Capítulo 22. La verdad sobre la muerte de Corazón.
Levin se encontraba en su departamento de soltero, arrojando con desgana varios dardos contra un Aizao pegado en la pared. No encontraba una manera más tonta de perder el tiempo… En la mesita que estaba junto a él se encontraba una revista en donde Débora Cortés aparecía en la portada. Encima de la revista estaba un relicario de oro, el cual guardaba la fotografía de una bella chica rubia de cabello ondulado… Levin suspiró, aventó el último dardo y tomó la revista y el relicario con cuidado.
"Este mes, en portada, la bella y talentosa Débora Cortés, una mexicana que ha conquistado a Europa con su glamour", decía la revista. Deb aparecía sonriendo con el aire de una modelo profesional, aunque también conservaba la candidez en la mirada…
- Han pasado más de cinco años desde entonces, Karen.- le dijo Levin a la chica del retrato.- Y sin embargo, aun siento que te estoy engañando…
La chica lo miró con ternura desde la foto (suponiendo que las fotos normales puedan ver, a menos que se trate una al estilo Harry Potter). Levin volvió a mirar las fotografías de Deb que contenía la revista.
- Es distinta a ti, pero al mismo tiempo tienen sus cosas en común.- murmuró Levin.- Vaya, esto no es justo. No puedo compararla contigo, ella no se merece eso…
Levin dejó ambas cosas, relicario y revista, en la mesa. Se tumbó sobre la cama, con las manos detrás de la cabeza. "No será justo que solo la esté comparando contigo cuando estoy con ella", pensó Levin. "Pero mínimo espero tenerla como una buena amiga… ". Se levantó y marcó el número de teléfono de Deb y esperó pacientemente a que la chica contestara.
- ¿Hola?.- dijo Deb, por el otro extremo.
- Buenas tardes, señorita Cortés.- saludó Levin, muy formal.
- ¿Quién habla?
- ¿Tan rápido ya no me reconoces?.- se quejó Levin.- ¡Qué mal!
- Jajaja, es que como me llamaste "señorita Cortés".- se rió Deb.
- ¿Qué no te apellidas así?
- Sí, pero creí que ya me llamarías por mi nombre…
- De acuerdo… Débora.- aventuró Levin.
- Así está mucho mejor, aunque a ver si luego te animas a llamarme Deb… .- sugirió Débora.
- Quizás en un futuro… Ahora lo considero demasiado personal… .- respondió Levin.
Se hizo un silencio incómodo. Débora tosió levemente.
- Sí, tienes razón… .- musitó ella.- ¿Y bien, en qué puedo ayudar esta vez?
- Lo de siempre.- suspiró Levin.- Mi prima y sus vestidos…
- Ah, cierto.- Deb volvió a reír.- Justo aquí tengo los catálogos. ¿Quieres pasar por ellos?
- ¿Qué te parece si mejor te invito a que me los lleves al entrenamiento de mi equipo?.- sugirió Levin.- Sirve que me luzco un poco ante ti.
- ¡Mira tú!.- Deb se emocionó con la oferta.- Me parece muy bien. Entonces, ¿te parece correcto si voy mañana y te los entrego?
- Claro. Ven a las nueve, más o menos a esa hora es cuando la cosa se pone buena.- dijo Levin.
- Muy bien. Y por cierto… .- Deb titubeó.- Muchas gracias por las flores…
- No hay de qué.- Levin sintió que se ponía rojo.- Fue un detalle que quise hacerte por la maravillosa noche…
- Todo lo contrario.- replicó Deb.- Soy yo quien debería estar agradecida… En fin, te veré mañana, ¿de acuerdo?
- De acuerdo… .- aceptó Levin.
En cuanto colgó, Levin miró nuevamente la fotografía del relicario.
- Solo la veré como amiga, Karen.- dijo él, cerrando el dije.
"O eso es lo que espero…".
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Wakabayashi no creía lo que acababa de hacer, pero ya era demasiado tarde para dar vuelta atrás. Aki y su padre ya tenían fija la fecha de la boda, como si nada más hubiesen estado esperando a que Genzo se decidiera… Cuando Eriko se enteró, por poco ahorca a su gemelo.
- ¿Estás loco o qué?.- increpó Eriko, sorprendiendo a Genzo.- ¡No puedes casarte con Aki!
- ¿Por qué no? Es lo que nuestra familia quiere… .- respondió Genzo.
- ¿Y desde cuando te importa lo que nuestra familia quiere? ¡Siempre haces lo que se te viene en gana!
- ¿Qué tiene de malo que me vaya a casar con Aki?
- ¡Qué tú sigues enamorado de Lily, ése es el problema!
- ¡Pero ella está casada con Misaki y además tiene una hija de otro hombre!.- gritó Genzo, exasperado.
