Capítulo 8. Propuesta difícil de rechazar.

Taro despertó como a eso de las seis de la mañana. Las primeras luces del amanecer se colaban por la ventana. Eriko estaba apoyada sobre él, en el sillón de la sala. Taro estaba algo adolorido, pues había dormido en una posición incómoda. Sin embargo, eso no le importó. Había despertado con Eriko entre sus brazos y por esa increíble sensación bien valía la pena la tortícolis. Aunque, ¿en dónde rayos estaba Genzo? Taro dudaba mucho que él hubiese regresado y no los hubiese despertado... Muy seguramente, si Genzo hubiese encontrado a su hermana en los brazos de un hombre, aquél habría agarrado una pistola y le habría metido unos cuantos plomazos al tipo antes de averiguar si había pasado algo entre él y su gemela, no importando si el tipo en cuestión era amigo de Genzo o no.

- Eriko.- susurró Misaki.- Despierta. Nos quedamos dormidos...

En el estéreo seguía tocándose el CD que Taro había puesto unas horas antes. La música fluía ya que nadie le había quitado el modo de seguir tocando una y otra vez. Eriko medio se removió entre sueños y se acomodó para seguir durmiendo. Lanzó un gemido de protesta cuando Taro la movió para levantarse él.

- Lo siento.- le dijo.- Pero la naturaleza llama.

Taro entró al baño, no sin antes fijarse en si Genzo había llegado a dormir o no. "¿Y este tipo?", se preguntó Taro, mientras estaba en el baño. "¿En dónde habrá pasado la noche? Más le vale que no le haya hecho nada a Lily porque me cae que lo cuelgo". Una vocecilla molesta, quizás la voz de su conciencia, le recordó a Misaki que él también había pasado la noche en compañía de Eriko.

"¡Pero nosotros no hicimos nada!", le respondió Taro a su conciencia. "¡Pero cómo te hubiese gustado que lo hubieran hecho!", replicó la conciencia. Misaki optó por ignorarla.

- ¿Taro?.- llamó Eriko, desde la sala.- ¿En dónde estás?

- Te dije que cuando la naturaleza hace un llamado, hay que responderle.- contestó él.- ¿Qué ocurre?

- ¿No llegó Genzo a dormir?.- Eriko pareció despabilarse al darse cuenta de que su gemelo no había llegado.

- Parece que no...

- ¡Por Dios! ¿Y si le pasó algo?.- Eriko se levantó algo asustada del sillón.

- No creo... .- trató de calmarla Taro.- Quizás solo se le fueron las copas...

- ¡Sabes que mi hermano no toma!.- gritó Eriko, enojada.- Quizás le pasó algo...

- No digas eso, es poco probable.- Taro se mordía la lengua para no revelarle la verdad a Eriko.- Quizás el baile acabó muy noche y él decidió quedarse a dormir en otro lado para no molestarte...

- ¿Cuál baile?.- Eriko repentinamente se puso muy seria.

- ¡Ah!.- Misaki se dio cuenta de que había metido la pata.- ¿Dije baile? No, perdón, quise decir la fiesta de...

- Genzo fue al baile de coronación, ¿verdad?.- Eriko comenzaba a enojarse en serio.- Ese maldito traidor fue al baile de coronación...

- No hables así de tu hermano... .- musitó Taro.

Eriko ni caso le hizo. Agarró el teléfono y marcó furiosa los números del celular de su hermano.

Genzo despertó al sentir que algo vibraba y sonaba en la chaqueta de su traje de gala (jajaja, no vayan a pensar mal). Lily todavía estaba dormida, recargada contra él. Al verla, Genzo recordó por qué estaba en donde estaba. Sin embargo, el pánico lo invadió por unos breves instantes al darse cuenta de que su gemela lo estaba llamando por teléfono. Él dudó por unos instantes en contestarle, quizás lo mejor era estrellar el celular contra el árbol más próximo...

- ¿Hola?.- habló Genzo, tratando de sonar lo más normal posible.

- ¡MALDITO TRAIDOR!.- gritó Eriko, a través del teléfono.- ¡MISAKI YA ME DIJO QUE FUISTE AL BAILE DE CORONACIÓN!

"Maldito Misaki", pensó Genzo. "Voy a colgarlo y no precisamente de los pies... ".

