Éramos unos niños, unos pequeños descubriendo por primera vez ése tipo de amor...
–la verdad es que... –las palabras del pequeño chico rubio quedaron a medio camino. Le costaba mucho expresarse. La experiencia en el digimundo lo ayudó de sobremanera, pero tampoco era un tema fácil de tratar.
La música llegaba desde adentro del departamento, era el cumpleaños número 12 de Tai y había hecho una pequeña fiesta con sus amigos. Todos estaban presentes... salvo Sora y Matt.
La pequeña pelirroja se veía nerviosa, algo le hacía adivinar las palabras que saldrían del niño que le gustaba, y las esperaría con ansia.
–es que yo... tu... me gustas –se desahogó en un profundo exhalo, cerrando sus ojos para no ver la cara de su amiga. No podía ver lo sonriente que estaba ella, quien le respondió enseguida:
–tu también Matt –y se acercó tímidamente para darle un beso en la mejilla.
Matt abrió los ojos y le devolvió la sonrisa a Sora.
–¡tienes razón! Yo me derretí entero con ese beso... ni siquiera llegué a pensar en besarte esa vez, sólo quería decírtelo de una vez por todas
–jajaja hubieras sido un pequeño pervertido Matt! –se irguió solemnemente– mamá, hoy descubrí que mi novio es un psicópata pervertido desde los 11 años.
–si, muy chistosa tu –se defendió Matt aguantando la risa, para permanecer siempre digno. – ¿qué hay de ti¿Lanzándote a repartir besos por ahí a niños inocentes de 11 años¿quién es la pervertida?
–ay... amor, te entero que tu tenías mi edad y que fue a ti a quien regalé mi primer beso, así que no te quejes –Sora desvió la mirada y la fijó en un punto cualquiera. A los segundos Matt se levantó de su puesto y se acercó para besar a su novia. Era el efecto que esperaba la pelirroja, quien satisfecha con su cometido alargó otro poco más el intercambio de amor.
Estaban celebrando dos años de noviazgo; Matt había invitado a Sora a su departamento para recordar viejos tiempos con un postre de helado.
El chico rubio se separó repentinamente para preguntar:
–¿recuerdas cuánto duramos?
–toma Sora –le entregó sonriente una rosa amarilla, con un tallo casi inexistente. La había cortado del jardín de una señora en el camino a la escuela.
–¡gracias Matt, me encanta! Mmm... hasta huele a miel, adoro la primavera! –y se acercó a él para abrazarlo y ser correspondida, o más bien envolvida, pues Matt comenzaba a ganar más altura. Al separarse, él depositó un ingenuo beso en sus labios, quedando ambos más rojos que los corazones donde solían poner sus nombres.
Llegó el verano y se acabaron las clases. Llegó el verano y se acabó la primavera. Llegó el verano y se adormeció el primer amor.
Perdieron el contacto, no podían salir solos más que al colegio, y a ambos les daba vergüenza abrir ese pequeño amor a sus padres.
–ahora que lo pienso, nunca decidimos terminar, simplemente dejamos el libro abierto
–tienes razón, quizás por eso después de nuestras escasas tres semanas de aventurilla, volvimos –siguió la idea Sora.
–ahí ya no fue una fiesta, pero estaba igual de nervioso –expresó Matt con un escalofrío.
–¡al fin recreo! Lo único que quería era salir de química, odio esta clase –se estiró la pelirroja dirigiéndose a Tai.
–jaja ¡cómo hablas así Sora¡insultas mi amor por esta ciencia tan imprescindible para mi vida! –ironizó Yagami, sacándole una sonrisa a su amiga, quien hace días se encontraba alicaída, un poco después de contarle que salía con Mai, una chica de un curso más abajo, segundo de secundaria.
–tienes razón¿acaso me va a servir de algo saber cuántos electrones hay en el no se qué de la zona p de una molécula? Claro, haré diseños teniendo en cuenta los enlaces iónicos, por supuesto, cómo no se me ocurrió antes! –alzó la voz, golpeándose la frente y volviendo a reír juntos.
