Capítulo 13. Injusto adiós.
Y llegó el día de San Valentín. Las chicas de la Universidad se prepararon para regalarles a los chicos que les gustaban una infinita variedad de chocolates preparados por ellas mismas. A Katya se le hacía una costumbre de lo más tonta.
- No tiene chiste regalar chocolate.- decía.- Mejor regalen algo útil, como una caja de condones (jajaja, dudo mucho que Katya haga este tipo de comentarios XD).
- Es la tradición aquí.- observó Deb.- Y como dicen por ahí: "A donde fueres, haz lo que vieres".
- Yo soy buena cocinando pasteles, pero dudo mucho que pueda hacer un chocolate.- comentó Lily.
- Pues prepárale a Wakamolishi un pastelito de chocolate.- sugirió Deb.
- Uhm... ¿Me creerán que no sé si le gusta el pastel de chocolate? Todavía no le pregunto todos sus gustos... .- suspiró Lily.
- Jajaja. ¿Y cuándo se los vas a preguntar, si ustedes lo que menos hacen es hablar?.- Deb se rió con muchas ganas.
- Ya, no inventes.- Lily se puso colorada.- Le haré un pastel de chocolate. Y si no le gusta el chocolate, pues lo recompensaré con otra cosita que sé que sí le gusta...
Saki se acercó en ese momento a las chicas, con actitud pensativa.
- ¿Por qué tan seria, pequeña saltamontes?.- preguntó Lily, sonriente.
- De seguro está pensando en a quién regalarle chocolates el día de San Valentín.- sonrió Deb.
- O mejor dicho, está pensando en si a esa persona le gustará el chocolate o no... .- opinó Katya.
- Estoy pensando en si Lily-san me podría ayudar a cocinar un buen pastel.- comentó Saki.
- Con todo gusto. Es una de mis poquísimas habilidades culinarias y será un honor compartirla contigo.- respondió Lily.
- Gracias.
- ¿A quién vas a cocinarle un pastel, Saki-chan?.- quiso saber Deb, aunque ya se lo imaginaba.
- A alguien.- Saki se encogió de hombros.
- Jajaja, yo sé a quién.- Lily sonrió con picardía.
- ¿Ya te animarás a decirle lo que sientes?.- preguntó Katya, bufando.
- No sé a qué te refieres.- Saki fingió demencia, aunque se puso colorada.
- Si bien que sabes.- replicó Deb.- Hablamos del joven Shadows...
- Ah... .- Saki se puso más roja aún.- Tess y yo solo somos...
- No vayas a decir que solo son amigos porque te cuelgo.- interrumpió Katya.- Lo mismo decía Lily de Genzo y ya ves...
- Es que es cierto.- replicó Saki.- No somos nada más que amigos...
- Eso puede cambiar. Li te puede ayudar a preparar un pastel con toloache y verás que un dos por tres ese Tess caerá a tus pies.- sugirió Deb, con una risilla.
- No seas mensa.- la regañó Lily, mirándola con cara de "hello con tu hello".- O sea, claro que le ayudaré a Saki-chan a preparar un pastel, pero no le pondré toloache.
Esa tarde, Saki y Katya se reunieron con Deb y Lily en el departamento de éstas para preparar pasteles de chocolate. Katya pretextaba que "solo había ido para burlarse de sus cursis amigas", aunque después ella también quiso preparar un pastel. Katya dijo que era para cuando "se aburriera de los insípidos dulces que compraba Frank".
- A mí más bien me parece que se lo vas a regalar a cierto conocido integrante de la Selección Japonesa que tiene la costumbre de jugar sus partidos con una cinta alrededor de la cabeza.- comentó Lily.
- ¿Será?.- preguntó Débora, con cierto sarcasmo.- ¿Tú crees?
- Cállense.- Katya les lanzó una fría mirada, típica de sus ojos de Esmeralda.
- ¡Qué genio te cargas!
- ¡Concédeme tres deseos!
