LaBelle Evans: como siempre agradecerte tus comentarios y tus reviews, en serio, es una gran suerte poder contar con personas que te dicen a cada momento que les gusta tu forma de escribir… a mí, personalmente, me levanta el ánimo :D Y sobre tu disfraz… no sé si te servirá, pero quizá para formar tu varita podrías juntar tres pajitas de estas que sirven con los refrescos en los locales y unirlas para que formen una base gruesa, luego las forras todas juntas con papel negro y bueno… podría funcionar, ¿Qué te parece? Vaya… ya me he ido del tema de nuevo… no sé porqué siempre me ocurre contigo ¬¬ Bueno, que sigas leyendo el fic bonita y que te guste como hasta ahora; un besito.

Dore Malfoy: Hola! Bueno, me alegro que te guste Lucía, y es normal que se parezca a Harry en según qué cosas, aunque es hija de Hermione y Draco, tiene muchos puntos en común con Harry como es el hecho de tener que llevar una gran carga ella sola… Y como no quiero que te de un ataque al corazón por mi culpa… dejaré de escribir, está bien:p Por cierto, no pasa nada por meter dos reviews en uno, como si quieres meter cinco, me da igual… no me importa recibir muchos, si no recibir las palabras de aliento :D Pues nada chica, un besito y cuídate.

Cote245: Muchas gracias, al final entre todos conseguiréis ponerme colorada… Jamás habría pensado que este fic llegase a gustar tanto… En fin, espero que sigas leyendo y que me sigas mandando tus opiniones. Un besito.

(13)

Chirru: Bueno, yo también espero que no se vaya nunca… aunque ahora mismo estoy en un trozo que me está costando… creo que tengo un pequeño bloqueo, pero no pasa nada, seguro que es solo por estar enferma y todo eso… Sigue leyéndome guapa, gracias y un besito.

LaBelle Evans: Gracias por la felicitación! Tienes 20? Yo he cumplido 23! Y por suerte o desgracia a mí la vida si me ha enseñado a madurar, pero bueno, no me quejo, siempre hay alguien que está peor… Y no, no te preocupes; Lucía no es la reencarnación de Ginny y no, tampoco le está pasando nada malo a Lucía, es sólo que sus poderes se están empezando a desarrollar y bueno, cuando se enfada pues ocurren… cositas como esas :p Todo está bien ;D Así que nada, sigue leyendo y verás como todo sale bien, o eso espero… creo… ¬¬ Un besito :D

Karura84: Jajajajaja sí, la verdad es que a mí también me asusta un poco Réficul, pero se supone que tiene que ser así, ¿no? Después de todo, él es todo lo que la Oscuridad y el Mal representa… no lo puedo pintar como un niño bueno… Me alegra que te guste la historia, gracias por seguir leyéndola. Un beso.

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Sheyla- Malfoy: Bueno, evidentemente no puedo profundizar mucho en la historia de Pansy con Harry ya que el fic es un Draco-Hermione, pero me alegro que te gustara esa parte :D Ya está subida la parte del bonus, que te ha parecido? Espero tu comentario con ganas. Cuídate, un beso

LaBelle Evans: jajajajaja no, lo de las quejas no va sólo hacia ti… pero ahora que lo mencionas… (¬¬ jajajajaja , no, no, es broma) Y lo de cómo cayó Draco… bueno… para ser sinceras, ahora que no nos oye nadie, digamos que cierto chico a quien aprecio mucho cayó de la misma forma :p Así que lo utilicé… Lo cierto es que bastantes de las frases o situaciones que creo en el fic es porque me han pasado a mí o yo misma las he provocado jejejeje :p Pero bueno, y lo de latín… no es que me guste, es que lo necesito para aprobar la carrera :D , aunque no me disgusta, es bastante interesante cuando lo dominas un poquito. Un besito, nos vemos.

Chirru: Hola! A ver, ya sé que no fue muy muy meloso… si por mí hubiese sido, lo hubiera hecho mucho más, pero pensé que quizá a la gente no podría gustarle tan dulce… por eso lo terminé haciendo así. De todos modos, gracias por seguir leyendo y para tu pregunta, estudio filología hispánica y soy de Barcelona, en España. ¿Algo más? Un besito, nos vamos leyendo :D

GBlack177: Gracias por seguir leyendo el fic, y tienes razón, una niña traviesa como hija de Hermione y Draco no creo que pegase mucho ¿no? (aunque me acabas de dar una idea… mmm no sé, no sé…) Lo de Ron… bueno… no es que le tuviera miedo a la muerte precisamente ya que él no es un fantasma exactamente… es un poco más complicado; recuerda que si fuera fantasma sería como Nick o el Barón, y no es así, es como un humano… Te puedo decir, si te sirve de algo, que se aclarará su origen y el motivo de que haya vuelto. Así que nada, sigue leyendo, un beso.

Aixa Beautiful andDanger: Anda, tú eres nueva! Nunca te había visto por aquí. Bienvenida! Me alegro que te guste el fic y que te gusten los personajes. Hombre, yo no creo que sea de las mejores, hay muchas más buenas, al menos de las que he leído, simplemente escribo porque me gusta, pero siempre es agradable que a una le digan que gusta su forma de escribir así que gracias de todo corazón :D Y no te preocupes, Ron será compensado por su sacrificio. En lo que no puedo complacerte es en lo de Réficul, se supone que es el malo ¿sabes? Y no puedo poner que para divertirse se va a tomar pastitas de té con Harry ¬¬ jejejejej aunque la escena estaría divertida… Bueno, pues nada, muchas gracias por leer mi humilde historia y espero que los próximos capítulos te gusten igual, espero tus comentarios, un besito :D

Klass2008: Que bien que te guste el capi :D Ya he subido el bonus, así que pasate y dime qué te parece, de acuerdo? Un besito

Dore-Malfoy: tú y tu falta de tiempo… tienes tiempo para respirar o tampoco? Porque mira que eso sí es imprescindible… eso dicen, vaya… :D Me alegro que te gustasen los capitulos y lo de Draco, creo que es normal… si eso te pareció divertido debiste ver a mi padre la primera vez que quedé con un chico… Y es que creo que casi todos los padres se comportan con sus hijas de esa forma protectora de la que nos quejamos pero que nos encanta, ¿no? Bueno, espero que te gusten los siguientes capitulos, un beso.

