Kodoku (Vol II)

Capítulo 15

Al ser el Shohoku uno de los cuatro mejores equipos ese año sólo tenía que ganar un partido para clasificarse de nuevo para las finales. El desafortunado equipo que tuvo que enfrentarse a ellos fue el Takezono, al que ganaron por una diferencia de 34 puntos.

Los cuatro finalistas fueron de nuevo el Shohoku, el Ryonan, el Kainan y el Takezato. Shohoku ganó sus tres partidos y se clasificó en primer lugar para el campeonato nacional, el Ryonan ganó al Kainan y al Takezato y se clasificó como segundo. El Kainan, sin Shinichi Maki, se quedó sin campeonato nacional por primera vez en 17 años.

Una vez ya en el campeonato nacional, la distribución de partidos les fue bastante favorable. El Ryonan no tuvo la misma suerte y perdió en la primera ronda contra el Meihou. Los del Shohoku en cambio no tuvieron un rival realmente difícil hasta la semifinal, donde se enfrentaron contra el Aiwa. Ganaron, aunque con mucha dificultad, y así se vengaron por la eliminación en el torneo anterior. La final fue contra el Sannoh, y la perdieron por una diferencia de 3 puntos.

El equipo regresó a Kanagawa muy abatido, sobretodo los jugadores de tercer año, el que más Ryota. Incluso Sakuragi estuvo unos días triste porque se quedó muy cerca de ser el mejor reboteador del torneo, pero quedó tercero. Rukawa estuvo también muy cerca de ser el mvp, pero le arrebató el puesto Sawakita.

Y sin embargo, para Kaede Rukawa aquel estaba siendo el mejor verano de su vida.

Por ejemplo aquel día había sido fantástico. Habían ido todos los del equipo juntos a la playa, incluso se habían apuntado Akagi, Kogure y Mitsui, que hacía meses que no los veían, y por supuesto Sae.

Las tres chicas, Ayako, Haruko y Sae, dejaron sus cosas en la arena juntas y empezaron a desvestirse hasta quedar en bikini, ante la deseosa mirada de Ryota, Sakuragi y Rukawa respectivamente, y por extensión de todos los jugadores del Shohoku.

- Ey tú! Qué miras? – preguntó Sakuragi con cara de mala leche al pobre Yasuda.

- Eh… yo… nada… - dijo su sempai antes de desaparecer detrás de Kakuta.

- Hanamichi! Me pones crema? – se oyó la voz dulce de Haruko.

- Claro que sí, mi amor! – exclamó el pelirrojo antes de ir corriendo hacia ella.

- Y tú, Ayako? Quieres que te ponga crema? – preguntó ansioso Ryota.

- No, gracias – respondió la mánager ante la desilusionada mirada del chico bajo – Ya me he puesto en casa.

- Oh, bueno…

- Pero si quieres que te ponga yo a ti…

A Ryota se le iluminó la cara de nuevo.

- Claro que sí, Aya-chan!

Rukawa mientras extendía su toalla junto a la de su novia y después se sentó en ella. Era el único que aún no se había quitado la camiseta.

- No te quitas la camiseta? – preguntó Sae.

- Ehm… no…

- Por qué no? No vas a nadar?

- No lo creo…

- Oh venga no seas así… - se quejó divertida.

Sae se medio abalanzó sobre el chico de ojos azules en un vano intento de despojarle de la prenda. Forcejearon en broma durante unos segundos hasta que se detuvieron al escuchar la voz de Sakuragi.

- Quieres que te ayude, Sae? – preguntó con una sonrisa malvada.

- Ni se te ocurra, do'aho – le avisó Rukawa.

- Chicos, ayudadme! – gritó el número 10 del Shohoku.

- Qué!

Al momento entre Akagi, Mitsui, Ryota y Sakuragi cogieron y levantaron a Rukawa de su toalla, quien se resistió inútilmente, y se lo llevaron al agua, donde le dejaron caer de golpe.

- Me las vais a pagar! – exclamó un zorro empapado sacando su cabecita del agua.

Todos se echaron a reír, al final incluso Rukawa.

