Capítulo 23

"Hola Sr. Albert..."

Candy y Terry hablaban todos los días después de eso... de hecho, le comenzó a llamar desde el avión! Como no era seguro hablar mientras manejaba, Candy tenía manos libres en su auto. El teléfono sonó.

- Hola? Dijo ella.

- Pecosa?

- Romeo? Ya? Apenas hace 10 minutos que nos separamos...

- 10 minutos? Se me ha hecho eterno!

El estaba sentado junto a Susana Marlowe, quien no se perdió ni una palabra de la conversación, con el corazón roto en mil pedazos. Ella pensaba en Terry desde el día en que lo vio por primera vez. El era lindo con ella, pero nada más. Ella esperaba que cambiara y la invitara a salir... pero, nada. Ahora ella sabía por qué; Terry estaba con otra chica. Terry continuó hablando.

- ..."La princesa de hielo"... si tus compañeros te hubieran visto anoche, te habrían cambiado el apodo por "La princesa de fuego"

- Creo que si hubieran visto nuestra reunión de anoche, "La princesa de hielo" hubiera desaparecido...

- Lo tengo que admitir... estoy muy orgulloso de ti, mi amor...

- Por qué cariño?

- Perdimos contacto... pudiste haber pensado que me olvidé de ti.

- Nunca! Nos habíamos hecho una promesa. Nos casamos en nuestros corazones...

- Te llamaron "La princesa de hielo" porque ni siquiera mirabas a ningún chico... gracias mi amor...

- Estaba esperando a mi esposo... mi Romeo.

- Mi esposa... mi Julieta, te amo.

- Te amo Romeo.

Susana se estaba muriendo! Terry continuó hablando con Candy todo el viaje. Durante el tiempo que ella estaba en el elevador... luego, tuvo que colgar y él le mandó un correo electrónico. Susana lo estaba viendo, con tristeza... parecía que desde que se encontró con Candy el mundo no existiera. El sólo pensaba en ella y sólo hablaba con ella. Susana se paró para estirar las piernas... Se encontró con Karen, su compañera.

- Susana, estás bien? Me sorprende que hayas dejado a Terry un minuto...

- Chicago arruinó todo! Encontró a su novia!

- Candy... él la presentó a la prensa... debe amarla mucho.

- La presentó a la prensa... repitió Susana.

- Nunca lo había visto así, dijo Karen, ella debe ser realmente importante.

- No tienes idea! Crees que me paré por nada? Ya tuve suficiente escuchándolo hablar con su novia... con mucho amor...

- Todavía está en el teléfono?

- Desde que salimos, y cuando ella entró al elevador, él le mandó un mail, y luego le llamó en cuanto entró a su departamento.

- No hay duda, Susana... el nunca te va a ver de la manera en que tú quieres... Desapareció durante la recepción.

- Después de platicar con un grupo de gente, sus compañeros de la prepa. Ella no estaba ahí... lo hubiera recordado... ella me robó a mi Terry!

- Susana, él nunca fue tuyo para estar con... él conoce a Candy desde la prepa, él es suyo... no tuyo.

- Bueno... ya veremos eso.

Candy estaba hablando con Terry hasta que llegó a su destino. Nunca se cansaron. Hablaban todo el tiempo que tenían libre. Se mandaban correos electrónicos y se veían por la cámara web. Terry le hablaba todas las noches antes de ir a la cama, incluso tomando en cuenta la diferencia de horario. Si ella no estaba, le dejaba un mensaje en la contestadora y entonces le llamaba al hospital. La prensa comenzó a perseguir a Candy... querían una entrevista con la novia de la nueva estrella. Tomaban fotografías, escondidos en el estacionamiento del hospital, enfrente del edificio... sus compañeros también le hacían preguntas.

- Tienes nuestras fotos autografiadas y nuestros boletos?

- Si... dijo una, gracias.

- Eres una víbora, cómo nos pudiste ocultar que tu novio es famoso? Era por eso que no te interesaban otros chicos!

- Les traté de decir, pero no me creían... y él no era famoso cuando lo conocí en la escuela, bueno, al menos no como actor. Era el Rey del internado... dijo Candy.

- Internado... dónde?

- En Londres... La Academia San Pablo.

- Es donde se conocieron?

- No, nos conocimos en el avión que nos llevaba a Londres, la noche de Año Nuevo.

- Dicen que la persona con la que estás en la noche de Año Nuevo, es la que está destinada a estar contigo, dijo Sylvia.

- No lo sé, dijo Candy... lo único que sé, es que he estado enamorada de él desde que tenía 15 años...

- Entonces, dijo Annie... ya no contestas tu teléfono! Eres más difícil de encontrar que la Reina de Inglaterra! No me hagas esperar más las llamadas...

- Bueno, hola a ti también Annie, dijo Candy.

- Perdón, pero estoy frustrada...

- Annie, no había visto a Terry desde hace 3 años...

- Lo sé, debes haber estado en las nubes!