Terry Moon: Muchas gracias por tus comentarios :D Siempre intento mezclar las situaciones e ir intercalando entre los personajes el peso de la historia, pero a veces se me descontrolan y cobran vida propia y entonces es cuando salen los mejores capitulos, cuando los dejo actuar a ellos solos :D Y no, no estoy loca… En serio, gracias por leer mi historia, siempre alegra el saber que escribes para que alguien lea :D Un besito y espero que los proximos capitulos te gusten.

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Karura84: Que me vas a contar de resfriados y de gripes… creo que en invierno paso más tiempo en el médico que en casa… como tengo asma, cada vez que me resfrío tengo que ir al médico… ya me conozco prácticamente a todas las enfermeras y enfermeros de los tres turnos del hospital… cuando me ven no me piden ni la tarjeta ni nada :p En fin, espero que tú también te mejores de tus resfriados :D Pues si eres romántica, seguro que el final de la historia te gustará… lo digo porque yo también lo soy y mucho y claro… el final tiene que ser pues romanticismo puro… :p En fin, gracias por leerme, me hace mucha ilusión recibir reviews como el tuyo, gracias. Un besito, nos leemos.

Aixa Beautiful andDanger: Así que y no eres nueva y te ha enganchado el fic, eh! Jajajajaja me alegro que te guste… fue divertido hacer este bonus con la no cita pero que sí es una cita, me reí haciéndolo :D En fin, siempre que haya alguien dispuesto a leerme yo seguiré intentando escribir, así que te prometo que no pararé la historia ahora. Un besito, espero tus comentarios pronto :D

Sheyla – Malfoy: Yo también lo adoro… pero en la tienda de la esquina dicen que ya no le quedan más como ese… (¿estaría dispuesta Rowling a dejármelo para hacer un clon:p ) En fin, gracias por seguir leyendo y estoy segura de que haré una cinta donde los dos sean conscientes de que están en una cita :p Un besito.

LaBelle Evans: Pues ya ves que el que se frustra es Draco… Después de todo, Hermione tiene más paciencia que él, ¿no te habías dado cuenta nunca? Y deja de preocuparte por Ron, tendrá su recompensa, ya lo verás. :D Así que nada, un besito y sigue leyéndome, aprecio mucho tus comentarios. Un besito.

Terry Moon: Y quién necesitaría mucho tiempo para pensar si salir o no con un chico como Draco? Personalmente, me encantan los chicos con ese toque de divertida inocencia de niño malo insistente… como Draco en este bonus… jejejejeje Así que ya ves, de mis fantasías y deseos salen los personajes y sus caracteres :p Y no, no sabía que tenía activada esa restricción, ¿cómo hago para quitarla? Si me lo dices te estaría muy agradecida :D Un besito

Klass2008: Gracias por preguntar, estoy mucho mejor, al menos ya puedo caminar sin marearme y sin que se me mueva todo :p Un par de días en casa sin que me de el aire frío del otoño y estaré como nueva… espero :D Y Gracias por seguir leyendo, me alegra que te guste :D Un besito.

SuicideSnowGirl: Anda, otra adepta! Jajajajaja así que te lías con los nombres he! Pues no sé si decírtelos, después de todo, pasaste mi fic desapercibido… ¬¬ está bien, está bien… ahora te doy una correlación, atenta: Danielle es hija de Charlie y Mereg; Amy y James son gemelos y son hijos de Harry y Pansy; Lucía es hija de Draco y Hermione; Jack es hijo de Luna y Blaise; Jen y Ronnie son hijos de Fred y Alyssa; Adam es hijo de Bill y de Isbelle; y Susan es hija de George y Naira. Ya está más claro? Espero que sí :D Ya sabes, alguna pregunta más y si puedo contestarla, lo haré. Un besito.

Meilin Malfoy: Review corto y claro, pero con gran significado para mí. Sólo puedo darte las gracias por leerlo y alegrarme de que te guste. Así que un beso para ti, gracias :D

Espero que os guste como sigue la historia…

CAPITULO 13

Steve miraba asustado a ambos lados como si estuviese deseando que apareciese alguien, cualquiera, un alumno, un prefecto, un profesor, incluso Snape le parecía mucha mejor opción que estar allí con aquellos chicos. Y es que Potter y Zabinni, ambos de Gryffindor se habían encargado de llevarlo a un pasillo que a aquellas horas de la mañana no parecía muy concurrido… cómo iba a estar concurrido, si la gente debía estar en el comedor desayunando…

-¿Qué te traes con mi hermana?-preguntó James arrugando la frente mientras miraba al niño que tenía delante-. ¿Por qué estáis siempre juntos?

-Bueno, los dos somos de primero y los dos somos de Ravenclaw, creo que es normal que nos veas juntos –respondió sencillamente. James lo miró de forma amenazante.

-No juegues conmigo, ya sabes a qué me refiero –le increpó el rubio.

Steve miró a Zabinni pero si esperaba que éste dijera algo iba muy equivocado; a pesar de que no había abierto la boca, su expresión era intimidante. Tragó con cierta dificultad.

-¿Qué hacéis vosotros aquí?

Los tres se giraron hacia el pasillo de la derecha, donde una muy risueña Amy cambió su expresión al ver como sus dos amigos tenían acorralado a Steve. Jack se sonrojó hasta las orejas y a pesar de que en aquellos momentos el cabello le molestaba, decidió no echarlo hacia atrás, de modo que le sirviera de protección ante la inquisitiva mirada de la niña. James sonrió falsamente; conocía a su hermana lo bastante para saber que se enfadaría mucho y la verdad, no quería ver a una Amy Potter con el carácter de Pansy Parkinson enfadada. Steve respiró aliviado viendo su oportunidad perfecta para escapar de aquellos dos.

