Compras

Habían llegado al Callejón Diagon. Todos se tenían que comprar ropa excepto Ron. A Harry su túnica le quedaba un poco corta, así que no se pudo librar de ir de compras. Aquella tarde fue bastante calurosa, no sabía en que sombra ponerse para que no le llegara la fuerte luz que mandaba el sol.

-¿Qué te parece este vestido?- le preguntaba Ginny sosteniendo sobre ella un precioso vestido azul aguamarina.

-Es bastante bonito, pero seguro que será más bonito cuando te lo pruebes.

En cuestión de segundos Ginny se metió en los probadores, y en seguida estaba fuera.

-Ginny, te queda… te queda…- Harry no podía decir esa palabra, Ginny estaba realmente preciosa-. Estás…

-Vale, con tu mirada ya me has dicho todo- le dijo Ginny riéndose. Y cuando ésta se dio la vuelta Harry no podía creérselo. Su novia estaba más buena de lo normal, no sabía como durante tantos años se había paseado delante de ella y no se había fijado.

-Tú así no vas a ningún lado- le dijo Harry.

-¿Cómo qué no?

-No, ese vestido te hace demasiado buena. No quiero que los demás te miren.

-Aish, capullín. Lo mismo te diré cuando te pruebes tú la túnica- le dijo Ginny tocándole de la barriga.

-¡Ginny! Estás guapísima- le dijo Hermione. Ella iba con un vestido color granate. Le quedaba bastante bien

-Ginny, no pensarás en ir así a la boda- le dijo Ron-. Vas demasiado… demasiado…

-Guapa- y esta vez era la Sra. Weasley. Harry entonces se dio cuenta de que todos los que estaban en la tienda la estaban mirando.

-Vale, vale… dejar de admirarme. Me tengo que cambiar. Y este me lo llevo- dijo Ginny, y esto último sacándole la lengua a Harry y Ron.

Harry buscaba en la tienda algunas túnicas, quería algo sencillo. Y en ese momento llegó Ginny por detrás.

-Harry, ya tengo el vestido.

-Dámelo

-¿Qué? ¿No vas a dejar que me lo compre?

-Claro que sí, pero te lo voy a comprar yo- y la besó.

-Harry este está muy bien- le dijo Ginny cuando volvió de haber comprado el vestido-. Te resaltaría ese cuerpo que has conseguido a través de… bueno, mejor me callo- dijo al ver que su hermano se estaba acercando.

-Hombre, pues sí. Me gusta.

-Pues pruébatelo, anda. Y ahora te adoraremos a ti.

Harry entró en los probadores. No sabía como pero a lo largo de los años había conseguido un cuerpo que muchos otros envidiaban. A él le parecía el de siempre, pero Ginny siempre le decía que le daba cosa llevárselo por ahí vaya a que se lo robaran. Se puso la túnica y salió para que lo viera.

-Dios, Harry… estás… estás…

-Vale… estoy qué

-Im-presionante. Yo no te dejo ir sólo así por ahí.

-Por lo que veo ya me comprendes.

-¡Ay va! Te queda… estupendamente.- le decía Ron con una cara de sorpresa.

-Ginny, yo que tú no lo dejaría suelto mucho por ahí- le decía Hermione.

-Bueno, entonces, me lo llevo. Por cierto, Hermione, con ese vestido beige estás realmente preciosa-. Hermione se había cambiado de vestido, y ahora llevaba uno muy simple, pero realmente precioso.

-Oh, gracias Harry.

Todos salieron con sus compras. Era ya muy tarde, y en la mañana siguiente se tenían que levantar bastante temprano para ayudar a la Sra. Weasley a preparar un poco los adornos de la boda.

-Bueno, vayámonos todos. Tenemos que irnos ya a cenar. Papá llegará dentro de un momento y Charlie, Bill y Fleur estarán hambrientos.- dijo la Sra. Weasley.

En un momento estuvieron todos en La Madriguera.

-Oh, por lo que veo ya habéis llegado de compraros la ropa, anda que me avisáis- dijo Charlie con reproche.

-No sabíamos que querías venir, sino por nosotros no nos importaba- le dijo la Sra. Weasley a su hijo.

-Pero no me habéis dicho nada, y encima me habéis dejado con estos dos tortolitos- dijo, señalando a Bill y a Fleur.

-No será para tanto, yo tengo que aguantar a estos… -pero Ron se había callado, ahora era Ginny la que le estaba pegando un pisotón.

-¿A quién Ron?- le preguntó Charlie

-A nuestra hermanita y a Harry- interrumpió la conversación Bill.

-No me digas… Ginny, ¿y no me lo has contado?

-Em, Charlie, verás… no sabía…

-Eso está bien. Ya no eres esa niña pequeña que eras antes- dijo Charlie. Por fin alguien en la familia que ya se había olvidado de la posibilidad de que Ginny fuera aún virgen.

-Bueno, ¡todos a cenar!- dijo la Sra. Weasley.

Cenaron y subieron cada uno a sus cuartos, aunque Harry, Ron, Hermione y Ginny se fueron al de Ron. Jugarían a algo y después se acostarían.

Estuvieron jugando a los naipes explosivos un rato, y más tarde ya todos estaban bostezando.

-Bueno, será mejor de que nos vayamos a la cama Ginny, mañana vamos a tener que levantarnos temprano- dijo Hermione. Y tenía toda la razón.

Se despidieron, se dieron las buenas noches, y todos se acostaron.

