Capítulo 11. No me quiero enamorar.

Taro despertó muchas horas después. Eriko estaba dormida a su lado, apoyada contra él. Ambos descansaban sobre el piso de la sala.

"Ay, Dios", pensó Taro. "Wakabayashi me va a matar... ".

Eriko despertó y le sonrió dulcemente, antes de besarlo en los labios.

- ¿Cómo dormiste, mi amor?.- le preguntó.

- Ah, caray. ¿Ya nos llamamos por motes cariñosos?.- inquirió Taro, levemente sorprendido.

- Después de lo de anoche, creo que es justo.- Eriko soltó una risilla.- ¿No crees?

- Sí, quizás...

- ¿Qué te ocurre? Te noto algo preocupado... .- comentó ella.

- Es que tu hermano me va a arrojar por un barranco cuando se entere de lo que pasó entre nosotros.- musitó Taro.

- ¿Quién le va a decir? Yo no.- replicó Eriko.

- Wakabayashi es una persona muy difícil de engañar.- dijo Taro.- No creo que no se entere de que tú y yo nos hemos hecho amantes...

Por respuesta, Eriko le dio un beso a Taro que lo hizo a éste suspirar.

- Te preocupas demasiado, mi amor.- sonrió ella.- No se dará cuenta. Además, yo seguiré fingiendo que le creo cuando me dice que va a ver al "dentista". Bien que sé que va a ver a una chica.

- Claro.- Taro dio un respingo.

"Creo que Lily y yo resultaremos muertos cuando Genzo y Eriko se enteren de que hemos estado saliendo con ellos. Ay, Dios, ¿por qué nos habremos metido con esta familia?", pensó Taro, preocupado.

Pero cuando Eriko volvió a besar a Taro, él se dio cuenta de que no había nada de qué preocuparse...

Mientras tanto, Lily despertaba en su cama, sola. Se sorprendió de no ver a Genzo junto a ella y se levantó, preguntándose en dónde estaría. Desde la cocina llegaba un delicioso aroma de huevos con tocino y café, y Lily se levantó, impulsada por el hambre. Se puso lo primero que encontró: la camisa de vestir de Genzo, cosa que le hizo saber que él aún no se había marchado del departamento. Lily se dirigió a la cocina y ahí se encontró a Genzo, preparando el desayuno. Él le sonrió al verla.

- Buenos días, hermosa.- dijo Genzo.

- Buenos días.- Lily se sonrojó.- ¿A qué hora te levantaste?

- Pues hace como una hora. Salí a correr un rato y de paso compré pan para acompañar el desayuno.

- ¿Por qué no me despertaste?.- inquirió ella, avergonzada.

- Te veías tan bella y tranquila durmiendo que no quise interrumpir tu sueño.- respondió él, con una mirada tierna, extraña en él.

- De cualquier manera te pude haber ayudado... .- murmuró Lily, muy colorada.

- ¡Ja! No me digas que sabes cocinar porque ésa sí no te la creo.- Genzo soltó una carcajada.

- ¿Por qué no?.- se indignó Lily.- ¿Quién te dice que no sé cocinar?

- ¿Sabes cocinar?.- le preguntó él, a quemarropa.

- No.- musitó ella, bajando la cabeza.

- Lo sabía.- Genzo emitió una sonrisa de triunfo.

- ¿Y cómo lo supiste?

- No sé.- él se encogió de hombros.- Una corazonada que me dio...

Lily se sentó a la mesa, mientras Genzo terminaba de preparar el desayuno. Ella lo contemplaba con ternura y una sonrisa en los labios. Él volteó y la miró profundamente. Apagó la estufa y se acercó a ella, tomó el rostro femenino entre sus manos y besó a la chica en sus labios rojos.

- Te ves tan hermosa así, con mi camisa puesta.- murmuró Genzo.

- Debes estar bromeando.- murmuró Lily, apenada.- Estoy recién acabada de despertar, con el cabello revuelto...

- ¿Y eso qué? Tu belleza no necesita arreglos... .- Genzo volvió a besar a Lily.- Éste podría ser todo mi desayuno...

- ¿Bromeas, verdad? Estoy adolorida de anoche.- gruñó ella.- ¡Y tengo hambre! Además de que no quiero ni pensar en lo que pasará cuando Eriko se entere...

