Recién era viernes de la primera semana de Noviembre y el castillo se enfriaba cada vez más. Nadie dudaba que, para Diciembre, la nevada iba a ser fuerte, y que también habrían muchos resfriados. A Harry le dolía un poco la garganta, pero no había caído en un catarro, como Seamus y Adel Sharif, que tuvieron que ir a la enfermería y perderse la segunda clase de Ritos Mágicos. Se levantó de la cama desganado por todas las tareas que se le venían para la próxima semana (los profesores estaban dejando muchos deberes) y por la perspectiva de decirle a Viktor Krum que tenían el permiso para practicar quidditch.

Harry había intentado durante dos días enteros de hablarle a Krum, pero se amilanaba cada vez que lo veía junto a Hermione. Ese viernes tenía que decirselo costara lo que costara, porque el permiso era desde mañana y además el equipo no estaba completo: Las tres cazadoras (Katie, Angelina y Alicia) habían terminado ya el curso en Hogwarts, al igual que los gemelos Weasley, que jugaban de golpeadores... Ron era el guardián del equipo, y él su buscador... habría que ver qué puesto tomaría Krum además de ser el capitán... y quiénes serían los reemplazos para los que faltaban...

Harry se terminó de vestir, mientras los demás chicos lo hacían, y ya en el desayuno buscó apoyo en Ron para lo que se disponía hacer.

- Mira, Harry - dijo Ron, señalando con la cabeza hacia un lado - Krum estará siempre acompañado de su club de fans... no hay forma de que hables con él sin pasar desapercibido... sólo ten cuidado de no cometer ninguna tontería, porque todo el mundo te estaría mirando...

- Gracias, Ron

- Sólo te prevengo...

- Lo tengo que hacer de todas formas...

Y así era. A la salida de la clase de fórmulas mágicas, con una nueva profesora llamada Frida Stockolm (una viejita que apenas oía) Harry se percató que Krum bajaba solo las escaleras al cuarto rellano, pero que llevaba prisa... "Tal vez para alcanzar a Hermione en Aritmancia" pensó Harry, mientras corría con Ron detrás de Krum. Recién en el segundo piso lo adelanto y se plantó firme frente a él. Krum alzó la ceja.

- ¿Si? - interrogó a Harry. Ron se quedó unos pasos atrás.

- Eh... solo para darte el permiso para las prácticas de quidditch, como eres el capitán...

- Eso ya me lo había dicho la "prrofesorra" de "Trransforrmaciones"... - dijo Krum, ceñudo - y que también faltaban "jugadorres"... "Crreo" que "deberrian" "haberr" "prruebas" "parra" "escojerrlos"... - desdobló el papel que le había dado Harry, lo leyó y dijo - "Serrá" el "marrtes" a las 5 de la "tarrde" - dicho esto se dirigió a la siguiente escalera hacia el primer piso, perdiéndose de vista.

Harry miró a Ron: sentía que se había quitado un peso de encima... aunque ya empezaba a preocuparse por qué clase de entrenamiento y de exigencias tendría Krum para el equipo de Gryffindor. Esa misma tarde, Ron puso un anuncio en la sala común sobre las audiciones para el equipo.

También se preguntaban por los pergaminos que el director le había dejado a la profesora McGonagall: Harry ya se lo había dicho a Ron, y a éste se le había ocurrido la brillante idea de entrar al despacho de Dumbledore, aunque no sabía cómo ni cuando.

El martes por la mañana, el cielo se despertó garúando y con un viento helado. Harry se despertó por el sonido de una melodía de bombos suave pero rítmica: abrió los ojos y vió a Kenyi inclinándose sobre un tapete en el suelo, muy concentrado. Harry prefirió no interrumpir aquello, y simplemente bajar a tomar desayuno y continuar con las clases. Como los talleres aún no comenzaban, tenían la tarde libre (algo ya calculado por Krum) así que Harry y Ron se llevaron sus escobas y se fueron al campo de Quidditch.

La garúa de la mañana se había convertido en una profunda niebla para cuando Harry y Ron se cambiaban en los vestidores. Al salir, no distinguían nada, pero caminando a través del campo vieron a Krum sentado en las tribunas con Hermione, que se moría de frío y llevaba a Crookshanks en el regazo. A la derecha se veía a chicos y chicas cruzar la explanada y haciendo una cola, esperando que se los llamase.

- Vengan a la "trribuna" "parra" "empezarr" las audiciones - Krum se había acercado a Harry y Ron con la caja de pelotas y su escoba en la mano: una Saeta de Fuego igual a la de Harry.

Debido a la niebla, Ron se tropezó al acercarse a la tribuna y cayó encima de Crookshanks, agarrándose de Harry para no aplastar a Hermione. El gato saltó y se fue bufando. Hermione lo siguió y se perdió entre la niebla. Krum la miro pero no dijo nada, y empezó a llamar por lista a distintos alumnos y a preguntarles por qué puesto postulaban.

