiente en Pociones y tuve que ir a hablarlo con la profesora McGonagall, porque el profesor Snape no me quiere volver a admitir en la clase. Y necesito cursar Pociones...

- ¿Por qué no te admite? Me refiero a que ha admitido a Ron... – Comentó Harry, extrañado.

- Porque Ron lo habló antes de venir a Hogwarts con el profesor Dumbledore, Harry. – Explicó Hermione. – Ahora tenemos Defensa, ¿vienes con nosotros, Neville?

- Está bien.

Cinco minutos después, el cuarteto salía de la Sala Común con sus mochilas cargadas de libros, ya que no sabían con cuál iban a empezar aquella tarde. Dafne parecía ser una buena persona, y esperaban que también lo fuera en profesora. Aunque perteneciendo a la Orden, casi no lo dudaban.

Llegaron inmediatamente al tercer piso, impulsados por las ansias.

Hacia tiempo que no deseaban de verdad estar en una clase de Defensa contra las artes Oscuras, después de un horrible año con la profesora Umbridge, querían saber que tal sería esta nueva profesora. Entraron en el Aula, la cual volvía a estar cambiada como cada año, aunque la decoración actual tenía bastantes semejanzas con la que Remus Lupin le había dado. Los cuatro Gryffindor se sentaron en la primera fila mientras veían como los demás compañeros se iban adentrando en el Aula y charlaban animadamente.

Poco después, puntual como un reloj, entró la nueva profesora, con paso firme y decidido. Harry no la recordaba así, la larga melena azabache estaba recogida en un apretado moño y sus ojos estaban eclipsados por unas gafas de montura gruesa, la elegante túnica que había vestido el día anterior había desaparecido y ahora llevaba una túnica negra muy gruesa.

Dafne se sentó firmemente sobre la silla, y dejó caer pesadamente un grueso libro, sobresaltando a todo el mundo a la vez que los hizo enmudecer, entonces, se aclaró la garganta ruidosamente tal y como Umbridge solía hacer. Los alumnos se miraron asustados entre sí.

- Buenos días a todos. – Comenzó a decir la profesora con una voz enérgica – Mi nombre es Dafne Berkeley, pero debéis llamarme Profesora Berkeley o simplemente profesora – la profesora Berkeley miraba atentamente a cada uno – en esta clase va a haber una serie de normas: Primera norma, quiero silencio absoluto a no ser que yo dé la palabra

     Los alumnos estaban asustados, el día anterior en la cena les había parecido una profesora amable.

- Segunda norma, la varita no se saca, a no ser que sea estrictamente necesaria, y no lo ser

     Harry, Hermione y Ron se miraron entre sí angustiados, ¿sería esta otra Umbridge? O sería aún peor…

- Y la tercera y última norma… - la profesora se comenzó a desabrochar poco a poco la túnica de satén negra, dejando al descubierto una túnica elegante de color esmeralda – es… - se quitó la gafas dejando ver sus hermosos ojos azul cobalto – que todas las normas anteriores… – dijo mientras se deshacía el moño, y dejaba su pelo azabache suelto - …eran una simple broma.  - Entonces comenzó a reírse de la cara que habían puesto sus alumnos: un increíble Desconcierto.

     La risa de la profesora Dafne era una risa melódica, que comenzó a contagiar al resto del alumnado comenzando por los tres amigos.

- Estaba seguro que era una broma – dijo Ron entre risas, sus amigos le miraron con desconfianza – Bueno, vale, a lo mejor no estaba tan seguro…

- Bueno, como ya he dicho antes, me llamo Dafne, y quien tenga el valor suficiente como para llamarme profesora, le maldigo – dijo mirando a la clase con una mirada divertida – y esto no es broma.

Todos los alumnos dejaron de reír poco a poco, parecía que la profesora Dafne había causado buena impresión, aunque a algunos se le pasaba por la cabeza si esta profesora seria un mortífago, un hombre lobo o algo peor, pero nadie comentó nada al respecto.

