Capítulo 9

"Es tu día...! "

Candy estaba en su cuarto con Annie, quien se sentía un poco triste.

- Annie, qué pasa? Es Archie?

- Candy los vi... a ti y a Archie juntos.

- Nos viste? Ay Annie, no es lo que piensas. Estábamos hablando de Anthony... Estaba triste de verme con otro tan pronto después de Anthony.

- Sí, claro... El estaba triste porque no lo escogiste... querrás decir...

- Annie, yo amo a Terry y estoy con él... Archie es mi primo, sí, ya sé que no llevamos la misma sangre, pero es mi primo. Lo quiero como a un primo... es por eso que lo estaba abrazando, está permitido entre miembros de la misma familia.

- Lo sé Candy... no estoy enojada contigo... no es tu culpa... lo siento, me alteré.

- Annie, te he dicho que no pierdas el tiempo, sólo hay una vida para vivir.

- Lo sé... gracias Candy.

Tanisha y Patty llegaron al mismo tiempo.

- Entonces, nueva reina... ya has decidido qué vas a hacer?

- De qué? Preguntó Candy.

- Sobre el "chaca-chaca", dijo Patty.

- Tenemos curiosidad, dijo Tanisha.

- No vamos a tener esa conversación, dijo Candy.

- Ay Candy... ándale...dijo Patty.

- No me vas a hacer cambiar de opinión...

Candy no se movió de su postura y sus amigas tuvieron que darse por vencidas. Candy iba a ir al cuarto de Terry esa noche y se sentía muy emocionada y excitada al mismo tiempo... era esa parte prohibida que le daba un nuevo sabor a las cosas.

- Pecosa, buenas noches, dijo Terry sonriendo, bienvenida a mi reino.

- Romeo, dijo Candy abrazándolo... te extrañé.

- Es bueno tenerte en mis brazos, dijo Terry.

Pasaron una linda noche juntos.

El cumpleaños de Candy caía en sábado. Terry lo sabía, porque vio cuando fue a checar las tarjetas de los estudiantes. El había preparado una sorpresa para Candy.

La Sra. Britter había viajado de Chicago para ver a su hija Annie en su cumpleaños. El abuelo William había mandado un regalo para Candy, pero no pudo desocuparse para ir a verla. Candy estaba triste por no tener una mamá, era su cumpleaños... el mismo día que fue abandonada con Annie, que pensó en su madre la mayoría del tiempo. Porqué la habría dejado en la puerta del hogar de Pony? En vez de estar contenta en su cumpleaños, estaba triste. Annie fue a verla, porque sabía cómo se encontraba. Ella sentía la misma tristeza.

- Candy, estás bien? Preguntó entrando al cuarto.

- Annie, dijo limpiando sus lágrimas.

- Annie se acercó y la abrazó. Estuvieron llorando juntas por un rato.

- Míranos, dijo Candy, en lugar de estar felices... somos un año más viejas, después de todo... Mucha gente muere sin llegar a su cumpleaños.

- Sí, dijo Annie, pero no podemos dejar de pensar que es el mismo día que fuimos abandonadas... No nos querían.

- Tal vez fueron forzadas a hacerlo... a lo mejor fueron engañadas... como en las películas.

- Las películas a veces se basan en historias verídicas... pero nos sirve de esperanza?

- La esperanza te mantiene viva Annie... al menos tú tienes una mamá. Cuándo vas a ir a verla?

- Va a venir por mí en media hora, pero quería verte antes de irme.

- Gracias Annie. Estoy bien... puedes irte arreglando.

- Tienes planes con Terry?

- No le dije que era...

- Por qué?

- Realmente no tengo ganas de celebrar el día en que fui abandonada.

- Candy... tú usualmente eres un "pequeño sol brillante"... por qué estás tan triste de repente?

- No lo sé... el Abuelo William me mandó un regalo, y todavía no sé ni cómo es él...Hubiera deseado poderlo abrazar y agradecerle.

- Todo va a estar bien amiga, dijo Annie... quieres venir con nosotros? Puedo convencer a mi mamá.

- No Annie... ella vino desde Chicago para estar contigo, no quiero crear un problema entre ustedes.

- Ok, pero si cambias de opinión, márcame al celular.

- Ok... yo voy a estar con Terry, siempre me siento mejor cuando estoy con él.

- Dile que es tu cumpleaños, estoy segura que hará algo especial.

- Ay, ya es demasiado tarde Annie. Debí habérselo dicho antes, y así él estaría preparado... que tengas un lindo día.

- Ok... feliz cumpleaños hermanita...

El celular de Annie comenzó a sonar.

- Hola? Sí, dijo Annie.

