Diclaimer: obviamente los personajes no me pertenecen, son de JK y aunque ya me harte de pedírselos como regalo de Navidad, no cambia de opinión… si alguien me da a Harry, Sirius o James, le estaré eternamente agradecida
Advertencia: En este fic pueden llegar a suceder algunas escenas lemon, léanlo bajo su responsabilidad, Okis?
Síntesis: El agente Potter sé encontró casualmente a una mujer herida, medio ahogada e inconsciente, que al parecer se llamaba Hermione y había perdido la memoria. Él dudaba de la veracidad de la historia de esa mujer… pero algo en su interior le decía que aunque ella no era peligrosa, no podía dejar de desconfiar… más que nada porque estaba haciendo que todo a su alrededor fuera un torbellino de dudas que no sabia como manejar…
"Amor de Medianoche"
Por Lady Verónica Black.
(Reeditado)
Capítulo CuatroHermione se sentó en la mesa de la pequeña cocina, con la mirada centrada en el plato de sopa que tenia delante. Llevaba media hora muriéndose de hambre, antes de que terminara de lavarse y adecentarse un poco, pero había terminado por perder el apetito en el mismo momento que se sentó frente a Harry.
Era intensamente conciente de que se hallaba a solas con un hombre al que no conocía, al que nunca había visto en su vida. O al menos creías que nunca había visto antes, se corrigió. Se había esforzado por recordar lo que le había sucedido, pero cada vez que lo intentaba el dolor de cabeza se le hacia insoportable. Observó a Harry mientras comía, asombrada tanto de su apetito como la tranquilidad con la que aceptaba aquella situación, como si constantemente encontrara a mujeres desconocidas en el umbral de su puerta. Lo cual, considerando su aspecto, podría ser muy bien el caso…
-"Gracias por la ropa y por… eh… Las otras cosas que me has comprado en el pueblo" –le dijo, agradecida por las botas, los vaqueros y las camisetas que había traído para ella. Todavía no se las había probado, pero le parecían que eran de su talle. Harry también le había comprado algunos artículos personales que incluían para su manifiesta vergüenza ropa interior y objetos de tocador-. "Por favor, asegúrate de guardar las facturas para que pueda devolverte el dinero que has gastado."
Harry bebió un largo trago de para luego dejar el vaso de vidrio sobre la mesa de un golpe seco.
-"Eso va a ser difícil ya que he robado la mayor parte."
Hermione lo miro incrédula, mientras intentaba no atragantarse con la comida.
-"¿Qué has hecho que?"
Él la miro con la misma paciencia con la cual un padre mira a su hijo cuando le pregunta cosas como ¿porqué el cielo es azul?
-"No podía comprar objetos y ropa de mujer sin levantar sospechas en la gente. Pinewood es un pueblo pequeño. Todo el mundo me conoce y sabe que vivo solo. Como no quiero que las personas piensen que he adquirido algún tipo de costumbre inusual en mí, pensé que sería mejor ser discreto con el tema."
-"¿Robar es algo discreto para ti?"
-"No… solo es algo necesario. Si esto hace que te sientas mejor, deslicé algunos billetes detrás del mostrador del mercado. Judy los encontrara y como es la dueña de la tienda, se los guardara en el bolsillo."
"Un truco honesto" , pensó Hermione. Eso debería haberla consolado, pero solo consiguió avivar la ardiente sensación que llevaba dentro de sí. A pesar de su incomodidad, estaba encantada con la ropa y los demás artículos. El hecho de poseer aunque solo fueran unas pocas cosas le provocaban un cierto sentido de identidad. Aparte del suéter, la camisa y la pollera que llevaba puesta cuando Harry la encontró, y que él había lavado y puesto a secar, no tenía nada propio. Incluso los zapatos los había perdido durante la tormenta.
También le estaba agradecida por las medias que le había proporcionado. Eran demasiado grandes, pero suaves y cálidas, como la ropa interior y la camisa que también le había prestado… y que eran de él también. De nuevo se le encogió el estomago ante ese pensamiento.
-"¿Judy es amiga tuya?" –le preguntó con cautela.
