Kodoku (Vol III)
Por Khira
Capítulo 16
En el gimnasio del Shohoku, el capitán del equipo de baloncesto paseaba nervioso de una esquina a otra. El curso escolar estaba a punto de terminar y con él su época de instituto, y Ryota aún no había elegido a su sucesor.
Hanamichi o Rukawa, ese era su gran dilema.
Si bien cuando volvió al equipo después de su pelea con Mitsui, Ryota casi se echó a reír en la cara del pelirrojo cuando este le dijo que él sería el próximo capitán, en ese momento tenía que reconocer que se había convertido en uno de los mejores candidatos. Hanamichi, con su inagotable vitalidad, su gran fuerza de voluntad, y su capacidad de sobreponerse a cualquier situación, tenía casi todas las papeletas para lograr ser un gran capitán. Sin embargo, su carácter explosivo y peleón, eran un gran problema a tener en cuenta.
Por otro lado, Rukawa era más serio y más difícil de provocar, pero también demasiado poco hablador. Y en la cancha, al igual que el pelirrojo, nunca se rendía, y tal como dijo el entrenador Anzai en su día, tenía una fuerza explosiva y determinación para ganar, pero en cambio en la vida real el chico de aspecto zorruno era muy inestable, tal y como había quedado al descubierto hacía poco más de un año.
Y si los comparaba deportivamente, ambos estaban prácticamente al mismo nivel, cosa que Rukawa no llevaba nada bien; quizás el número 11 del Shohoku era aún era superior en técnica, pero Hanamichi le superaba con creces en el aspecto físico.
Y para colmo, el entrenador Anzai había relegado completamente en él la decisión.
Quién sería mejor capitán?, se preguntó por enésima vez.
Un pequeño ruido le sobresaltó y se dio la vuelta, era su adorada Ayako que había entrado y se acercaba a él muy sonriente.
- Hola, Ryota! – saludó la chica.
- Hola Ayako.
- Has llegado muy temprano – comentó – Es porque es tu última semana como entrenador?
Ryota no contestó, sólo se limitó a observar el gimnasio con aires de nostalgia.
- Echaré mucho de menos este sitio… - murmuró.
- Yo también… - dijo Ayako.
- Si no fuera porque sé que tú también estarás en la universidad de Kanagawa… creo que me pondría a llorar…
- Ryota… - la chica intentó contenerse la risa, al mismo tiempo que miraba a su novio con cariño – Ya estás llorando…
- Es que no puedo evitarlo… - sollozó cómicamente.
- Ven aquí…
Ayako le abrazó y se quedaron así unos minutos hasta que el chico del pendiente se calmó.
- Y bien, ya lo has decidido? – preguntó la chica de rizos conociendo el dilema que le atormentaba.
- Aún no… - respondió Ryota – Es muy difícil, y tengo mucho miedo a equivocarme…
- Si el entrenador Anzai te dio la responsabilidad, es porque sabe que elegirás bien.
- Tú crees?
- Estoy segura.
- Gracias Aya-chan…
xXx
En los vestuarios, casi como cada día, Sakuragi y Rukawa eran los últimos en cambiarse. El pelirrojo seguía siendo tal, llevaba desde los doce años tiñéndose el pelo de ese color, y aunque ya no se dejaba el pelo tan largo como en primer curso de secundaria alta, sí lo suficiente para que le cayeran un par de flecos sobre la frente. Quien sí llevaba el pelo bastante largo, que casi le alcanzaba para hacerse una coleta, era Rukawa. Por lo demás apenas habían cambiado físicamente, Sakuragi había superado el metro noventa por dos centímetros y Rukawa se había quedado en el metro noventa justos.
- Esta tarde después del entrenamiento, Haruko, yo y los chicos iremos a tomar unos helados en Danny's, os venís? – preguntó Sakuragi, refiriéndose a Rukawa y a Sae, mientras se ponía la camiseta.
- No, no creo… - murmuró Rukawa, de pie junto a la puerta, esperando a su amigo.
- Por qué no? – preguntó el pelirrojo – No os apetece?
- No es eso, es que tengo que estudiar… - respondió vagamente.
- Pero si ya hemos terminado los exámenes…
- Es de una optativa…
- Ah, ok. Bueno, pues otro día.
- Sí, otro día…
Era cierto que a Rukawa aún le quedaba un examen a pesar de ir al mismo salón que Hanamichi, sin embargo no era esa la razón por la que no quisiera quedar con él y los demás. La verdadera razón era que quería quedar con Sae a solas, necesitaba hablar con ella.
Hacía dos semanas que le esquivaba.
Si la veía por los pasillos, le decía que tenía prisa. Si la iba a buscar a su clase, que ahora no podía hablar. Cuando almorzaban juntos, apenas le dirigía la palabra ni le miraba a la cara. Y si la llamaba a casa, su madre decía que no estaba o que no se podía poner.
