Capítulo 26
"Yo recuerdo..."
Candy llegó a su departamento ahogada en lágrimas. Albert, quien estaba en la cocina, llegó sonriendo cuando escuchó la puerta.
- Candy, hola, la cena está casi...
Pero él se detuvo cuando vio sus lágrimas...
- Candy? Qué pasa? Tienes algún problema?
- Terry...
- Sí?
- Se terminó todo entre nosotros... Ay Sr. Albert, qué voy a hacer? Lo amo tanto, dijo ella cayendo a sus brazos.
Albert no podía creerlo. Candy estaba libre y estaba llorando en sus brazos! El estaba muy feliz. Ella siguió llorando en sus brazos. El la llevó al sillón dejándola ahí. Candy comenzó a calmarse. Albert acarició su cabello suavemente, por un rato. Sentía crecer el deseo dentro de él. Candy volteó, levantando la cabeza... sus labios estaban fundidos en un apasionado beso. Albert pensó que se volvería loco de alegría... ella no se alejó de él... se estaba dejando besar! El la estaba acariciando toda, su busto, su cuerpo... se quitaron la ropa y continuaron acariciándose y sus bocas se besaban hambrientas. Cuando finalmente entró en ella pensó que iba a morir de placer. El iba y venía y no podían contener sus alientos. Eso lo hicieron paso por paso, hasta que él llegó al climax dentro de ella.
El teléfono estaba sonando y Albert de repente se despertó. Maldijo al teléfono por sacarlo de su hermoso sueño. Estaba sudando y nunca había estado tan enojado por despertarse de un sueño! Parecía tan real! El teléfono seguía timbrando. El contestó con mucha pena.
- Hola?
- Sr. Albert? Soy yo... mmm soy yo, Candy.
- Candy, susurró.
- Estás bien? Suenas un poco raro.
- No, estoy bien...
- Quería decirte que voy a llegar un poco tarde esta noche. Si me llaman, diles que estoy en el hospital trabajando hasta tarde.
- Ok, Candy. Gracias por llamar.
- Te veo luego, bye.
Albert decidió ir a caminar para aclarar sus ideas... Se fue a cambiar, ya que había ensuciado sus pantalones con su sueño. Estaba caminando, pensando en lo que soñó. Era su subconsciente que quería decirle algo? Dicen que nuestros sueños son nuestros pensamientos escondidos, que nuestro subconsciente está tratando de revelarnos. Eso quería decir que él deseaba a Candy? Oh... pero ella no estaba disponible y ella sólo apostaba por Terry y pasaban todo su tiempo al teléfono.. Tenía que dejar el departamento. No estaba mirando hacia dónde iba. No se dio cuenta de la luz roja para los peatones y cruzó la calle... fue golpeado por un carro, el cual frenó abruptamente, haciendo al impacto un poco menos violento, pero suficiente como para tirarlo al suelo. Su cabeza golpeó con el asfalto brutalmente. El dolor... la confusión, la sorpresa, todo estaba dando vueltas a su alrededor. Tenía la impresión de que iba cayendo del cielo... qué había pasado? Por qué estaba en el piso? Todo le seguía dando vueltas a su alrededor. El conductor del auto se bajó. Era una hermosa y joven mujer.
- Ay Dios mío... lo siento. Pero saliste de no sé dónde... estás bien?
- Mi cabeza me da vueltas, dijo Albert tratando de levantarse.
- Espera, te voy a ayudar... dijo la joven.
La muchacha lo ayudó a levantarse, él se recargaba en ella.
- Ven conmigo, te voy a llevar al hospital...
- No, no te preocupes... dijo Albert, todavía un poco aturdido...
- Vamos, acabas de ser atropellado por un auto, puedes tener una conmoción, o daños internos... Y a mí no me gustaría tener eso en mi conciencia. Me siento culpable, ya con eso tengo.
- Ok, dijo Albert, quien seguía sintiendo su cabeza girar.
En el carro, la joven mujer continuaba platicando.
- Mi nombre es Rachel Treverland, tú cómo te llamas?
- William Albert Andrew, pero me dicen Albert... Oh… recuerdo…
- Qué? Recuerdas? Es tu nombre, lo habías olvidado?
- Sí...
- Cómo?
