Capítulo 2:

Dolor, vergüenza y ganas de matar a ciertos hermanos pelirrojos, así era como se sentía. Nadie le había dicho que por enseñarles las costumbres muggles iba a terminar así.

Volteó su cabeza y vio a dos personas en el mismo estado que ella, pero no sufrían el dolor de mano que ella tenía en esos momentos.

¿Cómo podía querer tanto a él si es un total inmaduro? No lo sabía, sus neuronas no la ayudaban en mucho y tampoco algunas cosas que no soportaba de él. O sea, esa atracción que sentía era inexplicable... ¡No! Tenía que existir algo que le gustara de Ron, algo que le hiciera sentirse atraída por él.

Y hablando de Ron, gracias a él terminó de esta forma tan decadente en su miserable vida.

¿Cómo terminó en el piso de un supermercado lleno de sandías y varias personas tiradas como ella?

La razón es fácil¡Ronald Weasley!

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Los señores Weasley no se veían muy bien y Hermione nunca los había visto tan tristes en todos los años que los conocía.

Se veían cansados de un largo viaje que aún no llegaba a su fin. Parecían más ancianos, casi podría vérseles como los abuelos de Ginny y Ron.

- En serio le agradecemos todo esto, señores Granger – dijo Molly Weasley en el living de la casa – No queremos ser ninguna molestia para su familia.

- No se preocupen, ninguna molestia es – replicó Monica Granger – Ustedes han sido muy buenos todos estos años con Hermione y también nos sentimos culpables que hubiera pasado eso a su casa.

- Bien¿quieren ver cuáles serán sus habitaciones mientras Hermione y Monica preparan el almuerzo? – preguntó Richard Granger a los cuatro integrantes de la familia Weasley que estaban frente a él.

- Claro – respondió tímidamente Ron y eso sacó una carcajada de Hermione que se encontraba observando desde la puerta de la cocina - ¿De qué te ríes tú?

- Por Dios y más encima preguntas – dijo Hermione torciendo los ojos y se entró a la cocina cerrando la puerta.

- No la entiendo... – dijo Ron mientras subían las escaleras.

- Ron, era obvio de qué se estaba riendo – comentó Ginny a su lado – No puedo creer que seas tan retardado mental.

- ¡Cállate, enana! – y le pegó un golpecito en el brazo.

- ¡Ronald, Ginevra! – gritó su madre volteando a ver a sus hijos – No quiero peleas acá¿entendieron?

- Sí – respondieron los al unísono.

La cena fue bastante animada, los padres de las dos familias se llevaba tremendamente bien y hablaban tanto de los muggles como de las familias brujas.

Hermione, Ginny y Ron también tenían su conversación mientras los adultos hablaban.

- ¿Tú hiciste este pollo? – le preguntó Ron a Hermione que estaba frente suyo.

- Sí.

- ¡Es delicioso!

La cena era de pollo con arroz y ensalada. No era como las exquisitas platos que hacía la señora Weasley, pero esta no se quedaba atrás. De verdad estaba mucho mejor que lo normal y era porque al fin la madre de Hermione no se había pasado en la medida de sal al pollo.

Siguieron después con el cafecito o té mientras los cuatro adultos seguían conversando sobre los problemas políticos de los muggles comparados con la política de los brujos.

- ¿Más té? – le preguntó Hermione al señor Weasley.

- No, gracias – respondió él sonriendo – Y como iba diciendo, trabajar en el ministerio junto a algunos hipócritas es una...

Dejó la jarra donde estaba el té y salió discretamente por la puerta de la cocina. Observó con atención como el lavaplatos se sacudía por estar haciendo su trabajo: lavar los platos.

Pensaba en lo diferente que son las cosas muggles que la brujas: Como lavaban los platos, la forma de comunicarse y viajar, como cocinaban, cuando limpiaban o ese tipo de cosas.

Y se dio cuenta que los muggles debían esperar, al menos, tres meses para que una fractura de brazo sanara; en cambio los brujos era cosa de dos horas y listo, asunto arreglado.