-¿Tú no estabas en el comedor? –preguntó James en un vano intento de desviar el tema de su hermana.

-Estaba, pero me he dejado una cosa en la sala común e iba a buscarla. ¿Qué hacéis vosotros aquí? –sonrió con picardía-. Por cierto, Dani te estaba buscando…

La sonrisa de James se acentúo aún más; si Danielle estaba metida de por medio era que planeaba alguna broma. Miró a Steve de forma amenazadora y tomando el brazo de Jack lo sacó arrastrándolo prácticamente del pasillo bajo la divertida mirada de Amy y la del aturdido Steve que no entendía nada.

-¿Qué ha ocurrido aquí? –preguntó Steve mirándola.

La morena se encogió de hombros.

-Mi hermano a veces es demasiado protector y cree que como estamos tanto tiempo juntos yo te gusto –dijo como si fuera lo más normal del mundo.

-¿No les has dicho nada? –Amy negó-… Ahora entiendo por qué me miraba así… -le sonrió-. Lo que no entiendo es lo de Zabinni, él no es tu hermano ¿no?

Amy sintió como las mejillas se le teñían de un color rosado bastante favorecedor, a juicio y opinión de Steve que se limitó a mirarla sin decir nada; ella se encogió de hombros incapaz de encontrar una respuesta válida.

-Vendría como apoyo moral –le sonrió-, tengo que recoger la redacción de herbología, ¿me acompañas? Si no se la llevo a mi madre le dará un ataque… -Steve sonrió y asintió-. Además, -añadió-, me gusta que mi hermano se ponga celoso. -Steve rió al ver como la chica sonreía y se sonrojaba. Estaba claro que no sólo le gustaba que Potter se pusiera celoso. -No te habrán hecho nada, ¿verdad? –preguntó casi con recelo.

-Tranquila, llegaste a tiempo… -le comentó divertido.

Amy sonrió tranquila; estaba convencida de que el hermano mayor de Steve sería el chico perfecto para Dani. Sólo había que darles un empujoncito; empujoncito que tanto Amy como Steve estaban planeando y perfeccionando.

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-¿Cómo te has atrevido a hacer algo así?

Bellatrix interrumpió en las habitaciones de Réficul por tercera vez en aquel día. La primera había sido para informarle de la reunión para hincar a los nuevos vasallos; la segunda había sido para reprenderle que hubiera atacado un centro comercial muggle, él solo, de noche y sin contar con nadie; y ahora era la tercera. El niño la miró calculador y Bella bajó su tono de voz; él sonrió; una mirada era suficiente para acobardarla… estaba obteniendo buenos resultados.

-¿Y ahora qué ocurre?-preguntó calmado.

-¿Qué ocurre? –casi lo gritó. La mirada de Réficul le indicó que no sería lo más adecuado para ella-. Ocurre que he encontrado esto –le enseñó un pergamino-, y quiero saber ¿por qué has hecho algo así?

Réficul hizo un desganado gesto con la mano y el pergamino se volatizó de las manos de ella para aparecer en las suyas propias. Sí, reconoció su letra y su firma; sonrió complacido; había regresado a la firma con sangre y allí donde había caído una gota, el papiro estaba manchado de un color rojizo; el olor metálico de la sangre era más que evidente.

-No veo nada de malo… ellos estarán ocupados deteniendo nuestros ataques sorpresa –le sonrió con malicia-, y mientras podemos entrenar a los nuevos miembros…

-¡Pero ni siquiera sabemos quien es!-bramó la mujer al borde de la histeria-¡le estás concediendo cuatro años de ventaja! ¡Cuatro años! ¿Sabes el poder que puede adquirir alguien en ese tiempo?

-Tú no lo has conseguido, madre –le dijo con una seriedad propia de él-. Y si ella aumenta su poder, yo también… Además, creo que así será todo mucho más emocionante…

-No puedes echar por tierra todo lo que tu padre planeó para tu regreso, él quería…

-¡Al diablo con lo que él quería! ¡Ni siquiera es mi padre! –Bella lo miró-¡Únicamente heredé de él la semilla de la Oscuridad! ¡No le debo nada y no te debo nada a ti! ¡Haré lo que quiera hacer y ni tú ni nadie me lo va a impedir, ¿entiendes!

Una lechuza negra como la noche interrumpió la conversación entrando por el estrecho tragaluz que Réficul tenía como ventana; odiaba ver la luz del sol, por aquel motivo había mandado tapiar los grandes ventanales que antes había en aquella habitación y la había convertido en unas mazmorras; únicamente el tragaluz daba algo de claridad a la estancia, iluminada casi siempre, por las antorchas de fuego verde que reinaban en las paredes de la estancia.

La lechuza, sobria, elegante y majestuosa dio un par de vueltas evaluando a los que estaban presentes y casi sin pensarlo bajó hasta donde estaba Réficul e hizo una leve inclinación con la cabeza.

Bella la miró. Reconocería aquella lechuza en cualquier lugar. Ella misma se la había comprado a su hermana.

Tomó el pergamino y lo leyó para sí, sonriendo más a medida que absorbía las palabras. Bella lo miró. Aquella sonrisa la había visto muchas veces en su Señor Oscuro y nunca presagiaba nada bueno… No esperaba que fuera diferente en Réficul.

