Capítulo 7:
La señora Granger había aparecido en la puerta que daba al jardín para avisarle a los dos jóvenes que ya era la hora de ir a cenar.
Harry y Ginny que habían dejado de hablar por unos segundos se miraron impacientes por saber porqué habían tardado tanto en bajar Ron y Hermione. Si algo malo hubieran ya pasado abrían escuchado explosiones, hechizos, gritos o algún portazo que daría inicio a la Tercera Guerra Mundial, pero nada parecido había ocurrido en los quince minutos.
"Me pregunto qué estarán haciendo esos dos" mientras se levantaban, Harry comenzó a hablar "Ojalá que no hayan iniciado una pelea".
"No creo, Hermione es demasiado inteligente como para empezar sus discusiones infantiles ahora" avanzaron hasta la casa lentamente "Y si ellos dos...".
Ella se había quedado en silencio y el joven volteó su rostro para verla de perfil. Sus ojos castaños demostraban tristeza o un sentimiento melancólico; muy parecido al que muchas veces él había tenido en los años de su infancia. Su cabello en una destartalada coleta la hacía verse mucho más infantil. Y con el viento sus cabellos ondeaban haciendo que Harry por un pequeño instante creyera haber visto el perfil de su madre.
"¿Acaso tengo monos en la cabeza que me miras así?" preguntó Ginny arqueando una ceja.
"No, no es eso" saliéndose de los sueños infantiles su inocencia, sonrió "Será mejor que vayamos ya a cenar".
Cuando entraron vieron como llegaba Arthur Weasley desde la chimenea y Richard Granger cerraba la puerta del recibidor. Los dos hombres arreglándose un poco y dejando sus sacos en una percha se dirigieron a la cocina a saludar a sus esposas para luego ir a saludar a los muchachos.
"Bueno, ya nos conocíamos Harry" el señor Granger estrechaba la mano del susodicho "Pero es una alegría tenerte en casa".
"Gracias por haberme invitado" nerviosamente sonrió mientras los cuatro adultos se incorporaban en la mesa para ya empezar a cenar.
"¡Hermione, Ron a cenar!" gritó desde la escalera Monica Granger antes de ir a sentarse.
"No, Monica. Tienes que gritar de verdad si quieres que esos dos bajen de inmediato" Molly se puso a su lado en el primer escalón "¡RONALD WEASLEY, HERMIONE GRANGER BAJEN A CENAR!" chilló al puro estile Weasley mientras Monica se tapaba los oídos cerrando los ojos.
"Podrías ser un buen arma de combate, Molly" se reincorporó y empezó a caminar hacia la mesa "Podrías dejar sordo a cualquier espécimen terrícola".
Ya habían empezado a servirse con la típica conversación que se daba cuando alguien nuevo llegaba a la casa: Sus vacaciones, su vida, su casa, su familia, el colegio y los artefactos muggles, por parte de Arthur Weasley.
Mientras, Hermione había llegado de lo más calmada y con una sonrisa que casi se le partía la cara en dos. La pelirroja vio inquisidoramente el nerviosismo que tenía y el leve sonrojo de sus mejillas.
"Y luego de que me preguntarán..." se oía distante la anécdota de su padre.
Unos pocos segundos después, su hermano se sentó como si nunca en su vida hubiera estado tan feliz y con un brillo bastante singular en sus ojos que delataban que algo anormal había sucedido.
'Estos dos andan en algo' bebió un poco de gaseosa 'Y si...¡Asco, estoy comiendo, no puedo pensar en eso!' casi se atora causando más de una mirada de extrañeza por parte de los presentes.
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Ya era bastante noche y una fresca brisa de verano se sentía a esas horas cuando dos jóvenes habían salido del interior de la casa después de tener una entretenida cena con los Granger y los Weasley.
El pelirrojo comenzó a hablar poco a poco hasta que comenzó a explicarse con mayor libertad mientras el otro sólo tenía sus ojos clavados en él.
"¿Tú crees que después de todo te voy a disculpar?" preguntó arrogantemente y como si se tratara de la broma más grande del mundo "¿Quién te crees que soy?".
"¡Qué va, Harry! Yo sé que soy un cabezota, pero más que mal me arrepiento" se rascó la nuca preocupado Ron.
"Ya me estaba volviendo loco" una gran sonrisa se dibujó en el rostro "Es tan raro que me tengas mala" se abrazaron en señal de reconciliación.
Siguieron conversando felices entre risas y muecas de desagrado. Habían hablado todo lo que querían comentarse desde unas semanas que sólo por una estúpida borrachera y un desafío de un compañero había ocasionado una pequeña discusión entre estos grandes amigos.
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Y como todo un jueves normal en la casa de la familia Granger-Weasley...
"Hermione, hay algo llamado exceso" dijo Ron con los ojos desorbitados al ver la gran cantidad de libros dispersados por todo el living "¿Acaso eres un experimento muggle para que puedas leerte todas estas cosas?".
"Mira, estos libros me los leí cuando iba en un colegio muggle" explicó la muchacha torciendo los ojos por la exageración del chico "Y casi toda la mitas son libros complementarios o los que tendría que estudiar si fuera ahora a un colegio muggle".
"¡Pero si estás en Hogwarts!".