- ¿Quién se lo va a decir? Yo no...

- Eriko me parece una persona difícil de engañar... .- replicó Lily.

- Te preocupas demasiado, mi amor... .- sonrió Genzo.

Lily se sentía muy extraña en su interior. No había sido su intención el dormir con Genzo, pero las cosas se le habían ido de control... O sea, no se la había pasado mal, todo lo contrario, pero apenas y conocía a ese hombre...

"Válgame, cuando Eriko se entere me va a arrojar por la ventana", pensó Lily. "Aunque creo que no seré la única muerta ya que no creo que a Genzo le siga pareciendo bien que Tarito salga con su hermana por mucho tiempo... ".

Lily no desconocía que Taro estaba enamorándose de Eriko Wakabayashi. Lo que sí era un misterio para la primera era si Eriko sentía lo mismo por él.

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Los días pasaron. Katya y Frank seguían suspirando por Hikaru y Yoshiko, aunque no se atrevían a hacer nada para separarlos ya que, después de todo, los dos primeros no eran malas personas. Sin embargo, un día Yoshiko fue a la Universidad de manera sorpresiva, a visitar a Frank, cosa que ocasionó que Katya tuviese contacto con "Superwoman", como ella la llamaba.

- Buenos días.- Yoshiko había llegado al sitio en donde Frank le había dicho que podía encontrarlo siempre.- Busco a Frank Zegarra.

- Buenos días.- Katya se sorprendió al ver a esa mujer por ahí.- ¿Quién lo busca?

- Yoshiko Fujisawa, una amiga.- respondió ella, fingiendo no conocer a Katya, así como ésta fingía no conocerla a ella.

"Si bien que sabemos quiénes somos", pensó Katya. "Nomás que nos ha de gustar hacernos las tontas... ".

- En un segundo le llamo.- dijo Katya.- ¡Frank! Te buscan...

- ¿Quién? .- preguntó Frank, desde quien sabe dónde.

- Yoshiko Fujisawa.- Katya trató de hacer que su voz no sonara demasiado despectiva.- ¿Qué le digo?

- En un segundo voy.- respondió Frank.

Frank apareció e intercambió dos que tres frases con Yoshiko. Katya, mientras tanto, había continuado con la labor en la que estaba antes de que Yoshiko llegara: componer una melodía con Marco Polo, su violonchelo. En dos que tres ocasiones Katya perdía la inspiración por estar pensando en Hikaru (era imposible no hacerlo con Yoshiko ahí) y Frank, a la tercera pérdida de inspiración, se volvió hacia Katya.

- De verdad que te encanta meter la pata.- le gruñó.- Pobre Marco Polo...

- Piérdete.- replicó Katya, enojada.- Nadie te llama.

- Me meto cuando me de la gana.- gruñó él.

- Pues vete a meter a otro lado.- bufó Katya.

Frank tomó un pedazo de papel, lo hizo bolita y se lo aventó a Katya, quien, enojada, lo golpeó con la guitarra de Saki (y más vale que ésta no se entere porque entonces habrá bronca).

- ¡Ya estate quieta!.- gritó Frank.

- ¡Deja de meterte en donde no te llaman!.- gritó Katya.

Ambos soltaron de repente una carcajada. Yoshiko había estado observándolos con cierto recelo. Frank se acordó de ella y le sonrió con disculpa.

- Perdona.- le dijo.- Esta mujer es peor que una hermana fastidiosa.

- ¡Mira quién habla!.- replicó Katya.

- Espera un segundo.- pidió Frank a Yoshiko, ignorando a Katya.- Deja voy a buscar las partituras que me pediste.

- ¡Y de paso me regresas las que te presté la semana pasada!.- le gritó Katya, cuando Frank partía.

Yoshiko asintió con la cabeza, mirando a Katya con suspicacia y ciertos... ¿Celos?

- ¿Puedo hacerte una pregunta?.- inquirió Yoshiko.

- Claro, la que quieras.- respondió Katya. "Siempre y cuando no sea el si estoy enamorada de Hikaru Matsuyama... ".

- ¿Tú y Frank son algo más que amigos?.- quiso saber Fujisawa.

- No.- contestó Katya con sinceridad, a quien por cierto le había sorprendido mucho la pregunta.- Es como el hermano fastidioso que nadie quisiera tener...