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Desconfianza. Sin ninguna duda. Si había una palabra capaz de describir lo que el matrimonio Malfoy sentía hacia el profesor Jones era desconfianza. Entendían que Dumbledore estuviera allí, después de todo, era su despacho y él había convocado la reunión, entendían que Harry estuviera allí, bueno… era obvio, él siempre estaba mmetido en todos los asuntos de la Orden, además de que él era quien había hablado con los dos integrantes del matrimonio para convencerlos de aceptar aquello; pero no entendían que diablos hacía el nuevo profesor de DCLAO con ellos, sentado, con el rostro sereno, las manos entrelazadas a la altura de su regazo, con la mirada puesta en Hermione y aquella sonrisa de autosuficiencia. Hermione frunció el ceño; no le gustaba aquella mirada. Draco frunció el ceño, no le gustaba aquella sonrisa… se parecía demasiado a la suya… demasiado arrogante…

A ninguno de los dos le parecía buena idea la que había propuesto Dumbledore, sólo tuvieron que mirarse un par de segundos para saber que estaban de acuerdo con su pareja.

-¿Por qué no puede hacerlo Harry? –preguntó Hermione.

Dumbledore sonrió como si ya esperase aquella respuesta y miró a Harry invitándolo a hablar. El moreno suspiró y se frotó la frente en un gesto de cansancio. Él no lo había entendido hasta que había visto con sus propios ojos hasta donde llegaba el poder del profesor Jones; su aura estaba intacta, pura, como si jamás hubiese hecho daño a nadie, como si únicamente tuviera buenos sentimientos… Era algo que le había chocado, pero en cuanto había tenido la oportunidad de decir algo al respecto Draco y Hermione habían aparecido.

-Me gustaría poder decirte que puedo encargarme de eso, preciosa… -le dijo a Hermione con una sonrisa-… pero no puedo hacerlo. He notado su poder –el aludido sonrió-, es más fuerte que yo, incluso creo que es más poderoso que Albus –miró al director esperando una respuesta a su pregunta no formulada.

-Eso es imposible –reclamó Hermione mirando al director.

Albus sonrió.

-Me temo, Hermione, que Harry tiene razón… el profesor Jones es más poderoso que todos los magos y brujas que puedan haber en este castillo, salvo quizá… la señorita Malfoy…

-¡Imposible! –dijo Hermione –Una cosa es que la profecía hable de mi hija, pero otra bien distinta es que ustedes crean que Lucía es… es…

-Es la unión de la luz y la oscuridad... tiene más poder que nadie… igualable únicamente por la unión del mal en su estado más puro –dijo con Jones con una actitud sombría. -Lucía… ¿no ha hecho nunca nada extraño cuando era pequeña? –preguntó sonriendo-. Y no, señora Malfoy –le sorprendió ver con que naturalidad salía aquellas palabras de su boca, jamás se habría imaginado llamándola de aquella forma-, no me refiero a la magia descontrolada… -esta vez miró a Draco fijamente.

El rubio no pudo hacer nada más que sonreír a medias.

-Hielo… -dijo a media voz. Hermione se giró hacia él-… Tú habías salido, fue cuando tu madre se puso enferma y fuiste un fin de semana a… -ella asintió, Lucía debía tener cinco años cuando aquello ocurrió, le hizo una señal para que siguiera hablando-… el caso es que la dejé sola en el salón mientras yo atendía al teléfono y cuando regresé… el salón estaba cubierto por una capa fina de hielo, escarcha… pero ella seguía sentada, tranquilamente, como si no hubiese ocurrido nada. Su temperatura estaba normal, pero sus manos… sus manos estaban casi congeladas… cuando le pregunté me miró y me dijo que se sentía sola y que el hielo había aparecido de repente… -sonrió-… recuerdo que pensé que si le pasaba algo a Lucía me lanzarías tantas maldiciones que ni siquiera Potter podría curarme…

-¡Lo hubiera hecho si hubiera sabido que le había pasado algo a mi hija! –exclamó Hermione mirando enfadada a su marido.

-Lucía tiene que aprender a controlar sus poderes, si no podría salir lastimada… -dijo Harry. Sabía de lo que estaba hablando; después de la batalla contra Voldemort, su magia había aumentado tanto que era capaz de hacer hechizos sólo con desearlo, aquello le había traído alguna que otra complicación.

-¿Por qué? –preguntó Draco mirando a Jones pero dirigiendo su pregunta a Dumbledore -¿Por qué él sí tiene el poder suficiente para ayudar a Lucía a controlar el suyo?

-Eso no es lo importante ahora –dijo Dumbledore-. Pero tenéis que confiar en él…

-No voy a confiar en él –dijo firmemente Draco-, puedo aceptar que Lucía deba estar con él por su seguridad, pero no voy a confiar en él –dijo levantándose de la silla que había estado ocupando y saliendo del despacho sin decir nada más.

Hermione suspiró.

-Esa es su manera de decir que acepta… -sonrió a medias y miró a Jones-… sólo una cosa… procure que mi hija esté bien…

-Sí, ya me han contado lo sobre protectora que se pone con su hija –dijo casi divertido el hombre mirándola.

-Pues si piensa que yo lo soy –dijo ella-, no quiera ver como puede llegar a serlo Draco… Ni siquiera todo su poder podría contra él.

Jones le sonrió. Hermione titubeó… aquella sonrisa… Miró a Harry que asintió en silencio sin decir nada. No podía ser… Aún turbada salió del despacho.

-Muy bien, ahora, ¿qué eres? -La voz de Harry sonó decidida-. He convencido a Hermione y a Malfoy para que pongan a Lucía en tus manos y quiero saber que no me he equivocado; puedo haber cometido muchos errores, pero no entra en mis planes cometer errores con mi ahijada, así que es mejor que me contestes o yo mismo me encargaré de ponerlos en tu contra-; una vez más… ¿qué eres?

Jones miró a Dumbledore. Jamás había visto aquella mirada en Harry. Estaba claro que el niño que había sido, había desaparecido y ahora era un hombre. Sonrió.

-Soy… una fuente de energía contenida en un cuerpo corpóreo… -dijo.

Dumbledore sonrió. Harry lo miró. Jones le devolvió la mirada sabiendo que aquello no sería suficiente para su amigo.