"Bueno, pero también necesito saber conocimientos muggles" se levantó del suelo "Así que déjame estudiar álgebra si no quieres que un libro te golpeé la cabeza acabando con todas las neuronas existentes en tu cerebro".
"Vale, vale. Dejo trabajar a la bestia anómala" salió con un poco de precaución en casi de que algún 'Geometría nivel 5' venía directo a su nuca.
Arthur, Richard y Monica se habían ido a su trabajo. Molly Weasley estaba diciéndole qué hacer a Ron para limpiar la piscina. Como ya sabrán; Hermione estaba estudiando materias muggles. Ginny se encontraba en su cuarto escribiendo una carta y Harry limpiaba su Saeta de Fuego.
"Harry..." Ginny interrumpió al muchacho.
"Dime" dijo sin levantar la vista de una fea mancha en la punta de la escoba que estaba haciendo de verdad perder la poca paciencia que le quedaba.
"Necesito pedirte un favor" se puso de cuclillas para quedar a la altura de él que estaba sentado medio agachado por su labor.
"¿Qué pasa?" levantó su vista encontrándose con un par de ojos castaños mirándolo atentamente.
"Me preguntó si podrías pasarme la dirección de Seamus Finnigan" sonrió.
"La verdad no sé si la tengo, creo que tengo un papel dentro de algún libro dentro de mi baúl; pero hoy mi tío Vernon traerá casi todas mis cosas" sólo había venido con las cosas indispensables para pasar una noche y un día "¿Por qué quieres hablar con él?".
"Es privado" y se levantó sin mucho esfuerzo para volver a entrar a la casa "¡Gracias!" le gritó casi perdiéndose de su vista.
Ginny entró a la casa muy tranquila. Pasó por la cocina para sacar una manzana del frutero sin que su madre se diera cuenta y se dirigió al living para encontrarse con una cordillera de libros y en el centro a Hermione con un cuaderno anotando una especie del resumen de los temas.
"Hermione..." sólo torció los ojos por esta actitud tan autista de quedarse un día de vacaciones estudiando materias muggles.
"¿Si?" casi sin prestarle atención.
"Tengo que ir al Callejón Diagon y me gustaría que me acompañaras" mascó un poco de la fruta en su mano.
"¿Tienes que ir?" despegó su concentración de los libros y arqueó una ceja viendo a su amiga "Acá te traes algo, dime" se levantó saltando alguna que otra montaña de libros.
"Sólo te puedo explicar allá" siguió comiendo su manzana verde "Es muy peligroso hablarlo entre tanta gente chismosa" miró por el rabillo del ojo a Ron que extrañamente limpiaba la pared del comedor que daba al living y ladeaba su cabeza hacía donde estaban ellas.
"Te entiendo" puso la tapa del bolígrafo donde correspondía y lo dejó encima de una mesita "Vayamos...".
oooooooooo
El Callejón Diagon no estaba lleno de estudiantes como muchas veces lo habían visto antes de iniciar el colegio. Tampoco muchas tiendas se encontraban abiertas o algunas recién comenzaban a abrir sus puertas al público y ordenaban las vitrinas con algunos artículos a la venta.
Caminaron conversando sobre el nuevo recordatorio que existía que te decía lo que debáis hacer además de el humo rojo mientras se acercaban a la tienda donde más clientes habían; los 'Sortilegios Weasley'.
Entraron y esperaron a que los gemelos terminaran de vender a algunas personas para poder conversar más tranquilos.
"Nuestra madre nos comento lo de tu castigo, Hermione" dijo Fred sonriendo "Creíamos que eras buenos con los niños... Y ahora creemos que eres una mala influencia para todos los infantes del universo".
"¿Podríamos dejar de hablar de eso?" aguantando su vergüenza, la castaña cerró los ojos "¿Para qué es eso?" preguntó viendo detrás del mostrador una caja forrada con un papel de espirales, corazones, lunas, estrellas, soles, flores y motivos infantiles "¿Acaso ahora se dedicaran a vender cosas a bebés?".
"¡Claro que no!" los dos gemelos rieron junto con Ginny.
"De seguro no te habíamos dicho..." pensó su amiga en voz alta.
"Lo que pasa es que la herencia Weasley va a pasar a otra generación" explicó George levantando la caja del suelo.
"Uno de nosotros será padre" Fred abrió la caja.
Adentró habían varios juguetes muggles, cosa que Hermione agradeció porque ningún niño puede jugar con una de sus mercaderías. Peluches, ropita de color amarillo y algunas mantas para la cuna.
"Ya me parecía mucho milagro..." la castaña sacó un pequeño libro con ilustraciones de dos pelirrojos haciendo bromas a los demás "¿Ustedes están enfermos para darle esto a un bebé?".
"Más respeto, por favor" Fred se hizo el ofendido.
"Es que él tiene que aprender a ser un Weasley divertido y no amargado como la gran mayoría de los mayores" siguió George.
"¿Y quién va a se padre?" Hermione guardó el librito en la caja.
"Bill" respondió Ginny "Se casó con Fleur después de unos años que trabajaron juntos en Gringotts".
"Eso ya lo sabía" asintió ella.
"Y Fleur quedó embarazada de nuestro adorado hermanito" George guardó la caja detrás del mostrador "Muy pronto va a nacer, así que tendremos que estar preparados".
"Ojalá Fleur se enfermé, Bill se tenga que ir del país y ustedes dos queden de niñeros; ahí veremos si son tan 'geniales' ustedes dos".
