Diclaimer: obviamente los personajes no me pertenecen, son de JK y aunque ya me harte de pedírselos como regalo de Navidad, no cambia de opinión… si alguien me da a Harry, Sirius o James, le estaré eternamente agradecida

Advertencia: En este fic pueden llegar a suceder algunas escenas lemon, léanlo bajo su responsabilidad, Okis?

Síntesis: El agente Potter sé encontró casualmente a una mujer herida, medio ahogada e inconsciente, que al parecer se llamaba Hermione y había perdido la memoria. Él dudaba de la veracidad de la historia de esa mujer… pero algo en su interior le decía que aunque ella no era peligrosa, no podía dejar de desconfiar… más que nada porque estaba haciendo que todo a su alrededor fuera un torbellino de dudas que no sabia como manejar…

"Amor de Medianoche"

Por Lady Verónica Black.

(Reeditado)

Capítulo Dos

Un terrible dolor de cabeza la despertó. Intentó levantarse, pero ello no hizo más que empeorar la situación. "Quédate quieta", se dijo a sí misma sin comprender aun el origen del dolor, pero muy conciente de la sensación. Conteniendo el aliento, espero a que pasara.

El doloroso martilleo que sentía en la cabeza se fue atenuando, y al final reino el silencio. No, pensó, el silencio no era absoluto. Podía escuchar el repiqueteo de la lluvia, el ulular del viento, y una respiración. El sonido de una profunda y acompasada respiración.

¿Quién más estaba respirando? Lucho contra el irrazonable pánico que de pronto la había asaltado. "Quédate tranquila" , se repitió una y otra vez hasta que su corazón recupero su ritmo normal. La lógica le decía que el control sobre sí misma era importante, y la compostura esencial.

Estaba tumbada de espaldas sobre un colchón mullido y tenia la cabeza apoyada en una almohada suave. Al mover los dedos sintió la calidez de la manta que la tapaba. "Estoy acostada en una cama que no es la mía" , pensó ligeramente asustada.

El olor a leña ardiendo parecía rodearla. ¿El bosque, las montañas? Lento, cautelosamente, abrió los ojos. Fue como mirar por una lente desenfocada. Vio formas y colores, pero todo estaba difuminado. Parpadeó varias veces, esperando que las imágenes ganaran nitidez.

Veía las vigas del techo. Las paredes eran simples troncos. ¿Una cabaña? Giro unos centímetros el cuello hacia su izquierda, había una pequeña lámpara encendida sobre una cómoda de madera que llenaba la habitación de una tenue luz amarilla. Más halla de la cómoda, la lluvia repiqueteaba contra el cristal de una ventana. Afuera estaba muy oscuro. Se estremeció involuntariamente y volvió a cerrar los ojos, sin comprender el origen del intenso y súbito terror que se había apoderado de ella.

De nuevo escucho el sonido de una respiración, lenta, profunda y firme. Abrió los ojos y miró a su derecha. Había un hombre sentado en una silla junto a la cama. Como tenia la cabeza baja no podía verle el rostro ya que las sombras de la habitación se lo impedían, pero su cabello era negro como el cielo que veía tras la ventana, era bastante delgado pero la longitud de sus hombros eran el doble de los suyos. Llevaba una camisa negra y unos jeans desteñidos. Y gracias a Dios estaba profundamente dormido.

Intento sentarse, pero al hacerlo la cabeza le dolió como si le hubieran dado un martillazo. Inspiro profundamente, esperando que el dolor pasara. "Una cama extraña. Un lugar extraño. Un hombre extraño...", pensaba.

Abrió de nuevo los ojos, y en esa ocasión sé encontró con que el desconocido la estaba mirando fijamente. Con el aliento contenido vio que las sombras medio oscurecían su rostro, asemejándolo a una máscara, parecía un fantasma. No decía nada, simplemente la miraba con una expresión tan oscura como su cabello. De repente tuvo la sensación de que estaba a punto de arrancarse la máscara para revelar un horrible rostro desfigurado. Un grito fue subiendo por su garganta, pero ni siquiera tenia fuerzas para emitirlo. Se le aceleró el corazón al ver que se levantaba y se acercaba a ella.

