Cap.1
La historia de Ran:
"El favorito del Demonio" o el chico de los cabellos escarlatas
Era casi de madrugada, caminaba con paso lento y sin rumbo definido, con los ropajes gastados y sin haber probado alimento desde poco más de 2 días, ya nada le importaba. La noche anterior le habían robado lo último que le quedaba de sustento: unos cuantos Yenz que guardaba en la gabardina, pudo haberlos enfrentado, de un movimiento, desenvainar la espada y dar fin a sus vidas, pero por algún motivo no se atrevió a hacerlo.
-Maldito!...maldito seas en el infierno Shuld.
Cuánto tiempo había pasado desde su primer encuentro en aquel club nocturno, donde se entregaba a los brazos de la lujuria, la avaricia, la venganza.
Seducido por ese cabello inexistente, largo y espeso, los movimientos gráciles y aquella soledad. Lo supo desde el principio: Fue poseído por aquel aguamarina inocente de sus ojos, que a la vez denotaban poseer gran experiencia en el arte de Matar.
-Y tu ya lo sabías…¿No es eso cierto?...Siempre es así, siempre sabes lo que estoy pensado, entonces…¡Por que no vienes por mi, Estoy muriendo y solo quiero verte, o es a caso que eso a ti ya no te importa!
Llegó a las afueras de un parque ya abandonado por el tiempo, el mismo de sus memorias: el de su primer encuentro. Se dejó caer sobre la banca para después sumirse en las memorias de aquella noche.
Como deseaba olvidarlo, trató miles de veces desesperado pero siempre que miraba aquella luna enrojecida volvía a su mente
1
Llegamos después de un rato a la torre, una construcción decadente ya por el paso del tiempo, lo seguí de cerca todo el camino, era como siempre, dominándome con sus movimientos, poseyéndome con su magia sobrenatural que sabía solo él podía poseer, baje la mirada un momento y desapareció de mi lado en un movimiento que nunca advertí, estaba confuso, mareado, aturdido ya no quería continuar con nada, después de todo "Ya estaba condenado"
Me adentre como pude, con una agilidad recién adquirida por mí, para dar fin a tu vida, me entrené en las artes de la muerte para acabar contigo y ahora estaba abriéndome paso entre escombros y paredes enmohecidas poseído por tus movimientos.
Todo estaba silencioso, tan solo el sonido de mis torpes pasos cortando aquella penumbra tenuemente iluminada por escasas velas que me aterraron en el instante, tu te diste cuenta de ello y volviste a reír, con tus retorcidos labios, te seguí el paso solo con una idea en la mente:
-Asesino!
Eso es lo que eras, el autor de sus muertes y yo había de vivir para dar fin a tu vida… no sabes cuanto te odio.
Conforme íbamos bajando percibí una peste como ninguna, un olor a putrefacción mayor al de las paredes enmohecidas, pude darme cuenta de que ni siquiera las ratas se atrevían a entrar ahí, pero tú ya lo habías hecho y te seguí sin el menor ruido posible.
-Lo preguntare una vez mas querido mío, Aún puedes correr, pero si continúas adelante aceptarás
-Que cosa!
-Serás mío -de un movimiento levantó un enorme bloque de cemento mismo que ocultaba una enorme cámara, igual a las anteriores, decadente e iluminada a los lados por viejos candeleros, me miró con alevosía y una sonrisa de superioridad se dibujó en sus labios.
No se por que lo hice, había algo en mi que me obligaba a entrar en aquella cámara, guiado por algunas ratas me abrí paso entre escombros, la peste era mucho mayor, a cada paso que daba, me habría desmayado de no ser por el entrenamiento al que me sometí, no divisaba nada concreto, ropas viejas y pútridas, las ratas aceleraron el paso hasta alcanzar una columna, al prestar atención quedé horrorizado como nunca en mi vida.
Decenas, cientos de cuerpos repartidos en una especie de fosa común, algunos ya habían sido consumidos en su totalidad reducidos a cenizas, otros estaban en los huesos, otros más de donde emanaba aquella peste, en pleno estado de descomposición, las ratas abrían las heridas en su piel, se alimentaban de la carne muerta, roían los huesos incesantemente, aquello me estaba matando por dentro, iba a correr, tenía que hacerlo, salir de ahí y olvidarlo todo, pero mi cuerpo ya no respondía, ahogue un grito de terror con mi último aliento mientras trataba de cerrar los ojos y correr despavorido por donde había llegado, la espada se resbaló de mi mano, pero no causo ningún sonido al contacto con el suelo¿Por qué no lo hizo? Baje la mirada extrañado, solo por instinto y divisé lo último que podía esperar: Un cuerpo igual al mío.
