Autora (s): Cristal y Umi
Disclaimer: No, lamentablemente nosotras no somos las dueñas ni de Harry Potter (quien le pertenece a Rowling), ni de Lord of the Rings (Tolkien). Así que por favor no nos demanden.
Resumen: Durante su decimosexto cumpleaños, Harry recibe un regalo de su madre. Un medallón y una daga. Los cualas lo transportan hacia la Tierra Media, el verdadero hogar de Lily Evans o mejor conocida entre su raza como Lisswen Tindómëwen.
Nota: Tienes algunas cosas del quinto libro, como la profecía y Umbridge (guacala). Pero Sirius aun continúa con vida.
Advertencia: Slash, futuramente.
"Wings of the destiny"
Capitulo 4: Problemas en Grimmauld Place.
El cuartel de la Orden del Fénix, rebosaba de gente, miembros fieles que iban y venían, todos ellos preparándose para la guerra o trayendo la escasa información que tenían sobre Harry Potter. Quien había desaparecido una semana atrás.
Sirius Black pasó una mano sobre su cabello, estaba preocupado, angustiado y furioso. No habían quedado en buenos términos con su ahijado, habían tenido una fuerte pelea después de lo sucedido en el ministerio y el chico se había enfurecido con el por no haberle dicho lo de la profecía que lo ataba a Voldemort. Y ahora temía que Harry hubiera cometido una locura.
Por lo poco que sabían, Harry se había ido por su propia voluntad y no estaba con Voldemort, pues este ni siquiera estaba enterado de la desaparición del chico de Oro.
Harry donde estas. Pensó desesperadamente el animago, acaso el chico ya no los perdonaría, ya no volvería a verlo. Acaso lo único que le causaba a su ahijado eran pesares.
Una taza humeante de té se poso frente a su mirada, inmediatamente, elevo sus ojos y se encontró con el rostro cansado y angustiado de Remus Lupin, su pareja.
El licántropo sonrió con tristeza, comprendiendo su desesperación, pues el también amaba al joven gryffindor de ojos verdes como a un hijo.
- Gracias- murmuro roncamente
- Tranquilo, lo encontraremos- dijo el oji-dorado con cierta esperanza
Sirius suspiro y miro la sala vacía. En esos momentos, solo ellos dos se encontraban en la sala. Pero se escuchaban los murmullos de las habitaciones, especialmente las voces del despacho.
- Deberías descansar- recomendó el licántropo
- No, gracias, estoy bien- dijo en un susurro débil
Remus agito su cabeza negativamente. Por que el animago tenía que ser tan tozudo.
- Estaba molesto conmigo, con Albus. Con todos- dijo Sirius- Le molesto el hecho de que le hayamos ocultado la profecía, ni siquiera quiso escucharme-
- Es natural que Harry se sienta así, parece que todo el mundo sabe sobre su vida y su pasado, mas que el mismo- razono Remus- Además, no es fácil saber que tu vida esta encadenada a matar o ser matado-
- ¿Sabes que fue lo ultimo que me dijo?- indago, pero el licántropo negó, realmente no lo sabia- Que estaba decepcionado de mi- sus ojos se volvieron cristalinos-
-Oh Sirius, no creo que Harry haya querido decir eso en realidad- apoyo su mano en el hombro del hombre de bellos ojos azules- seguramente el enojo y el cansancio hicieron que esas palabras salieran de su boca, pero te aseguro que Harry no piensa eso en realidad
- ¡No Remus! El tiene toda la razón para sentirse decepcionado- agarro su cabeza con sus manos- Jamás he estado a su lado, jamás...-susurro con voz quebrada-No he estado ahí cuando mas me necesito, no pude cumplir con la promesa que les hice a nuestros amigos, los he decepcionado a todos, a James, Lily, Harry y a ti...a todos, incluso a mi mismo...y ahora Harry se ha ido y lo peor es que no puedo culparlo-
Remus suspiro, sabia que negar lo dicho por Sirius, solo atraería otra discusión y finalmente eso no ayudaría a nadie, pues Sirius terminaría culpándose aun peor.
Lo único que podía hacer en esos momentos, era apoyarlo silenciosamente, compartiendo su dolor y tratar de alivianar su culpa. Rezando a que Harry volviera sano y salvo y cuanto antes. O si no, temía que Sirius cometiera una locura.
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Albus Dumbledore, miro los informes sobre su escritorio cansadamente, parecía que todos los años vividos al fin se le venía enzima y realmente, ya estaba demasiado grande para estas cosas.
