Capítulo 9. Adiós Corazón.

Lily y Genzo seguían saliendo a "escondidas". Bueno, en realidad su relación era más bien una especie de secreto a voces. Toda la Universidad sabía que ellos dos andaban. Todos, menos Eriko, por supuesto. Los admiradores de Lily dejaron de ir a acosarla a sus ensayos, ya que ya se había vuelto una costumbre que el automóvil de Genzo estuviese aparcado en el estacionamiento, cosa que los ahuyentaba a todos. No era para menos, Genzo lanzaba miradas criminales a cualquiera que se atreviera a mirar a Lily, aun así fuera por accidente. Aki Yamazaki seguía pidiéndole a Lily que intercediera por ella ante Genzo. Aki pensaba siempre que en cada salida que Lily tenía con el portero, la chica se dedicaba a hablarle de su compromiso con la primera. No sé si de plano Aki se pasaba de ingenua o qué… Por supuesto que a Lily y a Genzo lo único que les interesaba era estar juntos… Físicamente hablando…

No había pasado nada entre ellos dos, aún, pero los componentes hormonales de ambos luchaban por desatarse. Conforme fueron transcurriendo más citas, se hizo más evidente que tanto Lily como Genzo deseaban mucho el contacto físico…

- Lo de ustedes es meramente sexual.- le decía Frank a Lily.

- No es cierto.- contradecía Lily, roja como tomate.- No hemos llegado a nada…

- Todavía.- suspiraba Deb.- Pero no tardarán…

- Que no.- replicaba Lily.

- Yo creo que sí.- dijo Katya.- Conozco a Genzo y es una especie de burro en primavera… (¿Katya diciendo chistes?).

- No creo que Wakabayashi-kun sea así.- negaba Saki, quien por cierto resultó ser gran fan del portero.

- Yo creo que sí… .- decían Frank, Katya y Deb.

Pero Lily los callaba a todos. No era cierto que lo que fuera que hubiese entre ella y Genzo fuese solo sexual… También tenían una especie de conexión, eran como dos buenos amigos que se entendían bien… Claro, cada vez que Lily veía a Aki quería arrojarse a un barranco, ya que Genzo no dejaba de repetirle a la mexicana que quien le gustaba era ella y no Aki, siempre que Lily sacaba a colación el tema…

Eriko, por su parte, se estaba suavizando y eso se debía en gran parte a la presencia de Taro. Él seguía apareciéndose por su departamento, en las noches, llevando películas y algo de comida. Al principio, Taro había ido para ayudarles un poco a Genzo y a Lily, aunque también lo hacía porque le encantaba Eriko, pero a últimas fechas iba a ver a la gemela Wakabayashi por la sola razón de que ella lo había vuelto loco. Eriko era completamente diferente a él en carácter, tan diferente como eran Taro y Genzo, pero quizás precisamente por eso ella había flechado a Misaki. Y sobra decir que Eriko también estaba cayendo a los pies de Taro…

Dos noches posteriores al baile, Eriko le había contado a Genzo que Taro había llevado películas y que se habían quedado hasta tarde platicando (Eriko omitió la parte en donde ella y Taro se habían quedado dormidos). Incluso, Eriko le comentó a Genzo que Taro le masajeó los pies.

- ¡Qué asco!.- exclamó Genzo.- No hablarás en serio. ¿Misaki masajeó tus apestosos pies?

- No están apestosos.- se quejó Eriko.- Tú sabes que yo siempre tengo mucho cuidado con el aseo de mi cuerpo y…

- Aun así, los pies son una de las partes más asquerosas del cuerpo.- insistía Wakabayashi.- ¿Cómo le hiciste eso a Misaki?

- Ya cállate.- exclamó Eriko.- Él lo hizo porque quiso, yo no se lo pedí. Además de que también me pintó las uñas de los pies y eso también lo hizo por voluntad propia…

- No me digas.- Genzo soltó la carcajada.- ¿Misaki haciendo eso? ¡Qué ridículo! Y tú, hermanita, me parece que estás cayendo…

- ¿Qué cosas dices?.- protestó Eriko.- ¡Claro que no!