Pero aparte de una cicatriz sobre su ceja izquierda, descubrió aliviada que su rostro no estaba en absoluto desfigurado. De hecho, era muy atractivo, de una belleza dura y oscura. El desconocido se irguió y la joven levanto la mirada hacia él observando que era muy alto, demasiado para su gusto, ya que detestaba que la intimidaran de esa manera con su estatura.

-"¿Qué tal el dolor de cabeza? ¿Mejor?" –le preguntó.

Su voz era grave, profunda. La había oído antes en alguna parte, pero la cabeza le dolía demasiado para pensar en ello.

-"¿Quién...?"

Sentía la garganta como si fuera papel de lija. El hombre se sentó a su lado y le deslizo una mano por el cuello, se poso en la nuca, y luego le levanto con cuidado la cabeza al tiempo que le acercaba un vaso de agua a los labios. El liquido hizo desaparecer la aspereza de su garganta instantáneamente.

-"¿Quién es usted?" –consiguió preguntar. Ya podía ver mejor, y el doloroso latido que sentía en el cerebro se había atenuado-. "¿Dónde estoy?"

-"No puedo creerlo, Hermione... ¿porqué después de pasar tanto tiempo juntos y de significar tanto el uno para el otro me preguntas eso?"

Confundida lo miro fijamente. ¿Era sarcasmo lo que creía detectar en su voz?

-"¿Por qué... por qué me llamas Hermione?"

-"¿Y cómo debería llamarte?" –inquirió él, arqueando una ceja.

Abrió la boca, pero no pudo hablar. El latido que atormentaba su cerebro incrementó otra vez el ritmo. ¿Quién era ella? ¿Cómo se llamaba?

-"No... no lo sé" –dijo con voz débil. El dolor de cabeza por momentos era insoportable.

-"¿No sabes cuál es tu nombre?"

-"No" –cerró los ojos para resistir aquel horrible dolor.

El desconocido se levanto de la cama, y la joven abrió de nuevo los ojos al darse cuenta de que se estaba acostando a su lado. Fue entonces cuando descubrió que solo llevaba puesta una camisa de algodón blanca y demasiado grande para ella, además de ropa interior térmica de hombre.

-"¿Qué estas haciendo?" –le preguntó, esforzándose por apartarse.

-"Te estoy refrescando la memoria, cariño" –le respondió mientras deslizaba un brazo por su cintura-. "¿No te resulta esto familiar?" –le puso una mano en la cadera y se la acaricio suavemente con la yema de los dedos.

-"¡No!" –grito, apartándole la mano.

-"Soy yo Hermione.." –el hombre se incorporo sobre un codo y la miró fijamente-, "...Harry. Por fuerza tienes que acordarte de tu marido."

"¿Mi marido?" , se preguntó ella abriendo mucho los ojos.

-"No puedes ser mí... no puedo ser tu... yo eh..." -se mordió el labio inferior contrariada. ¿Cómo era posible que no supiera su nombre, ni reconociera a su esposo?-. "No es posible..." -murmuro -. "Yo... yo no me acuerdo de ti... ni de mí... yo..."

Él la miró por un momento a los ojos, y la joven sintió como si la hubiera atravesado hasta el alma con aquella mirada, desentrañando sus más oscuros y profundos secretos. Secretos que ni ella misma conocía o... recordaba.

-"¿Recuerdas esto?" –le preguntó mientras le acariciaba delicadamente el brazo, ascendiendo lentamente hasta su cuello, logrando que su corazón se acelerara-. "¿Y esto...?"

Bajo la mano para desabrocharle muy lentamente el primer botón de la camisa, todo sin dejar de mirarla a los ojos, mientras con los nudillos rozo suavemente su esternón. Tensa, Hermione podía sentir como todos sus sentidos se agudizaban... además un sentimiento extraño la invadía, una mezcla de vergüenza y... ¿placer?