- Harry... ¿donde estas?- murmuro a la nada
- Ese mocoso lo único que sabe causar son problemas al igual que su padre- Severus Snape hablo fríamente, casi escupiendo las palabras como si fueran veneno
Albus clavo su mirada azul y trasparente en el profesor de Pociones, molesto. No le gustaba que hablaran así de Harry. Jamás le había gustado y jamás le gustaría, aun que soportaba las cosas viniendo de Severus, pues sabia que este tenia mucho rencor hacia James Potter, pero en esos momentos, no soportaría que nadie insultara al chico. Ya no lo soportaba, por que Harry no se lo merecía. El no era James, era Harry.
Snape, sintió un fuerte escalofrió recorrer su espalda, acompañado de un terrible miedo y arrepentimiento, Albus podía llegar a ser peor que Voldemort. Pero el estaba demasiado acostumbrado a enmascarar sus sentimientos, por lo que creyó que el director no lo había notado.
- Severus, no hables así de el- dijo tranquilamente, pero aun así su tono sonaba peligroso- ¿Que noticias me traes?
- Voldemort no sabe nada de la desaparición de Potter, aun que se notaba nervioso por no poder contactarlo mentalmente- explico recordando lo furioso que estaba el Lord oscuro- por lo que deduzco que o Potter no esta a su alcance o por un milagro aprendió Oclumancia-
- Dudo mucho que Voldemort no pueda alcanzar la mente de Harry, no importa donde este se encuentre, en que parte del planeta este, si el así lo quiere puede alcanzarlo y con respecto a Oclumancia, no lo descarto pero tampoco lo afirmo. Pero por ahora eso es lo mas seguro-acaricio su barba con aire pensativo- sigue averiguando lo que puedas, Severus- pidió el anciano de ojos azules
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Un joven elfo, de cabellos ébanos, cortos, piel ligeramente morena y brillosos y extraños ojos verdes. Se encontraba sentado, con las rodillas contra su pecho, sobre un banco blanco en el jardín Rosal. Un amplio y hermoso patio lleno de rosas, de todo tipo de colores, que iban desde las blancas hasta las azules. Cualquiera que lo viera se quedaría extasiado con la belleza que inundaba el lugar, pero lo que mas le gustaba de aquel lugar, era la magia que lo inundaba, de cierta manera lo hacia sentir en calma.
Elevo su mirada hacia el cielo oscuro y automáticamente, esta, se poso sobre la estrella Siriu; Una de las hermosas y brillantes estrellas.
Suspiro algo melancólico y con cierta nota de culpa, al mirar la gran estrella del Can Mayor.
- Sirius- murmuro suavemente, permitiendo que el viento se levara sus palabras
- Buenas noches, Arafinwë- murmuro una voz suave, haciendo que Harry sonriera internamente ante su nombre elfico y ante la personas que lo había pronunciado
Arafinwë era la traducción de su nombre en Quenya y que en el idioma antiguo de los alto de los Eldar significaba; Príncipe de poder. Arwen solía llamarlo así, decía que era el nombre perfecto para el.
- Buenas noches, Lady Arwen- inclino un poco su cabeza por el respeto y el cariño que sentía hacia ella
Arwen le sonrió calidamente pero sin dejar de obsérvalo con una mezcla de preocupación y melancolía, aquellos ojos verdes tan parecidos a los de su madre Celebrion y a los de su hermana menor, Lisswen. Pero a la vez eran tan diferentes, en ellos se podían ver muchas cosas, valor, responsabilidad, lealtad, sabiduría, melancolía, esperanza y resignación. Todo eso hacia que sus ojos tuvieran esa intensidad tan extraña, que solo uno pocos elfos, humanos o Istar poseían.
- ¿Man ta raika? (¿Qué ocurre?)- pregunto la elfa al verlo tan serio- ¿Aun sigues enojado?
Harry resoplo internamente, esas semanas había estado muy molesto con su familia, mejor dicho con su abuelo. Aragorn había partido hacia casi un mes en una misión y el tenia deseos de ir con el, pues había sido preparado para convertirse en un buen guerrero y aun que su magia aun estaba inestable e incluso había hechizos que no podía realizar aun, el deseaba acompañar al montaras, pero Elrond había sido determinante en su decisión de no permitirle ir, aun que este sabia que sus habilidades en la lucha eran demasiada buenas, pues podía mantener un digno duelo con Glorfildel, los gemelos o Aragorn. Tal vez no ganaría, pero les daría una buena lucha, además se destacaba muy bien en el arte de sanción.
