Capítulo 11:
-Ron… ¿Qué estás haciendo ahí? - preguntó Harry que iba con un tazón lleno de galletas con chispitas de chocolate y al ver al pelirrojo metido en el cuarto de la ropa sucia sentado se acercó – No me digas que te vas a venir a vivir aquí desde ahora en adelante – dijo en son de broma, pero se arrepintió al recibir una fulminante mirada del chico – Si que estás positivo hoy... Cuando tengas un mejor carácter me llamas. Adiós – se fue al cuarto algo molesto por la actitud de su amigo.
Pero no era para menos; cometió uno de los peores errores de su vida: Respondió '¿Gracias?' a una confesión amorosa. O sea, nadie podía ser tan estúpido como para decir eso y menos si la persona que te lo dice te gusta; casi que ese momento había sido uno de los tres deseos pedidos al genio de alguna lámpara mágica y lo desperdicio por su elocuente respuesta.
Cuando se lo dijo sintió que su corazón podía latir más rápido de lo ya agitado que estaba, que una felicidad se extendía por todos sus sentidos y que Merlín sí existía para saber que le gustaba a Hermione. Pero su cerebro estaba demasiado impactado que sus neuronas no pudieron hacer que su boca dijera: 'Yo también' o algo así…
'¿Gracias?' esa palabra le retumbaba en su mente insistentemente recordándole lo penoso que era y para peor, era en una pregunta. No lo dijo, al menos para que fuera un poco más aceptable, en una afirmación, sino que dudando. Así que eso con el factor de la elocuente respuesta era lo que martirizaba mentalmente que había perdido la oportunidad de su vida.
-Hermanito, sé que estás un poco loco y que algo de fallado tienes en esa cosa que podría denominarse cerebro, pero no es normal que estés sentado en el cuarto de la ropa sucia – Ginny se apoyó en el marco de la puerta observándolo como un loco - ¿Ahora qué te pasa que tienes una cara de funeral?
-Nada que a ti te importa, enana – se levantó lentamente. Pasó por el lado de su hermana lanzándole una mirada de enojo y se fue a su cuarto esperando que Harry no estuviera con ganas de hablarle, porque no era el momento más indicado para hacerlo.
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Ginny algo molesta por al actitud de Ron entró a su cuarto, pero cuando abría la puerta le vino una idea a la mente; podría ser que su hermano haya peleado con Hermione y por eso está tan insoportable.
Salió al pasillo, caminó hasta la habitación de la susodicha y llamó a la puerta unas diez veces, pero nadie contestaba, así que la abrió y entro como si fuera su propio cuarto.
Vio que Hermione estaba en su cama boca abajo llorando. Al verla un sentimiento de pena se asomó por su rostro y caminó lentamente hasta sentarse en la cama y le puso delicadamente una mano en la espalda.
-¿Qué está pasando? – preguntó.
-Ginny… - se sentó en la cama de un salto y abrazó a su amiga rápidamente - ¿Por qué los hombres son unos insensibles?... Yo le dije… Y él me dice una basura de respuesta… ¡Lo odio! – hablaba agitadamente mientras sollozaba.
-Explícame que no te entiendo – también la abrazó intentando calmarla – Creo que el problema se llama: 'Ron' y quiero saber qué le dijiste para que estés así.
-Tuvimos un accidental encuentro en donde terminamos besándonos en el cuarto de la ropa sucia… Luego le dije que lo quería… Y el me dijo... – bajó la cabeza y suspiró.
-¿Qué te dijo?
-¡Gracias! – chilló - ¡El muy estúpido me dijo 'Gracias'!
'¿Acaso Ron de verdad es un Weasley? Es que ser tan idiota y descerebrado para responder eso a Hermione… ¡Enfermo mental!' pensó Ginny paralizada 'Además ahora perdí la apuesta que hice con Lavander y Parvati… ¡Ay, no debo pensar en eso ahora!'.
-¿Gracias? – repitió Ginny negando con la cabeza - ¿GRACIAS?... ¡Déjame ir a deformarle la cara al retardado mental de mi hermano! – su cara se volvió más roja mientras Hermione seguía suspirando como alma en pena.
