- ¿Hermione? - susurró Harry en un hilo de voz
Hermione se acercó a Harry, y le cayó un rayo de luz de luna, que iluminó su rostro.
- ¿Harry? - Hermione frunció el entrecejo y giro la cabeza de un lado a otro, examinando la tez de su amigo - Oh! Harry! - la chica abrazó a Harry rodeando su cuello: por fin lo había reconocido - no-no sabía... no sabía que eras tú... pensé...
Harry estaba inmóvil, no podía respirar de la impresión, su cabeza iba a estallar de todas las preguntas que le quería hacer a Hermione... a Hermione, que estaba allí, abrazándolo sin ninguna explicación anterior... Harry empezó a pensar... a pensar en cómo... cómo... ¿COMO LO PODÍA ABRAZAR DESPUÉS DE HABERLE DEJADO PLANTADO EN LITTLE SCROCK? ¿DESPUES QUE LE MANDÓ UNA CARTA DE CUMPLEAÑOS HORRIBLE? ¿DESPUES DE ESTAR AUSENTE POR CASI DOS MESES?
Hermione se separó bruscamente de Harry y lo miró de frente como si acabase de recordar que el chico le debía o le había hecho algo malo. Por primera vez desde que la atrapo, Harry vio a Hermione de pies a cabeza: Tenía puesta una túnica de gala celeste brillante, con pendientes largos plateados y el cabello en un moño elegante. Se veía muy bonita, y Harry sintió un breve calorcito en las manos que no había experimentado antes, pero al instante recordó todo lo que le había hecho Hermione y volvió a sentir frío. Ella tampoco parecía estar muy alegre después de pensárselo mejor...
- Eh... mira, Harry, ahora tengo que ir a la torre de Gryffindor... ehm... adiós - Hermione pasó de largo frente a Harry, pero él le cogió el brazo con un poco de brusquedad.
- No, no Hermione, necesito que me aclares algunas cosas...
- Yo también Harry, yo también necesito que me aclares ciertas cosas - Hermione tiró de su brazo y miró fijamente a Harry - pero ahora iré a dejar ... una investigación en la torre de Gryffindor, y de ahí bajaré a la cena,
Hermione siguió sin voltear hasta las escaleras de mármol y se perdió de vista hacia el segundo piso. "Esta bien, esta bien, Hermione, como quieras" Harry bajó hasta el campo y corrió apesar de la lluvia y el barro, que ensuciaban su túnica de gala. A lo lejos divisó a Ron como un palo borroso con peluca roja. Ron alzó los brazos, como pasándole la voz.
- Eh! Harry, por fin llegas! las credenciales eran para hoy, amigo! - Harry ya había llegado al lado de Ron y le estaba entregándo al guardián las credenciales de ambos. Ron empezó a sobarse el estómago - ¿Sabes? desde aquí puedo oler las papas doradas con asado que van a servir de cena...
Harry y Ron entraron en la esfera transparente y se sentaron en la mesa larga de Gryffindor. Todos tenían rostro expectante, estaban maravillados con la decoración de las mesas, y agradecidos con Dumbledore por protegerlos de la lluvia. Todos menos Harry, que se encontraba sumido en sus pensamientos.
Empezaron a servir la cena. Muchos elfos domésticos aparecieron de la nada con deliciosos platos de comida muy variada. Además, la cena se sirvió de una forma muy particular: los elfos decían el nombre del mago, para ubicarlo en la mesa, y así darle su comida favorita; Neville quedó muy sorprendido al recibir una paella española (su favorita) y pidió doble a la elfina que le atendió.
- Hermione Granger - gritó la voz chillona de un elfo ya conocido para Harry.
Dobby buscó con la mirada a Hermione mientras sostenía un plato muy exrtaño sobre su cabeza.
- No te molestes, Dobby, Hermione no está en Hogwarts - le dijo Ron al elfo - ¿Me podrías dar a mí su plato?
- No, señor amigo de Harry Potter, este plato es para la señorita Hermione Granger... - replicó Dobby
- No seas terco, Dobby, te estoy diciendo que Hermione...