- Tuve amnesia... el impacto de mi cabeza con el asfalto pudo haberme regresado la memoria...
- En serio? Entonces mi accidente fue provechoso?
- Si, eso creo...
- Oh, una bendición disfrazada de desgracia...
- Gracias por atropellarme con tu carro.
- Eh... de nada... creo que... el placer fue mío, bromeó.
Comenzaron a reír. Llevó a Albert al Chicago Hope Hospital (hospital de la esperanza, de Chicago), para que pudiera ser examinado. Luego de unos pocos exámenes, estaba listo para salir del hospital.
- Bueno Sr. Andrew, dijo el doctor, éste accidente fue provechoso, su memoria regresó. Tiene que agradecerle a la joven que lo atropelló...
- Hecho...
- Perfecto, le voy a recetar algunas pastillas para el dolor de cabeza, tómelas si necesita.
- Gracias, doctor.
Rachel lo estaba esperando en la sala de espera.
- Y...?
- Estoy bien... no hay daños internos...
- Gracias a Dios...
- Gracias otra vez.
- Deja de agradecerme, es como si fuera muy bueno ir atropellando gente con tu auto.
- En mi caso, lo fue...
- Un caso en un millón... qué vas a hacer ahora? Tu memoria te regresó una esposa? Hijos?
Albert pensó en Candy. Su hija adoptiva! Cómo pudo haber tenido un sueño erótico con ella? Dios mío! No podía vivir más con ella. Había recuperado su memoria, de todas maneras, era por eso que estaba viviendo con ella.
- Tengo una hija adoptiva, dijo Albert
- Esposa?
- No. Quieres ir a cenar conmigo? Me la debes, el accidente pudo haber sido fatal...
- Ok, dijo Rachel sonriendo, qué se te ocurre?
- Tengo que ir a cambiarme... pero tengo que ir al departamento de mi hija adoptiva primero, por algo... no te importa?
- No. De todas maneras no tenía nada que hacer. Dónde vive?
Fueron al departamento de Candy para recoger sus cosas. Albert le llamó a George, su asistente.
- George?
- Sr. Andrew? Cuánto tiempo! Su memoria...
- Candy te dijo que estaba viviendo con ella?
- Sí, pero era porque tenía amnesia...
- Está bien, George. Ella es una chica maravillosa. No le importó lo que iba a decir la gente. Vio a un amigo en desgracia y lo ayudó. Si solamente ella todo sobre mí. Estoy muy contento de que lo haya usado suavemente. Ve y espérame en el hotel. No voy a ir al señorío, no estoy listo todavía para enfrentar a la tía abuela Elroy.
- Muy bien, Señor.
- Te veo después...
- Adiós Señor.
Dejó una nota para Candy.
Mi querida Candy.
Las palabras no pueden expresar la gratitud que tengo hacia ti. Me ayudaste aún sin que yo supiera quién eras. Tu generosidad es la de un ángel. Tuve un pequeño accidente hace un rato. Fui atropellado por un auto, pero no te preocupes, estoy bien... Recuperé la memoria con el golpe del accidente! Estoy un poco desorientado, pero ahora sé quién soy. Nuestro trato era ese... quedarme contigo hasta que recuperara la memoria. Está hecho, así que me voy . La cena está lista en la cocina. Muchas gracias por tu generosidad y tu hospitalidad. Te voy a llamar... besos.
Cuídate.
Albert.
Tomó sus cosas y dejó el departamento. Rachel lo estaba esperando abajo en el carro. Lo llevó al hotel Rosemary, llamado así por su hermana. George lo estaba esperando en la suite del último piso.
- Este hotel pertenece a las Empresas Andrew, dijo Rachel... Oh, espera un momento... dijiste que tu nombre era William Albert Andrew? William Andrew eres tú?
Albert asintió...
- Oh Dios mío! Casi mato a la cabeza de las Empresas Andrew!
Estaba un poco confundida...
- Yo trabajo en Bienes raíces, dijo Rachel.
- Conoces tus edificios... Estaré eternamente agradecido contigo por regresarme mi memoria.
- Casi te mato...
- Mejor di que prácticamente me aventé frente a tu carro...