Harry se encogió de hombros mientras tomaba la ultima cucharada de sopa.
-"¿Es una pregunta demasiado personal?" –volvió a inquirir ella.
Harry se limito a mirarla arqueando una ceja.
Hermione se irguió y alzo el mentón aireadamente, irritada por los obstáculos que él estaba poniendo a sus preguntas.
-"Esta es una situación bastante delicada, Harry. Estoy en tu casa, vistiendo tu ropa… creo que debería estar preparada para enfrentarme a la posibilidad de que una novia celosa irrumpa de un momento a otro en la cabaña tirando la puerta debajo de los celos."
-"Ah" –exclamó mientras masticaba lentamente un pedazo de pan, pensativo en sus palabras-. "¿Crees que Judy se enojara si se entera que nos duchamos juntos?"
-"¡No no hemos duchado JUNTOS, Harry!"
-"¿Ah, no? Vaya… Entonces… ¿cómo se le llama cuando dos personas están sin ropa, bajo el agua y lavándose con jabón?"
-"No ha sido así, y lo sabes" -sabía que se estaba burlando de ella, y del enojo agarro más fuerte de lo debido el tenedor-. "Puede que encuentre divertido mi ansiedad por saber, pero yo la encuentro extremadamente incomoda, Harry."
-"Hermione… Judy tiene ochenta y cuatro años, y le faltan los dientes" –hizo un gran esfuerzo para no reírse ante la cara de la chica ante la noticia-. "¿Realmente te avergüenza que te halla visto denuda?"
Hermione estuvo a punto de atragantarse con la comida otra vez. ¿Cómo podía mostrarse tan indiferente ese hombre con esos temas?
-"Ducharse con un desconocido puede que sea para ti un hecho divertido y cotidiano, ¡Pero te aseguro que para mi no lo es!"
-"Pues yo lo encuentro extremadamente excitante" –sonrió el ojiverde.
-"Sabes lo que quiero decir..." –repuso ella sonrojada-. "Yo no me ducho con desconocidos."
-"Bueno, no puedes estar segura de eso, ¿no?" –Harry dejo de sonreír-. "A no ser que hallas recordado algo y no me lo hallas contado."
Allí estaba otra vez esa mirada de desconfianza. Una imperceptible tensión en su voz y en sus labios. Y en sus ojos, un indudable brillo de frialdad y recelo. Hermione tenia la inexplicable sensación de que cualquiera que se interpusiese en el camino de ese hombre correría un serio peligro.
-"No recuerdo nada, Harry. Ojala pudiera hacerlo. Podría ser una mecánica de autos como una neurocirujana, y la verdad no lo sé, no me acuerdo de nada. Pero sea lo que sea, yo no soy así, quiero decir… no soy de las que…yo… no soy…"
-"¿Una chica fácil de seducir?"
-"Exacto" –se ruborizo de forma furiosa.
-"Linda suerte la mía" –suspiro Harry-. "Una hermosa y sexy mujer cae en mis brazos y no puedo hacer nada al respecto."
Hermione se irguió tensa y bajo la mirada a su plato.
-"No te burles de mi de esa forma" –dijo en voz baja.
-"¿De qué forma?"
-"No soy hermosa, y menos que nada sexy."
"Debe estar bromeando... ¿o no?" pensó Harry mientras la observaba. Su melena castaña caía en preciosas ondas alrededor de su rostro de forma de corazón y mechones dorados enmarcaban sus suaves y delicadas facciones, dándole a sus enormes y dulces ojos miel un gran contraste. Conocía a muchas mujeres que serían capaces de matar por unas pestañas tan largas y una piel tan suave como la suya. ¿Por qué Hermione no podía creerse atractiva?
Mientras comía la estudio detenidamente por unos momentos. Ruborizada, Hermione mantenía tensos los hombros y evitaba cuidadosamente no mirarlo. Era extraño, pero Harry no podía recordar cuando fue la ultima vez que vio ruborizarse a una mujer por solo observarla.
-"Entonces, ¿vos qué pensas?" –le preguntó él echándose hacia atrás en su silla-. "¿Qué tipo de persona crees que eras… o que eres?"