- Más alto, si es posible...

El timbre de la puerta sonó. Era Paty con los demás, Stear y Archie.

- Candy, dijo Archie... debes estar feliz, Grandchester no se olvidó de ti, como pensé... realmente te ama.

Pasaron el resto de la tarde platicando y riendo. Comieron y vieron películas. El teléfono de Candy sonaba a cada hora... era Terry. Al principio sus amigos no dijeron nada, pero a lo largo de la tarde... cuando sonaba el teléfono, todos comenzaban a gritar y a hacer comentarios, fingiendo indignación y riéndose.

- Ya se volvió loco, dijo Annie.

- Te pasas de la raya, dijo Archie.

- No son los únicos novios en el mundo, dijo Paty.

- Sí, dijo Stear, ya es suficiente.

- Cállense, dijo Candy riendo... no me dejan oír nada! Romeo? Si... están celosos, bromeó.

- Aaaaaaaaaaahhhh, gritaron todos...

Candy fue a hablar a la recámara.

Un día, durante su turno, Candy escuchó a otros estudiantes hablando...

- Viste al muchacho con amnesia? Es muy guapo! Dijo una chica.

- Pude decirle que estábamos casados... de todos modos no recuerda nada, dijo otra de ellas.

- Yo también... tal vez es rico como Donald Trump...

- O tan pobre como un ratón de iglesia, dijo otra estudiante.

- De quién hablan chicas? Preguntó Candy.

- Hay un nuevo paciente, tiene amnesia, pero es muy guapo! Y esos ojos azules... ese cabello largo y café...

- Es un paciente, dijo Candy... tienen que ser profesionales.

- Sí, qué fácil para ti, que tienes un novio rico y guapo, dijo Sylvia.

- Quién dijo que era rico? Preguntó Candy.

- Lo que una chica puede esperar o no?

- La esperanza te mantiene vivo, dijo Candy riendo.

Candy entró en el cuarto donde estaba el famoso chico con amnesia, y cuando lo vio, se detuvo. No! No era posible! Pero, sí... era él, sin barba, sin bigote y sin sus lentes de sol.

- Sr. Albert! Dijo Candy.

El paciente no reaccionó. Estaba en su cama, mirando hacia el techo.

- Sr. Albert, repitió, soy yo... Candy...

- Perdón, la conozco?

- Candy, lo conoces? Dijo una de las enfermeras.

- Sí, lo conozco desde hace mucho tiempo... él salvó mi vida.

- Entonces, no es rico? Dijo una estudiante llamada Suki.

- Suki, por favor, dijo Candy... Tienes amnesia, no te preocupes... te voy a cuidar bien.

Albert miró a la joven estudiante de medicina, con sus pecas y sus ojos verdes... era muy hermosa, con su hermoso cabello rubio. Conocía a esa linda mujer?... Maldijo su memoria miles de veces... pero estaba contento de tener la atención de Candy, ella estaba cuidándolo realmente muy bien. Los demás pacientes lo molestaban por esto.

- Hey John Doe, eres un suertudo, tienes la atención de la más alegre de las estudiantes de medicina.

- Tal vez es tu esposa y no la recuerdas, dijo otro paciente.

Albert estaba riendo.

- Si fuera mi esposa, también me lo habría dicho... y no me llamaría Sr. Albert.

- Tal vez no te quiere traumatizar, bromeó otro paciente... ella es muy hermosa, la noticia podría haberte ocasionado un paro cardiaco!

Todos reían en el cuarto.

Candy estaba hablando con Terry por teléfono durante la hora de la comida.

- Te dije que el Sr. Albert está como paciente aquí?

- Sí, pecosa.

- Entonces, como tiene amnesia, pensé en que podría llevármelo a vivir conmigo, hasta que recupere la memoria... qué piensas?

- Quieres decir que vas a vivir con él?

- Sé que suena extraño, pero él me salvó la vida alguna vez y no puedo abandonarlo.

- Ok, dijo Terry luego de un momento de silencio... sólo espero que te conviertas en "La princesa de hielo" si él intenta algo.

- No sé –bromeó- es un tipo taaan guapo...

- Candy!

- Vamos, Romeo... tengo 3 años en abstinencia de engaño y no quiero hacerlo... No voy a empezar ahora que te encontré de nuevo.

- Confío en ti, Julieta... te amo.

- Yo también confío en ti Romeo... y te amo.

Cuando colgó, sus compañeras la estaban viendo atónitas...

- Te lo vas a llevar contigo?

- Sí, soy la única que lo conoce...

- Estás segura? Preguntó Sylvia.

- Sí... ahora lo tengo que convencer a él...

- No hay problema con eso... a él le gustas...

- A Albert? No, dijo Candy riendo.

Candy fue a ver a Albert para hablar con él sobre su idea.

- Vivir contigo? Que van a decir tus papás?

- Mis papás entenderán. Les voy a explicar la situación. Y es sólo mientras recupera su memoria...