Rukawa ya no sabía que hacer ni que pensar. Lo único que se le ocurría era que Sae quería cortar y no sabía como decírselo; pero por otro lado, llevaban casi un año saliendo, la conocía y no la creía tan cobarde.
Pero y si es eso? Y si realmente quiere que lo dejemos?, se preguntó a la vez que sentía un agudo dolor en el pecho.
Bueno, si es eso, al menos ya no tendré que preocuparme de si se querrá venir a estudiar conmigo en Estados Unidos cuando terminemos el instituto…, pensó intentando hacer de tripas corazón, pero sin éxito.
Mientras se subía los shorts, Sakuragi miraba de reojo el gesto ausente de Rukawa, convencido de que algo le pasaba. Pero si Kaede de momento no se lo quería contar, tendría que esperar, conocía ya muy bien al kitsune y si lo atosigaba a preguntas lo único que conseguiría era que se pusiera a la defensiva o incluso que se pelearan.
- Ya estoy, vamos.
Salieron de los vestuarios y se encaminaron al gimnasio. Nada más entrar recibieron sendos abanicazos de Ayako por llegar tarde, pero estaban tan acostumbrados que casi ni se inmutaron.
- Sabes, Ayako, creo que echaré de menos incluso tus abanicazos – rió Sakuragi sobándose la nuca.
- Muy gracioso – dijo Ayako devolviéndole la sonrisa.
- No te preocupes, que ya te los daré yo – se burló Haruko uniéndose a la broma.
Haruko se había vuelto a dejar el pelo muy largo, y para su suerte había crecido bastantes centímetros, aunque seguía siendo mucho más bajita que su novio.
- No gracias, que tú pegas más fuerte! – exclamó el tensai.
Todos se echaron a reír por lo inverosímil que resultaba que el enorme pelirrojo tuviera miedo de la pequeña Haruko, excepto Rukawa, que seguía perdido en su mundo. Echó un vistazo alrededor del gimnasio preguntándose si Sae vendría a buscarlo cuando terminara su propia práctica, la cual solía acabar una media hora más temprano, pero sabía de antemano que no sería así.
Haruko dejó de reír cuando se fijó en la expresión triste de Rukawa, y supuso a que se debía. Ella era la única que conocía los motivos del alejamiento de Sae hacia él, pero había jurado y perjurado a su mejor amiga que no diría una palabra, ni siquiera a Hanamichi.
xXx
El entrenamiento terminó un poco más temprano que de costumbre. Todos se encaminaron hacia las duchas excepto Sakuragi y Rukawa, que se detuvieron al escuchar la voz de su capitán.
- Hanamichi, Rukawa, esperad. Tengo que hablar con vosotros – dijo Ryota.
Los aludidos se acercaron a él en silencio, con una ligera sospecha de lo que quería el chico del pendiente. Era extraño que no hubiera hablado con ellos antes, pero ninguno de los dos se había atrevido a sacar el tema.
Por sus caras Ryota supuso que ambos sabían de lo que quería hablarles. Y eso era, pues antes del entrenamiento había hablado largo rato con Ayako y ella le había ayudado a tomar una decisión.
- Bueno chicos, no voy a andarme con rodeos – empezó cuando estuvieron a su lado – Como sabéis esta es mi última semana como capitán, y el entrenador Anzai decidió que fuera yo el que eligiera a mi sucesor en el cargo.
Los dos chicos más altos se limitaron a asentir, uno de ellos estaba expectante, el otro en cambio creía saber cuál sería la decisión de Miyagi.
Ryota no quería alargar el momento y lo soltó tal cual.
- He decidido que tú, Hanamichi, seas el capitán, y tú, Rukawa, el sub-capitán.
Sakuragi al principio abrió los ojos como platos, pero enseguida su carácter salió a la superficie.
- WAHAHAHAHA! Ya sabía yo que el genio Hanamichi Sakuragi llegaría a capitán! Llevaré al Shohoku a la victoria! A que sí, zorr…o?
Dejó de reír inmediatamente al ver la expresión de Rukawa.
- Es una broma, no? – dijo este fríamente.
Los otros dos se le quedaron mirando sorprendidos.
- No, no es ninguna broma – repuso Ryota con calma, aunque lo cierto es que no se esperaba una reacción tan adversa – Si lo prefieres puedo explicarte las razones que me han llevado a tomar esta decisi…
- No hace falta que me expliques nada, es evidente el porqué le has elegido a él – interrumpió.
- Y por qué, según tú? – preguntó el capitán.
- Porque sois amigos. Por eso le has elegido.