"Hermione, Hermione" Fred salió del mostrador para pasarle un brazo por los hombros "Verás, si eso llega a pasar; nosotros seremos los tíos más divertidos del mundo, no seremos unos amargados como alguien que conocemos...".
De repente habían llegado un grupo de chicos que iban en cuarto año para comprar algo de contrabando adelantando para la temporada escolar. Mientras los gemelos los atendían, la pelirroja tomó de la mano a Hermione y se le llevó afuera de la tienda.
"Mira, te tengo que confesar algo" suspiró "Hoy quedé de verme con Michael Corner y necesitaba que tú me acompañaras para que nadie en casa sospechara algo".
"¿Qué?" casi se cae muerta "¿Vas a verte por el estúpido que te dejó por Cho Chang hace dos años?".
"Sé que es raro y todo, pero... No sé, algo me pasa y necesito averiguar si me gusta o sólo es un capricho"¿Podrías quedarte ayudando a mis hermanos mientras yo voy con Michael Corner?".
"Vale, lo hago" se resignó a aceptar "Les diré cualquier cosa a tus hermanos".
"¡Gracias!" la abrazó muy contenta "¡Adiós!" salió corriendo perdiendo rápidamente de la vista de Hermione, quien ahora entraba a la tienda.
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"Queridos Padres:
¿Cómo han estado? Espero que bien. Si se preguntan por mí, les diré que estoy con una gran alegría por ser padre en poco tiempos más; hasta cuento los días con las dedos de las manos de cuánto falta para la fecha que el medimago le dijo a Fleur.
Sé que he sido un ingrato y que nos vemos muy pocas veces al año, pero tiene que entender que como me ascendieron en el banco tengo que viajar mucho a Egipto y sus alrededores para romper hechizos y maleficios.
Y por eso mismo, aún estoy sentido. Una cosa es que nos veamos poco, pero que no me hayan dicho que habían terminado viviendo con los Granger es otra cosa muy diferente. No puedo creer que después de la terrible batalla que tuvimos contra los mortífagos y que quedará muy preocupado por su bienestar; me entero por un comentario de Ginny en la fiesta de Angelina... ¿Acaso creen que no soy importante para que, al menos, me digan?
Cambiando de tema (agradezcan que no sigo con lo mismo), me gustaría que nos juntáramos para hablar en familia. Además que necesito explicaciones y que aconsejes a Fleur con todo el cuidado de un bebé; debo hablar con Ron (Gin es una ídola: 'Ceniciento') sobre un partido con los Cannons a los que estoy invitado con un boleto extra.
Espero que todos estén bien y en especial un saludo a los Granger,
Bill W".
Molly Weasley leyó la carta de su hijo y al terminarla apretó los puños con una rabia contenida que cualquiera que entrara en su cuarto iba a salir corriendo por haberla visto con un nivel peligroso de enojo.
"Cariño, por lo que veo estás bastante...molesta" le dijo Arthur entrando a la habitación dejando su capa en el clóset "Dime qué pasa".
"Bill nos mandó una carta pidiendo explicaciones de porqué vivimos con los Granger y, más encima, me pide que le de consejos a Fleur sobre su bebé" se levantó indignada "¿Qué cree que soy? No me mando una carta en semanas y ahora quiere que vuelva a ser todo como antes... Creo que desde que se arregló el cabello como la gente ha estado cada día más desconsiderado conmigo".
"Molly, debes saber que Bill no está acostumbrado a vivir cerca de la familia; tienes que entenderlo" se acercó a ella sonriendo "Y serás abuela¿eso no es grandioso?".
Ella se cruzó de brazos fastidiada y bufó negando con la cabeza. Rodeo la cama para quedar al frente de su marido y lo miró profundamente como dándole a entender que el tema se había cerrado.
"¿Ves?" rió el señor Weasley divertido.
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Ninguno no los presentes en la casa sabían que faltaba poco para un suceso próximo que iba a marcar varias horas su convivencia. Y menos iban a saber que los principales afectados serían los cuatro jóvenes que conversaban animadamente en el living tomando gaseosa.
"Pero si lo vemos de esa forma, diría que estás equivocado" dijo Hermione a Ron "No creo que decir que todos los profesores son unos cabezas duras".
"Hay algunos muy buenos..." añadió Ginny "McGonagall es increíble".
"¿Siempre me tienen que llevar la contra?" todos asintieron "Harry, tú eres mi amigo y no me apoyas" replicó.
"Es que opino igual que ellas" el muchacho sonrió divertido "Eres todo un caso, Ron" volvieron a estallar en risas".
De repente, aparecieron llamas de la chimenea causando que algunas chispas salieran al piso y Harry casi se muere del susto. Y después un bulto cubierto de hollín salió cayendo directamente al piso.
Los cuatro muchachos se levantaron, lanzándose miradas confundidas, y se acercaron al cuerpo de la coca que estaba allí.
"Ah, es George" dijo Ginny perdiendo toda la compostura y se volvió a sentar.
"A mí también me da gusto verte" se limpió la cara el recién llegado "Gracias, Harry" dijo después que el susodicho le tendiera una mano para levantarse.
"¿Qué pasa que viniste tan repentinamente?" preguntó Ron al ver la cara de su hermano, era como si hubiera ido a la guerra.