–em... Sora¿puedo hablarte un segundo? –se acercó despacio un aterrado muchacho rubio, igualando a la pelirroja con el efecto de sus palabras.
–yo... Matt...
–ups, los dejo, ahí está Mai –se retiró rápidamente Tai guiñándole un ojo a Sora, teniendo muy claro lo que pasaba entre esos dos. Ahora que lo pensaba un poco en tanto salía de la sala de clases, sus amigos habían estado muy unidos mientras él se encontraba en pleno plan de conquista, y luego de la nada, pocos días después de contarles sobre su novia, se habían distanciado. O más bien Sora se veía algo deprimida.
–está bien, pero aquí no ¿quieres? –le sugirió con algo de angustia en el tono de voz. Hace algunos días, al enterarse que Tai estaba con alguien, se puso a reflexionar que todas sus amigas últimamente se estaban emparejando... y ella... Había descubierto que estaba enamorada de Matt, pero él de seguro no la tomaba más que como amiga.
–¿por qué no? –en verdad si la chica lo rechazaba no quería que fuese en un lugar solitario, porque sabía que se le rompería el corazón, y lloraría para desahogarse. – está bien, pero vamos aquí afuera, en la escalera.
–bueno –asintió Sora, pensando en la misma posibilidad que su amigo.
Se sentaron en los peldaños, mientras el resto de gente pasaba constantemente por al lado.
–anoche... cuando hablamos por messenger, dejaste mi pregunta sin contestar y te fuiste.
Los latidos de Sora se alteraron bruscamente, recordó lo que Matt le había escrito en la pantalla del computador: "kien t gusta?". La chica se quedó paralizada, quería huir de allí y no tener que decirle que era él quien le gustaba. No había duda de que lo había notado todo y quería dejar el asunto claro, para que desistiese de él. "ay no, ay no... " suplicaba en su mente Sora, hasta que vio una salida de escape.
–ah... ¿tú crees que te lo diré a cambio de nada? –le sonrió desafiante. – primero me dices tú quién te gusta.
Arriba de la escalera, Tai con Mai los espiaban sigilosamente.
–¡qué¿yo? –la respuesta lo tomó por sorpresa, y poniéndose todo rojo se echó hacia atrás asustado porque el asunto se le estaba saliendo de control. – pe... pero... yo –comenzó a balbucear nervioso.
Ahora que Sora lo pensaba mejor, quizás todo eso, era porque también le gusta a Matt. Se lo estaba gritando su corazón hace bastante rato, pero ella no hacía más que ignorarlo. No por nada era portadora del emblema del amor, donde ella veía algo, era porque algo había. Así descubrió a Tai, y a Matt hace cuatro años.
–yo no hablaré hasta que tú me lo confieses primero –notó que todos los miedos se le esfumaron de repente. Y vio que el semblante de Matt cambiaba para ponerse serio y decidido. En verdad, eso daba miedo.
–como quieras, te lo diré. –la risa de Sora fue interrumpida y quedó helada esperando la respuesta. La pelirroja comenzó a hacer sonar sus uñas, signo infalible de su nerviosismo. – quien me gusta... es... es que... –parecía que transcurrían siglos entre frase y frase– es que tú me gustas mucho –soltó de corrido y claro.
En esta ocasión, Matt no cerró los ojos, observó el cambio en el semblante de Sora, de una cara sonrojada y algo tensa, a un rostro sonrojado y con la sonrisa más grande que haya visto hasta ahora.
Con las mismas palabras torpes de hace cuatro años fue correspondido, desapareciendo repentinamente toda la gente que estaba a su alrededor; el silencio tuvo su lugar para recibir aquellas palabras:
–tu... también me gustas mucho
La realidad lo aplastó. No podía llegar y besarla en medio de todos los alumnos de la escuela. Ahora se lamentaba no haber ido a un lugar solitario.
–bueno... pues ¿quieres ser mi novia? –y cuando escuchó el "por supuesto" de la pelirroja la abrazó con todas sus fuerzas.