- ¡Ah! ¿De manera que ya te enteraste de que Jazmín no es hija de Taro?.- esta vez Eriko fue la sorprendida.
- ¿Tú lo sabías?.- Genzo se puso extremadamente serio.
- No. Solo lo sospechaba pero Taro nunca me lo quiso confirmar.- se defendió Eriko.
- Me dijiste que no habías hablado con él…
- Te mentí.
Entonces era cierto. Jazmín no era hija de Taro. Si hubiese estado menos alterado, Genzo se habría dado cuenta de que estaba sacando conclusiones en base a puras suposiciones y que en realidad no había nada confirmado.
- Como sea, ¿aun así esperas que me quede como un idiota esperando a una mujer que está casado con uno y tiene una hija de otro?.- continuó Genzo, pensativo.
- Ni siquiera sabemos si en verdad Jazmín no es una Misaki.- replicó Eriko.- Y tampoco sabemos el por qué se casaron ellos dos… Además, ya te dije que un clavo no saca a otro clavo…
- ¿Y por qué saliste con Schneider el otro día?
- Touché, hermanito…
- Ya lo decidí.- dijo Genzo, terminantemente.- Voy a casarme con Aki. No me importa que no me pueda sacar a Lily de la cabeza… Ella ya está casada y eso no tiene solución…
Eriko no respondió. Sabía que su hermano estaba en lo cierto…
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Taro, Lily, Jazmín e Ichiro Misaki estaban paseando por Múnich. Taro y Lily iban agarrados de la mano, más para mantener tranquilo a Ichiro que para otra cosa. Jaz correteaba, persiguiendo a algunas palomas. Taro miró a su padre con disimulo. Le incomodaba el tener que llevar a Lily de la mano pero no quería que su padre le volviera a llamar la atención.
- Bueno, pues los tengo que dejar.-Ichiro Misaki miró su reloj.- Tengo un compromiso con un amigo.
- Hasta pronto, suegro.- se despidió Lily.
- Cuídate, papá.- dijo Misaki.
- ¿Ya te vas, abuelito?.- inquirió Jaz, algo triste.
- Sí, pero regresaré muy pronto.- Ichiro Misaki abrazó a su nieta.- Cuídense.
Lily y Taro vieron alejarse al hombre. Ambos suspiraron cuando al fin se perdió de vista.
- Sabes que siempre me ha caído muy bien tu papá, pero es un alivio el no tener que fingir que te amo con locura.- rió Lily.
- Lo mismo digo.- dijo Taro, aunque en vez de soltar a la muchacha la tomó de la otra mano.- Aunque quiero que sepas que yo siempre te voy a querer… De la otra manera…
- Claro.- Lily sonrió.- Lo mismo digo.
Lily y Taro se abrazaron. La pequeña Jazmín estaba entretenida con una avecilla Aizaa cuando vio una figura que le hizo soltar un gritillo de emoción.
- ¡Señor Genzo!.- gritó Jazmín, corriendo a abrazarse de las piernas de Wakabayashi, quien "casualmente" andaba por ahí en esos instantes.
- Hola, Jazmín.- Genzo apenas y tocó la cabecita de la niña.
- Jazmín, no importunes.- regañó Lily, quien acababa de soltarse de Taro.- Ven para acá.
- Buenas tardes, Wakabayashi.- saludó Misaki, algo apenado porque Genzo los había encontrado abrazándose.
- Buenas tardes, señor y señora Misaki.- saludó Genzo, con cierto sarcasmo.- Me da gusto encontrarlos. Tendré el placer de poder invitarlos a mi boda con la señorita Yamazaki.
Se hizo un silencio sepulcral. Lily sintió que el corazón se le encogía hasta hacerse diminuto.
- ¿Cómo dices?.- preguntó ella, con un hilo de voz.
- Que me voy a casar con Aki.- repitió Genzo, con voz triunfal.- Y quiero invitarlos a mi boda. Ustedes no me invitaron a la suya, pero para que vean que no soy rencoroso yo sí lo haré.
- ¿Cuándo te casas?.- inquirió Misaki.
- En dos meses.
Lily, de repente, comenzó a sentirse muy mal y se desmayó…
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Aki Yamazaki revisaba en su habitación un montón de catálogos de vestidos de novia, aunque su mente parecía estar en otro mundo…
Recordó vívidamente cuando, tres años atrás, se había enterado de que Genzo y Lily Del Valle eran amantes…
-FLASH BACK-
Aki buscaba a Genzo por todo Toodai, pero no conseguía encontrarlo. Ella estaba segura de que él estaba ahí, ya que había visto su automóvil estacionado a la entrada del campus. Eriko no tenía ni una sola idea de en dónde podría estar su hermano… Aki se dirigió hacia el auditorio para ver si de pura casualidad él estaba ahí… Como el auditorio quedaba al otro extremo de en donde Aki se encontraba, ella decidió tomar un atajo que Frank le había enseñado poco antes… Y al hacerlo, se topó a Genzo y a Lily muy escondiditos… Ni ella ni él tenían puestas sus camisetas. Ambos se besaban, se acariciaban, se abrazaban… Aki tuvo que contener un grito.