No, no lo recordaba, no le resultaba para nada familiar aquel toque. Como no podía hablar solo pudo negar con la cabeza. El hombre se detuvo y la miro durante largo rato a los ojos, luego volvió a abrocharle el botón y se aparto un poco. Con una actitud reacia, según advirtió ella.

-"No entiendo nada..." –murmuró-. "¿Qué me ha pasado?"

-"Te golpeaste la cabeza" –respondió él-. "Estabas ... tirada halla afuera, en medio de la tormenta."

La tormenta. Miró hacia la ventana, seguía lloviendo copiosamente. "Estaba cayendo... cayendo. El agua del río, el frío..." , pensaba. Se sentó rápidamente en un impulso que no pudo reprimir, cerro los ojos al sentir una nueva punzada de dolor en la cabeza.

-"Vuelve a recostarte" –le dijo él suavemente, tirando de su hombro-. "Dale..."

Harry tomó algo de la mesa de noche que estaba al lado de la cama y se lo metió en la boca. Era una aspirina. La trataba con mucha delicadeza, y la joven no se resistió cuando le acercó el vaso de agua a los labios.

-"Y ahora descansa" –le recomendó antes de levantarse de la cama.

Estuvo a punto de pedirle que se quedara con ella; sintió miedo y frió cuando se quedo sola. Y mientras la aspirina que había tomado empezaba a producir su efecto, se quedo dormida con una extraña imagen en la cabeza: La de ella misma, sin ropa y totalmente desnuda, contra la piel húmeda de Harry.

Mientras preparaba café. Harry echó un vistazo al cielo por la ventana de la cocina, era tan negro como la noche a pesar de ser ya las diez de la mañana, a lo lejos estaba adquiriendo un ligero tono gris ceniciento. La lluvia seguía cayendo, pero no con tanta intensidad como la noche anterior. La tormenta se había desviado hacia el norte y no se oía más que el lejano eco de algún trueno. Pero él sabía por experiencia que no se había ido del todo. Antes de que terminara ese día indudablemente estallaría de nuevo con más fuerza aun.

Pero también antes de que terminara ese día intentaría conseguir algunas respuestas. "Hermione", pronunció en silencio mientras miraba la pared que separaba la cocina del dormitorio. Ni siquiera estaba seguro que fuera su nombre, pero tendría que conformarse con ese por ahora.

Oyó que alguien arañaba la puerta trasera, seguramente era Wolf, abrió para dejarlo entrar. Empapado como estaba se sacudió antes de atravesar la cocina dirigiéndose al salón, y Harry contempló con el ceño fruncido las huellas de barro que iba dejando en el piso de madera que tanto le había costado limpiar la semana anterior. Wolf y el habían llegado a un perfecto entendimiento, Harry le daba de comer, y el animal a cambió ahuyentaba a los visitantes indeseados, fueran humanos o no. Al menos, así había sido hasta la noche anterior.

Con un suspiro de cansancio se sirvió una taza de café y se sentó en la mesa de la cocina. ¿Qué era lo que sabía sobre aquella mujer? Tendría unos veintitrés años, uno sesenta de estatura, quizás pesaba unos cincuenta kilos, pelo castaño claro ondulado hasta los hombros, ojos como la miel... recordó la primera reacción al ver aquellos ojos, luego frunciendo el ceño siguió con su análisis. Señas de identidad: una pequeña cicatriz en el codo derecho, y un lunar en el muslo izquierdo en forma de corazón. Harry sonrió, era un muslo muy bonito, por cierto, pero dudaba que a ella le importase su opinión. No iba equipada para una caminata en las montañas, no llevaba documento alguno ni alianza. Tenia las manos y las piernas llenas de arañazos, algunos pequeños moretones en las costillas, y un pequeño corte bajo el oído izquierdo. Ahhh... y un dato muy importante, parecía que la chica tenia amnesia.

Se inclinó hacia atrás en la silla y bebió un largo trago de café. Se había inventado aquella historia de que era su marido para meterse en la cama con ella y ponerla nerviosa, de esa forma ella escupiría la verdad. Pero la inocencia y vergüenza que había visto en sus ojos cuando se recostó a su lado fue peor que un puñetazo en la boca del estomago.