- Feliz cumpleaños hermanita, dijo Tom en la otra línea.

- Gracias de todo corazón, Tommy.

- No podía olvidarme de ustedes dos. Soy su salvador... está Candy contigo?

- Nuestro salvador! Sí, ella está aquí.

Annie le pasó el celular a Candy...

- Hola? El salvador?

- Feliz cumpleaños hermanita, dijo Tom.

- Muchas gracias, dijo Candy riendo.

- Tienen planes?

- Sí...vamos a pasar un hermoso día... ya tenemos planes.

- Sin mí?

- Desearía que estuvieras aquí.

- Lo siento, pero tengo exámenes.

- Si, claro... exámenes.

- Voy a regresar a mis libros... se divierten!

- Ok, gracias otra vez... Te paso a Annie.

Candy le dio el teléfono a su amiga.

- Tommy gracias otra vez, dijo Annie... contigo podríamos haber pasado toda la noche fuera. Tú eres nuestro propio regalo.

- Les llamaré después de mis exámenes, dijo Tom.

- Después de tus exámenes? Ok, es un compromiso eh?... Bye.

- Me siento mejor, dijo Candy... Tommy... le gustas Annie...

- Tommy? Es como un hermano para mí.

- Tiene algo para ti.

- Y para ti...

- No, tú le gustas más... no lo olvides, hay otro pez en el agua...

- Candy, voy a ver a mi mamá... nos vemos después, dijo abrazándola.

Patty, Tanisha y otros estudiantes fueron a ver a sus familias. Stear y Archie llegaron con un regalo para Candy.

- Qué hacen en los dormitorios de mujeres? Preguntó Candy.

- Tenemos permiso por unos minutos solamente para darte tu regalo

- Ah... gracias, dijo abrazándolos al mismo tiempo... no están listos todavía?

- Ya nos vamos, dijo Stear... que tengas un lindo día Candy. Pensaremos en ti.

- Feliz cumpleaños, dijo Archie.

- Gracias muchachos, dijo Candy con lagrimas en sus ojos... diviértanse con sus padres.

Los abrazó de nuevo...

Cuando se quedó sola, prendió la computadora para leer los numerosos correos de sus pequeños amigos. Sus dos "mamás" le mandaron tarjetas electrónicas. Pensó en su verdadera madre de nuevo. Qué le pasaría para que abandonara a su hija... a una recién nacida?.

El teléfono celular sonó... Era Terry.

- Pecosa? Dijo la voz del otro lado de la línea... vístete... te voy a invitar a salir.

- Ok Romeo... en 15 minutos enfrente de la escuela.

Se vistió muy linda, porque era su cumpleaños. Se puso un maquillaje luminoso. Llevaba un vestido rosa, con zapatos y bolso también rosas. Se hizo media "colita de caballo" con un broche arriba de su cabeza... Iba usando el brazalete esmeralda que Terry le regaló. Llegó a lugar y encontró a Terry con un saco y sin corbata.

- Hola Romeo...

- Pecosa... estás preciosa.

- Gracias... tú no estás muy mal que digamos... qué vamos a hacer?

- El día es todavía muy joven... ya verás...

- Ok, confío en ti, dijo sonriendo.

Terry la llevó al cine primero. Era un festival de películas viejas. Fueron a ver "Lo que el viento se llevó". Candy se sabía la película de memoria, igual que Terry. Ella sabía que estaban ahí para estar solos en la oscuridad... Fue por eso que Terry escogió la película más larga que había en el cine. Compraron palomitas y algo de refresco. Entonces estuvieron comiendo casi toda la película. Candy necesitaba ser animada ese día. Todos esos pensamientos sobre su verdadera madre, la pusieron triste y sin su usual alegría por la vida. Estar en los brazos de Terry la hizo sentir bien. Cuando acabó la película, Candy fue a refrescarse un poco a los baños. Terry la estaba esperando en la puerta de salida.

- Estás lista? Vámonos...

- Adónde?

- Ya verás...

Vieron una limosina blanca con un chofer... Candy empezó a caminar hacia el estacionamiento, pero Terry la llevó hacia la limosina.

- Terry, el estacionamiento es hacia allá...

- Sí, pero no vamos a llevar mi carro.

- Qué quieres decir?

- Vamos a tomar la limosina...

- La limosina? Es para nosotros, preguntó sorprendida.

- FELIZ CUMPLEAÑOS, PECOSAAA!

Candy estaba muy sorprendida y no sabía qué decir. Terry sabía que era su cumpleaños? Cómo?

- Te estás preguntando cómo lo sé; nunca me dijiste... Lo vi en tu tarjeta de estudiante un día y no lo olvidé.