-¡No, no hagas nada! – la tomó por el brazo cuando la pelirroja estaba abriendo la puerta para irse al cuarto de los chicos y darle la paliza de su vida.
-¡Hermione Granger! – reclamó Ginny – Mi hermano dijo 'Gracias' cuando tú te le declaraste… O sea, nadie puede ser tan falto de inteligencia para darse cuenta que él merece que le saquen las neuronas, si es que las tiene, y hacerle la vida imposible.
-Mira, tal vez el sólo se besaba y todo eso sin razón alguna… Se dejaba llevar por el momento – la miró con unos ojos que denotaban tristeza – Yo fui la estúpida de haber creído que le gustaba; es mi culpa.
Se sentó nuevamente en la cama suspirando, puso sus codos en sus rodillas y sus manos en su mentón y se quedó observando el infinito mientras su mente se recriminaba de haberle dicho que lo quería. Hubiera sido mejor no haberle dicho nada y seguir así, seguir siendo 'amigos'.
¿Y si hizo lo mejor? No podría haber seguido ocultando por más tiempo que significaba más que un amigo para ella, era la persona quien le gustaba y se habría hecho más daño si no lo decía, porque tener una mentira y engañándose a uno misma no es nada bueno.
-Lo único que quiero, es que no te deprimas más – la pelirroja se le acercó y se puso de cuclillas quedando un poco más debajo de la altura que su amiga – Demuestra que no te afectó para nada, sino las cosas pueden ponerse peores…
-Gracias, Gin – sonrió contenta de que la hubiera escuchado y se preocupara de su estado anímico – Eres una gran amiga.
-No lo digas, ya lo sabía – dijo en son de broma y se puso de pie – Voy a hacer unas cosas y después te vengo a ver… Podríamos planificar qué hacer este sábado cuando vengan las CH&S.
-Claro – asintió.
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-¿Harry? – preguntó la pelirroja entrando en el cuarto de su hermano. Los dos chicos estaban en sus camas boca arriba mirando atentamente las manchas del techo sin hablar y cuando el susodicho escuchó que alguien lo llamaba se sentó – Necesitamos hablar…
-¿De qué?
-De los estúpidos problemas de los enfermos mentales que habitan en esta casa – dijo observando por el rabillo del ojo como Ron ni se inmutaba y seguía absorto en sus pensamientos.
Salieron al jardín y por unos momentos no dijeron nada. El silencio era bastante incómodo, Harry miraba con confusión e impaciencia a Ginny que no sabía por donde comenzar a hablar; pero el asunto era de Hermione y del cabezota de su hermano, así que mientras más pronto, mucho mejor.
-El punto es que… - le explicó resumidamente la confesión amorosa de película de la parejita del año.
-¿Ron es un idiota o qué? – preguntó empezando a molestarse. Hermione era como su hermana y que ella estuviera como un alma en pena por la estúpida respuesta de Ron cuando todo el mundo saben que se gustan – No tengo experiencias amorosas, soy un 0 a la izquierda; pero nadie puede ser tan inteligente para decir eso cuando se te declaran.
-Digo lo mismo – asintió cruzándose de brazos – Tengo unas ganas de deformarle la cara a Ron con la paliza de su vida con su demostración de genialidad de este día… ¡Es un insensible! Para cualquier mujer debe ser difícil confesarse y más encima el muy inteligente le dice '¿Gracias?'.
-Con razón está tan pensativo y amargado, debe estar recriminándose mentalmente sobre su reacción ante la declaración… ¿Pero qué hacemos?
-Intentar que los dos no estén juntos y menos solos. Se me ocurrió que podríamos separarlos de forma espontánea para que no se queden solos y todo se complique más de lo que es – respondió – La bomba aún está en cuenta atrás y cualquier encuentro entre los dos haría que explotara dejando secuelas irreparables para su amistad.
-Y darles tiempo para pensar – finalizó sonriendo al plan – Me parece buena idea, cuenta conmigo.
-Pero mi plan sigue, haremos esto hasta el sábado cuando vengan Lavander y Parvati; ahí tu parte del plan termina.
