Diclaimer: obviamente los personajes no me pertenecen, son de JK y aunque ya me harte de pedírselos como regalo de Navidad, no cambia de opinión… si alguien me da a Harry, Sirius o James, le estaré eternamente agradecida

Advertencia: En este fic pueden llegar a suceder algunas escenas lemon, léanlo bajo su responsabilidad, Okis?

Síntesis: El agente Potter sé encontró casualmente a una mujer herida, medio ahogada e inconsciente, que al parecer se llamaba Hermione y había perdido la memoria. Él dudaba de la veracidad de la historia de esa mujer… pero algo en su interior le decía que aunque ella no era peligrosa, no podía dejar de desconfiar… más que nada porque estaba haciendo que todo a su alrededor fuera un torbellino de dudas que no sabia como manejar…

"Amor de Medianoche"

Por Lady Verónica Black.

(Reeditado)

Capítulo Tres

Hermione se cubrió la cabeza con las mantas, encogiéndose sobre su estómago. Cuando sintió hundirse el colchón a un lado, gritó de nuevo presa del pánico.

-"¡Hermione!" –exclamo Harry, agarrándola de los hombros-. "¿Qué es lo que te pasa?"

-"¡Un animal!" –respondió-. "¡Hay un animal salvaje en tu dormitorio!"

La castaña desde debajo de las mantas se sorprendió al escuchar una risa ahogada.

-"Es Wolf…"

-"¡Un lobo!" –exclamo la joven apretándose contra él -. "¡Dispárale! ¡Dispárale!"

-"Sal de ahí abajo, por favor" –le pidió él.

"¿Para qué me como viva? ¿Esta loco?", pensó la joven mientras agarraba las mantas con más fuerza, pero él se las arrebató de repente para echarlas a un lado. Hermione se quedó inmóvil, con los ojos cerrados, luego al oír ladrar a Wolf, se abalanzo gritando a Harry logrando que los dos fueron a dar al suelo.

-"¡Hermione! ¡Por el amor de Dios, basta!"

Al escuchar un gruñido animal muy amenazador muy cerca de su oído, Hermione se quedo completamente quieta, su corazón había dejado de latir, ni siquiera podía respirar. Y con Harry encima tampoco podía moverse. Lentamente abrió los ojos temiéndose encontrar al objeto de su miedo.

Y se lo encontró, muy cerca, con la mirada dorada de unos ojos de lobo. Con un gemido de angustia, Hermione volvió la cabeza. Sentía la frialdad del suelo de madera contra su mejilla. Harry la mantenía agarrada de las muñecas, sujetándoselas firmemente a los costados. Tenía la sensación de que iba a desvanecerse en cualquier momento. Escuchó ladrar de nuevo al animal, pero en esa ocasión el ladrido le pareció más lejano…

"¡No la dejes escapar, maldita sea! ¡Mátala si es preciso, pero no la dejes escapar! Mátala… mátala… mátala…"

-"Hermione..."

Oyó que alguien la llamaba suavemente. ¿Hermione? ¿Ese era su nombre? Aquel tipo, Harry, se lo había asegurado. Abrió los ojos lentamente.

-"Hermione" –la llamo de nuevo-, "este es Wolf. Y no te hará daño."

La joven volvió la cabeza lentamente hacia el animal, y vio que la observaba curioso. El pánico volvió a apoderarse de ella y forcejeo para liberarse del fuerte agarre de Harry.

-"No te hará daño" –le volvió a asegurar el moreno sujetándola con más fuerza-. "Wolf piensa que estamos jugando y quiere incorporarse al juego. Es como un niño grande."

-"¿Jugando?" –grazno-. "¿Un niño grande?"

-"Claro" –Harry le sonrió-. "Apenas es un poco más que un cachorro."

-"¿Un cachorro?" –Hermione vio recelosa al lobo que, con la lengua afuera, sacudía alegremente la cola-. "Eso es como decir que Moby Dick era un pececito."

Con un ladrido, Wolf se abalanzó hacia ella. Y Hermione ahogó el grito que iba a proferir cuando sintió la húmeda lengua del animal lamiéndole la mejilla.

-"¡Wolf!" –lo llamó Harry con tono severo-. "¡Atrás!"

Reacio, el animal retrocedió y se sentó sobre sus patas traseras. Aunque solo transcurrieron unos segundos, a Hermione le pareció que había tardado horas en recuperar el aliento.

-"¿Te encuentras bien?" –le preguntó Harry, mirándola con expresión preocupada.

