Kodoku (Vol I)

Capítulo 8

Excepto el pequeño Takeshi todos permanecieron despiertos para contemplar el primer amanecer del año y luego se dirigieron en coche al santuario del pueblo más cercano para presentar sus respetos a los Shichifukushin, los Siete Genios de la Buena Suerte.

Cuando volvieron Ayumi propuso a Sakuragi ir a jugar el uno contra uno prometido durante la cena de nochevieja, a lo que el pelirrojo aceptó encantado. Media hora después se arrepentiría, pues la hija de Anzai le dio una paliza.

- Kuso! – exclamó al observar la canasta que significaba el 10-4 y por tanto la victoria de Ayumi.

- Muy bien, mamá! – gritó Takeshi.

- Excelente, cariño! – dijo su marido.

- Eres muy bueno, Sakuragi-kun, sobretodo haciendo amagos. Pero te falla la defensa – dijo la mujer recogiendo el balón del suelo y entregándoselo.

- Ya lo sé… El viejo me ha hecho practicar toda la semana con Rukawa, pero ni así… Menos mal que el zorro se ha quedado en la casa, sino habría sido humillante.

Al pensar en Rukawa, Sakuragi no pudo evitar recordar una vez más la escena de la noche anterior. Ya había sido una sorpresa que el kitsune supiera hacer algo más que jugar a baloncesto, pero más aún que ese algo fuera cantar. Decir que se había quedado estupefacto al oírle era poco. Tenía su voz grabada en la mente: fuerte pero débil, suave pero raspada, rota… Y esa canción…

- - - Flashback - - -

I don't know how I got this way
I know it's not alright
So I'm
Breaking the habit
Tonight…

- - - Fin del flashback - - -

Porqué esa canción precisamente, Rukawa? Es tu manera de decirnos que por fin…?

- No te desanimes y sigue practicando – la voz de Ayumi interrumpió sus pensamientos.

- Eh? Ah, claro!

Cuando volvieron a entrar en la casa, oyeron a Rukawa hablar por teléfono en la entrada.

- Sí, estoy mejor… Gracias… No, no hace falta que vengas… Sí, mamá me ha llamado hace un rato… Hasta pronto… Adiós papá.

Cuando hubo colgado, escucharon como subía las escaleras. La señora Anzai salió de la cocina limpiándose las manos con un trapo y al ver a su hija le dijo:

- Ayumi, esta tarde tienes que ayudarme a hacer un buen pastel.

- Eh? Un pastel?

- Hoy es el cumpleaños de Rukawa-kun!

- Ah sí?

- Nani? El zorro cumple años hoy?

- Su madre ha llamado cuando os habéis ido a jugar y nos lo ha dicho. Si no llega a ser por ella, no nos enteramos!

Sakuragi decidió seguir al zorro. Cuando entró en la habitación lo encontró apoyado en la ventana, mirando al cielo.

- No sabía que hoy era tu cumpleaños. Felicidades – dijo Sakuragi cerrando la puerta tras de sí.

- Gracias – contestó sin girarse.

- Porqué le has mentido a tu padre?

Ahora sí que Rukawa se giró y miró al pelirrojo fijamente.

- Cómo dices?

- Porqué le has dicho que no hacía falta que viniera?

- Porque es así. No necesito que venga.

- Vamos Rukawa. Es tu padre, claro que le necesitas – dijo el pelirrojo acercándose un poco al otro chico.

- Te he dicho que no! Mi padre se pasa la mayor parte del año viajando, y ha sido así siempre! Cómo quieres que le necesite, si apenas le conozco?

De pronto parecía muy alterado. Se dio la vuelta de nuevo y Sakuragi se puso a su lado.

- Mi padre murió cuando yo tenía 13 años – dijo con voz apagada.

Rukawa le miró sin decir nada.

- Y siempre me he arrepentido de las cosas que no le dije. Tú aún puedes hacerlo.

Pasaron unos momentos en silencio, hasta que Rukawa habló.

- Qué le pasó?

Sakuragi respiró hondo. Aunque había empezado él, no le gustaba hablar del tema.

- Tuvo un… un ataque al corazón.

- …

- Fue… fue culpa mía. Porqué le cuento esto?

- Eh? Porqué dices que fue culpa tuya?

- Llegué a mi casa y me encontré a mi padre tirado en el suelo… Como el hospital estaba muy cerca decidí ir corriendo a avisar un médico, pero en la calle me esperaban unos tipos con los que me había peleado minutos antes y me retuvieron… - la voz se le quebró y no pudo seguir hablando. Sus ojos se veían húmedos.

Se quedaron en silencio de nuevo. Rukawa estaba confundido al ver así al pelirrojo, y no tenía ni idea de cómo consolarlo.

