Capítulo 19. Reserva del corazón.

Jazmín animaba con todo a su papá. Ya estaba lo suficientemente grande como para entender que era bueno que su padre metiera el balón Aizao y negro dentro de la red de los contrarios.

- ¡Anota un gol por mí y por mi mami!.- gritó Jaz, emocionada.

- ¡Adelante, Taro!.- gritaba Lily.- ¡Tú puedes, corazón!

A pesar de los apodos cariñosos, se notaba que Lily ponía cierta reserva al animar a su esposo. Parecía más bien estar animando a un amigo más que al padre de su pequeña hija y todo el mundo lo notaba. Lo curioso del caso es que Misaki se comportaba igual con ella. Ambos parecían más un par de hermanos o camaradas en vez de una pareja de esposos…

- ¡Qué cosa tan más rara!.- murmuró Jean Lacoste, compañero de equipo de Misaki.- Que tu esposa te trate más como hermano que como pareja.

- Así nos hemos llevado siempre.- Misaki se encogió de hombros.

- ¿Así son también en la intimidad?.- preguntó alguien más.

- No es algo que te importe.- dijo Taro, terminantemente, poniéndose algo colorado.

Al campo de juego llegó Ichiro Misaki, quien acababa de llegar a Alemania. Saludó a su nuera y a su hija con evidente alegría.

- ¡Abuelito!.- gritó la pequeña Jazmín, emocionada.- ¡Qué bueno que viniste a vernos!

- Hola, Sayuri-hime*.- saludó el señor Misaki, cargando a su nieta.- Hola, Lily, ¿cómo han estado?

- Estupendamente, Ichiro.- sonrió Lily a su suegro.- ¿Qué tal el viaje?

- De maravilla.- sonrió el señor Misaki.- Gracias.

Taro miró a su padre y corrió a saludarlo. Después le dio un beso a su hijita.

- ¿Y tu esposa?.- lo regañó Ichiro.- Ella debe ser la primera a quien debes besar.

- Jeje.- Taro solo sonrió, al tiempo que besaba a Lily en la mejilla.

- ¡Uh, qué mal!.- criticó Ichiro Misaki.- Besa bien a tu esposa, como si realmente la quisieras.

Lily y Taro se miraron y sonrieron. Ichiro Misaki siempre se quejaba del trato indiferente que Taro le daba a su esposa.

"Por algo me divorcié de tu madre", le decía Ichiro constantemente a su hijo. "Y fue porque casi nunca tuve tiempo de decirle cuánto la quería. O de demostrárselo. Que no te vaya a pasar lo mismo con Lily. No la vayas a perder. No me gustaría que Jazmín sufriera lo que tú tuviste que sufrir… ".

"Pues para empezar, Jazmín sí viajaría también por todo el mundo si me divorcio de Lily", contestaba Taro, con risa, "porque entonces Lily se dedicaría de pleno a sus conciertos y se llevaría a Jaz con ella… ".

"¡No es motivo de burla!", protestaba Ichiro. "Un matrimonio es algo serio. Y que debe cuidarse. No vayas a cometer el mismo error que cometí yo… ".

"No, papá", pensaba Misaki, para sus adentros. "Mi error no estará en si me divorcio. Mi error estuvo en que me casé… Pero no tuvimos otra opción… Juré que siempre cuidaría de Lily como la casi hermana que es para mí… ".

Evidentemente, Ichiro Misaki no sabía la verdadera razón por la cual se habían casado Taro y Lily. Él creía que Jazmín era hija de Misaki, como todo el mundo, aunque nunca comprendió cómo fue que la niña había sacado el cabello tan negro cuando sus padres tenían el cabello claro… Taro suspiró. No quería que su padre comenzara a sospechar, de manera que le dio un beso en la boca a Lily, pero de manera rápida.

- Y sería bueno que también le regalaras flores de vez en cuando.- aconsejó Ichiro.

Lily y Taro solo sonrieron.

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Deb había quedado con Levin de que él pasaría por ella a su departamento. Débora estaba de lo más nerviosa. Se trató de arreglar lo mejor que pudo, con una falda larga negra y una blusa escotada roja. Se soltó su cabello y se aplicó un poco de maquillaje. Su celular sonó cuando ella se estaba aplicando el labial.

