Capítulo 4. Cayendo en la trampa del amor.
Era la hora en la que la mayoría de los estudiantes tomaban su receso. Lily y Débora tomaban un refrigerio en una de las jardineras de la Universidad. Lily contaba lo ocurrido con Genzo mientras que Débora la miraba con ojos como platos, al tiempo que devoraba una ensalada (Débora La Devoradora XD).
- ¿Entonces te besaste con él?.- inquirió Débora, atónita.- ¡Pero si lo acabas de conocer!
- Solo se dio.- contestó Lily, apenada.- No era mi intención...
- Bueno, no te culpo.- Débora le dio un buen trago a su refresco de dieta.- El tipo es un bombón, aunque si Eriko se entera, te cuelga.
- No se lo voy a decir.- Lily miró a su amiga con cara de "hello con tu hello".
- Bueno no, pues.- coincidió Eriko.- Pero quizás su propio hermano se lo diga.
- No creo...
- ¿Y qué vas a hacer? ¿Te invitó a salir o algo así?
- La verdad, no.- suspiró Lily.- Solo nos dimos ese beso y ya. Nos quedamos mucho tiempo mirando las estrellas y después me llevó al depa. No quedamos en nada cuando él se despidió, incluso solo nos dijimos adiós con la mano.
- Ya veo.
Lily no se hacía ilusiones con Genzo. Sí, el tipo era guapísimo y todo un bombón, pero Lily sabía que primero la mataría Eriko antes de dejar que ella saliera con su hermano. Además, Genzo Wakabayashi era muy cotizado, muy seguramente tendría miles de novias en todas partes.
- ¿Bueno, pues como te fue en la sesión de fotos?.- quiso saber Lily.
- Me fue súper bien.- respondió Débora.- Aunque por culpa de eso casi no estudié para mi examen y estuve a un pelo de reprobar...
- Jajaja, los profesores ya deberían de estar acostumbrados.- Lily soltó una risilla.
Débora, además de ser modelo, estudiaba Literatura, una carrera un tanto extraña para alguien que está acostumbrado al glamour. Débora de repente se acordó de algo y comenzó a mirar para todas partes.
- Ya es tarde.- comentó.- ¿En dónde estará la Señorita Universidad?
- Uhm, no creo que pueda hacer su desfile esta vez.- comentó Lily, encogiéndose de hombros.- Taro me dijo que se torció el tobillo.
- Cierto. Lo había olvidado.- Débora suspiró.- Y hablando de Misaki... ¿Qué tanto anda haciendo tu amigo?
- Paseándose por aquí y por allá.- contestó Lily, mordiendo su sándwich. ¿Me creerás que me preguntó en dónde se realizaban las clases de actuación? Como que le vi ganas de querer ver las actuaciones de Eriko.
- ¿Está loco? ¿Quiere aburrirse o qué?.- bufó Débora.
- No seas mala, Deb.- sonrió Lily.- Eriko no es mala actriz, lo que sea de cada quien. Podrá ser sangrona, payasa, presumida y vanidosa, pero es una muy buena actriz.
Llegó la hora de regresar a clase. El día transcurrió con rapidez y muy pronto llegó la hora en que Lily iría a practicar con Corazón. Para variar, había un centenar de muchachos esperándola, pero eso a ella no la sorprendió, sino el hecho de que Genzo Wakabayashi estaba apoyado contra un árbol.
- ¿Qué haces aquí?.- le preguntó ella, sorprendida y algo ruborizada.
- Vine a verte.- él se encogió de hombros.- ¿Hay algo de malo en eso?
- Sí. Si tu hermana se entera me mata.- replicó ella.
- No lo creo.- Genzo soltó la carcajada.- Eriko no es mala, créeme. Solo un poco terca.
- ¿Lo dices porque es tu hermana?
- Sí. Y es igualita a mí, por eso te lo digo con tanta seguridad.- Genzo le guiñó el ojo.
Lily soltó una carcajada alegre. Sus admiradores comenzaron a cuchichear y a preguntarse unos a otros quién sería el muchacho que la había hecho reírse de esa manera.
- Es el hermano de la señorita Eriko.- comentó alguien.