Siguieron conversando de las cosas que podrían hacer para que siquiera se vieran en todo lo que restaba de la semana: Invitarlos a salir, ir al cine y ese tipo de cosas que pasarían algo desapercibidas para ellos y los adultos. También sobre el tema del amor haciendo que los dos se abrieran y comentaran varias cosas que pasaban por su mente respecto a este sentimiento tan fácil de decir, pero difícil de vivir con él.
-No sé… Creo que aunque he tenido muchos novios, no he descubierto lo que es enamorarme – murmuró bajando la vista y poniendo uno de sus rebeldes mechones pelirrojos detrás de la oreja.
Harry volvió a sentir que su corazón latía más rápido y que al ver el perfil de la muchacha tan pensativo se ponía más nervioso de lo usual. No entendía por qué si la conocía desde ya casi siete años y jamás le había pasado algo así al estar a su lado; era extraño todo lo que se le pasaba por su cabeza cuando la veía así… Pensativa, melancólica y, por decirlo así, desprotegida. La única vez que la había visto así fue en segundo año después de vencer a Tom Riddle; pero eran muy diferentes las cosas ahora.
También le pasó por la mente la similitud que tenía con su madre. Con el álbum de fotografías que le había regalado Hagrid a finales del primer año pudo adivinar cómo era la vida en ese entonces y cómo eran sus padres. Y Ginny tenía un cierto parecido con la mirada pensativa de su madre, a excepción que Lily Potter siempre la tenía; en cambio Ginny unas pocas veces.
¿Podría ser que al conocer mejor a la hermana menor de los Weasley le hubiera empezado a gustar? Nunca antes habían hablado mucho ni nada, sólo algunas veces con un 'Buenos días' o alguna petición específica del colegio.
-Harry… - dijo ella volteando su rostro encontrándose a escasos centímetros del de él – No me hagas esto, no de nuevo – le pedió observándolo directamente a los ojos.
-¿A qué te refieres? – preguntó confundido.
-Notó la forma en la que me miras de vez en cuando; sé que lo estás pensando y lo que sientes… Por eso no quiero hacerme más ilusiones de las que tuve cuando pequeña; eso es el pasado – los dos estaban sentados en el borde de la piscina con sus pies descalzos jugando en el agua – No de nuevo.
Los dos se miraron sin decir nada, y era mejor no hacerlo, porque el silencio era el mejor acompañante en esta situación hasta que la pelirroja se levantó y se puso sus sandalias para después irse al interior de la casa dejando a Harry muy bastante confundido.
'Maldita sea… ¿Por qué debo ser tan coqueta sabiendo las cosas que está pensando?' se preguntaba Ginny subiendo las escaleras rápidamente con los ojos llorosos. Y bien sabía que le estaba coqueteando para que se fijara en ella, para que él se diera cuenta que era más que la hermana menor de Ron; ya era casi una mujer. Pero ahora era diferente, eso empezó como una venganza o un reto para sus habilidades y poco a poco volvió a sentir todas esas mariposas al estar junto a Harry Potter 'No volveré a enamorarme, no volveré a sufrir ni sentir todas esas cosas infantiles que hace tiempo se perdieron en mi memoria… Esto se acabo, no me enamoraré de nuevo de Harry'.
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Ron salió de su cuarto luego de que su hermana se llevó a Harry para conversar y escuchó muy bien ese comentario de 'los enfermos mentales que habitan en la casa' y obviamente él era el enfermo; por lo que suponía que ya Hermione le dijo todo lo que pasó.
Al salir se encontró al frente con la puerta de la castaña cerrada. Tal vez era hora de entrar y revindicarse de su elocuente respuesta, pero algo le dijo que no era el momento y se fue abajo para ver qué estaban haciendo las demás personas en la casa e intentar olvidar sus problemas.
-Mamá… - entró en la cocina encontrándose con Molly leyendo una revista.
-¿Qué pasa, cariño? – preguntó sin siquiera levantar la vista del articulo titulado '10 torturas de los matrimonios con más de 10 años'.