La joven asintió lentamente. Y justo cuando logro tranquilizarse, empezó a ser intensamente conciente del cuerpo de ese hombre sobre el suyo. Sus sentidos se agudizaron con terrible precisión. Podía sentir cada músculo de aquel cuerpo, sus piernas apretadas contra las suyas, sus hombros, su pecho, su estomago, sus caderas, su …

Levanto la mirada hacia él, con los ojos muy abiertos. Harry la miraba a su vez con sus increíbles ojos verdes, pero con una mirada oscura y penetrante, con una intensidad que le aceleró el corazón y le encogió el estomago. Un ardiente calor emanaba de su piel, un calor que parecía quemarla hasta el alma.

"¿Mi marido?", pensó entonces, ¿Era posible que se hubiera olvidado de un hombre como aquél? Observo las facciones de su rostro, la fuerte línea de su mandíbula, sus mejillas con una ligera barba sin afeitar, sus labios finos y húmedos…

Sentía que la piel le ardía, y un agradable calor se extendió por todo su cuerpo. La tela de su camisa le parecía una prisión que no le permitía respirar con normalidad, y empezó a ser abrumadoramente conciente de su desnudez debajo de esa escasa ropa que llevaba. Ansiaba tocarlo, sentir aquella piel sobre la suya, y el simple pensamiento la hizo ruborizarse.

"¿Mi marido?", volvió a preguntarse. ¿Seria posible? ¿Podría una mujer como ella haberse casado con un hombre como aquel? Esa pregunta la confundía aun más, ni siquiera sabia que clase de mujer era ella misma. Pero sin duda el hombre que tenia encima era guapísimo, y si era su marido sin duda había tenido mucha suerte al casarse con él.

Harry siguió observándola, y Hermione podía ver en sus ojos la misma ferocidad que había visto en los del lobo. Por un momento pensó en utilizar la misma orden que había usado él con el animal, pero dudaba que diera algún resultado.

-"Harry" –susurró-, "déjame levantarme."

Él no se movió, al contrario, pareció como si no la hubiera escuchado. Hermione sentía su propio pulso latiendo con fuerza en su cuello, mientras una salvaje excitación parecía concentrarse en su vientre. Mirando a los ojos de ese hombre podía sentir la corriente de tensión que los rodeaba.

Ella no se sentía como sí él fuera su marido, no recordaba la sensación de estar en sus brazos, al contrario el más mínimo contacto entre sus cuerpos la ponía muy nerviosa y a la defensiva, como si fuera una experiencia nueva que no sabía como manejar. Era como si su cuerpo no reconociera al del hombre.

Su mirada paso rápidamente de pasión y deseo a una gran muestra de rabia y desprecio.

¿Sí era su marido por la miraba de esa forma? Supuestamente se amaban y él tendría que estar preocupado y mirándola con dulzura, no como si fuera una intrusa inoportuna. Pero… ¿y sí no lo era? ¿Y sí Harry Potter no era su marido? No sabía nada sobre ella misma, ni siquiera donde se encontraba, acaso la había engañado para… ¿Le habría echo creer que estaban casados para que ella no se resistiera cuando…?

No, no creía que fuera eso. Él hubiera dispuesto de todas las oportunidades del mundo si hubiera querido hacerle eso. Aunque todavía podía hacerlo. Ella se encontraba tan débil como un gatito, y Harry era un hombre grande y fuerte. Además un hombre como él no necesitaba engañar a las mujeres para llevárselas a la cama. Debía tener una larga lista de admiradoras a las cuales recurrir.

-"¿De verdad eres mi marido?" –le pregunto suavemente y con voz temblorosa.

Él le dirigió, si era posible, una mirada aun más penetrante. Lentamente él negó con la cabeza sin perder el contacto de sus ojos.

-"Pero… ¿Porqué… porqué me mentiste?" –le preguntó con una voz mucho más baja.

Harry entrecerró los ojos. En medio del tenso silencio que siguió, Hermione volvió a ver esa mirada de recelo en sus ojos verdes, y en su ceño sombrío. Y entonces se dio cuenta de lo que pasaba...

Era él quien desconfiaba de ella.

-"Me estabas probando, ¿verdad?" –le preguntó-. "Creías que te estaba mintiendo cuando te dije que no sabía quien era."

Harry se levanto entonces del suelo y la miró duramente. Hermione no solo se sentía tan débil como un gatito, sino también igual de pequeña. Aquel hombre debía medir por lo menos un metro noventa. Había sentido ese cuerpo tan cerca del suyo, había sentidos sus músculos duros como la piedra. Todo en aquel hombre parecía oscuro y peligroso. Y poderoso, muy peligroso, y todo eso le era increíblemente excitante.

-"¿Por qué, Harry?" –le preguntó de nuevo-. "¿O ese no es realmente tu nombre?"

Él la miraba fríamente, como si no la escuchara.

