Capítulo 29
"El terremoto..."
Terrence Grandchester nunca se había sentido tan feliz. Su carrera estaba en la cima, había ganado todo tipo de reconocimientos y premios, había visto a Candy... ella era la pieza que faltaba en su vida. Desde que la había visto, estaba en las nubes y la sensación era deliciosa. Una semana después de su regreso a Nueva York, se reunió con Susana, una mañana en la sala. Ella lo estaba evadiendo, porque podía sentir que él quería terminar.
- Susana, tenemos que hablar...
- Terry, estoy cansada... puede esperar?
- No...
- Quieres terminar?
- Sí...
- Ya me lo esperaba... era por eso que estuve evadiéndote.
- En serio?
- Sí... desde que regresaste de Nueva York, has estado de muy buen humor...
- Ah, y para ti eso significa que quiero terminar?
- La última vez que te vi tan feliz, fue cuando regresaste de Chicago... después de ver a Candy.
- No puedes estar pensando que este compromiso va muy bien...
- Pero te tenías que casar conmigo...
- Nunca te pedí matrimonio Susana...
- Pero, yo te amo... tuvimos un bebé... el fruto de nuestro amor...
- Susana, ya para! Tú sabes bajo qué circunstancias fue concebida. Pero la amo demasiado... a pesar de todo...
Susana se sintió desesperada. No... ella no podía perder a Terry! Lo necesitaba!
- Mi padre va a arruinar tu carrera, si me dejas...
- He cumplido todo lo que he querido... Haz lo que quieras, no me importa! Pero me llevo a Serena conmigo...
- Qué? De ninguna manera! Eso no está en discusión! Ella es mi hija!
- También es mía. Tú apenas pasas tiempo con ella... yo me la llevo conmigo a trabajar...
- No es tuya...
- Qué?
- Lo que escuchaste! Ella no es tu hija...
Terry se calmó por un momento. Todo esto era una mentira? El amaba mucho a Serena. Si eso era verdad... quería decir que perdió todo ese tiempo lejos de Candy, por nada?... El examen de paternidad...
- La prueba de paternidad, dijo Terry.
- La cambié, dijo Susana... sabía que ibas a pedir una, así que pagué a un empleado del laboratorio, para que te dijera que tú eras el padre.
- Eso no importa, dijo Terry dolido, si ese es el caso, entonces quiero alejarla de ti, más que nunca! La usaste como un muñeco! Voy a hacer un trato contigo... déjame a Serena, y la prensa nunca se enterará de la verdad... la manera en que me atrapaste.
- Entonces si la alejo de ti, le dirás todo a la prensa?
- No tengo nada que perder. Con mi carrera de actor, tomaré el negocio de mi padre. Y estoy seguro de que tus padres no podrán hacerme nada... Se acabó, Susana!
- Pero eso es un chantaje!
- Una cucharada de tu propio chocolate...
- Todo esto es por Candy! Admítelo! La viste en Nueva York... es por eso que regresaste en la mañana!
- Le diré a la prensa en una semana. Eso te da tiempo para que hables con tus padres...
- Terry, Terry, espera... te amo, dijo con lágrimas en los ojos.
Terry salió de ahí y fue a su cuarto... sintiendo que le quitaban un peso de encima. Vistió a Serena para ir a una guardería, así podría jugar con otros niños. Entonces él iría al estudio para terminar de filmar su película. Les llamó a Esther y Robert, esa noche... algo tarde.
Candy estaba haciendo sus rondas en el hospital, cuando escuchó la noticia en la televisión del cuarto de un paciente.
- "El terremoto que sacudió Los Angeles, tuvo una magnitud de 8.0 en la escala de Richter. Muchas casas y edificios se destruyeron. Los caminos se partieron en dos y hay muchas muertos, heridos y desaparecidos..."
Candy sintió que el mundo se le venía encima! Terry! Tuvo un mal presentimiento.
La ayuda iba en camino a Los Angeles, llegando de todo el país para apoyar a aquellos necesitados. Candy fue seleccionada entre los doctores enviados para ayudar a la gente. Iba a aprovecharse de la situación, para asegurarse de que Terry estaba bien. Tenía que estar bien! Estaban muy cerca de alcanzar su meta. Candy le llamó a Albert, para pedirle un gran favor.