Los cabellos rojos, la piel blanca y delgada, era tan malditamente parecido a mi que bien habría podido ser mi hermano, tras el decenas más de cuerpos jóvenes, todos de niños menores o quizá solo un par de años mayores que yo, la misma complexión los cabellos castaño oscuro, podría jurar que casi asemejaban las mismas vestiduras, y lo que terminó por matarme, sus ojos iguales a los míos, los de un niño que no sabe que hacer, a donde ir, ni por que lo llevaron ahí ternura y dolor reflejados en aquellos ojos sin vida.
A caso era eso lo que iba a pasarme, éste demonio me sedujo para asesinarme aquí, en esta fosa común.
-Te equivocas querido mío, tu eres diferente de todos ellos, Por eso te he elegido
Su voz resonó en toda la cámara, fue entonces cuando algo me alcanzó, el cuerpo bajo mis pies, el mismo que apaciguo el sonido de mi espada, aún estaba con vida.
Afligido trató de moverse, mi rostro ya estaba bañado en lágrimas y sin poder articular sonido alguno por el terror que me causaba, se arrastró entre cadáveres hasta llegar a el, lo miró de una forma tan exquisita que me enfureció¿es que a caso lo amaba, todos ellos lo habían amado y por ello entregaron sus cuerpos a este demonio.
Volvió a sonreír y se arrodilló a un lado de aquel joven que lo miraba con un incondicional amor a los ojos.
-Es verdad, tú también fuiste mi "preferido", pero sabes que a quien quiero es a mi "pequeño", ahora que lo poseo.
No te necesito más.
Se fue sobre el en un movimiento que me hizo enloquecer, el joven se desvaneció entre sus brazos y perdió la vida súbitamente, el continuaba trabajando sus formas con tal deseo que me enfermaba, tenía que salir de ahí pero…¿Por qué razón mi cuerpo ya no se movía?
-Tú también lo deseas querido mío
-Basta! Asesino!...¡Como has podido!...Cómo es posible que te hayas atrevido!
-Yo solo les di lo que deseaban, todos ellos me lo pidieron, tal como tú lo pides ahora, querido mío.
Antes de que pudiera correr ya me tenía entre sus brazos con aquella madurez que tanto me atraía, sus cabellos anaranjados, inexistentes destellaban por la sangre recién ingerida y sus ojos, cómo me estaba mirando, por un momento pareció casi tan joven como yo, con aquella ingenuidad y pureza de un niño que no sabe lo que hace, esos ojos me estaban mirando y yo no podía resistirme a ellos.
Lo deseaba, desee estar en sus brazos, desee que me poseyera con el arrebato mismo con que poseyó al ultimo joven, y por un momento su cuerpo me pareció tan cálido.
Cuanto adoraba Ran, aquella sensación al sentir sus formas sometiendo las propias¿es que acaso era cierto, el lo deseaba.
Se dejó manejar con soltura al ritmo de los movimientos de su demonio, no estaba seguro ahora de nada pero la razón como siempre hizo frente a sus emociones. Se meneo enloquecido, como solo él poseedor de aquella sensualidad podía hacerlo hasta que éste soltó sus formas con una estruendosa carcajada.
Como odiaba que hiciera eso! Sus déspotas labios, tan finos, tan crueles¿como era posible que ahora los deseara tanto, se dio unos segundos de tiempo para aclarar el fervor de su corazón, y volvió a asir el arma.
-Vamos querido, crees que te permitiré escapar ahora que lo sabes todo!
-Donde están ellos!
-Tus padres… creí que eso ya había quedado aclarado, yo no los maté!
-Mientes Asesino!