- Eri.- Genzo usó el apodo que tenía siglos de no usar con su hermana.- No es lo que tú crees. Es que no me pude negar y pues...

- ¡NO TE LO VOY A PERDONAR JAMÁS!.- Eriko ya lloraba del coraje.- ¡MALDITO TRAIDOR!

La muchacha colgó el teléfono con violencia. Genzo suspiró. Eriko había hablado tan fuerte que Lily se despertó.

- ¿Qué ocurrió?.- quiso saber la mexicana.

- Nada importante.- suspiró Genzo.- Quizás mi hermana me mate dentro de la próxima media hora, pero nada más...

- ¿Se enteró Eriko ya de que me trajiste al baile?.- Lily se preocupó.- ¿Tan rápido?

- Misaki se lo dijo.- bufó Genzo.

- Ahhhh, qué jijo del maíz tostado.- murmuró Lily, en español.

Genzo se incorporó. Lily hizo lo mismo. Ambos habían pasado la noche en una de las cabañas que la Universidad tenía para los veladores.

- Ya qué.- sentenció Genzo.- Lo hecho, hecho está.

- Lo siento mucho.- se disculpó Lily.

- ¿Por qué?.- se sorprendió Genzo.

- Porque tu hermana te aventará por un barranco por mi culpa.- dijo Lily, cabizbaja.- Quizás no debía de haberte aceptado como mi pareja...

- No digas eso.- sonrió Genzo.- Yo no me arrepiento de la maravillosa noche que pasamos ayer. Espero que tú no lo hagas...

Por respuesta. Lily sonrió, poniéndose algo colorada.

- Vámonos.- dijo Genzo.- Es hora de volver a casa.

Cuando Genzo llevó a Lily a su casa, ya Débora los estaba esperando con ansias locas.

- ¿En dónde rayos estuviste?.- preguntó ella.- ¿Pasaste toda la noche con bombón Wakabayashi? ¿Se protegieron al menos?

- No digas idioteces.- Lily soltó la carcajada.- No hicimos nada. Solo bailar y dormir.

- ¡Qué aburridos!.- bufó Deb, desilusionada.

Taro había intentado por todos los medios el calmar a Eriko, pero pronto se dio cuenta de que lograrlo era casi tan imposible como calmar a Genzo en unos de sus ataques de furia. Por su ligereza de lengua, había metido a Genzo en un lío. Y también a Lily. Ésta última era la que más le preocupaba a Taro, como sea, Genzo ya estaba lo suficientemente grandecito como para cuidarse solo. Genzo llegó al poco rato, con el traje un tanto arrugado y el pelo revuelto. Para gran fortuna de él, no olía ni mínimamente a alcohol.

- ¿Cómo pudiste hacerme esto?.- Eriko lloraba de la rabia, al tiempo que le arrojaba a su gemelo cuanta cosa se encontraba en el camino.- ¡Traidor!

- Deja que te explique, Eri.- pedía Genzo, tratando de calmarla.

- ¡No me digas Eri!.- gritó ella.- ¡No tienes derecho a llamarme así, mal hermano!

- Eriko, por favor, si dejaras que tu hermano que te explicara quizás... .- comenzó a decir Taro.

- ¡Tú también!.- gritó Eriko.- ¡Eres lo peor! ¡Sabías que Genzo iría al baile y no me lo dijiste! ¡Lo de anoche solo fue para entretenerme mientras esta alimaña rastrera iba a apoyar a mi enemiga!

Ahora Eriko arremetió contra Taro. Ambos hombres querían calmar a la mujer pero ella, Wakabayashi hasta la muerte, no se los permitió. Se encerró en su habitación, no sin antes prometerles que se las pagarían muy caro. Eriko se encerró en su cuarto con un portazo que casi rompe los cristales. Genzo quería arrojar a Taro por la ventana.

- Buena la hiciste.- le reclamó.- ¿Qué no podías dejar tu bocota cerrada por al menos cinco minutos?

- Aguanté toda la noche.- replicó Taro, con cinismo.- ¿Qué más querías?

- Sinvergüenza.- gruñó Genzo.- Por cierto... No me digas que te quedaste toda la noche con mi hermana...

- Está bien, no te lo diré.- Misaki estaba en plan cínico.