Pasaban alumnos conocidos y otros extranjeros, entre ellos Ginny para cazadora (Krum se quedó impresionado) y un árabe que trajo una alfombra voladora en vez de escoba. A Harry le dio un susto saber que un venezolano llamado José estaba postulando para ser buscador. Pero el susto fue en vano: José estuvo a punto de alcanzar la snitch, pero le dio un golpe con la escoba y la tiró lejos. Harry fue a buscarla mientras Krum decía que pasara el siguiente.

Con la niebla densa, Harry sobrevolo el campo de quidditch en busca de la pequeña snitch. No la encontró, así que supuso que estaría atascada en algún arbusto, por el golpe del venezolano. Bajo a tierra firme y rebuscó por unos matorrales detrás de la tribuna central. Allí encontró la snitch y estaba por irse cuando escuchó la voz de Hermione pidiendo ayuda muy de cerca. Tanteó por entre la hierba y sus manos dieron con el rostro de ella.

- ¿Hermione? - dijo Harry, mientras tenía un dedo sobre su nariz.

- ¿Harry? ¿Podrías ayudarme a sacar la pierna de los matorrales?

Con mucho cuidado, Harry se inclinó hacia los matorrales y ayudó a Hermione a sacar su pierna atascada. Cuando la chica se estaba parando le explicó a Harry que se había resbalado buscando a Crookshanks. Hablaban de lo más normal, y habían olvidado por completo que estaban peleados, mientras seguían buscando a Crookshanks a gatas. De pronto, Harry lo encontró; lo cargó y se lo dió a Hermione. Ella le agradeció y sonrió: la primera sonrisa dedicada a Harry. Harry sintió que el calorcito ya conocido subía por las manos hasta llegar al pecho. Aquella era la oportunidad de explicarlo todo.

- Hermione - le dijo seriamente. La chica levantó la mirada - querría que me dijeras por qué me escribiste una carta... diferente para mi cumpleaños y...

Hermione frunció un el entrecejo y no dejo terminar a Harry:

- Mira Harry, yo no te he mandado tan siquiera algo por tu cumpleaños porque en Egipto se me hacía muy difícil conseguir lechuza...

- Tengo tu carta en mi cuarto, sobre mi velador, Hermione, ¡y está con tu firma!

- Alguien debe haberse echo pasar por mí... y ¿Sabes qué, Harry? si dudas tanto de mí podrías preguntarle al profesor Lupin sobre lo que te digo...

- No, no es eso, Hermione, no me mal entiendas...

- ¡Claro que lo es Harry! ¿o ya no recuerdas que me dijiste en la cena de Halloween?

Harry la miró a los ojos. Hermione tenía una expresión de tristeza y soledad que sólo se la había visto en tercero, cuando se peleó con Ron.

- Hermione, yo... en la cena... bueno, no quise decir...

- ¡Pero lo dijiste, Harry! ¡Dijiste que ya no era tu mejor amiga!

- Pero eso no es cierto, Hermione, yo no tengo otra mejor ami.. ga...

Las últimas palabras le costaron mucho a Harry. No porque no las quisiera decir, sino por que dos brazos le rodeaban el cuello dejándolo corto de aire. Miró a Hermione; estaba sorprendida, pero a la vez enojada como en la cena de Halloween. Harry sujetó los brazos que le rodeaban con sus manos y se las sacó con fuerza, poniéndo a la que lo sujetaba a su lado. Volteó. Era Becky.

- Harry - dijo apenas. Su voz era nasal, tal vez por el tremendo resfriado que parecía tener - te he "buzcado" por todo el "caztillo" "hazta" que me dijeron que "eztabaz" en "laz" "audizionez"... - de repente, Becky se calló. Se había dado cuenta de Hermione.

- Hermione Granger - susurró, aún con su voz nasal.

- Becky Skeeter - dijo Hermione a Becky. Sus ojos chispeaban. Se condujo a Harry - de manera que esta es tu nueva mejor amiga, ¿eh? ¡la sobrina de la odiosa Rita Skeeter!

- Mi tía no "ez" "odioza" ¿ya? y "zi", "puez", Harry y yo "zomoz" "amigotez" - Becky volvió a cruzar sus brazos entre Harry, pero tapándole la boca.

Harry le mordió la mano, pero ya era tarde: Hermione se dió media vuelta y desapareció en la niebla tan enojada que Harry no sabía si la que bufaba era ella o Crookshanks. Becky soltó a Harry chillando de dolor, pero Harry hizo caso omiso de sus gritos. Estaba furioso.

- ¿CON QUÉ ERAS SKEETER, NO? ¡CON RAZÓN QUE NUNCA DECÍAS TU APELLIDO! ¡NO ME DIGAS QUE ESTAS ESCRIBIENDO UN ARTÍCULO DE MENTIRAS SOBRE MÍ, COMO LO HIZO TU TÍA DOS AÑOS ATRÁS!

Harry se fue corriendo hacia el castillo, detrás de Hermione. Fue por eso que no escuchó reír a Becky a sus espaldas ni a Krum llamar a Hermione desde el campo de quidditch.