–en realidad, ese abrazo fue mucho más lindo que un beso
–¿en serio? –se asombró Matt.
–sip
–entonces te abrazaré por el resto de nuestra cita –y se tiró sobre ella para abrazarla y darle pequeños besos por la cara.
En seguida, después de haberse separados, Tai corrió hasta ellos escaleras abajo y fue el primero en felicitarlos. A pesar de que ahora Sora y Matt eran pareja, ellos seguían más unidos que nunca, y ahora mucho más felices que antes.
Pasaron tres meses geniales. Terminaron las clases y continuaron viéndose, salían casi todas las tardes a caminar, a algún parque, al cine.
Hasta mediados de las vacaciones de verano... perdieron el contacto. Matt salió de vacaciones con su madre y su hermano por dos semanas, donde una tía. Y al volver...
–la verdad Sora, es que no te engañé
–¡pero si dices que te enamoraste de otra¿¡Entonces esperas que te perdone y sigamos juntos como si nada!
–¡si ya no la volveré a ver¡Ella vive lejísimos!
–¿por qué piensas seguir conmigo¿Para cuidar tu imagen de cantante fiel a su novia¿Que finjamos ser la pareja más feliz del mundo? Eres un hipócrita patético...
–y terminamos, ahí quedó nuestro amor de verano... –suspiró triste la pelirroja al recordar esa época.
–y vaya que sufrí por ti... –se separó Matt de Sora para quedar tirados en el suelo mirando hacia el techo.- recuerdo que lloraba todas la noches sólo en mi habitación, y me di cuenta que lo de mi prima había sido una estúpida atracción física. –dejó caer un puño en la alfombra.
–si, pero ya ves que nunca te pude olvidar tampoco –Sora se inclinó sobre él para besarlo.
Después de la ruptura, dejaron de hablarse por meses. En una fiesta, con unas cervezas de más, Matt intentó acorralar a Sora para darle un beso a la fuerza.
–vamos amor... ¿por qué no lo intentamos? Vuelve conmigo... –pero la pelirroja lo rechazó con un empujón.
–estás borracho Matt, no voy a hablarte en ese estado.
Se sucedieron los meses y pasó el año. Sora estuvo saliendo con un amigo del club de tenis, pero no duró más de un mes.
Acabó el otoño, el invierno continuó con su ciclo natural. Un día Matt apareció tomado de la mano con una chica nueva.
–Tai, en serio¿no has pensado ya en casarte? Llevas como tres años con Mai. –bromeó Sora mientras charlaban un rato sentados en el patio de la escuela.
–para qué si ya todo el mundo cree eso... sería desilusionarlos si se enteran de que no lo estamos
–jajaja buen punto –continuaron hablando, hasta que Sora notó a Matt caminando frente a ellos. – Tai... ¿desde cuándo Matt tiene novia?
–eh... creo que hace un par de días, no los había visto juntos.
–vaya... pero si es la chica de intercambio, mira que va rápido este pervertido
–jaja tampoco es para tanto, llegó hace tres meses.
Sora y Matt habían superado lo suyo, y continuaron siendo amigos, sin embargo la noticia sorprendió visiblemente a Sora.
–¿qué, estás celosa Sora? –continuó bromando Tai.
–claro que no! Si él es libre de hacer lo que quiera, lo nuestro ya fue hace dos años y a mí no me gusta.
–calma, calma... que ya nos toca entrar a clases, vamos –y la ayudó a levantarse del suelo.
Todo el mundo le preguntaba a Sora si estaba bien. "¡Y por qué todos piensan que estoy sufriendo, demonios! Si a mí él no me gusta en lo absoluto, y tampoco necesito de su caridad sentimentaloide!" estalló un día conversando con Tai. Aunque reconocía que le ponía celosa eso que ya llevaran cinco meses, y con ella Matt no logró pasar de los tres. Quizás...
De vuelta de un campamento de curso, ambos se sentaron juntos en el metro.
