Hola, a ver, primero que nada, sé que os prometí el bonus hace un par de días, pero no he podido subirlo hasta ahora y aún así… ocurre que he pillado una gripe que me ha tenido en cama desde el miércoles por la noche hasta ahora que todavía la tengo y al paso que voy creo que me queda para un par de días más, por eso os pido un poco de paciencia para el proximo capitulo, porque como comprendereis no puedo estar con 40 de fiebre y escribiendo, lo entendeis, cierto? Bueno, os dejo con un bonus, espero que os guste.
Aps y por cierto he leido todos vuestros reviews y todos me han gustado mucho, gracias! Os lo agradeceré debidamente cuando esté en plenas facultades. Un besito; nos leemos pronto :D
LA PRIMERA CITA…PARA DRACO
Miró el reloj por tercera vez consecutiva. Marcaban las diez. Resopló y volvió su vista hacia el pergamino que tenía delante con el título del ensayo Procedimiento del siglo XV para detectar poderes que el profesor Binns les había dejado el día anterior y que ella había redactado pero no se había quedado satisfecha por lo que ahora, un sábado, volvía a estar en biblioteca con un pergamino limpio.
Harry y Ron la habían llamado aburrida y otras cosas iguales, eso sí, siempre con aquellas sonrisas encantadoras; y a pesar de que Ginny con una mirada había conseguido que Harry dejara de molestarla Ron seguía sonriéndole de aquella forma tan simple y burlona que sólo alguien como él sería capaz de conseguir. Claro que en cuanto le hubo amenazado con no ayudarlo en su próxima tarea de pociones, Ron la había mirado con carita de cachorro abandonado y le había pedido perdón ante la divertida mirada de su amigo y la de Ginny. Los tres se habían marchado camino a los carruajes que los llevarían directamente a Hogsmade mientras que ella había tomado el camino a la biblioteca.
Pero ahora que estaba allí sentada mirando el reloj, se sentía estúpidamente nerviosa. Se pasó una mano por el pelo y llevó un mechón detrás de la oreja. ¿Por qué estaba nerviosa? Desdobló la nota que llevaba en el bolsillo de la túnica y la leyó "no lo olvides… te quiero"
¿Draco escribiéndole una nota diciéndole que la quería? Y evidentemente recordaba a Draco pidiéndole, bueno, más bien exigiéndole, una cita a Hogsmade… ese era el día. Miró el reloj de nuevo. Las diez y dos minutos. Y esa era la hora.
Era una broma. Estaba segura de que se trataba de una estúpida broma de esa serpiente rubia; después de todo, seguía siendo Draco ¿no?
-¿Desde cuándo lo llamas Draco idiota? –se dijo a sí misma en un susurro.
Bueno, ya no la insultaba, ni tampoco la ignoraba, incluso habían hablado un par de veces desde lo ocurrido en la biblioteca, y habían hablado de verdad, manteniendo una conversación decente, bueno, sí, no había durado más que un par de minutos, pero había sido una conversación decente después de seis años de insultos, tampoco podía pretender que de buenas a primera se contaran todos sus secretos.
Secretos… Ella conocía su peor secreto. Había visto la marca tenebrosa en el brazo de Draco pero también había visto en su alma que él no lo deseaba. Le atraía. No podía negarlo.
Centró de nuevo la mirada en sus libros. Concentración. Tenía que concentrarse. Lo de la cita había sido una broma. Sólo eso. Menta. Olía a menta.
-¡Por fin te encuentro! –exclamó en un susurro el chico sentándose a su lado a horcajadas sobre el banco, a su lado-. Sabía que te encontraría aquí. ¿Nos vamos?
Hermione lo miró.
-¿Malfoy? ¿Qué haces aquí? ¿Y que es eso de que nos vamos? ¿Dónde se supone que tenemos que irnos?
Draco enarcó una de sus cejas y le sonrió.
-¿Tú que crees? Sí, soy Malfoy aunque te agradecería que me llamaras Draco ¿sabes? Últimamente no me gusta mucho mi apellido, ya sabes, el pequeño problema de mi brazo…. –añadió en tono confidencial y levantando otro dedo siguió hablando-, es obvio que estoy aquí porque te estaba buscando; te esperaba en el vestíbulo pero después de mi cuenta de que seguramente pensarías que era una broma y decidí venir a buscarte; tercero –añadió otro dedo a los ya levantados-, si no recuerdo mal te pedí una cita que estaba planeada para hoy y –levantó otro dedo más-, es una sorpresa, así que vamos.