Sacudió su cabeza, como siempre hacía para no echar a volar su imaginación, y salió por la puerta que daba al jardín trasero de la casa.

El jardín era bastante amplio, con una piscina de mediano tamaño, una mesa con sillas para cenar al aire libre y un jardín de rosas que Monica Granger cuidaba con su propia vida, así que Hermione le tenía bastante miedo pisar alguna de ellas.

Se encaminó a un grueso roble que estaba en la esquina del jardín y se detuvo en el tronco para contemplar los trozos de madera puestos horizontalmente hacía arriba formando una escalera.

Se levantó un poco su falda y se quitó las sandalias dejándolas por allí tiradas en el pasto. Subió poco a poco hasta que llegó a una pequeña construcción de madera.

Era su Casa Club. Cuantas veces había pasado en sus escasos tres años junto a su padre ayudándolo a hacerlo, como había jugado con sus amigas a los cinco con sus muñecas y fiestas de té, las tantas veces que se escondía allí para sollozar sin que nadie la molestara...

Ella era muy callada y bastante introvertida, pero si se trataba de estudios ella era una verdadera máquina del estudio, por eso nunca tuvo muchos amigos, a excepción de los interesados para que los ayudara en sus deberes o a una chica que se fue cuando ella tenía 10 años del colegio. Siempre la molestaban, la apartaban en los recreos, nadie se juntaba con ella, era la rechazada.

Ahí era su lugar preferido y aún lo sigue siendo después de Hogwarts. Siempre extrañó este lugar en Hogwarts, porque necesitaba un refugio para pensar y estar tranquila.

- Linda guarida – dijo una voz femenina a sus espaldas.

- Hola, Gin – saludó Hermione sonriéndole mientras ella se sentaba a su lado.

- Nunca imaginé que tendrías una Casa de Árbol, de verdad se me hace bastante increíble.

- Sí, acá vengo cuando quiero pensar y estar tranquila – dijo tras un suspiro echando un vistazo a través de la pequeña ventana donde se veía la casa del vecino.

- ¿Qué ocurre?

- Nada en especial.

- No te creo, cuando llegué estabas bastante pensativa – replicó la pelirroja.

- Sólo pensaba en mi pasado antes de ir a Hogwarts.

- ¿Era muy triste o feliz?

- Triste, bastante triste – respondió Hermione viendo el suelo de madera – Pero no te preocupes, ahora estoy bien.

- ¡No sabía que cocinabas tan bien! – comentó Ginny para cambiar de tema.

- En realidad, sólo ayudo en la cocina y sé bastante poco, apenas para sobrevivir en el mundo – sonrió y Ginny no le dijo nada en unos minutos – No te preocupes por vivir acá, tú eres como mi hermana y que vivamos todos juntos es genial.

- ¡Seguro! Es una locura, es bastante anormal esta situación que dos familias vivan juntas en una casa...

- No lo creas tan así, tú lo dices porque no conoces el mundo muggles. Créeme hay de todo acá, así que no te sorprendas mucho si ves cosas fuera de lo normal – explicó Hermione – Así que por eso te daré clases de muggles a ti a toda tu familia, porque ya me veo cuando vean la lavadora o la ampolleta encenderse.

- Sí, mi papá aparecerá unas palomitas de maíz y empezará a observar el gran espectáculo de la ampolleta – las dos se rieron.

- ¡Hermione, Ginny! – gritó Molly Weasley desde la puerta de la cocina que daba al jardín - ¡Ya es hora de ir a la cama!

- Vayamos, sino no quiero ver a tu mamá enojada...

- Eso no se llama enojada, incluso es mejor ver hasta a Voldemort junto con el diablo que a mamá enfadada – y las dos volvieron a estallar en risas.

Era viernes en la mañana. No todos habían bajado a desayunar, en la mañana habían bajado los Granger y Arthur Weasley para irse al trabajo.

Después, como a las nueves de la mañana bajaron los dos hermanos Weasley y se encontraron con su madre que leía una revista sentada en el living.

- Buenos días – saludaron Ron y Ginny algo sorprendidos de por primera vez en toda su vida no verla trabajar.

