Capítulo 15:
-Hermione, necesito que vengas conmigo – dijo Ron tomándola de la mano cuando se encontraron en las escaleras.
-Primero salúdame, maleducado…
-Buenos días – le dio un beso rápido en los labios – Necesitamos un lugar privado.
Desde las interrupciones para decirle que le gustaba, era precavido escogiendo el lugar apropiado para las cosas. Pero el problema era que estaba tan nervioso y paranoico que no pudo encontrar ningún lugar en la casa que fuera lo suficientemente privado, por lo que decidió que hablaría con la castaña en el baño.
-¿Acá, en el baño? – preguntó la muchacha arqueando una ceja confundida.
-Es que no se me ocurrió ningún otro lugar – sonrió nervioso.
Sentía como sus manos transpiraban y eso lo hacía sentir mucho más impaciente. Mas, a pesar de toda la inseguridad, dio una profunda bocanada de aire antes de inclinarse hasta dejar una rodilla apoyada en el suelo del baño y la otra pierna doblada mirando directamente a Hermione que lo veía sin saber qué pensar de la rara situación.
-Hermione… Ya sabes que te quiero mucho y decidimos que debíamos dar un paso adelante en nuestra relación – dijo con la respiración agitada - ¿Quieres ser mi novia? – preguntó tiernamente entrelazando su mano con la de la muchacha que oculto sus ojos detrás de su cabello bajando el rostro – Herms… ¿Estás bien?
-¿Me pides que sea tu novia en el baño? – preguntó enfadada.
De repente se escuchó que alguien intentaba entrar al baño, pero estaba cerrada la puerta con seguro. Era Harry que empezó a llamar desesperado para que lo dejaran pasar para que hiciera sus necesidades, pero después del medio grito de Ron para que se fuera el pelinegro no tuvo más que aguantarse e irse.
El pelirrojo la vista a Hermione, la que estaba aún mirando la puerta como esperando a que alguien intentara entrar. Ron dio un suspiro esperando la respuesta de la muchacha que parecía no notar su presencia.
-¿Escuchaste lo que te dije? – preguntó impaciente.
-Claro, escuché muy bien – apartó su mano de las del muchacho – Y sabes que aceptaría con todas mis ganas ser tu novia…
-¡Genial, ahora somos novios! – exclamó reincorporándose de un salto.
Se acercó a Hermione para terminar el "romántico" momento con un beso. Justo cuando estaban rozando sus labios la castaña lo apartó con sutileza con una expresión de rabia contenida.
-Pero…
-¿Pero qué? – inquirió Ron teniendo el presentimiento de que algo iba a salir, como de costumbre algo hizo mal.
-¡No voy a aceptar porque me lo pediste en el baño! – gritó enfadada apretando sus puños - ¡Para la próxima podrías pedirme matrimonio en un depósito de basura!
-¿Matrimonio? – preguntó asustado. Sólo le había pedido que fuera su novia, no su esposa.
-No me entiendes, Ron – murmuró poniendo los ojos en blanco – Me pediste que fuera tu novia en un baño… Que detalle tan romántico es el ambiente con olor a desinfectante del WC – dijo apuntando el sanitario – Y más encima escuchar como Harry se quejaba para liberarse de sus… desechos no es muy lindo.
-Hermione… Yo sólo quería un poco de privacidad – intentó excusarse el chico sabiendo que ya había arruinado todo.
-Ni que privacidad ni que nada – abrió la puerta - ¡No me vuelvas a hablar nunca más en tu vida, insensible! – gritó antes de irse como un huracán.
¿Por qué había cometido otro error? Ahora que lo pensaba bien, pedirle a alguien un compromiso formal no era para hacerlo en un lugar como en el baño. Era uno de los lugares más anti-románticos del mundo, y justo por haber estado en busca de un sitio fuera de interrupciones estúpidas, eligió el baño. ¿Acaso de verdad era tan estúpido para arruinar las cosas tantas veces? Primero le dije '¿Gracias?' a Hermione cuando le dijo que lo quería y ahora fue a pedirle que sea su novia al lado del sanitario.
Mientras pensaba en que ya no podía hacer mucho para solucionar las cosas se dejó sentar apoyando su espalda en la fría pared de loza. Se dejó sentar abatido y con mucha confusión. Quedaba muy poco tiempo para que entraran al colegio -tres semanas- y si no arreglaba la situación dentro de 21 días, nunca lo haría en el colegio.
oooooooooo
Jueves. Habían pasado ya tres días desde la escena en el baño y los dos tortolitos no se hablaban hasta entonces. Todos en la casa sabían del incidente, así que miraban de culpable a Ron por su falta de delicadeza para escoger los sitios más apropiados para cosas románticas. La señora Weasley lo había retado mucho y el señor Granger con el señor Weasley le dieron una larga charla sobre 'el lado romántico de los hombres'. Incluso los gemelos se habían enterado y le habían escrito una carta a su hermano por cabezota.