- Y confías en mí?

- Salvaste mi vida una vez... eso es suficiente para mí.

Albert guardó silencio por un momento... Tenía que escoger entre el vacío y la hospitalidad de esa amorosa joven. La miró y sintió que su corazón se derretía. Era correcto ir a vivir con ella? Estaría mejor que en el vacío, en la incertidumbre, en el hoyo negro... Por qué no esperar a que la memoria volviera con ella? Era tan linda y amorosa...

- Ok, Candy... iré contigo, hasta que recupere la memoria. Gracias, eres muy generosa. Tienes espacio en tu departamento?

- Si, tengo algo de espacio... todo está bien, ya verás.

El estaba parado cerca de la ventana. Candy se acercó y lo abrazó. Albert estaba sorprendido de ver a Candy en sus brazos... eso lo hizo sentir una chispa extraña...

- Gracias, Sr. Albert por confiar en mí. Te cuidaré muy bien y recuperarás tu memoria... ya verás.

Albert estaba pensando:

- "Dios mío, deja de abrazarme ya, me vas a volver loco, te quiero besar de una manera..."

Candy finalmente lo dejó y Albert sintió alivio.

- Vendré por ti cuando termine mi turno.

Candy salió durante un descanso y le llamó a sus papás a Rumania de su celular. Melissa contestó.

- Mami? Hola...

- Candy, cariño, cómo estás?

- Bien y todos ustedes?

- Estamos bien...

- Mamá, estoy en el hospital y te estoy llamando para decirte que el Sr. Albert... lo recuerdas? Te hablé de él?

- Sí...

- Tuvo un accidente y perdió la memoria. Y como soy la única que lo conoce, por ahora, me lo voy a llevar a mi departamento, hasta que se recupere.

- Oh... estás segura de lo que estás haciendo?

- Sí, él me salvó la vida una vez... no lo puedo abandonar.

- Ok cariño, le voy a informar a tu papá. Gracias por llamar.

- De nada. Te extraño mamá... los extraño a todos.

- Nosotros también te extrañamos, adiós...

- Nos vemos.

El problema con los padres estaba resuelto. Pero ella sabía que Phillipe le iba a llamar más tarde. Se llevó a Albert al departamento y pasaron una linda noche juntos. Phillipe le llamó, como se lo esperaba.

- Papi, me estás checando?

- Es mi derecho, dijo Phillipe riendo. Estuve reprimido de hacerlo mucho tiempo...

- Lo sé papi. Molestaría a cualquiera, pero a mi me encanta que me vigiles...

Phillipe estaba riendo.

- Todo está bien? Confías en él?

- Sí papi...

- Entonces está bien... estoy orgulloso de ti, eres muy compasiva. Qué piensa Terry de todo esto?

- Estaba un poquito renuente al principio, pero confía en mí.

- Es buen muchacho. Yo no estoy seguro de que habría reaccionado así... La mujer que amo, sola con otro hombre...

- Papi... !

- Pero es bueno que confíe en ti y tú también en él.

- Lo sé... Hollywood es una selva...

- Bueno, ahora te voy a dejar dormir... buenas noches.

- Bye papi.

Apenas colgó el teléfono, cuando volvió a sonar...

- Romeo?

- Estás bien, pecosa?

- Sí, todo bien... él está bien.

- Lo pusiste en el cuarto que está al otro lado del pasillo... eso espero...

- Romeo!

- Ya sé... todos los cuartos están lejos del tuyo de todas maneras... Debería agradecerle al arquitecto.

Candy soltó la carcajada. Acabó de hablar con Terry y fue a la sala, donde estaba Albert.

- Tus padres te dejaron este gran departamento?

- De hecho es mi padre adoptivo. No quería que tomara un departamento pequeño, al menos en zonas indecentes... y la escuela de medicina es cara... para no hacerte el cuento largo, es más fácil para mí vivir aquí sola que en la mansión con los demás.

- A quién no soportas?

- Simplemente a la Tía abuela, con eso tengo para mantenerme alejada.

- Fuiste adoptada y encontraste a tus padres...

- Hace poco...

Candy le contó cómo conoció a los Crane y el resto de la historia. Llevó a Albert de compras, algunas tiendas cerraban tarde. Albert no tenía nada más que la ropa del hospital y un cepillo de dientes.

- Necesitas un guardarropa completo, dijo Candy.

- Pero eso es mucho, dijo Albert. No, no puedo comprarlo.

- No te preocupe Sr. Albert... Yo me haré cargo de todo.

Candy le compró ropa, zapatos, pijama, lociones, rastrillos, etc... Tenía todo lo que necesitaba. Incluso le dio dinero y una de sus tarjetas de crédito, aunque Albert estaba protestando.

- Vamos, necesitas comprar tus propias cosas... No dudes en pedirme si necesitas algo más.

Albert pensó que tenía suerte de tener una amiga como Candy, incluso, aunque no se acordara de ella.