"Necesito que todos estén presentes..." sin ninguna muestra de modales se acercó a la escalera y pegó un grito "¡Mamá, Papá, señores Granger!".
Hermione abrió la boca sorprendida por la falta de modales de George y fue hacia donde estaba él con las miradas de sus amigos posada en ella.
"Primero vienes repentinamente y muy extraño, después gritas llamando a todos... ¿Qué ocurre?" preguntó en tono muy serio.
"Ya verás" lo dijo pensativo y pro primera vez sin ese tono irónico o burlón.
Molly, Arthur, Monica y Richard bajaron preocupados encontrándose con George lleno de hollín en medio del living y a los cuatro muchachos sentados viendo todo con mucha impaciencia para saber qué pasaba.
"Miren, no tenemos tiempo de cortesía ni de nada" explicó rápidamente "Fleur, la esposa de Bill" acotó para los Granger "Está dando a luz en San Mugo".
"¡Merlín!" gritó Molly "¿Y no nos avisaste antes?".
"Recién me enteré y me vine lo más rápido que pude, así que por favor no me culpen" pro primera vez en la vida sonaba como si fuera un hombre normal "Fred ya está en San Mugo y me dijo que Bill estaba también hospitalizado por la mano que le apretó Fleur".
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'Angelina:
Necesito mandarte esta carta, porque han pasado demasiadas cosas y tú eres la única en que puedo confiar.
Las cosas no han andado muy bien. Hoy en la tarde vino George ha decirnos que Fleur estaba en San Mugo dando a luz y partimos como si el mundo se fuera a acabar al hospital para encontrarnos con Bill en una silla junto a Fred en un pasillo de espera con la mano derecha vendada por el 'apretón' que le dio su delicada esposa al momento de las contracciones.
Hasta ahí iba todo normal para estar en un parto, sin contar los gritos histéricos de mi madre que parecía ardilla enloquecida, pero jamás pensé que una discusión entre Ron y Hermione iba a cambiar toda nuestra convivencia entre nosotros (Harry, Ron, Hermione y yo).
Todo partió por la gran alegría de Bill porque fue niña la que nació, obviamente como cualquier padre estaba en las nubes; pero al salir para conversar con nosotros comentó lo descontento que estaba de que no era hombre...
Yo sé que mi familia siempre hay un tipo de machismo, porque casi todos son hombres y mi madre se dedicó a cuidarnos y no a trabajar.
Luego, Ron siguió hablando con Bill respecto a eso y no sé como llegaron al teme de que era mejor tener más hijos para una familia unida y sólida. Hermione los interrumpió enojada diciendo que no sólo la mujer estaba para tener hijos, que también debía trabajar, desarrollarse profesionalmente, etc.
GRAN ERROR
Y ahí empezó una discusión sobre el rol de la mujer en la sociedad. Ron con sus principios del mundo mágico que es costumbrista, retrograda y descalificador; Hermione con sus principios muggles donde la mujer se ha ido integrando cada vez más a la sociedad.
Además de después yo me puse del lado de Hermione defendiendo su postura, porque pienso exactamente igual que ella.. Harry contradijo una pequeña frase que dije y desde ahí todo fue diferente en estas horas...
¡Angelina, ha empezado la Tercera Guerra Mundial! Es horrible, no nos hablamos ni nos miramos. Y si nos hablamos es para decirnos insultos o cosas así...
Gracias por leer esta carta de una desesperada en medio de una guerra entre las Feministas y los Machistas (¡retrogradas, asquerosos, cerrados de mente!).
Un gran abrazo,
La cadete Ginny'.
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Viernes en la mañana. Todos ya se iban a trabajar y Monica Granger esperaba a su hija para irse a la consulta leyendo el periódico sentada en el sillón del living con una taza de te en la mesita de centro.
Harry y Ginny, que se habían levantado más temprano por el alboroto de Ron cuando se le cayeron todas las ollas de los estantes al suelo, estaban desayunando en la cocina sin hablarse ni dirigirse la mirada.
"Oye, tengo ganas de ir a ver una película al cine" Hermione ya había bajado y se encontraba metiendo el delantal con logotipos infantiles en su mochila "¿Me dejarías ir?".
"Después de lo de mi auto, creo que no" su madre negó con la cabeza aún con la vista fija en un artículo de prensa nacional "No creas que todo estará normal, así que preocúpate de hacer un buen trabajo".
"Está bien" se dirigió a la cocina fastidiada "Gin, me llegó una carta de él".
"¿Él?" preguntó confundida la muchacha "¿Para qué iba a mandártela a ti?".
"Ya verás, ese parece que está hablando en serio" y era verdad, porque Michael Corner le escribió para saber si Ginny estaba con alguien más.
Harry ni se inmuto por su conversación, aunque la había escuchado. Y algo que despertó su atención era de quién hablaban. ¿Quién era¿Por qué no decían su nombre y listo?
Ron entró a la cocina para sacar algo para desayunar después de haber limpiado el desastre de los meteoritos de ollas en su cabeza que quedaron esparcidas por todo el piso.
"¡No lo alcanzo!" dijo después de unos minutos de estar saltando para alcanzar una lata de mermelada de la despensa "Soy muy baja".
"Que pena que las mujeres sean independientes" comentó Ron burlón a Hermione viendo que ella iba a pedirle ayuda por ser más alto "Ojalá te mueras de hambre" sonrió junto con Harry.