-Mi vida es una basura – respondió sentándose junto a ella y puso su cabeza en la mesa pegándose suavemente en la frente – Me odio a mi mismo, y lo peor es que con razón debo odiarme – necesitaba desahogarse de alguna forma.
-Ronnie – se quitó sus gafas de lectura y las puso en la mesa al igual que la revista. Le acarició maternalmente el cabello haciendo que el pelirrojo se sintiera un poco mejor - ¿Qué pasó ahora?
-¿Por qué las mujeres se toman tan a pecho todas las cosas de los hombres?
-Bueno… - tosió suavemente. Jamás había pensado que tendría que darle esta charla a Ron, aunque se las había dado a sus hijos, siempre era difícil explicarle sobre las mujeres y las relaciones sexuales; pero algún día ocurriría y aunque se sintiera más vieja de lo que era, tenía que hacerlo por el bien de su hijo – Las mujeres somos más llevadas por los sentimientos que los hombres.
-Explícate – se sentó bien y miró a su madre arqueando una ceja.
-Para los hombres besarse o tener… encuentros íntimos más cercanos no necesitan sentir algo especial por la mujer, sienten las mismas cosas que con que si lo hicieran con alguien que tienen un vínculo importante. Sientes deseo, calor y… - ya casi se le salía que debía hacerse un sacerdote o castrarse, porque ese tipo de cosas eran de personas lujuriosas sin moral. Respiró profundo mientras sus mejillas se tornaban más rojas de lo habitual – Sienten lo mismo, pero al ser con alguien importante las cosas se ven de una forma especial o mágica.
-Pero… Supongamos que sientes algo por esa persona y le dices algo que puede parecer estúpido, pero es un error. ¿Cómo se pueden poner tan furiosas?
-Porque tenemos sentimientos, y si ella siente lo mismo por ti le dolería que le dijeras algo como 'No te amo' o cualquier cosa de ese tipo. Es como sentirse no correspondida y que les mintieron profundamente… - dejó de hablar y miró fijamente a Ron. De repente se le ocurrió la idea de que esa conversación salió por una razón - ¿ACASO TUVISTE RELACIONES SEXUALES CON HERMIONE PARA QUE ME PREGUNTES ESTAS COSAS? – gritó furiosa fulminando a Ron con la mirada.
-¡Claro que no! – respondió él sonrojándose por completo y temblando por cómo su madre lo miraba asesinamente – Es por…
-¡RONALD WEASLEY, ERES UN INMORAL! – ni lo escuchaba y estaba en un colapso nervioso - ¡TE DIJIMOS QUE NO HICIERAS OTRA COSA ESTÚPIDA!
-Mamá…
-¡VOY A CONJURAR UN HECHIZO PARA QUITARSE LOS TESTÍCULOS Y TE MANDARÉ A UN REFORMATORIO PARA BRUJOS!
-Mamá…
-¡OJALÁ QUE HAYAN USADO PROTECCIÓN, NO QUIERO NIETOS A ESTA ALTURA DE MI VIDA! – caminaba en círculos chillando - ¡MERLÍN, DAME TU FORTALEZA!
-¡MAMÁ, TE DICEN QUE NO HE TENIDO RELACIONES CON ELLA! – Ron se levantó de su asiento y gritó a todo pulmón haciendo que Molly lo volteara a ver confundida – Ella me dijo que me quería… Y yo le dije '¿Gracias?', entonces se enojó muchísimo conmigo y desde entonces no hablamos.
-Ronald Weasley – negó con la cabeza mirándolo aún enojada – Eres un insensible al decirle eso.
Y ahí empezaron a conversar más profundamente del verdadero problema del pelirrojo haciendo que él comprendiera cuál era su fundamental error y poco a poco comenzó a ponerse seguro de si mismo para que pudiera tomar la iniciativa de decirle que también la quería y que nada de lo que habían hecho era por el momento, sino por sus sentimientos.
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'Presidenta y Vicepresidenta de CH&S:
¡Hola Chicas! Esta carta no es por la reunión que tendremos el sábado –la cual sí se efectuará y con muchas razones se hará- La cosa es que tenemos un problema de mucha urgencia por estas lados con la Tesorera del club.