- Si Eriko se entera de esto, nos matará a ambos.- murmuró Lily, entre beso y suspiro.
- No pienses en ella.- murmuró Genzo.- Solo concéntrate en mí…
Aki se quedó observando hasta el punto en que ellos terminaron por desvestirse. No tuvo el valor para detenerlos, ni mucho menos para delatarlos… Sin embargo, Aki estaba furiosa. Genzo la había engañado y Lily también… Aki llegó al auditorio. Ahí vio que la maleta de Lily estaba semiabierta. Parecía ser que Genzo la había alcanzado ahí y que se la llevó sin darle tiempo de cerrarla. Aki miró en el interior del maletero y vio el estuche de Corazón. Sin detenerse a pensar, Aki tomó el instrumento y lo azotó contra la pared, hasta que el violín quedó completamente destruido… Después, tomó unos pedazos de madera y unas cuantas cuerdas y los guardó, para que nunca se le fuese a olvidar el motivo de su venganza…
-FIN DEL FLASH BACK-
Por supuesto, Lily no se dio cuenta de la desaparición de Corazón sino hasta el día siguiente. Para ese entonces, a Aki ya se le había pasado el remordimiento y estaba disfrutando de su venganza consumada. Ella guardó en una caja de madera los fragmentos de Corazón. A los dos días Aki se había marchado a Alemania para no tener que seguir fingiendo que no sabía nada de lo ocurrido entre Lily y Genzo. Al poco tiempo ella se enteró de que Lily se había casado con Taro Misaki y que Genzo había vuelto a Alemania. Aki pensó que ésa era la oportunidad que le estaba pidiendo al destino…
Aki sacó la caja de madera que contenía los restos de Corazón y la miró por largo rato. Lily Del Valle había vuelto a aparecer y su corazón le decía que muy probablemente Genzo le había pedido matrimonio para olvidarse de su antiguo amor…
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Jazmín no dejaba de sollozar. Ella y Genzo se encontraban en el departamento de éste último. Él se había ofrecido a cuidarla para que Taro pudiese llevar a Lily al hospital (en los hospitales no se admiten niños y Genzo no se quería quedar en la sala de espera cuidando a Jazmín). Lily no había dado señales de querer restablecerse y Genzo le sugirió a Taro que "llevara a su esposa al hospital, no fuera a estar embarazada otra vez". Taro le lanzó una mirada de disgusto, pero no dijo nada. Genzo se había llevado a la niña a su casa, sin decirle ni una palabra de consuelo durante todo el trayecto. La verdad era que, desde que Genzo consideró la posibilidad de que la niña fuese hija de Terán, le había tenido cierto rechazo… Ya en el departamento, Genzo arrojó sus llaves contra la mesa, malhumorado. Jazmín estaba sentada en el sillón, sin dejar de llorar.
- Ya no llores.- dijo él.- Tu mamá va a estar bien. Quizás se puso así porque vas a tener otro hermanito.
Estas palabras extrañamente provocaron que Jaz llorara aun más.
- ¿Qué te pasa?.- Genzo se ofuscó más.- ¿No te gustaría tener un hermano?
- No es eso, sino que me hablaste muy feo.- Jazmín hipó.
- ¿Cómo es eso?.- Genzo se sorprendió.
- Sí, es que desde que nos saludaste a mis papis y a mí has hablado muy feo.- Jazmín miró con cierto temor a Genzo.- Y todo el camino me miraste muy feo y ahorita otra vez me hablaste feo. ¿Por qué ya no me quieres? Yo todavía te quiero mucho…
Esta simple frase desarmó a Genzo. No podía enojarse con Jazmín, ella no tenía la culpa de ser hija de Eunesto Terán…
- Perdóname, chiquita.- Genzo habló con su voz más suave y se sentó en el sillón, a un lado de la niña.- No me fijé que me estaba portando mal contigo…
- Yo creí que ya no me querías.- la niña fingió seguir llorando, para chantajear a Genzo.
- Claro que sí te quiero.- Genzo abrazó a la niña y le besó la cabecita.- Eres una niña muy dulce y especial…
Jazmín se abrazó a Genzo y continuó llorando, esta vez por su mamá.