- Es el famoso portero de la Selección Japonesa.- dijo alguien más.
- Juega en Alemania.- añadió un tercero.
- Sí, pero... ¿Qué hace con nuestra Princesa Azteca?
Genzo se quedó todo el rato hasta el final de la práctica, después de la cual nuevamente se ofreció a llevar a Lily a su casa. Ésta aceptó, avergonzada. Ambos se fueron entre las miradas de odio y decepción de los jóvenes.
- ¿Te gusta el café?.- preguntó Genzo, cuando iban en el automóvil.
- Me encanta.- sonrió Lily.
- ¿En verdad? A mí también.- él también sonrió.- Déjame llevarte entonces a un sitio que conozco en donde preparan el mejor café que he tomado...
- De acuerdo.- aceptó Lily.
En una pequeña cafetería ubicada en el corazón de Akihabara, Genzo y Lily comenzaron a charlar sobre sus respectivas vidas. Genzo habló de sus deseos de ganar la copa del mundo y de su largo camino para llegar a ser el portero que era en ese momento. Le dijo a Lily también que, aunque por mucho tiempo ha estado separado de su gemela, ellos siguen siendo muy unidos, quizás debido a que los lazos de sangre son más poderosos que la distancia. Lily le contó a él sobre su sueño de ser la mejor intérprete de violín, de sus constantes viajes y giras, de la maravillosa experiencia de crear música con los mejores.
- Estoy impresionado.- admitió Genzo.- Eres dos años menor que yo y aun así creo que has viajado más y has avanzado más en tu camino a los sueños que yo.
- Quizás.- Lily jugueteaba con la cucharilla de su café.- Pero eso también ha implicado grandes sacrificios, porque he tenido que separarme de mi familia y amigos.
- Sé lo que es eso.- murmuró Genzo.- Te olvidas de todo y de todos y te enfocas únicamente a lo que quieres... Aunque a veces te pones a pensar en si tanta soledad valdrá la pena...
Lily se sintió conectada con Genzo. Ambos pasaban más o menos por lo mismo.
- Aunque yo no tengo un gemelo.- bromeó ella.- No me imagino lo que será tener una versión masculina de mí.
- Sería alguien muy interesante, no lo dudo.- insinuó Genzo, con una mirada profunda, de ésas que solo él sabe hacer.
Lily prefirió medio atragantarse con el café para evitar el tener que responder.
- Por cierto.- preguntó Genzo, como quien no quiere la cosa.- ¿De dónde conoces a Misaki?
- ¡Ah!.- a Lily se le iluminó el rostro.- Fue en México, hace muchos años. Antes de que Tarito y su padre se instalaran en Francia, pasaron algunos meses en México, ya que el gran Ichiro Misaki fue invitado a colaborar en una exposición de arte internacional en la Ciudad de México. El caso es que tuvieron problemas con el alojamiento y mi padre les consiguió un lugar en donde vivir, y pues como mi tío era uno de los coordinadores de la exposición, pues fue inevitable que yo no tuviera contacto con Taro. Ya después, unos cuantos años más tarde, yo fui a París a estudiar en una Academia de Artes y los Misaki me recibieron de huésped en su apartamento. Taro y yo éramos inseparables en ese entonces.- Lily rió con alegría.
- Ya veo.- murmuró Genzo.- Y... ¿También fueron novios?
- Jajajaja.- Lily rió con más ganas aún.- ¡Cómo crees eso! ¡Claro que no! ¡Taro y yo solo somos amigos!
- Pues pareciera que son algo más...
- ¡No seas tonto!.- Lily le aventó una servilleta hecha bolita a Genzo en la cabeza.- Taro es como mi hermano.
Lily reía con tantas ganas que se notaba que la insinuación de que ella y Taro fueran novios le había causado mucha gracia. Genzo supo entonces que tenía el camino libre... Tomó la bolita de papel y se la arrojó a Lily. Ambos rieron. Una joven de cabello oscuro, largo hasta los hombros y ojos negros entró a la cafetería acompañada de un hombre de cabello negro, muy parecido a Genzo. Ambos se sorprendieron al ver a la pareja y se acercaron.