- Buenos días, su desayuno está en la mesa – dijo sonriendo Molly Weasley y continuó su lectura.

- Mamá¿dónde están todos? – preguntó su hija.

- Ah, hay una pizarra pequeña junto al refrigerador donde está anotado en qué lugar están y a qué hora vuelven...

- Ah, vale – y se fueron los dos a desayunar.

Luego de un buena taza de café y leche, con tostadas los dos se acercaron junto al refrigerador a leer qué haría cada uno.

"Richard: Voy al consultorio y vuelvo como a las seis de la tarde.

Arthur: Ministerio, a las siete y media estaré en casa.

Monica: Reunión con los dentistas del hospital, clínica en centro de Londres. Vuelvo a las ocho.

Molly: Aseo de la casa, preparar almuerzo, ir en la tarde a ver a Fred y George. Vuelvo a las ocho de la tarde.

Hermione: Suicidarme...Es broma. Examen de conducir, sacar la maldita licencia, ayudar a mi prima con su estúpido traje de novia para el matrimonio. Ir al supermercado en la tarde, estaré desocupada a las tres de la tarde".

- Que mal, yo creía que Hermione iba a estar todo el día con nosotros y mostrarnos las cosas de muggles... – dijo Ginny suspirando decepcionada.

Yo también, quería pasar todo el día con ella.

- Sin mí, claro ¬¬ - comentó con una sonrisa picarona.

- ¿Perdón?

- ¡Por Merlín, Ron! Te gusta Hermione¿crees que soy ciega?

- En realidad creía que eras tonta – musitó para si - ¡Claro que no!

Así fueron pasando las horas hasta que ya eran casi las tres de la tarde. Hermione se apareció en su habitación y se dirigió al baño se que se encontraba junto a la habitación de Ginny.

- ¡Hermione! – chilló Ginny abrazándola – Estábamos muy aburridos sin ti...

- Y yo bastante bien sin ti asfixiándome.

- Lo siento – dijo la pelirroja soltándola.

- No te preocupes¿qué han hecho? – preguntó mientras se lavaba las manos.

- He visto lo más decadente en mi vida...Por favor, vayamos a la habitación de Ron – y la tomó de las manos arrastrándola hasta que llegaron a la puerta.

- ¿No tocas?

- ¡Obvio que no! Es la habitación de Ron... – y entró sin previo aviso.

Hermione miró con mucha gracia la escena, volteó a ver a Ginny y las dos se echaron a reír hasta que lloraron.

Ron estaba viendo televisión, eso es bastante normal. El problema era que Ron le contestaba al señor que explicaba porqué el agua conduce electricidad, o sea, le hablaba a la pantalla.

- ¿Qué les pasa? – preguntó él confundido.

- Ron, no se le contesta a la televisión, deja que hable sola... – le dijo Hermione sentándose junto a él en su cama.

- Pero me está hablando y como soy educado debo contestarle – replicó Ron.

- Él no sabe que le contestas, es una imagen y como sabes. Las imágenes muggles no son...no se puede hablar con ellas – explicó ella – Agradece que tomaste Estudios Muggles el año pasado – le susurró al oído de la pelirroja quién rió.

Más tarde, como a las tres y media Hermione debía ir al supermercado a comprar frutas, verduras, carne, o sea, casi todo alimento que es indispensable en un hogar.

La señora Weasley aceptó encantada de explicarle a la chica cómo se debía elegir un buen trozo de carne y la forma más fácil de sacar manzanas sin que nadie más que ella las escogiera.

- Porque normalmente te escogen la peor fruta – comentó ella mientras le explicaba bastante emocionada.

Casi a las cuatro de la tarde ya estaba cerrando la reja de su casa para irse caminando unas tres calles al supermercado cuando Ron y Ginny salieron corriendo hasta llegar a la reja.

- ¿Podemos ir contigo? – peguntó Ron agitado.

- Claro, pero pensé que preferían quedarse nadando en la piscina – dijo algo desconcertada volviendo a sacar sus llaves para abrir la reja y dejarlos pasar.

