CAPÍTULO 5: Y COMENZÓ LA FIESTA
Hermione estaba en sus habitación con Lily. Los merodeadores se habían encargado de formar pequeños grupos diseminados en diferentes horas para escaparse a Hogsmeade.
La muchacha había elegido una falda blanca plisada por la mitad del muslo y una camiseta blanca entallada de licra de cuello alto sin mangas. Este color hacía resaltar su morena y bronceada piel. Como calzado, llevaba unas sandalias que se ataban con unas tiras hasta media pierna igualmente blancas, de tacon fino. Se Había untado además una crema irisada que dejaba destellos de purpurina, como si su piel fuera dorada.
El pelo se lo había alisado con bastante trabajo, ahora le caía lacio hasta la cintura, cortado en pico y capeado, y por la parte de delante lo llevaba desbastado. Con su normalmente rizado y enmarañado cabello no podía verse lo largo y bonito que lo tenía, tampoco se podía apreciar el bonito corte que tenía. Con ayuda de la varita de Lily, y una poción coloreadora, se había puesto algunas mechas rubias, que alternaban con su color castaño. Para terminar su obra, iba maquillada en sus ojos una mezcla de sombras doradas, a juego con su piel que destacaban sus grandes ojos miel ambarinos, rimel y lapiz de ojos negros. En los labios llevaba un brillo de color beige. Se veía muy guapa.
Llevaba en las orejas unos aros de plata grandes y un brazalete como único complemento.
El pelo de Lily, caía suavemente en ondas como una bella cascada por su espalda. También había decidido que lo llevaría suelto. Su pelo seguía rojo sangre como siempre. Y sus ojos verdes lucían más brillantes que nunca.
Llevaba unos vaqueros azules, bajos de cadera, ajustados, piratas. Unos zapatos de tacón de aguja, no muy alto, clásicos de color negro, terminados en punta. Su camiseta de color verde botella tenía el cuello en uve, que dejaba lucir una gargantilla con una piedra nacarada muy bonita. Además de ese complemento, llevaba un cinturón ancho negro. De maquillaje, llevaba los labios voluptuosos, rojo pasión a juego con su pelo. Los ojos los llevaba naturales, un poco de rimel y lapiz de ojos negro, nada de sombra.
Las dos se veían bellísimas. Se pusieron un poco de perfume detrás de las orejas y en el reverso de las muñecas y se dispusieron a salir. Iban en el último grupo, con los merodeadores, por supuesto, ya que los muchachos habían tenido que coordinar las salidas de los alumnos.
Cuando bajaron por las escaleras de la sala común los muchachos ya se hallaban allí. James iba con unos vaqueros negros y una camisa blanca. Su pelo estaba rebelde como nunca y sus ojos brillaron al ver bajar a Lily. Nunca la había visto tan guapa y arreglado.
Sirius al igual que James, llevaba unos vaqueros, pero de color azul desgastado y un poco anchitos. Por encima llevaba una camisa negra, con algunos botones desabrochados, dejando lucir parte de su musculado torso. El pelo le caía desordenadamente sobre los hombros, y su acostumbrada perilla (o más bien pelo de no haberse afeitado en unos cuantos días). Este a su vez no tenía ojos más que para Hermione. Hasta Peter y Remus estaban sorprendidos pero supieron reaccionar mejor que sus amigos.
-Hola chicas, estais muy guapas!- Exclamó Remus.
-Si estais muy bellas.- Corroboró Pettigrew.
-Muchas gracias, sois muy amables ¿vamos?- Contestó Hermione cohibida.
-Por supuesto. Tenemos un cmino especial para vosotras. Iremos por el tunel que hay bajo el sauce boxeador e iremos hasta la casa de los gritos.- Contestó Sirius intentando recobrar la compostura.
-La...la...l...la... casa de...los...gritos..?-Trato de decir la pelirroja.- Pero si está embrujada por fantasmas muy peligrosos.
-Nada que ver- Contestó James mirando muy orgulloso a sus amigos.- Alguno que otro algun día del mes, pero ahora está vacía, tranquila- Dijo con una seductora sonrrisa intentando parecer muy valiente.
