Bueno, también subo el primer cápitulo, dejen Rewiews para saber si os gusta si no, opiniones malas y buenas, gracias!
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CAPÍTULO 1: UN NUEVO COMIENZO
-¡Hermione, corre!
-¡No Harry!
-Quien lo iba a decir Potter, al final en mis manos ¡AVADA KEDABRA!
-¡HARRYYYYYYYYYY!
Hermione se despertó sudando, desorientada. Nunca se libraría de esa pesadilla. Se acostumbró a la oscuridad y se dio cuenta que estaba en el Caldero Chorreante. Estaba muy nerviosa, comenzaba el nuevo curso, sin amigos, sin familiares...Sin Harry. Una lágrima se deslizó por su rostro. Decidió levantarse y darse una ducha para relajarse. Se alisó el pelo, se puso unos vaqueros, una camiseta y lo recogió todo. Dentro de 18 días sería su cumpleaños y se sentía más sola que nunca. Salió del Caldero Chorreante y se dirigió a la estación de King Cross.
Cuando subió al expreso buscó un compartimento solitario. Con un hechizo se cambió a su uniforme, sobrio, negro, sin escudo. Otra lágrima rodó por su mejilla¿y si no la destinaban a Gryffindor?. Se lo pediría al sombrero, como en el primer año. En esos momentos le encantaría convertirse en león, echar a correr para no volver. Cuando empezó a haber afluencia de estudiantes Hermione decidió dormir para no tener que hablar con nadie.
De repente la medio despertaron unas voces de unos muchachos. Pero siguió haciéndose la dormida intentando volver a dormir.
-Vamos aquí no hay nadie.
-Dirás casi nadie.
-Esta dormida así que es igual a nadie.-Los muchachos rompieron a carcajadas
-¿Quién es?
-No lo se, vamos retírale un poco el pelo de la cara a ver si se quien es.
-Si claro, llevando falda fijo que sabes quien es.
-Pues ni idea¿la conoceis alguno?
-No- Dijeron tres voces al unísono.
-Normal, mira el uniforme, no tiene casa, es una alumna nueva.
-Y guapísima por cierto.
-¡Sirius!
-Bueno¿es cierto o no, Remus?
-La verdad es que si, es un angel.
-Es bellísima.
-La más guapa.
-¿por qué no la despertamos?- Mientras tanto Hermione pensaba que se le iba a salir el corazón loco¿había escuchado bien¿Remus¿Sirius¿Y diciendo que era ella guapísima? No quería que la despertaran, quería salir de allí corriendo, escapar. Estaba aterrorizada, avergonzaba, la verdad es que no sabía ni lo que sentía. De repente sintió como la llamaba dulcemente uno de los chicos mientras la tomaba del brazo. Abrió los ojos sin querer hacerlo.
-¿H...ha...ha...harry?- Consiguió articular, al chico que la miraba detrás de sus gafas, y sin querer decir lo siguiente en alto, cosa de la que se arrepintió al instante, tomó de la cara al muchacho como si estuviera en trance y dijo- Dios mío, James Potter, te pareces tanto a él, sabía que os parecíais pero no tanto- Y se le empezaron a caer las lágrimas. –Harry James Potter te odio¿por qué me has dejado sola?- y salió corriendo del compartimento dejando a unos merodeadores muy confundidos además de a un James rojo como un Wesley.
-James, de que la conoces¿no dijiste que no sabías quien era?- Preguntó Remus extrañado.
-Y no la conozco, pero sabía mi nombre, aunque se ha equivocado, yo soy James a secas, no Harry James.
-Para dejarla sola, has tenido que estar con ella primero,- dijo Sirius picaramente.- Menuda chica que has tenido, yo una chica como esa no la hubiera dejado escapar.
-Como si te importaran las chicas, para ti son como pañuelos.
-¿Cómo te atreves remus, yo voy por el jardín disfrutando de todas las flores¿Por qué conformarte con un ramo de rosas cuando lo puedes tener de tulipanes, margaritas y claveles tambiém?- Exclamó Sirius riendo. Los demás rodaron los ojos prefiriendo no hacer mención.
Mientras tanto Hermione lloraba en un compartimento desconsolada por lo que acababa de ocurrir. De todos los años, y de todos los alumnos, además de los compartimentos del tren tenía que tocarle ver primero a los merodeadores. Aun no estaba preparada para ver la cara de James y menos si se parecía tantísimo a Harry. Es que no exageraban en nada cuando lo decían.
-¿Por qué me tuve que comportar así¿Por qué no he podido contenerme? Oh Dios mío, ahora que voy a hacer, sería mejor que hablara con ellos y me inventara algo, alguna excusa, pero no me atrevo. ¡Vamos Hermione! Eres una Gryffindor, si quieres que el sombrero te vuelva a escoger para esa casa tienes que ser valiente.