- No tienes progenitora.- bufó Genzo.- Más te vale que no le hayas hecho nada a mi hermana...

- Y más te vale que tú no le hayas hecho nada a mi mejor amiga, porque tú tampoco llegaste a dormir anoche, lo que significa que quizás pasaste toda la noche con Lily.- replicó Taro.

Genzo carraspeó, fingiendo demencia.

- Quisiera saber cómo me voy a salir de ésta.- dijo.

Eriko no salió en todo el día ni en toda la noche. Taro optó por mejor ir a visitar a Lily y decirle lo que había pasado, para que se consiguiera un buen guardaespaldas. Al día siguiente, Eriko se marchó a la Universidad. No tenía ningún deseo de asistir, la cara le ardería de indignación al recordar que todo el alumnado había sido testigo de cómo su propio hermano había ido a apoyar a su gran rival... Sin embargo, Eriko nunca hubiese escondido la cara. Iría con la cabeza tan erguida y orgullosa como siempre la había llevado, aun cuando se muriera del coraje y la indignación. A la hora del almuerzo, no dejó que Sayoko y Melody la acompañaran, como siempre. Eriko se quedó sola en una de las jardineras más apartadas, sin poder hacer nada más que picotear su plato de ensalada.

- Hola, Eriko.- saludó Aki, quien casualmente pasaba por ahí y decidió saludarla.- ¿Cómo estás?

- Fatal.- respondió sinceramente Eriko.

- ¿Por qué?

- Porque Genzo es un maldito traidor.- Eriko echaba chispas por los ojos.- ¿Sabes lo que me hizo el muy desgraciado? ¡Fue al baile de coronación! ¡A la coronación de mi gran rival!

- Ahhh.- Aki miró a Eriko con cierta extrañeza.- Ya veo... ¿Y te dijo el motivo por el cual decidió ir?

- No.- contestó Eriko.- Ni oportunidad le di.

- Ya veo.- suspiró Aki.- Entonces no sabes quién fue su pareja para el baile...

- No.- respondió nuevamente Eriko.- Y ni quiero saber...

- Creo que estás siendo algo injusta con tu hermano.- dijo Aki, pensativamente.- Creo que, si deberías estar molesta con alguien, sería conmigo...

- ¿Cómo? ¿Por qué?.- Eriko se sorprendió.

- Porque Genzo fue al baile porque yo le pedí que fuera mi pareja.- anunció Aki.- Él se quiso negar pero yo insistí mucho... Es que no tenía con quien ir y pues no quería faltar porque acabo de llegar a Toodai y quería ver cómo eran sus bailes...

- ¡Ah! ¿Es eso verdad?.- Eriko miró a Aki con culpabilidad.

- Claro que lo es.- asintió Aki.- Así que, si deseas enojarte con alguien, hazlo conmigo...

Eriko se sintió mal. Ella se había enojado con su hermano, cuando él solo había querido ser cortés con Aki. También Taro había llevado su parte del regaño, cuando quizás solo había querido ayudar a su amigo...

- Ya veo.- dijo Eriko.- Gracias por decírmelo...

- Espero que puedas perdonarme.- dijo Aki.

- No tengo nada que perdonarte, futura cuñada.- sonrió Eriko.- La que se comportó como idiota fui yo...

Eriko se sintió repentinamente mejor. Se levantó y fue en busca de Sayoko y de Melody, no sin antes despedirse de Aki. Ésta, una vez que Eriko se marchó, decidió ir en busca de otra persona...

Lily comía, como siempre, en compañía de Deb, Frank y Katya, quienes no dejaban de hacerle burlas y preguntas sobre la noche del baile. Saki los observaba a todos con aparente calma, aunque de vez en cuando hacía algún comentario burlón al respecto.

- Así que te pasaste toda la noche con el apuestísimo arquero japonés.- decía Saki.- ¡Qué envidia te tengo!

- Nos quedamos dormidos, eso es todo.- replicaba Lily por quien sabe cuanta vez consecutiva.- ¿Cuántas veces tendré que decirlo?

- No te culpo, la verdad.- suspiró Saki.- Yo tampoco habría perdido la oportunidad de descansar entre esos brazos...