Dicho esto, se pusieron en camino debajo de la capa invisible, a la que tuvieron que hechizar para que se pusiera más grande y se dirigieron por los pasillos de Hogwarts habitado en estos momentos por algún que otro fantasma y retratos adormilados. Una vez cerca del sauce, se deshicieron de la capa, Remus cogio una rama que había en el suelo especialmente larga, y agilmente toco uno de los nudos de las ramas del sauce, lo que hizo que este se quedara quieto. Todos apuraron para ponerse a la altura de Remus y se introdujeron por el pasadizo. Corrieron lo más rápido que pudieron para llegar a la casa, en la cual Lily entró horrorizada.
Una vez en Hogsmeade, se dirigieron al local, cuyo ambiente estaba muy animado ya, lleno de alumnos, bailando, bebiendo, coqueteando, de todo.
-Es hora de divertirse- Dijo Sirius, y fueron todos a la barra a disfrutar de las numerosas bebidas y achispándose, ya que el plan de juntar a Lily con James tenía que empezar a tomar forma.
Cuando ya llevaban unos buenos tragos, y estaban todos bastante "contentos" apareció Amos Diggory sacando a Hermione a bailar. Sirius los siguió atentamente con la mirada, pensando que le iba a partir la cara al creído de Diggory. Apuró un par de vasos whiskys de fuego y se dirigió hacia donde estaban bailando bajo la atenta mirada de Lupin divertido. Puso una mano en el pecho de Diggory y lo empujó un poco, no demasiado fuerte, y cogio a Hermione de la cintura, con la otra mano (pasandole el brazo por detrás de la cintura no?) mirandola seductoramente, mientras esta reía con las mejillas encendidas a causa del alcohol (las mejillas y la risa, ambas eran a causa del alcohol).
-Esta noche te quedas conmigo preciosa.- Dijo Sirius en un tono un tanto ebrio.
-Lo que tu digas- Contenstó Hermione perdiéndose en los ojos del muchacho, con la boca ligeramente abierta. (Efecto del alcohol, ella cree que esto esta pasando: Lo mira seductoramente y coloca los labios de una forma sexy, y esto es lo que esta pasando: Está babeando por Sirius y tiene la boca abierta de lo absorta que está con el, sin disimular para nada xD)
Mientras tanto Peter y Remus se habían alejado un poco de Lily y de James para que la noche siguiera su curso, pero estaban vigilando a ver que pasaba. Cornamenta se estaba acercando peligrosamente a la pelirroja mientras le latía el corazón violentamente en el pecho. El alcohol le estaba dando la valentía de la que había carecido los anteriores años. La pelirroja sonrreía docilmente mientras también se acercaba a él.
-Llevo mucho tiempo queriendo hacer una cosa- Le dijo en un susrro el moreno con una voz algo ronca.
-¿Qué es lo que quieres hacer?- Dijo ella acercándose más.
-¿No me vas a pegar ni a insultar?- Inquirió el muchacho algo desconfiado.
-¿Por qué iba a hacerlo James?- Le respondió la muchacha.
-James...suena tan bien en tus labios...tus labios- Dijo James mirando lujuriosamente los carnosos y rojos labios de Lily.
-¿A que esperas?- La muchacha acortó la distancia uniendo los labios en un apasionado beso, que no tardaron en profundizar, y se retiraron a una parte alejada del local, besándose y acariciándose locamente.
Remus y Peter se sonrrieron y decidieron ir a buscar a Sirius y Hermione para contarles la noticia pero cuando los localizaron abrieron los ojos de par en par sin creer lo que veían.
Hermione y Sirius bailaban de una forma muy sensual, rozándose de forma insinuante, y sonrriendose tontamente. Ambos se daban picos continuamente sin pasar de ahí.
Lupin y Peter empezaron a revolcarse de la risa. Era una estampa muy cómica. Sirius bailando de esa forma con una chica y dándose inocentes picos. Uno detrás de otro. Además esa tonta sonrrisa era la guinda del pastel.
-Parece que nos hemos quedado solos, ha sido más facil de lo que yo creía.-Dijo Remus- Mejor vamos a buscar un par de chicas con las quien bailar o nos vamos a aburrir.
-Si pero me apetece beber algo más- Dijo Peter.
