Capítulo 9:
Entró a la cocina mientras bostezaba. Se había levantado algo tarde anoche, y ahora era el último en despertarse, así que estaba algo avergonzado. Pero lo que más le llamó la atención fue que nadie estaba. Fue a ver al living, al comedor y hasta en el jardín, pero ninguna señal de vida aparecía.
"¡Buenos días!" entró Ginny alegremente a la cocina, donde Harry se había decidido a prepararse su desayuno "Creí que no te ibas a levantar hasta la hora de almuerzo...".
"Muy graciosa" sorbió un poco de su leche con café sentándose en una silla cercana a la alacena donde mantenían la comida enlatada "¿Dónde están todos?".
"Mamá fue a ver a Bill y Fleur con papá, los señores Granger fueron de compras para ver qué te iban a regalar en tu cumpleaños, Hermione con mi hermano fueron de compras" respondió distraídamente secando los trastes sucios que estaban junto al fregadero. Colocaba delicadamente los platos en los estantes superiores "Así que estamos a solas, Potter".
"No sabes lo feliz que se me hace eso" dijo con voz irónica, aunque en verdad era cierto "¿Te gusta hacer labores hogareñas?" le preguntó después de unos minutos en los que la observaba detenidamente.
"Es parte de mi vida... Me da lo mismo hacerlos o no".
Se preparó unas tostadas con mermelada de damasco que había en un frasco en el refrigerador. Luego, se fue a duchar y a vestir. Bajó de nuevo a la planta baja de la casa y se encontró con la pelirroja leyendo un libro de encantamientos de quinto curso.
"Hermione y Ron solos... ¿Cómo lo hiciste?" preguntó luego de que eso le estuviera dando vueltas en la mente hacía mucho rato.
"Es parte de mi encanto" ni siquiera despegó los ojos de su libro y una sonrisa divertida se dibujó en su rostro "En realidad, ellos querían ira comprarte algún obsequio... Así que los convencí de ir juntos, así aprovechaban de reparar sus errores y me dejaban a solas contigo" levantó pícaramente las cejas haciendo que Harry se riera.
"¿Y ellos creyeron que tú estás colada por mí como para acceder?".
"Creo que sí... Así al menos dejamos a los dos juntitos" se alzó de hombros para seguir leyendo.
Hacía ya mucho tiempo que ella había dejado de mirarlo como su amor platónico; era el simple mejor amigo de su hermano. Pero... ¿Por qué Ron y Hermione accedieron al saber la 'razón' de ella para dejarlos a solas en la casa?
"¿Qué quieres de regalo de cumpleaños?" preguntó, de repente, la muchacha levantándose del sofá.
"No sé... Me da lo mismo".
"Podría regañarte algo muy asqueroso, así que dime lo que quieres" rió.
"Ya te dije; me da lo mismo. Además viniendo de ti cualquier cosa es buena" y así fue como Harry Potter salió del living para ir a jugar con una snitch que los Weasley le habían obsequiado el año anterior.
oooooooooo
"¿Podrías ayudarme con algo de esto?" preguntó Hermione con unas grandes paquetes en sus dos manos que casi no podía llevarlos, los arrastraba.
"Tú te quisiste comprar toda esa pila de libros, tú te la llevas" replicó Ron viéndola con una sonrisa burlona "Elijamos el regalo de Harry y larguémonos de aquí".
"Que caballero eres..." dejó los dos paquetes en suelo. Buscó su varita en la chaqueta "¡Locomotor!" dijo apuntando e inmediatamente los dos paquetes estaban flotando unos centímetros en el suelo. Hermione guardó su varita y vio al muchacho con una sonrisa triunfal "Parece que yo salgo ganando..." comenzó a caminar y los dos paquetes la seguían un poco más atrás.
No habían hablado mucho. Tal vez el hecho de ese incidente aquella noche cuando rodaron por las escaleras no los dejaba tranquilos y para evitar afrontar las cosas preferían quedarse en silencio haciendo como si nada pasara. Pero si que pasaba... Tenían 17 años donde las hormonas estaban en una etapa bastante manipuladora y peligrosas; no sabían cuánto tiempo más iban a tenerlas bajo control para cometer cualquier locura.
En fin... La señora Weasley le devolvió la varita a Hermione advirtiéndole que la usara con cuidado. También de que no hicieran nada malo, ya que no sabían qué esperarse de esos dos a estas alturas de la vida.
Fueron al Caldero Chorreante para dejar las compras de Hermione; ya que Ron empezó a reclamar que era una tortuga y no iba a pasar todo el día esperándola. Ella reclamó de que debía ayudar a una dama...
"Una dama... Eres un ogro, y dices que eres una dama... No me hagas reír" se justificó riendo.
"¿Podrías ser un poco más amable?" preguntó "En verdad no sé para que vine contigo acá si estás de ese humor".
"Tú aceptaste para dejar a mi hermana con Harry... Puede ser peligroso, pueden hacer cualquier cosa y yo no estoy allí para evitarlo" con tono desesperado.
"Oye... Harry es más retardado mental en los asuntos amorosos que no veo que peligro le ves".
"Lo digo por Ginny; ella es un demonio" sonrió "Como si mi amigo fuera a tomar el primer paso".
"Tienes razón, estás en lo cierto" asintió viendo distraídamente unos calderos de la tienda junto a ellos.
Se giró para verla disimuladamente. Encontraba tan extraño que ella le dijera que estaba en lo correcto, aunque eso era cierto. Era tan raro que le admitiera que él estuviera bien... Normalmente iniciaban una pelea con algunas cosas de ese tipo, pero este verano habían discutido a muerte unas ocho veces, cosa que era muy poco para el promedio semanal. Tal vez se estaban llevando mejor y aguantaban un poco la personalidad del otro.
'O tal vez tú te ablandaste para llamar su atención, así ella te dará un besito' le dijo burlona la voz en su mente. Se sonrojó al escuchar eso, por que no era cierto. Se estaban llevando mejor, se estaban conociendo y no actuaba de esa manera para que ella se fijara en él... Sería muy patético 'Eres patético. ¿Qué querías?' O era Ginny la que estaba metida en su cabeza o tenía un autoestima muy baja para que pensara eso.
"¿Estás bien?" levantó la vista y vio como la muchacha lo miraba con una ceja arqueada "Me estás viendo raro, además que estás más rojo que una langosta" sonrió divertida.
"No me pasa nada" negó con la cabeza algo nervioso, no podía ser tan idiota de decirle que estaba pensando que estaba siendo más amable con ella para que se fijara en él 'Lo admitiste, te dije' maldita voz esa "¿Adónde vamos?" se puso las manos a los bolsillos de su pantalón.
"¿Que cosa podríamos regalarle?".
"Una personalidad... Un libro de Quiddittch... Nah, ya tiene muchos. Una nueva escoba... Nah, ya tiene una muy moderna. A mi hermana... Nah, ya la tiene colada... ¡Una casa hecha de chocolate!".
"¿Estás loco o qué? No podemos regalarle una casa de chocolate" le regañó negando con la cabeza exasperada de que pensara en comida.
"Claro que no" tomó su barbilla con las manos. Hermione abrió los ojos al ver que sus labios estaban a unos centímetros mientras sentía que el corazón le dejaba de bombear sangre al organismo 'Aquí mismo te da un infarto y te nos vas...'´esa voz le dijo divertida. Por Merlín que sí tenías ganas de besarlo "Hay una casa de chocolate allá" le dio vuelta la cara para que observara la casa mientras ella suspiraba con ganas de matarlo, nadie le daba falsas ilusiones.
Dos hombres cargaban una gran casa de chocolate. Era bastante linda, con glaseado de colores adornando toda la casa. Le recordaba mucho al cuento de 'Hansel y Gretel', cuando niña se imaginaba la casa de la bruja de esa forma: Colores alegres, unos bastones de caramelo en la entrada, cortinas de galletas, arbustos alrededor del hogar de algodón de dulce.
