Hola a todos! A ver, quiero dedicar este bonus a un par de chicas que me llevan de cabeza; becky y shira, si no me dejais una dirección de correo no os puedo contestar, chicas, así que ya sabéis que hacer; sólo quería que supiérais que leo vuestros reviews, y para que veais que lo hago, este bonus lo he hecho especialmente para vosotras, una escena más de Draco – Hermione, vuestra pareja favorita.
Espero que os guste, bueno, a vosotras y a todos los que lo lean.
Nos vemos en el proximo capitulo. Sed buenos!
Nos leemos pronto!
CHAPTER BONUS 5: Un día muggle
Draco miraba escéptico a Hermione mientras la chica estaba de pie, frente a él con una sonrisa en los labios. Aquello hubiese sido una escena completamente normal si no hubiera sido por el hecho de que las botas que la chilla llevaba puesta tenían una cuchilla de acero en la planta del calzado y, a sus espaldas, una gran y enorme pista de hielo con chicos de su misma edad, se extendía.
Las mejillas sonrosadas después de haber dado un par de vueltas a la pista, el cabello rizado escondido bajo el gorro rojo de lana y la bufanda de un color rosa pálido alrededor de su cuello, le confería una apariencia dulce y tierna que a Draco se le antojaba demasiado sexy.
-¿Estás segura de que eso es seguro? –preguntó el chico por décima vez.
Hermione le sonrió y asintió mientras le tendía un par de patines de color negro. El chico bufó y sin poderse negar a la mirada brillante de la chica se colocó los patines mientras repasaba mentalmente cómo ella lo había convencido para aquello.
(flashback)
Se veía algo decaída; aunque estaba preciosa. Aquel sábado se había puesto un vestido de varias capas de gasa de colores rojizos y rosados, de media manga y ceñido a su pequeña cintura. El cabello recogido en una coleta mal hecha dejaba escapar algunos rizos que jugaban en la frente y rozaban sus mejillas sonrosadas mientras estaba sentada junto al lago con un libro en su regazo al que apenas prestaba atención.
Draco se deslizó desde su escondite, el tronco de uno de los árboles, y con pasos silenciosos se situó detrás de ella, tendiéndole una violeta silvestre desde detrás. Un segundo; ese fue el tiempo que Hermione tardó en girar su cabeza y sonreírle como sólo ella sabía hacer.
-Hola preciosa –le dijo el chico antes de darle un suave beso en los labios que a ella le supo a poco-. ¿Qué hacías? Te saltaste la comida.
-Leer; supongo que se me pasó el tiempo –contestó ella con simpleza antes de pasar una mano por la nuca de él para atraerlo en un nuevo beso que el chico aceptó gustoso y devolvió con el mismo gusto. Ella lo separó-. ¿Por qué sabes a fresas?
Draco le sonrió de forma enigmática.
-El postre era tarta de fresas –contestó relamiéndose.
Hermione sonrió dejando escapar una leve risita. Draco adoraba las fresas, no importaba lo mucho que dijera que las aborrecía y que las encontraba una comida de pobretones, ella sabía la verdad; lo había visto comprar pasteles enteros en Honeydukes y devorarlos antes de llegar a Hogwarts, y aunque él alegaba que lo hacía para que nadie hiciese preguntas, ella sabía que lo hacía porque le encantaban.
-Te traje un trozo –añadió el chico divertido sacando de su túnica oscura un pequeño recipiente que agrandó con la varita-. Toma, está buena –añadió mientras le tendía el generoso trozo de tarta.
Hermione aceptó la tarta y le dio un mordisco sustancioso ante la atenta mirada del chico que casi contuvo la respiración cuando un poco de jengibre de fresa se escapó por la comisura de los labios de la chica. Hermione iba a limpiárselo cuando él se lo impidió.
-Deja, yo lo hago…
Ella sonrió, pero no dijo nada, dejando que el chico se acercara hasta su rostro y succionara con sus labios el líquido rosado a la vez que su lengua acariciaba el dulce tacto de su piel.
-Goloso… -le recriminó ella entre risas.
-Tú y pastel de fresas… ¿cómo podría resistirme a las dos grandes tentaciones de mi vida?-ella no contestó con palabras, pero le dio un suave beso en agradecimiento- ¿Qué te ocurre? Pareces distraída –añadió al ver la mirada interrogante de ella.
-Estoy un poco deprimida, no es nada –comentó la chica.
-¿Por qué? Si alguien te ha hecho algo, yo…
-No, nadie me ha hecho nada –contestó ella divertida por la sobre protección que Draco siempre demostraba hacia su persona-… Sólo… es todo esto… -dijo mirando a su alrededor.
