Hola gente! somos nosotras de nuevo, despues de unas merecidas vaciones( o mas bien lo contrario ya que fueron las clases lo que nos impidio escribir mas que nada). Eso, que despues de unas merecidas vacaciones estamos aca de nuevo con un capitulo mas! Muchas cosas nos han pasado desde que publicamos el ultimo capitulo! un año ha acabado, otro a comenzado, Naty ha cumplido años, Mab se ha pasado el Kindom Hearts, Akasha ha visto FMA..Pero.. Akchan no pinta nada aqui?.. claro que si.. es nuestra amiga! wii wii!salta No. nada, que.. mm. Estamos aqui de nuevo con otro capitulo mas para entretenerlos y hacer sufrir un poquito mas a Roy.. Lamentamos no poder conster los revs que nos dejaron antes, pero estamos cortos de tiempo y son bastantes..! sorry! pero que conste que los hemos leido y nos han echo muuuuucha ilusion! y os invitamos a seguir dejandonos mas! Bueno, sin mas que decir, y un saludo por parte de las autoras.. esperemos que disfruten de este nuevo capitulo
Capitulo 5: Ariel antimanchas
'¡Oh vaya! ¡Fíjate! Es igualito que el expresso de Hogwarts! Vaya, me trae tantos recuerdos… ¡¡Ohh, y fíjate! Es una de esas cosas muggles… ¿como se llama?'
'¿Cabina… telefónica?'
'¡Sí! ¡Exacto! ¡Una de esas cajas timofónicas! Recuerdo que una vez me quedé encerrado en una… bueno, no me quedé encerrado… ¡en realidad fue James quien bloqueó la cerradura! ¡Vaya! Nunca me acordé de devolverle aquella jugada… ¿Sabes? Pasé horas allí metido sin saber qué hacer, hasta que Remus se apiadó y volvió a por mí. Si no hubiera sido por él estoy seguro de que James hubiera pretendido dejarme allí toda la noche…'
'Oye… ¿es que no vas a cerrar el pico en TODO el viaje?' El coronel Mustang se frotó las doloridas sienes, pues hacía rato que una molesta y reverberante voz martilleaba sin cesar en su cerebro, utilizando sus propias cuerdas vocales como medio.
Era apenas mediodía, cuando el Coronel Mustang, con todo lo que ello implica, vease el alma de Sirius Black adherida a él como si se tratase de un bicho huésped; la teniente Riza Hawkeye, y los hermanos Edward y Alphonse Elric, se disponían a tomar un tren que les llevaría desde Central hasta el sur, a la ciudad donde residía Izumi, donde podrían reunirse con su maestra. Por precaución, Edward había intentado no darle demasiadas explicaciones a Izumi sobre el "problema" que tenían entre manos, ya que, por alguna razón, tenía la sensación de que no iba a tomárselo con buen humor.
Tras subir al tren aparatosamente, interrumpidos a cada segundo por los comentarios de profunda sorpresa de Sirius, lograron establecerse en sus asientos. Poco tiempo después, sonó el silbato, y el tren comenzó a moverse.
Sirius contempló con nostalgia como se alejaba la estación, para después abordar al grupo con docenas de anécdotas sobre sus viajes en el expreso de Hogwarts, sobre el día en que conoció a sus amigos, o sobre el día en el que casi perdieron el tren y tuvieron que provocar un "accidente" para obligarle a detenerse…
'¡Vaya! Eso tuvo que ser bueno.' Comentaba la teniente Hawkeye entre carcajadas, después de que Sirius les deleitara con una de sus aventuras merodeadoras. '¡Realmente sabíais como pasarlo bien! Eres muy gracioso…'
Entre tanto, Roy se debatía entre su dolor de cabeza, y la terrible, incómoda, desquiciante, aparentemente absurda pero latente sensación que por todos los medios intentaba sacudir de su atontada cabeza: "¿Por qué no deja de reírse? ¿Qué le ve de gracioso? ¿Por qué no deja de halagarle? ¡¡ARGHH! ¿Y POR QUÉ DIANTRE ME IMPORTA?"