Candy acababa de llegar a su casa. Se sorprendió de ver el departamento vacío. Dónde estaba Albert? Vio la nota y la leyó. Estaba feliz! Él había recuperado su memoria, pero estaba triste porque desapareció sin despedirse. Lo iba a extrañar. El teléfono sonó.
- Hola?
- Candy?
- Sr. Albert, que gusto escucharte!
- Igualmente. Sólo quería decirte que estoy bien y no tienes que preocuparte por mí nunca más.
- Pudiste haber esperado hasta que llegara para despedirte en persona.
- Lo sé. Lo siento, pero estaba un poco desorientado.
- Entiendo...
- Iré a verte. Gracias Candy, por todo lo que has hecho por mi.
- Tú salvó mi vida alguna vez... sin tí, estaría muerta... así que no tienes que agradecerme, soy yo la que tiene que darte las gracias...
- Eres muy generosa, Candy. Buenas noches.
- Buenas noches y gracias por la cena. Gracias por cocinarme cada noche... Yo soy una cocinera atroz... pero estoy aprendiendo con mi mamá y Paloma... quien estuvo en unas forzosas vacaciones de cocina.
- De nada Candy... Buenas noches.
- Buenas noches.
Candy colgó el teléfono y no pudo evitar soltar una lágrima de tristeza. Ya se había acostumbrado a tener compañía. Necesitaba compañía luego de su rompimiento con Terry. Se cambió de ropa y cenó lo que Albert le había dejado, después fue a llorar a su cuarto.
- "Ay Sr. Albert... me gustaría que estuvieras aquí, necesito que me consuelen" pensó...
Candy se paró y tomó algunas cosas... fue a casa de sus padres para pasar la noche, así ella no estaría sola.
Albert colgó el teléfono con una mirada de alivio. Aunque él era el único que sabía lo que había soñado, se sentía muy apenado de confrontar a Candy. Era por eso que se estaba acercando a Rachel... y también porque era muy bonita, con su cabello rojizo y sus hermosos ojos.
- Rachel, dijo Albert... tienes novio?
- Vaya, vas muy rápido!
- La mejor forma de obtener información, es preguntando.
- Me gusta tu sinceridad... No, acabo de terminar con mi novio hace un mes. Y tú? Tu memoria te recordó que tienes novia?
Albert pensó en Candy por un momento. No, ella estaba con Terry y estaban locos de amor el uno por el otro... y ella era su hija adoptiva! El no era el protagonista de "Papacito piernas largas"!
- No, ni esposa ni novia, sólo una hija adoptiva. Para mí que el destino me puso en tu camino.
- Vamos a conocernos...
George había ordenado cena para dos, la cual llegó junto con dos meseros. Tenían la mesa puesta y la cena servida.
Albert y Rachel pasaron la noche platicando, riendo... tuvieron una excelente noche. Albert todavía pensaba en Candy, pero se dijo a sí mismo que era mejor aplicar la frase "Cuando no tienes lo que quieres, debes alegrarte por lo que tienes".
Albert se valió de Rachel para olvidar a Candy al principio, pero al pasar del tiempo sus sentimientos cambiaron poco a poco y se volvieron inseparables. Aún amaba a Candy, pero tenía un lugar en su corazón para Rachel.
Candy llegó frente a la casa de sus padres y tocó la puerta. No les había llamado y ellos no habían escuchado sus mensajes. Así, que llegó a casa de sus papás sin avisar... tocó el timbre de nuevo. Melissa abrió la puerta.
- Mami, dijo Candy brincando a su cuello...
- Candy, pequeña, qué pasa?
Candy entró a la casa si dejar de abrazar a su mamá.
- Terry... dijo entre sollozos...
- Si...?
- Terminamos... se acabó!
- Oh Candy, mi pobre chiquita... todo va a estar bien.
Subieron las escaleras al cuarto de los papás, donde Phillipe estaba leyendo.
- Candy?
- Oh papi... dijo Candy corriendo hacia él.
- Oh bebé, es Terry, no es cierto? Terminaron? Le advertí que no te lastimara...
- Phillipe, dijo Melissa, no ahora...
- Se va a quedar con ella y el bebé?
- Yo le pedí que tomara su responsabilidad.
- Te sacrificaste, dijo Melissa, eres muy buena para sacrificar tu propio bien, cariño.