Dicho y echo, la muchacha se encaminó al compartimento donde estaban los chicos, aspirando muy hondo y relajandose, por lo menos intentándolo, aunque no sabía si estaba preparada para afrontar el parecido de James con Harry. Las heridas estaban demasiado recientes. Pero ya estaba en la puerta, tenía que hacerlo. Era mejor que lo hiciera, porque se había comportado de una forma demasiado extraña ante los ojos de esos chicos. Eso lo sabía. Volvió a exhalar aire y abrio la puerta del compartimento con decisión.
-¡Ey¿Te encuentras bien, ven siéntate.- Le dijo Remus dulcemente. Hermione no lo dudo y se sentó delante de James mirándolo a los ojos. Afortunadamente era una parte que no era parecida a Harry. James se puso muy nervioso, y empezó a sonrrojarse, aunque no pudo evitar llevarse una mano a la cabeza y alborotarse el pelo.
-Si gracias- Dijo sin apartar la mirada de James, luego dirigiéndose a él dijo.- Siento mucho lo de antes, debió dejarte extrañado mi comportamiento. Es que realmente te pareces mucho a mi...a un...esto Harry, un amigo- se le había formado un nudo en la garganta- es un amigo que acaba de fallecer, y me sorprendió mucho despertarme y verte, si supieras cuanto te pareces...mira aquí tienes una foto para que veas.- Sacó de su cartera una foto de ella y Harry abrazados. Todos se acercaron a ver la foto, pero cuando la vieron no podían creer lo que veían.
-¡James! Si no fuera por los ojos verdes y la cicatriz de ese chico seríais iguales.- Dijo Peter, todos compartían ese pensamiento.
-¿Pero como sabías mi nombre?- Preguntó James.
-¿Tu nombre, bueno si compartes el segundo nombre de él- dijo Hermione tratando de parecer lo más asombrada posible.- Se llamaba Harry James Potter.
-¡Pero es que yo me llamo James Potter!
-Por Merlín menuda coincidencia. No me lo puedo creer.- Se le empañaron los ojos de lágrimas que si eran sinceras, por tocar un tema tan delicado para ella.
-Vamos vamos,no te preocupes,- dijo Sirius derrepente, se levantó y se sentó a su lado pasando una mano por su hombro. Hermione pudo notar lo atractivo que era Sirius a su edad. Moreno de pelo lacio por los hombros, asomándose una tímida perilla por su barbilla, ojos azules, nariz recta y labios carnosos. Tenía una sonrrisa perfecta, y también pudo notar un cuerpo ancho y fuerte debajo de la túnica. Se sonrrojó un poco, sientiendose derrepente culpable, al notar un suave cosquilleo en el estómago por la cercanía del chico.
-Podemos cambiar de tema, supongo que sabrás algo sobre Hogwarts ya¿a que casa te gustaría pertenecer?- Le preguntó Sirius-
-La verdad que espero pertenecer a Gryffindor,- sonrrió poor primera vez a todos los presentes, dejándolos aturdidos en sus pensamientos, Sirius aun la tenía agarrada y no podía despegar su mirada de ella. Le parecía de una belleza irreal. Fue entonces Peter quien rompió el silencio.
-Estupendo. Espero que te cojan, nosotros somos de Gryffindor.
-¿Ah si?- fingió Hermione- Seguro que si, aunque tampoco me disgusta Ravenclaw, pero realmente espero ser de Gryffindor.- Y así siguieron conociéndose mientras transcurría un viaje tranquilo hasta Hogwarts.
Cuando llegaron a Hogsmeade empezaba a lloviznar un poco y se dirigieron a coger una carroza para ellos cinco. Hermione se sentía nerviosa por volver a tener que pasar por la elección. Ella quería con todas sus fuerzas ir a Gryffindor, no debería haber ningún problema en ello. Estuvo bastante callada en el carruaje pensando en que todos los estudiantes se la quedarían mirando ya que no era muy común una alumna entrando en último curso. Ojalá fuera una alumna de primer año, eso es lo que más deseaba en esos momentos para poder pasar desapercibida.
Cuando entraron en el hall, la profesora McGonagall ya estaba esperándola y se dirigió a Hermione y a los merodeadores.
-Señorita Granger, venga por aquí por favor, tiene que ser seleccionada para una casa con los demás nuevos alumnos.
-Si profesora.
-A que esperan ustedes, entren ya en el Gran Comedor, y no monten jaleo por una vez en sus vidas.- Dijo extrictamente la profesora.
-Buena suerte Hermione.- le susurró Sirius por lo bajo mientras le tomaba la mano y se la apretaba suavemente. Nos vemos pronto en la mesa, ya lo verás.
-Si hasta ahora preciosa.- Dijo Remus.
