-Pobre de mi pequeña ninfa... –dijo Hades mirando su gran espejo, la situación del joven dios albino.-Parece que nunca lograrás quedarte con tu ser especial. Qué cruel la vida es contigo, pequeño. Tú no te mereces esto. ¿Por qué no puedes ser feliz?-suspiró.-Tengo que convencer a Zeus de que te deje quedarte en el mundo humano con él. Y no será nada fácil.
-.-.-.-.-.-.-
Bakura entró en la escena, con paso tambaleante. Los efectos del hechizo de Ryo se desvanecieron.
-Bakura... –dijo el joven dios, bajando la mirada.
-Me dijiste, me prometiste, que no les harías daño.-sus ojos mostraban dolor.-¿Por qué?
-No quiero que te lleven lejos de mí. Moriría sin ti...
-Exagerado... –murmuró Malik.
-¡¡NO INSULTES A MI AMO!-gruñó (gritó) Zafiro.
-¡Calla!-ordenó el joven dios, haciendo que el híbrido cerrara el pico. Miró a los ojos a su amado.-Por favor...
-Yo también, por favor, déjame ir con ellos. Puedes venir con nosotros.
-¡¡No! ¡¡¡No puedo ir!-lloró fuertemente.-¡¡No quiero obligarte, pero no me dejas opción!
Los ojos de Bakura se pusieron opacos de repente, y se desmayó, sin antes ser atrapado por Ryo. Pegasus quiso acercarse pero Zafiro le impidió el paso.
-Lo lamento, Bakura.-susurró jugando con su cabello.-Zafiro, iremos al Bajo Mundo, con Hades.
-¿Y ellos?
-Dile a la tormenta que los regrese a El Cairo.
-¡¡Te dije que no me iré sin mi hijo!
-¡¡Pues lo lamento pero él se quedará conmigo!
Antes de que el cuarteto pudiera volver a hablar, ya estaban dentro de la tormenta, rumbo al hotel.
-.-.-.-.-.-.-
-Claro que no. Él fue exiliado en el desierto, y no cambiará absolutamente nada en ello.
-¡Zeus! ¡No puedes hacerle eso al pobre chico! ¡Tu eras igual! ¡Inquieto y escurridizo!-gruñó Poseidón, el hermano de Zeus.
-¡Él desobedeció las reglas que yo impuse! ¡Que pague las consecuencias!
-¡¿Y tú qué! ¡¡Cuando eras niño no se te prohibía nada! ¿¡Por qué le haces esto al joven Ryo! ¡Me opongo a que siga exiliado!-gruñó Poseidón, levantándose.
-Yo también.-dijo Apolo, levantándose.
Eros se levantó en silencio y junto a él Artemisa. Luego Hera, Ares y Hefesto. Los otros dos hermanos de Zeus, Deméter y Hestia, se levantaron.
Oh oh, son varios contra uno.
-Por favor Zeus. El joven Ryo no soportará no estar con mi hijo. Se lo ruego. Deje que vaya con él...
El rey todopoderoso suspiró. Realmente odiaba cuando todos se ponían en su contra, ¡cuando era él quien estaba a cargo de TODO!
-Sólo porque tú me lo pides, y porque ya me cansé de lidiar con esto... –respondió.
-.-.-.-.-.-
-¡Pero si es mi pequeña ninfa!-saludó alegremente Hades, al ver a Ryo escoltado por Zafiro que tenía un inconsciente Bakura en sus brazos.
-Buenas noches, señor. Ha sido muy amable en dejarme pasar algunos días aquí.
-¡Déjate de amabilidades, ninfa! Eres bienvenido aquí siempre. Creo que deberíamos poner a tu amante en una cama para que descanse. Percefone cuidará bien de él.-comentó al joven dios.-Y para ti Zafiro amigo querido, tengo una poción que te devolverá a la normalidad.
-No sabe cuánto se lo agradezco.-respondió el híbrido llorando cómicamente.
-.-.-.-.-.-.-.-
-Maaaalik... Hey, despierta bello durmiente...
El moreno gruñó. Le dolía la cabeza, sus párpados le pesaban y sentía nauseas.
-No quiero... –respondió, y oyó una risita.
-Llevas dos días durmiendo, cariño. ¿No crees que es hora de levantarse de tu siesta de belleza, hum?
-Marik...
-Dime.
-Te extrañé... Y mucho.
-Igual yo.-Marik abrazó a su amado, dándole un tierno beso en sus labios. El menor abrió sus ojos.-Eché de menos tus hermosos ojos.-dijo sonriendo.-Te amo.
-Yo también.-dijo el menor sonriendo por igual.-¿Cómo están los demás?
-Perfectamente. Pegasus está muy depresivo. No ha salido de su cuarto en mucho tiempo, y poco y nada ha comido.-suspiró.-Supongo que el tiempo lo decidirá.
-.-.-.-.-.-
Bakura gimió y apretó sus ojos antes de abrirlos. Miró un techo desconocido, y viró su cabeza. A su lado encontró a Ryo durmiendo sin ropas con sólo las frazadas tapando su pálido cuerpo.
Sonrió antes de darse cuenta que él también estaba desnudo. Suspiró y se acurrucó al lado de su amado, colocando un brazo alrededor de su cintura. Besó su cuello dulcemente, antes de acomodarse.
La puerta de la habitación se abrió y una hermosa mujer con su cabello recogido en finos lazos entró trayendo consigo unas túnicas. El albino mayor abrió sus ojos y la miró fieramente arrimándose más al cuerpo de Ryo. Una clara seña del decir "Es mío. No te acerques.". La mujer sonrió.
-No te preocupes. No me lo llevaré. Él es todo tuyo. Lamento si te he despertado.
-¿Quién es usted?
-Soy Percefone. La esposa de Hades. Ryo viene mucho por aquí. Es como su segundo hogar.-dejó las vestimentas en la punta de la cama.-Les he traído ropas nuevas para que ambos se pongan. Les traeré algo de comida de al tierra para que la coman.
-¿No podríamos comer la que ya está aquí?
-¡Oh no! ¡Ni piensen en hacerlo! Una vez que probaste bocado alguno tendrás que quedarte aquí para siempre. Como yo. Me voy. Si quieres puedes dormir algo más antes de que los levante para comer.
Bakura volvió a recostarse admirando el rostro dormido de Ryo. Sonrió ampliamente acariciándolo con sus manos. Qué tersa piel. No lo resistió y lo besó tiernamente en los labios, y darse cuenta que su beso era correspondido lentamente.
-Hey, ¿Otra vez haciéndote el dormido?-preguntó Bakura. El joven dios rió.
-Me es difícil seguir durmiendo teniéndote a ti haciéndome eso.-abrió sus ojos para mirar a su amado.-¿Cómo estás?
-Bien. ¿Y tú?-el joven dios lo besó.
-Perfectamente.