"¿Qué hacen con eso acá?" preguntó el pelirrojo curioso. Nunca había visto una casa de chocolate tan grande como esa... Era del tamaño de una cama para una persona. Un sueño hecho realidad para sus papilas gustativas y estómago "No creo que vayan a vivir en esa cosa".
"Por supuesto que no, tonto" respondió viéndolo con una mirada asesina "Cerca de aquí hay una tienda donde fabrican el chocolate que las grandes industrias como Honeydukes o las Ranas de Chocolate usan".
"¿Y cómo sabes eso?" nunca sabía cómo tenía tantos conocimientos metidos en la cabeza y no le estallara "¿Eres un adivino o un sabio?".
"Cuando vine por primera vez a comprar mis materiales escolares paseé por todos lados y di un pequeño recorrido por la tienda de chocolates" sino lo quisiera tanto ya estaría una lápida en el cementerio con su nombre en ella.
"Ese es como un sueño hecho realidad... Imagínate que te regalen una casa de chocolate" dijo en tono soñador y cerrando los ojos imaginándose su casa.
"¡Eres un genio!" lo abrazó haciendo que Ron casi se cae de la impresión al sentirla tan cerca. No pudo ni moverse de la parálisis cerebral en esos momentos; mínimo que avisara que se le tiraba encima "Podríamos comprarle una canasta llena de chocolates hasta que Harry reviente de comerlos".
Hermione se separó un poco de él y lo vio algo sorprendida. Estaban tan bien juntos que ninguno hacía o decía nada para separarse. Los colores no se hicieron esperar subiendo inmediatamente haciendo que las dos mejillas de los jóvenes se tornaran rojas. Un temblor en las piernas de Ron y una falta de oxígeno a los pulmones de Hermione.
"¿Acaso crees que soy tan irresistible como para abrazarme de estar manera?" preguntó en un tono de egocentrismo puro para librarse de esa situación lo más decentemente posible, muy a su pesar, debía hacerlo.
"Seguro" siguió con el tono de broma "Hasta Draco Malfoy es mucho más sexy que tú, amiguito mío" se separó de él sonriendo bobamente "Pero agradece que tuviste el placer de tenerme cerca tuyo".
"Placer el tuyo, dirás" respiró intentando calmarse, al igual que su amiga. Los dos miraron a todos lados menos el uno al otro "¿Vamos a la tienda de chocolates?".
"Sí, vayamos" asintió lentamente "Esa fue una muy buena idea, el sueño ideal para cualquier bestia de la comida como tú" comentó mientras caminaban.
"Ya sabes, soy muy ocurrente cuando me lo propongo" rieron.
Caminaron hasta llegar a una tienda medianamente grande; resaltaba entre las demás porque era un castillo hecho de caramelos, chocolates y las telas que decoraban era de colores alegres. Arriba de la entrada, que era una puerta de chocolate que simulaba una puerta de roble, había un letrero que decía: 'Paraíso Dulce'.
Al entrar las personas que atendían en el mostrador vestían trajes antiguos de la época medieval hablando en un inglés muy clásico y elegante, antiguo, atendiendo gentilmente a las personas que maravilladas compraban los caramelos; especialmente compraban chocolates porque era la empresa que hacía los mejores en el país.
"Buenos días, dama, caballero" los saludó una señora con un vestido largo y sencillo, con una gorra blanca típica de las criadas de esa época "¿Qué deseáis comprar?".
"Buenos días... Estamos buscando algo para regalarle a un amigo en su cumpleaños" sonrió Hermione encantada por la tienda. Ron miraba todo como un niño pequeño, pero cualquiera estaría así si todo a tu alrededor era de comida. La chica lo vio con dulzura, pero daba pena que los demás vieran su amigo babeando por estar ahí "Compórtate" le susurró al oído.
"La verdad es que no sé qué cosa estáis buscando, pero si me decís algo más detallado, yo os puedo ayudar" la señora los veía divertida "¿Tenéis algo pensado?".
"Puede ser una canasta llena de caramelos..." sugirió Ron indeciso.
"¡Pues, hombre! Claro que no, acá podéis pedir desde casas de chocolate hasta muebles de caramelos si lo queréis. No algo tan común como una canasta de caramelos" le lanzó una mirada asesina "Podéis darle a su amigo una casa, unos muebles, ropa de caramelo, libros de chocolate, estatuas de caballeros o nobles..." aún le faltaban cosas que se podían conseguir en la tienda.
Los dos muchachos miraron a su alrededor para ver algo que les gustara para obsequiarle a Harry. Había diferentes tipos de edificios de chocolates con adornos de nueces con caramelo de colores. Ropa muy delgada hecha con hilos de masa dulce, muebles de diferentes tipos... Daban ganas de pegarles un mordico allí mismo de lo sabrosos que se veían. Y hasta un prototipo en miniatura del Callejón Diagon de caramelos y chocolates.
Lo que más le llamó la atención a Hermione fue que habían figuras de personas en chocolates, como estatuas. Había desde pequeños tamaños hasta el porte normal de la persona... Eso le había dado una muy buena idea.
"Ron" aló a su amigo de la chaqueta para que le prestara atención "¿Qué te parece si pedimos unas esculturas de Harry y nosotros?".
"Podrían ser de chocolate... Y los ojos tendrían maníes bañados en caramelos del color de nuestros ojos" estar al lado de todas las cosas de caramelos hacia que su cerebro no pensara en nada más, ese si que era el paraíso para su estómago "¡Sería el mejor regalo de todos!".
"Tienes razón, es perfecto" sonrió "Señora...".
"Decidme" la vendedora le prestó atención después de haber ordenado unas espadas de bastones de caramelo "¿Ya habéis elegido el obsequio para vuestro amigo?".
"Sí, nos gustaría una escultura con él y nosotros" Ron le dijo "De tamaño mediano" puso su mano a la altura de la cadera más o menos de qué tamaño quería que fuera.
"Excelente opción" sacó su varita y diciendo unas palabras extrañas apuntó con ella sus rostros "Listo, ya tengo vuestros rostros para hacer sus figuras. ¿Pero cómo hago lo de vuestro amigo?" preguntó curiosa arqueando una ceja.
"No se preocupe, usted debe conocerlo" obviamente todo el mundo conocía a Harry Potter, no habría ningún inconveniente en hacer una figura de él en chocolate "Es Harry Potter" dijo el pelirrojo esperando la reacción de la vendedora.
"¡Por Merlín, Harry Potter!" chilló haciendo que todos la voltearan a ver extrañados. De inmediato se puso una mano sobre su boca viendo que había metido la pata por las caras de descontento de los dos muchachos "Lo siento mucho... Así que el famoso Harry Potter" sonrió ampliamente "Entonces no será ningún problema hacérsela, incluso os daremos un descuento".
"Muchas gracias".
"Ahora díganme¿de qué quieren la escultura?" sacó un pergamino donde aparecían distintos modelos. Al lado había unos pequeños espacios para hacer una marca si era lo deseado y abajo los datos del comprador para que venga o le vayan a dejar a domicilio la compra "Debe llenar los datos y luego pasar allí" señaló un pozo donde un duende estaba en el balde cobrando lo comprado "¿Deseáis algo más, señor Weasley y señorita Granger?".
"No, estamos bien; gracias por todo" la señora se fue con una gran sonrisa.
Desde a finales de quinto curso con todas las noticias sobre Harry Potter y sus amigos en Hogwarts ya eran conocidos. Claro que nunca los paraban en las calles para pedirles un autógrafo o se detenían sólo por verlos caminar como lo hacían algunas veces con su amigo, pero al decir que eran amigos de 'El Niño Que Vivió' los empapelaban de halagos... Al principio era increíblemente agradable, sobretodo para Ron, pero a veces era una verdadera molestia, en especial para Hermione.