- ¿Hola?.- contestó Débora, nerviosa.

- Hola, Deb.- era Lily.- ¿Ya te habló Stefan Levin?

- Sí.- respondió Deb, ahogándose.- ¿Cómo fue que consiguió mi número de teléfono?

- Ah, misterios de la vida.- Lily soltó una risilla.

- Mugrosa. ¿Tú se lo diste, cierto?

- Sip. Estaba muy interesado en tenerlo.- Lily habló con cierta complicidad en la voz.- Quién sabe por qué…

- Mira tú, no andes sacando conclusiones precipitadas.- gruñó Débora.- Ni tampoco quiero que andes de celestina. Levin me agradó mucho, pero aún es demasiado pronto para pensar en algo más…

- ¿Y quién dijo eso? Simplemente me parece bien que ustedes dos sean amigos, nada más.- replicó Lily.- Nunca he dicho que Levin tenga un interés romántico en ti.

- ¡Ah!.- Deb se puso colorada. Eso era cierto, Lily nunca había dicho eso…

- Así que tranquila.- continuó Lily.- Según me contaron, a Levin le pasó una gran tragedia amorosa hace tiempo, así que no creo que el busque algo más que una amistad… Solo relájate y disfrútalo.

- Claro.- Deb quería que se la tragara la tierra.- Debo irme, quedé con él de ayudarlo a escoger un vestido para su prima…

- Muy bien. Que te la pases bien.- sonrió Lily.

Débora colgó. Suspiró. Levin era un hombre atractivo, pero aun así… Media hora más tarde llegó Levin. Débora se sintió inexplicablemente feliz.

- Hola.- saludó el sueco, muy tranquilo.- Te ves muy bien.

- Gracias.- Deb se puso cual cerecita.- ¿Cómo sigue tu prima?

- Mucho mejor… .- Levin titubeó.- Bueno, ¿quieres que nos quedemos aquí o prefieres que salgamos a tomar un café?

- Como gustes.- sonrió Deb.

- Entonces déjame llevarte a tomar un buen café.

Levin y Deb salieron del departamento. Ésta se quedó con la boca abierta al notar que el sueco conducía un automóvil deportivo del año.

- ¡Wow! Se nota que los jugadores profesionales de fútbol ganan muy bien.- exclamó Deb.

- Jeje, acabo de comprarlo.- Levin se puso colorado.- Es el primer lujo que me doy…

Múnich lucía su mejor cara. Hombres, mujeres y niños se paseaban por las calles. Débora miraba todo, asombrada. Era para ella una nueva experiencia el estar en un país nuevo…

- ¿Cuánto tiempo llevas aquí?.- preguntó Levin.- En Alemania.

- Tendré dos semanas de haber llegado.- respondió Deb.

- ¿Y antes en dónde estabas trabajando?

- En Italia.- contestó Deb.- Allá trabajé con mucha gente de la alta costura y obtuve el contrato con Dior, por no decir que me convertí en top model. ¡Jajaja, qué tonto sonó eso!

- Claro que no. Eso es lo que eres.- sonrió Levin.

- Quizás, pero no me gusta que me llamen así en los medios. Sigo siendo la humilde chica mexicana que llegó en busca de un sueño… .- suspiró Deb.

Levin sonrió de una manera muy especial. Débora sintió que el corazón le latía a mil por hora. El sueco llevó a la mexicana a un restaurante tranquilo y agradable, en donde ambos pidieron únicamente un café como aperitivo.

- Si después te da hambre podemos cenar.- sugirió Levin.- A menos que estés en un estricto régimen de dietas…

- Estaba.- sonrió Deb.- Pero por hoy lo puedo romper…

Muy pronto fue evidente que a Levin lo que menos le interesaba era buscar algún vestido para su prima (qué pretexto más idiota). A Débora también se le olvidó dicha excusa y se entabló con Levin en una charla sobre sus vidas. Ella estaba más que interesada en saber todo de él, sobre su infancia, sus sueños, sus amistades, sus amores… Pero al llegar a éste punto, Levin siempre ponía una barrera.