-Quiero saberlo todo y quiero saberlo ahora.

Jones suspiró… Parecía que iba a ser una mañana muy larga…

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Réficul sonrió cuando la misma lechuza de aquella mañana volvió a visitarlo. Un sobre lacrado. Lo abrió. Leyó. Sonrió. Una única palabra que le concedía más placer que nada. La lanzó al aire y antes de que tocara el suelo la hizo estallar. La palabra quedó grabada en su cabeza.

"Aceptamos"

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Estaba en la torre de adivinación. Parecía una tontería; nunca le había gustado aquella asignatura, incluso la había abandonado en tercero… pero tenía que relajarse y la vista que ofrecía aquella ventana era espectacular. Casi podía verse la mitad del castillo exterior, los terrenos de Hogwarts con la cabaña de Hagrid donde tantas tardes había pasado, el sauce boxeador se agitó súbitamente como si quisiera recordarle que seguía allí; se estremeció; aún recordaba su viaje sobre las espesas ramas del árbol; y el lago se veía calmado y tranquilo, con el calamar gigante asomándose de vez en cuando rompiendo aquellas aguas calmadas. El Bosque Oscuro ofrecía una vista sombría y el campo de quiddich se veía lejano, aunque podía observar alguna que otra sombra de vez en cuando sobrevolándolo, seguramente alguno de los equipos tenía entreno.

-¿Tú tampoco te fías de él?

Draco la miraba desde la puerta y ella le sonrió mirando por encima de su hombro. Tenía que admitir que su marido era condenadamente sexy. Sonrió de nuevo.

-Harry se fía de él… y eso es un punto a su favor –le respondió ella.

Draco se acercó y la abrazó por la cintura girándola para mirarla; le sonrió y le dio un beso en la frente. Hermione se recostó contra el pecho de Draco y aspiró el aroma a menta que él desprendía.

-No has contestado…

-Sí… No… No lo sé…-contestó frustrada por no tener una respuesta a una pregunta tan sencilla.

-¿No lo sabes? –Draco la separó y la miró unos segundos -¿Qué quieres decir con que no lo sabes?

Hermione suspiró rendida. Sabía lo que venía a continuación.

-Su sonrisa… -se limitó a decir ella-… Conozco esa sonrisa tan sencilla y humilde… tan sincera… Ha sido su sonrisa lo que me ha hecho confiar en él… pero sé que oculta algo, sus ojos…

-Lo sé, sus ojos esconden algo, como si no quisiera que nadie descubriera un terrible secreto o algo así –le dijo Draco-. ¿Su sonrisa? –preguntó.

Hermione sonrió para sí misma.

-Sí, eso he dicho –le contestó la mujer-, y antes de que te uno de tus ataques de celos sin fundamento te diré que esa sonrisa la tengo grabada en la cabeza… la he visto cientos de veces, sólo que no en él…

-¿En quién? –preguntó Draco frunciendo el ceño.

-Sólo hay una persona… había… Ron… -dijo mirando a Draco y esperando una reacción por su parte. El hombre la miró con un brillo en los ojos-… Ron tenía esa sonrisa Draco.

-Pero Weasley está… -miró a su mujer. Observó como cerraba los ojos esperando que él dijera aquella palabra, notó como le temblaba el labio inferior y como arrugaba la nariz para contener las lágrimas. Suspiró y la apretó contra su cuerpo, ciñiéndola a él con una mano en la cintura y la otra en la nuca, acariciándole el cabello. Sabía lo mucho que a Hermione le costaba pronunciar aquellas palabras; ella había perdido mucho en aquella guerra y si bien era cierto que nunca le había caído bien Weasley, sabía que había sido un buen amigo para Hermione. Suspiró-… Es imposible Hermione… Weasly no está… no puede ser… eso lo entiendes ¿verdad?

-Lo sé… pero…

-Vale… a ver qué te parece esto: ve a tus clases, yo voy a las mías, y esta tarde hablamos con Lucía y que ella decida, ¿de acuerdo? –Hermione asintió-. De acuerdo… ¿estás bien? –una débil afirmación por parte de la mujer le hizo sonreír-. Vamos… te acompaño a clase.

Hermione rió suavemente.

-¿Cuánto hacía que no me decías eso?

Draco la besó en la frente.

-Demasiado… -la besó de nuevo en los labios-. Vamos, se hace tarde.

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Adam estaba tirando piedras al lago. Había tenido un día horrible, de aquellos en los que piensas que lo mejor hubiera sido no levantarse de la cama. Arrojó otra piedra mientras recordaba por qué estaba de mal humor; la piedra rebotó en una de las rocas antes de sumergirse muy cerca de donde estaba el Calamar Gigante.

-No creo que tu intención sea darle, primito… Pero si es así… creo que te ha faltado impulso –le sonrió.

Adam se giró, miró a su prima con el ceño fruncido y siguió tirando piedras. Danielle suspiró. Lo había visto salir del Gran Comedor durante el desayuno y sabiendo que le pasaba algo porque ningún Weasley deja nunca un desayuno a medias a no ser que haya algún tema importante de por medio, había abandonado ella también la mesa y había ido a buscarlo directamente al lago, su rincón; sabía que allí era donde Adam se refugiaba de todos.

-¿Estás bien? –le preguntó sentándose en el suelo cerca de él.

-¿Tú no tendrías que estar desayunando? –preguntó demasiado brusco sin siquiera mirarla.

-¡De acuerdo, perdóname por querer saber qué le pasaba a mi primo! –le espetó de golpe arrugando la frente y levantándose-, sólo creí que necesitabas hablar con alguien, pero ya veo que me equivoqué…

-Perdona Dani… -dijo él-… no debí hablarte así… es solo que no he tenido un buen comienzo de día…

-He visto como salías del comedor después de recibir una lechuza… ¿ha pasado algo?

-Laila –se limitó a decir el chico con una sonrisa apagada.