Al poco rato el timbre sonó. Lily fue a abrir, limpiándose las manos en el delantal azul que traía puesto, y se topó cara a cara con Eriko Wakabayashi.
- ¡Eriko!.- gritó Lily, de la sorpresa.- ¿Qué haces aquí?
- Taro me dijo que eres una experta en preparar pasteles.- dijo Eriko, así sin más.- Quería ver si me podías ayudar a prepararle uno a él para este día de San Valentín...
- Claro.- Lily apenas y podía contener su asombro.- Pasa... Cuñada...
La Hija del Hielo, la Hija del Viento y la Hija del Fuego se quedaron con la boca abierta al ver a la Hija de la Luz en compañía de Eriko. Deb enarcó mucho las cejas, pero Lily le hizo un gesto negativo con la cabeza.
- Eriko también quiere prepararle un pastel a Tarito.- dijo Lily, simplemente.
Fue de lo más extraño, y al mismo tiempo agradable, ver a Eriko y a Lily cocinando postres. No se sabía qué era lo más raro, si ver a la gran Eriko con un delantal y las manos en la masa, o ver a Lily y a ella llevándose bien y tratándose como amigas.
- El mundo se ha vuelto loco.- suspiró Deb.
- Pero es bueno que al fin se lleven bien.- sonrió Saki.
- No creo que esto dure mucho.- sentenció Katya, sombríamente.- Las Fuerzas del Universo han sido alteradas y eso conlleva siempre una reacción contraria que equilibre las cosas.
Saki y Deb miraron a Katya con duda. Ellas estaban acostumbradas a que la Hija del Hielo hablara tan enigmáticamente, pero su predicción esta vez había sido un tanto oscura...
El día de San Valentín (o sea, al día siguiente), las chicas les regalaron a sus enamorados los pasteles que habían preparado. Eriko se sintió maravillada de que a Taro le encantara el que ella le preparó especialmente, aunque medio Toodai se sorprendió de que la Emperatriz hubiese hecho algo semejante, ya que en años anteriores era ella la que recibía flores y chocolates, pero nunca los regalaba. Lily descubrió que a Genzo le fascinaba el chocolate, por lo que agradeció el haber seguido el consejo de Deb de agregarle chocolate extra al betún. Frank observaba a sus amigas el regalar los dulces que habían preparado con cierta nostalgia.
- ¿Y para mí no hay nada?.- preguntó, con cara de niño.
- No.- dijo Lily, secamente.- No te los mereces.
- ¡Qué malas son!
- Jajaja. ¡Es broma!.- Deb le tendió a Frank un pastelito de chocolate.- Éste lo hice especialmente para ti.
- Y este lo preparé yo.- Lily le dio otro pastelillo a Frank.
- Feliz día.- bufó Katya, ofreciéndole a Frank un chocolate en forma de violín.
- Y éste es mío.- Saki también le dio un regalo a Frank.
- ¡Qué lindas son! ¡Muchas gracias!.- Frank se conmovió.
- Nada de lindas. Nos vas a tener que comprar algo lindo en el "White Day".- replicó Deb. Katya, Saki y Lily asintieron.
- Ya se me hacía extraña tanta generosidad... .- suspiró Frank.- Por cierto, Katya... ¿El pastel de chocolate que traía Hikaru Matsuyama se lo regalaste tú?
- Qué te importa.- Katya se puso más roja que la gorra de Genzo.
- ¡Lo sabía, lo sabía!.- gritó Lily.
- ¿Y tú cómo te diste cuenta de eso?.- preguntó Saki.
- Porque en la mañana fui a ver a Yoshiko y me la encontré con Matsuyama... .- suspiró Frank.- Claro que él no quiso decir quién le había regalado el chocolate.
- Costumbres tan más tontas que tienen aquí.- Katya no hallaba ni en dónde meterse.
- ¿Y a qué fuiste a ver a Yoshiko?.- quiso saber Deb.