- La verdad, he tenido suerte pésima en el amor.- bufó Levin.- No he tenido una novia en más de cinco años…

- ¿Cómo?.- Deb se sorprendió.- ¿Y eso?

- Cosas de la vida… .- murmuró Levin.- Y de la muerte… En fin. ¿Cómo andas tú en esos líos?

- Mal, también.- suspiró Deb.- Yo no quiero saber nada acerca de relaciones amorosas… Todos los hombres son unos desgraciados. Sin ofender.

- No me ofendes, pero no nos juzgues a todos por igual.- se defendió Levin.- Habemos algunos que estaríamos dispuestos a dar la vida por la mujer a quien amamos…

Débora pensó que la mujer que consiguiera ganarse el amor de Levin sería muy afortunada… El tiempo transcurrió y ni quien se acordara de los dichosos vestidos. Al poco rato, ambos ordenaron la cena y la velada transcurrió de una manera agradable. Al final de la cita, Deb llegó a la conclusión de que Stefan Levin comenzaba a gustarle… Y mucho…

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Saki había quedado de verse con Gabriel en un sitio definido, pero el cual ella se negó a decirle a nadie.

- Demasiado misterio, Saki.- opinó Frank.- ¿Por qué?

- Porque Gabriel viene a verme a mí, no a ustedes.- replicó Saki.

- ¿Y a qué viene, si no es indiscreción?.- preguntó Tess, aparentando una calma que no sentía.

- Dice que está aquí por su trabajo.- Saki se encogió de hombros.- Recuerda que es futbolista…

- Cierto. Pero, ¿qué no juega con el Junior de Barranquilla?

- Sí. Pero creo que viene a visitar a un familiar…

- ¿Qué no habías dicho que venía por cuestiones de trabajo?

A Saki se le lenguó la traba. Se puso muy nerviosa y colorada y Tess supo que ella estaba mintiendo.

- Vino a verte a ti, ¿cierto?.- inquirió Tess, en alemán.

- No lo sé y es algo que no te interesa.- respondió Saki, algo enfadada.

- No tiene nada de malo que lo admitas.- Tess esbozó una sonrisa que parecía todo menos una sonrisa.

- No tengo por qué admitir nada que no tengas que saber.- replicó Saki.

- Ya, dejen de pelearse.- interrumpió Katya, algo fastidiada.- O al menos háganlo en un idioma que Frank y yo sí entendamos…

Saki se marchó furiosa. Tess sonrió con cierta amargura.

- ¿Por qué, si te interesa, no se lo dices abiertamente en vez de estarle haciendo estas escenitas?.- preguntó Frank a Tess.

- Como dice Saki, eso no es algo que te interese.- Tess también se marchó, aunque por un rumbo diferente al cual se había ido Saki.

- Qué terca es la gente cuando se enamora.- bufó Frank.

- No te vayas a morder la lengua.- gruñó Katya.

- Cállate.

Katya salió también, antes de que Frank se pusiera a discutir con ella. Éste había estado de muy mal humor desde que Yoshiko le confesó que había visto a Matsuyama… Según que se lo encontró por accidente, pero eso a Frank no le causó mucha gracia… Ni a Katya tampoco, dicho sea de paso… Sin embargo, ella era lo suficientemente realista como para saber que tarde o temprano, Yoshiko volvería con Matsuyama, así que no se hacía esperanzas. Lástima que Frank sí estaba de lo más clavado con la señorita Fujisawa… Katya iba caminando distraídamente cuando alguien la tomó por el hombro.

- ¿Katya, eres tú?.- se trataba de nada más ni nada menos que de Kazuki Sorimachi.

- ¡Kazuki!.- exclamó Katya.- ¿Qué haces aquí?

- Haciéndola de turista.- sonrió Sorimachi.- ¿Y tú?

- Ando de gira con mi grupo, Sounds of Silence.- contestó ella.

- ¡Ah! Es cierto. Olvidé que eres famosa.- Kazuki le guiñó el ojo.

- No te burles.- gruñó Katya.- Que sabes que la fama no me interesa. ¿Vienes solo o acompañado?