- Bien, esta clase es la clase con mejores notas de Hogwarts, y si se me permite decir, en varios años – dijo sonriendo orgullosamente de sus nuevos alumnos – todos tenéis calificaciones de Excede Expectativa…lo que realmente Excede mi Expectativa sobre vosotros – ahora la sonrisa, paso a ser de cariño – por eso he pedido, que esta clase sea sin ningún otro curso.

Harry entonces se percató de ese detalle, no había ningún miembro de otra casa, nunca había tenido una clase de Defensa que no fuera compartida y ahora sólo se encontraba Gryffindor en ella.

- También sé que todos los miembros de esta clase forman parte del ED, incluso que su profesor está en ella.

Harry notó que se ruborizaba mientras sus compañeros le daban palmadas en la espalda.

- Bueno ahora, os pasaré un pequeño test, simplemente para comprobar vuestro buen nivel. – Dijo la profesora, guiñándoles un ojo. – Mientras que yo le hago una propuesta a mi compañero profesor, no vale mal pensarse, ¿eh? – dijo Dafne mientras la clase comenzaba a reírse.

Harry se acercó temeroso a la mesa de Dafne. La profesora debía medir pocos centímetros menos que Harry, pero éste tenía que mirar hacia abajo, debido a que la profesora estaba sobre la mesa sentada.

- Bueno Harry, ya que los dos somos profesores de defensa – dijo cuando Harry estuvo lo suficientemente cerca – Propongo que hagamos un Torneo de Duelo entre casas, organizado por defensa de artes oscuras, y el ejército Dumbledore. ¿Qué te parece? – dijo Dafne, con una calida y simpática sonrisa

- Pues pienso que realmente sería una buena idea, siempre es bueno saber que en Hogwarts tenemos buenos duelistas – dijo Harry, realmente la idea le agradaba bastante – pero… ¿será voluntario o los elegimos?

Dafne estuvo pensativa durante unos momentos.

- Ya sé, ¿qué tal si pedimos que se presenten voluntarios, y de los voluntarios de cada casa, se seleccionan a cuatro representantes? – pregunto ansiosamente, como una niña ilusionada.

- Sí, sí, muy buena idea. – Harry también comenzó a ilusionarse un poco con el tema de un torneo.

- Bueno, ¿quieres hacer el honor de comentárselo a tus alumnos? – Antes de que Harry pudiera abrir la boca, Dafne le interrumpió – Chicos, Harry os quiere comentar una propuesta.

Harry cada vez estaba más rojo, se volvió hacia donde estaba los sus compañeros y carraspeó.

- Esto…Bueno, Dafne y yo…hemos comentado – decía Harry con voz nerviosa – hemos decidido hacer un torneo de duelo, entre las cuatro casas – Cada vez Harry iba cogiendo más confianza – el próximo día de clase se elegirán a los cuatro miembros de  Gryffindor que formaran parte en el torneo…

     Los demás alumnos de Gryffindor escuchaban atentamente y comenzaron a cuchichear alterados y emocionados.

- Bueno Harry, ya te puedes sentar – dijo Dafne sonriéndole – Bueno, ahora recogeré el test – y con un movimiento de varita todos los pergaminos terminaron en su mesa – Bueno, ahora quería comentar algo relacionado con la defensa, más bien con las artes oscuras, supongo que pocos estaréis al corriente del ultimo ataque, ¿alguien sabe algo al respecto?

     Los alumnos se miraron, indecisos, todos excepto Harry, Hermione y Ron. Éstos se miraron, frunciendo el ceño. El trío levanto la mano rápidamente.

- Sí…esto… ¿Hermione? – preguntó Dafne.

- En Paris… un ataque de Hombres Lobos y Vampiros.

- Exacto, cinco puntos para Gryffindor. Bien, ¿alguien me podría decir cuáles son los puntos débiles de un Vampiro?

