n.n y otro de Desert Rose.

Valsed: Disfrutan todo de lo que pueden. Ya que pronto tendrán que separarse del padre de Baku y sus amigos úù. Pos, lee! XDDDDD

Katruina: Y bue, soy mala con algunos personajes, los hago sufrir mhahahahaha... Pero con Pegsy no puedo serlo tanto po que es mi ídolo. -

MERCI A TODAS!

Bakura fue el primero en despertar. Se estiró lo suficiente, antes de remover algunos cabellos de su rostro. Vio a su amado durmiendo a su lado, y esbozó una sonrisa. Acarició su rostro, y se acercó lo suficiente como para poder besarle los labios suavemente. Ryo sonrió, y abrió sus ojos, para encontrarse con los del albino mayor.

Estabas despierto... Picarón... –murmuró Bakura, mientras lo besaba nuevamente.

Me es difícil no estarlo, cuando me besas de esa manera.

Ambos rieron, y se levantaron. La rosa se abrió lentamente, dejando pasar los tenues rayos del sol del mediodía. Bakura comenzó a vestirse, y Ryo gimió en desaprobación ante esto.

¿Qué?

Te ves mejor sin ropas... –respondió el joven dios, acariciando las piernas de él.

Tú también.-ignoró la respuesta de su compañero, y terminó de vestirse.

Mientras caminaban en las arenas del desierto, vieron a lo lejos un remolino. Los tres chicos estaban asustados, y el hombre albino, ansioso. Comenzó a correr en dirección al remolino, seguido de los otros tres.

Se percataron que la tormenta se acercaba con suma rapidez, y sin poder reaccionar ya se encontraban dentro de ella...

Zafiro miró al cielo. Estaba despejado. Se levantó de su lugar, y caminó hasta el jardín de Hades. Allí vio como los rayos del sol se filtraban por los agujeros de la cueva.

Amigo, ¿Qué ocurre?-preguntó el dios de los infiernos, al no sentir al ave a su lado.

La tormenta, ha capturado a otros pretendientes en el desierto. Debo ir, aunque mi señor me haya dicho que no regresara hasta que se me lo permita nuevamente.

¿Temes que sean algunos buscadores?

Si. Mi amo no tiene mucha fuerza para atacarlos, y yo soy su única defensa. Debo ir.

En ese caso, ¿Por qué no te llevas algunas de mis pociones? Alguna de ellas te servirá...

Será un honor.

Así, ambos se retiraron de la sala en la cual se encontraban, para perderse en los laberintos del bajo mundo de Hades.

Malik gimió y abrió sus ojos. Lo primero que vio fue verde. Gran cantidad de verde, y una humedad muy agradable luego de pasar días enteros debajo del ardiente sol. Se reincorporó con lentitud, antes de sentarse sobre el césped.

Miró a su alrededor, y vio grandes cantidades de arbustos con bayas y flores. Los árboles eran altísimos y al moreno le parecían que podían llegar al cielo. Con su vista todavía en las copas de los árboles, se puso de pie. Para solo dar un paso, y caer en una pendiente.

Ryo se detuvo en medio del juego que él y Bakura estaba compartiendo en esos momentos. El albino mayor lo miró preocupado, y preguntó.

¿Qué ocurre?

Hay unos viajeros nuevos. Creo que deberíamos apartarnos del lago por algunos días. Sería lo mejor. No quiero que nos encuentren.

¿Y por qué no?

Pues... –adoptó una forma sensual, haciendo que Bakura tragara secamente.-No quiero que nos interrumpan, en nada... –murmuró suavemente, besándolo.-¿Sabes?

¿Qué?

Tengo muchas ganas de sentirte, dentro de mí... Son tremendas esas ganas... –gimió por lo bajo, besando nuevamente a su compañero.

Bakura se recostó con su joven dios sobre él, acariciando su espalda, sintiendo la pura suavidad aterciopelada de esta. Las manos traviesas de Ryo llegaron hasta las piernas de su amante, antes de pasar por ellas, haciendo que Bakura se arqueara con un fuerte gemido.

Travieso... –murmuró.

Más de lo que te imaginas...

El mayor despojó de las pocas ropas de su compañero antes de deshacerse de las suyas. Con sus cuerpos desnudos tocándose mutuamente y la suave y refrescante brisa que los recorría se estremecían continuamente.

Bakura invirtió la pose y con ferviente deseo comenzó a besar el cuello de su compañero, antes de que sus manos recorrían con igual sentimiento el cuerpo de Ryo.

Fue bajando rápidamente por el pecho del joven dios hasta encontrar su pezones y morderlos ligeramente a la vez que los lamía para luego soplarles. Ignorando las súplicas que le hacía el joven dios a él, siguió su camino por las piernas del chico para besarlas suavemente, mientras se acercaba a su meta.

¡Ahhh! ¡¡Bakura!

El mayor tomó el miembro de Ryo en su boca succionando fuertemente mientras jugaba con los testículos de este al mismo tiempo, y a la vez que lo penetraba con un dedo. El albino menor se arqueó del césped al sentir esa triple sensación.

Bakura comenzó a percibir ese peculiar aroma que siempre se encontraba presente cuando ambos tenía relaciones. ¿Qué será? Tendrá que preguntarle después. Ahora está, algo ocupado.

El cuerpo del joven dios temblaba ligeramente ante las suministraciones del otro chico en sus partes más sensibles de todo el cuerpo. Su ritmo cardíaco y su respiración se aceleraron más cuando estaba llegando a su clímax, el cual nunca llegó a causa de que Bakura se detuvo de repente.

Insertó un segundo dedo en el pasaje de él abriendo y cerrando sus dígitos para insertar un tercero. Rozó el bulto de nervios y Ryo se arqueó notoriamente ante las sensaciones.

Cuando supo que estuvo listo, Bakura se acomodó cómodamente entre las piernas de su compañero para embestir de golpe. El joven dios gritó ante la sorpresa más que al dolor. Abrazó a su compañero antes de que este saliera y entrara de él constantemente. Sintió sus dedos rozar el bulto en su nuca haciendo que se arqueara nuevamente.

Contrajo sus músculos internos alrededor del miembro de Bakura haciendo que este diera un jadeo antes de arremeter con más fuerza. Alcanzó la próstata del joven dios haciendo que este se liberara sintiendo como su compañero hacia lo mismo dentro de él.

Ryo comenzó a besar el rostro del mayor acariciando con sus manos el trasero de este volviéndolos a excitar bastante.

Y así comenzar con otra ronda, y otra y otra y otra...