- Oh Terry, dijo Candy con lagrimas en sus ojos... no sé qué decir... Gracias... muchas gracias!

Lo abrazó por un largo rato... Entonces subieron a la limosina. Había televisión, un frigo bar, Chamapagne, vasos, etc...

- No champagne para mí...

- Lo sé, por eso tengo Sidra...

- Pensaste en todo, dijo sonriendo... Adónde vamos?

- Nos vamos a arreglar para ir al teatro en la noche.

- Arreglar en la escuela?

- No... pensé en todo... ya verás.

- Estás lleno de sorpresas, dijo Candy abrazándolo.

- Nada es suficiente para ti, mi amor...

Llegaron al Hotel Ritz... Uno de los más grandes y lujosos de la ciudad.

- El Ritz? Terry, el hotel de la esquina hubiera estado bien, dijo Candy.

- No para tu cumpleaños... Tengo la suite nupcial.

- La suite nupcial? Wow, súper!

Entraron al hotel y fueron a la suite que Terry había apartado para ellos. Terry llamó a servicio a cuartos y pidió algo de comer.

- A qué hora comienza la obra de teatro?

- A las 5 de la tarde.

- Qué obra es? No, déjame adivinar... Romeo y Julieta.

- Cómo?

- Tú eres mi Romeo... estamos en el mismo canal... Ok, voy a aprovechar el tiempo y me voy a dar un largo y caliente baño.

- Pero... tengo otros planes para ti.

- Qué, preguntó intrigada.

- Tienes una cita en una hora en el Spa del hotel.

- Qué? Dios mío, no dejas de sorprenderme! Dijo Candy con una gran sonrisa.

- Es tu día pecosa... Te tengo que consentir.

Alguien tocó la puerta. Era la comida que había ordenado. Terry pidió casi todo lo del menú; así ella podría escoger lo que quisiera. Candy no lo podía creer. Terry estaba lleno de sorpresas. Se sentaron a la mesa y comenzaron a comer.

- Terry ordenaste todo el menú, o qué?

- A mi padre le dará un infarto cuando vea las cuentas.

- En serio? Preguntó preocupada.

- Estoy bromeando! Mi abuelo me heredó algo de dinero... no te preocupes por eso.

- Qué bueno, dijo mientras comía.

Candy se estaba sintiendo bien. Terry había logrado animarla como de costumbre. El sabía qué hacer para hacerla sentir mejor.

- Espera, te voy a alimentar, dijo Terry acercando su silla.

- Pero...

- Ah ah ah.. Es tu día... te estoy chiqueando, vamos, abre tu bocaaa.

- Candy obedeció y Terry le daba de comer como a un bebé, pero ella no podía parar de reír.

- Deja de reírte pecosa... te vas a ahogar!

- Sí papá... dijo sonriendo.

- El continuó dándole de comer y luego ella lo alimentó para agradecerle.

- Tu turno Romeo, abre tu boca... bravo, eres un buen chico.

- Gracias mami, dijo él.

Jugaron así hasta que acabaron de comer.

- A qué hora es lo del Spa? Preguntó Candy.

- En 20 minutos, dijo Terry.

- Vas a venir conmigo?

- Un buen masaje no lastimará a nadie.

- Maravilloso, vamos a vestirnos...

- Vestirnos? Lo único que tenemos que hacer es quitarnos la ropa.

- Bien, podemos practicar para nuestra noche de bodas...

- Candy! Sabes lo que estás diciendo?

- Confío en ti Romeo... Iré por las batas.

Candy regresó del baño con las batas blancas que puso en la cama. Terry estaba sentado en la cama. Ella lo tomó de las manos y lo hizo pararse frente a ella. El ya se había quitado el saco, así que Candy comenzó a desabrochar los botones de su camisa despacio, revelando su musculoso pecho. Terry perdía el aliento. Candy se quitó la blusa y la puso sobre la cama. Ella no podía dejar acariciar a Terry con sus labios, lo que lo hacía temblar y lo llenaba de escalofríos. Ella comenzó a quitar el botón del pantalón y a bajar el cierre... bajó los pantalones doblando sus piernas y llegando a los talones. Terry al mismo tiempo ayudaba con sus pies, para quitarse los pantalones por completo. El estaba en ropa interior. Candy tomó la bata y ayudó a Terry a ponérsela. Le amarró el cinturón.