"Y espero que ustedes también" la pelirroja dejó los trastes sucios en el lavadero "Porque yo voy a ser la encargada del almuerzo, ya que mamá va a ir a San Mugo a ver a Fleur" se dio media vuelta como sintiéndose superior a ellos "Prepárense para comer lo más asqueroso de la vida o para una abstinencia de alimentos".
"Eso no es posible, nos moriremos de hambre" replicó Harry intentando mantenerse al margen de esta estúpida conversación.
"Eso les pasa por sólo tener mujeres para tener hijos y cuidar la casa" contestó Hermione muy fría y distante "Retrogradas y cerrados de mente" las dos muchachas se fueron.
"No me mires de esa forma" se excusó el muchacho de cabellos oscuros y gafas "Tú empezaste todo esto, y a mí me pusieron en el mismo saco que en el tuyo".
"Ellas son unas estúpidas" se sentó desganado y apoyando los codos en la mesa se llevó las manos a su mentón fastidiado.
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Casi el almuerzo y el día había sido insoportable. Ron no le limpió la habitación a Ginny, Ginny lanzó a Harry a la piscina, él ya sin paciencia le llenó las paredes de su cuarto con fotos de Snape, ella molesta le ensució el piso con garbanzos la escalera a su hermano, éste le escribió a Parvati un rumor diciendo que Gin se comía los mocos de la nariz, Harry le escondió la escoba; Ginny les lanzó un hechizo dejándolos calvos fuera de si hasta que...
"¡ALTO!" gritó una voz proveniente de la puerta de entrada "Si alguien llega los van a castigar".
"¿Qué haces acá?" preguntó Ron despectivamente a Hermione.
"Es que como una buena chica independiente, autosuficiente y que puede hacer mucho mejor las cosas que otros me dejaron venir más temprano a casa" dejó su mochila en el piso mientras cerraba la puerta.
Entró al living viendo con horror como estaba la casa. Paredes sucias, todo desordenado y tres jóvenes en medio de una pelea con varita en mano una de ellas.
La cocina...mejor ni comentemos eso. En fin, parecía que el demonio de tasmania se había dado un paseo por toda la casa dejando desastrosamente asqueroso el hogar.
"Dame tu varita" le dijo a Ginny y se las quitó de las manos "¡Fregotego!" exclamó apuntando todo y las cosas comenzaron a ponerse en su lugar, los trastes sucios empezaron a ser lavados por la esponja en el lavaplatos, la aspiradora limpiaba por si sola la alfombra llena de cabello negro "No puedo creer que hayan hecho este desastre" le devolvió la varita a la pelirroja y se fue sin decir nada más a su cuarto.
"¿Y a ésta qué le pasa?" preguntó Harry extrañado por su comportamiento tan...normal.
"No sé, pero gracias a Ginny podríamos estar en serios problemas si os adultos llegan a saber algo de esto" le lanzó una mirada asesina "Ya que ella es una mujer...".
No dijeron nada más, porque ya se veía venir el testamento plagado de insultos que mejor evitaban y cada uno siguió haciendo lo suyo sin molestar a los demás.
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Vernon Dursley había venido de muy mala gana en la tarde a Harry para entregarle su baúl y la jaula de Hedwig que estaba bastante inquieta. Parecía que estaba bastante feliz de haberse librado casi todas las vacaciones del joven y lo vería hasta el próximo año cuando terminara Hogwarts.
Después, los cuatro adultos conversaban de Diane, la hija de Bill y Fleur, porque era una niña realmente preciosa. Y de muchos temas triviales que a nadie más les importaba que a ellos.
"¡Niños!" llamó Arthur Weasley a los adolescentes que bajaron las escaleras "Les tenemos que decir una cosa" sentándose en un mullido sillón.
"Como hemos estado bajo mucha presión en esta última semana" explicó el señor Granger calmadamente "Nos iremos en la noche al cine a ver una nueva película que se acaba de estrenar para relajar la neura".
"¿Y nosotros?" preguntó Ginny.
"Gracias a los dos terroristas de autos que chocaron el mío; se quedarán acá cuidando la casa" Monica vio con satisfacción como los rostros de los susodichos se tensaban "Así que ya pueden ir pensando como pasar el tiempo".
"Pero, mamá; yo no me quiero quedar con...ellas" replicó Ron haciendo un gesto despectivo con la mano a las muchachas que se ofendieron por eso "¿No podrían dejarnos en algún otro lugar?".
"A menos que la calle te parezca una opción, con gusto lo haría" sonrió la señora Weasley "¿Qué está pasando que se ven muy nerviosos, niños¿Pasa algo entre ustedes?".
"Nada, señora" respondió Harry intentando parecer convincente "No pasa absolutamente nada entre nosotros".
"Hum, claro" tosió "Bueno, así que ustedes se harán la cena y cuidarán la casa. Nada de andar ocasionando accidentes que después lamentaremos con toda nuestra alma...".
"Porque sino, los dejó pasar la noche en la cárcel y esta vez ni me doy la molestia de ir a ver si los puedo sacar" la amenaza de Monica resultó rotundamente bien.
Así, pasó unas dos horas y los adultos se fueron al cine que quedaba en el centro de la ciudad dejando a cuatro adolescentes en medio de una pelea de tipo peligrosa si una muchachita de cabellos castaños detenía la situación.