- Lo que pasa es que viene Percy – explicó Ginny – Y créeme, todavía no andan las cosas bien entre nosotros.

- Él cree que diciendo que se arrepiente de haber estado dándole la espalda a su familia todo se solucionará. Pues, está muy equivocado, nosotros aún estamos enojados con él.

- Los entiendo – asintió Hermione sonriéndole a Ron y los dejó salir.

El supermercado no era muy grande, pero era uno de los más cercanos a la casa Granger – Weasley así que ahí era donde Hermione compraba sino quería caminar diez calles.

No habían muchas personas, a excepción de una mujer discutiendo con un empleado por una leche descompuesta que había comprado y dos señores decidiendo si llevar vino blanco o tinto.

Ron y Ginny estaban de lo más interesados viendo cómo era un supermercado muggle, aunque comparado con uno de brujos no era mucha la diferencia. Sólo que adentro habían hasta ojos de rana, patas de arañas, telarañas para pasteles y lágrimas de cocodrilo para condimentar las ensaladas.

- Muchas gracias – dijo Hermione recibiendo la porción de carne que había pedido al vendedor - ¿Ron¿Dónde está él? – le preguntó a Ginny que estaba a su lado.

- No lo sé – contestó ella volteando a ver si veía a su hermano en algún lado - ¡Allá está! – chilló señalando a la lejanía de ocho pasillos a un muchacho de cabello pelirrojo cerca de un montón de sandías.

Las dos calmadamente se dirigieron a donde estaba él. Pero Ron parecía un niño pequeño con un juguete nuevo de lo tan risueño que estaba y sacó la sandía que estaba más debajo de la especie de pirámide de sandías.

- ¡Deberíamos llevar... – dijo Ron todo contento, pero el montón de sandías se desarmó y comenzaron a rodar sandías por todas partes.

- ¡RON! – gritaron furiosas las dos muchachas queriendo matarlo mientras intentaban escapar de la ola de sandías.

Los empelados del supermercado fueron derribados como en el boliche por unas cuantas, algunos clientes quedaron como calcomanías en el suelo, Ginny fue arrollada por tres sandías bastantes grandes y Hermione piso sobre una y se cayó como saco de papas al suelo.

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Se levantó del suelo lentamente y casi se cae nuevamente con una sandía. Se acomodó su falda y la blusa. Volteó y vio como Ginny también hacía lo mismo y las dos se giraron para ver como Ron estaba rojo por la vergüenza y parecía que quería que la tierra se lo tragara por todo lo que había ocasionado.

- ¿Están bien? –preguntó él con un hilo de voz bajando la cabeza.

- ¡¿Cómo quieres que estemos si has hecho todo este desastre?! – gritó Hermione a punto de empujarlo – ¡Eres un idiota!

- Ron¿cómo pudiste hacer una tontería así? – le preguntó Ginny tratando de controlar su rabia a diferencia de la castaña.

- Yo... no me di cuenta – sólo respondió Ron viendo a Hermione – Lo siento.

- ¿Y crees que con eso basta? – preguntó arqueando una ceja – No me lo creo, Ron... – y Hermione pasó entre las sandías y las personas que aún seguían en el piso lamentándose para irse a pagar lo comprado.

Era casi de noche. Se sentía mucho movimiento abajo, más bien dicho en el comedor donde ya debían estar cenando. Pero¿eso debía importarle? No. Lo único que le preocupaba era todo el escándalo que armó Ron en el supermercado.

Ni siquiera en un simple supermercado se puede comportar como alguien con inteligencia.

"Bueno¿qué esperabas? Dudo que tenga neuronas dentro de su cerebro..." le dijo una voz en su cabeza.

- Lo que pasa es que nunca lo usa – dijo ella después de un suspiro – Pero aún así lo quiero.

- Hija – llamó alguien después de golpear su puerta.

- Pasa mamá – respondió Hermione volteándose aún acostada en su cama para ver como la puerta se abría y su madre junto con Molly Weasley pasaban.

- ¿No quieres bajar y probar el pavo que hice? – le preguntó la señora Weasley sonriéndole.