- Candy? Hola...
- Sr. Albert, necesito tu ayuda.
- Lo que necesites Candy... puedes contar conmigo.
- Necesito ayuda para ira a Los Angeles para salvar y buscar personas.
- Ok, voy contigo, quiero ayudar también... me haré cargo de todo.
- Gracias Sr. Albert.
Candy llamó a sus papás
- Candy, hola mi amor... cómo estás? Preguntó Melissa.
- Voy a ir a Los Angeles...
- Estaba a punto de llamarte, tu papá y yo vamos a ir también.
- Oh... maravilloso, vamos a viajar juntos... y los niños?
- Tengo una niñera que los cuidará por pocos días...
- Está perfecto... te veo luego mami...
Candy fue a Los Angeles con otros voluntarios, sus papás y Albert. Flammy estaba entre los voluntarios y veía a Candy con nuevos ojos...
- "Está llevando a sus papás con ella para ayudar a los necesitados... no debe ser tan mala... tal vez la juzgué porque era rica y tuvo todo fácilmente y yo no..."
Encontraron la ciudad transformada en un lugar de construcción. Como no sabían si iba a haber otro temblor o réplica, el hospital sólo recibía a los heridos de gravedad pero aún así estaba casi lleno. Había algunas tiendas de campaña afuera, para atender a los demás heridos. Era todo un caos. El temblor fue a las 9:11 de la mañana, los niños estaban en la escuela, los padres en el trabajo. Todos fueron a las escuelas a ver a sus hijos. Los esposos y sus mujeres trataban de localizarse por teléfono, sin éxito alguno. Todo mundo quería que atendieran a aquellos que amaban.
Candy fue con su equipo a atender a los necesitados. Encontraron gente atrapada en elevadores, entre dos pisos, algunos entre los escombros, heridos no graves y de gravedad. Pasaron por una escuela primaria y vieron padres buscando a sus hijos, llenos de pánico. Candy vio a una pequeña niña de dos o tres años de edad; tenía cabello café y ojos azules... era adorable... estaba llorando y entre el pánico general, nadie le prestaba atención. Candy se acercó a ella.
- Hola... por qué estás llorando? Te duele algo?
- Quiero a mi papito! Dijo gritando y llorando al mismo tiempo... quiero a mi papi!
Candy estaba un poco sorprendida. Generalmente los niños lloran por sus mamás... pero tal vez era un padre soltero o viudo.
- Oooohhh... todo va a estar bien, dijo Candy cargándola, te voy a ayudar a encontrar a tu papi... cómo te llamas?
- Ena...
- Ok, Ena... deja de llorar... ven conmigo, yo me llamo Candy.
- Hola Andy.
Los demás miembros del equipo se aseguraron que todos estuvieran bien y que no hubiera nadie atrapado entre los escombros. Candy llevó a la pequeña con ella. Había una tienda de campaña afuera, con todos los niños. Candy dejó a la pequeña Ena ahí, en la tienda de los niños. Ena no quería dejar ir a Candy... estaba traumada después de ver todo moviéndose violentamente y a los adultos que generalmente están calmados, gritando de pavor.
- No, no dejes Ena, Andy...
- Mira Ena, puedes jugar, hay algunos juguetes, y otros niños... volveré y te veré después... haz esto por mí, ok?
- Key, dijo la pequeña.
Candy la besó y la abrazó... luego salió para buscar a más personas necesitadas.
- "Terry, dijo dentro de sí... dime dónde estás. Dios mío, por favor, llévame a donde esté... te lo suplico."
Se repetía esa pequeña oración desde que había llegado a Los Angeles.
Luego de salvar a mucha gente, estaba descansando un poco y fue a ver a Ena. Nadie había ido por ella todavía... estaba prácticamente sola. Hubo otro temblor, y toda la gente comenzó a gritar de nuevo. La pequeña Ena brincó a los brazos de Candy, temblando del miedo. Candy la abrazó y la consoló... todo se empezó a caer alrededor de ellos... algunos edificios se terminaron de destruir.
Candy tenía que ir a buscar más gente en peligro, pero no quería dejar a Ena, asustada, como estaba. La llevó consigo. Albert, quien iba con ella esta vez, le dijo que era peligroso traer a una niña pequeña.