Ron con Harry trajeron la televisión del piso de arriba gracias a que Harry tenía su varita. Aunque después tendría problemas con el ministerio, pero daba lo mismo. Dejaron el aparato en frente del sillón y los dos muy alegres de dirigieron a la cocina para sacar algo delicioso para comer mientras veían alguna película.
Al volver con un pote de palomitas de maíz que habían cocido en el microondas y con unas latas de gaseosas se encontraron con...
"Son tan amorosos" sonrió Ginny cómodamente sentada junto con Hermione viendo una película "Da gusto que nos traten así".
"Es cierto, son unos ángeles muchachos" la castaña le sacó a Harry su gaseosa y abrió la lata "Gracias" tomó un sorbo.
"Oigan, nosotros instalamos esto para que los dos viéramos algo" Ron dejó las cosas de comer en la mesita de centro e intentó sacarlas empujándolas "No pueden ser tan patudas, son unas ladronas de puestos".
"Y yo que creí que habían aprendido una lección" se alzó de hombros la pelirroja "Parece que estos dos necesitan algo más... fuerte".
"Sí" se levantaron y observaron con las manos en la cintura a los muchachos "Cualquier cosa nos llaman, porque esto es la guerra".
Subieron las escaleras silenciosamente mientras Harry y Ron se miraban confundidos por su actitud, pero hicieron caso omiso para seguir viendo una película.
Cambiaron de canal y se encontraron con una clásica romántica, con la pareja besándose y diciéndose cosas melosas. Ron intentó cambiar el canal, porque de verdad no le gustaba mucho eso, pero no cambiaba se quedaba ahí.
"Ron, esta cosa no cambia" le dijo Harry asustado "Y créeme que yo no quiero ver besos a estas alturas de mi vida, quiero ver otra cosa".
"Yo también, pero esta cosa no funciona" apretó incansablemente los botones del control remoto.
"Ellas..." se levantó y se dirigió a las escaleras "¡No queremos ver nada de películas románticas y nos ponen eso que es un suplicio, son unas cobardes!".
"Los cobardes son ustedes que no aceptan que somos mucho mejor es que ustedes y más encima nos quitan los bocadillos" se escuchó la voz de Ginny.
Harry volvió a sentarse indignado maldiciendo la estúpida pelea que tenían y se resignó a ver la película.
Y de repente el televisor se apagó, las luces también y todo quedó a oscuras. La electricidad se había cortado dejando la casa sumida en una oscuridad haciendo que todo se viera lúgubre...
"Harry, esto no me gusta" susurró Ron levantándose sin poder ver a su amigo "Para nada".
"A mí tampoco y parece que fue en todas las casas" su silueta apenas era visible mientras observaba por el ventanal las casas vecinas "Esperemos que pase, no creo que dure mucho".
"¡Ahhhhh!" se escuchó un grito proveniente de arriba "¡Ayúdenme!".
"Esa es la voz de Hermione" palideció Ron y corrió para subir, pero chocó con la punta del sillón cayendo como saco de papas al suelo.
"¿Ron?" preguntó Harry caminando lentamente hasta que piso algo suave con el pie derecho "¿Ron?".
"Estoy abajo de tu pie" contestó adolorido e inmediatamente su amigo quitó el pie para agacharse a ayudarlo "No me gustó como sonó mi columna cuando me aplastaste con ese pie de elefante".
"Más respeto¿quieres?" se incorporaron.
"¡Ayúdenme!" esta vez fue Ginny la que grito y se escucharon los pasos amortiguados arriba de alguien que corría.
"¿Qué pasará?".
"No tengo idea, Ron; pero mejor vayamos a ver qué pasa" corrieron intentando no chocar con nada.
Harry inteligentemente empezó a guiarse tocando con la palma de sus manos la pared hasta que tocó una especie de palo de madera que era el pasamanos de la escalera. Y con el pie tocó el primer escalón.
"La escalera, ahora habrá que tener cuidado" previno el pelirrojo antes de que subieran.
Poco a poco y con algunos tropezones llegaron hasta arriba. Los dos que apenas veían sus siluetas decidieron dividirse cada uno para buscar a una chica. Ron por la izquierda y Harry por la derecha...
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Harry estaba más que asustado caminando entre los cuartos de los Granger, de los Weasley, dos baños y el estudio donde el señor Granger tenía sus libros y materiales de ortodoncia de su época universitaria.
"¿Ginny?" preguntó inseguro acercándose a la puerta para abrirla "¿Gin?" volvió a preguntar abriendo la puerta donde una gran cama se encontraba en medio. De seguro algún cuarto 'Bien, aquí no está' pensó intentando tranquilizarse.
Siguió caminando lentamente viendo que al final del pasillo había una ventana donde se veía la noche haciendo que eso pareciera una película de terror muggle.
"¿Ginny?" y unos ruidos extraños provenientes muy cerca suyo lo hicieron temblar de miedo. Ni a Voldemort le tuvo tanto miedo como ahora.
Se dio media vuelta casi castañeando los dientes y por suerte no había nada parecido a un fantasma ni un vampiro. No había nada para su felicidad y seguridad. No quería encontrarse con nada allí, pero todavía no encontraba a la pelirroja y le dijo a su amigo que la encontraría... Además que estaba preocupado por ella.