Relato de los hechos: Hermione y Ron fueron a buscar la ropa sucia en el pequeño cuarto donde se guarda por órdenes de Molly Weasley. Los dos se agarraron a besos. Hermione en un acto de valor a lo Gryffindor le confesó su amor. Él idiota de Ron le dijo '¿Gracias?'. Ella enojada se fue y desde ahora no se hablan. Ella está como alma en pena pensando que todo fue un error y que no es correspondida. Él martirizándose porque no les respondió como debía: 'Yo también'.
Chicas, tenemos un serio problema como ven… Tengo en marcha un pequeño plan para que no estén solos y hablen, porque la tercera guerra mundial va a iniciar. Pero necesito que el sábado vengan listas para hacer algo en contra del cabezota, idiota, estúpido, enfermo mental, descerebrado, "ingenioso", "inteligente", anormal, fenómeno, extraño, raro e imbécil que es Ron para que de una vez por todas le diga a Hermione que la quiere.
Bueno, eso era todo… Espero que lean esta carta y vengan preparadas para eso.
Un brazo,
G. Weasley (Secretaria y Chica Hot & Sexy).
PD: Con esto perdimos la apuesta, así que preparemos nuestros bolsillos para comprar una buena cantidad de libros para la come libros de la casa'.
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La conversación típica que tienen los padres con los hijos sobre las relaciones sexuales era como de comedia para Molly y Ron. Los dos estaban sonrojados e intentaban quitarse de la mente varias imágenes que la verdad no eran nada aconsejables para sus mentes perturbables.
-Mamá, no quiero que me des detalles de cómo tú y papá… hicieron ESO – dijo Ron con arcadas y tratando de borrar de su mente esas escenas.
-Pero es importante, hijo. Si le dijiste un simple '¿Gracias?' después de que te dijo que te quería; no sé que harías si tuvieran relaciones sexuales – negó con la cabeza poniendo una mano sobre su hombro – Debes extra informado de todos estos temas para que no hayan mal entendidos después. Y debes ser más confiado en ti mismo.
-Gracias, mamá – se levantó de su asiento lentamente con unas imágenes en su mente que le daban asco – Pero creo que ahora puedo yo solo resolver mis problemas amorosos.
-Corrección: Problemas amorosos y hormonales.
-No le digas a nadie que tuvimos esta plática, por favor – le pidió con miedo de que todo el mundo se enterara de esta productiva conversación.
-Por supuesto que a nadie le digo – luego Ron se fue con la menta bastante perturbada.
Molly salió de un salto a la repisa buscar un vaso y se sirvió tres veces seguida agua, porque el calor y la sed que sentía no se le iba con nada. Pero al menos estaba contenta de que al fin esa etapa ya había sucedido con Ron y ahora sólo quedaba con Ginny; lo que sí le preocupaba era que a su hijo casi le había gritado en la cara que tuviera relaciones sexuales y se suscribiera como miembro activo de la compañía de condones. Así que la próxima charla con su hija, el iba a ofrecer la suculenta posibilidad de ser monja.
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-Ron… No me queda más que decirte que no sé cómo puedes ser mi amigo respondiendo ese tipo de cosas – dijo Harry suspirando ganándose una mirad enfadada del pelirrojo - ¡Es la verdad! Desaprovechaste la oportunidad de tu vida diciendo una porquería.
-¿Sabes? Vengo a contarte mi problema existencial y tu apoyo moral no me sirve mucho – replicó sentándose en su cama con un sentimiento de angustia que crecía en su corazón.
-Amigo, estás quedando como un loser ante Hermione y ante todo el mundo.
-Mira quién habla ¬¬… Primero fíjate en tu vida amorosa y luego crítica la mía.
-Al menos yo no le dije '¿Gracias?' cuando casi me hecho en cara sus sentimientos… - musitó cansinamente aún teniendo el recuerdo fresco en su mente de cómo Ginny le dijo que no quería sufrir más y desde allí que no hablaban casi nada.
-¿Dijiste algo?
-Sí – asintió – Que tienes que hacer algo, porque no quiero que nuestra amistad se vaya al caño por culpa de tu elocuencia suprema… Hermione es como una hermana y no quiero que sufra por ti, y menos si es por esta razón tan estúpida.