Harry estaba sentando en el comedor con un gran desorden de papeles en la mesa. Estaba viendo las ganancias de los 'Sortilegios Weasley' hasta la fecha para ver cuánto dinero había ganado comprobando que se lo habían depositado en su cuenta bancaria, viendo las ganancias de los gemelos y las ganancias para invertir en publicidad, renovación de productos y experimentos.
Ginny bajó las escaleras con la lista de los materiales para entrar a Sexto año de Hogwarts. Al estar en cocina vio por la puerta abierta, que se comunicaba con el comedor, al muchacho haciendo sus cálculos de dinero. Un rubor se asomó por sus mejillas al recordar todo lo que había pasado la semana pasada con el bombón.
-Ginny… ¿Eres tú? – preguntó Harry levantando la vista al ver una melena roja en la cocina.
La pelirroja terminó de servirse gaseosa maldiciendo haber hecho mucho ruido al sacar el vaso del estante. No quería encontrarse con Harry; lo había evitado todos los días y no por una circunstancia de la vida iba a tener que dar la cara. Él no podía saber que lo que le había dicho antes de quedarse dormida era verdad, no podía saber que de verdad le gustaba.
-¿Ginny? – insistió Harry dejando su lápiz sobre el cuaderno.
-Sí, acá estoy – dijo sonriendo entrando al comedor con el vaso de gaseosa y la lista de los materiales del colegio.
-¿Te mandaron la lista de los materiales? – preguntó viendo la carta con el sello del colegio. Ginny asintió sentándose a su lado – Estoy haciendo algunos cálculos de las ganancias de la tienda de los gemelos. Cuando mandaron la carta preguntado por tu estado después de haberte comido el bombón me lo pidieron – agregó bajando la vista.
-Harry…
-Dime.
-¿Te acuerdas todo lo que dije en aquella noche antes de quedarme dormida? – preguntó después de sorber un poco de gaseosa - ¿Recuerdas todo lo que hice?
-Claro que sí – respondió esbozando una sonrisa al ver como la muchacha se sonrojaba - ¿Por qué preguntas? – agregó sabiendo que ella no se había olvidado del beso en el living.
-No, por nada. Simple curiosidad.
Se quedaron en silencio. Se escuchaba el televisor en el cuarto de los señores Granger, estaban dando las noticias de la tarde; y el reloj en el living emitía su típico sonido al avanzar los segundos. Era una situación bastante incómoda.
Harry sólo sonreía satisfecho al saber que ella estaba consciente de lo que había hecho la otra noche, y que el hecho que no lo negara ni se disculpara quería decir que había sido honesta; ahora sólo faltaba que él fuera honesto consigo mismo y le dijera lo que sentía por ella.
Ginny se bebió todo el contenido del vaso de un solo trago tratando de que su color rojo en las mejillas pasara desapercibido. Pero no pudo lograrlo y el muchacho le preguntó el por qué de su nerviosismo, ella sólo dijo que estaba algo agobiada con la compra de los útiles escolares.
-Es sólo eso. No hay ninguna otra razón – finalizó sonriendo torpemente.
Justo ahí Hermione entró al comedor y les preguntó qué estaban haciendo. Después de haberse ido a la cocina a servirse un trozo de pastel que había hecho la señora Weasley el día anterior; Ron bajó las escaleras y les lanzó una mirada reprochadora, como si con eso le estuviera advirtiendo a Harry que no hiciera nada indebido y que Ginny no se lanzara a besarlo.
-Con cuidado – dijo el pelirrojo.
-¡Ron! – chilló Hermione al abrir la puerta encontrándose con él.
-Hermione… - murmuró bajando la vista avergonzado – Estas no son horas de comer pastel.
-Y estas son horas para que vayas a decidirme al baño que quieres que sea tu novia… Ah, pero claro; debe estar todo asqueroso – añadió mirándolo resentida –Estúpido.
-Quisquillosa.
Después de decirse eso los dos caminaron hasta las escaleras enojados y pelearon por ver quién iba primero hasta que Hermione le pegó un codazo en las costillas dejándolo adolorido.
Harry y Ginny se miraron preocupados y asombrados por la linda escena de esos dos. No sabían cómo tanto amor se podía transformar en una bomba que podía explotar en cualquier momento. Amor y odio. Y creían que las peleas nunca más volverían a verse; estaban muy equivocados, ellos siempre sacarían algo para pelear.
-Mi hermano es tan retardado. No puedo creer que tengamos los mismos genes… ¡Es un enfermo mental al máximo! – Ginny se pegó suavemente en el borde de la mesa tratando de entender cómo podía ser posible que le haya pedido eso en el baño.