- Claro que sí.- la contradijo su gemelo.- Se te nota que te gusta Taro, y mucho.

- Pues a ti también se te nota que alguien te trae de un ala, hermanito querido.- sonrió Eriko.- Aun no sé de quién se trata, pero sea quien sea, se ve que te tiene atrapado…

- Te equivocas.- mintió Genzo, algo nervioso.- No hay nadie que me interese por el momento…

- ¿Qué no? Yo creo que sí.- se burló Eriko.- Y de verdad, no tengo ni idea de quién pudiera ser, porque me imagino que no es Aki…

- No, no es ella.- negó Genzo.

- ¡Ajá! ¡Acabas de delatarte solo! ¡O sea que sí hay alguien!.- exclamó Eriko, triunfal.

Genzo no contestó. Se preguntó cuánto tiempo podría mantener el secreto de su relación con Lily Del Valle…

Los días pasaron. Katya, Frank, Deb, Lily y Saki pronto se volvieron inseparables. O sea, los primeros cuatro ya lo eran pero Saki se acopló perfectamente al grupo, formando un buen quinteto. Además, gracias a Saki, ahora Lily, Frank y Katya tendrían una compañera para formar un cuarteto de cuerdas. Los jóvenes se escuchaban muy bien tocando juntos, se notaba que podrían llegar a tener un gran futuro…

- Solo nos falta un nombre.- dijo Frank, en alguna ocasión.

- Los cuatro del barrio.- dijo Deb, de broma.

- Eso sonó como a caricatura.- opinó Katya.

- Los hijos de la señora del quinto patio.- bromeó Lily.

- Eso sonó como a grupo de rock mexicano.- dijo Deb.

- Los reyes de oriente.- dijo Saki.

- Eso sonó muy navideño.- dijo Lily.

- O muy iraquí.- dijo Frank.

- Almas de inframundo.- opinó Katya.

- Eso sonó como a película de terror.- musitó Saki.

- Ya se les ocurrirá algo.- suspiró Deb.

Por cierto que Saki había entablado muy buena amistad con Tess Shadows. Una noche, Saki escuchó a Tess tocando el piano y quedó impresionada. Quiso intercambiar algunas partituras con él y de ahí surgió la amistad. Sin embargo, Katya, Deb, Lily y Frank sospechaban que a la colombo-japonesa le gustaba el joven suizo (Tess, pues), aunque ella siempre lo negaba.

- No sé qué se gana con negarlo.- bufaba Deb, una vez que ella y los otros tres veían a Saki y a Tess charlar.- Si se nota que le gusta…

- Y no solo eso.- opinaba Lily.- Creo que a él también le gusta ella…

- Eso parece.- reconoció Frank.- En fin…

- Lo que pasa es que ambos son muy tímidos.- intervino Katya.- Por eso no van a llegar a nada…

- ¡El burro hablando de orejas!.- exclamó Lily.- ¿Y cómo vas con Matsuyama, Katya?

- Este… .- Katya fingió demencia.- ¿Ya vieron lo tarde que es?

- Ja, ja. ¿Y tú, Frank, qué me dices de Yoshiko?.- preguntó Débora, a quemarropa.

- Este, sí, es tarde.- Frank también fingió demencia.

- ¿Qué pasó con sus amores?.- quiso saber Lily.

- Que Hikaru volvió con Yoshiko, eso pasó.- dijo Katya, cortando la risilla de Deb.

- ¿En serio? ¡Qué mala onda!.- exclamó Lily.

- Pues sí, malísima onda pero qué se le hace.- bufó Frank.- Ni modo… Pero no me doy por vencido. Katya, deberías ser mi aliada en esto…

Katya prefirió no hacerle caso. En cuestiones de amor era demasiado tímida, quizás aun más que Saki…

- ¿Nos veremos en la noche?.- quiso saber Deb.

- Claro. Siete en punto en la casa de ustedes.- confirmó Frank a Deb y a Lily.- No vayan a hacer maldades mientras no estamos.

- No garantizamos nada.- sonrió Deb.- Cuídense.

- Hasta la noche.- dijo Katya.- Me despiden de Saki.