-"Y mi nombre... ¿también lo inventaste?"

Se le acercó y pareció vacilar cuando ella se inquietó visiblemente, luego deslizo una mano bajo el cuello de su camisa, Hermione contuvo el aliento mientras sus dedos sacaban una cadena de dentro de su ropa, una cadena que no sabía que llevaba.

-"Llevas una placa de identificación" –le explico con una sonrisa sarcástica.

Cuando fue a tomar la cadena, su mano hizo contacto con la de Harry. Su piel era cálida y áspera, y la suya tibia y suave, una evidente evocación de su masculinidad contrarrestando con su feminidad. Una mujer sola, con un hombre al que apenas si conocía. Y encima un hombre increíblemente atractivo.

Miro el dije de la cadena y leyó el nombre grabado en letras doradas, Hermione.

Desesperada, deslizo una y otra vez los dedos por la inscripción intentando recordar algo, ¡algo! Pero como antes, al hacerlo solo logro incrementar el dolor de cabeza que la torturaba.

La habitación empezó a dar vueltas a su alrededor. Hermione se tambaleó ligeramente y sintió las manos de Harry sobre sus hombros mientras la tumbaba delicadamente en la cama. La almohada le acuno suavemente la cabeza, y el dolor empezó a cesar.

-"Necesitas descansar" –le dijo él al tiempo que se levantaba.

-"¡No!" –exclamo Hermione, poniéndole una mano en el brazo-. "Tengo que saber algo, todo lo que puedas contarme, cualquier cosa..."

-"Era casi medianoche" –con un suspiro, Harry volvió a sentarse en el borde de la cama-. "En contra de su costumbre Wolf se encontraba inquieto, agitado, como si intuyera que algo no iba bien, que algo extraño pasaba. Lo seguí hasta el riachuelo, que ahora mismo es un verdadero río, y literalmente tropecé con tu cuerpo."

Impresionada, Hermione miró al animal que se había tumbado satisfecho al lado de su cama.

-"¿Estaba sola? ¿Estaba sola en el medio de la noche, con es tormenta?" –se esforzaba por aclararse la mente, por intentar explicarse aunque fuera sólo un poco de lo que Harry le estaba contando-. "¿Porqué no me llevaste a un hospital o llamaste a la policía?"

-"Esa noche las calles no estaban transitables, era un total diluvio afuera. Subirme a un auto con ese clima hubiera sido un suicidio."

-"¿Y ahora?"

Harry la miró fijamente durante un largo rato, luego se levanto y se acerco a la ventana. La lluvia repiqueteaba contra los cristales, y un súbito relámpago ilumino su figura. El trueno no tardo en retumbar a lo lejos.

-"La noche anterior" –le dijo, volviéndose hacia ella-, "después de traerte a la cabaña, por unos momentos recuperaste la conciencia, y me suplicaste que no llamara a nadie."

-"¿Te lo suplique? ¿Porqué habría de hacer eso?"

-"Eso es algo que me gustaría saber."

"Allí esta otra vez su desconfianza y recelo", pensó confundida Hermione. ¿Pero porqué? Sí realmente no la conocía, ni ella a él, ¿Qué sentido tenían su desconfianza hacia ella?

-"Me suplicaste también, que no dejara que te encontraran" –explicó mientras se acercaba a ella, escrutando su rostro.

-"¿Quiénes?" –Hermione se presiono las sienes con los dedos en el momento que el dolor de cabeza volvió a azotarla.

-"Esperaba que vos pudieras contestarme eso" –repuso Harry con voz carente de emoción-. "Me dijiste: 'nada de médicos, nada de policía; no permitas que me encuentren'. Y no llevabas encima ningún documento de identidad."

¿Ella le había pedido que no llamara a nadie? Aquello no tenía ningún sentido para Hermione.

-"¿Es por eso por lo que no confías en mí, por eso no me crees? ¿Piensas que soy una delincuente que se ha fugado, y que anda huyendo de la ley?" –le preguntó incrédula.

-"Podrías ser cualquier cosa, querida" –repuso secamente Harry-. "Definitivamente estabas huyendo de algo o alguien esa noche."

Hermione se hubiera echado a reír si hubiera tenido fuerzas para ello. ¿Porqué habría ella de estar huyendo de alguien? Era ridículo. En ese momento volvió a asaltarle un insoportable dolor de cabeza.

Cuando pasó, sintió que Harry le levantaba con delicadeza la cabeza y le introducía una aspirina en la boca. No quería tragársela quería aclararse las ideas para poder pensar. ¿Pero qué podía conseguir luchando contra él? Harry tenía razón, necesitaba descansar. Podría pensar más tarde cuando se encontrara mejor. Seguramente para cuando despertara ya habría recuperado la memoria y podría llamar a alguien para que fuera a buscarla. Al cabo de una o dos horas, todas las piezas encajarían en su lugar.