-No sé – se encogió de hombros pensando en lo complicado que se había vuelto su relación desde cuarto año – Deberían estar juntos y dejarse de tanta estupidez.
-Parece que necesitan ayuda… - dijo la pelirroja haciendo funcionar su mente lo más rápido posible.
-¡Ya sé! – chasqueó la lengua Harry – Podríamos hacer que los dos no tuvieran más remedio que estar juntos. No podrían escapar uno del otro, porque no tendrían adónde ir.
-Mmm… Me gusta la idea – sonrió malvadamente acercándose más a Harry – Algo así como atrapados.
-Atrapados en el sótano. Y por esas casualidades de la vida la puerta se quedaría cerrada, no tendrían sus varitas a la mano y se corta la electricidad.
La pelirroja se quedó mirando a Harry mientras meditaba la idea. Era bastante buena y podría convertirse en uno de los mejores planes que podrían hacer durante el verano: Que por alguna razón Ron y Hermione tengan que ir al sótano a buscar algo, la puerta se cierra sola dejándolos atrapados. Ninguno de los tendrá su varita y la electricidad se cortaría.
Ya se había cortado la electricidad a principios del verano y el resultado que tuvo fue que los dos tortolitos aparecieron cerca de las escaleras besándose en una posición no muy inocente. ¿Ahora qué podría ocurrir después de la grandiosa idea de Harry?
-¡Harry, es una idea genial! – sonrió dándole un suave golpe en el brazo - ¡Nunca pensé que tuvieras una mente tan retorcida y maligna!
-Es que pasar tanto tiempo contigo y los gemelos me han corrompido la mente de niño bueno que tenía – dijo también sonriendo.
-Tenemos que empezar a planearlo todo - golpeó la mesa haciendo como si fuera una mujer de negocios – Ah, pero estás haciendo algunos cálculos de la tienda de los gemelos…
-Puedo hacerlos otro día – dejó de lado los papeles y acercó su silla a la pelirroja.
-Genial.
oooooooooo
'Ron, Hermione, Harry y Ginny:
¡Hola adolescentes de la anormal familia Granger-Weasley! Acá andamos escribiéndoles nadando en dinero… ¡Oh, sí! El 'Bom-bón Weasley' ha sido todo un éxito y ya tuvimos que hacer más de 1.000 bombones después de sólo cuatro días de su comercialización. Así que prepárense, porque en Hogwarts los besos y la locura van a gobernar los días.
Bueno, otra razón de esta carta es para que Ron de disculpe con Hermione por su petición indecente de noviazgo y desde ahora en adelante no te reconocemos como hermano, Ron, eres demasiado estúpido para que compartamos genes.
Y Hermione, tienes que disculpar a nuestro ex-hermano. Ya tienes más que claro que es un estúpido, enfermo y lento para las cosas; si lo quieres tendrás que aprender a vivir con ello.
También queremos pedirle unas disculpas a Harry y Ginny por lo que pasó con el bombón que ella se comió. No imaginamos que podrías comerlo por error y lamentamos que Ginny haya estado colgada a tu cuello casi toda la tarde, Harry. Pero el lado positivo es que demostramos que sirve.
Eso es todo en esta carta. Próximamente les mandaremos otra con las ganancias y la parte que les toca ganar a los dos tortolitos que generaron la idea.
Cuidado con las travesuras,
Los Sortilegios Weasley'.
-Me alegro de no ser las única que piense que eres un estúpido – dijo Hermione dejando la carta en la mesita de centro.
-¿Ya te dije que me disculparas? – preguntó Ron tratando de no gritarle y comenzar una pelea – Lo siento mucho.
-Harry, Ginny… ¿Escuchan algo? – inquirió la castaña mirándolos – Es como si el aire estuviera hablando, pero no hay nadie más aquí.
El pelirrojo dio un lento y profundo suspiro sintiendo las ganas de levantarse para empezar a gritarle cualquier cosa para defender su orgullo, pero tenía que saber que ella tenía todo el derecho a estar enfadada. Pero eso no le daba derecho a decirle todas esas cosas.
-Al menos ellos no son locos para estar diciendo que el aire habla – dijo Ron sentándose en el sillón causando que Ginny aguantara una carcajada y Hermione apretó los labios – Consíguete un psiquiatra – agregó causando que la castaña lanzara un gritito de desesperación.
-¡Buena idea, señor inteligente! – sonrió acercándosele – Podría pedirle que me atienda en el baño… Para que Harry venga con diarrea a interrumpirnos.
-¡No tenía diarrea, necesitaba hacer mis necesidades nada más! – replicó Harry cruzándose de brazos.
-Lástima que un psiquiatra no podría soportar a una chica tan amargada e insensible…
-¿Insensible? Creo que ese adjetivo te queda mejor a ti que a mí. Usa correctamente los adjetivos para cada persona.