-¿Quieres decir que…?
-¡Ay, Ron! – se levantó de la silla harto de escuchar las inseguridades de su amigo. Caminó hasta la puerta – Haz lo que sientes que tienes que hacer – y se fue dando un gran portazo.
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Era sábado y en la tarde llegaron Lavander con Parvati. Saludaron a los cuatro adultos que no tenían ni la más mínima idea de lo que había pasado aquel lunes –excepto Molly por la conversación con Ron- así que todo parecía totalmente normal.
Luego de aquella charla entre Ginny y Harry, ninguno volvió a cruzarse una palabra excepto de lo típicos saludos, gracias, de nada y por favor. Aunque hacían que el plan de separar a la parejita se pusiera en acción, por lo que Ron y Hermione nunca se quedaron solas por cualquier razón estúpida de sus amigos; eso si se lo agradecían profundamente, porque Hermione tenía unas ganas de matar al pelirrojo y él ni podía mirarla a la cara.
-Y chicas… - dijo Lavander dejando su bolso en la cama de Hermione - ¿Qué novedades tienen?
-La verdad no mucho de mi parte – se alzó de hombros Ginny sonriendo nerviosamente viendo como Hermione suspiraba.
-Bueno, a mi me han pasado muchas cosas – se decidió al fin a hablar Hermione ganándose las miradas atentas de las tres chicas – Yo… me declaré… y…
-¡Detente! – pidió Parvati negando con la cabeza – Ginny nos mandó un mensaje de suma urgencia contándonos lo sucedido.
-Y queremos decirte que te damos todo nuestro apoyo psicológico para estos difíciles momentos, amiga – asintió Lavander con los ojos llenos de lágrimas – El estúpido de Ron perdió la oportunidad de estar con la mejor chica del mundo.
-Él se pierde la oportunidad de ser feliz.
-Así que… ¡Brindis por nuestra compañera Hot & Sexy! – Parvati sacó de su bolso una cerveza de mantequilla y se bebió casi la mitad de un trago. Las tres muchachas se lanzaron miradas de que esta noche iba a ser muy larga y en especial con una media-ebria entre ellas.
Se la pasaron conversando sobre 'muchachos' donde los comentarios feministas y en contra de los hombres no se hicieron esperar mucho. No fue tanto como la otra noche donde la cerveza, las risas estridentes por los efectos del alcohol o los juegos predominaban en el ambiente, sino que era mucho más relajado y pudieron llegar a conocerse mucho mejor con los temas que fueron saliendo a medida que hablaban… De los hombres a la creación del hombre, de la creación del hombre a los muggles, de los muggles a Merlín, de Merlín a la Piedra Filosofal, de la piedra a Harry Potter…
-¿Verdad que Harry está buenísimo? – preguntó Parvati ganándose unas miradas de las chicas, en especial de Ginny – Es que les juro que cuando lo saludé me daban unas ganas de…
-No queremos comentarios pervertidos de tu parte, Parv – la interrumpió Lavander.
-Bueno, la cosa que quiero decir es que él es como el vino – sonrió – Con cada año se pone muchísimo mejor.
-Estás más loca – torció los ojos Hermione – Si hablan así no sé cómo aguantan estar en el colegio cerca de todos los muchachos.
-Es común aguantarse las ganas y consolarse con recrear la vista – respondió Lavander sacando una galleta del tazón que tenían en medio del círculo en el que se habían sentado - ¿Por qué crees que somos tan aficionadas al Quiddittch…?
-Para recrear la vista – dijo Ginny sonriendo divertida – Con razón no entienden nada de los pases, las técnicas y los tiros.
-Estamos ocupadas en otras cosas – finalizaron las dos chicas ganándose unas buenas risas de la castaña y la pelirroja.
Pasaron unas horas más hasta que fueron las doce y se sentía que aún abajo estaban todos conversando en el salón, por lo que las muchachas no evitaban hacer mucho ruido… Así que Parvati propuso que hicieran un juego muggle, pero con penitencia a las que perdían: Jugarían a las escondidas; tres se podían esconder por toda la casa y la que al final no era encontrada se ganaba el derecho de elegir con la que buscaba qué penitencias harán las demás.