- Arafinwë- tomo las manos de Harry entre las suyas- comprende que Ada solo desea lo mejor para ti- explico con calma la elfa
- ¡Pero no soy un niño Arwen!- exclamo molesto- He estado un año bajo la tutela de los mejores guerreros de Rivendel y me he convertido en un buen espadachín. Entones por que mi abuelo sigue pensando que no estoy preparado, ¿acaso me considera tan débil?-
- Oh Arafinwë- suspiro- No es así, Ada, sabe y conoce tus habilidades, pero el solo desea protegerte, te ama demasiado para dejar que te arriesgues de esta manera, todo lo hacemos, no queremos que te veas envuelto en esta lucha. Compréndenos- pidió la dama con voz suave y calmada
Harry suspiro, no había caso, al parecer su familia jamás dejaría de sobreprotegerlo, no que le molestara, pero en algunos casos, era asfixiante. Se sentía atrapado, no conocía el resto de la Tierra Media, no había salido ni siquiera de los alrededores de Rivendell en el año y meses que llevaba en el mundo de Arda
Su mirada se fijo, nuevamente, en el cielo nocturno, fue allí cuando recapacito lo que había dicho, llevaba un año en aquel sitio...un año
Un largo año en los cuales no había visto ni sabido nada de su mundo, sus amigos, ni su padrino. Lo extrañaba, a todo, incluso ya había olvidado el asunto de su quinto año, los secretos de Albus y todo lo sucedido en el ministerio. Ahora solo deseaba verlos, saber si estaban bien, temía que Voldemort hubiera matado a sus amigos en su ausencia sin que el pudiera hacer algo al respecto...la verdad era; que estaba realmente preocupado por ellos y deseaba verlos, luchar con ellos, aun que cada día que pasaba, su alma y corazón se ataba a la Tierra Media y sus nuevos amigos, especialmente a Arwen y Aragorn, con ellos sentía una conexión mas fuerte y especial que con los demás. Pero claro, esa conexión se comparaba con la que sentía por sus amigos o por Sirius.
En esos momentos sino una punzada de culpa en su pecho. Cerró sus ojos recordando la última vez que había visto a Sirius...las palabras que le había dicho a su padrino.
Flash Back
Solo unas pocas horas habían pasado desde lo sucedido en el ministerio, y, en esos momentos se encontraban en la seguridad del castillo Hogwarts, sin embargo, Harry Potter se sentía defraudado por dos de la personas que mas respetaba. Albus Dumbledore y Sirius Black.
- Por favor Harry trata de comprendernos-pidió Sirius Black a su ahijado, quien caminaba en círculos alrededor del despacho
-¡Que quieres que comprenda!- exclamo furioso- ¿Que solo soy una simple arma?-
- No es así- trato de explicar el director, pero el joven Gryffindor estaba demasiado molesto para escucharlo.
Cuantas mentiras y secretos rondaban en su vida, que otra cosa le estaban ocultando y por que de todas las personas que estaban involucradas, Sirius tenia que ser una de ellas.
- ¿A no?- dijo con el sarcasmo impregnado en su voz- ¿Entonces, díganme, por que no me dijeron la verdad?- hablo entre diente y apretando fuertemente sus puños, clavando sus uñas en la piel de su palma
- Solo queríamos protegerte...-
- Oh convertirme en el arma perfecta sin que yo lo supiera, utilizarme como una simple pieza de ajedrez que se mueve a su voluntad- sus ojos esmeraldas brillaban con un brillo peligroso, tomando un tono más oscuro. Ambos magos adultos suspiraron, el chico no los escucharía- dejadme decirles algo, yo no soy una marioneta que ustedes controlan a su voluntad, ni tampoco un arma para esta guerra- camino furioso hasta la puerta del despacho- me decepcionaste Sirius, pensé que podía confiar en ti, pero me doy cuenta que no es así- Harry ni si quiera noto la mirada herida y arrepentida del animago-
Fin del Flash Back
- ¿Arafinwë?-
- Lo siento Arwen, me distraje-
- ¿Que sucede?- cuestiono- Desde hace días que te noto nostálgico y preocupado-
Harry la miro para luego mirar el piso. Ela aun no sabia nada de la profecía, no por que no confiara en ella, sino por temor a que Arwen le tuviera lastima.
- ¿Harry?