-¡Insensible, eres una insensible!
-¿Perdón? – preguntó poniendo sus manos en las caderas.
-¡Lo que me escuchaste! – se puso de pie enojado - ¡Eres una insensible, estúpida, loca… Y besas mal! – agregó causando que Hermione abriera la boca tratando de decir algo.
-¡Si yo soy mala para besar, por lo menos no babeo a la otra persona cuando la beso! Pareces un perro – dijo lanzándole una mirada de odio.
Harry y Ginny se miraron preocupados. Tenían que detener esa discusión. En un principio era gracioso los insultos que se decían, pero ya habían cruzado el límite hacía rato y si seguían podrían decirse cosas que lamentarían algún día.
El muchacho con algo de miedo se puso entre Ron y Hermione que estaban gritándose cualquier cosa.
-¿Podrían madurar y dejar de insultarse como bebés? – preguntó Harry molesto ya de tanta discusión – Ya sabemos que no es nada agradable lo que pasó, pero deben ceder y darse la oportunidad de estar juntos.
-Harry… Eres mi mejor amigo, pero tengo que decirte algo – dijo Ron poniéndole una mano en el hombro - ¡No te metas en esta pelea, porque tú no tienes nada que ver!
-Me importa mucho, porque son mis amigos y no quiero ver que estén discutiendo y al final se digan cosas hirientes que pueden terminar nuestra amistad – Harry miró a sus dos amigos alternadamente tratando de que entraran en razón de una vez por todas – No quiero que las cosas terminen mal.
-Harry… Tu también eres mi mejor amigo, mi hermano – dijo Hermione poniéndole una mano en el hombro - ¡Pero no tienes derecho a meterte en nuestra vidas personales!
-Pero…
-Deja de poner excusas, 'Adolescente Hormonal' – lo interrumpió el pelirrojo lanzándole una mirada hastiada y luego miró a su hermana. Caminó hasta Ginny, que estaba en completo silencio mirando la escena, y la señaló - ¿Por qué mejor no vas a intercambiar saliva con mi hermana y nos dejas tranquilos?
Harry tragó saliva nervioso y bajó la cabeza para evitar que vieran su rostro rojo de la vergüenza. Pero Ginny al ver que el muchacho no podía replicar en contra de Ron, le dio un pisotón a su hermano con toda la fuerza que tenía que hasta podría haberle reventado el pie.
-¿ESTÁS LOCA? – gritó entre sus alaridos el pelirrojo.
-Si vuelves a mencionar algo nuevamente del tema o vuelves a molestarlo con lo de los besos… Juro que no tendrás la misma suerte de dejarte el pie a tu cuerpo – le advirtió con una mirada amenazadora – Al menos Harry besa muy bien, no babea como un perro. Él es excelente.
Hermione lanzó una carcajada al ver la cara que ponía Ron de asco al imaginárselos dándose un beso muy apasionado y el las mejillas sonrojadas de Harry, quien extrañamente tenía mucho calor, por el comentario de la muchacha.
-Y ahora con Harry tenemos que ir a ver los libros que tiene que me sirven para sexto año – dijo Ginny sonriendo y con un gesto le indico al chico que le siguiera la corriente – Así que los dejaremos tranquilos para que discutan.
-Claro, vamos – asintió Harry mirando de reojo como Ron y Hermione se miraban con asco – Gracias por salvarme de esos dos – dijo sonriendo a la pelirroja una vez que subían las escaleras.
-De nada. Era lo mínimo que podía hacer después de todo lo de la otra noche cuando estaba bajo los efectos del bombón – bajó la vista evadiendo la mirada del muchacho que transmitía algo de confusión por ese comentario.
¿Acaso lo que le había dicho antes de quedarse dormida era mentira? No podía ser. Él tenía la seguridad que le gustaba, él creía saber que la pelirroja estaba enamorada de él; pero eso fue sólo una cosa que dijo estando soñolienta y no estando en sus cabales. ¿Y todas esas miradas, sonrisas, palabras con algún otro significado no eran nada? No, no podía ser; no quería creer de que todo lo que había estado sintiendo por ella era devuelto con una mentira.
Ginny pudo notar como su sonrisa de desvanecía y la alegría de su semblante era cambiada por una confusión y tristeza. ¿Por qué tenía que seguir mintiéndose a sí misma? Ya le había dicho que lo quería y no iba a perder nada más siendo sincera dejándole saber que eso fue verdad.
-Pero… Eso de que besas bien… - dijo deteniéndose en el penúltimo escalón y giró un poco para poder quedar frente a él – Es verdad. Eres el mejor chico con el que me he besado. Tienes un don especial para hacerme sentir mariposas cuando estamos tan cerca.
-Ginny… Yo…
-No digas nada ahora – le puso su dedo índice en los labios – Ya sabes lo que siento, sabes que te quiero. Cuando tú puedas decirme algo respecto al tema, hablaremos; pero no ahora.