-Oh…si que lo soy querido mío, pero nunca he osado poseer a los viejos y maduros, ciertamente he de confesar que siento un deseo particular por la "sangre joven"
-Maldito! Suéltame! -Lo tenía una vez mas atrapado entre sus formas, sintió su respiración helada y como aquellos ojos inexistentes, aguamarinos lo escrutaban, rápidamente su corazón comenzó a latir excitado, como en cada encuentro, pero esta vez los movimientos eran mas rápidos, mas frenéticos, más exquisitos, no era solo el miedo o la repulsión que aquel cuerpo le causaba, era el deseo enfermizo de la muerte…de cobrar su venganza.
-Por cierto querido…cuando lo haga quiero que lo que provenga de tus labios, solo sea mi nombre –petrificado ante tales palabras solo pudo sentir un frío helado que le corrió por la espalda, lo siguiente fue una punzada que le atravesó el alma- Shuldig.
2
La calle en penumbra, el escaso sonido de las personas alrededor, que lo miraban cual alma perdida, un alma condenada, después de todo, Eso era lo que era, se incorporo lentamente mirando sus manos, frías y solas dio un suspiro al cielo, para perderse en la nítida figura de la luna rojiza…el tono de sus cabellos, el tono de su deseo.
-Desde ese momento ya no existió nada mas para mí, entraste en mi carne para poseer mi sangre, mi cuerpo ya no respondía a nada que no fuera la satisfacción de sentir tus formas, tan frías al principio, pero cuando me hiciste tuyo, pude sentir aquella calidez y ternura, mismas que solo poseían al único ser que he podías saberlo Shuld, Tu me entregaste aquello que más deseaba y yo tenia que tomarlo
3
De un movimiento, demasiado rápido para el extasiado agresor, Ran lo atravesó nuevamente con el arma, cerca de sus labios, mismos que rodeaban el fornido pecho de su demonio, lo rodeaba con tal calidez como un padre que ama a su único hijo, de esta forma los ojos de Ran se llenaron de deseo y poseso aquel cuerpo.
Bebió de la sangre de su demonio.
-Basta querido! -lo arrojo de un movimiento que siquiera sintió, era mayor el éxtasis que invadía su cuerpo, estaba ardiendo como nunca aquel frenesí en su cuerpo, completamente excitado y ebrio de deseo por su Asesino.
-JAJAJAJA! Te has portado realmente mal querido, mi sangre es lo ultimo que debiste haber tomado
-Shuldig… -cayo desmayado-
Solo satisfacción y un incondicional amor, que eso le proporciono al enloquecido Alemán, el solo escuchar su nombre provenir de aquellos finos labios, entre dormido, entre ebrio. Resulto de lo más seductor que jamás hubiera escuchado. Lo observó por un momento, inconsciente, su pecho aun excitado y las frágiles manos sosteniendo el arma de su padre, era un verdadero arcángel del infierno con esos cabellos escarlatas que no hacían mas que ofrecerle la promesa del líquido tan preciado.
Lo tomo con soltura y camino con su pequeño a paso ligero hasta la cámara principal de la torre, una enorme habitación bellamente decorada, al estilo Alemán del siglo XVII
La cama amplia, rodeada por exquisitos cortinajes de ceda dorados, los abrió sin siquiera tocarlos, para después preparar la cama y depositar en ella a su dulce pequeño.
Cuando volvió a despertar un fuerte dolor le vino a la cabeza, dolor que jamás había experimentado en sus 16 años de vida.
-Eso es precisamente querido, uno de los motivos por los cuales los deseo tanto
-Que dices!
-A ustedes los jóvenes, les falta experiencia cierto es, pero les sobra pasión…JAJAJA!
-De que te estas burlando ahora Shuld
-Vamos querido, que no te agrada esto? Lo que sientes ahora, puede comparase con una buena resaca, pero como un joven de familia no podía esperar menos de ti… en tu vida has probado gota de vino cierto?
-Cállate!
-JAJAJAJAJA! –por ahora debo dejarte, Ran pero que quede muy claro…que ahora "Tu vida me pertenece"
Hazte merecedor de ello por que seguirás con vida mientras me parezcas interesante, cuando dejes de hacerlo yo, y solo yo seré quien de fin a tu vida.
No importa cuantas veces lo intentes a partir de ahora…no morirás hasta que yo lo diga.
Cuanto terror causaron aquellas palabras dentro de su mente, -aunque no en ese momento-, seguía ebrio, enaltecido por el profundo amor que le inspiraba su demonio, miles de veces trato desconsolado, lo buscó entre las calles como un loco, hasta que perdió la lucidez.