Katya y Frank subieron al Toyota AE89 de éste, de reciente adquisición. Al poco rato, Saki volvió para decirle a Deb y a Lily que Tess se había ofrecido para llevarla a casa.

- Ni modo.- dijo Deb.- Nos volvimos a quedar solas… ¡Pero qué digo! Tú te vas a ir con tu Wakamolishi y me dejarás sola.

- Estás sola porque quieres, Deb.- reclamó Lily.- Hay muchos chicos en la Universidad a quienes les gustas… Y no le digas "Wakamolishi" a Genzo.

- Ya, ya.- suspiró Deb.- Tú bien sabes cuál es mi situación…

Lily sabía que Deb había tenido muchas malas experiencias con los hombres en México, motivo por el cual la modelo, a pesar de ser muy atractiva, no tenía pareja. Ya casi era la hora de ir a ensayar con Corazón. Lily fue en busca de su violín y momentáneamente no lo encontró en el sitio en donde lo había dejado. Se desesperó un poco buscándolo, y al cabo de unos momentos de miedo encontró el estuche. Sin embargo, el miedo de Lily se convirtió en dolor al abrir el estuche y darse cuenta de que el violín estaba completamente destrozado…

- ¡NOOO!.- gimió Lily.- ¡Mi Corazón!

- ¿Te sientes mal?.- le preguntó Deb, quien momentáneamente no supo a lo que Lily se refería.

- ¡Mi violín!.- Lily casi inmediatamente se soltó a llorar.- ¡Mira lo que le pasó! ¡No puede ser, no puede ser!

Deb contuvo un grito. Efectivamente, el violín de Lily estaba completamente destrozado. Irreparable. Saki y Tess regresaron, asustados por los gritos y sollozos de Lily.

- ¿Qué pasó?.- preguntó Saki, asustada.

- ¡Alguien destruyó mi violín!.- Lily tomó unos trozos de lo que quedaba de su instrumento y se los enseñó a Saki.- ¡Mira, no puede ser!

Lily lloraba desconsoladamente. Deb la abrazó. Saki y Tess se sintieron mal, pues perder un instrumento musical es algo terriblemente doloroso para un músico… Una gran pérdida…

- Fue el violín que me regalaron mis padres.- Lily no podía dejar de llorar.- ¿Quién pudo haberme hecho esto?

- Quizás fue Eriko.- sugirió Tess, en voz muy baja, quizás solo para que Saki escuchara. Desgraciadamente, Lily también lo oyó.

- ¡Eriko!.- gritó ella.- ¡Eriko Wakabayashi! ¡Esa maldita desgraciada!

A Saki le sorprendió el cambió que ocurrió en Lily debido al dolor y a la rabia. De agradable y tierna había pasado a ser una fiera herida. Débora, por su parte, no se sorprendió. Conocía a Lily de sobra y sabía que ésa sería la reacción natural que ella tendría…

- ¡Me las va a pagar! ¡Esto ya llegó muy lejos!.- gritó Lily, fúrica.- ¡Una cosa es que me amenace por su estúpido puestecito de reina y otra muy diferente que destruya una parte de mi alma!

- Ni siquiera sabes si realmente fue ella… .- musitó Saki, queriendo calmar a su amiga.

- ¡Claro que fue ella! ¿Quién más pudo haber sido?.- Lily no se controló más y salió en busca de su "rival".

Saki quiso detenerla, pero Deb la detuvo.

- Ni lo intentes.- dijo.- No es aconsejable hacerlo…

Genzo acababa de llegar a la Universidad cuando vio pasar a Lily a toda velocidad. Él apagó el coche y se bajó inmediatamente para ir tras ella. En cuanto la vio, supo que algo malo había ocurrido.

- ¿Lily, estás bien?.- quiso saber Genzo, preocupado. Ella lo ignoró.- ¿Lily?

Lily seguía caminando a paso veloz, cual Eunestona herida que busca venganza. Las lágrimas de rabia seguían escurriendo por su rostro.

- Lily, dime que te pasa.- Genzo se paró frente a ella y le cortó el paso.- ¿Por qué lloras?

- ¿Quieres saberlo?.- gritó Lily.- ¿Realmente quieres saberlo?