-Oh… entiendo… -contestó Danielle-… Primer desengaño…

-No es el primero –le contestó él con rapidez.

Dani lo miró suspicaz. Bueno, no, técnicamente no era el primero, pero ella no interpretaba como desengaño el hecho de que cuando Adam tenía siete años, la hija de los vecinos que por aquel entonces tenía quince y les hacía de canguro cuando sus padres no estaban, le hubiese dicho que era muy mono pero que la diferencia de edad era demasiado. Sin embargo, Adam lo había considerado como un gran tropiezo en la historia amorosa de Adam Weasley. Sonrió comprensiva.

-Está bien, no es el primero… ahora, ¿qué ha pasado?

-Ha conocido a alguien –se encogió de hombros mientras arrojaba otra piedra-. Supongo que no soy lo suficientemente importante para ella…

Danielle arrugó la frente.

-Bueno, pues si piensa eso, es que no es lo bastante buena para ti –resolvió con simpleza mirándolo. Adam se giró y le sonrió.-. Te encontraremos a una chica que de verdad sepa ver lo mucho que vales.

-No tienes que…

-Sí, sí que tengo. Tú fuiste quién me ayudó aquella vez que no podía bajar del árbol cuando hube trepado a él, y tú fuiste quien estuviste a mi lado cuando aquella broma me salió mal y tuve que pasarme toda una semana encerrada en mi habitación con la piel verde y aquellas horribles escamas por toda la cara –hizo una mueca de desagrado y Adam rió al recordar aquel incidente-, y no te reíste de mí ni una sola vez. Si no fuera por ti, nunca habría aprendido a volar ni a jugar a quiddich… Adam… eres más que mi primo, eres mi amigo, y no voy a dejarte sólo porque una tonta crea que no eres lo bastante importante –añadió con burla.

Adam le sonrió y Danielle lo miró unos segundos antes de abrazarlo. Sabía que él lo necesitaba y también sabía que no lo iba a pedir… Tenía un orgullo demasiado fuerte; a veces había oído a su padre hablar sobre Adam y mencionar que tenía el mismo orgullo que su tío Ronald, quien había muerto en la última batalla contra Voldemort. Sonrió mientras notaba como su primo la abrazaba por la cintura y enterraba su cabeza en el cuello de ella; le hubiera gustado conocer a su tío Ron.

-Vamos… llegaremos tarde a clases –dijo ella separándose de él.

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La clase estaba en silencio cuando Hermione entró. Estaba claro que la amenaza de Draco aún seguía encima de todos los alumnos, si había algo que había aprendido de Hogwarts era que los rumores se extendían como pólvora; así que la actitud que Draco había tomado con los alumnos de tercero respecto a Nott y Adam, ya había pasado a ser del dominio público aunque en realidad ya era de dominio público en cuanto los alumnos empezaron a salir por la puerta.

Bueno, al menos aquella era una clase tranquila, el hecho de que su hija, los hijos de Harry y el hijo de Blaise estuvieran allí la hacía sentirse mucho más segura, al menos podía estar segura de que cuatro de los alumnos no armarían ningún alboroto, aunque mirando bien a Jamie…. En fin… aquel niño era un Weasley en potencia.

-Buenos días, chicos –esperó a que todo el mundo contestara y les sonrió-. Bien, hoy vamos a ver una de las leyendas míticas más importantes y también más ignorada por los magos y brujas; el principio del Bien y el Mal

Hubo un murmullo general y esperó pacientemente hasta que se calmaron.

-¿Tiene algo que ver con… Vold… Voldemort? –preguntó tímidamente un niño de Ravenclaw.

James negó con la cabeza, Jack lo miró de forma fulminante, Amy lo miró enarcando una ceja mientras se pregunta si su compañero de casa había engañado al sombrero para que lo pusiera en Ravenclaw y Lucía se limitó a mirarlo con comprensión.

-Bueno… no exactamente… aunque al final… Voldemort tuvo un importante papel en esta historia –concedió Hermione-. Muy bien, cerrad los libros –Lucía la miró, jamás había creído que su madre dijera algo así-; vamos, cerradlos.-Obedecieron mientras los murmullos continuaban, Hermione frunció el ceño-. Vale, silencio… Si hay alguna pregunta, la realizáis al final de la clase, ¿de acuerdo?

-"Cuenta la leyenda que todos los sentimientos nacen de su estado más puro, reuniéndose en un cúmulo de energía y formando una esfera creciente que no se detiene nunca; eso no quiere decir que únicamente haya sentimientos de bien y de bondad, también se creó el odio en su estado más puro, y el rencor y la envidia tuvieron la misma suerte –añadió al ver la cara de incomprensión de algunos de sus alumnos-. También se cuenta que de todos los sentimientos que les fueron concedidos a los humanos, cuatro de ellos fueron desechados por no ser necesarios: el Miedo, la Oscuridad, la Luz y la Esperanza"

"Y se cuenta también que dos esferas fueron creadas con esos sentimientos: por un lado el Miedo y la Oscuridad y por otro lado la Luz y la Esperanza, de modo que ambas esferas de energía estuviesen equilibradas para que el mundo no sufriera ningún cambio; esas dos esferas fueron confinadas a un rincón del mundo, en algún punto entre el cielo y la tierra"

"Se dice que ambas esferas convivieron juntas hasta que una tormenta de sentimientos contrariados llegó hasta ellas. Un temblor provocó que una de las esferas cayera al vacío y cuando esta esfera cayó, se estrelló contra la tierra estallando en cientos de miles de pedazos. La esfera caída fue la del Miedo y la Oscuridad; cada uno de aquellos pedazos anidó en el corazón de los humanos, dando inicio a todos los sentimientos oscuros dentro de ellos."

"Y cuentan que el pedazo más grande de la esfera estrellada, terminó albergada dentro del corazón de un ser humano, y esa Oscuridad fue creciendo dentro de él y pasó de generación en generación como el cúmulo de energía que era."