Subió los dos últimos escalones y se dio media vuelta de un salto. Le sonrió de una forma juguetona y con el dedo le indicó que la siguiera haciendo que Harry sólo suspirara.
-Tenemos un plan que armar – dijo la muchacha con un brillo pícaro en sus ojos.
oooooooooo
Sábado. Harry y Ginny ya tenían todo el plan armado y se lo dieron conocer a los adultos después del desayuno. Habían hecho algunos papales con una explicación formal para que entendieran que esa era la única forma de que Ron y Hermione se reconciliaran para que fueran novios.
Después de una larga conversación sobre lo que podría pasar dejando solos y encerrados a dos jóvenes con las hormonas haciendo de las suyas, decidieron que pondrían en marcha el plan esa misma noche; así que ahí la señora Granger con el señor Weasley pensaban qué excusa poner para que sus hijos bajaran al sótano.
-¿Qué están haciendo reunidos en la cocina? – preguntó Hermione entrando mirándolos extrañada.
-Bueno… Nosotros conversábamos sobre el pastel que hizo Molly ayer y decidimos que debería usar más frambuesas para darle más sabor – contestó el señor Granger con una sonrisa poco convincente - ¿No estabas estudiando ecuaciones de tercer grado?
-Sí, pero no puedo estudiar matemáticas con el estómago vacío – dijo sacando una manzana del frutero – No vine a desayunar porque ese ser estaría acá y no quiero que me contagie sus bacterias.
-Fue una estúpida idea. Él tampoco vino a desayunar – comentó Ginny guardando cuidadosamente los papeles que explicaban el plan del encierro sin que la castaña se diera cuenta – Tal vez por la misma razón que tú.
-Es cierto. Cuando despertamos me dijo que no quería encontrarse con el engendro más amargado e insensible de esta casa – asintió Harry viendo como Hermione apretaba la manzana enterrándole sus uñas – Creo que no debería haberte dicho eso…
-No te preocupes, Harry. Gracias por decirme la verdad – murmuró Hermione haciendo una mueca que intentaba simular una sonrisa – Sólo imagino que esta manzana es la cabeza de Ron.
-En todo caso, te resultaría más fácil si fuera una naranja a la que maltratas – dijo Monica con una tímida sonrisa a su hija - ¿Qué? Ron es pelirrojo, no tiene el cabello verde – preguntó cuando todos la miraron con una cara de desubicada.
Luego de que Hermione le agradeciera la fantástica idea su mamá, se llevó tres naranjas para descargar toda su rabia mientras que los adultos, Ginny y Harry planeaban los últimos detalles de lo que sería la gran confabulación del año.
oooooooooo
Ya eran las nueve de la noche. La cena había sido calmada gracias a que Ron y Hermione no hicieron sus típicos comentarios que empezaban una pelea que era detenida por la señora Weasley o Harry antes de que tomaran sus varitas y se batieran en duelo a muerte.
Luego fueron al living para tomar café y seguir conversando. Los cuatro adultos se miraron de forma cómplice mientras Harry con Ginny asentían con la cabeza para que iniciaran el plan.
-¿Te acuerdas de cuando éramos novios? – preguntó la señora Weasley sentándose al lado de su marido en el espacio vació del sofá.
-Claro que sí. Éramos muy revoltosos, hacíamos muchas locuras – dijo sonriendo.
-Cuando éramos jóvenes hicimos muchas locuras de las que seguro no volveríamos a hacer en esta edad – comentó Monica mientras el señor Granger pasaba un brazo por sus hombros – Pero fueron buenos tiempos.
-¿Cómo se declararon? – preguntó Ginny sonriendo - ¿Era muy obvio que se gustaban o tuvieron que decirlo?
-¡Ginny! – exclamaron a la vez Ron y Hermione enfadados.
-No porque ustedes se sientan identificados con la pregunta o el tema les voy a hacer caso – les advirtió mirándolos de reojo con una sonrisita.
-Juro que te voy a matar… - murmuraron a la vez cruzándose de brazos.
El señor Granger contó cómo se le había declarado en el concierto de Los Beatles y de las escapadas de su casa que hacía Monica para poder ver a escondidas a su novio.
Luego el señor Weasley comentó que con Molly se habían conocido en el colegio y eran compañeros, pero después de hacer un trabajo para Herbología se habían vuelto mucho más cercanos y poco a poco se fueron enamorando hasta que en la Fiesta de Graduación de séptimo año se confesaron lo que sentían.
Ron y Hermione se sentían muy incómodos cuando hablaban del tema. Los dos trataban de mirar al techo o los muebles, pero siempre sus miradas se cruzaban y un rubor aparecía en sus mejillas. Les era muy difícil seguir peleando de esa forma cuando sabían que se querían, pero su orgullo era mucho más grande.