- Sí.

- ¡No me digas que no estás enterado! ¡Si muy seguramente tú fuiste su cómplice!

- ¿Cómplice de qué cosa?.- Genzo no entendía anda.

- ¡No te hagas el inocente!.- gritó Lily.- ¡Traidor!

Genzo supo entonces que Lily y Eriko tenían algo en común: ambas sacaban conclusiones precipitadas sin conocer todas las versiones de la historia.

- Lily, juro que no sé de qué me hablas.- dijo Genzo, tratando de calmarla.- Dime qué pasó…

- ¡Tú maldita hermana desgraciada acabó con mi Corazón!.- gritó Lily.- ¡Esa infeliz destruyó mi violín!

- ¿Qué dices?.- la sorpresa de Genzo fue genuina.- ¿Qué Eriko hizo qué cosa?

- ¡Ella destruyó mi violín!.- seguía diciendo Lily, llorando a mares.- ¡Eriko me atacó en el único sitio que realmente podía dolerme!

Lily no pudo más y lloró a lágrima viva. Genzo se sintió terriblemente mal por ver sus lágrimas. Se acercó a ella y la abrazó con suavidad. Ella al principio se resistía pero después se apoyó contra el pecho del portero y lloró sin descanso…

Mucho rato después, Lily ya se encontraba en el departamento que compartía con Débora. Genzo había conseguido calmar a la llorosa chica Del Valle, prometiéndole que él descubriría al causante de todo. Genzo no creía que hubiese sido Eriko la culpable, pues su hermana no hacía esa clase de cosas, pero él sabía que cualquier explicación en esos momentos caería en saco roto. Además, Eriko era la principal sospechosa, por haberle declarado abiertamente la guerra a Lily…

Mientras se dirigía a su casa, Genzo cavilaba, enojado. Si realmente su hermana había arruinado el violín de Lily tendría que pagarlo… Momentáneamente, Genzo creyó culpable a Eriko. El enojo y la desesperanza que sintió al ver los hermosos ojos negros de Lily cubiertos de lágrimas lo estaban haciendo acusar gente sin tener ninguna prueba… Genzo llegó a su hogar y encontró a Eriko con Taro, para variar.

- Come tu lechuga, conejo.- Eriko le daba un trozo de verdura a Taro para que éste la comiera.

- No abuses del conejo, Eriko.- reía Taro, al ver que Eriko ponía el trozo de lechuga lejos de él cuando ya estaba por morderla.

- Eriko, tengo que hablar contigo.- dijo Genzo, interrumpiéndolos.

- Buenas tardes, Wakabayashi.- dijo Taro.- A mí también me da gusto verte…

- No tengo tiempo para saludos.- replicó Genzo, molesto.- Eriko, tengo que hablar contigo.

- Pero yo no.- replicó Eriko.- No si estás así de grosero.

- Tú tampoco te has portado bien, no sé de qué te quejas.- dijo Genzo fríamente.- Quiero hablar contigo a solas.

- Pues yo no quiero.- insistió Eriko, terca.

- Como quieras.- masculló Genzo.- ¿Te atreviste a romper el violín de Lily?

Esta pregunta dejó tanto a Eriko como a Taro atónitos.

- ¿Qué cosa? ¿Le pasó algo a Corazón?.- quiso saber Taro.

- ¿Qué si yo le rompí el violín a Lily?.- repitió Eriko.- ¿Qué clase de pregunta es ésa?

- Una pregunta muy fácil de responder.- replicó Genzo.- Solo contesta. Y quiero la verdad.

Taro miró a Eriko. Ésta se veía genuinamente sorprendida.

- No te entiendo.- dijo Eriko.- Explícate, por favor.

- Que alguien destruyó el violín de Lily esta mañana.- dijo Genzo, exasperado.- Y quiero saber si fuiste tú.

- Ni siquiera sabía que Lily tocaba el violín.- se defendió Eriko.- ¿Cómo pude habérselo destruido?

Y era cierto. Eriko solo odiaba a Lily por su popularidad, pero no tenía una idea clara del instrumento que ésta tocaba.

- Si me mientes, te irá peor.- amenazó Genzo.