'La verdad es que aquí nunca nos suceden cosas así de interesantes…' Riza suspiró exasperada. 'Los militares son gente aburrida…'
'¡Eh! ¿A qué viene eso?' Exclamó el coronel, llegando a su tope, después de haber permanecido horas sin mediar palabra.
Ella lo miró sorprendida, en parte por no estar segura de quién había dicho eso, y en parte por no entender que el coronel opinase lo contrario… ¿acaso se creía divertido?
'Bueno… ¡no se puede decir que tu oficina sea la alegría de la huerta! Hombre si no fuera por Breda o Havoc de vez en cuando…'
'¡Pero si eres tu la que nos reprime cuando intentamos divertirnos!'
'¡Eso es porque no tenéis autocontrol! Tiene que haber alguien que os recuerde que estais ahí para trabajar…'
'¡Deja de contradecirte!'
'Oye, ¿y a ti que mosca te ha picado? ¡Estaba hablando con Sirius!'
'¡Simplemente defiendo mi integridad!'
'UUuHhhUIHuHUhhh… ¡Discusiones matrimoniales!'
'¡¡CIERRA EL PICO!'
Después de gritar al unísono, tanto el coronel como la teniente se cruzaron de brazos, emitiendo un suspiro indignado, y decidieron que fijar la vista en el paisaje exterior era más provechoso que dejar percibir el ligero tono encarnado que asomaba en sus rostros.
El tiempo pasaba lentamente sobre el tren y tanto la teniente como el coronel estaban enfadados. Sirius en cambio estaba feliz de la vida, mirando con cara de felicidad para todos lados, pero con los brazos cruzados para expresar el enfado que tenia Roy.
'¡¡Oh! ¡¡Roy! ¡¡Riza! ¡¡Mirad que chulo! ¡¡Cuánta agua!' Exclamó Sirius con felicidad
'Oh… Si... Esa ciudad es Aquroya, es una ciudad turística bastante famosa por aquí. Tiene una historia interesante' Riza contaba con mucho interés, pero Sirius sacó la cabeza por la ventana cual perro y se puso a mirar sonriente
'¡¡Es preciosa! ¿Porqué no pasamos allí el día?... ¡¡Porfa! Parece muy bonito el lugar'
'¡No… NO NO NO y NO! No podemos perder el tiempo con esas estupideces.'
'Tu si que eres un amargado ¿verdad Roy?... Que soso eres, ¿no podrías divertirte aunque sea un rato? Podríamos pasar allí un buen rato y luego vamos a ver a esa persona que has dicho antes tu, total, no creo que pase nada si perdemos una tarde. nn Además, si consigues que me vaya de tu cuerpo, ya nunca volveré aquí y no tendré oportunidad de conocer ese sitio.'
'¡¡Eso es verdad! Es la única oportunidad que tiene, ¿porqué no vamos?' Dijo Riza
'¿Qué pasa? ¿No tengo autoridad aquí? Deberíamos atender los asuntos importantes primero…'
'PORFAAAAAAAAAS' Sirius puso la cara de pena mas grande que pudo con las manos cruzadas.
…
Media hora más tarde, una sonriente Riza, un excitado Sirius, unos contrariados hermanos Elric: "… Ayer mismo veraneábamos aquí… ", y un, no menos importante exasperado Roy Mustang se bajaban del tren en la estación de Aquroya para pasar una tarde de entretenido turismo estival.
'Vaaaya… ¡éste lugar es fantástico! Hay agua por todas partes… Una vez James, Remus, Peter y yo fuimos a veranenar a un lugar parecido, aunque en Inglaterra no hay tanto sol…'
'Me gustaría conocer Inglaterra…' Comentaba Riza, que se había quitado la chaqueta y se la había anudado a la cintura y se hacía visera con la mano derecha para evitar que el brillante sol le dañara los ojos, mientras caminaban por una ajetreada calle repleta de puestos y tiendas de souvenirs donde los comerciantes gritaban pegadizas cantinelas para atraer clientes.