- Parece que ninguno de los dos somos tan fuertes como pretendemos… – murmuró.

- Jeh… eso parece – murmuró a su vez Sakuragi secándose los ojos con una manga.

Escucharon unos golpes en la puerta.

- Rukawa, Sakuragi, dentro de 10 minutos comemos! – era la voz de la señora Anzai.

- Ups, aún tengo que ducharme! – exclamó el pelirrojo cogiendo ropa para cambiarse.

Rukawa abrió la puerta y le dijo a su anfitriona que enseguida bajarían.

- Dime una cosa, zorro – dijo Sakuragi antes de encaminarse al baño – La canción de ayer… lo que decía la letra… eso de romper el hábito…lo piensas en serio?

Los ojos azules se clavaron en los ojos castaños.

- Sí.

- Me alegro. De verdad.

oooooooooooooooo

Celebraron el cumpleaños de Rukawa después de la cena comiendo pastel y bebiendo sake, aunque esto último sólo lo hicieron los 'mayores'. Sakuragi se fijó que el kitsune estaba aún más nervioso que la noche anterior. Me pregunto cuantos cumpleaños habrá pasado solo.

Después de cenar se retiraron todos a sus habitaciones, pues excepto Rukawa y Takeshi ninguno había dormido desde hacía 48 horas.

Rukawa entró el primero en la habitación y empezó a desvestirse. Cuando se hubo puesto el pijama se dio cuenta de que Sakuragi no se había movido de la puerta.

- Qué sucede?

- Yo… te he comprado un regalo.

- No-no hacía falta – murmuró sorprendido.

- Toma – dijo alargándole la mano. Había un paquetito en ella.

El chico moreno cogió el paquete y lo abrió con cuidado. Era una bandana como la que él llevaba en el brazo izquierdo cuando jugaba, pero de color blanco y con un tribal en negro.

- Lo he comprado en los puestos ambulantes que había cerca del templo de esta mañana, las tiendas estaban cerradas… Sé que ya tienes una, pero me fijé que estaba bastante gastada… Espero que te guste, no se me ocurrió otra cosa…

Rukawa levantó la vista del regalo y sonrió.

- Me gusta mucho. Gracias.

Sakuragi se quedó sin respiración. Por un momento vio en él al niño alegre y risueño que le había mostrado Ayako en el vídeo.

- Qué te pasa ahora? Parece que hayas visto un fantasma – dijo Rukawa de nuevo con la expresión de siempre.

- Eh? No, nada. Me alegro de que te haya gustado.

El pelirrojo ahora sí empezó a desvestirse, sin poder sacarse de la cabeza la imagen de Rukawa sonriendo.

- Cuando has ido a comprarlo? – preguntó Rukawa ya metido en el futón.

- Esta tarde mientras dormías; Ayumi me acompañó.

- …

Sakuragi se metió también en su futón.

- Oye Rukawa…

- …

- Ya sé que ahora estamos en una tregua, pero he pensado que quizás tú y yo podríamos empezar de cero… y ser amigos.

- …

- Rukawa?

Se incorporó un poco y vio que su compañero de habitación ya se había dormido.

Será posible…

oooooooooooooooo

- Preparados? Empezad! – dijo el entrenador Anzai.

Esa mañana los contrincantes no eran Rukawa y Sakuragi, sino que jugaban ellos dos contra Ayumi y Tatsuya. Era la primera vez que los dos chicos jugaban solos contra alguien más, de manera que no les quedaba más remedio que pasarse el balón continuamente. Sin embargo se compenetraban a la perfección, tal y como hicieron en el partido contra el Sannoh.

- Vamos mamá! Vamos papá! – gritaba Takeshi.

Pero Ayumi y Tatsuya no pudieron seguirles el paso. El pelirrojo controlaba todos los rebotes y Rukawa, quien por cierto ya había estrenado la bandana blanca, encestaba desde cualquier posición. El partidillo de veinte minutos acabó con el resultado 34 – 23 favorable a los más jóvenes.

- Uff, estoy reventada! – exclamó Ayumi secándose el sudor de la cara con una toalla – Pero me lo he pasado muy bien. Sois muy buenos.

Su marido, sentado a su lado, no hacía más que resoplar. Rukawa también se veía muy cansado; el único que aún estaba en pie era Sakuragi. Después de descansar unos minutos volvieron a la casa e hicieron turnos para ducharse.

Por la tarde Ayumi y su familia se despidieron, después de prometer que irían a verles en algún partido.

Los días siguientes Rukawa y Sakuragi volvieron a entrenar sólo con la compañía del señor Anzai. El pelirrojo consiguió detener a Rukawa unas cuantas veces sin cometer falta, pero él no consiguió superar al kitsune.

