Cap 8: El Proyecto de Dumbledore


- Ah, Ronald Weasley, ¿no es así? también he leído sobre ti, claro, eres el mejor amigo de Harry Potter, ¿no? ¿qué haces aquí? ya no hay espacio para otro baúl! aunque tal vez solo quieras...

- ¿Quién es ésta? - preguntó malcriadamente Ron, interrumpiéndo a Becky - ¿Qué hace aquí contigo, Harry?

- Becky - dijo simplemente la chica, acercándose a Ron e intentado darle un beso en la mejilla, que Ron esquivó al momento.

- Ehm - Ron se aclaró la garganta, y se dirigió a Harry, ignorando la mala cara que había puesto Becky - Tengo un compartimiento en la parte delantera, y allí hay espacio suficiente para tus cosas.

Ron sacó el Baúl al pasillo y le hizo un gesto a Harry, para que lo siguiese. Sin ninguna pena de dejar a Becky sola, Harry cogió la jaula de Hedwig y se dispuso a seguir a Ron, cuando una mano lo jalo.

- ¿Me ayudas con el baúl?

"Esa tal Becky" pensaba Harry "se está pasando de la raya"

- Lo siento, Becky, sólo Ron y yo podemos ir al otro compartimiento...

- ¿Por qué? - preguntó desafiante Becky. Los ojos le brillaban de malicia

- Bueeenooo - "¿Por qué? ¿A quién se le ocurre preguntar por qué? " - porqueeeee... ¡porque ese lugar es sólo para estudiantes de Hogwarts que hayan estado desde el primer año!

Antes de que hubiera terminado la última frase, Harry ya estaba cerrando la puerta. Corrió lo más rápido que se puede si es que se jala un baúl, y en poco tiempo alcanzó a Ron. Ron tenía mejor cara desde que se percató que Becky ya no estaba y ayudó a Harry a entrar en el compartimiento. Harry tenía tantas cosas que contarle... y más cosas que preguntarle... pero Ron se le adelantó:

- ¿De dónde conoces a la chiflada de los lentes raros?

Harry, que había abierto la boca para preguntar primero, la cerró y la volvió a abrir

- ¡Yo no la conozco! estaba buscándote a ti y a Hermione y cuando me encontré con ella y no supe que hacer... ¡se abalanazó encima mío!

- Ya, ya... pero, hablando de Hermione, ¿sabes dónde está?

Ron había vuelto a quitarle las palabras de la boca.

- Eso mismo te iba a preguntar... desde que me mandó la carta de Little Scrock no se ha vuelto a comunicar conmigo...

Harry le contó todo lo sucedido a Ron: la primera carta de Hermione, la que tenía letra fea, y la segunda carta, la que se suponía era urgente.

- Mira Harry, no creo que haya sido una broma. Hermione no es de hacer bromas... En todo caso, cuando nos despedimos en Francia me dijo que iba a estar ocupadísima en lo que restaba de las vacaciones... no me quizó decir la razón, pero me dijo que no me preocupara... supongo que nos lo explicará todo en cuanto la encontremos, ¿no?

Harry dió como respuesta una triste sonrisa.

- Pero aún así - continuó Ron - ¿dónde está ahorita? ¿es que no está en el tren?

- ¿Vamos a buscarla?

Ambos salieron del compartimiento, y, por alrededor de 2 horas, buscaron a Hermione en cada uno de los cuartitos. Preguntaron, indagaron y hasta interrogaron a la sra. del carrito de dulces, sin obtener respuesta.

- Es inútil - jadeó Ron, mientras él y Harry volvían a entrar aus compartimiento, cansados - Hermione habrá aprendido a volar o algo, porque no sé como irá a llegar al colegio...

Ya había anochecido cuando llegaron. Harry y Ron bajaron del tren junto con su equipaje, subieron a uno de los carruajes rápido ("¡HARRY POTTER! ¡HARRY!" había gritado Becky a viva voz) y subieron la escalinata de mármol para llegar al vestíbulo. Allí, como era costumbre, estaba la profesora McGonagall, pero esta vez no guiaba a los alumnos de primer curso, sino que era seguida por filas de alumnos extranjeros muy emocionados, que miraban Hogwarts con curiosidad y que vestían ropas extrañas debajo de las túnicas negras que les habían proporcionado.

Harry y Ron, junto con todos los demás alumnos, entraron al Gran Comedor para esuchar el usual discurso de Bienvenida de Dumbledore. El director se paró después de que la sala estuviera en silencio y comenzó:

- ¡Bienvenidos, queridos alumnos y profesores, a otro año en Hogwarts! ¡Y Bienvenidos especialemente a nuestros primeros invitados extranjeros! - el Gran Comedor aplaudió y Dumbledore prosiguió - Quisiera empezar este discurso explicándoles la razón por la que tenemos invitados extranjeros en Hogwarts: es muy simple; se debe a un gran evento que se inaugurará en Halloween.

Hubieron murmullos excitados, y uno que otro aludió a un segundo torneo de los tres magos, como había ocurrido dos años atrás.

- Me temo de que no se trata de un segundo torneo de los tres magos, sino de algo con carácter mundial. Me refiero a un proyecto que ya fue aceptado por los líderes del mundo en una votación y que pondrá a Hogwarts como punto de encuentro entre jóvenes de todas las nacionalidades y culturas para un solo propósito: defendernos y estar listos contra Voldemort.

El Gran Comedor se llenó de gritos ahogados y todos empezaron a voltear en dirección a Harry.

- El Concilio Anti Voldemort, la CAV, llenará el programa escolar acostumbrado de distintas materias para cada curso, así como los invitados se acoplaran a todas nuestras clases. Los estudiantes extranjeros serán acomodados en las casas el día de la inauguración. Dirigiéndome a los alumnos y el personal de Hogwarts, espero su total apoyo y comprensión con este proyecto que busca la prevención y la confraternidad entre los países. Gracias.

El público tardo un poco en aplaudir. Los alumnos estaban impresionados por la noticia. Harry ya se esparaba algo así por parte de Dumbledore: él quería la protección de todos, la salvación de todos... incluyéndo a los más jovenes, era por eso que hacía aquel proyecto... Harry solo se preocupaba por Hagrid, ¿estaría bien?, o por Hermione, ¿dónde estaba?... mientras que Ron se preguntaba si algún colegio de Bulgaria asistiría a la CAV...

- Ah, por cierto - exclamó Dumbledore, haciendo que todo el Gran Salón se callara - el curso de Defensa Contra las Artes Oscuras será dictado fuera del horario de clase por profesores altamente cualificados y tan solo despues de Halloween... sin más que decir, ¡A Cenar!