Pronto pasaron por delante de un enorme puesto de helados. Había de todas las variedades, desde los típicos chocolate, vainilla, straciatella… hasta helados de té verde, frutas del bosque o mandarina, pasando por unos curiosos polos que habían sido moldeados para que se asemejaran a la cara de una mujer encapuchada bajo un cartel que rezaba "Helados de la ladrona Psiren, 0, 95!".
Al ver todos esos colores a Sirius se le iliminó la cara.
'¡¡¡Oh! ¡Helados! Son igualitos a los que vendían hace años en el Callejón Diagon… vaya, hace tanto tiempo que no puedo ir allí… ¿Podemos comprar uno?' Sirius se dirigió a Riza con expresión suplicante.
'No' Respondió desde su interior el Coronel.
'¿Por qué no?'
'¡No me gustan!'
'Pero a mi sí… ¡Por favor!'
'¡Dije que no! Están fríos… y manchan!'
'¡Sólo uno!'
'No'
'¿Y un polo de Psiren?'
'No'
'¡Uno pequeño!'
'¡NO!'
A éstas alturas de la discusión, Riza se vio obligada a intervenir. Puso los ojos en blanco y resoplando con una sonrisa cogió a Roy del brazo y lo… bueno, los arrastró hasta el mostrador de la heladería.
'¡Un helado no te hará daño coronel!'
'Pero…'
Cinco minutos después, todos salían del puesto lamiendo sonrientes un polo de Psiren. Roy miraba con nerviosismo el polo de Sirius cada vez que éste se lo acercaba a la boca, contemplando como lentamente el calor hacía que se fuera derritiendo por abajo…
'Ten… cuidado…'
Pero Sirius no estaba precisamente atento al estado de su helado. Obligaba a Roy a mirar a todas partes, sorprendiéndose con cada nuevo detalle que descubría de aquel extraño mundo. Hacía… ¿Cuánto? ¿15 años que no disfrutaba de unas vacaciones bajo la luz del sol? A pesar de estar sujeto en el cuerpo del coronel, por una vez en mucho tiempo se sentía libre. Le agradaba aquel lugar, y había cogido cariño a esas extrañas personas en apenas el par de días que llevaba allí. Si bien era cierto que a menudo le daba la sensación de estar rodeado de chiflados, no paraba de pensar en la de cosas que tendría para contarles a Harry y a Remus en cuando regresara. Se preguntó si sería posible regresar a éste mundo una vez hubiera recuperado su cuerpo, y si sería posible traer a Harry con él. "Ni lo sueñes…" Respondió una vocecilla grave en su mente, y Sirius soltó una risotada inquieta.
Se habían parado frente a un puesto de bisutería en el que Riza se debatía entre dos pares de pendientes, siendo aconsejada por la vendedora.
'¿Cuál os gusta más?' Se volvió hacia el coronel, al cual pilló por sorpresa pues estaba distraído mirando, obligado por Sirius, hacia un mono que tocaba las castañuelas sobre una caja de madera al otro lado de la calle, y al cual la gente tiraba monedas en el interior de un sombrero de copa. Cuando abrió la boca para responder a la pregunta de ella, otras palabras que no eran las que había pensado se adelantaron.
'Son mas bonitos los azules, no obstante…' Sirius dejó una pausa para hacerse el interesante. 'Las joyas no necesitan otras joyas para verse perfectas…' Y airadamente había obligado a la mano derecha de Roy a sujetar su absurdo polo de Psiren, para poder así tomar la mano de Riza y besarla en el dorso regalándole ala mujer una encantadora sonrisa.
La cara de Riza se tiñó de rojo, soltando una inquieta risilla murmuró para sí algo como "qué tonto" y se dio la vuelta para informar a la vendedora de que se quedaba los de color azul.