-"No lo sé" -respondió, y Harry detecto la angustia en sus ojos.
-"¿Una secretaria quizás? ¿Qué mantiene una aventura con su jefe, que a su vez intenta deshacerse de ti antes de que lo descubra su esposa?"
-"¡Por supuesto que no!" –sus ojos desprendían fuego-. "Jamás tendría una aventura con un hombre casado."
-"¿Una ama de casa entonces?" –continuó Harry-. "¿Con cuatro hijos y casada con un respetable señor que te lleva veinte años?"
-"No tengo ni marido ni hijos" –respondió, apretando los labios.
-"¿Cómo lo sabes?"
-"Simplemente lo sé."
"¿Lo sabe?", se preguntó Harry. ¿Acaso le estaba ocultando algo? ¿O todo era una mentira desde el principio? Parecía tan condenadamente inocente. Si era una agente, realmente era muy, muy buena. Y sí estaba mintiendo, la descubriría. Eso era algo de lo que sí estaba seguro.
-"De acuerdo" –Harry hizo a un lado su plato vacio y la miró a los ojos-. "Entonces, ¿qué es lo que sabemos sobre ti?"
-"No entiendo a que te refieres."
Harry la miro, obligándose a concentrarse en los hechos y no en la forma de sus rozados labios al hablar.
-"Bueno, para empezar, tu edad. Calculo que tendrás unos veinticuatro o veinticinco años. Con estudios. Te criaste en Inglaterra, pero te mudaste de pequeña a Los Ángeles. Eres práctica y eficiente, y con buenos modales."
-"¿Cómo es posible que hallas averiguado todo eso sobre mí?"
-"Tu forma de hablar, la manera en que te mueves, la ropa que llevabas…"
-"¿Qué le pasa a mi ropa?"
-"No es de ninguna marca conocida ni de diseñador. Sencilla y conservadora."
-"¿Sencilla y conservadora?" –dijo la castaña mirándolo seriamente con el ceño fruncido.
"¿Qué le pasa a esta mujer?", se preguntó Harry contrariado. Le había dicho lo hermosa y sexy que era y lo había negado rotundamente tomándolo por un mentiroso, ahora le decía que su ropa era conservadora y sencilla y se volvía a ofender.
-"Solo era una observación" –dijo con tono cansado-, "no un prejuicio."
-"¿Y que otras observaciones tiene usted que hacerme, señor Holmes?"
Hermione clavo el tenedor en un pedazo de carne de su plato, y Harry tuvo la inconfundible sensación de que ella hubiera deseado clavárselo a él en el pecho.
-"Bueno, para continuar, no tienes aspecto ni se ser mecánica de autos o neurocirujana."
-"¿Ah? ¿Y cómo sabes eso?" –inquirió arqueando una ceja.
-"Por tus manos."
-"¿Mis manos?"
-"Las manos dicen mucho de una persona. Las tuyas no hablan de trabajo físico. Tu piel es suave, estas acostumbrada a cuidarte las uñas, y ahora mismo tienes algunas rotas pero con resto de esmalte. Creo que te esforzaste por agarrarte de algo, quizás rocas o un árbol. Muy probablemente te caíste, y te golpeaste en la cabeza. Pero hay una ligera aspereza en el dedo índice derecho, que significa que estas acostumbrada a escribir bastante en tu vida diaria. Además hay una pequeña cicatriz en la yema de este mismo dedo que me llamo la atención ya que es antigua pero con heridas similares a sus alrededores, y por el tipo de tajo de estas, poco profundo y limpio, diría que es por algún corte de papel, lo cual debe significar que trabajas alrededor de muchos documentos, o libros. Lo cual seria bastante lógico ya que tu vocabulario es extenso y preciso, signo de una gran afición a la lectura y tu buen nivel académico."
Por unos momentos la mujer lo miro atónita, intentado que su cabeza procesase toda la información que había deducido el hombre con solo observar sus manos.
-"Pareces más un detective que un agente de seguros" –murmuro Hermione, intrigada por sus observaciones.