Solo una esperanza aguardaba su delirio:
-Esta misma noche, deberá acudir al centro nocturno.
Tal como lo hacían noche con noche, su ritual pasó del aquel degradar entre la seducción y el deseo a ser toda una danza del pecado.
Se atavió con sus mejores ropajes, perfectamente delineados a sus formas y que a pesar de ello permitían la movilidad con gran soltura: Pantalones de piel, púrpuras destellantes al contacto con los transparentes rayos emanantes en los reflectores, el pecho descubierto y un par de correas de cuero negro, alrededor del cuello y en la muñeca derecha.
-Tan pronto salió la audiencia entera permaneció en silencio.- Era simplemente perfecto, grácil y ágil en cada uno de sus movimientos, todo un Dios en el arte de la seducción y el pequeño Ran acababa de descubrirlo.
Lo poseyó con aquella magia que la sangre de su demonio le dotó -Una satisfacción que creía inexistente en el-.
Jamás imaginó que su propio cuerpo pudiera ofrecerle tal matiz de sensaciones, la banda sonora estaba extasiada con sus movimientos casi no podían seguirle el paso al excitado jovenzuelo que a mas de una dama y caballero había hecho desmayar de la emoción.
Dio un movimiento más, desprendiéndose de la máscara que en esta noche había estado cubriendo la mitad superior de su rostro, los ojos púrpura destellaron maravillosamente al contacto con la noche, de las sombras emanó aquella ingenuidad que solo él podía poseer, la ternura en sus ojos pedía algo a gritos: estaba hambriento, de algo que solo él podía ofrecerle.
Una vez mas solo hubo silencio, los acordes y cuerdas que le acompañaban estallaron de súbito en un compás alargado de sol agudo, Ran cerró los ojos envolviéndose con los brazos, en un cálido abrazo, después dio la espalda lentamente, a tres cuartos para dejar entrever la perfecta espalda ancha, los músculos ya fortalecidos pero que no podían negar pertenecer a un joven de solo 16 años.
Shuldig lo saboreó como nunca, en ese momento olvido todo, la puesta en escena se vino abajo, el lo sabía pero dejo de importarle, en sus ojos aguamarinos estaba aquel resplandor solo de su especie, el resplandor de quien mira a una exquisita presa, se contuvo como pudo, dando muerte a un par de atrevidos que al verlo reconocieron en inmediato su identidad, antes de que pudieran articular sonido alguno ya descansaban cual si estuvieran dormidos por beber en exceso.
Para cuando Ran volvía a abrir los ojos, en ese par de segundos que transcurrió Shuldig pudo divisar en la pálida espalda un par de alas transparentes, nadie más o al menos eso le pareció en ese instante pudo percatarse de ello, las cuerdas disminuyeron su intensidad de sonido y en un movimiento único Ran arrancó los pantalones que cubrían sus piernas.
La audiencia enloqueció las luces del recinto destellaron en todos los matices posibles y Ran volvía a contornear las caderas pasando provocativamente la prenda a lo largo de sus formas.
-Cuán hermoso era para el, su pequeño, su joven asesino.
Shuldig lo sabía, aquella danza no era más que una deliciosa tortura que Ran había preparado para el, tras negarle el líquido preciado, su pequeño comenzaría a negar la cercanía de su cuerpo, aquel juego lo volvía loco de deseo, así que solo pudo reaccionar de una sola manera, dibujo la sonrisa en su rostro, la que solo ambos conocían.
Cada que Ran la miraba, se volvía loco de la ira, y el solo hecho de pensarlo a él, bebiendo de la sangre de una nueva víctima hizo que le corriera un frío helado por todas sus formas, los pezones endurecidos a causa del terror y aquella ingenuidad refleja en su rostro, la escena era tan conmovedora que, tras percibirse a si mismo un tenue rubor rojizo cubrió sus mejillas. Le volvió en inmediato aquella satisfacción de la sangre de su demonio, los labios finos y delgados enrojecieron ligeramente y de ellos emanó un suave y arrebatador suspiro.