- Pues quería ver si me regalaba un chocolate...
- ¿Y lo hizo?
- Te quedarás con la duda de eso.- Frank sonrió enigmáticamente.- ¿Y tú? ¿A quién le regalaste chocolates?
- Solo a ti.- respondió Deb, desviando la mirada.
Lily sonrió con cierta amargura. Deb no podía superar su trauma con los hombres, por más que lo intentaba. Lily pensaba que quizás su amiga preferiría dejarse vencer ante el miedo a atreverse a amar de nuevo... Saki tenía en el regazo la caja que contenía el dulce que había preparado para Tess. Por supuesto que no se animaba a dárselo, más porque ella había visto que a Tess muchísimas chicas le habían regalado dulces ya.
- Mejor le doy este pastel a Wakabayashi-san.- comentó Saki.
- No le regales dulces a mi novio.- gruñó Lily, enojada.- Ese pastel es para Tess y se lo darás a Tess.
- No te pongas celosa, Kielo.- Katya soltó una risilla.
- Cállate, Kat.
- ¡Que no me llames Kat!
Tess apareció, sorpresivamente solo y cargado de varias cajas. Saki dudó en si debía seguirlo o no.
- ¡Anda! ¿Qué esperas que no vas?.- la instó Lily.- ¡Ve!
- No. No puedo.- negó Saki.
- ¡Argh!.- exclamó Deb.- ¡Tess! Ven por favor, Saki quiere hablar contigo.
El joven suizo de cabello negro sonrió y se dirigió a los Herederos de los Cinco Elementos.
- ¿Qué pasa?.- preguntó, amablemente, al tiempo que Saki asesinaba a Deb con la mirada.
- Saki trae una caja muy pesada y quería que la ayudaras a llevarla a su casillero, por favor.- dijo Deb.
- Con todo gusto.- sonrió Tess. Saki ya no se pudo negar.
Tess y Saki se dirigieron a la zona de los casilleros. Antes de marcharse, Deb le había hecho la señal de la victoria con los dedos. Katya, Saki y Frank habían hecho algo semejante. Saki quería darle el dulce a Tess, pero no sabía cómo. Al llegar a su casillero, Saki se quedó parada sin animarse a abrirlo.
- ¿Qué pasa?.- inquirió Tess, al ver que Saki no abría su casillero.
- Es que... .- Saki suspiró, mirando la caja. Miró a través de la ventana y vio a Eriko en compañía de Taro. Si ellos podían estar juntos, no veía el por qué ella y Tess no pudieran estarlo.- Esto es para ti. Feliz día.
Saki le tendió la caja a Tess, sin mirarlo a los ojos. Tess tomó la caja, pero en vez de abrirla, sorpresivamente la puso en el suelo, abrazó a Saki y le robó un beso tímido...
- Muchas chicas me regalaron chocolates hoy.- murmuró Tess, cuando se separó de Saki.- Pero yo pensaba en que bien cambiaría todos esos regalos por uno que proviniera de ti... Era lo único que yo quería...
Saki sonrió, de una manera en la que solo Tess podía lograr que ella sonriera.
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Pasó un mes. El "White Day" se acercaba. Frank ya había recibido una lista enorme de los regalos que Lily, Katya, Saki y Débora querían para ese día. En el hogar de los gemelos Wakabayashi, Taro observaba a Genzo hablar por teléfono. Por la expresión del rostro de éste, se notaba que las noticias que le daban lo contrariaban un poco. Genzo hablaba en alemán, por lo que Taro no entendía absolutamente nada.
- Entiendo.- dijo Genzo, colgando el teléfono.- Gracias por nada.
- ¿Qué ocurre?.- quiso saber Taro.
- No gran cosa, solo que el Hamburgo le traspasó ya mi contrato al Bayern Múnich.- dijo Genzo, algo contrariado.
- Eso es bueno, ¿no?
- Sí. El problema es que debo regresar a Alemania dentro de unos cuantos días.- suspiró Genzo.