"Podrías ser cualquier cosa" el recuerdo de las palabras de Harry le provocaron un estremecimiento. Después de acercarle un vaso de agua a los labios para que tragara la aspirina la ayudo a apoyar la cabeza en la almohada con exquisita delicadeza. Hermione sentía los párpados pesados y la cabeza palpitante, pero se obligo a abrir los ojos.

-"¿Harry?" –murmuró cuando él ya se disponía a marcharse.

-"¿Sí?"

-"Creo que me gustaban más las cosas cuando eras mi marido."

O o o o o O

Cuando terminó de sacar de las bolsas las cosas que acababa de comprar en el pueblo, Harry se dirigió al salón. El fuego que había encendido hace más de dos horas casi se había pagado, y la temperatura de la cabaña ya era bastante baja. Saltaron unas pequeñas chispas mientras metía más leños en la chimenea, y el fuego comenzaba a avivarse.

Después de que Hermione se quedo dormida la tormenta había amainado durante un rato y él había aprovechado para conducir hasta el pueblo, mientras todavía era posible transitar por las carreteras. Había hecho algunas investigaciones, como si se había producido algún accidente de montaña durante la tormenta, pero nadie había observado nada raro ni extraño. También se había acercado al sheriff para charlar un rato con él, y tampoco había conseguido averiguar algo. Después de haber comprado algunas cosas se había apresurado a volver a la cabaña justo a tiempo cuando se reanudara la tormenta. Wolf, que se había mantenido apostado a la puerta de la habitación de Hermione, acababa de marcharse con rumbo desconocido sin preocuparle la fuerte lluvia que caía afuera.

Harry echó otro leño al fuego y se limpió las manos en los vaqueros. No había esperado que nevara, pero si durante el siguiente par de horas seguía bajando la temperatura con la misma constancia, sin duda alguna esa noche se formaría una capa de hielo lo suficientemente gruesa como para patinar sobre ella. Frunció el ceño al darse cuenta que durante un día o dos podrían tener dificultades paras salir de la cabaña. Lo cual significaba que sería igual de difícil acceder a ella.

Harry contemplo las llamas con los ojos entrecerrados. "Por favor no dejes que me encuentren". Las palabras de Hermione y su tono desesperado resonaban una y otra vez en su cabeza. Había estado casi inconsciente cuando la rescato de la tormenta y la llevó a la cabaña. ¿Porqué debía de dar credibilidad a las incoherencias que, en aquel estado, había dicho esa mujer? Especialmente cuando se había golpeado la cabeza y había perdido la memoria.

Harry había aprendido a desconfiar de todo el mundo sin excepción. Y muy especialmente de las mujeres que aparecían en la orilla de los riachuelos de una montaña en medio de una tormenta… y muy cerca de la cabaña de un agente federal de muy alto rango, al que medio gobierno quería localizar para reincorporarlo al servicio, mientras que la otra mitad querían asesinarlo.

La agencia muy bien podía hacer ese tipo de cosas: enviar un agente para encontrarlo. Y no específicamente para llevarlo de vuelta, por supuesto. Aunque solo habían pasado seis meses, sabía muy bien que nadie podría llevarlo a la fuerza. Si ella era una agente, su deber consistía en evaluar la situación e informar, nada más.

Sonrió lentamente. Entre su intento de acostarse con ella y luego su revolcón en el suelo, Hermione tendría muchas cosas de que informar a sus superiores. Simplemente pensando en sus largas piernas y la suavidad de su piel había logrado excitarlo por completo. Y aquellos ojos… con un suspiro, recogió el atizador y lo clavó entre los leños. Simplemente no podía creer que aquella mujer que había rescatado de morir de frío en medio de la tormenta fuese una agente del gobierno. Siempre había tenido una asombrosa habilidad para detectar a otro agente, y no podía creer que su agencia podía haber caído tan bajo como para poner en peligro la vida de uno de los suyos.

Pero… ¿acaso no había sido ese mismo pensamiento el que había estado a punto de acabar con él siete meses atrás? Ese pensamiento había matado a Tom y su mujer, Jenny. Los agentes del grupo de Harry rara vez estaban casados o tenían familia. Ni siquiera tenían amigos. Era demasiado arriesgado. No solo porque el trabajo era peligroso, sino porque el riesgo a quedar expuesto al chantaje era muy alto. Y cuando algún agente entraba en su muy especializado departamento, ya nunca más volvía a salir. Si estabas casado o con hijos, ellos corrían el mismo o más riesgo que el agente mismo. Tom y Jenny, concientes de ellos, habían corrido el desafió. Y ni siquiera habían podido celebrar su primer aniversario de bodas.