Varias manos se levantaron, encabezados por Hermione

- A ver, usted señor…

- Thomas, Dean Thomas

- Muy Bien, Dean, adelante – dijo la profesora sonriéndole

- Los vampiros pueden matarse de pocas maneras, una de ellas es con la luz del sol, los vampiros son alérgicos a ella, como también son alérgicos al ajo. Otra manera de matarlos es separándole la cabeza del cuerpo o atravesándole el corazón con una estaca. Igualmente se creía que con objetos bíblicos se podían eliminar, pero resultó ser mentira. – dijo Dean Thomas de un tirón

- Muy Bien, Dean, otros cinco puntos para Gryffindor. – dijo Dafne muy contenta al comprobar que era verdad, que esta era la mejor clase -  ¿Sabéis porqué se comenzó a creer que los objetos religiosos les mataban? – preguntó con una sonrisa. Parecía ser adicta a ellas.

Nadie levantó la mano. Harry y Ron voltearon en dirección a Hermione. Ésta estaba sonriendo, mirando atentamente a la profesora deseando aprender más sobre el tema.

- Pues es muy fácil, durante la edad media – hizo un movimiento de varita y las ventanas se cerraron, quedando completamente a oscuras -  a principios de ella, hubo un vampiro – con otro movimiento de varita, encendió varias velas, que comenzaron a flotar, dejando la sala un aspecto realmente lúgubre - que atacó una ciudad al norte de Yorkshire – comenzó a contar como si un cuento de terror se tratase -  Un día, al adentrarse en una iglesia, y tras matar a sangre fría a todos los frailes, un joven monaguillo, intentó plantarle cara, él sólo iba armado con una tosca cruz de madera, tras unos minutos de lucha, y cuando el monaguillo, ya estaba rezando sus últimas plegarias, entonces como un ultimo acto reflejo, ¡Zas! – grito Dafne, haciendo el movimiento con las manos como si clavara algo en alguien – le atravesó el pecho con la Cruz – finalizó el relato, todos los alumnos estaban pendientes.  Volvió a dar un golpe a su varita y el aula volvió a su estado original  - pero como podéis comprobar, sólo se trata de un caso de una estaca en el corazón, pero por aquel entonces, todos eran muy supersticiosos.

La clase continúo durante la hora restante muy animadamente, hablando sobre el ataque, los vampiros y los hombres lobo. Dafne contó varias historias más sobre éstos. Todos los alumnos estaban fascinados por esta nueva profesora, y casi todos coincidían en que era la mejor profesora de Defensa de las artes Oscuras que habían tenido.

     Al acabar todos se dirigieron rápido hacia la sala donde se reunía el ED. Harry, Ron y Hermione, iban en cabeza, comentando la clase de la profesora.

- Esta profesora realmente es estupenda, ¿visteis que forma de empezar la clase tan estupenda? – Dijo ron con voz divertida – Además no está nada mal – comentó flojito para que sólo lo escuchara Harry.

- Te he oído, Ron, pero es verdad. Esta profesora es muy inteligente y parece que nos va a enseñar muchísimo  - comentó Hermione.

- ¿Y la idea del torneo de duelo? ¡Es genial! – Exclamó Harry entusiasta, por unos momentos su resplandor en los ojos había retornado – Asimismo, lo que dice Ron es verdad… no está nada mal – comentó Harry, sacándole la lengua a Hermione.

- ¡Oye! – grito Hermione pegándole un golpe, suave de reprimenda.

- Mira que parejita más feliz – comentó Ron en voz alta, causando que Hermione y Harry pararan de pelear de bromas y se pusieran más rojos que un tomate. – Mira, pero si se han puesto colorados...

- ¡Calla! – gritaron los dos al unísono, causando que enrojecieran más y Ron comenzase a reírse.

     Pronto llegaron a la sala donde se reunían en cada clase, los miembros de la ED. Poco a poco todos llegaron y se acomodaron. Todos los que habían sido miembros el anterior año, estaban y se habían incorporado algunas que otras caras nuevas.

- Bien, creo que ya estamos todos, bueno, este año intentaremos lograr mejorar en cuanto a la organización de este club, ya que al tener el soporte de la dirección del colegio, tenemos más horas y las podemos organizar mejor debido a que siempre son las mismas. – Comenzó a exponer Hermione, que como siempre era la más diplomática del trío. – Por lo tanto este año será mucho más serio.

- Con esto no quiere decir que haya ni exámenes ni calificaciones. – Apuntó Harry – Bueno, como los alumnos de sexto curso de Gryffindor ya saben, este año se celebrará un interesante torneo de duelo entre las cuatro casas.