- Extraño a mi mami.- confesó la niña.- Tengo miedo de que le haya pasado algo malo…
- Tu mamá estará bien, no te preocupes.- sonrió Genzo.- Y ya no llores, que si no vendrá Calcetín con Rombos-Man y pensará que te estoy haciendo algo malo…
- ¿Quién?.- se sorprendió Jazmín.
- Calcetín con Rombos-Man.- repitió Genzo, sin poder creer lo que decía.- El superhéroe de los niños… Ven, te lo mostraré.
Genzo llevó a Jazmín a su habitación, de donde sacó un calcetín negro con rombos verdes y rojos. Genzo se lo puso en la mano, se colocó unos gogles (especie de lentes que se usan para nadar) sobre el calcetín y comenzó a hacer que su mano actuara.
- No llores, niñita.- Genzo fingió un poco la voz.- Calcetín con Rombos-Man ya está aquí…
Jazmín rió y aplaudió, encantada. Genzo hizo que Calcetín con Rombos-Man hablara un rato con la niña, hasta que ésta se sintió mucho más tranquila. "Esto le va mejor a Misaki, muy seguramente", pensó Genzo. "Pero al menos ya conseguí que Jazmín dejara de llorar". Eriko llegó justo cuando Jaz se despedía del calcetín.
- ¡Hasta luego, Calcetín con Rombos-Man!.- gritó la niña.
- ¡Hasta pronto, Jaz!.- gritó Calcetín con Rombos-Man.
Genzo se guardó el calcetín y los gogles en un cajón, al tiempo que Eriko luchaba por contener la risa.
- ¿Calcetín con Rombos-Man?.- preguntó ella, en una franca hilaridad.
- No preguntes.- bufó Genzo.
Como Taro aun no llamaba, Genzo y Eriko no tuvieron más remedio que preguntarle a la niña que qué deseaba de cenar. Ella pidió un omelette y Eriko se ofreció a preparárselo. A la niña le gustó tanto la comida que ni Eriko ni Genzo se la creían.
- Cocinas igualito a mi papi.- dijo Jazmín.- Esta tortilla supo muy rico.
- Es que fue tu papi quien me enseñó a prepararla.- confesó Eriko, sorprendiendo a Genzo.- Hace mucho tiempo, antes de que tú nacieras…
- Cuando todavía caminaban los dinosaurios sobre la Tierra.- dijo la niña, antes de darle un sorbo a su leche chocolatada.
Eriko y Genzo soltaron la carcajada. Poco a poco, Jazmín comenzó a ganarse también a Eriko, aun cuando ésta la odiaba por obvias razones. Y es que la niña era tan encantadora que al final Eriko ya no se pudo seguir resistiendo.
- Tú puedes ser mi tía.- dijo Jaz a Eriko.- Tía Eriko.
- Suena bien.- reconoció Eriko, muy conmovida a su pesar.
El teléfono de Genzo sonó. Era Taro, quien le decía que Lily iba a pasar la noche en el hospital, pero que encontraría quién cuidara de Jazmín. Genzo se ofreció a quedarse con ella toda la noche, pero Taro se negó.
- No será necesario, gracias.- negó Taro.- Además, muy seguramente Jaz querrá ver a su mamá. Me dieron permiso para que la vea por lo menos unos cinco minutos.
- Yo llevaré a Jazmín al hospital y después me quedaré con ella durante la noche.- ofreció Genzo.- No tienes quien la cuide, ¿o sí?
Misaki lo pensó. No, no había quién cuidara a Jazmín, Ichiro Misaki estaría ocupado toda la noche en la reunión de su amigo y Emily Del Valle aun se encontraba en Hamburgo.
- De acuerdo.- aceptó Misaki.- Te lo agradezco.
- Te veré allá en quince minutos.- dijo Genzo, y colgó.- Jazmín, prepárate, te voy a llevar al hospital a ver a tu mamá.
Jazmín inmediatamente se levantó de la mesa, se lavó las manos y se puso su abrigo. Todo sin soltar al conejo de peluche que siempre llevaba la niña consigo.
- ¿También puede ir conmigo Rosita?.- preguntó.
- Claro.- aceptó Genzo.- Esta noche te quedarás con nosotros, porque tu mami tendrá que estar en el hospital por hoy…
- Está bien.- la niña se puso algo triste.
- No te preocupes, es para que ella se ponga bien.- explicó Genzo.
- Sí.- asintió la niña.
- Vámonos.
Genzo se sorprendió al ver que Eriko se ponía también su abrigo.
- Voy con ustedes.- dijo ella.
Genzo sabía que eso no era bueno, pero no se pudo negar.
Notas:
- "Calcetín con Rombos-Man" es un superhéroe que aparece en el programa chileno de "31 minutos". Adoro este programa, lo admito.
- En los hospitales no está permitido que entren menores de 18 años, por eso Misaki dice que pidió permiso especial para Jaz pudiera ver a su mamá.