La mano de Harry se tensó sobre el atizador mientras contemplaba fijamente el fuego. Todavía se despertaba por la noche con el sonido de la explosión, todavía ahora oía los gritos de Jenny…

Aquella operación había sido un completo desastre. Una vez que salió del hospital, Harry había buscado a todos y cada uno de los responsables y les había demostrado gráficamente su furia. Si no hubiera sido por Ron, y por la categoría que éste tenía en el departamento, en ese mismo momento estaría purgando su pena en la cárcel.

Ronald Weasly era la única persona en la que Harry tenía depositada su total confianza. La única persona a la que consideraba un amigo. Los dos habían entrado a la agencia en el mismo momento, hacia seis años, y los dos habían progresado rápidamente aunque en caminos diferentes, Ron había escogido puestos de logística y estrategia, mientras que él había preferido las misiones, la acción. Juntos habían ido y regresado del infierno decenas de veces, y se habían salvado la vida el uno a otro más de una vez.

Por eso mismo, cuando poco antes había ido al pueblo lo había llamado, quien a su vez le había asegurado que no había enviado a ningún agente en su búsqueda. Pero Harry sabía que existía la posibilidad de que otra persona lo hubiera hecho sin su consentimiento. Y también siempre existía la posibilidad aunque remota, de que Hermione trabajara en otro departamento o para un gobierno diferente. Harry tenía información de que muchos hombres y mujeres habrían sido capaces de matar por ello. Y si esa gente había averiguado que él se encontraba allí, tal vez habrían intentado contactarlo a través de una mujer.

De todas formas, pronto lo sabría. Le había enviado a Ron el vaso de agua en el que ella había bebido. Sus huellas dactilares revelarían la identidad de esa misteriosa mujer.

-"¿Harry?"

Al oír ese inesperado llamado se volvió rápidamente levantando el atizador, dispuesto a defenderse. Hermione lo miraba desde el umbral del dormitorio, con los ojos muy abiertos y agarrándose el cuello de la camisa que llevaba puesta. Murmurando una maldición en voz baja, Harry bajó lentamente su "arma".

El primer impulso de Hermione fue dar media vuelta y cerrar con llave la puerta, pero sus pies se negaban a moverse. Así que se tragó el nudo que sentía en la garganta y se quedo donde estaba.

-"Lo-lo… lo siento, no quería asustarte."

-"No deberías estar levantada" –dijo él, tenso.

-"Ya me siento mucho mejor."

Levemente atenuada por la luz del fuego de la chimenea la oscuridad invadía la habitación, las sombras bailaban en el rostro de Harry. Parecía fiero y peligroso. Peligroso más que nada.

Hermione se preguntó porque la miraría con tanta fijeza. No parecía mirarla a ella, sino dentro de ella. Como si supiera cosas que hasta ella misma ignoraba. Estuvo a punto de reírse ante la ironía de ese pensamiento, ya que la propia Hermione no sabía nada de sí misma. Al ver que Harry volví a colocar el atizador en su sitio, soltó el aliento que había estado conteniendo.

-"No quería molestarte" –dio un paso vacilante dentro de la habitación-. "Pensé que podría utilizar tu teléfono."

-"¿Para llamar a quien?" –le preguntó Harry arqueando una ceja.

-"A la policía, para empezar. Quizás alguien haya denunciado mi desaparición, o encontrado mi coche."

-"Recién acabo de volver del pueblo" –le informo, acercándose a ella-. "Nadie ha denunciado ninguna desaparición, ni encontrado tu auto."

-"Eso… eso no es posible" –susurró.

-"Al parecer, sí lo es."

La habitación empezó a dar vueltas a su alrededor y tuvo que retroceder hasta la puerta para agarrarse de algo y no caerse al piso, pero de repente se encontró en los brazos de Harry.

-"Estoy bien" –protestó-. "De verdad."

Harry la llevó cerca de la chimenea y la hizo sentarse en un sofá frente al fuego.

-"Claro, y yo soy Don Quijote."

-"No" –negó Hermione sujetándose las sienes con los dedos temblorosos-. "Eres mucho más atractivo y tenebroso que Don Quijote, yo diría que te pareces más a Heathcliff de 'Cumbres Borrascosas'.

Hermione no daba crédito a la audacia de sus pocas palabras. "Dios mío, ¿realmente dije eso?" Un increíble rubor se extendió por sus mejillas mientras levantaba su mirada hacia él.

Harry permanecía de pie frente a ella con los pulgares enganchados en las trabillas por las que pasaba el cinturón de sus vaqueros, sus ojos brillaban divertidos, y las llamas del fuego bailaban en su oscuro cabello. Hermione, por su parte, ansiaba que se la tragara la tierra. No sabía que decir.