Draco frunció el ceño.
-¿El colegio?
-El colegio, los profesores, los chicos, las clases…
-¿Yo? –preguntó algo temeroso Draco.
-Incluso tú… -le contestó ella sonriendo dulcemente. Al ver la expresión de Draco, Hermione le acarició la mejilla y le hizo un gesto para que se sentara a su lado-. Es todo este mundo Draco… Me encanta ser bruja pero a veces siento nostalgia de mi mundo.
-Pero este es tu mundo –dijo el chico.
-No. Este es tu mundo –le corrigió Hermione-. Y es mi mundo ahora… Pero nunca lo fue en un principio… ¿Qué hacías cuando tenías siete años?
-¿Siete años? –intentó recordar y una sonrisa iluminó su rostro-. Severus me enseñaba a hacer mis primeras pociones… Lo recuerdo porque la primera vez que mezclé el sérum de mandrágora con la piel de serpiente el caldero explotó.
-Yo a los siete años estaba sentada leyendo un libro de cuentos que mi madre me había regalado por mi quinto cumpleaños –le dijo ella sonriendo mientras imaginaba a un mini Draco torpe en pociones, cosa inimaginable.
-¿Y qué?
-¿Y qué? –preguntó ella-. ¿Tienes idea del tiempo que hace que no hago cosas de mi mundo?
-¿Te refieres al mundo muggle? –preguntó Draco.
-Sí Draco, a so me refiero. Me parece que hace siglos que no hago cosas tan simples como hacer galletas de chocolate con mi madre, ir a los torneos de tenis con mi padre o incluso patinar… Me encantaba patinar en esas grandes pistas de hielo… -añadió con tono soñador.
-¿Pitinar?
-No Draco, patinar –le corrigió sin poder evitar reírse un poco de su novio. Draco le sonrió de vuelta.
-¿Quieres patinar?
-Quiero hacer algo más que magia Draco… Necesito ser muggle aunque sea por un solo día. Sólo un día; con eso me conformaría… Olvidar por unos segundos que soy bruja, simplemente ser una chica de dieciséis años, normal, sin más problemas que el "qué me pondré" o el "qué pensará mi novio de mí" o…
Los labios de Draco atrapando los suyos la silenciaron y ella se dejó hacer. La mano de Draco se deslizó hacia la espalda de ella mientras que la otra estaba en su cintura; Hermione no pudo resistir la tentación de enlazar sus manos alrededor del cuello del chico, detrás de su nuca. Besos y caricias. Era todo lo que podía sentir. Ni siquiera fue consciente de cuándo Draco la inclinó sobre la hierba obligándola a recostarse en lo verde de los terrenos hasta que él no dejó sus labios y levantó su cabeza.
-Mañana –le dijo el chico besándole la punta de la nariz-. Te prometo que mañana tendrás tu día muggle.
-Draco yo no… -pero él la volvió a callar con un beso.
-Déjame hacer a mí, ¿de acuerdo? Te prometo un día sin magia… -frunció el ceño-… Aunque tendremos que saltarnos las clases… -miró a su novia sopesando las posibilidades de que ella aceptara saltarse las clases y estaba ya meditando una respuesta válida cuando la voz de Hermione le sacó de sus pensamientos.
-De acuerdo… -Draco la miró sorprendido y ella rió-. ¿Qué?
-¿Eres consciente de que perderemos clases? –ella lo miró-. A mí no es que me importe mucho, pero creí que tú…
-¿Insinúas que no puedo saltarme las clases cuando quiera? –preguntó fingiendo enojo.
-No, afirmo que eres tan responsable y que te gusta tanto estudiar que es imposible que te saltes las clases sin que después no tengas cargo de conciencia –le contestó él con tranquilidad antes de besarla de nuevo brevemente, demasiado breve para el gusto de ella.
-¡No es cierto!
-Sí lo es y me gustas y te quiero por eso –le sonrió antes de levantarse.
-¿Dónde vas?
-A ver a Severus, si quiero que mañana tengas un día muggle necesito su ayuda para una cosa –ella sonrió-. Te quiero, preciosa –le dijo una vez más besándola.
-Yo también te quiero, dragón –le contestó ella.
(fin flashback)
Severus había parecido un poco sorprendido cuando él le había pedido un trasladador para el Londres muggle, pero no le había hecho ninguna pregunta al respecto. Claro que después de la cena, cuando el profesor de pociones le había preguntado si eso tenía algo que ver con que la señorita Granger hubiera ido al despacho del director y le hubiera pedido el día siguiente libre según ella porque no estaba muy animada, Draco no había podido evitar sonreír. Sabía que Hermione no soportaría el cargo de conciencia.