-No voy a salir contigo –le respondió Hermione en un tono un poco más alto que el que la señora Pince podía permitir.La chica enrojeció cuando la mujer la miró de forma reprobatoria. Draco sonrió y la miró mientras ella enrojecía.-¿Y tú por qué sonríes?
-Estabas leyendo mi nota… -le susurró él señalando la nota que estaba encima de la mesa. Draco tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reír; si Hermione se había sonrojado, ahora lo estaba mucho más-. Vamos… sólo una cita… sólo una y luego te dejo tranquila…
-No –le contestó ella guardando la nota en la mochila y mirando a sus libros de nuevo.
Draco se encogió de hombros y se levantó; cosa que a Hermione le hubiese parecido estupendo si no fuera porque la sonrisa que llevaba el chico no presagiaba nada bueno. Había acertado, odiaba cuando acertaba en aquel tipo de cosas. Draco se había levantado de su lado sí, para rodear la mesa y sentarse justo delante de ella. Observó como el muchacho apoyaba los codos en la mesa y dejaba caer su cabeza sobre las manos sujetando su mentón.
-¿Y ahora qué haces?
-Te miro –contestó él firmemente y seguro.
-¿Vas a pasarte ahí todo el rato? –preguntó ella nerviosa.
-Claro… -asintió él sonriendo-… yo quiero una cita contigo, tú no quieres salir de aquí, bien, entonces tú te quedas estudiando aquí y yo me siento aquí y te miro –le contestó con gran tranquilidad-. Cuando quieras salir estaré aquí y podremos salir de verdad.
Hermione rodó los ojos y no dijo nada; se limitó a volver la vista sobre su pergamino. Lo notaba. Notaba la mirada de Draco encima de ella; casi podía verlo sonreír de aquella forma tan atrevida que tenía. Suspiró.
-¿En qué estás trabajando? –le preguntó él.
-Historia de la magia –contestó ella tajante.
Draco frunció el ceño en un gesto infantil.
-¿Historia de la magia? ¿Me estoy perdiendo una cita contigo por un trabajo de historia de la magia?
-Sí. Y no te estás perdiendo una cita conmigo. Yo no quiero salir contigo.
-Cierto, lo olvidé –se encogió de hombros y retomó su trabajo de mirarla, sonriendo complacido cuando la chica resopló.
-Espera, Pansy me dijo que te había visto aquí ayer haciendo un trabajo de historia de la magia… -dijo Draco disfrutando de ver como la chica lo miraba de forma amenazadora.
-¿Ahora envías a alguien a que me espíe? –preguntó Hermione con los ojos entrecerrados.
-No, generalmente lo hago yo mismo, pero ayer estaba ocupado –dijo despreocupadamente-, tenía que ayudar al profesor Snape a coger algunos ingredientes del Bosque Oscuro.
-No te he pedido explicaciones Malfoy –dijo ella. Miró el reloj. Volvió a su trabajo.
-Bueno, de todos modos no has contestado ¿es el trabajo que ayer te vio Pansy hacer?
-Si te contesto, ¿me dejarás tranquila? –Draco sonrió y asintió-. Sí, es el trabajo que Parkinson me vio hacer ayer.
-Oh.- Sacó de su bolsillo un caramelo y se lo ofreció-. ¿Quieres?
Quizá fue más para callarlo que para otra cosa, pero Hermione lo aceptó y le sonrió antes de volver a mirar a su pergamino. Se concentró. Necesitaba una buena oración para iniciar aquel ensayo. Las palabras volaban en su mente, sólo tenía que encontrar las adecuadas y entonces…
-¿Y por qué lo estás haciendo hoy si ya lo hiciste ayer?
Hermione fulminó a Malfoy con la mirada insultándose mentalmente por haber considerado siquiera un segundo en llamarlo Draco, porque sí, lo había llegado a considerar, después de todo, no sería tan malo ¿no? Pues estaba descubriendo que sí lo era.
-Porque no me gustó como quedó el de ayer –le contestó controlándose por no gritar.
-¿Y por qué no? –preguntó de nuevo Draco sonriendo.
-Has dicho que me dejarías tranquila, Malfoy… -lo miró-… así que cumple con tu parte del trato.
-Está bien… tampoco hay que ponerse así… De todas formas no sé por qué lo repites, el tuyo va a ser el mejor de la clase y sacaras un excelente como siempre.
-No siempre saco excelentes –le replicó ella casi sin darse cuenta. Draco la miró enarcando una ceja de forma significativa-. En pociones saco notables… -se sonrojó.
-¿Sabes lo que es eso? –preguntó Draco divertido-. Yo soy el alumno favorito de Severus y saco notables… deberías estar muy contenta de sacar esas notas en pociones.
-¿Por qué? ¿por sacar las mismas que tú? –le replicó mordazmente.