- Me siento extraño -suspiro, pasando una mano sobre sus cabellos, desordenándolos- Cuando deje mi mundo, estaba furioso con todos...me había sentido traicionado por el hombre que ame como a un abuelo y por mi padrino, ellos sabían cosas de mi, de mi pasado, mi familia y no me lo dijeron. Me ocultaron cosas que yo debía saber, aun cuando fueran complicadas, yo tenía derecho a saberlas
- Quizás ellos sentía que te protegían de esta manera-
- Si, pero si me lo hubieran dicho, tal vez no habría ido hasta el ministerio y Sirius no hubiera estado a punto de morir, ni yo habría dicho las cosas que dije-
- Los hubieras y coincidencias no existen en este mundo ni en ningún otro. Es el destino. Lo que debe pasar, pasara Arafinwë. No importa cuanto tratemos de eludirlo, jamás podremos escapar del destino-sentencio sabiamente
Harry asintió, recordando las misma calaras que Iris le había dicho tiempo atrás.
- Se sincero contigo mismo, ¿Los extrañas?- pregunto insegura y temerosa la elfa
- Si- fue su simple respuesta- Quiero verlos- murmuro para sus adentro, pero lamentablemente la dama de Rivendell lo oyó.
- No te preocupes, confió en que encontraremos la manera de enviarte de vuelta- sus ojos mostraron tristeza, no deseaba perder la ultima conexión que tenia con su hermana, amaba al chico, pero si eso era lo que el pequeño deseaba, ella vería que se cumpliera- Vamos, ya es tarde y esta haciendo frió-
Harry asintió ofreciendo su brazo a la elfa, quien lo tomo gustosa y caminaron hacia los dormitorios. Repasando las palabras Arwen...encontrar la manera de regresar
Si, por un lado deseaba regresar, pero por otro, deseaba quedarse.
¡Valar! Por que las cosas son tan complicadas en mi vida. Pensó Harry resignado y molesto
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Cinco de esas terribles criaturas se encontraban frente de él, altas y temibles figuras cubiertas de largas capas negras y en sus manos, portaban espadas oscuras.
Sus ojos se fijaron en sus compañeros, Eru, sus amigos habían intentado protegerlo y fallaron, y no los culpaba. Los Nazgul eran seres horripilantes y de un poder sobrenatural, ¿que podía hacer un hobbit contra ellos?
Escuchó un murmullo: ¡Ash nazg durbatuluk. Ash nazg gimbatul. Ash nazg thrakatuluk. Agh burzum-ishi krimpatul!
Su respiración se entrecorto, era el Anillo, lo estaba llamando o tal vez solamente estaba llamando a los sirviente de Sauron.
Su desesperación aumento al verse solo y al ver como aquellas cinco figuras se acercaban a el, sin pensarlo, se coloco el anillo, con la esperanza de desaparecer y evitar que los Nazgul lo atraparan.
Pero sus ojos mostraron verdadero terror, cuando vio que los Nazgul se había trasformado en figuras fantasmales, blancas y con coronas sobre sus cabezas. Los reyes de antaño, como Aragorn le había explicado.
El líder de los Nazgul, acerco su mano hasta el, tratando de tomar el anillo. No podía permitir que lo se llevaran, si el anillo volvía a las manos de Sauron, seria el fin de la Tierra Media. No le fallaría a Gandalf ahora.
Sacando fuerzas de donde no tenia, alejo su mano del Rey de los espectros, haciendo enfurecer y logrando que este lo apuñalara con su espada, justo e su hombro izquierdo..
Un grito de dolor y horror escapo de sus finos labios, no podía evitarlo, el dolor era superior a cualquier cosa, casi podía sentir que atravesaba su alma, hundiéndolo en la oscuridad.
- ¡Trancos!- escucho la voz desesperada de Sam- ayúdalo...-
Las voces se oían más y más lejanas, como la oscuridad lo fuera alejando de la realidad.
Lo ultimo que salio de su boca, fue un nombre.
-¡Gandalf!- el viento arrastro su grito, llevándolo atrás de las montañas, como tratando de llegar a su destinado
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Se movió inquietamente de un lado para otro, no podía dormir. Sentía que algo malo iba a suceder y se regaño a si mismo, pensando que ya se estaba poniendo tan paranoico como Hermione.
"Mm la verdad si eres bastante paranoico. Pero pasa de la media noche, duérmete de una buena vez y deja dormir a los demás"
Harry sonrió al oír la voz soñolienta de Iris. Quien lo observaba con sus profundos e intimidantes ojos dorados. Realmente la fénix estaba molesta, había cortado su hermoso sueño de belleza. Pensó divertido
La fénix soltó una nota molesta, indignada al escuchar el pensamiento del chico.
