Cap 2: Huida de Privet Drive


Eran las 11:33 y Harry, tirado al final de su cama, esperaba que el guardabosques cumpliera su promesa. Sólo esa promesa lo mantenía despierto, a pesar de no haber almorzado y del rato malo con tía Petunia horas antes. Trataba de imaginar que pronto estaría con sus mejores amigos, y que volvería a Hogwarts, de nuevo con Hagrid, con Ron, con Hermione, y jugando al quiditch con total normalidad.

Estaba acariciando a Hedwig cuando lo oyo. Era un ruido como de árboles que se restriegan entre sí. Pero eso era imposible, era verano, y en verano no hay vientos fuertes que inclinen los árboles y hagan caer las hojas. Harry se incorporó rapidamente y se apuró a abrir las cortinas. Cuando se asomó a la ventana, vio una gran sombra suspendida en el aire. Se restregó lo ojos, por si el sueño lo engañaba, pero la gran sombra continuaba allí, y se acercaba hacia él.

Se acercaba, y cada vez se hacía más y más grande. La sombra avanzaba tambaleándose en lo que parecía ser una escoba, y cuando ya hubo llegado al alfeizar de la ventana de Harry, se quitó la gorra de lanilla que cubría la mitad de la cara, y...y tuvo que hacerse a un lado tanta barba para que se le pudiera ver y escuchar bien.

- OH HARRY, LAMENTO LLEGAR TAN TARDE, ES QUE, TU SABES, TENGO PROBLEMAS DE VUELO, Y...

-hagrid, baja la voz..

- DUMBLEDORE ME CONVENCIÓ DE HACERLO, Y CONSIGUIÓ ESTE ESCOBÓN...

- hagrid, por favor, shhh! mis tíos se despertarán!

- HAZ CRECIDO MUCHO, HARRY...WOW! VAYA QUE TE PARECES MÁS A TU PADRE!

- HAGRID! SI NO TE CALLAS MIS TÍOS SE DESPERTARÁN Y ME GRITARÁN! SILENCIOOOOOOOOOOO!

Hagrid se calló derepente. Se había dado cuenta del escándalo que estaba armando en el vecindario al ver a una chica morena asomarse por la ventana de al lado. Se escabulló a toda prisa en el árbol más próximo y esperó a que la chica se escondiera. Esperó un minuto, y se asomó a ver si no habían muros en la costa.

La chica seguía allí... aunque era distinta. Esta vez, Hagrid veía a una rubia que hurgaba con la vista entre los matorrales de su jardín. Se sobo los ojos frenético y volvió a mirar: ya no estaba.

- Hagrid!

Harry ya había abierto la ventana y se había avalanzado a abrazar a Hagrid. Este se sorprendió un poco, pero lo abrazó también. Se habían extrañado mutuamente durante todo el mes...Harry invitó a Hagrid a pasar a su cuarto, pero Hagrid hizo un gesto como el de "no encajar" en él. Harry entendió y salió con su escoba al aire fresco de la noche.

- ¡Qué buena sorpresa, Hagrid! y yo que creía que la peliroja nos descubriría...

- ¿De qué pelirroja hablas, harry?

- de la que se asomo hace un rato...

- era rubia, harry... ¡ja! ¡peliroja! ¿con que te estan gustando las pelirojas, eh, Harry?

- Bueno, Hagrid, ¿que más da? peliroja, rubia, o lo que fuera, mete las narices donde no la llaman...

- esta bien, tienes razón, harry... pero dime, ¿como has pasado este verano?

Harry cambió su expresió a la de "¿cómo crees que se pasa un verano con los Dursley?" e inmediatamente Hagrid se hizo el desentendido, alzó su brazo y consultó el reloj de muñeca que llevaba puesto.

- LAS DOCE Y TREINTA! Harry tienes que venir conmigo! Iremos a Londres para comprar de una vez tus materiales para el sexto curso, y de ahi vamos vía traslador a ...

La puerta se abrió de golpe. Vernon Dursley, en bata y con un rifle, salió de improviso, y apuntó directamente a la ventana abierta. Avanzó sigiloso hacia ella, segurísimo de haber escuchado voces minutos antes. Justo cuando asomaba su regordeta cara por el alfeizar, Hagrid acercó su gran rostro barbudo, y ambos, Tío Vernon y Hagrid, estuvieron cara a cara. Tío Vernon pegó un grito y salió corriendo a llamar a su esposa tan rápido como le permitieron sus rechonchas piernas.

Pero ya era tarde. Harry estaba sentado en su Saeta, y desde ahí veía las caras de enfado de sus tíos y de su primo, de los que había escapado una vez más.