Así que ahora estaba allí, con aquellos… ¿patines había dicho que se llamaban? Con aquellos patines puestos y sin querer levantarse del banco de madera donde estaba sentado por miedo a hacer el ridículo. Hermione, con aquella capacidad de leerle la mente, le sonrió y le tendió una mano.
-Vamos… te prometo que te sujetaré cuando te caigas –le aseguró ella. Lo miró entornando los ojos-. Me prometiste un día muggle.
-Exacto, te prometí a ti un día muggle, no para mí –le dijo el chico.
Hermione sonrió y separando sus piernas se sentó a horcajadas sobre el rubio, enlazando sus brazos detrás de la cabeza de él y jugando deliberadamente con el cabello de su nuca, sabiendo lo mucho que le gustaba a Draco que hiciera aquello. Nunca había abusado de, como decía Ginny, sus armas de mujer, pero llevaba dos horas patinando sola y quería que su novio patinara con ella, y sabía que aquel era el único modo de conseguirlo.
Notó como el chico sonreía traviesamente mientas colocaba sus manos en la cintura de ella para evitar que se cayera hacia atrás resbalándose y esperó pacientemente y con una ceja enarcada de forma elegante y sugerente a que ella hablase.
-Una chica muggle normal patina con su novio… -empezó a susurrarle cerca de los labios-… no sola… -se inclinó hacia delante dejando que un rizo rozase la mejilla se Draco y de forma descuidada, se dirigió a su oído con suavidad-… ¿vas a dejarme sola en esa pista tan grande?
-Hermione… -el chico cerró los ojos al notar la proximidad de su novia tan cerca de él y estrechó aún más su abrazo-… no va a funcionar…
-¿Qué no va a funcionar? –preguntó ella mientras empezaba a besar con dulzura el lóbulo de la oreja del chico.
-Eso… esto… no va a funcionar… sé lo que estás haciendo… -le contestó él en un susurro entrecortado.
Hermione rió divertida y Draco tuvo la sensación de que iba a derretirse si seguía riendo de esa forma tan cerca de él.
-No sé de qué me hablas… -afirmó ella con fingido tono de solemnidad antes de volver a besar su cuello.
-Esto se llama chantaje… -replicó el chico cuando notó que una de las manos de Hermione se estaba entreteniendo en la base de su nuca dibujando sobre su piel círculos con su dedo.
-Por favor… -le pidió la chica dejando su cuello unos segundos y mirándolo a los ojos sin dejar de juguetear en la nuca.
Draco suspiró sonoramente y Hermione sonrió satisfecha al reconocer aquel gesto como expresión de abatimiento en su chico; ella había ganado.
-Sólo una vuelta –indicó Draco mientras le daba unas palmaditas en la cadera para indicarle que se quitara de encima de él-. Y como me dejes en medio de esa pista de hielo, te vuelves solita a Hogwarts, ¿me has entendido?
Hermione le sonrió y le besó antes de tomarle de la mano y ponerse de pie con tranquilidad mientras que Draco parecía bastante incómodo al tener que hacerlo; andar con dos cuchillas en los pies no era algo que querría hacer, la verdad es que podría morir sin haberlo hecho en su vida, pero valía la pena únicamente por ver la cara de felicidad y el brillo en los ojos de Hermione.
No estaba tan mal después de todo. Resbalaba, pero era hielo, se suponía que debía de pasar eso ¿verdad?
Hermione lo tomó de ambas manos y se colocó frente a él para caminar de espaldas mientras le enseñaba las nociones básicas para que pudiera mantenerse en la pista de hielo al menos dos minutos sin caerse; sabía que el orgullo Malfoy quedaría muy dolido si no conseguía dominar ese tipo de diversión muggle y si el orgullo Malfoy quedaba dolido, ella pagaría el mal humor de Draco, aunque también sabía que Draco no estaba de mal humor con ella casi nunca.
-Vamos… es fácil… un, dos tres y te dejas llevar… -comentó la chica divertida-… un, dos, tres y te dejas llevar… -Draco la miró malhumorado-. ¿Qué?
-Estás disfrutando con esto ¿cierto?
-¿A qué te refieres? Y no te pares –añadió siguiendo patinando mientras Draco empezaba a hacerlo también.
-A esto; disfrutas de que no pueda hacer algo que tú sí sabes hacer.
Hermione le soltó las manos unos segundos y se acercó a él sonriéndole.