-Nos vemos- Se despidió James.
-Hasta luego- Concluyó Peter.
-Vale chicos nos vemos- Dijo una agradadecida Hermione.
Caminó detrás de la profesora McGonagall y entró en una habitación que reconoció como la que había entrado en primer curso antes de la selección. Miró a su alrrededor y pudo ver a todos esos pequeños atemorizados sin saber que iba a pasar detrás de aquellas puertas. A Hermione esa escena le trajo muy bellos recuerdos, cuando ella misma con Harry y Ron esperaban nerviosos, repasando todos los hechizos que sabía ya que no tenía ni idea en lo que consistía la prueba. Uno a uno fueron sido llamados los alumnos saltandosela a ella y dejándola en el último lugar. Cuando no había más alumnos y veía que no la llamaban supuso dque Dumbledore estaba explicando que por circunstancias ajenas al colegio iban a admitir a una alumna para séptimo curso, y así estaba sucediendo exactamente. Derrepente escucho su nombre.
Con paso firme aunque un poco acobardada Hermione abandonó la habitación en la que se encontraba y se dirigió a donde estaba el sombrero seleccionador descansando sobre un taburete. Lo tomó, se sentó y lo encasquetó en su cabeza. El sombrero comenzo a murmurar.
-Asombroso, tienes una mente increíble, y una inteligencia que tendrán que pasar siglos para que pase una que se pueda comparar a la tuya. Eres digna de selección de Rowena Ravenclaw.
-Pero yo quiero ir a Gryffindor. También tengo cualidades del león.
-Es cierto, eres valiente, muchísimo, leal y fiel a tus amigos, esas son cualidades exigidas en Griffindor, pero como dije es tu inteligencia y tu mente brillante lo que destaca.
-Pero yo quiero ir a Gryffindor.
-¿Tan claro lo tienes?
-Si.
-Muy bien muchacha, pues así sea, ese será tu destino...¡GRYFFINDOR!
Entre un tumulto de aplausos, sobre todo de la mesa de Gryffindor, se bajo Hermione de su taburete dejando allí nuevamente el sombrero, para que la profesora McGonagall se lo llevara nuevamente al despacho de Dumbledore. Los merodeadores la esperaban de pie aplaudiendo y con sinceras sonrrisas en los rostros.
-Te dije que nos veríamos pronto en la mesa, el destino quiere que estemos cerca, preciosa,- Le dijo Sirius picaramente, mientras Hermione no podía evitar sonrrojarse mucho. Los demás merodeadores se quedaron mirando para Black sorprendidos, pero decidieron disimular exclamando todos.
-¡A COMER!- Y así aparecieron toda clase de deliciosos manjares delante suya como por arte de magia. La cena transcurrió amena y animada bajo las bromas y los comentarios de los merodeadores. Hermione se reía, lo estaba pasando estupendamente, pero evitaba a Sirius todo lo que podía. Se sentía muy cohibida en su presencia. Pero era dificil de ignorar, cuando el estaba todo el rato encima de ella, para sorpresa de los demás chicos. Por que aunque se comportaba como el típico Don Juan, como el que se caracterizaba Sirius, no se comportaba tan creído y tan chulo como acostumbraba.
La cena terminó sin ningún percance, y ya con la barriga llena y somnolienta se dirigieron a sus dormitorios. Hermione se despidió de sus nuevos amigosy se encaminó al dormitorio de las chicas del séptimo año. Cuando entró en el, pudo ver sus cosas al pie de la cama. Sus uniformes habían adquirido los colores de Gryffindor. Detrás de ella entró una muchacha pelirroja. Su pelo era rizado de un rojo fuego, y sus ojos eran de un color verde esmeralda. Aquella muchacha se llamaba Lily, era la madre de Harry.
-Encantada, así que tu eres mi nueva compañera de habitación, yo me llamo Lily Evans.- Se presentó jovialmente.
-Encantada, yo soy Hermione Granger.
-Te he visto con Potter, Black, Lupin y Pettegrew. Ten cuidado con Potter y Black, deberíasa saber que te meterás en problemas. Remus Lupin es mejor muchacho.- Dijo con un tono menos agradable.
-A mi me parece unos muchachos encantadores, y muy amables, no se.
-Ya eso parecen al principio pero ya veras despues. Bueno supongo que estarás cansada. Bienvenida. Te gustará esto ya verás, es una escuela de las mejores.
-Estoy segura de ello Lily, y por lo menos ya conozco gente, espero que lleguemos a ser buenas amigas.
-Seguro que si Hermione, buenas noches.
-Buenas noches Lily.
Hermione se arrebujó entre sus sábanas, pensando que todo esto podría ayudarla a superar la muerte de Harry. Se quedó dormida libre de pesadillas.