-Si tanto quieres dormir y dejar de oírme, cierra tu mente- Ja. Se la había volteado, ahora que sabia Oclumancia, era su turno de molestar a su amiga
La fénix murmuro algo tan bajamente que el chico no alcanzo a escucharla, y tuvo que morderse la lengua para no reírse de ella, cuando esta le tiro una mirada asesina mientras esta cerraba su mente.
¡Gandalf!
Harry parpadeo confundido, por un momento...había escuchado la voz de alguien, parecía agonizante y temeroso. Por alguna razón, sentía que debía corresponder a ese llamado de auxilio. Fuera quien fuera esa persona, estaba peligro y sentía la obligación de ayudarlo.
Camino sigilosamente hasta la puerta del bacón de su habitación y abrió suavemente las puertas de cristal. Permitiendo que el frió viento, golpeara su cara.
¿Que era lo que debía hacer? Si iba, primero no tenia ni idea a quien pertenecía ese llamado ni donde estaría esa persona, segundo su abuelo mandaría a sus hombres a buscarlo y cuando lo encostran, lo mataría. No que alguna vez su abuelo o algún integrante de la familia lo haya castigado o hecho daño físico, pero realmente su abuelo enojado era atemorizarte. Pero si no iba, no podía estar en calma.
Murmuro algo en elfico, una maldición. Para luego volver sobre sus pasos hacia la habitación para cambiarse, lo más callado que podía, pues no quería despertar ni a Iris ni a nadie de la casa.
"Demasiado tarde, ya me desperté" aclaro "piensas desobedecer a tu abuelo, OTRA VEZ" recalco
Harry sonrió con sus ojos brillando traviesa mente, haciendo que Iris negara con su cabeza y acto seguido volara hasta su hombro. Susurrando cosas, sobre niños desobedientes y en como los tutores y padres deberían poner castigos mas severos o el castigo que Elrond le daría a su vuelta.
- ¿Piensas acompañarme?- pregunto divertido
"Por supuesto, si no voy, podrías perderte, además, sueles actuar como tonto cuando no hay nadie que te vigile"
- Gracias por la confianza- murmuro sarcástico e indignado, la Fénix elevo una suave nota musical, burlándose del chico
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Cristal: Bien, hasta aquí queda este capitulo, en el próximo, Harry se encontrara con Frodo y los demás y tendrá un pequeño enfrentamiento con los Nazgul, esperemos que salga bien librado de esta y que la suerte que siempre lo acompaña no lo deje ahora jejeje.
Umi: Si algo le pasa a Harry, juro que me las pagaras ¬¬
Cristal: Glups, acabo de recordar que tengo que ir hacer mi tarea, los dejamos con las contestaciones de los Reviws- Cristal sale corriendo
Umi: ¡No huyas cobarde!- persiguiendo a Cristal-
Reviews:
HADA: Hiya, No sabes la alegría que me causa que te guste mi fics, pues he leído tu fics, Mi fantasía, mi realidad. Y déjame decirte que me encanta, solo que no te he dejado Review- Cristal luce apenada- Pero de verdad me gusta. Ariel, Haidee y Aarón, son mis personajes favoritos, los adoro. Me gusta la valentía y seriedad de Ariel, lo bocona (con todo respeto) de Haidee, me encanta que diga lo que piensa, me parecía algo muy sincero. Y Aarón, me encanta su dulzura e inocencia.
Si, Harry es un elfo, no mitad-elfo, como Elrond. Jeje, si las cosas se complicaran, por que no tienes control total de sus poderes, pero eso lo hará que no dependa tanto de su magia, las cosas se complicaras para el chico de Oro. Espero que te siga gustando y que sigas leyendo. Y me gustaría mas conocerte por el MNS. Besos para ti también y espero saber pronto de ti.
Namarië Hada
Marisca: Hola, una brasilera, conozco a muchas personas de diferentes países, pero nunca me había encontrado con una brasilera, eso me da gusto. Con respecto a los dibujos, si tengo un par de dibujos, pero no son míos, pero veré si la autora de los dibujos quiere publicarlos. Bueno, no me he tardado tanto, espero que te siga gustando.
Bye
Tata-titi: Nadie podría negarse a semejante petición, jejeje, corto pero directo al grano. Espero que te siga gustando y que me dejes tus opiniones.
Bye
Nos vemos la próxima semana, dejen sus comentarios y si tienes alguna idea, pues dejadla también. Por cierto, no confundan Adar o Ada, que significa padre y papa. Con Arda, que significa Tierra, ese es el nombre que se le da a la Tierra Media. Oki
Ja ne