-Creo que en el sótano están las fotos que nos sacamos en el concierto de Los Beatles – dijo el señor Granger chasqueando los dedos.
-Y parece que cuando nos mudamos dejé una caja con las fotografías de la Fiesta de Graduación – comentó sonriendo Molly – Podríamos verlas para que vean cómo eran las cosas en ese tiempo.
-Que extraño debe ser verlos jóvenes… - comentó Ginny.
-¡Cuidadito con lo que dices, Ginevra Weasley! – le advirtió su madre con su mirada amenazadora.
-De seguro que era una muchacha hermosa, señora Weasley – dijo Harry para que no retaran más a la pelirroja.
-Gracias, cariño – sonrió Molly – Ron… ¿Podrías bajar al sótano y buscar una caja antigua que tiene dibujadas algunas escobas?
-Hermione…. ¿Puedes ir a buscarme las fotos del concierto? – preguntó el señor Granger a su hija.
-Pero… - se puso de pie Ron señalando a Hermione.
-Pero… - se puso de pie Hermione señalando a Ron.
-Déjense de sus niñerías y hagan caso – dijo Monica advirtiéndoles con la mirada de que más les valía que fueran.
-Está bien – murmuraron poniéndose en marcha al sótano que quedaba debajo de la escalera.
Cuando los dos muchachos se habían ido, Harry saltó de su sitio y salió de la casa por el ventanal abierto que daba al jardín. Rodeó la casa y llegó hasta una parte que estaba llena de arbustos. Con dificultad pudo pasar hasta llegar cerca de una cajota metálica; la abrió y vio quince interruptores estaban en la posición que indicaba que todos los cuartos de la casa tenían electricidad. Recordó las indicaciones del señor Granger y giró el interruptor de más abajo a la izquierda para dejar el sólo el sótano sin electricidad.
Mientras, Ginny con ayuda de su madre fueron sigilosamente hasta la puerta del sótano. Al comprobar que Ron y Hermione estaban adentro cerraron la puerta cuidadosamente y con un encantamiento la dejaron cerrada.
-Listo – dijo Harry entrando nuevamente al living.
-Nosotras ya hicimos lo nuestro – sonrió Ginny llegando con su madre a la sala – ¿Qué hacemos?
-En la tarde fui a arrendar algunas películas – dijo la señora Granger levantándose para ir a buscar los videos – Preparen palomitas de maíz y gaseosas, vengo con los video de inmediato.
oooooooooo
En el pequeño trayecto al sótano no pronunciaron ninguna palabra y en su rostros se podía apreciar el disgusto que les causaba estar tan cerca uno de otro.
Ron abrió la puerta y se hizo a un lado. Hermione interpretó ese gesto como cortesía para dejarla entrar primero, pero el pelirrojo entró con una sonrisa burlona y cerró la puerta dejando a la muchacha temblando de la rabia.
La castaña entró al sótano y buscó el interruptor para prender la luz. Al prenderla dio un suspiro viendo que todo estaba desordenado, polvoriento y abandonado. Sus padres le habían pedido que limpiara el lugar el verano pasado, pero ella no lo había hecho; podría haberlo hecho porque estaba realmente sucio.
-¡Una araña! – gritó Ron cuando levantó una caja.
-Miedoso – musitó Hermione lanzándole una mirada hastiada al muchacho y con un pisotón mató al arácnido.
Mientras los dos buscaban las cosas que les habían pedido sus padres se escuchaban algunas risas provenientes del living y repentinamente la luz se cortó dejándolos a oscuras.
Hermione ya tenía en sus manos un álbum de fotografías con las fotos de sus padres en el concierto de Los Beatles y Ron tenía la caja en sus manos, así que tratando de no entrar en pánico subieron la escalinata encontrándose con que…
-¡La puerta está cerrada! – gritó el pelirrojo dejando caer la caja asustado.
-Tan estúpido que eres – dijo Hermione volteando los ojos y alargó la mano para girar el pomo, pero éste no abría - ¿Qué está pasando? – preguntó haciendo varios esfuerzos y le pegó una patada a la puerta.
-¿La cerraste tú? – preguntó Ron haciéndola a un lado e intentó abrirla.
-Créeme que no quiero estar cerca de ti, así que jamás la habría cerrado a propósito – respondió ácidamente tratando de pensar en cómo salir.
-¡Ayuda! – gritó Ron golpeando la puerta para que los adultos o Harry o Ginny escucharan - ¡Estamos encerrados!
-¡No es una buena broma estar acá encerrados, abran! – chilló Hermione también golpeando la puerta - ¡No quiero estar al lado de este engendro!
-¡Vengan, por favor!