Shuldig lo saboreó una última vez, dejando de lado la copa de vino tinto y el cigarrillo sobre la mesa, se preparo para elegir a una victima. -antes de que alguno de ellos pudiera caer en cuenta de lo sucedido un enloquecido espectador, se lanzó en su contra de un movimiento.-
El solo hecho de percibir el inmaculado cuerpo de su pequeño siendo profanado por aquel ser despreciable lo hizo enloquecer, en inmediato se vino abajo aquel telón que había levantado para descubrir la identidad de un cruel y frío asesino.
Su pequeño estaba herido, la sangre emanaba del cuello ligeramente protegido por las correas de cuero, fue cuando aquel atrevido las arrancó que Shuldig se percato de que no se trataba de un ser humano.
La audiencia enloqueció la banda estaba aterrada y decenas corrían desenfrenadas por las salidas laterales, un ensordecedor sonido, llegaba directamente a sus cerebros, reventaba los tímpanos y finalmente causaba la muerte, sonido emanante de las cuerdas vocales de un ser desafiante.
Se abalanzó en su contra de un movimiento, el ser fue lanzado contra el otro extremo del salón, con la sangre de su pequeño sobresaliendo de los labios inferiores, sonrió sin cautela, descubriendo los colmillos aperlados contrastantes con el rostro fino y alargado, los bucles perfectos de un color oro destellante, se hicieron a un lado para descubrir aquellos ojos que a pesar de estar tras gafas oscuras denotaban un turquesa transparente.
-Te has portado realmente mal Shuld.
-Como osas presentarte en mis dominios
- JAJAJAJA! Eres poderoso querido mío, eso lo sé bien, pero no lo eres Tanto como yo, él es mi presa -saboreando aún la sangre en sus labios- y ahora no me queda la menor duda del por qué lo has elegido.
-Aléjate de el Kudou! -se volvió a lanzar en su contra, esta vez con una incontenible ira dominando cada una de sus facciones, en su joven rostro siempre sereno, se observaron por un ligero instante cada una de las marcas de 400 años de no vida, de pronto, el cuerpo de su atacante se vio rodeado de llamas, rió dementemente mientras se veía consumido, Shuldig tomó el cuerpo de su pequeño y se alejó en dirección de la Torre.
Ran apenas venía abriendo los ojos, confundido sumamente mareado, al sentir el contacto de las formas de Shuldig se alteró en inmediato y al observar el panorama enloqueció por completo
-Que demonios! –ambos estaban flotando por los cielos-
-Vamos querido, deberías ser un poco mas propio al expresarte, mientras estas conmigo
-Grrr! Como diablos haces eso!
-JAJAJAJA! -este no es el lugar, y definitivamente no es el momento Ran-
-Que me paso? -sintió su cuerpo con una ligereza poco normal, se frotó el cuello, pero en el no había marca alguna-
-OH, eso, has bebido de mi sangre ¿recuerdas, solo unas gotas de ella te permitirán sanar en cuestión de segundos cualquier clase de herida
-…. A donde
-A la torre, Yohji parece un estúpido es cierto, pero posee mas habilidad de la que yo mismo poseo
-Dijiste que eras el más antiguo de ellos!
-JAJAJAJA! cierto querido, soy el más antiguo que aún vive en Japón, y de poderío solo mi creador, éste y el joven Tsukiyono pueden hacerme frente.
-……
Llegaron en cuestión de segundos, Shuldig lo apartó en inmediato, lanzándole algunos ropajes para que cubriera sus formas, después ordeno severamente que se escondiera.
-No pienso dejarte!
-Que no entiendes que esto es peligroso!
-No lo es, sé que tu puedes enfrentarlo
-Eso no! Apenas logré un poco de tiempo, y si vuelve a tocarte…¡Te dará muerte!
-No me importa!
-Vete Ahora –extendió el brazo derecho y este pareció casi tan largo que alcanzó el hombro de Ran a pesar de la distancia que los separaba, lo empujó contra el muro falso y cayo sobre aquella pila de cadáveres putrefactos-
Dentro de la sala principal un sonido ensordecedor llenó todo el espacio, los vitrales se rompieron hasta desaparecer en diminutos fragmentos, las telas que cubrían las paredes enmohecidas se desprendieron en inmediato, las puertas frontales se abrieron de súbito en par, y el ser desafiante se mostró inmaculado.