-¡Elijo que Hermione sea la que busque! – opinó levantando la mano Ginny mientras las otras dos chicas asentían energéticamente.
-¿Por qué yo?
-Porque… tu nombre no es común – contestó Lavander algo nerviosa – Dime una letra.
-E – dijo Parvati.
-Bueno, Hermione sale entonces…
-Mi nombre no empieza con letra E – replicó la castaña cruzándose de brazos.
-El tuyo es el que tiene primero la letra E que en el de todas – Ginny suspiró y la empujó hasta llegar a un rincón – Ahora cuentas hasta 50 y nos vas a buscar.
-Y nada de trampa – agregó Parvati alzando una ceja.
-Vale – Hermione se puso a contar con las manos tapando su rostro mientras las tres chicas apresuradamente salían del cuarto.
Las tres se miraron alternadamente sonriendo, porque en realidad no iban a esconderse ni nada; iban a darle la fase casi final al plan 'Unir a Ron con Hermione' y tenían que hacerlo lo más rápido, fácil, intimidante y desapercibido para que no todo el mundo se enterara de la idiotez de algunas personas ante la persona que te gusta.
Llegaron hasta abajo, en el living, donde todos hablaban animadamente; aunque Ron se veía algo distraído. Ginny caminó lentamente hasta él y lo tomó del brazo tan fuerte que su hermano no tuvo posibilidad de negarse a acompañarla y se lo llevó al jardín. A unos pasos más atrás Parvati y Lavander los seguían ganándose unas miradas extrañadas de los cuatro adultos, pero Harry supuso que iban a decirle algo a Ron respecto a lo de Hermione.
-¡Ronald Weasley! – gritaron Lavander y Parvati causando que el pelirrojo casi se mojara en los pantalones del susto. Ginny lo había llevado hasta el árbol donde estaba la casa club de Hermione y justamente detrás de la pelirroja donde había más sombra las dos muchachas emergieron como de la nada dándole un toque fantasmal a la, ya extraña, situación.
-¡Mierda! – chilló poniéndose una mano en su pecho sintiendo como su corazón latía rápido por el tremendo susto que le dieron - ¿Qué les ocurre? Casi me matan del susto apareciendo como fantasmas de la oscuridad…
-Ron, no tenemos mucho tiempo – partió diciendo Parvati en un tono frío y muy serio – Seremos lo más breves y claras posible.
-Bueno, díganme…
-No hables en un tono tan inocente – reclamó Ginny golpeándolo suavemente en el hombro – Eres un asqueroso e insensible que heriste profundamente los sentimientos de nuestra amiga.
-Y lo pagarás muy caro sino haces algo para remediar la situación puedes sufrir daños irreparables – las tres muchachas sacaron su varita mirándolo con desprecio – Tanto como daños físicos, psicológicos y sociales.
-¿Están…? – no sabía qué decir, le estaba dando miedo como lo miraban.
-Mira, engendro mal nacido – se le acercó Lavander con la varita apuntando el cuello del pelirrojo – Cuando alguien se te confiesa, dices que también sientes lo mismo o que lamentablemente no sientes nada… Y ahora si vas a empezar a agradecer con tu elocuencia sobrehumana, agradece que te damos una segunda oportunidad de decirle que la amas – las otras dos chicas asintieron con sus varitas apuntándolo haciendo que Ron tragará nerviosamente saliva.
-Y ya sabes… - la pelirroja le lanzó una mirada amenazante – Sino cumples lo que te estamos diciendo; nuestra Amenaza Fantasma se cumplirá.
Las tres chicas guardaron sus varitas y le lanzaron una últimas miradas a Ron que se encontraba recargado en el árbol mirándolas sorprendido del sustito que se había mandado. Entraron a la casa y se fue cada una a esconder a algún lugar no muy rebuscado para que Hermione las encontrara inmediatamente.
En pocos minutos la castaña las encontró; primero a Parvati, luego a Lavander y al final a Ginny, así que las dos primeras debían sufrir las consecuencias de la penitencia de sus compañeras.