Aún mantenía la cabeza dada vuelta mientras seguía caminando y chocó sin querer ni darse cuenta con un muro cayendo como proyectil al suelo y sus gafas se le cayeron.
Meneó un poco la cabeza para evitar marearse y con su mano buscó sus gafas, pero no las podía alcanzar.
"Acá las tienes" y sintió una mano que le dejó en la palma de la suya sus gafas "¿Estás bien?" preguntó mientras éste se ponía los lentes e intentaba ver quién era.
"¡Gin, estás bien!" exclamó al ver a la muchachita sonriendo en cuclillas a su lado "¿Nada te ha pasado?".
"No, nada" lo ayudó a levantarse.
"Pero esos gritos...".
"Es que antes de que se fuera la electricidad estábamos haciendo guerra de cojines y aún seguimos hasta que salí corriendo de la habitación" aún sonriendo lo tomó de la mano para ir a algún lado causando un leve sonrojo de parte del chico "Abajo hay velas, ayer vi que debajo de la alacena habían unas pocas. Vayamos para ir a buscar a los demás".
"Ron fue a buscar a Hermione, estaba preocupado" comentó intentando no pensar en porqué se sentía tan nervioso a su lado "La verdad creo que esta estúpida pelea se fue al tubo por el grito de ella".
"Es que esos dos son un caso" caminaron lentamente aún tomados de la mano "Gracias por venir a buscarme. Tenía miedo... no me gusta la oscuridad, siempre he creído que algo sobrenatural me va a atacar" se notaba que sus ojos se tornaban tristes.
Esos ojos nuevamente, esa expresión. Eso era lo que a Harry le llamaba la atención desde hace muy poco... Le recordaba su madre, a la mirada que tenía su madre en una de las tantas fotos que contenía un álbum que Sirius tiempo atrás le había regalado.
No sabía cómo explicarlo, pero cuando tenía ese rostro hacía que comenzara a preguntarse la razón por la cual su permanente sonrisa se borraba de su cara.
"Harry..." los sacó de sus pensamientos y se dio cuenta que estaban casi bajando la escalera "No creas que no me he dado cuenta de cómo me miras¿algo pasa?".
"Como tantas veces tú has dicho a tu hermano: Métete en tus asuntos, metiche" se rieron "No es nada, no es nada" contestó pensativo mientras bajaban las escaleras.
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Abrió la puerta de la habitación de la castaña muy preocupado. Al entrar todo estaba oscuro, no se podía ver nada. Pero la ventana de la muchacha estaba abierta y se veía el cielo con la luna y las estrellas dejando colar sus tenues rayos iluminando un poco el cuarto y en medio estaba ella sentada de perfil en la ventana con un cojín en mano.
Se acercó lentamente hasta llegar a su lado, sin antes encontrarse con un desorden de cojines, cobijas y peluches repartidos por todo el suelo. Y llegó a su lado sintiendo ese aroma a flores de su colonia que siempre usaba en Hogwarts y muy pocas veces lo podía sentir, porque pocas veces estaban tan cerca, sólo cuando ella le ayudaba en alguna cosa era cuando podía embelesarse de ese aroma tan suave y delicado.
"Si das un paso más te lanzó un cojín" le advirtió sin siquiera mirarlo y su semblante era impasible.
"Vaya, que simpática que andas hoy. Y eso que me atreví a venir a ver que le sucedía a esta dama con esos gritos como si el mismísimo diablo hubieras estado acá" uso su típico tono burlón.
"Es que no quiero que peleemos más" giró su rostro sin sonreír, pero sus ojos estaban brillantes haciendo que se viera indefensa; como un ángel caído del cielo "No es el momento de seguir con nuestras tonterías infantiles".
"Tienes razón" intentó mantenerse calmado "¿Por qué tanto alboroto?".
"Estábamos en medio de una guerra de cojines con tu hermana" se levantó quedando muy cerca de él "¿Y dónde está Harry?".
"No sé, fue a buscar a mi hermana que también estaba armando medio escándalo. De seguro ya la encontró" respondió conteniendo la respiración.
"Será mejor que bajemos" bastante nerviosa lo rodeo y se fue a la puerta "¿Vamos?".
"Obviamente te acompaño" torpemente caminó hasta llegar a su lado.
Caminaron a través del pasillo sintiendo que desde la habitación del pelirrojo, Hedwig estaba revoloteando por allí inquieto mientras dos jóvenes más inquietos que la blanca ave intentaban caminar por un pasillo completamente oscuro.
Iban muy juntos, sus manos rozaban a cada paso causando que la temperatura de ambos subiera a tal grado que ni un termómetro hubiera podido resistirla.
Y...
"¡Ay!" gritaron asustados los dos cuando Hedwig extrañamente había salido del cuarto y revoloteó a su lado haciendo que los dos pegaran un gran salto. Salto que Hermione parecía no haber desaprovechado, porque abrazó a Ron presa del susto mientras saltaba y enrolló sus piernas en las caderas del pelirrojo.
Nivel de temperatura: Incalculable.
Estado anímico: Felicidad, vergüenza, miedo, susto, y otras no reconocibles para la escritora.
Latidos: Nadie sabe... metafóricamente digamos que unos mil por hora.
Color de piel: Parecían langostas de lo rojos que estaban.