- Sr. Albert, la ciudad completa es zona de peligro... prefiero traerla conmigo.
- Ok, tienes razón, vamos!
Salieron con una camioneta pick up y encontraron gente que necesitaba ayuda. La camioneta donde iba Candy, tenía una llanta ponchada. Las otras camionetas se detuvieron para ayudarles a cambiar la llanta. Candy estaba caminando alrededor con Ena, para estirar un poco las piernas. Todavía no tenía noticias de Terry. Estaba tratando de llamar a su departamento, pero el teléfono estaba fuera de servicio, como esperaba... y no había respuesta en su celular. Mientras estaba caminando, vio un carro atascado en medio del camino abierto. Fue a ver si alguien estaba ahí.
- Hola... holaaa... hay alguien ahí?
No hubo respuesta, pero ella podía ver una silueta dentro. Fue a pedir ayuda y Albert fue con algunas cuerdas y otra camioneta para ayudar a sacar el carro. Sacaron a la persona que estaba adentro.
Candy estaba esperando cerca de las camionetas y otros doctores que ayudarían si era necesario. Albert llegó primero, con una expresión de gravedad.-
- Sr. Albert? La persona está muerta?
- No Candy, pero...
- Qué?
Los demás llegaron con el herido en una cuerda. Estaba inconsciente... tenía sangre en la cabeza. El corazón de Candy saltó de un solo golpe.
- Terry! Dijo Candy... gracias Dios mío!
- Papito! Dijo Ena.
Los otros doctores se apresuraron para darle los primeros auxilios. Candy estaba muy aturdida para hacer algo. Ena estaba aún en sus brazos. Candy no la escuchó la primera vez.
- Andy, Andy, papi, papi, repetía señalando a Terry.
- Papi? Dijo Candy... Serena?
- Si!
- Oh Dios mío!
Terry y la hija de Susana! Candy la abrazó. Otra mujer habría sido hostil luego de enterarse de que estaba cuidando a la causante de su separación con Terry... pero no Candy. Serena era un pequeño ángel inocente, que no le pedía nada a nadie, era adorable. Subieron a la pick up para regresar a las tiendas de campaña. Terry aún estaba inconsciente. Serena estaba acostada con él.
- Papi, párate, despierta!
Terry fue transferido al hospital para una cirugía de emergencia. Tenía hemorragia interna. Fue operado para parar el sangrado. Repararon su bazo, afortunadamente, porque al principio los doctores temían que tendrían que quitarlo por completo. Pero no era el caso... sin embargo, perdió mucha sangre durante la operación, y después del terremoto, había escasez de sangre.
- Puedo donar mi sangre, dijo Candy, soy del grupo "O", donadora universal.
- También él, pero vamos a tratar con una auto-transfusión.
Y así lo hicieron. Terry tuvo una transfusión de su propia sangre. Era un poco menos conveniente, pero era más seguro en ese caso, donde se podían cometer muchos errores.
Terry estaba en el cuarto, con otros heridos de gravedad... Candy se quedó a su lado, con Serena. Lo dejaron para ir a comer algo. La ayuda humanitaria había partido con muchos alimentos. Comieron rápido y regresaron al lado de Terry para continuar leyéndole y contándole historias. Serena se quedó dormida al lado de Terry. Candy comenzó a hablarle al oído a Terry.
- Me siento mejor, ahora que sé que estás bien Romeo. Voy a regresar a Chicago a esperarte. Te amo Romeo, te amo tanto... he conocido a Serena; es adorable. Pasamos un buen tiempo juntas. Annie va a tener un bebé, está muy feliz. El Sr. Albert viene conmigo. Vino a ayudar a los necesitados... despierta pronto, Romeo.
Candy continuó hablándole por un rato, hasta que se quedó dormida en una silla al lado de la cama y puso su cabeza en la almohada, cerca de él. Melissa, quien iba pasando, vio la escena y sacudió la cabeza. Candy despertó con un dolor en el cuello. Vio a su madre mirándola.
- Mami...
- Estás bien, cariño? Dijo Melissa acercándose.
- Sí y tú?
- Tengo muchas historias para mi artículo... y tú?
- Terry estaba herido de gravedad, tuvieron que operarlo.
- Lo sé...
- Y Serena, la encontré en su escuela, nadie la estaba cuidando... y entonces, cuando encontré a Terry, ella lo llamó "Papi".