- ¿Genzo?.- inquirió la chica, mirando al portero con curiosidad.- ¿Eres tú?
- ¿Aki?.- Genzo se sorprendió muchísimo al ver a la muchacha.- ¿Qué haces aquí?
- Lo mismo te íbamos a preguntar.- respondió el joven que acompañaba a la chica.- Que qué hacías aquí con tan agradable compañía...
El muchacho le sonrió a Lily. Ésta le devolvió el gesto.
- Ella es Lily Del Valle, una buena amiga.- presentó Genzo.- Solo estábamos tomando café y platicando un rato...
- Mucho gusto, señorita Del Valle.- el joven tomó una de las manos de Lily y se la besó.- Soy Touya Wakabayashi, hermano mayor de Genzo.
- Mucho gusto.- sonrió Lily.
- No esperaba encontrarte aquí.- sonrió la chica a Genzo.- Aunque debí de imaginarlo, a ti siempre te ha encantado el café...
Genzo sonrió, algo incómodo. Lily se dio cuenta de que lo había perturbado la presencia de la muchacha y de su hermano.
- Pero preséntame con tu amiga, no seas descortés.- pidió la chica, sonriente.
- Claro... Aki, ella es Lily.- dijo Genzo, suspirando.- Lily, ella es Aki Yamazaki... Una amiga cercana de mi familia...
- Para ser más específicos, soy su prometida.- sonrió Aki.
Lily se quedó helada al oír esto. Genzo quiso que se lo tragara la tierra...
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A Eriko aún le molestaba el tobillo, pero le valió un soberano cacahuate. No siguió las indicaciones del médico y se puso a actuar en los ensayos de la próxima obra teatral en la que participaría.
Realmente, todos se sorprendían al ver a Eriko actuar. Era magnífica. Un día podía encarnar a Julieta y al día siguiente ser Rosalinda así sin más. Sus actuaciones dejaban al público maravillado. Ella tenía un gran don...
- Lo he sentido mucho por usted.- decía Eriko, emulando a Virgina, personaje importante del Fantasma de Canterville*.- Pero mis hermanos regresan mañana a Eton y entonces, si se porta usted bien, nadie le atormentará.
- Es absurdo pedirme que me porte bien.- contestó el actor que hacía el papel del Fantasma.- Perfectamente inconcebible. Me es necesario arrastrar mis cadenas, gruñir a través de las cerraduras y deambular en la noche. Si es a eso a lo que se refiere, le diré que todo ello es la única razón de mi existencia.
- Ésa no es una razón para vivir molestando a la gente.- replicó Eriko, en su papel de Virginia.- En sus tiempos fue usted muy malo, ¿sabe? La señora Umney nos contó el mismo día en que llegamos que usted mató a su esposa.
Taro observaba la actuación de Eriko, maravillado. La arrogancia de la chica se había esfumado para dar paso a la ingenuidad de la joven Virginia.
- Es maravillosa.- murmuró él.
- Claro que lo es.- comentó un chico, a sus espaldas.- La mejor de todo Japón. Será una gran actriz reconocida.
Lo más sorprendente de todo era que Eriko seguía actuando aun con la molestia del tobillo. El dolor la atacaba, pero ni así ella perdía la concentración, aunque le costaba mucho trabajo caminar con naturalidad. Aunque llevaba muy poco tiempo de conocerla, Taro notó esto, ya que la gracia y elegancia que mostraba Eriko al caminar no eran las mismas. Al final de la escena, Eriko se dirigió a tomar un poco de agua.
- ¿Estás bien?.- quiso saber Melody.- Estás muy pálida.
- Este maldito tobillo.- murmuró Eriko.- Apenas aguanto el dolor...
- Quizás debas tomar un descanso... .- sugirió Sayoko.
- ¿Estás loca?.- gritó Eriko.- ¡Por supuesto que no lo haré!
Pero cuando llegaron a la escena en donde Virginia baja las escaleras después de haber estado con el Fantasma, el tobillo de Eriko no aguantó más y ésta tuvo que detenerse a la mitad del descenso.
- ¡Señorita Eriko!.- exclamó el director.- ¿Está usted bien?