Pero después de varios minutos de gritar, golpear y hasta de empezar a golpear las paredes; nadie venía a rescatarlos. Una posibilidad era que no escuchaban y después vendrían a buscarlos preocupados porque no venían, la otra era que como se había ido la electricidad estuvieran viendo el generador y esas cosas o la última posibilidad es que era a propósito y se reían de sus desesperados intentos para que les escucharan.
-Maldita sea – murmuró Ron dejándose caer en el suelo apoyando su espalda en la pared.
Hermione ya estaba sentada con la mirada perdida tratando de pensar en cómo escapar, pero nada se le venía a la cabeza. Lo único en que podía pensar era que debía disculpar a Ron, porque ya lo había hecho sentirse bastante mal con todas las discusiones y esas palabras hirientes. ¿Por qué tenía que ser tan malvada y vengarse de él de esa forma tan cruel? Aún estaba enojada por el hecho de que le hubiera pedido ser su novia en el baño, pero los errores los comete cualquier persona.
El pelirrojo estaba observando fijamente a la muchacha. Estudiaba su perfil, sus labios, su mirada pensativa y la forma con la que jugaba con uno de sus rizos. Era tan hermosa, tan linda que no podía creer que peleaba de esa forma con ella sólo por contestarle a todas sus agresiones. Sabía que lo que había hecho era un gran error y aún no le decía que realmente lo sentía.
-Tenemos que salir de acá – dijo ella poniéndose de pie – Si fuerzo la cerradura, puede que se abra… - murmuró girando el pomo violentamente tratando de que el seguro de la puerta se rompiera.
-No estás logrando nada – comentó Ron caminando hasta ella – Eres una debilucha.
-Está cerrado con magia, por eso no se abre.
-Es que no tienes fuerza, Hermione, eres débil – dijo Ron sonriendo burlón – Ahora déjame enseñarte cómo se hace de verdad.
-Veamos si puedes… - murmuró sin moverse de su sitio.
Casi no se podían ver por la oscuridad, apenas las palmas de sus manos eran visibles; así que el muchacho tambaleó un poco antes de dar algunos pasos para intentar abrir la puerta. Pero no pudo ver que como Hermione estaba delante de la puerta, lo que tocó no fue exactamente el pomo de la puerta.
-¡RONALD WEASLEY, ESE ES MI TRASERO! – gritó a todo pulmón Hermione pegándole lo más fuerte que pudo - ¡ERES UN PERVERTIDO!
oooooooooo
Estaban viendo la película 'La lista de Schindler' que se trataba de un alemán que ayudaba a los judíos para que no fueran a los campos de concentración dándoles trabajo en una empresa de sartenes y artículos para cocinar.
La señora Granger tomaba fuertemente la mano de su esposo mientras intentaba de aguantar las ganas de llorar, pero era terrible ver todo el sufrimiento de los judíos.
Los señores Weasley ya estaban llorando y tuvieron que aparecer unos pañuelos, porque sino la casa hubiera quedado completamente inundada.
Ginny se había sentado al lado de Harry. Él había pasado un brazo por sus hombros para que se calmara, aunque no le servía de mucho porque la muchacha seguía dando grititos de horror al ver los campos de concentración.
'Creo que mis tíos podrían ser los alemanes… Yo no estaba en una casa con mis familiares. Estaba en un campote concentración con Hitler 2 más gordo, con una vieja que parece avestruz y un Porky' pensó Harry comparando toda su miserable infancia con el sufrimiento de los judíos.
Hacía algunos minutos que los golpes y los gritos amortiguados provenientes del sótano ya no se escuchaban, así que veían mucho más calmados la película. Pero se escuchó un grito, luego a alguien como que caía y algo que se rompía acompañado de unos quejidos.
La señora Weasley se puso de pie para ir a ver qué estaba pasando allí abajo, pero Ginny negó con la cabeza y la detuvo por el brazo. Con la mirada le advirtió que nada grave había pasado, porque sino ya se escucharían sollozos o más gritos; así que mejor que se quedara en su lugar.
-¿Crees que todo esté bien allá abajo? – preguntó Ginny al oído de Harry unos segundos después.
-Nada malo debe haber pasado. Todo está bien – respondió sonriéndole causando que la muchacha se ruborizara levemente mientras se sentaba a su lado nuevamente.
Obviamente, Harry no sabía lo que había pasado. Él no tenía ni la más remota idea de lo que pasaba allí abajo con sus amigos.
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Con el golpe de Hermione, Ron había dado vueltas por la escalerilla y terminó rodando hasta chocar con el estante del fondo haciendo que una caja que contenía los cubiertos de plata cayera sobre su cabeza haciendo un ruido estridente.
La castaña palideció al ver como el muchacho se quejaba del dolor con todos los cubiertos repartidos por el suelo. Corrió rápidamente para ver si seguía vivo y al legar a su lado se puso en cuclillas.
-Dime que estás vivo, Ron – suplicó con una voz preocupada.