- Oh... y eso no te molestó?
- No... es un angelito, es adorable.
Melissa sonrió, Candy era realmente una buena mujer... pero, dónde estaba Susana?
- Estoy orgullosa de ti, cariño... sabes dónde está su madre?
- No lo sé... debe estar atorada en algún lugar...
- El reflejo de todo padre es buscar a sus hijos...
- Mami.. sé linda con ella en tu artículo...
- Ser linda con quién?
Comenzaron a reír... Phillipe llegó a ver cómo estaban.
- Papi, dijo Candy abrazándolo... las operaciones de rescate...
- Van bien... estoy descansando un poco. Cómo está tu enamorado?
- Bien... No ha recuperado la conciencia todavía.
- Tienes a su hija...
- La encontré de casualidad...
- No es muy buena? Dijo Melissa.
- Es la bondad encarnada... vamos a dejarte para no despertar a la pequeña. Te vemos después...
- Nos vemos, dijo Melissa...
- Adiós, dijo Candy.
Candy se quedó con Terry y se quedó dormida de nuevo. Escuchó ruidos en el cuarto, abrió sus ojos y vio a Eleonor Baker observándolos. Tenía una venda en la frente.
- Sra. Baker... dijo Candy.
- Candy, cómo está?
- Todavía está inconsciente... pero la operación fue todo un éxito.
- Que bueno... cómo está Serena?
- La encontré de casualidad en una escuela... hasta que encontré a Terry, no sabía que era su hija...
- Dónde está Susana? Dijo Eleonor... Debería estar aquí para cuidar de su hija y Terry.
- No me molesta...
- Gracias Candy. Otra no habría hecho lo que tú has hecho... tengo que ayudar en la cocina con los niños. Cuida bien a mi hijo y mi nieta.
- Ok, dijo Candy sonriendo.
Candy se despertó al día siguiente con dolor de cuello. Terry aún estaba dormido. Serena se despertó, Candy la limpio y fueron a comer algo. Se encontraron con sus papás y Eleonor. Todos comieron bajo la casa de campaña, felices de despertar un día más.
- Abuela, dijo Serena cuando vio a Eleonor.
- Serena! Cómo estás cariño?
- Bien! Andy linda...
- Sí, ella es realmente linda, dijo Eleonor.
- Papi dormido...
- Va a despertar cariño.
Candy, Serena y Eleonor fueron al lado de Terry. Melissa fue a ayudar a los niños huérfanos, abandonados o aquellos que tenían heridos a sus padres. Phillipe fue a otra misión de rescate.
Al lado de Terry, aún inconsciente, un doctor y una enfermera estaban examinándolo.
- Papito todavía dormido, dijo Serena.
- Sí, papi está durmiendo, dijo Candy, pero podemos seguir hablándole para que él pueda despertar, sale?
- Tale...
Tomó algunos libros con cuentos para niños y comenzó a leer haciendo los gestos y las voces de los personajes. Se estaban divirtiendo mucho y se estaban riendo, platicando con Terry, como si él pudiera escucharlas y contestarles. La escena era una linda vista... Candy, Serena y Eleonor...
Susana finalmente llegó y esa fue la escena que vio. Candy, Serena, su hija, Terry dormido y su mamá. Sintió una espada en el corazón. Esa era la escena que ahora vería si Terry la dejaba. Terry estaba dormido, nadie sabía que habían terminado, ni siquiera su madre, así que...
- Perdón, dijo entrando al cuarto... Candy, me puedes regresar a mi familia? Ladrona!
Candy y Eleonor voltearon sorprendidas.
- Susana, dónde estabas? Preguntó Eleonor.
- Por favor, no frente a la pequeña, dijo Candy.
- Mami! Dijo Serena.
- Estás bien, mi amor? Preguntó Susana.
- Si, Andy, abue... lindas.
Candy sacó a Susana del cuarto. Eleonor se quedó con Serena.
- Qué demonios te pasa? Terry necesita descansar y Serena no necesita toda esta hostilidad... dijo Candy.
- Cómo te atreves a hablar de mi familia? Eres una ladrona! Es MI familia!