"Yo...Lo...Siento...Ron..." dijo Hermione aún en esa posición tan... extraña.
"No... te...preocupes" sintiendo como su corazón se le salía del pecho 'Claro que no se preocupe, tú estás demasiado bien con ella encima tuyo'.
'Si tú lo sientes, Umbridge es mi amiga del alma' Hermione intentaba mantener la calma, pero nadie podía hacerlo estando prácticamente encima de la persona que te gusta "Hedwig es una ave bastante inteligente, logró salir".
"Hum, sí" sólo pudo decir y comenzó a caminar hacía atrás sin saber qué hacer mientras sentía la respiración de ella revolviendo unos pocos cabellos y el aroma a flores cada vez más cerca suyo.
"¿Tú crees que ellos están abajo?" intentó quitar ese incómodo silencio que se había originado entre los dos.
"De seguro...".
"Ojalá dure poco este corte de electricidad, me enferma estar en la oscuridad".
"A mí también, no es muy agradable que digamos" seguía caminando sin darse cuenta que quedaban pocos centímetros para llegar a la escalera "Como que Hermione... Hedwig hace que rato nos asustó y tú sigues colgada de mí".
"Es que... no puedo" respondió sonriendo nerviosamente sintiendo sus manos temblar '¿Qué no puedes? Perdóname, para siendo sinceras; la cosas es que no quieres soltarte, cosa que es muy diferente'.
(Pero como la escritora siempre dejará esto en algo comprometedor) Ron parecía que la poca cordura que le quedaba había desaparecido y sus pies seguían avanzando hasta que se fueron escaleras abajo los dos. Sintiendo como el peso de Hermione se el iba encima y los escalones de su espalda pasaban suavemente por su espalda pensó que ya era hora de despedirse de la vida como tal la conocía.
Cuando llegaron al fin al suelo. Ron quedó tendido boca arriba y Hermione encima suyo casi en la misma posición que segundos atrás, pero había un pequeño detalle...
Al parecer los dos habían aprovechado inconscientemente la cercanía de sus rostros para que sus labios se quedaran rozando hasta llegar a la especie de un beso, aunque ninguno movía los labios ni nada parecido.
La luz se encendió, el ruido de la televisión volvió a escucharse y los pasos apresurados de Harry y Ginny se acercaban cada vez más.
"¡POR MERLÍN!" chilló Ginny cuando encontró a su hermano y a su amiga al final de la escalera casi besándose y en es aposición tan extraña.
"¡Ron, Hermione!" Harry casi se le salían los ojos por la sorpresa "Y nosotros preocupados por ustedes... y así que con esas andaban ustedes dos".
"Parece que aprovecharon muy bien el tiempo juntos..." no cabía de impresión "Así que esta guerra se ha terminado".
"¡Qué asco ver esto después de que electricidad volviera!" exclamó Harry volteándose mientras los dos jóvenes en el suelo se separaron lentamente aún sin decir nada.
Así fue como la pequeña guerra 'Machismo vs. Feminismo' se había acabado gracias a que los subconscientes de dos muchachos habían aprovechado la oportunidad del millón para... ¿Darse un beso?
Notas de la autora: O.o Creo que andar inventando los pasos para el baile de la Semana del Colegio me anduvieron dando ideas...algo extrañas para el final del capítulo, pero bueno; ese es el resultado. Pero no pueden reclamar... A mí me gustó, nunca podría imaginarme la cara de Harry y Ginny al ver en esa posición a esos dos.
Y como podrán haber visto, ya Harry empezó a fijarse en la pelirroja así que no quiero reclamos acerca de la pareja. Porque las cosas van viento en popa.
Bueno, lamento un poco la tardanza pero estoy ocupadísima y se me hace algo complicado que la inspiración llegué en el momento indicado. Así que por favor pido que no me reclamen respecto a eso, porque les dije que lo más probable es que con este fic me demoré más en actualizar.
Adelantos:
Los adultos no se enteran de lo sucedido esa noche. Pero parece que uno de los cuatro abrió la boca más de cuenta y el rumor comienza a propagarse. Así que intentan callar a la principal chismosa de Hogwarts para que no pase a mayores.
Y lo mejor, es que ese fin de semana irán al parque de diversiones encontrándose con varias sorpresas inesperadas.
"¡Michael!" señaló Ginny al guapo muchacho caminando en dirección opuesta a la de ellos y una gran sonrisa se dibujó en su rostro "¿Qué haces acá?".
"Vamos, Granger" dijo una de las primas de la castaña "Estás acabando con todos los hombres posibles y guapos. ¡Déjate uno, aunque sea!".
"¡No presiones esa tecla!" chilló Ginny viendo que Parvati iba a presionar la tecla 'Enter' para mandar el chisme del año "Sino, te las verás con mi varita" sacó su varita de los jeans viendo fijamente el dedo de la chica.
"Nunca me he quitado la ropa, sólo estuve desnudo cuando nací" dijo antes de quitarse la polera para meterse a la piscina mientras Hermione le decía que estaba con un traje de baño, pero cuando vio ese cuerpo...
Esto y mucho más en el capítulo titulado 'Un secreto cantado a gritos'.
Y bueno, eso ha sido todo por ahora. Ojalá les haya gustado el capítulo y me dejen algún review con su opinión, ya que saben que es muy importante para mí.
Besitos,
Gaby.
