Cap 6: La Votación de la CAV


- ¡HERMIONE! ¡HERMIONE!

Le dolía la garganta de tanto gritar: ya habían pasado 15 minutos de su llegada a Little Scrock, y Hermione no aparecía por ningún lado. Es más, Harry ya había recorrido los alrededores de la calle y hasta consultado con los vecinos, y todos coincidían en afirmar que aquella casa, la número 5, siempre había estado deshabitada.

Harry estaba completamente confundido: ¿Para qué Hermione lo había hecho venir con tanta urgencia si no estaba allí? ¿Es que le había tomado el pelo? ¿o es que ella no estaba enterada de la reunión en casa de Madame Maxime?

¡LA REUNION! - Harry pensó, sobresaltándose y llevándose una mano a la cabeza. Había olvidado completamente la reunión al estar buscando a Hermione.

"No puedo fallarle a Hagrid" pensaba Harry mientras recogía su escoba del suelo y pateaba en contra, para impulsarse y salir rumbo a la mansión. Quince minutos más tarde, ya había llegado al tragaluz de su cuarto. Ágil, trepó hacia la abertura, con la escoba en mano, y se hizo paso para entrar en su dormitorio. Cayó de bruces y se incorporó rápido. Sin pensarlo más, se desvisitó y se puso su túnica de gala. Se acomodo los zapatos, se puso bien los lentes y perdió el tiempo tratándo de acomodarse el pelo rebelde. Se miró al espejo: tenía buena pinta. "Ya está" se dijo así mismo, y bajo al primer piso.

La casa estaba soberbia: habían terminado de adornarla con hadas como las del Gran Salón, y por todos lados se veían estatuas y bustos de gente desconocida para Harry: grandes magos y brujas de distintas nacionalidades que habían hecho grandes cosas por su país.

Harry continuó el trayecto hacia el Gran Salón lo más rápido que pudo; al llegar a sus puertas, dos magos uniformados se aparecieron en frente, flanqueando un cartel que ponía: CAV

- Nombre - dijo uno de los magos

- Harry Potter

El mago que había hablado chequeo en su lista. Hizo una marca en el papel y asintió, mirando a Harry.

- Adelante, Sr. Potter

Ambos magos abrieron las puertas y a Harry le pego en el rostro luces de muchos colores. Dio pasos, a pesar de no ver nada, y enseguida distinguió las figuras sobresalientes de Hagrid, Madame Maxime, y, por supuesto, la de Grawp. Harry se aproximó como pudo entre la gente (habían muchísimos invitados) pero de improviso una mano lo jalo.

- HARRY! QUÉ BUENO VOLVER A VERTE! PERO MIRA QUE GRANDE ESTÁS! NO ESTÁS EMOCIONADO? YO SÍ!

Harry alzó la vista: una chica de pelo lila con puntas negras y ojos celestes lo estaba mirando. La chica tenía una expresión de cariño en el rostro, y aunque Harry hubiese querido devolverle la sonrisa, no podía, porque no la conocía.

- ¿Quién eres?

- ¿COMO QUE QUIEN SOY? EH, QUE NO ME RECONOCES?

- La verdad, no - desapareció la sonrisa de la cara de la chica, y por eso, Harry agregó: - lo siento...

- No, no te preocupes! - respondió la chica, renovando su sonrisa - me acabo de acordar que hoy cambié mi aspecto! espera un momento!

La chica hizo un gesto de esfuerzo en el rostro y de repente, este empezó a cambiar: se volvió más fino, con ojos más grandes y el pelo corto de un castaño suave. Tonks parpadeó rapidamente, como terminando la transformación.

- TONKS!

Harry por fin la había reconocido y estaba feliz de haberlo echo: así no estaría solo en tremenda reunión y podía hablar de la Orden con confianza.

- Vaya Harry... todo lo que me cuentas me parece muy extraño... Hermione no te llamaría con urgencia para algo sin importancia... no lo sé... tal vez te hayas equivocado de dirección - Después de 10 minutos, Harry ya le había contado todo a Tonks, desde el rescate de Hagrid hasta la carta de Hermione...

- Pero si te digo que la revisé con mucho cuidado, es más, hasta verifique que fuera la letra de Hermione, por si acaso ella estuviese aún con Ron y no fuera su carta...

- No, Harry, ésa sí es su carta: cuando pasaron las dos semanas de estadía en París, los Weasley y los Granger se despidieron; los Weasley regresaron a la Madriguera, y los Granger... bueno, no sé donde estarán los Granger ahora, pero de lo que estoy segura es de que no están en Francia.

Harry miró al piso... ¿qué le quedaba pensar si Tonks le decía que la carta sí era de Hermione?... ¿Qué Hermione le había jugado una broma? no, era imposible...

Tonks hizo un gesto como de querer comfortarlo, pero en ese instante se hizo silencio y Dumbledore apareció en el estrado del Gran Salón.

Albus Dumbledore se veía más viejo y cansado que el último día que Harry lo vio, antes de irse de Hogwarts. Estaba vestido con una túnica morada, adornada con estrellas plateadas, y un gran sombrero de punta, que lo hacía ver más alto de lo que ya era.

Tonks empujó a Harry para que éste también se sentase, como lo habían hecho los invitados para eschuchar a Dumbledore, pero Harry sintió una gran mano que lo levantó de un tirón, al igual que a Tonks.

Hagrid era el dueño de la gran mano, y con la misma estaba llevando a Tonks y a Harry suspendidos a unos centímetros del suelo hacia afuera del Salón

- Hagrid, yo soy mayor de edad, yo puedo participar!

-Me dijiste que estaba invitado, Hagrid, ¿porque no puedo votar, entonces?

- ...y además soy aurora, que no se te olvide!!

- ... si es porque no quiero dar un discurso, pues me parece muy injusto de tu parte Hagrid, yo no estoy preparado para...

Ya estaban fuera. Hagrid se llevó un dedo a la boca, para pedirles silencio. Inmediatamente, ambos se cayaron.

- Escuchenme bien los dos: tú, Harry, comienzas mañana el sexto curso, y ya es bastante tarde para que continúes aquí, a estas horas de la noche... y tú, Tonks, lo llevarás a la estación de King Cross mañana, así que tambien necesitas descansar, me entendieron?

- Nosotros queremos votar! - exclamó Tonks, a lo que Harry asintió - ¿por que no nos dejas hacerlo, ah, Hagrid?

- Porque... - y aquí fue cuando Hagrid se puso nerviosísimo, como cuando oculta algo - porque no se han informado bien para tomar una decisión tan importante... HASTA MAÑANA!

Hagrid se dio media vuelta y pasó por la puerta para volver a la reunión, dejando a Tonks y a Harry muy confundidos.