- Encontré a tu hija llorando sola cerca de la guardería, entre el pánico de la gente... todos fueron a recoger a sus niños, nadie la estaba buscando a ella. Fue hasta que encontré a Terry cuando ella me dijo que era su padre. Cuidé de ella y no tienes que agradecerme. Si yo fuera tú, sería más cuidadosa de saber a quién le llamo ladrona... Yo nunca he drogado al prometido de otra para dormir con él y quedar embarazada. Mirate en el espejo y encontrarás a la ladrona... Tengo otros pacientes que ver...
Iba saliendo, cuando escuchó:
- Andy, vienes?
Era Serena llamándola para que regresara al cuarto. Fue a la recámara, se agachó frente a Serena y le dijo:
- Cariño, tengo que cuidar a otros enfermos, quédate con tu papi. Sigue contándole historias y va a despertar, ok? Quédate con tu mami.
Candy la besó y la abrazó. Susana estaba viendo la escena con el corazón roto. Ella nunca se acercó a su hija. La nana la conocía mejor que ella... y Terry siempre la llevaba a todas partes sin preocuparse por los inconvenientes. Candy, en un día, se había acercado más a su hija de lo que ella lo estaba. Susana entró al cuarto.
- Abuela tiene que ir a ayudar a otros pequeños, ok? Dijo Eleonor a Serena.
- key, adiós...
- Bye, dijo Eleonor.
Candy salió del cuarto y Eleonor jaló a Susana del brazo, fuera del cuarto.
- Dónde estabas? Preguntó de nuevo Eleonor.
- Con mis padres...
- Son muy suertudos de tener toda tu atención... ni siquiera te preocupaste por tu hija?
- Terry estaba ahí...
- Terry está algo grave, no piensas eso? Debiste agradecer a Candy por cuidar a Serena... otra mujer la habría ignorado... Ahí te dejamos con TU familia. Me tengo que ir a hacer trabajo voluntario.
- No es nada contra ti, Eleonor, pero sí contra Candy... dijo Susana...
- Te repito, debiste agradecerle a Candy por cuidar de Serena... la hija de su rival... te veo después.
Eleonor también salió. Susana regresó al cuarto.
- Mami... la llamó Serena.
- Si, dijo Susana, cargándola por primera vez, desde que llegó.
- Papi dormido...
- Si, papi está dormido, Serena.
Terry comenzó a moverse, movió su cabeza... la sentía pesada, muy pesada. Trató de abrir sus ojos, pero no podía. Escuchó la voz de Candy.
- "Romeo, despierta... Romeo..."
Abrió sus ojos con dificultad, por los sedantes...
- Candy, dijo suavemente.
Susana sintió que le atravesaban el corazón con una espada. El nunca se olvidó de ella.
- Papi, dijo Serena.
- Serena, dijo él sonriendo.
Susana la puso en la cama y ella brincó al cuello de su papá.
- Con cuidado, dijo Susana... vas a lastimar a tu papá.
- No, estoy bien, dijo Terry; escuché la voz de Candy.
- Ella no está aquí, dijo Susana rápidamente.
- Andy se fue, papi. Va a regresar, dijo Serena.
Susana no pudo evitar que su hija hablara...
- Oh, dijo Terry, estuvo aquí?
- Sí, dijo Serena... me encontró, Andy linda.
Terry miró a Susana, quien volteó la mirada hacia abajo.
- Candy encontró a Serena? Dónde estabas, Susana?
- En casa de mis papás... no sabía qué hacer.
- El instinto de un padre es ir a ver cómo están sus hijos... Susana.
- No soy una buena madre, lo sé.
Terry comenzó a hablar con Serena. Susana se sintió ignorada. Usó su embarazo para atrapar a Terry, pero nunca supo cómo acercarse a su hija. La quería, pero la nana y Terry cuidaban de ella. Susana y su madre nunca se habían acercado, sus nanas cuidaban de ella... apenas veía a su madre. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba haciendo lo mismo con Serena. Ahora era demasiado tarde, iba a dejar a Terry, porque no quería, de ninguna manera que la prensa supiera lo que había hecho para atrapar a Terry.
Candy siguió ayudando a la gente necesitada y a los damnificados, con Albert. Iba a ver a Terry sólo cuando estaba dormido, en la noche. Durante el día, Susana y Serena estaban ahí, por lo que Candy quería evitar confrontaciones.