- No, gracias – contestó la joven sentándose y las dos mujeres se sentaron una a cada lado – ¿Qué pasa?

- Pues, hemos notado algo bastante extraño recién – dijo su madre acariciándole el cabello – Que Ron y tú se la han pasado toda la tarde encerrados en sus habitaciones.

- ¿Y?

- ¿Qué pasó después que fueron de compras? – preguntó esta vez la señora Weasley – Porque noté como tú llegaste antes que ellos dejando todo y dando un gran portazo cuando te encerraste acá y después Ron junto con Ginny llegaron discutiendo por algo que él había hecho.

- ¿Tengo que decirles que pasó? – inquirió la castaña mirando a Molly.

- No, si no quieres no nos digas nada – respondió ella.

- Entonces, no les digo – dijo ella más tranquila – Pero Ron a veces es tan inmaduro para algunas cosas...

- Todos los hombres lo son – comentó riendo su madre.

- Exacto, si ves a un hombre que no es inmaduro por favor enséñamelo – agregó Molly.

- ¿Tú crees que tu padre siempre fue como ahora lo es? – preguntó su madre viéndola a los ojos – Créeme, es peor que Arthur...

- Es cierto, Arthur sigue siendo tan niño para algunas cosas – y las dos se rieron, aunque Hermione las miraba como unas mujeres locas – Lo siento.

- No se preocupen...

- Pero deberías hablar con él, hija. No creo que estés tan molesta como para no verlo nunca más en tu vida...

- Porque él cree eso – finalizó la señora Weasley.

- ¿Ustedes creen eso?

- Estamos tan seguras como que ustedes se gustan – respondieron las dos sonriendo.

- ¬¬ ¿Acaso todo el mundo lo sabe?

- No creo que todo el mundo...Sólo Hogwarts y los familiares – dijo Molly levantándose de la cama junto con Monica.

- Será mejor que te dejemos sola y si bajas estará un plato de lasagna en el refrigerador para que te lo calientes en el microondas... Adiós, hija.

- Gracias, mamá, señora Weasley – dijo Hermione sonriéndoles con toda la sinceridad del mundo.

- De nada – respondieron las dos y se fueron conversando hasta que sus voces se perdieron al bajar las escaleras.

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¡Pronto seré libre de esta cárcel!: hola!

El mar de sandías me atacó: hola, Harry

El mar de sandías me atacó: como estás??

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: en parte feliz xq pronto dejare esta maldita casa, pero muy intrigado x tu carta...

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: como es eso que sabes la razon x la cual no puedo ir a la madriguera???!! ¬¬

El mar de sandías me atacó: secreto, no te lo dire hasta que llegues...o te des cuenta d todo!

El mar de sandías me atacó: Harry, necesito q llegues pronto a mi casa...

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: bien, eso sera difícil, xq estare alla en una semana mas

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: que pasa q me necesitas con tanta urgencia??

El mar de sandías me atacó: ya veras, ya veras...

El mar de sandías me atacó: necesito apoyo moral d tu parte.

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: no me digas! me necesitas para algo...

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: es una señal del Apocalipsis?! el mundo ya llega a su fin?!

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: Hermione Granger me esta pidiendo AYUDA a mi, y normalmente soy yo como perro faldero tras ella para q me ayude.

El mar de sandías me atacó: siempre tienes q ser tan...tonto? ¬¬

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: heriste mis sentimientos!!!

El mar de sandías me atacó: y yo creia q hasta Voldemort tenia sentimientos

El mar de sandías me atacó: hipótesis descartada!

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: bien, yo debo ir a cuidar que el cerdo Porky no se coma medio refrigerador en ausencia de los apestosos de mis tios

El mar de sandías me atacó: no era q tu primo era la ballena willy??

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: tambien, pero ahora es Porky xq anda d tan malas pulgas ese q hasta esta comiendo d buena gana una manzana!

El mar de sandías me atacó: O.o creo q tienes razn, debe ser el fin del mundo...

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: jajajajaja! XD

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: nos vemos hermana!

El mar de sandías me atacó: lo mismo digo, cuidate, adiós!!