-Uffff ,meter a toda esta gente borracha, hay que controlar la hora, no podemos regresar de mañana al castillo, o nos pillara,- Dijo Remus.
-Los profesores van a alucinar, cuando vean a medio castillo con dolor de cabeza y levantándose pasado el mediodía.- El comentario de Peter era preocupante, pero bajo los efectos del alcohol estallaron otra vez en carcajadas, hasta el punto de tener que salir corriendo al baño.
A las 5 de la mañana el pub anunció que iba a cerrar. Sirius tenía su mano entrelazada con la de Hermione, seguían con sus inocentes besos y diciendo alguna que otra incoherencia, pero sobre todo con una sonrrisa que no podía pasar por alto nadie. Era un momento muy feliz para ambos. James y Lily se habían confesado su amor y había decidido salir juntos, cuando habían sido interrumpidos por Remus y Peter, haciéndoles caer en la cuenta de que la fiesta había terminado y tenían que volver al castillo.
No fueron demasiado silenciosos al llegar, todo el mundo parecía haber tomado de más pero por suerte no cogieron a los alumnos volviendo a las salas comunes completamente "mareados". Los merodeadores y las chicas ya estaban en la sala común, James y Lily estaban despidiéndose y comiendose a besos.
-Te acompañaría a tu habitación.-Dijo picaramente James, pero no quiero tener problemas con esas endiabladas escaleras. Lily rio por lo bajo.
-No te preocupes, puedo ir sola, creo que hasta ahí llego.- Le contestó la pelirroja antes de que se fundieran en un nuevo beso.
Sirius y Hermione se abrazaban cariñosamente. El animago acariciaba freneticamente el pelo de Hermione en un intento por no caerse redondo al suelo de la que tenía encima. La castaña decidió besarle y profundizar de una vez para explorar la boca del moreno. Sus manos recorrían la fuerte y ancha espalda de Sirius quien a su vez acariciaba con delicadeza el rostro de la muchacha. Cuando se separaron suspiraron al unísono al verse a los ojos mientras volvían a sonrreír.
-Te quiero.- Logró atinar a decir Hermione.
-Yo también.- Dijo Sirius un tanto sorprendido.
-¿Quieres dormir conmigo?- Le preguntó Hermione picaramente.
-Creo que mejor lo dejamos para mañana porque no se como pasar las escaleras, o podemos quedarnos en los sofas de la sala común.- Dijo el moreno con un brillo en los ojos.
-No estoy para sofas- Concluyo Hermione empezando a notar como todo le daba vueltas y el estómago comenzaba a revolverse, decididamente había bebido demasiado. Sintió un tirón y se dio la vuelta, donde estaba Lily con el maquillaje completamente corrido y el pelo revuelto diciéndole que se fueran a dormir ya. La muchacha se despidió de Sirius con un lento y pasional beso y desapareció con Lily por las escaleras hacia sus habitaciones.
-Enhorabuena chicos, ya teneis lo que queríais.- Dijo Remus burlonamente a Sirius y a James.
-Ha sido increíble.- Contestó un James muy borracho.
-Solo espero que no halla sido una locura de noche y mañana cuando se le pase todo no se arrepienta, estaba muy tomada, a lo mejor no sabía lo que hacía, me dijo que me quería.- Dijo Sirius con unos ojos incrédulos.
-¿De verdad te dijo que te quería¿Y tu que contestaste Canuto?-Inquirió Remus sorprendido.
-Que también la quería. Pero yo lo dije en serio.- Contestó Sirius envalentonado por el alcohol. Los merodeadores no podían creer lo que estaban escuchando. Fue Remus quien volvió a romper el silencio.
-No te preocupes Sirius, tu también has bebido mucho y sabes lo que haces, ella no ha hecho o ha dicho nada que no sintiera. Vamos ya a la cama.- Dijo "sabiamente" (entre comillas por el momento y el alcohol xD) Remus. Mientras tanto en el cuarto de las chicas.
-Lily por favor, haz que la cama pare.- Decía una Hermione con voz entre cortada, que no paraba de dar vueltas en la cama y con la frente empapada en sudor.
-La cama no se mueve, es la habitación.-Contestó Lily en un estado parecido.