Draco le sonrió. Hermione se sintió confundida.
-Claro que no… ¿es que te lo tienes que tomar todo siempre como algo personal? –le preguntó él.
-¿Y me lo dices tú? Tú eres el que ha estado seis años humillándome, insultándome, hechizándome, dejándome en ridículo cada vez que podías a mí y a mis amigos, simplemente por no ser de sangre de magos… ¿y eres tú el que me pide que no me lo tome todo como algo personal? –le medio gritó. La señora Pince la miró de muy mala manera-. Y después de todo eso apareces un día y empiezas a ignorarme y a evitarme y por si fuera poco, quieres hablar conmigo, me das una nota en la que dices que me quieres y después me pides, ¡no! No me has pedido, me has exigido que tenga una cita contigo ¡pues lo siento mucho Draco, pero no soy idiota!
Ante de que la señora Pince le llamara la atención, la chica metió los libros en la mochila, apretó los pergaminos y arrojo las plumas y los tinteros dentro después de asegurase de que estaban bien cerrados, para salir después de la biblioteca ante la mirada culpable y divertida de Draco y la mirada reprobatoria de la bibliotecaria que miraba a Draco mientras murmuraba cosas como "ya sabía yo que juntarse con Malfoy no le haría bien a la señorita Granger… no señor… ya decía yo que…"
Draco no se quedó para escuchar el resto del discurso y a pesar de no hacerlo, estaba seguro de que el discurso y la parte que se había saltado incluía varias maldiciones hacia su persona y hacia su familia; no la culpó, a veces él también deseaba despotricar contra familia y contra él mismo.
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Dio varias vueltas en el vestíbulo. ¿Dónde se había metido? ¿El lago? No, sería el primer lugar donde la buscaría y ella lo sabía. ¿la biblioteca? Tampoco, la mirada que Pince le había lanzado a Hermione le había hecho pensar a él que ella no volvería en ese día a la biblioteca. ¿La cabaña de Hagrid? No, el gigante no estaba. ¿El Bosque Oscuro? Granger no iría allí, era romper las normas. ¿el campo de quiddich? Ella no volaba. Se detuvo un segundo en sus pensamientos ¿por qué no la había visto nunca volar? Se apuntó mentalmente que tendría que preguntárselo. Llevaba toda la mañana buscándola y parte de la tarde… ella ni siquiera había ido a comer al comedor…
-¿Dónde iría yo si fuese Granger y quisiera esconderme de mí? –se preguntó en voz alta.
Una túnica verde y escarlata pasó por su lado y lo saludó con la cabeza; Draco se fijó en que Denis debería cambiar la túnica, la que llevaba ya le quedaba algo corta. Y como si una idea acabase de golpearle en la cabeza se le ocurrió. Las mazmorras. Ningún Gryffindor por muy valiente que fuera se atrevería a acercarse al territorio de las serpientes, a no ser que se estuviera huyendo de una de ellas. Sonrió. Le encantaba la forma de pensar de aquella chica.
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Se cubrió más con la capa. Si no fuera por el frío que hacía allí abajo, afirmaría que aquel lugar era mucho mejor para estudiar que la biblioteca; después de todo, allí no había nadie, ningún Slytherin utilizaría aquella aula para estudiar un sábado y los demás… bueno, ningún alumno de Hogwarts en su sano juicio bajaría a las mazmorras a estudiar. Rodó los ojos. Ella nunca había dicho que estuviera bien de la cabeza.
¿Por qué le costaba tanto estar cerca de Malfoy? ¿Por qué cuando estaba cerca de él no podía concentrarse en otra cosa que no fuera su olor a menta, su mirada grisácea, su sonrisa arrogante? ¿Por qué tenía que ser él?
-Estúpido Draco… -murmuró.
-¿Ahora soy Draco? Por mí vale.
Esa voz. Se puso tensa cuando la escuchó. Se giró hacia la puerta; debería haberla cerrado con un hechizo, ¿por qué no lo pensó? Claro… no lo pensó porque estaba pensando en Draco Malfoy… Idiota… Aunque este último insulto no sabía si era para él o para ella misma. Suspiró.
-¿Qué haces aquí? –le preguntó mirándolo.
-No me gusta que mis citas se pierdan –se alzó de hombros y caminó hacia ella sentándose en la mesa de delante y colocando los pies sobre el banco-. ¿No hace frío aquí?
-Bueno, me echaron de la biblioteca –reclamó ella mirándolo furiosamente.
-Eso no es del todo cierto –frunció el ceño-, la señora Pince no llegó a echarte. Te fuiste antes de que pudiera hacerlo.