-Claro que sí… - respondió tratando de levantarse, pero le dio una punzada en la cabeza. Se quedó recostado hasta que se sentó de golpe – Puedo sobrevivir a uno de tus súper golpes y a unos proyectiles de plata.
-Lo siento – dijo suspirando – De verdad no quería que te pasara nada… No fue tu culpa haberme agarrado el trasero… Te traté muy mal…
-Después de todo fue tu culpa no haberte movido. Acá no hay mucha luz.
Hermione le sonrió y Ron pudo notar como sus ojos estaban llorosos por la débil luz de la luna que se colaba por la pequeña ventanita cerca del techo. La muchacha cerró los ojos mientras se ponía de pie para que él no notara que de verdad se había preocupado de su bienestar físico al ver como rodaba por la escalerilla.
La castaña escuchó un débil sonido proveniente de arriba y subió la escalerilla agudizando el oído para ver de qué se trataba. Ron también lo había notado e intentaba adivinar qué era.
-Parece…
-Shh – lo interrumpió Hermione enfadada mientras pegada la oreja a la puerta – Es la televisión.
-¿La televisión? – preguntó el pelirrojo frunciendo el ceño – Pero si no hay electricidad…
-Esos malditos nos dejaron encerrados a propósito y cortaron la electricidad del sótano – dijo Hermione sintiendo como tenía unas inmensas ganas de matarlos a todos – Ellos planearon todo esto.
Notas de la autora: ¡Hola! Acá está el capítulo 15 con menos demora de lo habitual (admítanlo, normalmente me demoro un mes y ahora fueron como 20 días :P). Lo importante que debo decir es que Ron es un… Mejor me ahorro la pila de palabrotas que le tengo para su humanidad.
Advertencia para los hombres: Para cualquier declaración, por favor, háganlo en un lugar romántico… Da lo mismo que no sea privado o sea muy público, pero eso es mucho más lindo que en un lugar privado y totalmente asqueroso no romántico.
Pero puse más que todo eso para que hubiera nuevamente una pelea, porque encontraba demasiado aburrido que ya no se pelearan más por el simple hecho de gustarse mutuamente.
¿Más comentarios? Harry y Ginny van por buen camino… Sólo les falta tiempo para que su relación sea sólida y mucho más segura.
No tengo nada más que decir (seguro, nada que ver XD! Tengo varias cosas que decir). Pero lo más importante es decirles que tengo algo escrito del próximo capítulo y acá les van algunos adelantos:
-¡Malditos bastardos, son unos confabuladores! – chilló Hermione pateando la puerta y soltó un grito de dolor. Ron sólo suspiró viendo con una ceja arqueada a la muchacha – No me mires así… Sólo dije la verdad, por su culpa estamos atrapados – agregó mirando por la ventana.
-¿Crees que no me siento terriblemente mal con todo esto? – preguntó el muchacho cerrando el álbum de fotos. Hermione se quedó en silencio con la cabeza gacha – Lo lamento, y lo sabes bien. Yo te quiero, Hermione. Quiero que estemos juntos, pero a veces siento que nunca podremos llegar más allá por ser tan inmaduros… A veces siento que nunca podremos estar juntos.
-Ginny… - insistió Harry tocando con la yema de sus dedos el rostro de la muchacha que levantó los ojos tímidamente – Te he hecho sufrir, pero no quiero que me hagas sufrir a mí… Yo te quiero, quiero que seas mi… - pero antes de poder continuar un estridente ruido vino del sótano y los dos saltaron asustados.
-¿Te das cuenta que estamos completamente solos en el sótano? – preguntó el pelirrojo haciendo que la muchacha sonriera coquetamente – Y estamos a oscuras… Podríamos dejarnos llevar por nuestros impulsos. Y si ellos llegan a saber lo que pasara, pues tienen la culpa por dejar a dos adolescentes que se quieren, llenos de hormonas… Y sintiendo que la temperatura va subiendo radicalmente – dijo sonrojándose por ver lo que la castaña se había quitado.
Esto y mucho más calentura, hormonas, palabras románticas, casi paros cardíacos, besos, gritos y sorpresas en el capítulo titulado 'Anormales, Subnormales Y Hormonales'.
Comentarios de la película 'Harry Potter y el Cáliz de Fuego': Esta película si que está bien hecha (debía serlo si el libro es buenísimo). Como me reí… La cara de Ron al ver a Hermione bajando la escalera en el baile XD! Cuando Harry está desayunando y se le cae el cereal al ver a cierta persona XD! Y la primera prueba es demasiado divertida… Me alegro que hayan puesto mucho humor, pero el final estuvo muy de suspenso. ¡Vayan a verla, es genial!
Bueno, eso es todo por ahora… Acuérdense de mandarme un review después de leer el capítulo.
Besos, adiós!