Hermione llenó todo el pergamino algo enfadada por unas preguntas realmente estúpidas cómo la pose que querían que los pusieran; Ron le dijo que podría haber pedido que la pusieran a ella tomada de la mano con él dándose un beso apasionado y no era la idea... Aunque les hubiera gustado mucho... Pero siguiendo con el relato: Estaban haciendo una larga fila para pagarle al duende. Habían demasiadas personas como para ser las once de la mañana.
"Wow, mira eso" el pelirrojo, mientras hacían la fila, señaló una puerta algo oculta detrás del mostrador donde salían cajas llenas de mercaderías. Se podía ver por la ventanilla que había otra puerta en el fondo donde había un letrero que decía 'El Gran Pozo de la Delicia' y nadie entraba o salía de allí "¿Que será eso del Pozo...?".
"No tengo la menor idea, debe ser algo como un almacén para guardar la mercadería. Después de todo, acá hay nombres extraños para cosas tan normales por ser un castillo de chocolate" respondió distraídamente contando las monedas de su mano que habían reunido con Ron para comprar el obsequio.
"Quiero saber qué es, la curiosidad me mata" dijo entre dientes intentando aguantarse las ganas de salir corriendo "La curiosidad mató al gato, dicen" sonrió pícaramente.
"¿Qué tienes planeado?" preguntó al verlo dar unos pasos a la puerta "No puedes ser capaz de ir a ese lugar sino lo conoces, y más encima si es de una tienda".
"Voy a ir para conocer" dijo en voz inocente. Llegaron donde el duende, Hermione pagó recibiendo un poco de dinero mientras el pelirrojo la veía algo enfadado por no tomarle atención "Si crees que causaré un desastre, acompáñame" la tomó de la mano haciendo que casi se le cayeran las monedas.
"No es que creo, es lo que pasará" corrigió sintiendo como su temperatura corporal subía del nerviosismo "Ron...Ron...¡Ron!" dijo molesta viendo como él se agachaba y comenzaba a caminar así para que nadie los viera y que pudieran pasar por el hueco del mostrador.
"Tú te me callas y dejas al experto guiarte hacia lo desconocido" se puso uno de sus dedos en los labios para que guardara silencio. Ella le decía en susurros que debía detenerse, no era legal o ético hacerlo; pero él solamente se cercioraba si algún vendedor los veía o salía alguien de la puerta "Ya casi llegamos...".
Por suerte nadie pasó. Llegaron a la segunda puerta que decía 'El Gran Pozo de la Delicia' que era de madera antigua, muy de una aldea medieval. Abrieron cuidadosamente la puerta con la varita de Hermione, Ron se la quitó para usarla, y llegaron a una habitación muy grande.
Era blanca y de cerámica, del mismo color, en el suelo. Al centró había un gran hoyo donde había chocolate derretido caliente. Al lado un pequeño aparato calculaba la temperatura del dulce... Ese era un sueño hecho realidad, estar junto a un lago de chocolate.
"¡Por Merlín!" exclamó Ron a punto de llorar "Estoy en el paraíso... ¡Esto si que es una delicia!" estaba casi a sacarse la ropa y empezar a nadar en el lago.
"¡No seas idiota! Ya viste que acá está el chocolate que fabrican, así que vámonos" la muchacha se dio media vuelta. Puso su mano sobre la manilla metálica y la empujó, pero la puerta no abría. Siguió empujando, pero nada pasaba "¡Esta cosa no abre!".
"¿Me estás bromeando, verdad?" preguntó dándose vuelta e intentó abrir la puerta, pero no se abrió "¡Estamos encerrados!" gritó histérico.
"No seas niñita y que no cunda el pánico" le reclamó. Puso su oreja en la puerta y escuchó como dos empleados hablaban afuera.
"Estaba cansada de trabajar... Menos mal que llegó el descanso de mediodía" dijo un muchacho sacándose su armadura de caballero.
"Con esto de que llegó el verano tenemos más trabajo que nunca" bostezó su compañero vestido de bufón "Bueno, yo me voy a mi casa a descansar un poco...".
"¿Estás loco? Si aún es muy temprano" reclamó el otro.
"Ayer tuve una gran fiesta en casa de Marie, necesito descansar un poco".
"Así que anduvo pasando anoche" lo miró pícaramente "¡Eres mi ídolo!".
"Mejor cierra la boca... Nos vemos en la tarde" desapareció de allí después de sacarse su traje.
"¡Ayuda!" gritó Hermione golpeando insistentemente la puerta junto con Ron "¡Auxilio!".
"¡Por favor, abran esta puerta!" pateó la puerta después de unos minutos donde ningún resultado habían obtenido. Vieron como por la ventanilla de la primera puerta y de esa puerta la entrada a la tienda se cerraba; los empleados salían dejando allí atrapados a los dos muchachos "Nos quedamos acá..." susurró asustado.
"¡Estamos atrapados!" esta vez ella era la que gritaba como histérica "Nos moriremos, no podremos seguir teniendo unas hermosas vidas como hasta ahora... Jamás encontrarán nuestros cadáveres en un lugar así, no sabremos nada del mundo exterior" estaba en pleno colapso nervioso.
"¡Cierra tu boca!" la tomó por los hombros agitándola un poco "No actúes como una niña ahora... Yo también estoy asustado de que estemos encerrados acá".
Estaban atrapados en la habitación donde conservaban en chocolate para los caramelos de la tienda 'Paraíso Dulce'. No había nadie, ya que la tienda estaba en un receso y abrirían nuevamente a las cinco de la tarde hasta el anochecer... ¿Se quedarían hasta esa hora solos en un espacio tan reducido?
oooooooooo
Mientras ordenaba su colección de esquelas de diferentes motivos, como peces, elefantes, flores, soles, canarios, corazones, estrellas, lunas, corazones, etc.; y las ponía cuidadosamente en un cajoncito debajo de su escritorio para cuando escribiera alguna carta importante, sacara una esquela sin necesidad de andar buscando como enferma mental donde estaban desparramadas.
También botó los lápices que tenían las puntas rotas, las plumas que ya estaban malas, algunas hojas de cuadernos del año pasado con conversaciones entre clases con sus compañeros. Con un encantamiento para repeler las manchas de la ropa lo aplicó en su cama, ya que siempre cuando escribía algo se le caían algunas gotas de la pluma al cubrecamas dejando un hermoso decorado dálmata que no era para nada bonito.
"¿Qué haces?" preguntó Harry entrando a su cuarto. Tenía una cara de aburrimiento que no intentaba disimularla y tenía en su mano el último pedazo de manzana del almuerzo.
"Primero tocas, te digo si puedes pasar y pasas, maleducado" le lanzó una mirada asesina. Dejó su varita en la mesita de noche y se sentó en la cama "Ordenaba mis aposentos... Y parece que tú no has hecho nada productivo en favor de tu persona, porque tienes una cara..." sonrió.
"Que graciosa andas hoy" se sentó a su lado sin saber qué hacer "¿A qué hora vuelven los demás?".
"Los adultos llegarán en la tarde... Mis padres deben estar felices disfrutando de la nueva generación femenina en la familia y los señores Granger irían a trabajar después de comprar tu regalo... Y mi hermano y Hermione..." dudó en contestarle, porque en realidad tampoco sabía la causa de su demora; debían haber vuelto a almorzar, pero ni su sombra se había aparecido "¿Acaso no disfrutas de mi compañía?" preguntó levantando sus cejas haciéndose la enfadada.