-Esto es peor que un barco, no puedo más.- La muchacha se levanto corriendo al baño pálida y con la frente ligeramente verdosa. Cuando Lily escucho las arcadas de su amiga se llevó una mano a la boca y la otra al vientre y corrió a hacerle compañía a su.
Una vez expulsados todos los males que conservaban en el vientre, y después de lavarse sendas bocas volvieron a la cama, aunque se encontraban un poquito mejor, no se encontraban bien del todo y tardaron en conciliar el sueño.
Al día siguiente Hermione se despertó pero no podía levantarse de la cama, estaba muy mareada y le dolía terriblemente la cabeza, además de sentir una sed horrorosa. Se incorporó como pudo y acudió a la jarra de plata que había en la mesilla con un sabor de boca horrible. Se sirvió varios vasos de agua que bebió de un trago. El agua comenzó a encharcarle el estómago pero no consiguió que le bajara la sed en absoluto. Se sentía horrible. Miró hacia la cama de Lily, la muchacha parecía encontrarse igual de mal. Se miraron y dijeron al unísono:
-No vuelvo a beber.- Ambas sonrrierón con dificultad y Hermione se dirigió al baño. Cuando se miró al espejo quedo totalmente horrorizada. El pelo era una masa enmarañada, tenía ojeras y no las mejoraba mucho los trazos de pintura negra corrida. Tenía los labios hinchados y muy rojos, por no hablar de la hinchazón de su cara. No quiso seguir mirando el deplorable espectáculo. Abrió la ducha y se metió en ella sin dudarlo.
La ducha había conseguido mejorarle el aspecto. Por lo menos sin lo que fue el maquillaje de ayer, estaba mucho mejor y con el pelo limpio y desenrredado. La cara al parecer con el contacto con el agua había bajado un poquito la hinchazón, aunque las ojeras y los labios seguían teniendo el mismo aspecto, por no hablar del mareo y del dolor de cabeza. Aunque peor lo estaba pasando con la sed. Ese domingo iba a ser horrorosamente malo, y desde luego no iba a poder tocar un libro. Cuando Lily salió del baño despues de hacer lo propio, todo en la mente de Hermione se empezó a hacer más claro y las lagunas comenzaron a desaparecer. Miró horrorizada a la pelirroja.
-Dios mío Sirius y yo ayer...- Exclamó poniéndose muy roja. Pensaba que jamás iba a poder volver a mirar al muchacho a la cara.
-Sirius y tu que –Inquirió la pelirroja.
-Nos besamos, que vergüenza.- Chilló Hermione horrorizada.
-Bueno se veía venir¿No crees?- Respondió Lily.
-¡No! No se veía venir, y no bajo a desayunar.- Dijo Hermione.
-Un poco tarde para desayunar- Pero tienes que bajar, no puedes dejar de ver a Sirius por lo de ayer, si os gustais es una tontería.
-Ya, pero tu no sabes mi situación. Bueno en lo de bajar tienes razón, podemos ir a las cocinas a pedir comida. –Dijo Hermione escuchando a su estómago que reclamaba alimento.
-¿Sabes ir a las cocinas?- Inquirió la pelirroja asombrada.
-Por supuesto. Vamos. Por cierto ¿Qué tal ayer con James?- La muchacha enrrojeció ante esta pregunta.
-La verdad que muy bien, ha sido muy cariñoso conmigo, somos novios¿sabes?
-Eso si que se veía venir, felicidades Lily.
-Gracias pero vamos ya a comer, tengo hambre.
Las muchachas cruzaron la sala común, que por razones obvias, solo había alumnos de primer, segundo, tercer y cuarto curso. Tomarón dirección a las mazmorras, mientras la pelirroja le decía a Hermione que algún día le tenía que explicar como conocía tantas cosas del colegio que ella misma desconocía. Al llegar al cuadro de frutas, Hermione le hizo cosquilla a la pera, y este les dejo camino libre a las cocinas. Derrepente un grupo de elfos, muy amables haciendo exageradas reverencias les preguntaron que les apetecía. Pronto estuvieron sentadas en una mesita bebiendo grandes tragos de zumo de calabaza para calmar la terrible sed, y comiendo toda clase de pasteles, y ayudándolos a bajar con un poco de té con leche.