-"¿Cómo esta tu cabeza?" –le preguntó él, rompiendo el silencio al presintir la vergüenza de la castaña.

-"Creo que el equipo de construcción que tengo en la cabeza decidieron tomarse un descanso y seguir martillando luego" –respondió, acertando a ver una sonrisa fugaz en el rostro de Harry justo antes de que tomara asiento a su lado.

-"Déjame echarle un vistazo."

-"No, de verdad, estoy bien."

Pero Harry ya se acercaba a ella y Hermione no tuvo más remedio que ceder, sino la otra opción era saltar directamente al fuego. Algo que estuvo a punto de hacer cuando sintió las piernas de él rozar las suyas.

-"Date la vuelta."

La tomo de los hombros para hacerla girar, hasta que quedó de espaldas a él. Hermione no pudo dominar un estremecimiento cuando sintió que él le echaba el cabello a un lado.

-"Puede ser que esto de duela un poco."

No le dolió, muy al contrario. Cuando él le retiro el vendaje, una maravillosa sensación, como un delicioso hormigueo se extendió por su cabeza y su cuello bajando hasta sus hombros.

Harry le hizo girar la cabeza hacia la luz de la chimenea. Cuando Hermione sintió su respiración abanicándole el cuello, cerro los ojos de placer y, a pesar de sí misma, empezó a relajarse mientras él le daba un suave masaje en la base del cuello. Pensó lánguidamente que Harry llevaba impregnado en su piel el aroma a tormenta, y algo más, algo incluso más potente y atrayente. Era su propio aroma. Una mezcla de jabón, pino y tierra mojada. Por un momento se le paro el corazón, antes de que empezara a latir en un ritmo frenético.

-"Es raro..."

-"¿Qué cosa?" –Hermione dominó otro estremecimiento cuando sintió los dedos de él enredarse entre sus cabellos.

-"Tu pelo."

-"¿Qué tiene mi pelo?"

-"El color de tu pelo es extraño, hay un montón de tonalidades de castaño y rubios. Pero se ve que es natural. Es un tono muy raro..."

Hermione tardo unos momentos en asimilar sus palabras. Con un gesto de disgusto, se aparto y se volvió para mirarlo.

-"He estado a punto de morir, he perdido la memoria y tú te dedicas a gastarme bromas."

-"No es una broma. Tu pelo es natural."

Harry quería añadir que también era suave, tanto como la seda. Ansiaba enterrar los dedos en aquellos brillantes bucles castaños. Pero cuando vio el brillo de las lagrimas en sus ojos, se maldijo por su deseo incontrolado y dejó caer las manos a los costados.

-"Me he mirado en el espejo del baño" –susurro precipitadamente-. "Fue como mirar a una extraña. ¿Tienes idea de lo que es eso?"

"Más de lo que tú crees", pensó él, pero no dijo nada.

-"Harry... Quiero que me lleves al pueblo, ante el sheriff."

Harry habría querido hacerlo, tanto por su bien como por el suyo propio. Alguien tenía que estar buscándola… su familia, o sus amigos. Y por cierto no necesitaba un marido furioso que le tirase la puerta abajo. Cualquiera fuese el problema en el que se había metido, era problema de ella, no suyo. No tenia ningún sentido que se quedara allí.

Pero no podía olvidar su desesperado tono de voz y la angustia que vio en sus ojos cuando la encontró. Si se trataba de una representación, era una actriz condenadamente buena. Pero si no era así, entonces alguien había intentado matarla, y ese alguien podría intentarlo otra vez.

-"De acuerdo" –se levanto y la miró-. "Digamos que satisfago tu petición. ¿Y entonces qué?"

-"No… no comprendo."

-"Hace una hora no había ningún informe de una persona desaparecida, ni nadie había encontrado tu coche. Mis vecinos más cercanos, una familia alemana llamada Schulz viven a unos tres kilómetros de aquí, y resulta que durante este mes están fuera. Una cabaña de alquiler, propiedad de los Hamilton, se encuentran a un kilómetro más allá de la de los Schulz, pero ahora mismo esta cerrada por reformas."

-"No pude haber caído del cielo" –protesto frustrado.

-"Probablemente no, lo que quiere decir que has tenido que venir por la carretera principal, pero eso esta demasiado lejos del riachuelo como para que vinieras andando en medio de la tormenta. Como no hay coche alguno, es evidente que alguien te trajo hasta aquí."

-"¿Y me abandonó?" –preguntó Hermione, abriendo mucho los ojos.

-"Parece que sí."