-¿Cómo sabías donde estaba? Porque me fui antes de que salieras de la biblioteca así que no pudiste seguirme –dijo triunfal.
-Pensé con lógica como tú –se defendió Draco.
-¿Y ahora qué diablos quieres, Malfoy?-Arrugó el ceño-. ¿Y ahora qué te pasa?
-¿Volvemos a ser Malfoy? Me gustaba más Draco…
Hermione apretó los puños fuertemente cerrados. Respiró hondo y contó hasta tres. Uno… Dos… Tres… Exhaló profundamente con los ojos cerrados. Uno… Dos…Tres… Abrió los ojos y se topó con la mirada divertida de Draco. Resopló frustrada.
-¿Qué haces? –le preguntó él divertido pasando la lengua por sus labios para humedecerlos.
-Se supone que es un ejercicio de relajación, pero contigo no sirve… -gruñó ella por lo bajo-… me estresas demasiado… -él rió suavemente-. ¿Qué diablos quieres, Malfoy?
Draco la miró unos segundos. La poca luz del aula combinaba con su cabello castaño dándole reflejos de luz, su mirada brillaba y sus labios estaban húmedos, seguramente ella también había paseado su lengua por allí para contrarrestar la sequedad que el frío de las mazmorras provocaba en la fina piel de los labios. Sonrió.
-Lo siento –dijo él-. Siento todas y cada una de las veces que te he herido, insultado o humillado; siento todas y cada una de las veces en que te he ignorado… pero no es una broma, Hermione Granger… Creo que me he enamorado de ti… Sólo… sólo quiero una oportunidad… ¿tan difícil es?
Hermione no contestó. No debía creerle, pero quería hacerlo, de verdad, quería creerle. Tiempo. Necesitaba tiempo.
-Yo… tengo… necesito que… -el chico la miraba expectante y divertido-. Tiempo. –le dijo ella-. Necesito tiempo.
Esperaba que aquella respuesta no fuera suficiente para él. Que se enfadara, que gritara o que incluso la mandara al diablo; sería una reacción típica de Draco Malfoy, el chico que conseguía a todas las chicas que quería con sólo chasquear los dedos. Para su sorpresa, Draco no hizo nada de eso.
Asintió despacio. La comprendía. Le sonrió. Sacó de su bolsillo una manzana y la dejó junto a ella. Hermione la miró.
-No fuiste a comer… -le dijo.
-Gracias…
Draco negó con la cabeza y se inclinó hacia ella. Hermione respiró el aroma a menta que el chico siempre arrastraba consigo. Sintió la mano de él apartarle un mechón de la cara y colocarlo detrás de la oreja en un gesto dulce. Sintió como el cabello de él susurraba en su frente y notó los fríos labios de él sobre su mejilla. Se estremeció y rezó en silencio porque él no lo hubiera notado.
-Gracias a ti… -le respondió separándose de ella-. Ha sido una cita perfecta, tenemos que repetirla, pero la próxima vez que sea fuera del castillo. La próxima salida a Hogsmade será perfecto.
-¿Cita? Esto no ha sido una cita…
Draco frunció el ceño y luego la miró sonriente.
-¿No? Veamos, corrígeme si me equivoco ¿vale? –ella asintió-. Vale, a ver… somos dos personas del sexo opuesto ¿correcto?
-Sí.
-¿Hemos estado juntos en el día de hoy?
-Sí, pero…
-¿Te he ofrecido algo y lo has aceptado?
-Sí, un caramelo y la manzana pero…
-¿Hemos conversado?
-Más bien hemos discutido…-Draco la miró-… está bien, sí, hemos conversado.
-¿Hemos quedado para otra cita?
-Bueno, técnicamente sí pero…
-¿Te he dado un beso?
-Sí pero no es… -se había sonrojado.
-Entonces, sí ha sido una cita –resolvió Draco con naturalidad-. Es hora de la cena. Ya nos veremos, preciosa.
Hermione lo vio salir tan tranquilo como había entrado. No sabía si reír, si llorar o si ir hacia él y darle una bofetada. Aquel chico era terriblemente arrogante. Sonrió al ver que había una nota sobre su pergamino.
"la próxima vez, que seas tú quien me bese a mí… no olvides que te quiero"
Sonrió. Definitivamente Draco Malfoy no era como ella había pensado.
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Bueno, que tal os ha parecido? No os preocupéis, tengo otra primera cita para el proximo bonus… bueno, sería la segunda primera cita… creo… en fin, ya lo leeréis. Ya sabéis donde estoy para cualquier critica o sugerencia, menos virus informáticos… para eso me basto yo solita :D Nos leemos pronto, un besito