"Según la leyenda, llegará un momento en que la Oscuridad y el Miedo sea tan poderosa que el elegido para llevar esa carga se verá abrumado y se regocijará en su propio poder para dañar a todos los seres vivos de su alrededor, sin distinguirlos; y será en ese momento en que la esfera de Luz y Esperanza estalle para concentrarse en una única persona, elegida para enfrentarse a quien una vez fue su compañera; y sólo una de las dos sobrevivirá"

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Albus estaba sentado en su despacho, el profesor Jones estaba con él. Harry acababa de salir de allí, seguramente más confundido con la explicación que Jon le había dado que aclarado con sus dudas.

-¿No deberías decirle la verdad?

-Sabe que no puedo hacerlo… -le replicó el hombre joven-… Sería un golpe demasiado fuerte para él y creería en la posibilidad de que ella también volviese… -Albus sonrió-. Le he dicho lo que necesitaba saber, nada más.-Dumbledore asintió en silencio-. ¿Puedo leer esa carta?

Albus sacó un pergamino de debajo de un montón de papeles y se lo extendió a Ron, que leyó en voz alta el contenido de aquella carta con un deje de desprecio, que Albus supuso, era debido a la firma con sangre.

"Guardián de la Luz:

Conozco la profecía, sé a quien pertenece, mis poderes van mucho más allá de lo que supones o de lo que crees conocer. He esperado trece años para poder comunicarme contigo, pero no esperaré otros trece para enfrentarme a tu supuesto poder; cuatro años. Ese es el término de tiempo que te permito. Cuatro años para que entrenes a tu protegida. Cuatro años para que la instruyas. Cuatro años para que viva consciente de que la muerte la acechará.

Los ataques muggles durante este tiempo, no se detendrán, no habrá una tregua, no me interesa lo que le pase a nadie y si te concedo estos cuatro años es únicamente porque no quiero que la batalla sea tan fácil como supongo que lo sería ahora. Quizá con un poco más de entrenamiento, tu protegida sea más brillante de lo que es ahora.

Un acuerdo, un pacto de sangre entre magos. Si uno de los dos lo rompe, el otro lo sabrá. Y si no recibo una respuesta antes de tres semanas, tu protegida, morirá.

Señor del Miedo y la Oscuridad: Réficul"

-Sigo teniendo la misma opinión que cuando la leí la primera vez –se encogió de hombros-. Es más arrogante que Malfoy y Zabinni juntos en su época de estudiantes…

-Nos ofrece un pacto –dijo Dumbledore tomando de nuevo el pergamino-… Cuatro años… ¿será suficiente?

-Espero que sí-Ron se encogió de hombros.

-Yo también lo espero…

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-¡Mi padre es un gran mago y no tengo por qué demostrarte nada! ¡Ahora suéltala, idiota!

Lucía, James, Adam y Jack se detuvieron al escuchar aquella voz en el tercer piso. Reconocerían a la dueña de aquella voz en cualquier situación, incluso enfadada, que era tal y como parecía que estaba en aquellos momentos. Preguntándose qué debía estar pasando para que Amy levantara la voz de aquella forma, se dirigieron hacia allí.

-Amy… -dijo James mientras aceleraba el paso.

Un enfadado Nott tenía acorralada a Amy contra la pared mientras que Danielle estaba al otro lado, apoyada en la pared y con una mano en la mejilla mientras que Alister la miraba de forma amenazante. Cárter, un niño de primero que pensaba que amenazar a los demás era la mejor forma de conseguir hacerse un hueco en el grupo de trogloditas de Nott, y Smith, un chico de cuarto de Slytherin, la sombra de Nott, contemplaban la escena algo apartados, pero sonrientes, disfrutando de lo que estaban viendo.

Llegaron en el momento en que Amy levantó la mano para darle una bofetada a Nott que la seguía teniendo sujeta del brazo. El chico detuvo la mano de la niña y levantó la suya propia. Antes de hacer nada, dos varitas lo apuntaban al cuello desde ambos lados.

-No te atrevas a levantarle la mano a mi hermana nunca más –dijo amenazante James.

Cárter y Smith hicieron un gesto de malhumor y se incorporaron de la pared donde estaban recostados; antes de dar un paso, la varita de Lucía los apuntaba directamente.

-Ni se os ocurra… -les susurró de forma fría.

-Amy… ¿estás bien? –preguntó Jack.

La morena asintió.

-Sí… Dani…

Pero Dani ya estaba siendo atendida por Adam que se había interpuesto entre el cuerpo de su prima y el de Alister.

-¿Has golpeado a mi prima? –le preguntó.

-¿Y qué si lo he hecho? –le respondió Alister sonriendo-. ¿Vas a avisar al estúpido de Potter para que venga a salvarla?

Lucía se giró haciendo girar a los dos chicos a los que estaba apuntando, rotando para poder ver la escena. Dani tenía una marca en la cara, parecía una bofetada. Ira. Rabia. Fuego. Entrecerró los ojos deseando que les ocurriera algo malo. Notó como algo ardía en su interior, igual que aquella noche con la mano. Deseó hacerles daño por asustar a Amy y golpear a Danielle. Eran como sus hermanas. Furia. Fuego.

Un temblor sacudió el pasillo en el que se encontraban. Los chicos se miraron asustados pero ella ni siquiera parpadeó. Los cuadros de su alrededor empezaron a moverse y los parlantes, a quejarse, pero ella no le dio importancia. Fuego. Ira.

No fue consciente de cuando los Slytherins se marcharon de allí corriendo, ni tampoco de cómo Dani se agarraba a Adam o de cómo Amy abrazaba a Jack más asustada por lo que había pasado con los Slytherins que por el temblor. Una mano se posó sobre su hombro.

-¿Estás bien?