- ¿Qué pues, Saki?.- exclamaba Lily, entre risas de Frank, Deb y Katya.- ¿Tú también?

Aki se acercó hasta ellos con una sonrisa leve.

- Hola.- saludó.- ¿Lily, puedo hablar contigo un segundo?

- Claro.- respondió Lily.

Aki y Lily caminaron un poco hasta quedar un tanto alejados del resto. Lily miró a Aki con curiosidad.

- ¿De qué quieres hablar?.- le preguntó.

- Eriko se enteró de que Genzo fue al baile de coronación.- anunció Aki.

- Lo sé.- suspiró Aki.- Un amigo me lo dijo...

- Pero ella no sabe que él fue tu pareja.- continuó Aki.

- ¿Ah, no?.- Lily estaba asombrada.

- No. Le dije que Genzo fue al baile por petición mía, y que fue mi pareja.- dijo Aki.

- ¿Qué? ¿Por qué hiciste eso?.- Lily no salía de su asombro.

- Porque quiero pedirte un favor.- respondió Aki.- Y sé que si yo me echaba la culpa no podrías negarte a ayudarme, ya que si lo consideras, yo te he hecho una gran ayuda...

A Lily ya se le hacía que era demasiado altruismo por parte de una chica a la que casi no conocía. Suspiró. No le quedaba más remedio que ayudar a Yamazaki, ya que ella en cualquier momento podría decirle a Eriko que Lily y Genzo habían ido juntos al baile. A Lily no le importaba la reacción que Eriko tuviese con ella, pero no quería que Genzo tuviera problemas con su gemela.

- ¿En qué te puedo ayudar?.- preguntó Lily, resignada.

- Quiero que me ayudes a recuperar a Genzo.- anunció Aki, dejando a Lily con la boca abierta.

- ¿Qué cosa?.- exclamó la mexicana.

- Que quiero que me ayudes a llevarme bien otra vez con Genzo. Quiero que él vuelva a amarme... .- explicó Aki.

- ¿Pero cómo puedo yo ayudarte en eso?.- Lily no sabía qué tenía que ver ella en ese asunto.

- Pues me he dado cuenta de que tú te llevas muy bien con él.- dijo Aki.- Quizás tu puedas ayudarme hablándole bien de mí y diciéndole que haríamos buena pareja juntos... Yo he intentado acercarme a él pero no consigo avanzar... Por favor, ayúdame.

- O sea, quieres que sea una especie de celestina... .- gruñó Lily.

- Más o menos. Al menos que tú también sientas algo por Genzo... .- Aki miró a Lily con curiosidad.- ¿Es eso? ¿Te gusta Genzo?

- N-no.- Lily titubeó.- Claro que no me gusta. Te ayudaré.

- Gracias. Y yo a cambio prometo no decirle a Eriko que fuiste al baile con él.- Aki sonrió.

Lily trató de sonreír, pero lo que apareció en su cara fue algo más bien parecido a una mueca. Cuando ella regresó con sus amigos, éstos la miraron con curiosidad.

- ¿Qué te dijo Yamazaki?.- quiso saber Deb.

- Algo extraño.- suspiró Lily.

Lily les contó a sus amigos lo que Aki le había pedido. Katya enarcó mucho las cejas, Frank bufó, Deb no dejaba de preguntar que qué le pasaba a esa chica y Saki carraspeaba.

- ¿Piensas hacerle caso?.- quiso saber Katya.- ¿Le vas a ayudar?

- No tengo opción.- respondió Lily.- No me importa que Eriko se moleste conmigo, más no me puede odiar, pero no quiero que se enoje con Genzo...

- Uh, ya estamos mal... .- suspiró Deb.

- Houston, tenemos un problema.- bufó Frank.

- ¿Qué pasa?.- inquirió Lily, sin entender.

- Me parece que lo que ellos quieren decir es que, si lo estás haciendo por Genzo Wakabayashi, estás perdida.- explicó Saki.- Porque eso significa entonces que te gusta...

Lily no respondió. Le hubiese gustado gritarles a sus amigos que estaban equivocados, pero muy en el fondo sabía que eso no era cierto.