- Ah. Bueno.- y Yoshiko no agregó nada más, solo esperó a que Frank regresara con las partituras.

A Katya le había sorprendido muchísimo la pregunta de Yoshiko. ¿Acaso Yoshiko estaba celosa de ella?

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Genzo y Lily se convirtieron en amantes. Solo a Débora Lily le dijo la verdad, pero Frank, Katya y Saki no tardaron en enterarse ya que la situación se había vuelto muy obvia. Del Valle y Wakabayashi aprovechaban cualquier momento para estar solos, cosa que hizo sospechar a los tres integrantes de los Herederos de los Cinco Elementos que no sabían la verdad (entiéndase Saki, Katya y Frank. Ver nota al final del capítulo), por no mencionar que el resto de la Universidad daba ya la unión de Lily y Genzo como un hecho consumado. Los admiradores de Lily se tuvieron que resignar a perder a su reina, aunque les dolió mucho el tener que perder también a su princesa... De hecho, si Eriko no se enteró por aquellas fechas de la relación de Lily y Genzo era porque ella misma andaba en las nubes por Taro Misaki.

A diferencia de Lily y Genzo, Eriko y Taro no se habían convertido en amantes, fuera de aquella noche y unas dos que tres ocasiones más en las que se presentó la oportunidad estar juntos. Taro sentía que estaba yendo demasiado rápido con Eriko y no quería arruinar las cosas. Por el contrario, Eriko perdió la cabeza por él y solo pensaba en la forma de estar a su lado...

Aki Yamazaki le preguntaba cada mañana a Lily sobre Genzo. Ella había escuchado los rumores de que la mexicana y el portero japonés eran amantes, y le preguntó a Lily a quemarropa si era verdad o no. Ella no supo qué contestarle momentáneamente, suerte que justo en ese momento Deb había acudido al rescate. Después, Aki no volvió a preguntarle a Lily si era cierto que andaba con Genzo o no.

- Sólo te pido que me ayudes con él.- le decía a Lily.- Háblale de mí, hazle saber que solo conmigo será feliz...

Y Lily lo intentaba. De verdad. Pero cada vez que ella veía a Genzo se le borraba la memoria (miren nada más ¬¬).

Una tarde, Lily Taro tomaban el café. Hacía mucho tiempo que no habían pasado juntos un rato, debido a sus correspondientes "romances". Lily se quedó con la boca abierta cuando Taro le confesó que había dormido con Eriko Wakabayashi en varias ocasiones. Taro, por su parte, regañó a Lily por haberse acostado con Genzo esa primera vez. Y también por las que siguieron...

- Si serás descarado.- gruñó ella.- ¡Esa misma noche tú hiciste lo mismo con su hermana!

- ¡Pero fue Eriko quien me sedujo, no eran ésas mis intenciones!.- replicó Taro, enojado.

- ¡Yo tampoco tenía intenciones de acostarme con Genzo!

- ¿Y por eso lo invitaste a pasar a tu depa, sabiendo que estabas sola, y por eso también te pusiste ese camisón transparente que nomás con verlo dice a gritos: "Tómame, soy tuya"?

- Ésa fue una burrada.- reconoció Lily, avergonzada.- Pero aun así no tienes derecho a reclamarme...

Taro sorbió su café. Se quedó pensando unos minutos y después suspiró.

- Solo espero que no te vayas a enamorar.- dijo.

- Claro que no.- replicó Lily, segura.- Eso no va a pasar. Desgraciadamente Frank tenía razón y lo que hay entre Genzo y yo es meramente pasional...

- ¿Segura?.- Taro no le creía.

- Claro. ¿Por qué no habría de estarlo?.- sonrió ella.

- Uhm. Yo que sé... Solo te digo que no te fíes mucho de Genzo. O sea, es mi amigo y todo pero debo reconocer que con las mujeres suele ser muy desgraciado... .- advirtió Taro.

- Tranquilo, ya te dije que no pasará nada.- aseguró Lily.

- Si tú dices...

- Además, tú andas igual con Eriko... .- replicó Lily.

- Yo no me voy a enamorar de Eriko.- dijo Taro.- Porque ya lo estoy.

- ¿Qué cosa?.- Lily gritó.

- ¿Qué gano con negártelo? Sí, estoy enamorado de Eriko.- suspiró Taro.