- Pero el bebé es inocente, él no pidió venir a este mundo...
- Lo sé, dijo Phillipe, pero no mucha gente habría hecho lo que tú hiciste, me entiendes?
- Si papi, dijo Candy sonriendo en medio de las lágrimas.
Candy durmió en medio de sus padres, como un bebé. Estaba muy feliz de haber encontrado a sus papás. Pasó unos días con ellos y cuidaba de sus hermanitos, así no pensaría mucho en Terry. Pero eso era imposible, era como pedirle que no respirara más...
Una semana después, la televisión y la prensa, anunciaron el rompimiento del compromiso entre Terry y Candy. Candy no les había dicho nada a sus amigos y sabía que iban a reaccionar. Pero en el hospital, sus compañeras la dejaban con su pena. La prensa la comenzó a seguir a todas partes... ella no hacía ningún comentario. Annie, Paty y sus amigos fueron a verla.
- Candy, pobrecita, qué pasó?
- Se acabó, dijo Candy, con tristeza.
- Sé que se acabó, pero por qué? Dijo Annie.
- Susana Marlowe...
- Qué? Imposible, dijo Annie, él no te engañaba!
- Hollywood cambia a las personas, dijo Paty.
- No a Terry, dijo Annie, él es fiel... debe haber más de esta historia.
- Se van a enterar tarde o temprano, dijo Candy... está embarazada...
- Oh Candy, dijo Annie abrazándola...
Todos la abrazaron y Neil estaba contento de tener a Candy en sus brazos, aunque fuera sólo un momento.
- Ese bastardo de Grandchester! Dijo Neil.
- Voy a golpear a esa mierda, dijo Archie... que estúpido...!
- Basta! Gritó Candy, dejen de decirle cosas...
- No, debes estar cotorreándome! Lo estás defendiendo? Preguntó Archie.
- Todavía es el hombre que amo. No hablen mal de él enfrente de mi, dijo Candy.
- Eres imposible, dijo Stear.
- Déjenlo en paz, dijo Candy... o si no, me voy a enojar con ustedes.
- Ok, como quieras, dijo Archie.
Annie y Paty no dijeron nada. Annie estaba convencida que además de eso, había de hecho más sobre esa historia. Trató de hablar con Candy de nuevo, pero ella no accedió. Los chicos cambiaron el tema así no hablarían más de Terry.
- Annie, sabes qué quieres hacer? Preguntó Candy
- Sí, voy a concentrarme en el diseño de modas... pero también quería tener desfiles de moda escolares, así podrían usar mis diseños.
- Buena idea, dijo Candy.
- Y quiero organizar desfiles de modas y ayudarlos con sus carreras... voy a usar a los estudiantes como modelos
- Y yo voy a comprar una revista o a crear una, así Paty podría ayudarme a hacer una revista de modas y escribir todos los artículos que quiera... dijo Stear.
- Que bueno que todos ustedes tengan planes, dijo Candy.
Pensó en sus planes con Terry, cómo se fueron como humo después de sólo una noche. Las lágrimas comenzaron a brotar y ella las paró. Por qué el destino estaba en contra de ellos? Todo lo que querían era vivir sus vidas juntos, sin que les importara a nadie... Oh Terry!
El timbre de la puerta sonó y Candy fue a abrir. Estaba casi corriendo para esconder sus lágrimas. Tanisha estaba frente a ella.
- Tani, dijo Candy saltando a su cuello...
- Oh, Candy, dijo Tanisha... estás bien? Cómo estás haciendo para soportarlo?.
- Sí, gracias por estar aquí, gracias por venir...
- No hay lugar en donde prefiriera estar...eres mi amiga, Candy... vine a reanimarte y yo sé cuánto amas a Terry.
- Gracias Tani, vamos a ver a los demás.
- Los demás?
- Sí, todo mundo tuvo la misma idea que tú...venir a animarme, es maravilloso tener amigos como tú.
- Eres una buena amiga, Candy; siempre eres la primera en ayudar a los demás... es tu turno... Hey chicos! Dijo Tani a los demás.
- Tani! Dijeron Paty y Annie corriendo para darle un beso.
Pasaron el resto de la noche riendo, cantando, viendo películas, pero especialmente animando a su mejor amiga.