- Ey, chicos, jugamos? – preguntó Kogure entrando en el agua con un balón de volley playa.

- Claro! Mirad, ahora la red está libre – dijo Mitsui.

Salieron del agua y todos los que se apuntaron se fueron hacia la red. Rukawa al pasar junto a las chicas se quitó la mojada camiseta y la dejó encima de su toalla junto a Sae, que le dijo en voz muy baja 'Que bueno que estás', con lo que se puso rojo como la grana.

- Los hombres no saben vivir sin una pelota – comentó Ayako observándolos desde la arena.

- Qué razón tienes – murmuraron a la vez Haruko y Sae.

Una media hora después los chicos terminaron el partidillo y volvieron a las toallas, donde tres de ellos se dieron cuenta muy enfadados de que sus chicas no estaban solas.

- Venga, venid a tomaros algo con nosotros – les decía un chico con los cabellos teñidos de rubio.

- Nosotros invitamos – añadió otro con unas gafas de sol pastilleras.

- A lo que queráis… - dijo el tercero, uno con un bañador naranja fosforescente.

Ayako iba a contestar por cuarta vez que no cuando frente a ellas se situaron Ryota, Rukawa y Sakuragi con cara de pocos amigos.

- Largaos – ordenó el chico más bajo, que a pesar de eso era el que más miedo daba.

Los tres pesados le miraron un momento y luego levantaron la cabeza para ver las expresiones furiosas de un chico pelirrojo y otro de ojos azules, ambos de casi metro noventa, y luego desaparecieron sin decir ni media palabra.

- No se os puede dejar solas – se quejó Sakuragi.

- Por que somos las más guapas de la playa – dijo Ayako divertida.

- Eso es cierto… - convino Ryota mirándola enamorado.

Ayako se levantó y sorprendentemente para todos cogió la mano de su capitán.

- Y si me invitas tú a un helado?

- Cla-claro – tartamudeó feliz.

La quizás futura pareja se alejó de ellos en dirección a un chiringuito. Sae sacó un bote de crema solar y le indicó a Rukawa con un gesto que se sentara a su lado. Rukawa obedeció y al momento sintió las cálidas manos de su chica esparciéndole la fría crema en la espalda.

- Con la piel tan blanca que tienes te vas a quemar si no.

Rukawa no rechistó. Cualquier excusa era buena para dejar que su novia le 'metiera mano'.

- Nosotros nos vamos a nadar! – exclamó Sakuragi señalándose a él y a Haruko.

- Ok, nosotros iremos dentro de un rato – dijo la chica de ojos verdes.

Una vez juntos y solos en el agua Haruko y Sakuragi aprovecharon para jugar un poco…

- Ey… - exclamó el pelirrojo al sentir la mano de su chica acariciándole por encima del bañador – Que hay mucha gente…

- Pero bajo el agua no nos ven – dijo ella divertida.

De pronto vieron que desde la orilla sus amigos les llamaban, y distinguieron junto a ellos había varios miembros de Ryonan.

- Mira, es Sendoh! Y Koshino, y Fukuda… vamos a saludarlos!

Sakuragi observó a su chica empezar a caminar hacia la orilla y luego miró hacia abajo desesperado distinguiendo un bulto en su bañador.

- Mierda! Que yo ahora no puedo salir del aguaaaa!

oooooooooooooooo

Por la tarde Rukawa y Sae volvían caminando de la playa a paso lento y cogidos de la mano.

- Lástima que se esté acabando… - comentó Rukawa.

- El qué? – preguntó Sae.

- El verano…

- Sí…

Al llegar a la casa de la chica se detuvieron y Rukawa se agachó un poco para despedirla con un beso, pero ella le detuvo.

- No tenemos porqué despedirnos aún – le dijo – Quieres pasar a tomar algo?

- Eh… un poco de agua estaría bien.

Sae sacó las llaves y abrió primero la puerta del jardín y luego la de la casa. En la entrada se descalzaron y dejaron las bolsas y después se dirigieron a la cocina, donde bebieron dos vasos de agua fresca.