Mientras comían, Hermione le contó que tenía inquietudes para con Sirius, pero la pelirroja, raro en ella, le aconsejó que viviera el momento, que ellos dos se gustaban mucho y que si además dejaba a Sirius le iba a hacer mucho daño, porque no iba a comprender nada. Que era mejor que lo hubiera rechazado en la fiesta, y no que se besara con él, le diera esperanzas y despues lo dejara. Hermione accedió teniendo en la mente todavía a Harry, si bien Sirius le gustaba mucho, y todavía con más miedo porque en cualquier momento podría ser reclamada para regresar al futuro.
Derrepente el cuadro de frutas se abrió y las muchachas se sobresaltaron, pero pronto se tranquilizaron al ver que se trataba de los merodeadores. Más bien la tranquilidad fue de Lily ya que Hermione se sintió muy avergonzada cuando vio que allí estaba Sirius y se puso muy roja. No sabía como tenía que reaccionar. Vio como los muchachos saludaban y Lily se levantaba a besar a su novio.
Hermione bajo la mirada cortada. Sirius al verlo se quedó preocupado, lo que más temía parecía que se iba a cumplir. Por como actuaba Hermione debía de estar arrepetida de lo que había pasado ayer, y que había sido por culpa del alcohol, aun así mientras los demás hablaban sobre con quien había bailado Remus, Sirius se acercó a Hermione para hablar con ella.
-Hola preciosa¿Qué tal te encuentras?- Preguntó suavemente.
-Bastante mejor ahora que he comido.- Respondió Hermione levantando la mirada nerviosamente para encarar al chico. Sirius rió.
-Creo que yo también necesito comer algo. Oye Hermione, sobre ayer...tú...¿te arrepientes?- Inquirió el muchacho angustiado. Hermione al ver la angustia del muchacho lo mejor que se le ocurrió hacer aunque muerta de vergüenza, se levantó y le dio un pequeño beso en los labios. Cuando se separaron Sirius sonrrió sinceramente.
-Me gustas mucho, tenía miedo de que te hubieses arrepentido.- Le confesó.
-Tu también me gustas mucho- Dijo Hermione todavía roja.
-¿Querrías ser mi novia?- Preguntó él esperanzado.
-Si- Se volvieron a besar mientras los otros merodeadores empezaron a exclamar burlándose de ellos.
Hermione para desquitarse, no había perdido el hilo de la conversación de sus amigos y pensó en avergonzar un poco a Remus preguntándole quien era la misteriosa chica con la que había bailado en la fiesta.
-Remus¿de que chica estabais hablando?- El licántropo enrrojeció.
-Si Lunático, cuentanos a todos- Recalcó Sirius.
-¡Oh! Está bien, sois insoportables.- Dijo Remus todavía más cortado.- Ella se llama Marlen Markingost.
-Creo que se quien es- Dijo Lily- Es esa chica Ravenclaw de séptimo¿no?- Remus asintió.
-Yo no se quien es, dame más pistas.- Dijo James.
-Si que sabes, es una muy buena estudiante, esa chica alta y morena de ojos azul claro, es muy bonita.
-Parece una muñeca de porcelana, tiene esa piel tan blanca y delicada, y suave...-Remus se dio cuenta que lo que estaba pensando lo dijo en voz alta y se quedo sumamente cortado, mientras los demás lo miraban directamente. Pero es que esa chica le había llamado la atención de verdad, tan bonita y delicada, además que no era una chica vacía como la mayoría sino que era muy inteligente.
-Remus amigo mío, tu también has caído en las garras del amor.- ¿Os habeis besado?
-Aun no, pero he quedado mañana por la tarde con ella para dar un paseo por los jardines, espero que pase algo, creo que también le gusto.
-Me alegro mucho por ti amigo, en serio- Dijo James.
El resto de la tarde la pasaron en la sala común hablando y riendo, todos muy contentos por lo bien que había resultado la fiesta. Lo que Hermione no sabía era que el fin de semana siguiente, día de su cumpleaños iba a tener una sorpresa muy fuerte que tal vez le afectara a su relación con Sirius.
LaDYaRGoS
