Hola a todos. Supongo que este es otro intento de fic. Aquí, en esta sección, hay una chava que escribe super bien. Qué más quisiera que escribir como ella, pero qué le voy a hacer uu snif.
Por favor, comenten algo. ¿Debo seguir escribiendo o mi trabajo es ofensivamente malo? ¡Comenten, por favor!
Gracias uu
¿Qué es esto? ¿Por qué siempre me miras así? ¿Qué esperas de mí? ¿Qué quieres que te diga? No soy tu padre ni tu hermano. No nos conocemos. ¿Por qué siempre esperas mi aprobación? ¿Quién demonios soy yo para juzgarte? ¿Por qué no miras a otra parte? Me incomoda que me mires. No voy a responderte de todas formas, no pierdas tu tiempo contemplándome de ese modo.
-¿Amon?
-Hm.
-No, nada.
Y luego esa maldita costumbre de dejar las frases incompletas. Ya que hablaste, por lo menos termina la oración; si no, quédate callada. Vaya niña. ¿Es que vas a quedarte viéndome todo el camino? Muy bien; si quieres, hazlo, veamos quién aguanta más: si tú mirándome o yo ignorándote.
-¿Amon?
-Hm.
-Has estado muy callado últimamente...
Hm. Te acabas de dar cuenta de que lo que vas a decir no tiene sentido alguno, ya que pocas ocasiones hemos cruzado palabra. Interesante. Veamos a qué punto quieres llegar...
-¿Te... te pasa algo?
-No.
-Estás muy pensativo. ¿Pasa algo malo?
¿Por qué quieres saberlo? ¿Por qué te preocupas siempre por mí? Yo puedo cuidarme solo, no necesito de nadie. Menos de una niña como tú. Tan entrometida, tan inmadura, tan inexperta, tan inocente, tan bondadosa siempre, tan gentil, tan dulce... Si tan sólo las circunstancias fueran diferentes... pero no lo son.
-No te importa.
-¿Amon?
-¿Qué?
-¿Por qué no confías en mí?
¿Qué? ¿Crees que desconfío de ti? Imposible. Te confiaría mi vida...
-No preguntes tonterías. No te queda.
-No son tonterías.
-Sí lo son.
-No contestaste mi pregunta.
-¿Por qué habría de contestarte una pregunta tan absurda?
-¿Perdón..?
-¿Qué te hace pensar que no confío en ti?
-Bueno... Es que... tú y yo... casi no hablamos. Y...
-¿Es necesario que hablemos todo el tiempo para demostrarte mi confianza?
Lo has comprendido ahora. Por eso te quedas callada. Comprendes que confío toda mi existencia en la tuya. Aunque lamento tener que dártelo a entender con mi silencio.
-Entonces... confías en mí, ¿verdad?
-Confío en que vas a guardar silencio y me dejarás conducir a partir de este momento.
¿Por qué sonríes? ¿Qué tiene de gracia todo esto? Bueno, por lo menos has dejado de mirarme. Parece que ahora te agrada más estar contemplando tus zapatos. Así es mejor. No me mires otra vez. Cuando me miras así no soy el mismo. No voy a decírtelo nunca, no puedo, pero, si estuviéramos en otras circunstancias, te pediría que nunca apartaras tu mirada de mí. Dudo que puedas a penas imaginar lo reconfortante que es para mí saber que soy objeto de tu atención. Sin embargo... No soy el que buscas. No soy el que te merece.
¿Por qué ya no has hablado? Ah, sí. Porque yo te lo pedí.