- Y supongo que tu problema se llama Lily Del Valle.- completó Taro.
- Sí. Pero no es ella mi problema, sino que no quiero separarme de ella.- dijo Genzo.- Pero dudo mucho que Lily desee irse conmigo a Alemania.
- ¿Se lo has preguntado?
- No. Pero créeme que tampoco quisiera que ella se vaya a Alemania conmigo.- suspiró Genzo.
- O sea, te contradices, amigo.- bufó Taro.
- Mi corazón desea que Lily permanezca a mi lado para siempre.- explicó Genzo.- Pero por otra parte, sería egoísta de mi parte el querer cortarle las alas para que no emprenda el vuelo en busca de su sueño.
- Ya veo...
Taro se encontraba en un predicamento similar. Ya había pasado mucho tiempo en Japón, dentro de poco su equipo parisiense, el Paris Saint Germain, lo convocaría para la temporada de la liga francesa y Taro sabía que Eriko no lo esperaría...
- ¿Qué vas a regalarle a Lily por el "White Day"?.- preguntó Taro, cambiando el tema.
- Alguna joya. Ya ves que le encantan.- Genzo se encogió de hombros.- Ya la escogí, espero que le guste.
- Yo no sé que darle a tu hermanita. Se parece mucho a ti. ¡Es tan exigente!.- bufó Taro.
- Cuidado con lo que dices, cuñado... .- gruñó Genzo, aunque Taro no supo si fue por el comentario de él o por la palabra "cuñado".
En el "White Day" las chicas en Japón reciben regalos de los chicos que gustan de ellas. Una de las que más recibió regalos fue Deb, quien no sabía cómo rechazar a los miles de pretendientes que le pedían una cita. Lily los observaba, divertida, cuando una voz a la cual ella no había escuchado en mucho tiempo la sacó de sus pensamientos.
- Cuánto tiempo sin verte, Azul.- habló un joven apuesto de cabello negro y unos ojos negros y sin brillo.
- ¡Eunesto!.- gritó Lily, abrazando al hombre.- ¡Cuánto tiempo! ¿Qué haces aquí?
- Ando de viaje de negocios en Japón. Uno de mis clientes tiene una hija estudiando en esta Universidad y yo me ofrecí a recogerla. No me imaginé encontrarte aquí...
Eunesto Terán había sido el primer novio de Lily. Y el primer hombre con quien ella estuvo... Saben a lo que me refiero. Eunesto y Lily habían estado comprometidos a casarse, pero en algún punto ambos se dieron cuenta de que las cosas no resultarían y terminaron su compromiso, aunque quedaron como buenos amigos. Lily y Eunesto charlaron durante mucho rato sobre lo que había sido de sus vidas desde la última vez que se vieron, y tan entretenidos estaban que ninguno vio que Genzo y Taro los observaban desde prudente distancia. Taro notó cómo los ojos de su amigo se oscurecían por el coraje.
- Buenas tardes.- Genzo se dirigió rápidamente hacia ellos, interrumpiendo la charla.- Mucho gusto, soy Genzo Wakabayashi, novio de Lily.
- Hola.- Eunesto estrechó la mano que Genzo le ofrecía.- Soy Eunesto Terán, buen amigo y antiguo novio de Lily.
Lily respingó al oír esto último. Sabía que a Genzo le daría un ataque de celos...
- Mi amor, perdóname.- dijo Genzo.- Pero llevo rato esperándote y ya me cansé. Vengo a buscarte y te encuentro charlando animadamente con otro hombre...
- Lo siento.- se disculpó Lily, entendiendo el mensaje.- Es solo que tenía mucho tiempo de no ver a Eunesto y...
- Luego me cuentas lo bien que te la pasaste con tu ex.- la cortó Genzo, enojado.- Ahora tengo prisa.
Lily se disculpó con Eunesto con una sonrisa. Se levantó y se fue con Genzo hacia un sitio apartado.