"No es eso, tú sabes que estar contigo a solas es lo mejor que me ha pasado después de comerme un buen trozo de carne en Hogwarts cuando estaba hambriento" intentó no reírse por la cara de la pelirroja "Ginny, me refiero a que Hermione y Ron hace mucho rato debían estar acá... Si comprar un regalo no toma más de una hora, además que estaban algo peleados con su percance en la escalera la otra noche".
"Buen punto..." suspiró. ¿Les había pasado algo malo para que no hayan vuelto aún? No podía ser, nada puede ser tan malo como para no hubieran vuelto a casa "Tal vez se hayan reconciliado y estuvieran haciendo sus cosas... Tú me entiendes" puso una cara de pervertida que hizo que los dos se rieran hasta llorar.
"Estamos hablando de Ron y Hermione. ¡Imposible!".
"Mejor dejemos ese tema... Deben estar haciendo otras cosas" se levantó y guardó bien todas las cosas que aún le faltaban por ordenar en las repisas arriba del escritorio. Se fue al armario donde sacó una chaqueta y se la puso.
"¿Piensas salir?".
"No, pienso darme un baño..." respondió irónicamente la muchacha haciendo recalcar que era más que obvio que saldría "Iremos los dos a ver una película al cine".
"Nunca he dicho que saldría contigo. ¿Desde cuándo decides mi vida?" preguntó avanzando hasta ella con pasos decididos.
"No irías a ver películas muggles, sino mágicas... Si quieres quedarte solo, pues hazlo. Pero me dejarías sola en el cine donde cualquier cosa me puede pasar, puede venir un loco psicópata y tu conciencia te culparía por haberte quedado como un vago viendo televisión comiendo patatas fritas... Entonces, te quedas" puso sus manos sobre las caderas esperando impacientemente la respuesta del chico.
"Sólo por ver una película mágica, iré. Pero no sueñes que después de esto te daré un apasionado beso ni esas cosas, no es una cita".
"Tú te pierdes probar el sabor de mis labios, amiguito" se acercó hasta llegar hasta él. Quedaron tan cerca que sentían la respiración del otro "Adiós" media vuelta y salió pro la puerta como un huracán.
Aunque los dos sabían muy bien de que no hubiera sido tan malo darse un beso, después de todo, sus sentimientos eran mucho más fuertes. Se atraían, se gustaban... Pero tendrían que decírselo o demostrárselo de alguna forma.
oooooooooo
"Tengo que hacer mis necesidades..." dijo Ron con la cabeza entre sus piernas, apenas se le escuchaba. Estaban sentados algo alejados el uno del otro, con sus espaldas apoyadas en la pared y con sus cabezas hundidas en sus piernas "¡Ayúdame!".
"No es mi culpa que tu digestión deba terminar justo ahora" replicó la castaña enfadada "Si quieres conjuro unos pañales y los usamos provisoriamente".
"Tan simpática como siempre..." la miró con enojo y volvieron a quedarse en silencio.
Habían gritado varias veces para que abrieran la puerta, pero ya todos los empleados se habían ido. Intentaron abrir con muchos hechizos, encantamientos y conjuros, mas la puerta estaba cerrada con un fuerte dispositivo de seguridad que no podrían romperlo así de fácil, no podían hacerlo. Después con un hechizo brújula o comunicador intentaron mandarles señales a Harry o Ginny para que los ubicaran, pero se dieron cuenta que la bodega contaba con un amortiguador de magia... O sea, sus varitas no les servían de nada.
Estarían atrapados hasta que llegaran a la tienda. ¿Qué dirían al ver a dos jóvenes en esas condiciones? Sería demasiado vergonzoso como para poder tolerarlo. Serían reconocidos como los amigos de Harry Potter encerrados en la Fábrica de Dulce. Hermione ya se imaginaba el título en el periódico: 'Atrapados en Caramelo', '¿Una agonía dulce?', '¿Harry Potter y los dos chocolatines?'.
"¡Por Merlín quiero salir!" gritó el chico levantándose de golpe "Hace demasiado calor..." tenía sus mejillas sonrojadas por la temperatura "¡Maldita sea!" pateó la pared de la impotencia de estar ahí por más de dos horas.
"No lograrás nada pateando las paredes, genio" le reprochó ácidamente su compañera. Hermione también sentía mucho calor, tenía la necesidad de sacarse la ropa de lo acalorada que estaba.
En la bodega que estaban, donde se guardaba el chocolate de la tienda y de los que, seguramente, compraban las grandes fábricas debía estar sometido a altas temperaturas para conservarlo en un estado óptimo. En ese cuarto casi nadie entraba por más de media hora, porque era tan caluroso que se hacía insoportable un poco más.
"Si hubiera magia podría hacer un hechizo para bajar la temperatura o aparecer hielo, pero no puedo" dijo ya más calmada; lo mejor era no estar con ese estado de ánimo en esta situación tan delicada. Se levantó lentamente "¿Qué hacemos?".
"No tengo idea, tú eres la genio aquí" se abanicaba con su mano intentando darse algo de aire frío, pero no recibía más que aire caliente. Ya gotas de sudor caían por si rostro "Vamos, piensa, Hermione" con voz suplicante le pidió.
"Mis neuronas se quemaron acá" se había sacado la chaqueta y ahora se daba algo de aire frío tomando una parte de su blusa airándola, la dejaba nuevamente normal y seguía el mismo procedimiento (n/a: no se si me hayan entendido eso, no sabía cómo explicarlo... Pero si no entendieron, da lo mismo, no es importante :P).
"Podríamos sacarnos la ropa..." Ron lo había dicho en son de broma, aunque por el calor hubiera sido lo ideal. Pero había sonado como un comentario bastante pervertido de su parte, por lo que inmediatamente recordó que la anatomía de un hombre y una mujer es muy diferente, además que es Hermione de quien hablamos "Err... Yo... No sé... Mmm... ¿Sabías que el cielo es azul?" todos los colores los tenía subidos en la cara.
"¡ERES UN ASQUEROSO, DEPRAVADO, PERVERTIDO!" gritó a todo pulmón entera roja, no se sabía si por el calor o por la idea de su amigo. Se veía bastante exaltada y muy nerviosa... Obviamente que la idea de ver el cuerpo de Ron, después de ver algunos de sus atributos en la piscina algunos días atrás, había sido un privilegio; ahora verlo en vivo y en directo, en privado era una idea para nada desaprovechable y poco encantadora. Peor no podía decir esas cosas, no era el momento. ¿O sí? Después de todo, estaban solitos.
"Lo dije en broma, no era cierto".
"¿Perdón? Creo que lo único que quieres lograr es aprovecharte de mí" mejor ocultar su nerviosismo retándolo "De seguro tú fuiste quién nos encerró acá para después pedirme que me sacara la ropa".
"¡No soy así! Jamás haría algo de este tipo" resopló molesto "Usaría mi inteligencia para otro tipo de cosas".
"Como para botar un mar de sandías en el supermercado, chocar el auto de mi madre, competir conmigo en ver quién terminaba antes los deberes de Astronomía, comerte la manzana podrida que Ginny te dio en navidad, hacerte a ti mismo un hechizo para quedarte calvo unos cuantos días..." los iba enumerando con los dedos "¡Qué inteligencia¿Dónde compraste ese cerebrito tuyo?".
"Tú eres una pobre amargada que no sabe hacer nada mejor que criticar a los demás sin ver tus defectos primero. La inteligencia en cosas del colegio no es tan importante, tampoco las estupideces que haces por travesuras" se acercó a ella totalmente furioso, no le gustaba para nada que lo tratara de esa forma "Es mucho más importante ayudar a los demás y aceptar lo que sientes sin tener vergüenza...".
"¿De qué me hablas?" preguntó captando que esa frase era una indirecta para ella "Yo acepto todo lo que siento, digo, hago, pienso".