La voz de Jamie la sacó de sus pensamientos. Lo miró a los ojos verdes. Calor. Ternura. Cariño. Su ira fue desapareciendo y el deseo de hacer daño fue substituido por el deseo de que ellos estuvieran bien. Asintió despacio. Mientras notaba como el fuego desaparecía de su interior, el temblor fue cesando hasta convertirse en un simple recuerdo.

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Un beso. Una sonrisa. Otro beso. Una risa. Unas manos que se cernían sobre su delgada figura y la acariciaban por encima de la camisa que llevaba. Unas manos que jugueteaban con su nuca revolviendo de vez en cando su cabello. Una mirada. Gris, directa; avellana, cálida. Volvió a inclinarse hacia ella y ella retiró la cabeza hacia atrás dándole libre acceso a su cuello. Lo sintió detenerse en un punto y sonrió, deseando apartarlo consciente de que si no lo hacía mañana tendría una gran marca. Odiaba la manía que él tenía con marcarla de aquella forma; siempre tenía que estar dando excusas por llevar cuellos altos o pañuelos o el cabello suelto flotando sobre los hombros a modo de evitar que nada se le viera. Pero no lo apartó. Le gustaba el modo en que él presionaba sus dientes sobre la piel y el modo en que sus labios y lengua acariciaban luego la zona dolorida en recompensa por el daño inflingido. La escuchó gemir cuando la mordió y sonrió complacido. Levantó la cabeza y besó sus labios, ella le respondió con intensidad y él profundizó el beso incitándola a abrir la boca cuando rozó sus labios con su lengua.

El momento fue interrumpido por la puerta abriéndose sin llamar y sin ningún tipo de tacto. Lucía arqueó una ceja en dirección a sus padres mientras que éstos la miraban y en el caso de Draco la miraban con frustración mientras que Hermione sonreía mientras se abrochaba de nuevo la blusa y le pasaba la suya a Draco que ya la había dejado abandonada en el sofá. Lucía había visto demasiadas veces aquella escena para que algo así la hiciera sonrojar… más bien lo encontraba divertido; divertido y adorable; que después de doce años sus padres siguiesen comportándose como dos adolescentes enamorados le hacía darse cuenta de la suerte que tenía de tenerlos a ambos.

-De acuerdo. Quiero saber, y quiero saberlo ahora, -añadió mirando a su padre que parecía que iba a decirle algo, seguramente por entrar sin llamar-, por qué he estado a punto de provocar un temblor que casi se convierte en terremoto hace unos minutos en el pasillo tres y de paso, saber por qué puedo hacer eso –y sin decir nada más, abrió su mano derecha y una esfera anaranjada se soltó de su mano saliendo disparada hacia el fuego de la chimenea, donde ella la había lanzado. Hermione y Draco se miraron. Lucía los miró con los brazos cruzados.-¿Y bien?

Hermione la miró. Quería decírselo. Debía decírselo. Había aceptado que tenía que decírselo. Pero no pudo… Era una niña… sólo era una niña de once años que empezaba a descubrir la vida… sus ojos grises llenos de amor por los libros y el conocimiento lo miraban todo de forma curiosa, su sonrisa alegre, sus rizados cabellos platinados, su optimismo, su arrogancia cuando la trataban como una niña pequeña… todo forma parte de su encanto… Era su niña, no podía hacerlo… Miró a Draco buscando ayuda.

Una mirada. Sólo una mirada fue suficiente para que Draco entendiera a su esposa. Le tocaría a él hacerlo, le tocaría a él decirle a su hija quién era y por qué de repente podía hacer aquellas cosas… Suspiró.

-Lucía… ¿recuerdas que te enseñé a leer la mente? –la niña asintió-. Quiero que te concentres en mí ¿de acuerdo? –Lucía se sorprendió. Su padre nunca le había dejado que lo hiciera… demasiadas cosas dolorosas, le decía-. Sólo te dejaré ver lo que quiero que veas, ¿de acuerdo? –asintió de nuevo. Miró a Hermione que le sonrió en medio de lágrimas-. Muy bien, princesa, uno… dos… tres…

Una carta. Letras. Una reunión. Su madre gritando. Su padre también. Miedo. Dolor. Una profecía. Una muerte. Una sonrisa. Una esperanza.

Parpadeó deprisa mientras se dejaba caer al suelo. Hermione corrió a su lado y la abrazó. Draco se arrodilló delante de las dos.

-¿Estás bien, princesa?

-¿Soy… soy un monstruo? –Hermione negó-… ¿qué soy? ¿quién soy?

-Eres Lucía Malfoy Granger –dijo su padre de forma solemne-, nacida de la unión de la luz y la oscuridad y destinada a impedir que las Tinieblas vuelvan a cernirse sobre el mundo…

-Creí que tío Harry…

-Harry terminó con Voldemort, cariño… -le dijo su madre mientras se secaba las lágrimas y la abrazaba-… pero no con el mal que representaba…

-La leyenda… -dijo la niña mirando a su madre-… es cierta ¿verdad? Las dos esferas, una de ellas caída y destruida… -Hermione asintió. La niña respiró hondo.-¿Cómo se llama? –preguntó Lucía demasiado serena.

Hermione la miró. Sin ninguna duda, la pequeña había heredado la serenidad de Draco y era algo que en aquellos momentos, agradecía.

-Réficul… -contestó su padre-… Se llama Réficul…

Lucía abrió los ojos y miró a sus padres. Ambos se miraron sin comprender qué le ocurría. La niña empezó a pensar con agilidad y asombrosa rapidez. Una media sonrisa propia de un Malfoy una mirada cálida digna de una Granger.

-Lucifer… -dijo la niña a medias.

Cuando vio las miradas de sus padres, supo que ninguno de ellos se había dado cuenta de aquello.

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Y bien? Cómo ha ido la lectura? Por cierto, por si alguien no lo sabía, los personajes, excepto los inventados por mí, son de J. K. Rowling.

En fin, que tal el capítulo? Como veis, se van descubriendo más cosas, cierto? Espero vuestros comentarios :D

Nos leemos pronto, un beso.