Ataviado con lo que quedase de los ropajes originales, un exquisito traje de seda negro, chaqueta larga a la altura de los tobillos cerrada solo por los primeros botones, el pecho descubierto y pantalones ajustados a las formas del mismo color, los zapatos de vestir, aunque chamuscados por el fuego aun conservaban ese aire de pulcritud y elegancia, hizo una reverencia ante quien ya lo esperaba, con una sonrisa burlona, para después darse el tiempo de encender un cigarrillo.
-Aun viviendo en el mismo lugar…que anticuado eres Shuld
-Que es lo que quieres!
-A él..y ya que me tomé la molestia de viajar tanto¡No me iré sin el!
-No esta aquí!
-JAJAJAJAJA! Hagámoslo rápido Shuld, sabes que no te permitiré poseer a ninguno más…hasta que me aceptes a mi
-Jamás! Preferiría la muerte mil veces antes que ello!
-Lo sé…pero te propongo algo, peor aún que la muerte, "Su muerte"
Ambos seres se enfrentaron, por toda la habitación volaban objetos, de todos los tamaños y dimensiones, algunos simplemente explotaban otros más se incendiaban hasta quedar en cenizas, de ninguno de ellos provenía sonido alguno, tan solo se miraban a los ojos desafiantemente.
-Esto comienza a ser aburrido Shuld, y además ya me has arruinado el mejor traje
-Aléjate de el¡Te daré muerte así muera yo mismo!
-JAJAJAJA! Tanto mas lo ames, mas gozaré el destruirlo -lo lanzó en un movimiento demasiado rápido para el contra una enorme columna, misma que sostenía el techo de la cámara, se vino abajo en su totalidad contra de el, Yohji encendió con lujo de rigor el cigarrillo nuevamente, lo colocó entre los labios, sacudió un poco los ropajes y se abrió paso a la cámara oculta.
-Sé que estás aquí, aunque ocultas muy bien tus pensamientos de mi poder he de admitir, no lo hagas más difícil, el ya está derrotado
-Grrr! -salió de entre las sombras, vestido con los mismos ropajes que los cuerpos cayentes, lo miró con un odio particular a los ojos, pero sin mostrar temor ante su presencia-
-JAJAJAJA! siempre los escoges así ¿o me equivoco Shuld?
-Grrr!
-Muere! -se lanzó contra el, para su sorpresa el joven lo enfrentó cuerpo a cuerpo con peculiar agilidad-
-Veo que te ha entrenado maravillosamente
-El no lo hizo!... Lo he hecho yo!
-JAJAJA! Se puede saber por que?
-Para darle muerte, Y aún lo deseo, Te advierto que solo Yo puedo tomar su vida -hurtó lo mas parecido que pudo a la espada de su padre, se hizo de la postura de defensa y volvió al ataque-
-Así que…no morirá uno sin el otro, pues bien¡Mueran ambos! -la torre comenzó a arder en llamas, Yohji se abalanzó contra Ran, pero se vio golpeado por un nuevo ataque de Shuld-
-Vamos querido, es que nunca vas a dejar de sorprenderme
-Cállate…estúpido! -los ojos de Ran buscaban algo, tan rápido y tan certeramente que Shuld no podía seguirle el paso, lo único que llegaba a su mente era la instrucción de "mantenerlo ocupado"
-Así que ahora mi pequeño me da ordenes…JAJAJAJA! -hizo lo que quería en inmediato, estaba totalmente divertido con la escena que dejó de importarle el que sus vidas peligrasen, Ran era en definitiva un joven demasiado astuto.
Un nuevo enfrentamiento, la cámara comenzaba a ceder a causa de las llamas que le rodeaban, una segunda instrucción llego a Shuld que yacía en el suelo tras recibir un nuevo ataque –Quédate ahí-
No entendió por qué, seguramente su pequeño finalmente había perdido la razón pero la sola idea de morir de esta manera, acompañando a un joven dios del erotismo le causaba verdadera gracia, pensó por un momento en cierto joven de ojos transparentes, y en la reacción que ocasionaría en el aquella noticia.
Así que lo hizo…dejo su vida a manos de su pequeño.
Yohji se irguió triunfante, viendo a sus presas desvanecidas caminó como siempre lo hacía como todo un emperador en sus dominios, se acercó al cuerpo de Ran y comenzó a beber descontrolado de la sangre de su presa
Shuld tan solo observaba desde su posición y aunque nunca supo por que, de sus ojos emanaron lágrimas de sangre, lo estaba perdiendo, pero había sido suyo al menos una vez.