"¡Argh, eres una tonta, Hermione, una estúpida!" le daba lo mismo lo que pasara ahora en adelante, estaban encerrados y esa era una oportunidad perfecta para saber qué sentía por él. Después de todo, tenía el presentimiento de que no todo era como él creía que era... Pero ella misma le negó la indirecta que la había dado, lo había rechazado.
Molestó de dio la media vuelta con los ojos cerrados. Le daba mucha pena y rabia pensar que no era correspondido... Que todas esas miradas, esas sonrisas, esos momentos dedicados a pensar sólo en ella y hasta ese beso que intencionalmente se dieron había sido todo parte de nada más que un juego. Un juego que parecía haberlo dañado, porque estaba enamorado de su mejor amiga.
No le gustaba la idea de que vivieran juntos y él se sentía de esta forma. No sólo tendría que verla en el colegio, sino también en la casa... Como odiaba el amor algunas veces, odiaba ese maldito sentimiento de calidez que solamente una persona te da en la vida, la sensación de haber encontrado la otra mitad de tu persona que te faltaba para sentirte completo. Tendría que sobreponerse después de este duro golpe.
Como estaba con los ojos cerrados no se dio cuenta que empezó a caminar sin saber adónde. Solamente estaba concentrado en sus pensamientos, en sus sentimientos. Y cada vez se acercaba más al gran hoyo donde estaba el chocolate derretido... Parecía que no iba a detenerse porque no se había dado cuenta, cuando por efectos de la gravedad: 'Todo debe caer'. Nuestro Ron se cayó.
"¡Ron!" chilló Hermione horrorizada al ver que el cuerpo de su amigo se encontraba en el hoyo, o la olla, o lo que fuera de chocolate derretido "¿Estás bien?" se abalanzó hasta llegar al lado para ver si se encontraba con vida.
"¡Ayúdame!" gritó saliendo. Parecía un monstruo de chocolate deforme. Apenas podía hablar con todo el chocolate en su cara "Esto es... delicioso" comenzó a comer.
"No hagas eso. ¿Puedes moverte y yo te doy mi mano para que subas?" le tendió la mano. Él después de haberse saciado del dulce le dio su mano llena de chocolate y subió sin muchas dificultades.
Estaba entero bañado en chocolate; perfectamente podría haber sido confundido con algún caramelo de la tienda en tamaño natural de alguna persona. Él se relamía los labios aún disfrutando de haberse caído en un hoyo lleno de chocolate derretido, era un sueño hecho realidad. Pero sus zapatos estaban también con chocolate por lo que era incómodo, al igual que su ropa, su cabello, sus párpados, sus dedos... ¡Todo!
"¿En qué pensabas para no mirar por donde ibas?" preguntó la muchacha viéndolo afligida y algo molesta por cómo se encontraba.
'Pues por ti, tonta. Por tu culpa nos fuimos chocolate abajo' esa voz otra vez, pero tenía mucha razón "Tú me gritaste desconsideradamente por proponer sacarnos la ropa en broma, me heriste los sentimientos".
"Ay, lo siento, de verdad que yo no quise decirte todo eso, Ron" de verdad se veía bastante apenada, y era así. Le daba mucha pena todo lo que había pasado sólo por intentar retarlo para que no notara el efecto de las palabras que había dicho "Por lo menos te ayudo a limpiarte, no querrás ser un hombre de chocolate".
Se acercó hasta él para ayudarlo. Se sacó los zapatos e intentó quitarles todo el chocolate posible, también se sacó la polera que estaba toda café. Hermione desvió un poco la mirada para no distraerse con su cuerpecito... También movió energéticamente su cabeza de un lado a otro dejando su cabello totalmente pelirrojo, casi sin ningún rastro de chocolate.
"Que delicioso, cumplí unos de mis sueños" con su dedo sacó un poco de chocolate de su mejilla saboreándolo.
"¿Me... dejas probar?" preguntó tímidamente la muchacha sin mirar directamente a los ojos al chico.
"Claro" respondió algo cohibido de que comiera chocolate de su cuerpo... Vale, esos comentarios se le estaban haciendo muy mal pensados, no tenía que dejarse llevar por las hormonas en estos momentos; ella sólo lo hace para ayudarlo a limpiarse.
Hermione sacó un poco con la punta del dedo índice un poco de chocolate del hombro de Ron. Se lo llevó lentamente a la boca percatándose de que verlo allí, sin polera, tan cerca, tan guapo como siempre en lugar donde estaban completamente a solas era un desperdicio de material de calidad. Debía aprovechar comerse a besos al muchacho, le encantaría hacerlo. ¿Qué daría ella para repetir todas las sensaciones que sintió cuando estaba prácticamente encima de él cuando cayeron aquella noche por la escalera? No podía dejar pasar esta oportunidad que una vez se da en...
'¡Ninguna oportunidad como esta se da en la vida! Aprovéchala tontita, ese bombón está ya bañado en chocolate y debajo está relleno con la mejor calidad de hombre... ¿Qué esperas? A que seas una vieja desesperada de cuarenta buscando marido, o qué' tenía razón, sus instintos le decían que le plantara un beso y daba lo mismo lo que pasara. Mas su racionalidad le decía todo lo contrario 'Mira, que se vaya a la mierda la racionalidad, al menos por hoy. Todos los días le haces caso a ella y a mí no, tu corazón, así que deja ese cerebrito trabajar y mejor dale un poco de ejercicio a esa lengua...'.
Le hizo caso, que se fuera de vacaciones al Caribe su cerebro el día de hoy, porque necesitaba sentir a Ron besándola, necesitaba sentir esos labios sobre los suyos.
Ron parecía haber estado debatiéndose algo parecido. Inconscientemente se acercaban más hasta que sus frentes quedaron juntas y unos milímetros separaban sus labios. La respiración de los dos era entrecortada y la temperatura parecía haber aumentado unos cien grados en sólo unos cuantos segundos.
"¿Estás... segura?" preguntó él sabiendo de que este beso sería diferente, los dos se lo darían.
"Obviamente, querido" respondió sonriendo torpemente. Le encantaba sentir esas mariposas en su estómago cada vez que estaba a tan poca distancia del pelirrojo.
Y como un imán sus labios fueron juntándose hasta fundirse en un beso. Un beso que era muy dulce, además de tener chocolate, era un beso donde poco a poco las pasiones reprimidas de ambos fueron dando a flote una gama de sensaciones increíbles en los dos. El termómetro debería haber reventado ya de la temperatura de los dos.
Ron comenzó a jugar con su cabello, a acariciar su espalda hasta llegar a su cintura sin saber dónde más poner las manos. Hermione tenía sus manos en el cuello del muchacho, pero pronto fueron bajando por su espalda bañada en chocolate.
Los dos disfrutaban de este beso realmente dulce.
oooooooooo
Muy cerca de la zona del Callejón Diagon había un pequeño edificio abandonado, parecía que llevaba mucho tiempo así. Al acercarse a la entrada que estaba cubierta de tablones de madera antiguos, Ginny dijo unas palabras sacando su varita. Inmediatamente un tablón se movió con los otros dejando el espacio suficiente para dejarlos pasar juntos.
Llegaron como a un centro comercial muggle, pero era de brujos. Tiendas de ropa, de juegos, de comida, mascotas, calderos, libros, pergaminos, sombreros de mago, túnicas, joyas y muchas cosas más que nunca pensó Harry encontrar en el mundo mágico. Él estaba extasiado mirando todo a su alrededor; le parecía increíble pensar que había también otros sitios para divertirse con brujos. Siempre había creído que el Callejón Diagon era lo único en Londres para comprar, pero allí la pelirroja le explicó que estaba este centro comercial y un mercado en Devon, la zona donde antes estaba ubicada La Madriguera.