"En un día de estos en que suelo pensar
'hoy va a ser el día menos pensado',
nos hemos cruzado, has decidido mirar,
a los ojitos azules que ahora van a tu lado"
Comenzó a sonar la canción de "La Oreja de Van Gogh" por los altoparlantes del carro.
–¡me encantó! Y cuando comenzó a nevar ayer, fue como retroceder en el tiempo –comentaba Sora entusiasmada.
–¡es cierto! Por un momento creí que se abriría algún portal y nos iríamos de vuelta al digimundo... fue genial esa época, me encantaría escapar allí y no volver a la realidad –Matt cerró los ojos como si su mente estuviera cumpliendo su deseo.
"Desde el momento en el que te conocí
resumiendo con prisas Tiempo de Silencio
te juro que a nadie le he vuelto a decir
que tenemos el récord del mundo en querernos."
–¿por qué tan inconforme, si se puede saber? –curioseó Sora.
–porque extraño esos años, porque no estoy como me gustaría estar, siento que a veces no soy feliz
–¿pero no eres feliz con tu novia acaso?
"Y aún me parece mentira que se escape mi vida
imaginando que vuelves a pasarte por aquí,
donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice 'quieta, hoy quizás sí..."
–sí, pero...
–ah no, si hay un "pero", no sirve
–jaja puede que sí... es que nuestra relación no ha resultado lo que yo esperaba
"por qué reacciono así, no debería ponerme nerviosa" Sora trataba de reprimir su reacción con todas sus fuerzas.
–ah, no? –se adentró un poco más en el tema.
"Escapando una noche de un bostezo de sol
me pediste que te diera un beso.
Con lo baratos que salen mi amor,
qué te cuesta callarme con uno de esos."
–no, me he dado cuenta que no la quiero de verdad, nunca le he podido decir "te amo", y el "te quiero" se ha comenzado a trivializar.
"Por eso esperaba con la carita empapada
que llegaras con rosas, con mil rosas para mí,
porque ya sabes que me encantan esas cosas
que no importa si es muy tonto, soy así."
–entonces ¿por qué sigues con ella?
–no lo sé, quizás porque se va en dos meses más, cuando salgamos de clases, y ya no la volveré a ver, quiero que sea lindo para ella mientras dure –dijo Matt recurriendo a un antiguo gesto suyo.
–¡cómo simplemente te encoges de hombros? Estás jugando con sus sentimientos Matt. –"y te estás volviendo más frío, como antes" pensó al verlo segundos antes.
–¡pero es que yo no te he podido olvidar Sora!
"Y es que empiezo a pensar
que el amor verdadero es tan sólo el primero.
Y es que empiezo a sospechar
que los demás son sólo para olvidar..."
La pelirroja se quedó igual de helada, como cuando escuchó su confesión de hace ya dos años y medio.
–¿y tú Sora¿tú qué sientes?
–yo... –debía enfrentarse a lo que sentía- yo tampoco te he olvidado¡pero entre nosotros no puede pasar nada! Tu estás con ella!
–no importa, eran las palabras que quería escuchar, voy a terminar con ella ahora.
Por Akassia (o DarKdi)
Cosecha: bueno, pues pensaba hacer algo corto de un capt, pero con esta pareja me emociono y termino escribiendo más de la cuenta, jeje. Y creo que no terminará en el prox capt, por que quiero intentar desarrollar todo lo q es la relacion d estos dos tortolos a los 17 años más menos. A ver qué sale por ahí.
Asi que si les gusta, interesa o aborrecen este fic, no se queden callados y exprésenmelo en un review. No les toma más de 3 mints, y me agrada recibir criticas constructivas.
Adeus! Saludos!
PD: HaRu si lees esto antes q pueda ubicarte... xq son coo las 1 d la mñn, no nos vamos a juntar a jugar rol, q tengo mil cosas q hacer, ya ves la hora no? perdon, el otro fin de semana espero q sin falta nos juntemos... si no ya se q me espera una amenaza d muerte... v.v