- ¡Eriko-san!.- gritó Melody.- ¿Estás herida?
Eriko negó con la cabeza. Terminó de bajar la escalera con elegancia pero en vez de decir su parlamento se dirigió a la salida del escenario, pero en su prisa por irse Eriko no vio uno de los cables de la luz, se tropezó con él y se fue a dar de bruces contra el suelo. Afortunadamente, la caída fue de poca altura, pero Eriko se hizo daño. Un montón de personas la rodearon inmediatamente.
- Háganse a un lado.- exigió Taro Misaki, poniéndole orden al barullo.- Déjenla respirar.
Taro se acercó a Eriko y la ayudó a levantarse. Después la recostó en una de las butacas.
- ¿Estás bien?.- preguntó Taro, con suavidad.
- Me duele mucho este maldito tobillo.- musitó Eriko, queriendo contener las lágrimas del dolor.
Taro se dio cuenta de que Eriko no quería que la viesen llorar los demás, por lo que la tomó en brazos y se dispuso a llevarla a su camerino.
- ¿A dónde te llevas a la señorita Eriko?.- quiso saber uno de los actores, indignado.
- A su camerino. Necesita reposo.- replicó Taro.
Eriko, ni tarda ni perezosa, se abrazó a Misaki y enterró su cara en su pecho para que los demás no notaran las lágrimas que derramó. Ya en el camerino, Taro cerró la puerta con llave (hombre prevenido vale por dos) y recostó a Eriko en un diván. Después le quitó el zapato de tacón alto que llevaba y con suavidad comenzó a frotarle el pie.
- ¡Cómo no te ibas a lastimar con semejante tacón!.- sonrió Taro, divertido.
- Estos malditos zapatos.- gruñó Eriko.- Los odio.
- Y no es para menos... ¿Te duele mucho?.- quiso saber Taro.
- Siento como si trajera el pie en carne viva. ¿Eso te dice algo?.- replicó Eriko.
- Más o menos... .- Taro dejó de frotar el pie y buscó algo que pudiera ayudarle. Encontró un frasco de árnica y comenzó a ponerle un poco a Eriko en el pie.- Espero que esto te ayude.
Eriko comenzó a sentir alivio. Respiró un tanto más tranquila, el dolor iba pasando. Taro terminó su curación y le colocó un nuevo vendaje al tobillo herido. Eriko tenía la cabeza gacha, por lo que se sorprendió al sentir la mano de Misaki en sus mejillas, secando sus lágrimas.
- Me sorprendes.- murmuró él.- Tienes mucho temple... Cualquier otro ya estaría retorciéndose del dolor...
- Yo no soy cualquiera.- replicó Eriko, queriendo ocultar su rubor.- Soy una Wakabayashi.
- Con esto te sentirás mejor.- Taro rió.- Aunque debes ir al médico. Los Wakabayashi no son de acero, ¿sabes? Lo he comprobado con Genzo...
- Uhm.- gruñó Eriko.- ¿Y para qué voy con un médico si te tengo a ti?
- Jajaja. No me digas que ahora soy tu sobador oficial.
- Pues tú tienes la culpa por ser tan lindo conmigo cuando me lastimo...
Eriko se sorprendió de su respuesta. Nunca antes había sido así de amable con un chico, menos con uno que era demasiado confianzudo con ella.
- Si ya sabía yo que no eres tan mala como aparentas.- susurró Taro.- Eres en realidad muy tierna, solo que tu hermano y tú son del tipo bolillo.
- ¿Tipo bolillo?.- Eriko no entendió.
- Sí. Mientras más duros son por fuera, más tiernos son por dentro...
Eriko sonrió, con la primera sonrisa auténtica y verdadera que había mostrado en años.
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Genzo llevaba a Lily a su departamento. Aki y Touya habían decidido quedarse en el café. Genzo se sentía incómodo, lo último que deseaba era que Lily supiera sobre la existencia de Aki.
- No sabía que tuvieras una prometida.- la curiosidad de Lily pudo más que ella.- Aunque bueno, tengo poco de conocerte así que no es raro.
- No es por gusto.- replicó Genzo, ácidamente.- Si no por orden de mi padre.