-No, disfruto enseñándote algo para poder compartirlo contigo, que es muy distinto… -le aseguró ella.
Draco sonrió. Ella tenía razón otra vez.
-¿Nunca te cansas de tener siempre las palabras adecuadas para el momento oportuno?
Pero ella no le contestó. Le tomó de la mano derecha enlazando sus dedos con los de él y empezó a patinar con un ritmo lento y sencillo esperando pacientemente a que él encontrara su equilibrio y se adecuara al hielo.
Una vez superado los primeros impulso de hechizarse a sí mismo para poder mantenerse de pie sin tambalearse y una vez pudo ignorar el dolor que los patines estaban ocasionando en sus pies con aquella cuchilla de acero además de ignorar de forma deliberada a todos los muggles que lo miraban con curiosidad haciendo incluso apuestas entre ellos sobre cuándo caería, no parecía tan malo.
Hermione no se había separado de él ni un momento, tal y como el chico le había pedido, y únicamente se soltaron de las manos cuando el chico decidió que podía patinar solo.
Ella observó como se deslizaba por el hielo con pasos torpes, pero pese a los tambaleos continuos y la pérdida ocasional del equilibrio que el chico recuperaba inmediatamente, Draco seguía manteniendo ese aire de elegancia que lo caracterizaba.
Lo amaba. No había duda. Sus defectos y sus virtudes, todo formaba parte de él; amaba a ese chico como jamás podría amar a nadie. Y no importaba lo que ocurriera o lo que pasara, sabía que siempre lo iba a amar.
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En medio del pasillo que conducía a las mazmorras, las figuras de Hermione y Draco aparecieron de la nada; por suerte para ellos, Filch estaba demasiado ocupado en el cuarto piso vigilando la entrada de la enfermería, donde Peeves le había dicho que había un estudiante fuera de la cama.
-¿Me acompañas hasta Gryffindor? –sugirió Hermione que parecía bastante reacia a soltar la mano del chico.
-¿Por qué no te quedas a dormir conmigo? –susurró Draco con una sonrisa.
-¿En Slytherin? Estás loco… -dijo ella creyendo que se trataba de una broma únicamente. Draco enarcó una ceja-. No bromeas ¿verdad?
-Vamos… a esta hora no hay nadie en la sala común, y en mi habitación tampoco… -añadió él risueño al ver como las mejillas de la chica seguían sonrojadas del frío del hielo-… No quiero que esta noche termine…
-¿Y cómo salgo yo mañana de Slytherin sin que un mar de verde y plata se me eche encima? –preguntó con algo de burla y sorna.
Draco sonrió mientras susurraba la contraseña de Slytherin y entraba en la vacía sala. No le contestó a la pregunta mientras la besaba en medio de la sala común de las serpientes, ni tampoco lo hizo mientras conducía a Hermione hacia su cuarto entre ocasionales carcajadas, caricias y besos fugaces y robados que a ella no parecía importarle que le robaran; ni tampoco le contestó cuando entraron en el cuarto y él cerró la puerta con un hechizo.
Abrazándola por la cintura se dejó caer hacia atrás sobre la cama, rebotando en el colchón y sintiendo el dulce aroma de Hermione cerca de él. Ella rió divertida.
-¿Y quién ha dicho que vaya a dejarte salir? –preguntó él finalmente-. Es lo menos que puedes hacer para compensarme por el día muggle que me has hecho pasar –rodó los ojos en un vago gesto de exasperación-. Quédate conmigo.
Hermione asintió levemente antes de que él diese la vuelta en la cama quedando sobre ella. Sus labios buscaron los de él alzando la cabeza y Draco se inclinó para facilitarle la tarea, saboreando cada centímetro de su boca, profundizando el beso y sintiendo la caricia que los labios de la chica le proferían, iniciando una danza conocida por ambos pero de la que nunca estaban cansados.
-Draco… -murmuró ella cuando el chico se separó a desgana para tomar un poco de aire-. ¿Has ido a un parque de atracciones muggle alguna vez?
Esta vez, fue el chico quien rió.
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Hola de nuevo, soy yo, la de antes, la de arriba…
En fin… que tal el bonus? Os ha gustado?
Bueno, ya sabeis que los bonus son más cortos que los capitulos, asi que espero que no haya habido sorpresa porque sea tan corto :D
Ya sabeis que los bonus los hago como premio, como petición o como recompensa, así que ya sabeis que teneis que hacer :D
Un besito para todos y Feliz Año Nuevo, espero que vuestros deseos se hagan realidad.
Cuidaos mucho, vale?
Nos leemos pronto!
