Hola! Bueno primero q nada disculpen por la demora, es que empece las clases y me ocupan a veces la mayoria de tiempo ToT,asi que les dejo aqui el cap! espero que les guste n.n
Capitulo 8. Un autre côté du miroir
Camino por el extenso bosque, hasta lograr percibir unas risas y vapor a lo lejos, se acerco con extrema cautela, no quería ser descubierto y se escondió en algunos arbustos para observar quien era originario de aquellos sonidos.
- Segura que no quieres venir?
- Segura… necesito relajarme… uyyy! Ese estupido siempre me estresa!
- Pero vaya que te gusta que te "estrese"- murmuro
- Callate! Lo unico que me faltaba es esto! Tu diciéndome que a mi me gusta ese idiota frances! Lucy no se de quien eres amiga, mia o de ese!
- Yo solo digo… no puedo evitar decir lo que mis ojos ven
- Pues tus ojos están muy equivocados!
- Siii claro eso ni te la crees tu, Clara, sabes bien que jamás se equivocan
Alex abrió sus ojos desmesuradamente al ver a ambas chicas en aquellas aguas termales; Lucy ya se encontraba completamente vestida, muy al contrario de Clara que aun seguía en las aguas aunque aun portaba su mascara…
- Bueno me voy Clara, no tardes recuerda la hora!
- si, si, enseguida voy!
Clara vio marchar a Lucy, en verdad no tenía ganas de irse, era tan relajante, se saco su mascara dejando ver su rostro sin estar conciente de que la observaban con cautela, sabia que por esa hora ningún hombre iba a las aguas, todos entrenaban o vigilaban el perímetro del santuario, no sabia lo equivocada que estaba.
El no pudo contener mas su admiración, ella para el era una divinidad carnal, su bendición y maldición al mismo tiempo, enviada de los dioses como un castigo, tan bella, tan serena, como no entusiasmarse ante su presencia, como no amarla, tan decaída, tan melancólica… era todo ella en su mente, como no desearla, si inspiraba lujuria, amor, deseo, odio, temor, excitación, rencor…, pues los dioses habían sido generosos con su físico mas no con su destino, por mas que la miraba no encontraba defecto en ella, mas bien mas se encantaba, mas se enamoraba, pues era bien cierto que Alexander postulante a piscis estaba enamorado…, Enamorado de sus pechos redondos divinamente consagrados, de la tersa carne de sus muslos, de la pequeña cintura que poseía, de sus largos cabellos violetas que ahora se encontraban pegados a su cuerpo de blanquecida piel, pero mas que todo de su mirada… mirada violeta abatida, derrotada, acallada, cuanto rezaba a Atenea, la de ojos claros, ser el que devolviera aquella mujer de ojos perdidos la vida que quizás una vez tuvo.
Ella cerró sus ojos y acerco su mano donde se encontraba su ropaje, con cautela, sin hacer mucho ruido, sacando un objeto brillante, era una daga, la cual lanzo sin pensar mucho hacia los arbustos mas cercanos a las aguas.
- Sabes Que la diosa no permite armas…-Dijo el francés saliendo de su escondite con la daga en mano
- Desde hace cuanto estas aquí- sacando una tela de sus ropas que a duras penas cubría
- Lo suficiente para admirarte- acercándose a ella- eres el crucifijo de Afrodita, petit
- Lárgate de aquí
- O si no que?- logrando entrar a las aguas
- O si no juro por….
- No jures en vano, mi bella dama
- Lárgate o te matare!
- Oh petit, con esta es la segunda vez que logro ver tu rostro y aun así no me has dado el golpe de gracia…- frente a frente de ella
- No quiero perder mi fuerza contigo
- .. es que me amas tanto que no eres capaz…. O es que en verdad soy tan insignificante para ti… si es así…
Lo siguiente no supo como reaccionar se vio atrapada en sus brazos y la verdad no le era desagradable, aunque le costara admitirlo… sus piernas le temblaban, su cuerpo no quería moverse, era lo que odiaba que inconscientemente ella admitía que tal vez no le era indiferente al joven
- suel..tame..- murmuro a duras penas
- en verdad es lo que quieres…
No quiso responder… no pudo… se separaron un poco mientras el la miraba a los ojos, se dejo llevar por ellos, acercándose peligrosamente a su boca, ella solo opto por cerrar los ojos y esperar el beso que a escondidas ansiaba, el francés solo pudo sonreír satisfecho, mas el beso jamás llego… la dirección de el cambio rozando los labios de ella y subiendo hasta su frente besándola y luego su mejilla hasta llegar a su oído
- Juro por atenea, que si poca cosa te parezco, prometo ganar la armadura de Piscis, logrando ser un caballero de oro para ti y para la diosa y si el día de mi muerte llega deseo morir por ti, protegiéndote, y en tus brazos… moriré feliz pues sabré que para ti fui útil y que tal vez quedare en tu memoria, mi niña linda, por ti soy capaz de cruzar el inframundo o incluso enfrentarme al Padre Zeus, el que amontona la nubes, en persona, mas solo espero que yo sea algo en tu vida… Viviré para ti y por ti, lo prometo pequeña- La soltó y se marcho del lugar sin dar vuelta atrás
Estaba completamente paralizada, aun sus piernas temblaban, trato de caminar mas solo consiguió caerse en el agua, lo que había sucedido la había impactado de sobremanera; quiso levantarse pero sus extremidades no respondían logrando una vez mas caer
- Maldición Alexander!