- Pues verás, vengo con algunos compañeros de la selección japonesa.- explicó Sorimachi.- Andamos aquí perdiendo el tiempo…

- ¿Y eso?

- Pues venimos a Europa a conocer las propuestas de algunos clubes.- continuó Sorimachi.- Y nos enteramos de que el equipo de Taro Misaki jugará contra el de Genzo Wakabayashi y no nos lo quisimos perder.

- Ya veo.- asintió Katya.- ¿Quiénes más están aquí?

- Sawada, Wakashimazu.- dijo Sorimachi.- Hyuga se vino con nosotros desde Italia…

- Jaja, deja que Kielo se entere de que Wakashimazu está aquí.- rió Katya.- Se va a vomitar…

- ¿Quién es Kielo?.- Kazuki no entendió.

- Lily Del Valle.- explicó Katya.- La esposa de Taro Misaki.

- ¡Ah! La belleza mexicana.- sonrió Sorimachi.- ¿Por qué la llamaste "Kielo"?

- Porque así se dice Lily Del Valle en finlandés.- aclaró Katya.

- Ya veo. Por cierto, ¿qué tan ciertos son los rumores que dicen que hace tiempo Genzo Wakabayashi tuvo una aventura con la esposa actual de Misaki?- preguntó Sorimachi.

Katya no contestó inmediatamente. No iba a contestarle eso a Sorimachi…

- Rumores son rumores.- dijo ella, al fin.- No hagas tanto caso de lo que dice la gente.

- Ya veo.- Kazuki se encogió de hombros.- Ya se me hacía de lo más raro. Imagínate que se dice que Wakabayashi estaba enamorado de la esposa de Misaki y que la hermana gemela de aquél estaba enamorada de éste… ¡Qué locuras, no!

- Y que lo digas… .- Katya se mordió la lengua.

- Por cierto, y cambiando de tema… .- Kazuki bajó la voz.- También va a venir Hikaru Matsuyama a Alemania…

Esta noticia le cayó de golpe a Katya. No se esperaba el volver a ver a Matsuyama tan pronto…

- Ya veo.- dijo ella, tratando de mostrar una calma que no sentía.- ¿Y a qué viene?

- A lo mismo a lo que venimos todos.- contestó Sorimachi.- A ver el fútbol europeo y el partido entre el BM y el PSG.

- Entiendo… .- Katya temía preguntar, aunque quería hacerlo… .- ¿Y no sabes quién más viene con él?

- Si lo que quieres saber es si Yoshiko Fujisawa viene con él, la respuesta es no sé.- dijo Kazuki, adivinando las intenciones de su amiga.

- Ah, bueno…

- Katya, déjame decirte algo.- pidió Kazuki, poniéndose muy serio.- Sé bien cuánto quieres a Matsuyama, pero también sé que es muy difícil que él te corresponda. Por Yoshiko.

- Ya lo sé.- protestó Katya.- No sigas…

- ¿Y sabes algo? Verte así me molesta mucho.- continuó Sorimachi.

- ¿Por qué?.- se sorprendió ella.

- Porque sinceramente eres una persona tremendamente especial, Nikiforov.- contestó Kazuki, mirándola a los ojos.- Y no te mereces estar así por alguien que quizás nunca te corresponda, cuando hay hombres que pudieran estar esperando por ti.

En ese momento se dejaron ver Sawada y Wakashimazu. Katya apenas y los saludó. Kazuki aprovechó para despedirse, dejando a la chica en medio de una interrogante…

¿Qué había querido decir Sorimachi con lo último?

Notas:

- *Sayuri-hime significa algo así como "Princesa Sayuri" en japonés. Recuerden que el segundo nombre de Jazmín es Sayuri.

- En el capítulo pasado, Schneider dijo que "estaba tan ebrio que no podía hacer ni un tres". Olvidé decir que, para comprobar si alguien está ebrio, se le pide que haga un "cuatro" con las piernas (o sea, que cruce una pierna sobre la otra, estando de pie). Schneider estaba tan ebrio que no podía hacer ni un tres XD.

- A Saki se le lenguó la traba. O sea, se le trabó la lengua XD.

- Creo que el PSG y el BM se ganaron ya un partido. No soy buena narrando partidos, pero me esforzaré.