-mmhhh… -un susurro seductor, que solo podía provenir de los finos labios de su pequeño-
Abrió los ojos de súbito, aun mojados por el preciado líquido y divisó la joven silueta de su pequeño, este lo miraba con arrebato para después tomar con el dedo índice de la mano izquierda las lágrimas aún calidas y saborearlas como un poseso
-Que demonios!
-Mmmhh…- en los ojos de Ran ahora había una expresión de madurez totalmente nueva para su demonio que continuaba extasiado admirando sus formas, pero si él estaba aquí entonces…
Yohji comenzó a contornearse como un demente, soltó el cuerpo que había estado trabajando hasta perder la cordura, las facciones de su rostro perdieron de todo el color y sus formas mostraban ahora la identidad de una criatura horrenda, Ran lo miraba desafiante y una sonrisa de sadismo absoluto se dibujó en sus formas-
-Maldito! Como es que lo has hecho! –una energía psíquica, totalmente poderosa y transparente atacó de frente al pequeño, sin que este pudiera oponer resistencia alguna, solo la firmeza de las formas de Shuld que lo contenían, le salvaron de una muerte segura-
Ambos salieron de la Torre y Shuld la miro consumirse en totalidad por las llamas, sostenía el cuerpo de su pequeño en brazos, aun excitado y buscando aquella satisfacción salada de la sangre de su demonio, entreabrió aquellos hermosos ojos púrpuras para posarlos en el ingenuo rostro de Shuld, lo miraba con un indescriptible amor en sus facciones.
-Así de estúpido me veo cuando estoy contigo
-….JAJAJAJA! Vamos querido, casi me matas de un susto! No vuelvas a hacer eso
-Hacer que!
-Ponerte en peligro
-Eso es peligro….ja! tu eres el más estúpido que podría llegar a encontrarme
-Entonces por que lo has hecho
-Matar a tu "favorito", fue por eso que estabas llorando no es cierto?..Shuld –lo tomó de la mano y mordisqueó un poco su dedo índice- dámela!
-JAJAJA! Ya has bebido suficiente de mi sangre por una noche querido, pero si es lo que deseas…¡Te lo daré!
-Que cosa?
-Te ofreceré lo que deseas, querido mío, tu recompensa por salvarnos la vida a ambos…
4
Un frío helado comenzó a soplar, pero a él ya no le importaba se rodeo con los brazos cálidamente, percibiendo sus formas solas, hambrientas de aquello que solo él podía ofrecerle, lo que lo hizo convertirse en lo que era ahora "Un asesino", escuchó un sonido ya conocido para él, siempre que estaba desesperado, al borde del suicidio llegaba a el, una mujer, delgada, tímida de ojos azulosos, y poseedora de la cálida sonrisa de su hermana, ni siquiera recordaba su nombre
-Tomoe- Creo que alguna vez la llamé así Una criatura solitaria, como él con el corazón destrozado y que aún recogía los pedazos que escapaban entre sus dedos cual gotas de agua.
Se sentó a un lado suyo con aquella serenidad en el rostro, lo había estado buscando hace días, a el en realidad nunca le importó, siempre que estaba a su lado insistía en la idea de una vida juntos, en que se olvidara por completo de su "demonio"
-Como podría..Como quisiera…Si tan solo pudiera- Lo tomó de la mano y este se dejó manejar por la dama, lo condujo entre las conocidas calles hasta llegar a su apartamento, no sabía por qué…solo quería sentirlo una vez más…Aquella satisfacción que sabía solo él sería capaz de proporcionarle.
-Sin susurros no olvides, sin promesas, y sin nombres…
Esas eran las condiciones del joven de cabellos escarlatas, para aquel que quisiera pasar la noche a su lado, Tomoe las conocía y cada que las aceptaba, perdía un pedazo más de su alma.
- No olvides que solo esta noche, nos encontraremos siendo uno solo.
Era simplemente perfecto, en todo lo que hacia, sus movimientos sus facciones, siempre que estaba a su lado, no podía entender como era que lo conseguía, con una sola mirada, cualquier dama o caballero caía a sus pies, - y el ya lo sabía-.