Se sintió vulnerable, odiaba sentirse así, pero aquel suceso la había impactado, quien se esperaría tal acción de el, pero lo que mas le molesto fue que ella habia accedido tan rápido a los encantos del francés
Volteo a ver los bosques donde había dejado a Clara, sonrió a sus adentro pues ya había visto a Alexander observándolas, tenia el presentimiento que tarde o temprano ellos dos tendrían algo y sus presentimientos nunca fallaban…
Mientras más avanzaba mas sentía la presencia de varios hombres siguiéndola, no era sorpresa que quisieran atacarla, ni siquiera era la primera vez que lo intentaban, pero siempre Clara y ella, salían victoriosa pero parecía que ellos no entendían eso
Camino normal aparentando no estar enterada, quería primero saber cuantos era, pues del motivo ya era consciente…
-" 4 atrás, 1 en cada lado y otro adelante .."- pensó mirando a su alrededor, era tan idiotas que ni siquiera sabían ocultar su presencia- Salgan inmediatamente! Si quieren atacar háganlo como hombres!
Los cuatro de atrás salieron primeros, algunos armados de palos, dagas.., y otros simplemente venia con la idea de atacarla con sus puños, que ilusos eran; corrían velozmente, pero no para la chica que siendo aprendiz para una armadura de oro, no parecía impresionar la velocidad de un guardia del Santuario, en ese mismo momento salieron los tres restantes, era un grupo grande, después de todo no querían cometer fallos
- Idiotas.. no aprenden!- murmuro la amazona lo que causo mas enojo en ellos
- Cállate mujer
Todos corrían hacia ella, que no parecía inmutarse, no tenia por que, cuando estuvieron a punto de tocarla, salieron disparados, algunos inconcientes y otros muertos, por el simple arder del cosmo de la joven, pues ni se movio, ni se esforzó, solo se hizo notar con un poco de su energía.
- Inútiles! Pensaron q unos simples guardias me derrotarían - pero en ese momento sintio la leve presencia de alguien aunque era demasiado tarde
Un octavo hombre, salio de las sombras y golpeo a la chica haciendo que la mascara cayera al piso, aunque ella seguía de pie pero en su boca un hilillo de sangre surgía
- y pretendes ser santo de Oro mujer!
- Señor Miguel!- Murmuraron los guardias que aun estaban vivos
Miguel, el mas fuerte del grupo, entrenado para ser caballero de plata pero por aquella mente tan cerrada fue descartado por la misma Atenea y fue relevado al cargo como guardián, para estrés del hombre, era por ello que odiaba cualquier mujer que se presentara para poseer un cargo mas que el; El hombre sonrió satisfecho de haberla golpeado, parecía disfrutarlo de sobremanera
Lucy no alzo su rostro y sus cabellos ocultaban sus ojos, una sonrisa se asomo en su labios, se puso firme dispuesta para atacar, Miguel al notar esto también se coloco en posición de batalla y corrió hacia ella para golpearla hasta matarla, pero antes de siquiera pensar en lograr su cometido cayo muerto, la chica alzo la mirada sorprendida ella no había atacado fue cuando vio quien era el causante de aquella muerte.
El joven la miro, jamás imagino ser capaz de deleitarse con semejante belleza convertida en mujer, le parecía divina caída de los cielos, de mirada inocente de color azul, que penetraba y profundizaba de tal manera y que lograba ver mas de lo que el ojo común de por si ya veía, el viento se asomo y meció los cabellos verdes de ella, parecía un ángel y se reprendió así mismo por mirarla, por alabarla, el un hombre cuya alma no poseía, un demonio del Santuario. Como osaba mirarla de tal manera tan impura, tan impropia de aquella criatura!
- Gracias
No pudo evitar estremecerse al escuchar su voz, como una niña le pareció, bendito el hombre que sea merecedor de aquella mujer!. Fue cuando reacciono, ella era una amazona y sin mascara se encontraba frente a el, desvió la mirada rápidamente pero ya estaba hecho
- No tiene por que hacerlo, después de todo ya has visto mi rostro. Además si no decimos nada no hay por que pelear- sonrió
La miro confuso, era la primera mujer amazona que veía tan indiferente a aquellas normas y leyes, agradeció al cielo que así fuera, pues no deseaba matarla.