- ¿Que cursos podrán participar? – preguntó Collin Creevey, interrumpiendo a Harry.

Harry se quedó en un apuro, ya que sólo había hablado de los de sexto, pero pronto se le ocurrió una idea.

- En principio, sólo los de sexto. – Empezó a decir Harry, los miembros de la ED que no pertenecían a ese curso comenzaron a murmurar quejas – Pero hablaré con la profesora Dafne, para que quinto y séptimo pueda participar.

Los murmullos comenzaron a apaciguarse lentamente.

- Bueno, he decidido este año, empezar con hechizos elementales. – comenzó a decir Harry

- Creo que los hechizos básicos ya los sabemos de memoria – Comentó en voz alta el Hufflepuff Zacharias Smith.

- Cuando dije hechizos elementales, me refería exactamente a hechizos relacionados con elementos. – dijo Harry, enfadado, por la intromisión de Smith, dándole la espalda – Y empezaremos por los hechizos de fuego.

- Para que queremos un hechizo de fuego, ya está el Incendio.

Harry suspiró profundamente, cerró los ojos, se dio la vuelta, hastiado, y le dijo a Smith con voz calmada:

- Adelante…lánzame un Incendio – dijo Harry.

- Pero…

- Venga no te cortes

- Bueno…vale… - Zacharias levantó la varita y apuntó a Harry, desde tres metros de distancia. – ¡Incendio!

Una bola de fuego azul se dirigió hacia Harry, todos los de la sala estaban expectantes de la escena.

Harry estuvo calmado hasta que la bola estaba a pocos centímetros. Entonces, Harry movió la mano, pegándole un golpe a la bola de fuego y ésta se deshizo.

- Ahora me toca a mí. – dijo Harry, levantando la varita – ¡Sanctus Averno!

            De la varita de Harry comenzaron a salir unas llamaradas que comenzaron a rodear a Zacharias. Las llamas crearon un círculo alrededor de Zacharias y le cubrían entero, pero sin llegar a tocarle.

            Hermione estaba realmente sorprendida, ya que Harry nunca había practicado ese hechizo, simplemente lo había oído mencionar en un libro durante su estancia en la casa de los Granger. Era un hechizo muy antiguo que ya no se utilizaba.

- Finnite Incantatem – gritó Harry, posteriormente el fuego se extinguió. – ¿Qué te ha parecido?

- ¡Magia Negra! Estoy seguro que es un hechizo de Magia Negra. – Gritaba Zacharias. De repente un libro apareció en sus manos

- Lee, página doscientos noventa y tres.

Zacharias no daba crédito a sus ojos, ese hechizo se trataba de magia Blanca muy antigua.

- Bien, como nuestro compañero Smith está comprobando, este hechizo es un hechizo elemental, de magia blanca, es muy antiguo. Hoy intentaremos comenzar con él – comenzó a explicar Harry.

La clase siguió sin demasiados incidentes, salvo un par de quemaduras, pero como la sala estaba preparada para cualquier cosa, se solucionó fácilmente.

Harry se puso a supervisar a sus alumnos. Hermione, al poco tiempo ya dominaba bastante bien el hechizo, a Ron le costó un poco más, pero también lo consiguió. Poco a poco el resto de los alumnos comenzaba a dominarlo.

La hora de clase se pasó fugazmente y Harry se despidió del resto del Ejército Dumbledore, quedándose recogiendo cosas junto a Hermione y Ron.

- Harry, hoy tienes que ir a una reunión en el despacho de Dumbledore, ¿no? – comentó Ron mientras colocaba un par de libros en una estantería.

- Sí, a las diez tengo que estar delante de la gárgola.

- Nosotros a las diez tenemos la reunión de prefectos – le dijo Hermione.

- Muy bien, pues a las doce nos reunimos en la sala común de Gryffindor, ¿de acuerdo? – Dijo Harry – Así os comentaré de que va este asunto.

Acabaron de recoger y se dirigieron hacia la sala común para acabar los pocos deberes que tenían antes de ir a cenar.