Ryota abrió los ojos como platos. Sakuragi por su parte seguía alucinando que el que estuviera hablando fuera Kaede.
- Me estás acusando de favoritismo? – preguntó Ryota empezando a enfadarse también.
- No te estoy acusando de nada, pero eso es lo que pienso. Y si Sakuragi va a ser el capitán, ya te estás buscando otro sub-capitán, porque yo no pienso serlo.
Y dicho esto, Rukawa se dio media vuelta y empezó a caminar hacia las duchas.
No se lo podía creer. Para él, que Miyagi hubiera elegido a Hanamichi como capitán era la prueba de algo que llevaba temiendo desde hace mucho, que el pelirrojo le había superado en el básquet.
Pero eso, a Rukawa, le era absolutamente inconcebible.
Sakuragi, recuperado de la impresión de escuchar como uno de sus mejores amigos le menospreciaba delante de Ryota, se despidió de él con un escueto 'Gracias, Ryo-chin', y salió en busca del kitsune.
Le encontró ya con el chándal puesto, pues no quería quedarse ni a ducharse.
- Se puede saber que mosca te ha picado! – preguntó Sakuragi bastante molesto.
- Ninguna – contestó Rukawa mientras se echaba la mochila al hombro y se disponía a salir, pero el brazo del pelirrojo le detuvo.
- Crees que no seré un buen capitán? – inquirió intentando disimular lo mucho que le dolería una respuesta afirmativa por su parte.
- Lo que creo – respondió sin girarse – Es que yo sería mejor capitán que tú.
Se soltó del pelirrojo y salió. Una vez afuera del gimnasio, paseo la mirada inútilmente para ver si veía a Sae, pero nada.
Pues mejor, pensó cada vez más cabreado. Si esto es lo que quieres, adelante. Porque yo me voy a Estados Unidos: lo que tendría que haber hecho hace tiempo.
xXx
Lo que Rukawa no sabía, era que ese día Sae se había saltado el entrenamiento del equipo de baloncesto femenino. La chica de ojos verdes paseaba nerviosa por la calle pensando que hacer si se confirmaban sus sospechas hasta que llegó a su destino.
Qué voy a hacer? Qué haré?, se repetía una y otra vez, hasta que se dijo a si misma que no arreglaría nada quedándose parada en medio de la acera, así que inspiró hondo y entró en la farmacia.
Unos diez minutos más tarde ya estaba en casa. Nada más entrar se encerró en el baño de la planta piso. Faltaban aún unos tres cuartos de hora para que su madre llegara de trabajar, pero decidió acabar cuanto antes. El corazón le latía tan fuerte en el pecho que incluso dolía. No recordaba ningún otro momento en su vida en que estuviera tan nerviosa y aterrada.
Se sentó en el inodoro y abrió el paquetito que había comprado en la farmacia. Primero leyó atentamente las instrucciones, aunque la cosa no era muy complicada.
Si el circulito se quedaba en blanco, era que no. Una ralla azul, era que sí.
Bueno, pues vamos allá.
Siguió las instrucciones y esperó el minuto que indicaba.
Miró el circulito, y se echó a llorar.
N/A: Hola, pues aquí estoy por fin con esta tercera parte… Supongo que se ve por donde irán los tiros, no? Les atrae la idea o mejor lo dejo y me dedico de pleno al yaoi XD?
Aviso desde ya que al principio me tardaré un poco en subir los siguientes, pero en cuanto acabe unos trabajos pendientes me pondré a ello en serio.
Paso a contestar reviews:
Elena: sí, lo siento, debería haber puesto la nota al principio, pero la costumbre… XD
Abuelitnt: hola! no sé por qué pero intuía que a ti también te gustaría más que quitara el lemon. Y tus primeros capítulos son igual de buenos, solo que más cortos; el songfic no lo he leído porque no tengo ni idea de que va la serie XD. Esperó que te guste esta tercera parte. Besos y gracias por el review:
Celine: y a mi me gustan las relaciones chico-chica, pero de verdad que no me atrevía a seguir la historia dejando ese lemon, le cogí manía, para mi que sobraba, sobretodo tan explícito. Pero bueno siempre estoy a tiempo de volverlo a cambiar. Muchas gracias por el review.
Paulikun: muchas gracias por tu comentario, la verdad es que me encanta dar razones del carácter tan frío de Rukawa ya que en el manga no se dan. Cuídate tú también, besos.
Nae Toyama: hola! la verdad ha sido un milagro que me haya podido poner, tengo un montón de trabajos de la universidad T.T Pero hace unos días faltó un profesor y aproveché para darle forma a la historia y plantear el primer capítulo, después sólo fue pasarlo al ordenador. Espero no tardarme demasiado con el siguiente, pero me temo que podría pasar.
Besos desde Mallorca
Khira