- Y tu madre? – preguntó Rukawa mientras dejaba el vaso en el fregadero.

- Ha salido a cenar con una amiga – contestó - Bueno, yo creo que con un amigo – añadió riendo.

- No te molesta?

- Que va, para nada. A ti te molestaría que tu padre saliera con una mujer?

- … - el chico moreno se quedó pensativo un momento – No, supongo que no.

De pronto Sae se acercó y le besó, introduciendo las manos por debajo de la camiseta y acariciándole. Rukawa la abrazó enseguida y le respondió el beso haciéndolo más profundo. Pasaron pocos segundos hasta que empezó a excitarse, y aunque sabía que su chica lo notaría no se separó. De hecho hacía tiempo que no lo hacía, pues ya se tenían bastante confianza.

- Mmm… - gimió quedamente en su oído cuando Sae comenzó a besarle el cuello – Me vuelves loco…

- Demuéstramelo…

- Uh?

- Demuéstramelo – repitió ella acariciando tímidamente su sexo por encima del bañador, provocando un sonoro gemido.

Rukawa sorprendido abrió los ojos que había cerrado al notar el contacto y la miró inquisitivo. El corazón le empezaba a latir con fuerza.

- Quieres… quieres hacerlo? – preguntó en voz baja.

- Sí – respondió Sae sin dudar.

- Pero… no tengo.

- Yo sí – Rukawa levantó un poco la ceja interrogante, y ella añadió divertida – Bueno, en realidad son de mi madre. Ya te he dicho que no me creo que haya salido a cenar con una amiga.

- Qué? – exclamó – Vas a quitarle un preservativo a tu madre?

- Sí.

- Y si se da cuenta?

- Pues se alegrará de saber que lo he utilizado.

- Y yo con que cara la miro la próxima vez que la vea?

- Con cara de niño bueno, como siempre! – rió Sae.

- …

Sae le cogió de la mano y le guió fuera de la cocina. Subieron las escaleras en dirección a su dormitorio, pero antes Sae entró en el de su madre y volvió con un cuadradito verde que dejó en la mesilla. Se volvió hacia Rukawa y de repente los nervios se apoderaron de ella.

Rukawa vio preocupado como su novia se quedaba estática y con algo de miedo en los ojos. Se acercó a ella y le acarició suavemente el rostro mientras le rodeaba la cintura con un brazo, abrazándola.

- Estás segura? – preguntó. Ella sólo asintió.

Él también estaba muy nervioso, no era para menos, aquella iba a ser también su primera vez. Pero al ver a Sae así de angustiada se sintió con el deber de tomar las riendas de la situación, de manera que con cuidado la tumbó sobre la cama y se colocó encima suya para besarla hasta que notó que empezaba a relajarse.

Definitivamente aquel estaba siendo el mejor verano de su vida.

Fin (de la segunda parte)

oooooooooooooooo

N/A: Primero de todo, disculparme por la gran demora con el último capítulo (epílogo) de esta historia. Eso me pasa por empezar otras historias antes de acabar las que tengo pendientes, pero que mi gusto por el yaoi se convirtiera en una auténtica adicción era algo que no tenía previsto. Y segundo, informar del cambio de planes: no voy a escribir dicho epílogo, sino una continuación, es decir, un Kodoku vol 3. Por fin se me ocurrió una idea para escribir otro fic no yaoi y enseguida me di cuenta de que podía aprovechar este fic como precuela. Aunque en vista del gran nivel de los fics no yaoi que están publicándose ahora en esta página me de un poco de reparo al releer el mío; lo único que puedo decir en mi favor es que esta fue la segunda historia que escribí y que desde entonces espero haber mejorado al menos un poco. Pero un requisito indispensable para continuarla era editar este último capítulo, no porque no encajara con la continuación (todo lo contrario XD), sino por la manía personal que le he cogido a la escena que he borrado, el lemon. No lo sé explicar, es sólo que me parece completamente fuera de lugar. Si les parece muy mal me lo hacen saber y lo dejaré como estaba.

Besos y hasta pronto

Khira