- Genzo te va a matar si se llega a enterar de que dormiste con su gemela.- dijo Lily.

- ¿Y eso qué? ¿Vieras que no me importa? Bien valió la pena.- Taro sonrió.

- Estás grave, entonces... .- Lily movió la cabeza de un lado a otro.

- Al menos lo reconozco y no me enterco en negarlo.- replicó Taro.

Lily no le hizo caso.

Pero Lily y Taro no eran los únicos perdidos. Genzo y Eriko también estaban cacheteando la banqueta. Genzo no se daba cuenta, pero cada día pensaba más en Lily y lo único que quería, aparte de jugar fútbol (¬¬), era estar con ella. Eriko, por su parte, había cambiado muchísimo, era mucho más genuina y se preocupaba menos por verse como una top model todo el tiempo. De hecho, había dado muestras de odiar cada vez menos a Lily. En un acto sorprendente que los dejó con la boca abierta a todos, Eriko se había acercado a Lily en la Universidad a darle el pésame por la muerte de Corazón, al tiempo que esperaba que su nuevo violín pudiera llegar a sustituirlo. Lily no sabía si Eriko conocía que el violín había sido regalo de su hermano. Muchos se dieron cuenta de que ese acto de sincero pésame por parte de la gemela Wakabayashi había sido provocado indirectamente por Taro Misaki...

*Yo no quería quererte...

Y no lo pude evitar...

Creí poder defenderme...

Pero a mi corazón

No lo puedes atar...

Lily se sorprendió mucho el día en que Genzo llegó a verla y se quedó observándola, simple y sencillamente. Ella le preguntó que qué le pasaba y él respondió que únicamente deseaba grabar en su memoria la dulzura de su mirada (cursi).

Yo no sé mi amor qué hago buscándote

Si te gano pierdo libertad

Yo no sé mi amor qué hago besándote

Si yo no me quiero enamorar...

Eriko contaba los segundos que faltaban para volver a ver a Taro. Esperaba con ansias su risa, sus pláticas, su sonrisa. Pero más que nada, esperaba con ansias su compañía... Solo él podía hacerla sentirse ella misma...

Guardo en silencio mis besos

Despídete sin voltear

Porque al besarte me pierdo

Pero a mi corazón

Quién le puede explicar

Lily siempre rogaba que Genzo no la besara al despedirse, aun cuando después estuviese muriendo por un beso. Y es que siempre que él la besaba, ella perdía el control de todo. No podía controlar los latidos del corazón ni la sensación de desmayo del cuerpo (extraña sensación) cada vez que los labios del portero se posaban sobre los de ella...

Yo no sé mi amor qué hago buscándote

Si te gano o pierdo libertad

Yo no sé mi amor qué hago besándote

Si yo no me quiero enamorar...

Genzo tampoco se entendía él mismo. A últimas fechas, siempre se tomaba todo el tiempo del mundo para besar a Lily, cuando los primeros días se saltaba todo el preámbulo para ir directo al grano (saben a lo que me refiero). Ahora, Genzo prefería besar a Lily una eternidad, en vez de poseerla por solo un minuto...

Yo no sé mi amor qué hago buscándote

Si te gano o pierdo libertad

Yo no sé mi amor qué hago besándote

Si yo no me quiero enamorar...

¿Y Taro? Pues él no sabía qué hacer, para variar. No negaba estar enamorado de Eriko, pero tampoco negaba que el tener una relación no estaba en sus planes... Se había enamorado sin haberlo previsto siquiera... Y eso podía traer sus consecuencias y quizás no todas serían buenas...

Ninguno de los cuatro entendía nada. Solo sabían que lo único que querían era estar juntos... Para siempre... Y por encima de todo...

Si yo no me quiero enamorar...

Por cierto que, otro corazón atormentado por un amor nuevo e inesperado era el joven Tess Shadows... Nunca, jamás, ninguna chica lo había hecho sentirse tan completo como lo había conseguido la joven y talentosa Saki Aiza...

Notas:

- *No me quiero enamorar, interpretada por Kalimba.

- "Los Herederos de los Cinco Elementos" es el extraño nombre que escogí para el grupo formado por Saki, Katya, Deb, Frank y Lily. Saki es la Hija del Viento, Katya la Hija del Hielo, Débora la Hija del Fuego, Frank el Hijo del Trueno y Lily la Hija de la Luz.