- No te pongas así.- pidió Lily.- Eunesto ya forma parte de mi pasado.
- ¿En serio? A mí no me lo parece.- Genzo estaba fúrico.
- Cálmate. No tienes motivos para decir eso.
- ¿Qué no? Debiste ver la manera en cómo te miraba.- Genzo apretó los puños.- Es bastante obvio que para él el pasado aun está presente...
- Ya, tranquilo.- Lily no quería discutir y le echó los brazos al cuello a Genzo.- Tú sabes que solo te quiero a ti... Además, déjame y te digo que Eunesto es para mí como una Aki para ti. Hace mucho tiempo estuvimos comprometidos y él me rompió el corazón. Ahora solo somos buenos amigos.
- Eso no me anima.- bufó Genzo.- Quizás Eunesto esté igual que Aki, queriendo corregir el pasado.
- Pero eso no sucederá.- Lily le lanzó una de sus miradas matadoras a Genzo.- Porque yo te amo.
Genzo no se podía resistir a los ojos negros de Lily. La besó largamente y cuando la soltó le ofreció un cofrecillo de terciopelo azul marino.
- ¿Qué es esto?.- preguntó Lily, curiosa.
- Tu regalo del "White Day".- respondió Genzo.
Lily abrió la cajilla y encontró un anillo de oro que tenía una media luna y una estrella. En la estrella brillaba un pequeño diamante.
- ¡Oh! ¡Es hermoso!.- exclamó Lily, emocionada.
- No tanto como tú.- sonrió Genzo.
Genzo le colocó la sortija a Lily en el dedo y la volvió a besar. Al poco rato, Genzo se despidió, diciendo que "tenía asuntos qué arreglar". Lily se despidió apretando fuerte contra su corazón la mano en donde tenía puesta la sortija. Mientras tanto, Taro ya le había dicho a Eriko lo de su inminente regreso a Francia. Como era de esperarse, Eriko lo mandó a la fregada.
- ¡Todos los hombres son iguales!.- gritó ella, con los ojos llenos de lágrimas.- ¡Lo único que quieren es jugar con una hasta que se cansen!
- ¡Eso no es verdad!.- se defendió Taro.- ¡Sabes que yo te amo!
- ¿Y entonces por qué te vas?.- gritó Eriko.
- ¡Porque el fútbol es mi sueño, mi pasión, así como la actuación es el tuyo!
- Claro. Te importa más tu estúpido sueño...
- No seas injusta, Eriko.- se quejó Taro.- Yo también tengo derecho a cumplir mis sueños...
- ¿Sabes qué? Tienes razón.- Eriko lo miró fríamente.- La culpa es mía, por enamorarme de alguien que solo se la pasa viajando por el mundo. Muy seguramente has de tener muchas enamoradas en cada ciudad a la que vas y a todas les dices que tienes que cumplir tu sueño cuando te cansas de ellas... Que te vaya muy bien, Taro Misaki. Lárgate a Francia y cumple tu sueño. No quiero el volver a verte en mi vida.
Eriko se marchó a pasos agigantados. Taro no tuvo deseos de ir tras ella...
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Lily regresó con Eunesto, enseñándole orgullosa el anillo que Genzo le había regalado. Eunesto contempló el anillo con cierta tristeza.
- ¿Entonces es verdad que me olvidaste?.- Eunesto habló en susurros.- ¿Ya no recuerdas las noches que pasamos juntos?
- ¿Qué dices, Eunesto?.- se sorprendió Lily.
- Que tu novio tenía toda la razón del mundo para estar enojado conmigo. Si hubiese leído mis pensamientos... Lily, solo he deseado besarte todo este tiempo... .- Eunesto se acercó a Lily y la besó. Ésta se sorprendió más, pero ni correspondió al beso ni se apartó.
- ¿Por qué hiciste eso?.- Lily no salía de su asombro.