- ¿Cómo es eso?.- quiso saber Lily.
- Akiy yo somos amigos de la infancia, así como tú y Taro.- explicó Genzo.- Ella es hija de uno de los mayores empresarios de Japón. Cuando ambos éramos unos niños, nuestras familias decidieron que nos casaríamos para que así se juntaran la empresa de mi familia y la de la familia de ella y ser una sola empresa poderosa. Pero la verdad, nunca creí que fuera en serio...
- Ya veo.- suspiro Lily.- Pero algo me dice que no es eso lo que te tiene tan molesto...
- No.- reconoció Genzo.- La verdad, hace mucho tiempo yo estuve enamorado de Aki...
Lily sintió una punzada de celos. Prefirió seguir mirando por la ventanilla del coche.
- Ya veo.- murmuró.
- Yo me enamoré cuando era adolescente.- continuó diciendo Genzo.- Yo en ese entonces quería que ese trato entre familias se cumpliera, pero Aki tenía otros planes...
- ¿A qué te refieres?
- Digamos que ella olímpicamente me mandó a freír espárragos.- gruñó Genzo.- Me rechazó. Me dijo que solo le interesaba como amigo. Yo me marché a Alemania y la mandé al cuerno. Con el paso del tiempo se me pasó el amor y me di cuenta de que lo que había sentido era solo una cosa de niños.
- Ya veo.- volvió a decir Lily, sin que se le ocurriera otra cosa por decir.
- Sin embargo, hace un año nos volvimos a ver.- continuó Genzo.- Me di cuenta entonces de que yo ya no sentía amor por ella, solo el cariño y aprecio que se tiene por un amigo, pero ella súbitamente recordó ese estúpido plan de casarnos. Y creo que mis padres también se lo están tomando en serio...
- Y por lo que veo, eso no te parece... .- observó Lily.
- No. Porque yo no amo a Aki. Quiero casarme por amor, si es que algún día me caso, no por un estúpido convenio...
Lily ya no dijo más. Pronto llegaron al departamento de ésta y Lily se bajó del coche musitando apenas un "gracias". Ella estaba desilusionada... Pensó que Genzo nunca más volvería a ir a escuchar sus prácticas y eso estaría bien. Después de todo, él estaba comprometido, aunque no lo quisiera. Al día siguiente, Lily no vio a Genzo en la práctica y se sintió mal, pero lo aceptó. Sin embargo, cuál no sería su sorpresa cuando, al salir de la Universidad acompañada de sus seguidores, vio a Genzo apoyado contra su automóvil, como siempre.
- No pensaste que dejaría que alguien más te llevara a tu casa, ¿verdad?.- sonrió él.- Hoy te llevaré a comer un buen sushi.
Lily sonrió. Genzo no había renunciado a sus "citas".
Notas:
- *El Fantasma de Canterville, es obra original de Oscar Wilde, uno de mis escritores favoritos. Los parlamentos de Eriko y del otro actor son tomados de esa obra.
- Julieta es el personaje femenino principal de la obra de Romeo y Julieta, mientras que Rosalinda es el personaje femenino principal de A vuestro gusto, ambas creaciones originales de William Shakespeare.
- Aki Yamazaki es un personaje de CT que muy pocos conocen. Fue algo así como la antecesora de la Sanae Nakazawa que conocemos hoy. Antes de la historia de Captain Tsubasa que todos conocemos, Yoichi Takahashi escribió un capítulo preliminar con personajes que serían los antecesores de los que conocemos hoy en día. En esa historia piloto, Genzo Wakabayashi y Taro Tsubasa (antecesor de Tsubasa Ozhora) se enamoran de la misma chica, Aki Yamazaki (antecesora de Sanae Nakazawa). He decidido incluir a Aki en esta historia ya que ella podría considerarse como la "rival" de Lily (aunque sinceramente yo no la veo así, ya que el Genzo que se enamora de ella es diferente al Genzo que conocemos). Si quieren saber un poco más sobre esta historia piloto, llamada Captain Tsubasa Chapter Zero, entren a mi página web dedicada a Wakabayashi.
- Un "bolillo" es un tipo de pan mexicano. En otros países se conoce como "telera".