Más tarde, a la hora de la práctica, Lily se dio cuenta de que algo había cambiado: ya eran muy pocos los jóvenes que iban a escucharla practicar con Corazón. Deb le hizo notar que muy probablemente eso se debía al automóvil deportivo negro que estaba estacionado en las afueras, el cual siempre era conducido por cierto portero japonés de gorra roja. Lily recordó el trato que había hecho con Aki y se sintió mal. Al final de la práctica, Genzo invitó a Lily a pasear, como ya se le había hecho costumbre. Lily aceptó, como era costumbre. Sin embargo, todo el rato estuvo distraída, pensando en la mejor manera de tratar de convencer a Genzo de que debía de intentarlo de nuevo con Aki.

- ¿Qué te ocurre hoy?.- inquirió Genzo.- Estás muy distraída... Tu cuerpo está aquí, pero tu mente está en otro lado...

- Solo pensaba... .- Lily se encogió de hombros.

- ¿En qué?

- En ti y en Aki.

- ¿Y eso?

- No sé. Últimamente he pensado que tú y ella hacen buena pareja.- a Lily le costaba mucho trabajo el decir esto.- Quizás deberías intentarlo una vez más.

- ¿Sigues con remordimiento de conciencia por haberme peleado con ella la noche del baile, verdad?.- Genzo sonrió levemente.

- Es que... ¿Sabías que ella le dijo a tu hermana que si tú habías ido a la coronación había sido porque ella te lo pidió?.- inquirió Lily.

- Sí. Eriko me lo dijo. Y debo confesar que estoy de lo más sorprendido.- reconoció Genzo.- Cuando Eriko llegó y me ofreció disculpas por haber pensado mal de mí, me asusté un poco. Pero cuando me dijo que Aki se había culpado de todo, mi miedo se convirtió en terror.

- ¿Por qué? Aki solo quiso ayudar... .- respondió Lily.

- Sí. Y eso es lo que me aterra.- suspiró Genzo.- La conozco. Va a querer cobrármela después...

"O quizás no seas tú quien le pague el favor", pensó Lily.

- Como sea... ¿Por qué estás diciéndome eso de que debo volver con Aki?.- quiso saber Genzo.

- Porque tú le gustas a ella.- contestó Lily.- Y después de todo, es tu prometida...

- Sí, pero a mí no me gusta ella.- replicó Genzo.

- ¿Y eso qué? Quizás si salieras más con ella en vez de salir conmigo... .- Lily seguía insistiendo todo lo que podía sin parecer sospechosa.

- Mira, hay un buen motivo por el cual salgo contigo y no con ella.- la cortó Genzo.

- ¿Cuál?

- Que la que me gusta eres tú, no ella.- respondió Genzo, mirando a Lily fijamente a los ojos.

- ¡Ah!.- Lily se puso rojísima a más no poder, tanto, que un jitomate se vería pálido a su lado.

- Te voy a ser sincero.- dijo Genzo, serio.- Tú me gustas, es cierto. Pero yo no deseo ahora una relación seria, ni siquiera un noviazgo. Me gusta salir contigo, me la paso muy bien, pero no quiero arruinarlo con compromisos ni nada de eso. Además, pronto regresaré a Alemania y no creo que una relación a distancia funcione.

- ¿Me estás pidiendo que seamos amigos con derechos o qué?.- lo interrumpió Lily, divertida.

- No exactamente.- Genzo se puso algo rojo.- O bueno, quizás sí... Lo único que quiero es seguir saliendo contigo, sin líos ni ataduras. ¿Qué te parece?

Lily lo pensó. La verdad era que ella también quería seguir saliendo con Genzo, pero sabía que no podían llegar a nada más porque, en primera, él estaba comprometido con otra, y en segunda, ella tampoco creía que una relación a distancia pudiera funcionar, además de que no estaba dentro de sus planes inmediatos el enamorarse. Además, si salía con Genzo solo como amiga tendría más oportunidades de meterle a Aki en la cabeza.

- Por mí no hay problema.- sonrió Lily.- Amigos, simplemente amigos, y nada más...

- Nada más que amigos.- sonrió Genzo.- Me parece perfecto.

La vida suele tenderles muchas trampas a las personas. Una de las más peligrosas, es ésa a la que todos llaman amor...

Notas:

- Sé muy poco acerca de la personalidad de Aki, solo sé que es más o menos como la de Sanae. Espero que más o menos pueda expresarla en la historia.