- Porque ahora que te volví a ver, me he dado cuenta de qué era lo que me hacía falta todo este tiempo.- murmuró Eunesto, mirándola a los ojos.- Yo aún te amo, Lily. Nunca te dejé de amar...
Apenas y Lily iba a pensar en qué responder, cuando escuchó un ruido, como el que hace una rama cuando se parte en dos. Lily y Eunesto voltearon, asustados, y a aquella se le fue el alma a los pies al ver que Genzo los observaba.
- Eres igual a todas.- Genzo la miró fríamente.
Y no le dio a Lily la oportunidad de replicar. Esa tarde, Lily estaba desesperada por explicarle a Genzo lo que había pasado. Le pidió a Cridhe su ayuda, y éste respondió con la canción más bella que Lily hubiese tocado jamás, "Can´t help falling in love with you*" y decidió ir a buscar a Genzo a su casa para tocarla y pedirle que la dejara explicarse. Sin embargo, al llegar al hogar de los gemelos Wakabayashi (los gemelos fantásticos XD), Lily no encontró a nadie, más que a Taro quien tocaba el timbre sin descanso.
- ¿Qué pasa?.- preguntó Lily.
- No lo sé. Llevo aquí mucho rato, intentado ver si alguien me abre la puerta.- suspiró Taro, algo angustiado.
- No hay nadie.- les gritó una vecina, por la ventana.- Hace más de una hora que Eriko Y Genzo se marcharon al aeropuerto.
- ¿QUÉ COSA?.- gritaron Lily y Taro.
- Sí. Parece ser que se marchan a Alemania.- explicó la vecina.
Taro y Lily se dirigieron inmediatamente al aeropuerto. Pero ambos sabían que no llegarían a tiempo. Y así fue: el avión en donde Genzo y Eriko viajaban despegó justo cuando ellos llegaban a la terminal. Taro contempló con mucha tristeza el aeroplano que se alejaba, al tiempo que Lily entonaba con Cridhe la canción que ella había compuesto para Genzo... Mucho rato después, ambos regresaban al depa de Lily.
- No sé qué voy a hacer ahora.- musitó Lily, cabizbaja.
- ¿Se lo alcanzaste a decir?.- quiso saber Taro.
- No. No me dio la oportunidad...
- Ya veo... Bueno, pues no te preocupes.- sonrió Taro.- Yo te ayudaré...
- ¿De verdad?.- Lily miró a su mejor amigo con cierta duda.
- Claro. Nunca dejaré sola a mi mejor amiga...
Lily y Taro se miraron y suspiraron. Ambos se verían obligados a hacer algo que ninguno de los dos jamás pensó que llegarían a hacer...
Fin de la primera parte.
Notas:
- ¡Atención! Este fic NO HA ACABADO. Solo finalizó la primera parte, falta la parte dos.
- *La canción de "Can´t help fallingo in love with you", es de Luis Cobos.
- El toloache es algo así como una pócima de amor, al estilo mexicano.
- Jajaja, me encanta hacer que Lily o Genzo se vayan, dejando a uno llorando a pulmón herido por la partida del otro. Tengo cierto trauma con las despedidas en los aeropuertos...
- El día de San Valentín, el 14 de febrero, en Japón, las chicas les regalan a los chicos que les gustan chocolates hechos por ellas. En el "White Day", el 14 de marzo, los chicos les regalan a las chicas que les gustan alguna joya, ropa o algún detalle.
- Para que sepan, Taro llama a Lily: "Li-chan". Débora le dice "Li", Saki le dice "Lily-san" o "Lily-chan", Katya le dice "Kielo" y Frank le dice simplemente Lily. Genzo tiene mil y una maneras de llamar a Lily...
- Eunesto Terán es personaje de Blair Satouji y me atreví a incluirlo porque él una vez me hizo el comentario de que podía usar a Eunesto cuando quisiera. Blair, espero que no te moleste esto, realmente pensé que Eunesto quedaría bien en esta historia.