-"¿Pero porqué…?" -se detuvo bruscamente cuando la asalto un terrible presentimiento-. "¿Crees que… es posible que alguien quisiera…?"

No pudo pronunciar la palabra 'violarme'. De repente le dolía incluso respirar. Desvió la mirada luchando por mantener la compostura, pero empezó a temblarle todo el cuerpo.

-"No" –Harry la tomo de los hombros y la obligó a que la mirara-. "En tu cuerpo no hay indicio alguno de que alguien te inflingiera un daño físico de ese tipo."

-"¿Cómo lo sabes?" –susurro con voz ronca y los ojos llenos de lagrimas.

-"Cuando te traje aquí, estabas cubierta de barro..."

-"¿Y?" –lo miró, confusa.

-"Y tuve que lavarte. Tus ropas no estaban rasgadas, como habría sido lógico en ese caso."

-"Oh… ya veo" –estaba empezando a comprender con demasiada claridad lo que le quería decir. Hasta ese momento había estado demasiado confundida y desorientada para pensar en su estado físico y en el de sus ropas-. "Así que esa noche tuviste que…ehmm... tuviste que…"

-"Había que hacerlo, Hermione. Estabas empapada, cubierta de barro, y sangrando. Tuve que desnudarte y meterte en la ducha, no sólo para lavarte y comprobar la gravedad de tus heridas, sino para hacer también que entraras en calor. Tendrás que confiar en que me porte como un verdadero caballero."

¿Confiar en él? Sí, tendría que confiar en Harry, no tenía otra opción. Sin embargo, el pensamiento de que él, un desconocido, le hubiera sacado la ropa y la halla visto desnuda… de repente la imagen o mejor dicho la sensación de la piel desnuda de un hombre en contacto con la suya la asaltó de nuevo, como le había pasado la noche anterior cuando se despertó por primera vez. Sólo que en esa ocasión comprendía su origen. Ruborizada, lo miro con la boca abierta.

-"¿Vos también… te duchaste? ¿Desnudo..?"

-"Me temo que sí, era la manera más fácil y rápida. Estaba casi tan empapado y cubierto de barro como tú, y hasta ahora nunca me he duchado vestido."

-"Oh, Dios" –desvió la mirada, ardiendo de la humillación y la vergüenza.

Tomándole el mentón con las manos, Harry le levanto la cabeza para que lo mirara y le sonrió.

-"Sí tienes novio, soy hombre muerto" –se burló.

"¿Novio?", se preguntó Hermione. ¿Acaso tendría uno? Sí era así, ¿Cómo podía ser tan increíblemente consciente de la presencia de Harry en ese mismo momento? ¿Del aroma de su piel, del calor de su cuerpo, del contacto de su mano en su mentón? Miró sus labios y sintió que un extraño cosquilleo le recorría el cuerpo.

-"Te debo la vida" –dijo bajando la voz.

Harry se acercó más aun, y Hermione sintió su cálido aliento en la mejilla.

-"Y a Wolf."

La joven sonrió, y él se aparto lentamente.

-"Nos tomaremos un par de días, seguramente recordarás quien eres o alguien se pondrá a buscarte."

-"¿Y sí nadie me busca o me reclama?" –pregunto ella dejando de sonreír.

Su preocupación conmovió a Harry. La comprendía mejor de lo que ella pensaba. Se veía a sí mismo doce años atrás, con nueve años de edad: Solo, separado de Sarah, y esperando una familia adoptiva que nunca llego.

-"Todo el mundo tiene a alguien en el mundo."

-"¿Y tú?" –Hermione levanto su mirada hacia él.

-"Yo no" –respondió, tensando la mandíbula.

Tanta desesperanza vio Harry en sus ojos que se maldijo interiormente por no haberle mentido.

-"¿Porqué estas haciendo esto?" –le preguntó ella-. "¿Porqué estas ayudando a alguien que no conoces?"

Harry se dijo que esa era una buena pregunta. Podría decirle que porque ella tal vez era una agente del gobierno que padecía amnesia, y que por eso no seria buena idea que la llevara con la policía. O también podría responderle que siempre estaba dispuesto a ayudar a las personas que se encontraban en problemas. Pero, por supuesto, eso sería una mentira. Al mirarla y descubrir la angustia que se reflejaba en su rostro decidió que realmente solo había una respuesta. Y extrañamente, era sincera.

-"No lo sé."

Hermione asintió, aceptando aparentemente aquella contestación.

-"¿Qué pasa con tu trabajo, o con lo que estas haciendo aquí? ¿No te estoy molestando?"

-"Soy agente de seguros" –mintió Harry, respondiendo con cuidado-. "Me rompí un hombro, y ahora mismo estoy de reposo por prescripción medica."