"¿Cómo nadie nunca antes me dijo que existía un lugar así?" preguntó.
"No sé, tal vez antes debías estar el mayor tiempo posible a salvo en la casa de tus tíos por el asunto ese. Sólo salías a un lugar público de brujos a comprar tus materiales escolares" explicó intentando adivinar una verdadera razón. Pasaban en la tienda de sombreros que le encantaba, le recordaba mucho a Rita Sketer "A veces venía acá con mis hermanos cuando pequeña para comprar alguna cosa específica y a ver una película con Bill, Charlie, Fred, George y Ron, a Percy jamás le gusto venir" su tono de voz era melancólico, después de todo en esa época vivían en La Madriguera.
Harry la miró también muy triste. Para él La Madriguera había sido un segundo hogar donde tiene tantos recuerdos, esa casa fue donde conoció lo que de verdad era una familia. Y ahora al ver que a causa de la guerra la casa se había destruido era tan decepcionante. Los Weasley se habían quedado sin su hogar de años, que aunque estuvieran viviendo con los Granger, les gustaría volver a tener su casa.
Llegaron hasta la parte central del primer piso del centro comercial. Unos elfos ayudaban a las personas a subir a los siguientes pisos por unas estatuas con formas de animales, era un sistema muy parecido al del profesor Dumbledore para subir a su despacho en Hogwarts. Subieron a uno hasta llegar al último piso donde estaba sólo el cine.
Un señor bastante anciano estaba sentado en un escritorio vendiendo los tickets para entrar a ver las películas. Encima de él flotaban imágenes con las películas en cartelera: La primera había una princesa con una espada combatiendo con unas hadas malignas, 'Princesa vs. Hada'. La segunda había un reloj antiguo que a los pocos segundos se rompía haciendo que unos gritos se sintieran, 'Cuando el mundo se acabe'. La tercera, un muchacho bastante joven viendo con mucha atención a una mujer que lo veía con diversión, él bajaba su mirada a su varita y se sonrojaba al ver que era pequeñísima, 'El tamaño, sí importa'. Y la última un grupo de tres chicos y dos chicas usando los diferentes poderes de la naturaleza para destruir a un mago loco, 'Los Brujos Adolescentes'.
"¿Cuál te gustaría venir a ver?" preguntó ella viendo divertida el rostro de asombro de Harry.
"La que tú quieras, pero que no sea ninguna romántica" pidió.
"Disculpe, quiero dos entradas para 'Los Brujos Adolescentes'" le dijo amablemente al hombre que asintió. Sacó de su chaqueta su monedero, pero Harry la detuvo para que él pagara. Los dos se quedaron mirando desafiando quién era el que iba a pagar "Yo te invite, yo pago".
"No voy a dejar que una dama pague".
"Bueno, si quieres... Tome, él le paga la suya" le pasó unas monedas retirando su entrada. Caminó pasando las barreras de seguridad mostrando el ticket y fue a comprarse unos chocolates mientras esperaba al muchacho.
oooooooooo
'Querido Hermanito Quasi-Mayor:
Bill, nos hemos enterado que hoy has tenido visita de nuestros padres. No te preguntes cómo lo sabemos, ya que la única mente femenina de la generación nos ha escrito esta mañana contándonos cómo va todo por allá. Lamentamos mucho que ahora Fleur deba sufrir como nuestra querida madre le enseña a cuidar a tu hija, pero así son las cosas de la vida.
Si te preguntas qué es de tus ingeniosos gemelos, pues estamos acá trabajando a toda máquina. Estamos empezando a ver si podemos abrir una sucursal en Homesgdeade para que los querubines en Hogwarts se reabastezcan de material de bromas para el año. ¿Sabes lo que es ver los derechos para tener una sucursal? Con nuestra inteligencia es muy difícil llevar números, y como tú trabajas para un banco debes ser más diestro que nosotros.
Sabemos que todo tiene un precio en esta vida, y si te pedimos ayuda desesperada como en este caso, quiere decir que de verdad estamos desesperados. Prometemos nunca más poner encantamientos en la ducha para que después nos declares una guerra. También te proponemos un negocio que dudo que puedas rechazar, como eres un padre joven y con tu esposa querrán salir a disfrutar de su hermoso mundo emocional lleno de corazones rosas, nos ofrecemos para ser niñeros oficiales de nuestra querida sobrina.
Piénsalo, si quieres nuestros servicios infantiles respóndenos y veremos si llegamos a un trato.
Saludos a Fleur, nuestra queridísima sobina Diane, a nuestros padres... Y también a ti,
Fred y George – Conquistando el mercado mundial de bromas'.
oooooooooo
'Los únicos con iniciales F y G que suenan tan bien:
Nah, mamá dejó ya de molestar a Fleur cuando esta empezó a gritarle groserías en francés casi dejando desmayada a nuestra madre, pero asunto solucionado ahora. Diane está excelentemente bien, obviamente es una Weasley y papá está feliz de tener otra niña en la familia.
Debo estar soñando, pero ustedes me están pidiendo ayuda... Tengo que aclarar algo: Los duendes manejan números y cálculos. Yo sólo rompo maldiciones en Egipto y ahora fui transferido a ayudar con las bóvedas antiguas; así que mi única ayuda es recomendarles unos buenos duendes que encantados les prestarán sus servicios, par de bromistas.
Mamá nos comentó todas las cosas que han hecho Ron y Hermione haciendo que nuestro hermanito sea una sirvienta particular en la casa, y la más sabelotodo de Hogwarts estuvo de niñera. Además de que supe la forma de cuidar de la niñera a los pequeños que iban a la consulta de la señora Granger... Pero prefiero tenerla a ella de niñera antes que a ustedes. ¿Creen que no sé que quieren corromper una mente joven?
Hablaremos seriamente en la semana cuando vaya a su negocio, tendremos una seria charla de un padre a unos malcriados como ustedes.
Saludos a Angelina y Katie; la fiesta estuvo muy buena... Esas dos si que son unas encantadoras. ¿Cuándo aceptarán que ustedes dos deben estar con ellas?
Su Quasi- Hermano Mayor,
Bill'.
oooooooooo
"¡Es genial, deberíamos venir otra vez!" dijo Harry de lo más emocionado saliendo de la sala de la película. Quedó fascinado viendo que la película no se veía en una pantalla, sino que era como si al entrar a la sala se transportaran a la escena de la película y los personajes eran hologramas que parecían ser muy reales "No puedo creer que hayan salvado al mundo después de todo...".
"Eso nos demuestra que a veces la apariencia no lo es todo" asintió Ginny sonriendo "¿Ves que fue mucho mejor que hayas venido a quedarte como un flojo en casa?".
"Tienes razón, esto ha sido lo más divertido que he hecho en todo el verano. Deberíamos venir otra vez, tal vez con Ron y Hermione".
"Buena idea".
A la salida había imágenes con los siguientes estrenos de las próximas semanas. El que más le llamo la atención al pelinegro fue que habría una película de la serie de comics que a Ron le encantaba: 'Martín Miggs, en el País de los Muertos' era el título que se leía. Tomo nota mental de comentarle por si querría ir a verla después, cuando la estuvieran dando.
Mientras caminaban pasando al lado del señor que vendía los tickets, Ginny miró a las personas y se quedó completamente helada de la impresión. Sus ojos se llenaron prontamente de lágrimas, pensando que algo le decía que de verdad no debía haberse dejado llevar por las palabras lindas que le había dicho tantas veces.
Harry al darse cuenta que la pelirroja se había detenido se volvió para verla, cuando vio que estaba pálida y con sus ojos llorosos volteó a ver qué cosa la había dejado así. Sintió una rabia enorme al ver que Michael Corner con otra muchacha demasiado juntos como para que fuera solamente una amiga.