- Mi nombre es Lucy… peleare por Virgo
- soy Héctor… postulante a Escorpio
Ella lo observo, era sin duda un joven apuesto de cabellos castaños largos que le llegaban hasta la cintura, sus ojos verdes parecían vacíos, mientras su piel morena contrastaba con su figura perfecta; le parecía, tan trágico pues ella veía en el, lo que ningún otro ser jamás habría podido ver; volvió a sonreírle, era tan curioso como su alma se extrañaba cuando ella lo hacia
- bueno Héctor fue un placer conocerte- tomando su mascara- pero me tengo que ir, espero volver a verte
Y salio corriendo, lejos de ahí, lejos de el… y sin esperar mas comenzó a sentir deseos de tenerla, de quererla, aunque sea un momento pero sabia que por mas que lo deseara era simplemente un sacrilegio
Las olas se abatían con furia en el intenso mar, al igual que el cielo que parecía estar de igual humor que las aguas. El barco se movía violentamente a causa del tiempo. El viento golpeaba aquella mascara de plata con fuerza, mientras las gotas de agua caían con delicadeza de "sus ojos", parecía llorar, solo parecía…
Fuerte, impenetrable, vacía, que bestia tan hermosa sin alma, sin corazón, el agua se regocijaba y temblaba a su presencia, se dedico a detallarla, todo quien la viera pensaría que es por dolor que se encontraba en tal estado, bañada en la lluvia, con la muerte de su pequeña hermana encima
- Poseidón no esta de un buen humor, tal vez no le es de su agrado nuestro viaje
- Entonces rezaremos a Anfitrite para que logre calmarlo- Respondió la mujer con voz fria temple
- Lo lamento…- dijo el, bajando su negra mirada
- que lamentas Kai de Heracles?
- Lo sabes…
- Ya veo… La muerte de la amazona del Fénix, fue una baja mas para el santuario, fue su culpa que haya muerto, si hubiese sido fuerte de en verdad jamás hubiese caído a manos de aquellos hombre… me parece ilógico que te lamentes por la muerte de Yura
- Era tu hermana, Mirth
- lo has dicho, era.. Su debilidad la hizo perecer.. No hay nada que lamentar
Suspiro cansado, no valía la pena discutir, sabía que la amazona no iba a dar su brazo a torcer, era tan fría, muchas veces dudaba que en si en verdad la mujer era de origen humano, pero recordaba que en ella se encontraba aquel único sentimiento que lo hacia reaccionar, aquel sentimiento solo para el consejero del patriarca..
- Sera mejor que entres.- Murmuro el, antes de marcharte
Mirth se marcho de la cubierta para su camarote, entro en la pequeña habitación y se dispuso a quitarse cada prenda de su vestimenta, todas mojadas por la lluvia y las olas, se tiro en cama desnuda sintiendo el aire rozar su piel descubierta y húmeda, se quito su mascara y comenzó a observarla, pensando en el, solo en el… Pues su hermana fallecida ya no ocupaba más sus pensamientos
Dimitri, nacido en tierras rusas, se convirtió en el mas joven de los caballeros dorados de su generación, pero a pesar de su edad en aquel entonces, su fuerza jamás se puso en duda, ni siquiera entre la elite de oro… un Joven pensador de fuerza increíble…
Fue en aquella batalla en que su vida tomo un giro diferente, Poseidón dios de los mares, eterno rival de Atenea, afanado por la gloria inicio la cruel guerra por la Tierra, donde los caballeros de los 12 signos zodiacales fueron la primera línea de batalla… mas llevaban las de perder
Agotados, en sus últimos respiros tomaron una decisión por la cual hasta el santuario se estremeció: en un intento desesperado de victoria los doce mas fuertes se sacrificarían con honor en busca de la muerte de Poseidón y así lo hicieron. Ese día la tierra lloro por ellos….
Explotaron su cosmo al máximo llevando su vida, su cuerpo y su alma al vació, pero que mayor dolor para Sagitario, pues al despertar de tal suicidio, aun se encontrara vivo, pues aquel que sugirió aquella masacre de los de la elite seguía vivo y sus compañeros no.. Aquel que debía morir, vivió
Sus hermanos, sus compañeros muertos… No aguanto tal agonía y a pesar de las protestas del Patriarca renuncio a su armadura, a su templo, a ser un caballero muy a pesar de que vivía para ello.
Fue ahí cuando la vio, que Zeus sea alabado por tal maravilla! Mujer de cabellos castaños, ojos verdes y piel blanca. Tentaba a probar la sabiduría de su boca, que hombre no se enamoraría de tal mujer! Hasta ella lo sabia y fue en aquel momento cuando el mundo dio por enterado que Dimitri no solo la veneraba… si no que la amaba con devoción, el ruso estaba enamorado de la virgen Atenea! Y fue por eso que vocero del Patriarca se convirtió
Pequeño corazón roto! De que sirve amar si no eres correspondido!... Ella entendía su pena, su dolor, pues ella lo sentía por el y para el! Desde que caballero se había vuelto hasta el dia de mañana en que su vida se extinguiera… era por ello que la perecida amazona del Fénix odiaba al ruso pues el despertaba sentimientos a su hermana que nunca en su vida había podido lograr…
Ahi esta! espero que de verdad que les haya gustado n.n! asi que por fa dejen un review n.n! no sean malos!