Conquistaba los corazones de todos y era después el pequeño Ran quien debía satisfacer con su cuerpo aquella pasión, se entregaba a los brazos de sus amantes, ebrio de deseo, pensando solo en su demonio.
El maldito que le arrancó lo que quedaba de su alma para entregarlo a las llamas del infierno, - Aun sabiendo que era así noche con noche regresaba a su lado-.
5
…Lo tomó con soltura de la cintura, el excitado jovenzuelo ya estaba enloquecido por el líquido escarlata, lo deposito sobre la fina cama de seda, para comenzar a trabajar sus formas, lentamente primero, saboreando el aroma de sus cabellos escarlatas…
Cuanto adoraba sentir la piel de Shuld, tan fina casi de porcelana, fría pero con aquel aire de madurez inmaculado, el contacto era tan preciso, parecía causar solo lo que este deseaba, una satisfacción total en cada uno de sus movimientos, Ran bajo las caderas, rodeando el cuerpo que le era ofrecido con las piernas, su demonio lo abrazaba calidamente sin dejar de besar el cuello, abrió los labios para susurrar a su oído
-Eres tan hermoso…querido mío… -su aliento frío, inexistente- en inmediato un frío le corrió por la espalda, y se arqueo un poco, contra el pecho de este, sus ojos transparentes, púrpuras destellaban entre el mar anaranjado de los cabellos de su amante¿qué era lo que estaba haciendo? Y por qué lo deseaba tanto, un par de segundos después el color se vino sobre las facciones tímidas de su pequeño, trataba de ocultar la excitación de su cuerpo, su sexo erguido siendo atrapado por la exquisita pieza nocturna, aquella con la que sostenía su danza, -la razón de su locura-
Shuld lo miró extasiado saboreó como nunca, la pena de su pequeño, y su timidez para transformarla en arrebato, dio un movimiento demasiado rápido para Ran, cuando se percibió a si mismo ya lo estaba rodeando con las piernas desnudas, el pecho descubierto, los pezones endurecidos que ahora Shuld saboreaba con delicadeza, aquel frío le corría por cada una de sus formas, abrillantando la piel y volviéndola mas cálida al contacto de las caricias de su demonio, de sus labios solo escapaban aquellos jadeos que tanto adoraba escuchar…después solo su nombre
-Shuld…entre dormido, entre ebrio se dejó llevar por el deseo…
6
Entonces…por qué lo hiciste, por que me abriste las puertas del cielo para después destrozarme en las flamas del infierno
Besó la pálida piel de Tomoe bajo sus formas sin sentir nada, la miro sin percibir nada, ella solo lo observaba con amor incondicional a los ojos, lo amaba demasiado, y aunque el lo sabia, solo continuaba trabajándola para tratar de olvidarlo a el.
7
…A las noches siguientes, Ran se volvió un verdadero dios del erotismo, bailaba solo para él, de una forma tan exquisita y de su rostro desapareció por completo aquella ingenuidad de un niño.
Se volvieron amantes de la noche, del pecado de la lujuria y de la muerte.
Ran seducía a las víctimas bajo el manto nocturno para que después Shuld terminase con sus vidas, ebrios de deseo, ebrios de amor… se convirtieron en uno solo.
-Dámela maldito seas!
-Que cosa!
-La inmortalidad para estar a tu lado!
-Jamás querido mío!
-Maldito! Eres un maldito!
-No sabes cuanto adoro que me odies de esta manera Ran
-Entonces dime para que!
-JAJAJA! No puedo dártela por que lo que amo de ti es tu parte "humana" si pierdes eso, ya te he dicho que yo mismo te daré muerte
-Mientes!
-Aun tienes por que vivir querido mío…hasta que eso se termine, no volveremos a vernos
8
Un tímido jadeo concluyó con los movimientos, se hizo a un lado sin sentir nada, ella se recostó sobre su espalda, sin pensarlo susurro su nombre
-Ran
Aquel frío helado volvió a correrle por la espalda y en sus facciones se dibujó la sonrisa que solo su demonio conocía, extendió el brazo derecho a la mesita de noche, alcanzó una fina pieza de madera, misma con la que Tomoe enredaba sus cabellos -le susurró al oído-
-Sin nombres…no olvides -Atravesó la garganta de la chica de un preciso movimiento, para después besar los muertos labios y saborear la calida sangre que alcanzó a manchar sus dedos-