Terry puso sus brazos detrás de Candy para bajar el cierre de su vestido. Lo encontró y comenzó a bajarlo suavemente por su espalda. Candy sintió escalofríos por todo el cuerpo. Terry continuó quitando el vestido, dejando libres los hombros y dejando mostrar los tirantes del brassiere, los cuales se resbalaron mostrando la bella forma de su busto. Terry quitó completamente el vestido y lo puso en la cama junto a su ropa. Terry desabrochó el bra... Candy sostuvo el aliento... él quitó el brassier dejando su pecho desnudo. Terry resbaló sus labios en medio del pecho de Candy, quien gimió de placer... Terry entonces le ayudó a ponerse la bata y le amarró el cinturón.

- Ya ves? Dijo Candy... No estuvo tan mal.

- No estuvo tan mal? Dios mío, Candy!

Los dos brincaron a sus brazos y comenzaron a besarse apasionadamente por un largo rato. Se encontraban en la gran cama acariciándose mutuamente y perdiendo el aliento. Candy sintió una fuente saliendo de ella... su cabeza decía que parara. No estaba preparada para tener su primera vez de esa manera. Terry también pensaba parar. No se quería aprovechar de la situación. Tenían una cita en el spa... pero no podía dejar ir a Candy. Nunca la había deseado tanto como en ese momento.

El teléfono comenzó a sonar, regresándolos a la realidad. Pararon de besarse y Terry contestó sin soltar a su amada.

- Hola? Sí, ya vamos, gracias.

- El spa? Preguntó Candy tapando su pecho.

- Es hora de irnos.

- Ok, dijo ella liberándose de los brazos de Terry... vamos.

Se pusieron las sandalias del hotel, se calmaron un poco y fueron al spa. Fueron recibidos por los empleados, quienes inmediatamente se encargaron de ellos. Terry tomó un masaje, que era lo único que quería. Candy tomó un masaje, se hizo un facial, manicure, pedicure y un lindo peinado. Le dijo a la estilista que iba a ir a ver una obra de teatro, que le recomendara un peinado... y así lo hicieron. Ella regresó a la recámara y encontró a Terry viendo la tele.

- No me extrañaste mucho... o sí? Dijo entrando al cuarto

- Me aburrí horrores, dijo sonriendo. Estás hermosa, pecosa.

- Todavía no me visto.

- Tu vestido está en el clóset.

Candy fue al clóset y encontró un vestido cubierto por una bolsa de plástico. Se lo llevó al baño. El vestido era color violeta. La parte de arriba era apretada, lo que hacía que el pecho se viera más grande y su cintura más pequeña, la parte de abajo era menos apretada.

- Necesitas ayuda? Preguntó Terry en la puerta.

- Sí, con el cierre, por favor.

Terry se cambió al mismo tiempo, llevaba un smoking. Estaba muy atractivo. Candy salió del baño y encontró una caja con un collar y unos aretes color esmeralda. Terry los había conseguido con el brazalete en las vacaciones de Pascua!... todo era perfecto.

- Terry, esto es demasiado...

- Son solamente rentados... te combinan perfecto con el brazalete, dijo Terry... un día te los compraré.

Le ayudó a ponerse el collar y ella se puso los aretes.

- Me siento como una princesa.

- Eres una princesa esta noche... Lista?

- Espera, dejame ponerme los zapatos...

Terry había planeado todo. Conocía la talla de Candy y de qué número calzaba. Tuvo mucho cuidado en su elección. Y todo estaba perfecto. Candy no podía creer que él hubiera pasado todo eso.

- Cuándo regresamos a la escuela?

- Les dije a las madres que te había invitado al palacio de mi papá por tu cumpleaños... Regresaremos mañana en la noche con los demás estudiantes.

- No dijeron nada?

- Supongo que pensaron que el palacio de mi padre es un lugar donde nos pueden echar un ojo... Vamos cariño.

La tomó del brazo y fueron al elevador juntos. Los otros huéspedes del hotel, en el elevador y el botón los estaban viendo admirados. La limosina los estaba esperando afuera del hotel. Llegaron al teatro y fueron al palco de la familia de Terry. El mostró que realmente era un Romeo esa noche. Candy lo sorprendió recitando todo el diálogo de Julieta! Durante el intermedio, se lo comentó.

- No me dijiste que te sabías la parte de Julieta...

- Bueno, desde que te llamo Romeo, me dije a mí misma: y si me convierto en su Julieta? Entonces fui a la biblioteca y tomé el libro de "Romeo y Julieta" y empecé a aprenderme las líneas, para sorprenderte algún día.

- Para sorpresas, es una muy grande, Julieta! Dijo sonriendo. No sabes lo feliz que me hiciste...

- Oh, sí lo sé, dijo riendo.

Después de la obra, fueron a un lindo restaurante para cenar. Había un grupo tocando diferentes canciones, viejas y nuevas, incluso clásicas. Los clientes podían bailar si querían. Después de ordenar la cena, Terry invitó a Candy a bailar.