Una mañana que el gordito les dejó solos, dos días antes de que acabaran las vacaciones, Sakuragi abandonó unos minutos el entrenamiento para atender una llamada telefónica.

- Lo siento, era Haruko – dijo al regresar a la cancha.

- No pasa nada.

El pelirrojo cogió la botella de agua para beber un poco. Entonces ocurrió algo increíble que le hizo atragantarse: Rukawa inició una conversación.

- Cuanto tiempo lleváis juntos?

- Cof cof… Cuatro meses. Porqué lo preguntas?

- Por nada.

Sakuragi le miró con curiosidad.

- Tú has tenido novia alguna vez? – preguntó.

- No.

- Yo tampoco… hasta ahora. De hecho mis amigos me conocen como el eterno rechazado.

- El eterno rechazado?

- Sí… por la cantidad de chicas que me rechazaron en la secundaria baja.

- Fueron muchas?

- Bastantes…

- Entiendo.

- Tú te has declarado alguna vez a una chica?

- No.

- Qué tontería te acabo de preguntar.

Rukawa le miró con cara de no entender.

- Porqué? – preguntó.

- Bueno, si no has tenido novia es evidente que es porque nunca te has declarado, ya que cualquier chica a la que le pidieras para salir seguro que te diría que sí.

- …

- Nunca te ha gustado una chica?

- No.

- Y las chicas que se te han declarado a ti? Seguro que han sido bastantes… Porqué no has querido salir con ninguna?

- Porque no me gustan las chicas que creen estar enamoradas de alguien al que ni siquiera conocen…

Exactamente lo que me dijo Haruko…, pensó Sakuragi.

- Pero es que tú no te dejas conocer… - murmuró el pelirrojo.

- Puede…

- Aunque creo que yo empiezo a conocerte un poquito.

- No pienso salir contigo, doa'ho – dijo Rukawa muy serio.

Sakuragi no pudo evitar reírse.

- Aunque a mí también me gustaría que fuéramos amigos… - continuó el kitsune.

El número 10 del Shohoku dejó de reír de inmediato. También?

- Teme! – exclamó – No estabas dormido!

- No…

Rukawa miraba el suelo. Desde que esa noche oyó al pelirrojo hablar sobre ser amigos no había pensado en otra cosa. Nunca había tenido un verdadero amigo. Era posible que él y el doa'ho, después de tantos meses de peleas, insultos y rencores, hicieran finalmente las paces? No conocía del todo la respuesta, pero de una cosa estaba seguro: quería intentarlo.

Levantó la vista al observar la mano de Sakuragi delante suya.

- Bien, entonces a partir de hoy puedes llamarme Hanamichi – dijo el pelirrojo muy sonriente.

- Y tú a mí Kaede – dijo Rukawa devolviéndole la sonrisa y estrechándole la mano.

oooooooooooooooo

El trayecto de vuelta se hizo muy corto. Al llegar a la casa de Rukawa, Sakuragi se ofreció a llevarle su bolsa hasta la puerta. El moreno no se opuso puesto que sabía que era una excusa para despedirse sin que estuvieran delante los Anzai.

- Se acabaron las vacaciones – dijo Sakuragi dejando la bolsa en la entrada de la casa.

- Sí…

- La verdad es que me lo he pasado muy bien, sobretodo estos últimos días.

- Yo también.

- Almorzamos juntos mañana?

- Eh?

- Es lo que hacen los amigos.

- Pero tú siempre almuerzas con Haruko y tu gundam.

- Y a partir de mañana también contigo.

- No sé…

- Nada de 'no sé'. Mañana a la hora del almuerzo en la cafetería. Y mira de no atropellarme al llegar con la bicicleta!

- Doa'ho… eres tú el que siempre se pone en mi camino.

Rukawa se quedó mirando a Sakuragi hasta que entró en el coche. Luego cerró la puerta, cogió la bolsa y subió a su habitación. Después bajó de nuevo al salón y se detuvo frente al teléfono. Descolgó y empezó a marcar.

- Papá…? Sí, soy yo… Regular… Verás, me gustaría… si es posible… que pasaras más tiempo en casa… No, no estoy bien, papá… Estoy… estoy cansado de estar solo…

Fin (de la primera parte)

oooooooooooooooo

N/A: pues aquí termina la primera parte… que les pareció? Les gustó la manera en que se hicieron amigos o demasiado dramático?

Al final he decidido que publicaré la segunda parte a continuación, así que le cambiaré el título y listos. Pero antes de ponerme con ella terminaré 'Boulevard of Broken Dreams' y quizás empiece otro fic, porque se me ocurrió otra idea y quiero empezar a darle forma.

Muchas gracias a kaehana9, Bubley, Nikie, tincgana, Balucita, Elena, Abuelitnt, Oruha Shikijou y Sabrina.

Muchos besos

Khira-chan