-¿Qué les pasa que están tan contentas? – preguntó Hermione comiendo un puñado de palomitas de maíz pensando en qué penitencia hacerles.
-Nada… - respondieron al unísono Lavander, Parvati y Ginny que inmediatamente se miraron de forma cómplice y comenzaron a reírse como locas ganándose una mirada extrañada de la castaña.
-Vamos, no me mientan.
-Qué va – torció los ojos Ginny – Lo que sí, es que deberías estar preparada para las grandes vueltas que da la vida…
-¿Por qué? – preguntó.
-Muy pronto sabrás – murmuró Lavander terminándose su gaseosa y se lanzó una última mirada cómplice entre Parvati y la pelirroja sabiendo que dentro de muy poco… Un pelirrojo y una castaña iban a estar juntos.
Notas de la autora: Uhhh… Y acá estoy dándole fin a este capítulo. Un capítulo que sirvió para hacer que el error 'loser' y bastante estúpido de Ron fuera reemplazado por una pronta declaración amorosa decente.
Además que volví a poner en acción H&G, porque estaba viendo que dejé bastante abandonada a esa pareja con los líos de la principal… Pero, bueno, sé que casi los separé con esto de Ginny 'No me quiero volver a enamorar'; aunque deben entender que cualquiera en su lugar hubiera hecho lo mismo (Mi conciencia: seguro ¬¬, tú ya estabas que ponías a algún personaje, casualmente, llamado Gabriela que fuera a consolar las penas de Harry… Yo: Shh! No reveles ese tipo de cosas). Pero ya verán que las cosas se pondrán… ¿Calientes? Para esta pareja… No lo sé, tal vez calientes no; pero si se pondrán más intentas en sentimientos o pensamientos.
R&Hr: No tengo mucho que agregar… Sólo que ya veremos que Ron tendrá algunas conversaciones más con los hombres de la casa para ordenador sus ideas, ya que la conversación con su madre fue más que todo una discusión sobre relaciones sexuales. Y, tendrá que decirle a Hermione que la quiere o sino 'El Trío Femenino' lo matará… Hablando de esas tres; ellas harán que la castaña se distraiga en algunas cosas y, le pagaran la apuesta que hicieron; ya que a pesar de todo Herms si le confesó a Ron que lo quería.
Y para que vean que hago todo el esfuerzo posible por no demorarme tanto; tengo adelantos para que vean lo que se les viene:
-Haber… ¿En qué situación mi hija te dijo eso? – preguntó el señor Granger fulminándolo con la mirada mientras Ron miraba nervioso a su padre dudando si decirle que estaban encerrados en el cuarto de la ropa sucia bastante cercanos corporalmente.
-Hombres, hombres, hombres – murmuró su madre abrazándola y la señora Weasley le sonrió tranquilizándola – Me pregunto si de verdad lo quieres como para que sufras de esta forma… Puede que sólo sea un capricho pasajero que con otra cosa se vaya – Hermione se quedó sin aliento cuestionándose si eso podría ser verdad.
-¿Y qué pasa si ahora me estoy dando cuenta que esa niña existe? – preguntó observándola fijamente a sus ojos. Él puso su mano en una de sus mejillas haciendo que la muchacha derramará una lágrima con un amargo dolor en su pecho – Y que también me doy cuenta que ya no es una niña, sino una muchacha demasiado especial... El problema es que me duela que creas que te puedo hacer sufrir nuevamente, si lo único que quiero es conocerte más.
-No sé cómo le puede gustar venir a lugares como estos. Yo me quedo dormida en dos segundos – susurró Parvati a Ginny que miraba desinteresadamente los libros en la repisa.
Esto y más en el capítulo más sentimental de la historia… 'Ayuda No Deseada, Ayuda Paternal'.
Sólo me queda decirles que espero sus reviews con ansias para saber cómo estuvo este capítulo que me entretuvo escribirlo antes de que la tormenta se me acercara a mi vida… Bueno, a seguir adelante no más… Besos, cuídense, AiOoOoS!
Sirenita
Miembro oficial del club CH&S (las quiero mucho!).