- Me concede esta pieza?

- Sería un placer, joven, dijo Candy sonriendo.

Bailaron contentos por un rato y los clientes los veían, sonriendo. Esa pareja parecía estar muy enamorada. Cuando acabaron de bailar, fueron a cenar. Candy nunca se había sentido tan bien. Su tristeza de la mañana, parecía haber desaparecido.

Platicaron de todo y nada. Hablaron de la pasión de Terry por el Teatro y el cine.

- Quieres convertirte en actor? Preguntó Candy.

- Si... debo haber heredado los genes...

- Los genes?

- Es cierto... tú no sabes! Cuando nos conocimos en el avión, Justo venía de ver a mi mamá. Quería quedarme con ella, pero me mandó de regreso con mi padre.

- Lo siento.

- Gracias... Lo que no sabes es que mi madre es...

- Quién?

- Eleonor Baker.

- Qué? Dijo Candy abriendo los ojos con sorpresa... Eres hijo de Eleonor Baker? La ganadora del Oscar, pero ella es mi actriz favorita!

- Estoy seguro de que ella se sentirá alagada de escuchar eso... dijo secamente.

Candy sintió su hostilidad. Estaba enojado con su mamá.

- Terry, sabes por qué no te dije que era mi cumpleaños?

- No...

- Es por mí... también es el día en que mi madre me abandonó.

- Oh... no lo había visto desde ese ángulo.

- Tú sabes quién es tu madre. Tu papá es tu guardián. Es probablemente un acuerdo entre ellos. Ella no podría tenerte sin causar problemas.

- Tal vez...

- Terry, no sabes la oportunidad que tienes de tener una madre. Yo daría cualquier cosa, y estoy diciendo cualquier cosa, por conocer a mi madre y verla. La vida es muy corta para estar enojado. Tienes que reconciliarte con tu mamá.

- Ok Candy... lo haré. Tienes razón, la vida es muy corta para estar enojado.

- Tú heredaste los genes de tu madre, de eso estoy segura. Si tú realmente te quieres convertir en actor, serás el mejor.

Terry sonrió. La noche se estaba acabando... bailaron de nuevo antes de salir. En el restaurante, había un casino en la planta baja. Mientras esperaban la Limosina, se encontraron a Eliza, Neil, Lizzie, Ethan y algunos de sus amigos, saliendo del casino.

- Hey prima... muy elegante esta noche...

- Eliza, dijo Candy...

- Terry, dijo Lizzie, estás saliendo sin chaperón con esta joven e inocente chica?

Terry no contestó. La limosina estaba lista y salieron bajo la mirada de maldad de Lizzie. Neil veía a Candy y estaba sorprendido de encontrarla tan bella.

- Rentó una Limosina para ella, dijo Lizzie... maldita Candy!

- Todavía estás celosa? Dijo Eliza... supongo que siempre estarás celosa.

- Me voy a vengar... me las va a pagar!

- Lizzie, dijo Ethan... Trataste y mira lo que obtuviste... perdiste a Terry y yo soy la burla de la escuela... déjalo ir. Terry nunca va a volver contigo... y menos ahora que tiene a la chica que realmente ama.

- Cállate Ethan, dijo Lizzie furiosa.

Ethan suspiró molesto. Lizzie era incorregible y su problema de drogas empeoraba. Sus padres se negaban a admitir que su hija tenía un problema.

Todos ellos fueron a una de esas fiestas de "garage" llamadas "Rave", donde abundaban el éxtasis y las drogas.

En la Limosina, Candy y Terry iban abrazados viendo televisión.

- Sabes que esas limosinas son usadas por las prostitutas y sus clientes? No necesitan un cuarto de hotel, dijo Terry.

- En verdad? Los choferes no ven nada por el espejo?

- Terry presionó un botón y una pantalla negra los separó del chofer, quien no podía ver nada.

- Ok, dijo Candy... wow qué no estarán pensando? Ahora tenemos un burdel sobre ruedas!

- Siempre he soñado con hacerlo en una limo...

- No con una prostituta...

- No... con la chica que amo.

- Si te casas conmigo, algún día podríamos intentarlo, por ahora, todo lo que te puedo ofrecer son algunos besos franceses... estás de acuerdo con eso?

- Absolutamente! Dijo acercando la cara de Candy a la suya.

- Gracias Terry, por este hermoso día y maravillosa noche. Te amo Romeo.

- El placer fue todo mío, dijo muy cerca de sus labios... Te amo, Julieta.

Se besaron hasta que llegaron al hotel.