Harry no podía conciliar el sueño. Pensaba en la búsqueda de los horcruxes, en la profecía, en su vida, en la vida de Ginny, en lo que harían cuando derrotase a Voldemort. Decidió que tan sólo iba a pensar en Ginny y… se durmió.

-Harry… Harry- era Ron, tenía una cara de sueño espectacular.

-Voy, voy…

Bajaron y, en el comedor, estaban las chicas.

-Buenos días.

-Buenos días- dijo Harry, y le dio un beso en la mejilla a Ginny.

-Mañana es la boda, así que hoy ayudaremos un poco con los preparativos porque mamá no puede con todo ella sola, como Fleur no hace nada…- dijo Ginny- ¡Ron, ¿me estás escuchando?

-Ah, sí sí- pero Ron no la escuchaba, estaba mirando por la ventana, así que Harry miró también por ella y supo porque Ron estaba así.

-Déjalo, está mirando a Fleur- le dijo Harry a Ginny en un susurro, pero lo bastante alto como para que Hermione se enterara.

-¡No aguanto más!- Ginny se levantó y le pegó una colleja a Ron y este saltó de su ensimismamiento.

-¿Qué pasa? ¿Qué pasa?- decía Ron

-¡¿Qué que pasa!- Ginny estaba muy furiosa

-Ginny, tranquilízate- le dijo Harry.

-¡No quiero tranquilizarme!

-Ginny, tienes que saber que tu hermano es…- dijo Hermione, pero Ginny la interrumpió.

-¡Mi hermano lo le pasa es que es un gilipollas! ME TIENE HARTA.- dio un puñetazo en la mesa, se levantó y se fue.

-Ginny, Ginny… yo…- pero Ron empezó a ponerse morado-. ENVIDIOSA DE MIERDA, VEN AQUÍ. GINNY, VEN AQUÍ AHORA MISMO. TE VAS A ENTERAR- pero Harry se había puesto delante con la varita alzada.- ¿QUÉ HACES HARRY?

-Como vuelvas a amenazar a tu hermana no respondo, me da igual que me metan en Azkaban, te digo que no respondo.

-Harry, baja la varita por favor…- le suplicó Hermione-. Podemos ayudarle, creo que hay alguna poción para intentar paliar los efectos de las veelas.

-Vale. Pero Ron, recuerda, como le hagas algo a tu hermana no respondo como tu amigo, ¿de acuerdo?- dijo Harry.

-De acuerdo.

Todos, incluso Ginny que había bajado al oír la voz de Harry, empezaron a desayunar.

-Ron, Ginny, Hermione, Harry, ¿qué ha pasado? He oído voces desde el jardín. ¿Os encontráis bien?- le preguntó la Sra. Weasley que acaba de llegar al comedor.

-Sí, sí, Sra. Weasley.- le contestó Hermione, y la ésta se fue otra vez al jardín.

-Ginny, esto… lo siento. Tienes que saber que me afecta mucho. Perdóname, por favor.- le suplicó Ron.

-Aish, Ron… claro que te perdono. Pero tienes que intentar controlarte.- le respondió Ginny y le dio un beso en la frente.

-Pero, lo curioso, es que a Harry no le afecta, tan solo a ti- dijo Hermione.

-Yo es que ya tengo una veela particular- susurró Harry de forma de la que tan sólo Ginny se enterase.

-Fuera bromas, me parece muy extraño. Y, además, es casi siempre cuando está Harry delante y… está con Ginny.

-¿Crees que me intenta hechizar a mí?- le preguntó Harry

-Ni idea, pero me parece sospechoso.

-Harry, ¿por qué a ti no te afecta?- preguntó Ron a su amigo.

-A mí, sinceramente nunca me ha afectado mucho. Pero ahora menos, ya que la tengo a mi lado- abrazó a Ginny y le dio un beso en la frente.

-Harry… creo que ya sé porque…- pero Hermione se paró.

-Saber, ¿Qué?

-Déjame pensar durante el resto del día, ¿de acuerdo?

Y Harry asintió con la cabeza. Terminaron de desayunar y se fueron al cuarto de Ginny a hablar y jugar.

-Creo que es hora de que nos bajemos, mamá habrá puesto ya la comida- dijo Ron.

Todos asintieron y bajaron. Se encontraron a Fred y a George en la mesa ya sentados, los saludaron con la mano, y se sentaron a su lado.

-Vosotros comeréis ahora con nosotros, y después comerán los demás- dijo Fred.

-Por cierto, mamá nos ha contado de que le pareció que gritabais, y Charlie dice que os oyó pelearos- dijo George

-Y nos gustaría- continuó Fred- saber porque os peleabais. Charlie dice de que era una pelear entre Ginny y tú- dijo Fred señalando a Ron-. Y queremos saber por qué.

-Fred, George, yo… yo… grité a Ginny…- y diciendo esto se ruborizó- porque… Fleur estaba delante, y creo que me hechizó.

Se hizo un silencio, y todos, al ver que nadie hablaba, empezaron a comer.

-Vamos, me tenéis que ayudar a preparar las cosas para mañana- dijo la Sra. Weasley.

Todo el día que quedaba se pasó enseguida, y de repente Harry se encontraba en la cama. Mañana sería el día de la boda de Fleur, y no quería que su amigo se comportase con Ginny como lo hizo en el desayuno, y como lo hizo más tarde cuando estaban preparando los exteriores. A Harry eso le enfadaba mucho, ya que, aunque Ron fuera su mejor amigo, Ginny era su novia.