- Esta aquí, Dobby, muchas gracias por la cena.
Ron se dió media vuelta para dirigirse hacia donde provenía la voz: Hermione ya había llegado a la cena, se había quitado su capa y era la más elegante entre todas las demás chicas de Hogwarts. Ron se quedó con la boca abierta por unos segundos, observándo a su amiga recién llegada sentarse a su lado y recibir el plato que Dobby le estaba alcanzando. Luego, Hermione le dió un beso en la mejilla a Ron como saludo, con lo que consiguió que éste empezara a balbucear...
- Her-Hermione... Hermione.. ¿qué...? ¿cómo...? ¿cu-cuándo llegaste?
- Hace unos minutos, Ron - dijo Hermione tranquilamente. Hasta ahora, ella estaba evitando mirar a Harry, pero no pudo seguir haciéndolo cuando por fin le habló.
- ¿Dónde has estado todo este tiempo, Hermione? si se puede saber, claro... - la voz de Harry sonaba forzada; estaba haciendo todo su esfuerzo para no estallar en la mesa.
- Pues... - Hermione también estaba tensa, pero lo disimulaba mejor que Harry - después de dejar Francia, me dediqué a hacer otro trabajo para la Orden junto con el profesor Lupin...
- ¿De qué se trata? - interrumpió Harry, mientras sostenía fuertemente el tenedor.
- Fue una investigación sobre un abecedario legendario - esta vez, Hermione miraba a Harry con un poco de recelo - el profesor Lupin y yo descriframos cada una de las letras de dicho abecedario y para eso tuvimos que viajar a Egipto...
- ¿solo eso? ¿solo por eso te demoraste tanto en llegar a Hogwarts?
Harry acababa de echar sal en la llaga. Hermione estalló.
- ¡PUES SI TANTO TE IMPORTABA QUE VINIESE A HOGWARTS HUBIESES IDO AYUDARME CUANDO TE LO PEDÍ!
- ¿COMO SE SUPONÍA QUE TE IBA A AYUDAR SI NO ESTABAS EN LITTLE SCROCK?
- ¡CLARO QUE ESTABA!
- ¡POR SUPUESTO QUE NO! ¡TE BUSQUÉ POR TODOS LADOS, Y NO ESTABAS!
Los alumnos de la mesa de Gryffindor empezaron a observar a Harry y Hermione y a voltearse para murmurar. Ron miraba a sus dos amigos discutir sin saber a quién defender.
- ¡SÍ ESTABA! ¡Y ESTABA EN SERIOS APRIETOS! ¡PARA TU INFORMACIÓN, HABÍA LUNA LLENA ESA NOCHE!
- ¿AH SÍ? ¡PUES NO ENTIENDO QUE TIENE QUE VER ESO CON QUE...
- ¡TIENE QUE VER CON TODO! HARRY ¿NO TE DAS CUENTA?
- ¡NO, NO ME DOY CUENTA! ¿SABES? ¡NO TODOS SOMOS TAN INTELIGENTES COMO TÚ!
- ¡NO HACE FALTA INTELIGENCIA PARA VER LA LUNA EN EL CIELO!
- ¡O PARA VER QUE HACE MUCHO TIEMPO DEJASTE DE SER MI AMIGA, HERMIONE!
Hermione se sentó (había estado gritando parada) y miró a Harry con los ojos empañados. Harry se daba cuenta de lo hiriente que había sido, así que se sentó al igual que Hermione, y trató de no mirarla a los ojos: aún estaba enojado con ella.
- ¿De qué hablas? - susurró Hermione, conteniéndo sus lágrimas.
- Hablo de la carta que me mandaste por mi cumpleaños - respondió Harry, secamente.
- Yo no te he envíado carta por tu cumpleaños - dijo Hermione entre sollozos - creí que entenderías que...
- ¿entender qué? ¿entender que ahora me crees un mentiroso?
- ¡No he dicho eso!
- ¡Si te digo que tengo la carta, es por que la tengo!
- ¡Y si yo te digo que no la he mandado, es porque es CIERTO! - Hermione dió un golpe a la mesa y se levantó bruscamente. Estaba llorando - Me voy, ¡he tenido suficiente!