Se dijo que, en parte, aquello era cierto. Era agente y, además, era rigurosamente cierto que se había roto el hombro.

Hermione suspiro cansada, y se pasó las manos por el cabello mientras miraba fijamente el fuego de la chimenea.

-"Hey, Harry" –dijo después de un largo rato en silencio.

-"¿Sí?"

-"Dado que me has salvado la vida, ¿crees que también podrías darme de comer? Me muero de hambre."

Hermione le sonrió con un brillo travieso en su mirada.

Harry sintió que se le iba el aliento, valla uno a saber porque pero tenia la impresión de que esa chica, Hermione, le haría tener más de un problema, más que nada cardiacos si seguía sonriéndole así, además de tener que darse unas cuantas duchas frías…

Continuara…

Nota de la Autora:

Hola, se que me he tardado un poquito, pero espero entiendan. Este capi esta dedicado a todos los que me dejaron un review. GRACIAS A TODOS!

Espero de todo corazón que el capítulo les halla gustado, como verán de a poco se van resolviendo algunas incógnitas, ahora ya tienen un poco de idea de quien es Harry, aunque esto es la mitad de su secreto.

Ya saben alguna duda, pregunta, comentario, felicitación, amenazas de muerte en un review o tb a mi mail

Ahora una de mis partes favoritas, a contestar reviews!

Daulaci: Me alegra saber que hasta en fics que no sean de Sakura me sigues, me haces muy feliz chica, y no te preocupes no voy a dejar los otros fics de lado. Te me cuidas, chau!

Lilyem: Si quieres leer un fic de HHr que tenga secretos lee este que te va a encantar bueno eso espero. Sobre tu pregunta, en este fic no existe la magia ni Voldemort ni nada por el estilo, solo son los personajes del libro, nada más. Para saber que le paso a Hermione vas a tener que seguir leyendo unos capis más, pero igual en este hay una pista! Nos vemos!

Anwy-Potter: Que bueno que te guste la idea de que en el fic sean amigos y más que sea en un UA en el que no hay nada mágico, la verdad me daba miedo la idea ya que es muy diferente a lo que se ve de HP normalmente pero creo que va gustando la idea, tu que crees? Espero saber de ti en este capi, bye!

Malu: Hola! Bueno niña como ya he dicho el misterio de cómo rayos llego Hermione ahí se revelara a su debido tiempo, pero igual de apoco se van ir dando cuenta. Espero que igual que los otros chaps te halla gustado este. Cuídate, Matta Ne!

Naru: hola Naru! Sabes a mi me encantaría saciar tu curiosidad sobre como llego Herms en medio de la montaña y quedo medio amnésica, pero creo q si lo hago el fic va a perder su "encanto" y te va a aburrir, solo ten paciencia y presta atención y comprenderás que paso. Bye Bye!

Leticia: Buenas vecina! Me honra saber que soy la primera a la que le escribes un review, muchísimas gracias! Como ves puse el capitulo (frase tonta esa ¬¬) y quiero saber que opinas, te gusto o no? Nos vemos!

Angely04: Hola angel! Yo desde argentina te doy las gracias por tu review y te pide de todo corazón que le dejes otro en este capítulo! Jajaja bueno, creo que solo te doy las gracias y espero q te siga gustando el fic. Suerte, te me cuidas!

Ayin: Holaaa! Valla chica creo que a ti junto a otros pocos les voy a dar un regalo por seguirme a todas partes, no sabes como me gusta saber que hay personas que le gusta lo que escribo y que aunque no es algo que con normalidad leerían lo hacen solo porque yo lo escribí. GARCIASS!

Rahel Ocean's: Holaa! Aquí tienes el tercer capi que tanto querías leer, te gusto? Sabes aunque no lo creas yo tb soy casi virgen en esto de los fic de "misterio" por decirlo así, la mayoría de lo que he escrito son fics románticos, así que esto es una verdadera proeza para mi, pero bue espero que me este saliendo bien. Bueno amiga te me cuidas y quiero saber de ti! Bye!

Yomy: Hola Y-chan! Bueno espero que con esto te hallas entretenido un poco y que ya no estés tan desesperada por saber que pasa. Gracias por tu review, Nos vemos, cuídate!

Honguito: Hola! Bueno tu si que te has lucido con los review, me has sorprendido terriblemente, además de que me han ENCANTADO! Jajaja eres argentina, no? Espero que este chap te halla agradado, y espero tener otra de estas sorpresa más seguido. GRACIAS por tus reviews! Un beso, chau!

Espero saber de ustedes en este capítulo. GRACIAS por todo!

Att. Lady Verónica Black.

PD: Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Sirius Black! ¡¡Los hombres más tiernos y sexys que hay!"

¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!