¡Pronto seré libre de esta cárcel!: espero q no me pase nada deteniendo a Porky con el asalto d la cocina...tu tambien, bye!

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Salió de su habitación tan silenciosamente como pudo intentando que la madera del piso no crujiera con sus pasos. Dio tres pasos y llegó a una puerta blanca y perilla dorada.

Rezó porque no estuviera o estuviera lo suficientemente despistado para que no se diera cuenta de su presencia en su habitación a estas horas de la noche¿qué noche?, ya eran casi las dos de la madrugada y por la culpa de su maldita conciencia y esa vocecilla en su cabeza no podía dormir sin antes haberse disculpado con el pelirrojo.

Cerró los ojos deseando que estuviera dormido y abrió lentamente la puerta. Extrañamente la luz de la lámpara encima del velador estaba encendida y se encontró con Ron todavía despierto observando bastante confundido la entrada a estas horas de la noche de Hermione.

Dio una mirada a cómo había quedado después de que Ron se instalara en el cuarto. Paredes color celeste, un escritorio con libros apilados encima de éste, un clóset cerrado de madera, un baúl junto a una mochila tirados por el piso cerca de la cama y la cama de madera con un cubrecamas color azul marino oscuro.

- Buenas noches – dijo tímidamente la castaña manteniendo su mirada en las paredes – Lo siento por molestarte a estas horas, será mejor que me vaya y mañana conversamos... – se dio media vuelta entera sonrojada.

- Buenas noches, no te preocupes. No tengo mucho sueño¿qué pasa? – le preguntó él sentándose en la cama dejando ver el lindo dibujo de un avión en su polera gris.

- Yo... Quería pedirte disculpas por lo que te dije hoy en la tarde en el supermercado por la cosa esa de las sandías – dijo ella acercándose hasta sentarse junto a él.

- En realidad, yo debería pedirte disculpas por ser tan...

- Inmaduro...

- Sí, inmaduro y...

- Tonto...

- Y tonto.

- E infantil, un sopenco total sólo por una maldita sandía...

- ¡Hey, alto! Pareces una psicópata hablando tan rápido y puede que sea todas esas cosas, pero estoy de verdad bastante sorprendido con toda las cosas muggles – explicó el pelirrojo - ¿Me disculpas, Hermy?

- ¡Por supuesto que sí! Jamás me enojaría por esa tontería, además siempre haces ese tipo de cosas y ya te conozco.

- ¿En serio crees que me conoces bien? – preguntó él moviendo sus cejas.

- ¡Ron! – dijo tomando una almohada y se la tiró – Claro que sí, aunque no mucho. Ya sabes que nunca se deja de conocer a las personas completamente.

- Que lista eres...

- ¿Y hasta ahora te das cuenta? – los dos rieron - ¡Shh! Se va a despertar todo Londres con estas carcajadas, será mejor que mañana nos veamos.

- Vale, tienes razón – dijo él – Adiós.

- Que duermas bien, nos vemos – y se acercó a él para darle un beso en la mejilla.

- ¿Y eso? Nunca lo has hecho en toda tu vida... – dijo algo sonrojado y sonriendo bobamente.

- Es que ahora es diferente, ahora vivimos juntos – explicó ella – Adiosito – y se fue dejando a Ron bastante contento.


Notas de la autora: Hola!! Pues, acá está el segundo capítulo de esta historia. Sé que no está muy bien, pero es como un día de transición para la llegada de Harry a la casa de los Granger – Weasley.

Vale, debo aceptar que saqué la idea de que vivieran juntas las familias fue por "Marmalade Boy" y me reí al pensar que los personajes de la serie son iguales a Ginny y Draco. Se imaginan que hubiera puesto algo similar viviendo los Malfoy con los Weasley¡Se acabaría el mundo poniendo a Lucius y a Arthur Weasley juntos!

Bien, espero que me manden sus opiniones respecto a este capítulo e ideas, porque estoy con un bloqueo mental enorme.

Me tardaré en agregar el siguiente capítulo, porque me iré de vacaciones, así que discúlpenme por eso.

Besos,

Sirenita