- ¿Me estás amenazando?.- Eriko se puso tensa.

- Wakabayashi, este… .- interrumpió Taro.- ¿Cómo te enteraste de que Lily perdió su violín?

Genzo entendió la indirecta. Sin querer, había estado delatándose frente a Eriko.

- Toda la Universidad habla de eso en estos momentos.- respondió él, más calmado.

- ¿Y qué fue lo que pasó exactamente?.- quiso saber Taro.

- No sé muy bien. Solo sé que Lily no encontraba su violín, y cuando lo hizo, descubrió que éste estaba hecho trizas.- explicó Genzo.- Todos señalan a Eriko y yo quisiera saber si realmente ella lo hizo o no…

- Pues preguntémosle.- dijo Taro, simplemente.

- ¿Qué cosa?

- Que le preguntemos.- repitió Taro.- La acusada está presente. Preguntémosle si fue ella. Eriko: ¿Tú destruiste el violín de Lily?

Eriko sabía que Taro quería muchísimo a Lily. Y su hermano también parecía estar molesto. Se sintió acorralada, pero nunca, jamás, se hubiese atrevido a mentirle a su hermano. Y mucho menos a Taro…

- No.- respondió Eriko.

Genzo y Taro miraron a la chica y después se miraron el uno al otro…

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Al día siguiente, Lily estaba tumbada en su cama, llorando desconsoladamente; afortunadamente era sábado, aunque de cualquier manera la Universidad le hubiese valido cacahuates. Ya les había hablado a sus padres para decirles de la pérdida de Corazón. Alejandro Del Valle le había prometido a su hija que en cuanto pudiera le comprarían un violín nuevo. Emily Del Valle le dijo, por su parte, que de todas maneras ya iba siendo hora de que Lily tuviera un instrumento nuevo… Lily estaba inconsolable, ese violín había sido su amigo y compañero desde hacía mucho tiempo… Taro Misaki ya había pasado a visitar a su amiga, para llevarle un paquete de almendras confitadas, esperando que eso mitigara un poco su dolor…

Más tarde sonó el timbre. Débora abrió, pero ya no había nadie, solo estaba un paquete en el tapete de la entrada. Débora lo tomó y se dio cuenta de que era para Lily.

- Lily, abre.- Deb tocó a la puerta del cuarto de Lily.- Te trajeron un paquete.

- ¿De quién es?.- Lily abrió la puerta.

- No sé. No dice quién lo manda.

Lily abrió la caja de cartón. Dentro había otra caja más pequeña, y sobre esta caja se encontraba un sobre. Lily lo abrió y sacó la carta que tenía dentro, la cual decía:

Lily:

Sé que no lo creerás, pero mi hermana no destruyó a Corazón. Se lo pregunté directamente y me lo negó. Y le creo. Realmente lamento mucho tu pérdida, y si me llego a enterar de quién fue el infeliz que lo hizo, lo pagará caro. Por lo pronto, te envío esto. Se que no podrá sustituir a Corazón, pero al menos espero que te ayude a seguir creando esa maravillosa música que siempre haces…

G.W.

- Es de Genzo.- dijo Lily, reconociendo la firma del portero.- Me dice que Eriko no destruyó a Corazón…

- ¡Ja!.- bufó Deb, escépticamente.

- Y que me manda esto para que sustituya a Corazón… Como si pudiera sustituirlo… . suspiró Lily, muy triste.

Lily abrió la segunda caja, ayudada por Débora. Dentro se encontraba el estuche de cuero muy fino de un violín. Lily lo abrió y soltó un gritillo de sorpresa.

El estuche de cuero guardaba en su interior un Stradivarius.

Notas:

- Tenía una amiga en la prepa que le decía a Genzo: "Wakamolishi", que porque se le hacía muy parecido el nombre.

- Frank tiene de automóvil un Toyota AE89 por petición de Frankie-chan.

- La conversación de los pies apestosos que sostuvieron Genzo y Eriko la mantuvimos Alisse y yo en el mess. Me dio tanta risa que la incluí.

- ¿Habrá sido Eriko quien destruyó el violín? Por ahora lo dejaré en el misterio.