Era cierto que había carecido de compañía femenina por un largo tiempo, pero no recordaba haber visto nunca una mirada tan ingenua y dulce en una mujer. Ninguna lo había mirado a los ojos con esa sinceridad, o lo había hecho sentir como un completo infeliz por solo rozarla. Había pasado el resto de la noche en el sofá, despertándose a menudo para intentar escuchar en vano algún sonido procedente del dormitorio.

Si nadie la había enviado para localizarlo, ¿entonces, quién diablos era esa mujer? Las mujeres bonitas no suelen llover del cielo. Estaba a más de kilómetro y medio de la carretera principal, y la cabaña de alquiler más próxima se encontraba a más de dos. No podía llegar hasta allí a pie, no con aquella tormenta. Debía de tener un coche en alguna parte, o debía de haber estado con alguien que si tenía uno.

"Por favor, no dejes que me encuentren", le había suplicado. Que no la dejasen que la encontrasen... ¿quiénes? ¿Y porqué le había rogado que no llamara a la policía, ni a un médico? Harry miro con los ojos entrecerrados el humo que despedía su taza de café. Si lo estaba engañando, aquella mujer estaba haciendo un trabajo magnifico.

Lo cual le daba una muy buena razón para no confiar en ella. Decidió volver más tarde al riachuelo, cuando amainara, para revisar la zona en busca de algún dato que le fuera útil. Sin embargo, en ese mismo momento tenía muchas preguntas que hacerle a aquella mujer, y muy poca paciencia. Y era hora de que la Bella Durmiente se valla despertando para su interrogatorio. Se levanto lentamente para dirigirse al dormitorio.

Pero el grito de terror de esa mujer lo detuvo a medio camino...

Continuara...

Nota de la Autora:

Bueno, segundo capítulo listo. No se si habrán dado cuenta de que va a ir la historia, pero creo que con este chap firme mi tumba. Aviso que por si no se habrán dado cuenta esto es un AU (universo alterno) así que olvídense de Hogwarts, magia, Voldemort y más que nada, Harry y Hermione ni se conocen, ambos son personas comunes con una vida normal... (bueh casi normal pq en el lió que los estoy metiendo no pasa en una vida "normal"), ellos solo se conocen por las casualidad del destino, no se si se habrán dado cuenta pero solo avisaba.

Ahora las gracias a todos los que me escribieron un review!

Ahhh:Estoy de acuerdo contigo, este fic es extraño, pero espero que no por eso deje de gustarte. Adiosito!

Anwy-potter: Gracias por el review! Acá esta el segundo capítulo, espero que te guste! Nos vemos, suerte!

Lilyem: me honra saber q con mi fic hiciste una excepción y me escribiste un review, gracias! Te explico no es que Harry no reconociera a Hermione, es que él no la conoce en este fic, y sobre lo de si él es un tipo de agente del FBI... pues si te lo digo te revelaría uno de los secretos del fic, pero si tiene algo que ver con él el FBI. Espero tu opinión de este capi. Bye!

Naru: si te digiera pq estaba tirada Hermione en medio de la nieve se acaba el fic, pero en el prox capitulo tal vez logres deducir un poco más el pq. Gracias por tu review, espero tener más comentarios tuyos, chau!

Paige Black: Bueno, acá esta el nuevo capitulo, espero q te halla parecido igual de interesante y me alegro q pienses q escribo bien. Espero saber d e ti en este capi tb. Adiós!

Pablo5280: mmmm que te puedo decir a vos? Primero gracias por haber leído esto, y si admito q la razón por lo que lo publique es para q después no me digas q no hago fics de Harry Potter, y te aviso que la idea de que el fic se atan raro es culpa tuya, tanta película de acción me esta afectando... Nos vemos chuchi, y muchas gracias!

Bueno nos vemos en el próximo capitulo, besos y cuídense mucho!

Att. Lady Verónica Black.

PD: Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Sirius Black; Los hombres más tiernos y sexys que hay!"

¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS...!