'Fui una idiota, jamás debí haber creído que de verdad quería volver conmigo. Ya me dejó una vez sólo por ir contentar a la oriental de mala muerte esa, Cho Chang, como para creer que era sólo un capricho suyo' cerró los ojos intentando evitar llorar y respiró pausadamente para tranquilizarse. En Hogwarts ya se las arreglaría para vengarse de ese asqueroso Corner.
Buscó a Harry con la vista, pero no lo encontró. De pronto lo vio hablando con Michael Corner, parecían estar discutiendo con algo; el pelinegro se veía bastante molesto mientras el otro aterrado veía a la dirección donde se encontraba Ginny y palidecía al darse cuenta que estaba ahí.
"¡Harry!" gritó corriendo hasta llegar a ellos "¿Qué estás haciendo?".
"Estás aquí con ella, mientras también coqueteabas con Ginny. No puedo creer que seas tan sinvergüenza como para haberle hecho eso, basura" le dijo 'El Niño Que Vivió' al muchacho que bajó la vista apenado, pero inmediatamente la subió enojado.
"Tú no eres nadie para hablarme así, Potter. Estoy saliendo aquí con mi amiga, eso no tiene nada de malo... Además Ginny no te pertenece ni es nada tuyo como para protegerla de esa forma".
"¡Michael!" la muchacha de su lado le pegó con su bolso en la cabeza enfadada "¿Con que ahora soy tu amiga? Eres un mentiroso, somos novios...".
"Primero me dices que quieres volver conmigo y ahora tienes una novia" Ginny sonrió irónicamente, subió sus cejas en son de burla "No pudiste haber caído tan bajo, eres un maldito".
"Gin, de verdad yo te quiero mucho..." otro golpe de su 'novia' en toda la cara, le había dado una buen cachetada.
"No sé cómo pude haber salido contigo" corrió llorando y su figura se perdió hasta llegar a las estatuas manejadas por los elfos para bajar de piso.
"¿Acaso crees que yo te mentiría a ti, Gin?" preguntó tocándose donde le había pegado su novia.
"Creo que sí".
"Si yo te quiero mucho, ya lo sabes" esta vez recibió una fuerte trompada de parte de Harry que se le había abalanzado encima ya harto de escuchar las mentiras de ese loco.
Ahí la pelea se armó. Entre patadas, golpes; los dos sacaron sus varitas e iban a empezar con una batalla. Michael no era muy bueno combatiendo, por lo que Harry le estaba ganando por mucho.
La gente del lugar salió corriendo despavorida. Otros que traína cámaras fotográficas empezaron a tomar algunas fotos de Harry Potter peleando con un muchacho por una chica en pleno centro comercial, pero no pudieron porque Ginny los amenazó de quitarles sus tripas silo hacían. Algunos guardias del lugar vinieron rápidamente para detenerlos.
"Si vuelven a pelear o a entrar en este centro comercial de nuevo, llamaremos a algunos aurors para que se los lleven a la cárcel" dijo el que tomados de los brazos a Michael. Él tenía un hilo de sangre corriendo desde la nariz, un gran moretón en el ojo y una leve hinchazón bajó la boca que no se veía nada de bien "¿Entendido, señores?".
Harry y Michael asintieron no muy convencidos, aún lanzándose miradas de profundo odio. Esa pelea tendría un fin en Hogwarts cuando comenzara el año escolar.
"¡Harry!" Ginny se acercó rápidamente hasta él. Además de un moretón en el ojo y el labio partido, se veía bastante bien "¿Estás bien?" preguntó preocupada tocando con la yema de sus dedos los labios para ver si esa partidura era una herida profunda.
"Sí, no me duele nada" sonrió contento al ver cómo se preocupaba por él.
"Menos mal que no te me hicieron nada" lo abrazó fuertemente "Volvamos a casa, es lo mejor" se dio media vuelta para ver a su ex-novio "Y si tú me vuelves a molestar, te las verás conmigo".
El muchacho sí podía caminar y con un simple encentamiento ilusionador se tapó el moretón del ojo para que nadie le preguntara qué había pasado. También agradeció a la pelirroja que nadie le haya tomado fotos, porque después saldrían en el periódico y ya no quería más rumores estúpidos que atentaran a su persona.
"Muchas gracias por defenderme" le dijo Ginny dando la vuelta a la esquina quedando a sólo unos metros de la casa.
"De nada, no podía ver cómo se estaba burlando de ti" sonrió acomodándose sus gafas "Pero no debes sentirte triste de que te haya mentido, es mejor que estés sola que con ese".
"¿Cómo voy a sentirme triste ahora? Tengo a mi lado a mi héroe" se paró de puntillas para darle un beso en la comisura de los labios tímidamente. Rápidamente salió corriendo camino a la casa pensando que era no era una buena idea demostrarle tanto afecto a Harry; dejándolo a él mucho más sorprendido que molesto por eso.
oooooooooo
Como la quería, nadie más que Merlín sabía cuántas veces había soñado con tenerla tan cerca. Era como un lejano sueño que jamás se cumpliría, que todo era un simple encaprichamiento juvenil y que con la edad, sus hormonas se tranquilizarían. Pero ahora más que nunca sabía que no era un encaprichamiento, era amor.
Se siguieron besando hasta que Hermione quedó tumbada en el suelo sucia de chocolate, ya que con tanto ajetreo Ron la había manchado. Estaban tan cerca, pero tan lejos al mismo tiempo... Querían seguir y hacer más, seguir haciendo cosas más allá de ese simple contacto de labios para demostrarse todo lo que se querían, todo lo que deseaban al otro. Eran demasiadas las emociones a flote como para que pudieran parar... Este era el momento donde si se dejarían llevar de verdad por las hormonas, la temperatura, las sensaciones y los sentimientos o se detenían.
"¿Hermione...?" preguntó el casi sin aliento.
"No sé, no sé... ¿Te atreves a más?" esa voz en su cabeza le decía que sí, que era el momento y que su cerebro racional se había perdido en la jungla amazónica dándole demasiado tiempo para dejarse llevar.
"Yo...".
De repente una ráfaga de viento frío entró inundando todo el cuarto. Los dos levantaron la vista para sentir como sus ya candentes cuerpos se helaban más que un iceberg en el Polo Sur a la temperatura más baja del mundo. Palidecieron tanto que podrían haber sido fácilmente comparados con un muerto, pero de inmediato los colores se le subieron a las mejillas recordando que la tienda habría nuevamente a las cinco y ya debía ser la hora...
¿Encontrar a dos adolescentes en una escena tan comprometedora al llegar a la tienda para sacar un poco de chocolate era extraño? Claro que sí, demasiado extraño. No todos los días ibas a la bodega de tu tienda donde guardan el chocolate y te encuentras con este circo... ¿Verdad?
oooooooooo
31 de Julio, sábado. Se había organizado un gran almuerzo donde estaban invitados muchas personas cercanas a Harry, algunos como: Albus Dumbledore, Minerva McGonagall, Remus Lupin, Nymphadora Tonks, Ojoloco Moddy hasta el elfo doméstico Dobby estaba allí – estaba un poco molesto, porque era un invitado y Harry lo obligo a que no trabajara – También todos los hermanos Weasley estaban allí, excepto Charlie que estaba en Rumania trabajando y Percy que aún seguía molesto con la familia.
Como el jardín de la casa de los Granger era grande no hubo ningún problema en que todos los invitados fueran a almorzar. Encantaron el lugar para que ningún muggle se diera cuenta que magos estaban celebrando un cumpleaños, también pusieron una gran mesa donde todos se pudieron sentar. El almuerzo era una barbacoa que Arthur con Richard la preparaban de lo más felices en una gran parrilla muggle de la casa, pero el fuego era mágico para que se calentara más rápido. Las ensaladas gentileza de Molly Weasley. El postre de Monica Granger... Y finalmente el pastel de todos los de la casa.