Dejó a un lado del pato los cubiertos, pensando con expresión sombría que Harry estaba en lo cierto. Aparte de los raspones que tenia en las palmas de las manos y en los nudillos, su piel era lisa y suave, y sus dedos eran finos y largos. Se miro las uñas rotas intentando imaginarse que tipo de accidente podría haber sufrido…
El martilleo que le torturaba el cerebro empezó de nuevo. De repente, la visión de sus manos perdió nitidez, y la habitación y su entorno se difuminaba rápidamente.
"Estaba oscuro, muy oscuro, todo era negro… hacia mucho frío…. La lluvia le azotaba la cara y no le dejaba ver con claridad… la ropa se le pegaba al cuerpo… sus manos le temblaban… ya no veía sus manos sino las de otra persona… Las de un hombre, agarrándola… intentando empujarla… Ella lo mordía clavándole los dientes en la carne debajo del pulgar… sentía el sabor a sangre en su boca, el hombre furioso le gritaba y la empujaba… Ella caía de espaldas lentamente al vació… ¡Mátala si es necesario… Mátala… Mátala… Mátala…!"
Hermione se sentía como si una banda de acero le presionara el pecho. No podía respirar, ni tampoco pensar. Cerro los ojos, aterrada tanto por sus recuerdos como por lo que no podía recordar. Se sentía abrumada por sentimientos que no podía comprender: traición, pánico, horror… Gritó aterrada cuando dos grandes manos la agarraron de los hombros con fuerza.
-"¡Hermione!"
Temblando, la joven abrió los ojos y se encontró con la mirada preocupada de Harry.
-"Lo mordí en la mano" –susurró presa del pánico-. "Quería matarme."
-"¿Quién, Hermione?" –él se arrodillo a su lado, intentándola tranquilizar.
-"Estaba tan furioso…" -Hermione oía en su cabeza y con perfecta claridad la voz de aquel hombre furioso, fuera de control, que la quería matar.
-"Dime su nombre, su descripción…" -le pidió apreantándola con más fuerzas en los brazos.
Hermione abrió la boca para contestar… pero ninguna palabra salía de sus labios. No recordaba ninguna cara, ningún nombre. Solo era un voz sin cuerpo. En ese momento se oyó un sonido precedente de la puerta trasera de la cocina. Hermione gritó asustada y se echó en los brazos de Harry.
-"No pasa nada" –la abrazó por un momento y después se levantó-. "Es Wolf."
Abrió la puerta y entro el lobo, chorreando agua y sacudiéndose. La joven abrió mucho los ojos al ver que el animal llevaba algo en la boca, y cuando se acercó a ella, se encogió de miedo. Agitando la cola, Wolf dejó caer un oscuro y empapado objeto a los pies de Hermione, que cerro los ojos porque no soportaba la idea de pensar en lo que podía llegar a ser eso.
-"Hermione…" -le dijo Harry con tono suave-. "Abre los ojos, por favor."
La joven negó con la cabeza mientras ocultaba su rostro en el pecho de Harry.
-"Vamos preciosa, no pasa nada, ábrelos."
Cuando lo hizo, vio asombrada que se trataba de un zapato negro de mujer. Su zapato.
Por la mente de ellos solo había dudas, preguntas sin respuestas. Ella sin saber quien era, sintiéndose perdida en sentimientos y recuerdos que no comprendía. Él se encontraba en un dilema, a quien seguir... ¿su instinto, la lógica o su corazón?
Continuara…
Nota de la Autora:
Holaaaaaaa! Espero que el capítulo halla sido de su agrado, se que es cortito pero espero que a pesar de ellos les halla gustado. El próximo capítulo será más largo, lo prometo! Pero eso sí déjenme reviews, porfiss!
Muchas gracias a todos los que leen mi fic y a los que dejan reviews!
Espero saber de ustedes en este capítulo. GRACIAS por todo!
Att. Lady Verónica Black.
PD: Que la magia los acompañe, las estrellas guíen su camino, pero más que nada griten a todo pulmón: ¡¡Viva Xiao Lang Li, Eriol Hiragizawa, Harry Potter y Sirius Black! ¡¡Los hombres más tiernos y sexys que hay!"
¡¡DEJEN REVIEWS, PORFISS…!