Las cuatro mesas de Hogwarts y algunas de las de los alumnos extranjeros vieron a Hermione mientras se retiraba de la mesa de Gryffindor. La chica hizo aparecer su capa al tiempo que salía de la esfera transparente y se perdía entre la lluvia rumbo al castillo. Inmediatamente y sin que Harry y Ron se dieran cuenta, de una de las mesas redondas se paró un chico de capa de piel que salió por uno de los lados de la esfera y también se dirigió al castillo.
- Harry, no tenías que... - empezó Ron, pero su voz fue silenciada por decenas de aplausos para el director, que hacía su aparición en medio de la plataforma central.
Dumbledore esperó a que los aplausos terminaran para dar su discurso por la inauguración de la CAV.
- Dar la bienvenida nuevamente a mis queridos invitados sería repetir la fórmula del primer día de clases. Lo que creo conveniente es informarlos a cada uno de ustedes, alumnos nuevos de Hogwarts, a que casa asistirán durante el curso actual. Las banderas que se encuentran sobrevolando las mesas redondas se irán a posar sobre la mesa larga de la casa que le corresponda.
Dumbledore hizo un movimiento de varita y al instante las banderas, que inicialmente estaban encima de las mesas redondas, se arrastraron hasta cada una de las mesas de Gryffindor, Slytherin, Rawenclaw y Hufflepuff. Mexico, España, Japón, Alemania, Perú, Bulagaria, Egipto, Brasil, Francia, Argentina e India fueron a parar a la mesa de Harry y Ron.
- Bien, bien, bien... debo decirles que además de los nuevos cursos que vayan a tener también habrán, a lo largo del año, actividades de integración comunitaria y compañerismo en las que todos, sin excepción alguna, deberán participar. No obstante, esas serán oportunidades para nuestra recreación y... ¿por qué no? nuestra diversión - al terminar estas palabras, el director miró las sonrisas de los alumnos y las caras de duda de los profesores.
- Ahora - Dumbledore prosiguió - con respecto a las nuevas materias, desde mañana se iniciarán las clases de Defensa Contra las Artes Oscuras y los talleres para los 7 cursos, que ya se les explicará cuando se inscriban... también debo decirles que los equipos de quiditch pueden empezar su entrenamiento desde mañana. Por este aumento de materias, nuevos profesores se unen a Hogwarts a partir de hoy: profesor Ernesto Gubank, profesora Miranda Keit, profesora Frida Stockolm, profesora Rachel White, profesor Franz Bruchop, profesor Milo Davidson y profesor Remus Lupin, a los que todos damos un caluroso aplauso.
Ante el último nombre, hubo muchas reacciones: la mesa de Slytherin, en especial Malfoy, abucheó al profesor Lupin, pero sus ruidos fueron sofocados por los aplausos de las demás casas, y Harry dejo de mirar el mantel de la mesa para unirse a las palmas. Al menos algo bueno estaba sucediendo aquella noche, porque por lo demás todo fue un completo fiasco, al menos así lo creía Harry.
- Bueno, mis queridos alumnos y profesores, solo me queda decirles que la CAV es el evento más grande que ha tenido Hogwarts en los últimos 500 años y espero que la aprovechen tanto para hacer nuevos amigos como para defender su causa principal: preparárnos para una próxima guerra... ¡Y ASÍ QUEDA INAUGURADO EL CONCILIO ANTI VOLDEMORT!
El lugar estalló en ensordecedores aplausos y voces de alegría en diferentes lenguas. De repente, desaparecieron los platos de comida en las mesas, y en su lugar aparecieron gruesas capas dobladas y guantes. Dumbledore se puso su capa y sus guantes, y los demás lo siguieron, así pudieron comprobar que el director había hechizado las prendas para que emitiesen calor.
Harry y Ron salieron de la esfera transparente a la lluvia que seguía cayendo afuera. A pesar de mantenerse cálido por la ropa, Harry nunca se había sentido tan frío como aquella noche, en la que la helada venía desde adentro y no tenía palabras mientras pasaba la explanada del colegio.