"Me alegro que estés pasándolo muy bien, Harry" le dijo Remus Lupin sentándose a su lado cuando ya habían terminado de almorzar y todos se encontraban hablando "¿Cómo es pasar las vacaciones con estas dos familias?".
"Ciertamente es increíble" sonrió terminando el último sorbo de gaseosa que le quedaba en su vaso.
Unas sillas más allá Fred y George hablaban con Albus Dumbledore sobre cómo les iba en el negocio de las bromas, y se abrió la posibilidad de hacer unos exámenes que corresponderían a los EXTASIS de séptimo año para que terminaran completamente su educación escolar. Bill conversaba con Tonks y un grupo de aurores alegremente. Fleur, Angelina, Katie, Ginny y Hermione se reían entre ellas como todo grupo de amigas mujeres sabe hacerlo.
"Es maravilloso pensar que ya todo ha terminado... Voldemort es cosa del pasado" el licántropo suspiró cansinamente con una gran sonrisa "Y ya has cumplido diecisiete, a tus padres les hubiera encantado estar acá".
"Ni me lo diga, lo sé bastante bien" asintió melancólicamente.
"A esta edad ellos comenzaron a salir, normalmente es ahora cuando la vida amorosa de las personas mejora. ¿Y cómo va tu mala suerte en el amor, se va acabando o no?" preguntó acordándose de todas las cosas que Harry le había comentado respecto a ese temita.
"Se puede decir que voy mejorando" instintivamente miró a donde estaba Ginny. Ella estaba cuchicheando con Katie mientras las dos estaban que se morían de la risa.
"Cuidado que es la única hermana Weasley, es peligroso si le llegas a hacer algo... Los hermanos Weasley te harían mucho mal".
Siguieron hablando, se les unieron a la conversación Richard y Arthur. Así pasaron las horas hasta que llegó el momento más emocionante de una celebración, así: Los regalos y el pastel.
La señora Weasley salió desde el interior de la casa con un gran pastel flotando a su lado. Tenía crema batida encima y diecisiete velas encendidas. También una imagen muy bonita de un mago volando con su escoba alrededor del pastel le daba el toque final.
"¡FELIZ CUMPLEAÑOS!" dijeron todos los invitados al mismo tiempo poniéndose de pie dejando al cumple añero en medio al lado del pastel para apagar las velas.
Le dieron los obsequios y prefirió abrirlos en la noche cuando estuviera solo. Así siguió el resto del día hasta que anocheció y todos los invitados se habían retirado. Molly con Monica estaban en la cocina ocupadas ordenando los trastes sucios, Arthur con Richard eran los encargados de limpiar el jardín mientras el resto de adolescentes acompañaban al festejado en la ardua tarea de abrir regalos.
"Muchas gracias" le dijo a Ginny. Le había dado una bufanda con los colores del equipo de Quiddittch y un libo con todas las técnicas para atrapar la snitch, en el caso de los buscadores.
"De nada, héroe" a veces lo llamaba así.
"¿Me podrían explicar porque lo llamas así?" preguntó Ron volteando a ver a su hermana confundido.
"La curiosidad mató al gato" le contestó ella sacando la lengua de forma traviesa "No metas tu nariz donde nadie te llama".
"Cállate, enana".
"¡Ya basta de peleas!" gritó Hermione viniendo hasta ellos "Y ahora el mejor regalo de nosotros para ti... Ron, ayúdame" le pidió desapareciendo escaleras arriba junto con el pelirrojo.
A los pocos minutos volvieron con una hermosa estatua de chocolate. Eran Hermione, Harry y Ron sonriendo con el uniforme de Hogwarts en tamaño natural de cada uno. Se veían muy reales, ya que los ojos eran de almendras confitadas con caramelo del color de los ojos de cada uno.
"Para que no te olvides que sin nosotros, tu vida no sería dulce" dijo Ron sonriendo al ver la cara de su amigo.
"Wow... ¡Gracias!" exclamó levantándose del sofá "Creo que no podré comerme todo esto solo".
"Es como para alimentar a todo Inglaterra. No sé como mi hermanito no se lo comió antes que te lo dieran... Verifiquemos si hay una mordida en algún lugar" Ginny rió junto con los demás, menos Ron que le lanzó una mirada asesina.
"Muchas gracias, amigos" el trío se hundió en un profundo abrazo por un largo tiempo, en el que parecía que no hubiera pasado, que todo se hubiera detenido sólo para complacerlos "Está delicioso" sacó su dedo y se lo echo a la boca.
"De verdad si que está bueno" asintió la pelirroja después de comerse la nariz de Hermione.
"¿Quieren?" les preguntó el muchacho a sus amigos que inmediatamente negaron con la cabeza sonrojándose "¿Y qué les pasa a ustedes?".
"Nada" dijeron al unísono sorprendiendo a sus amigos "¿Por qué la pregunta?".
"Se ven bastante nerviosos, eso es todo" respondió Ginny viéndolos inquisitoriamente, parecía que algo se le había ocurrido para explicar ese comportamiento tan extraño.
¿Cómo no les iba a pasar nada? No querían comer nada de chocolate, porque eso lo asociaban con la escenita de besos del otro día. Ahora el chocolate, era el sabor que les recordaba los labios de del otro, porque de eso estaban bañados los dos cuando de dejaron llevar solamente por las hormonas.
Pero a pesar de quedar atrapados en 'El Paraíso Dulce'. Michael y Harry se dieron la media tunda en el cine... Este había sido uno de los mejores cumpleaños para 'El Niño Que Vivió' que ya no es tan niño después de todo.
Notas de la autora: O.O ¡UN MES SIN ACTUALIZAR! Eso es demasiado y por eso me disculpo por la espera. No creí nunca me iba a demorar tanto en escribir, pero parece que el destino estaba en mi contra... En plenos exámenes finales, problemas familiares, estado deprimente y todo eso me han evitado escribir. Cada vez que me sentaba a tocar una tecla para esta historia no podía hacerlo, estaba con un ánimo tan decadente que iba a arruinar todo. ¡Me disculpoooooooo!
Pero no me van a negar que este capítulo fue un gran avance... ¡Un beso de chocolate! O sea, agradezcan que mi cerebro empezó a funcionar (mi cerebro agradece que su autoestima esté por los cielos). También vimos que se presentan cosas buenas para Harry y Ginny...Este capítulo tiene la medida de 20 hojas en Word! (récord).
Agradecimientos del capítulo: A mi cerebro. A Nacho que me escribió algunas partes, mi co-escritor de la historia... Y a Clo por decirme la fecha del cumpleaños de Harry que se me había olvidado :P.
Para empezar esto me gustaría agradecerlos todos sus reviews, me encantaron. En serio no puedo creer que de verdad les guste la historia, tampoco que sea buena. Pero todo lo que empieza tiene un fin... Y ya se acerca. Tengo unas ideas claras para continuar con el siguiente capítulo, pero pido ayuda, así que si tienen una buena idea déjenmelo saber en su review.
También, los invito a leer mis SongFics, OneShot (vayan a mi profile y los encuentran). Son de canciones románticas en inglés traducidas por mí... Reflexivos, románticos y muy dramáticos (el humor no es mi único género), así que podrían ir dejarme sus comentarios XD!
Bueno, eso ha sido todo por ahora... No les daré ningún adelanto del siguiente capítulo porque tengo una idea vaga en mi mente, así que necesito sus ideas. Ojalá me dejen sus reviews.
No me comprometo a continuar el capítulo rápidamente, porque tal vez no sea así. Todo depende de que termine los exámenes semestrales, mi tiempo y estado de ánimo.
Un gran beso,
Sirenita