Progresivamente, el rostro del Coronel se iba tiñendo también de un color carmesí, inducido por la rabia. Apretaba tanto el palo del helado entre su puño, que consiguió quebrarlo, haciendo que los restos de la dulce cara de Psiren resbalaran hasta caer sobre sus zapatos.
'¡¡AAAAAARGHH! ¡¡¡MIRA LO QUE HICISTE! ¡¡MIS MEJORES ZAPATOS!'
'¡¡Ohh!¡¡ Perdon! ¡¡Perdon! ¡¡Pero no seas tan escandaloso! No es para tanto'
'¿¿QUE NO ES PARA TANTO? ¿SABES CUANTO ME COSTARON ESTOS ZAPATOS? ¿ERES INUTIL O QUÉ?'
'Oye, no seas tan quejica, recuerda que yo manejo tu mano izquierda… Y QUE SOY DIESTRO... no es tan fácil como te imaginas.'
'Da igual que seas diestro o no, sostener un helado no es una gran ciencia.'
'Oh ya... callaos los dos.' Riza finalizo la conversación en tono cortante 'Tampoco es para tanto. Mirad, ese pequeño puerto es muy bonito, ¿porqué no vamos a hacernos unas fotos?'
'¡¡¡Siii!'Agregó Sirius muy contento '¡¡¡Me encantan las fotos! Me gusta pasarme un rato pensando en que pirueta dejar impresa en la foto para que luego, cuando la vean la hagan…'
'¿A que te refieres?' pregunto Riza intrigada.
'Es que las fotos del mundo mágico son diferentes' explico Sirius 'Allí tienen movimiento. Puedes, al momento en que te hacen la foto, imaginarte alguna maniobra, y luego repetirla durante el tiempo que dure la foto, esta muy bien'
'¡¡Ohh! ¡¡Que interesante! Seria genial que las fotos aquí hiciesen eso! ¿A ti que te parece Edward?'
'Si.. seria bonito… tener fotos de la gente que hace mucho que no ves con movimiento..'
'Verdad Hermano… Como la foto en la que estamos con nuestro padre y con nuestra madre.' dijo Al
'Em.. Y a ti coronel, ¿que te parece?' Edo, incomodo, intento cambiar pronto de tema para no mencionar a su padre.
Tanto Roy como Sirius estaban en silencio oyendo lo que decían los demás, pero cuando el pequeño alquimista formulo esa pregunta, Roy bufó.
'Yo no me creo ni una palabra de lo que dice este... seguro que todo eso es mentira'
'Oye... que mal genio tienes, yo no soy ningún mentiroso.'
'No digo que seas un mentiroso, si no que tienes mucha imaginación'
'Bah, cállate...'
'Pues yo si le creo' añadió Edo, entonces Roy hizo una mueca, mitad enfado, mitad sonrisa.
'No me extraña.' dijo Roy a su subordinado
'Sirius, hazle callar, y cuéntanos más cosas del mundo mágico, ¡¡que es todo muy interesante!'
'Ohh, será un placer, ¡¡me encanta contar cosas!... ¿sobre que quieren que hable? Hay muchísimas cosas diferentes y no sabría por dónde empezar.'
'Mm. cualquier cosa… ¿Hay alguna manera de... convertirse en alguien más alto?' Preguntó Edo
'Oh… tranquilo, no lo necesitas.' mintió Sirius.
'¿Mientras hablamos, porqué no vamos a comer algo? Ya es la hora de almorzar.' Sugirió Riza muy animada.
'Sii.. me parece una estupenda idea, tengo muchísima hambre, así que podríamos comer algo delicioso.'
'¡¡Pero si recién acabaste de tomar un helado!'
'Y a ti que te importa'
'¡¡¡Es mi cuerpo al que estas atiborrando de comida!'
'¡¡Oh… venga ya! Tampoco es para tanto... Vamos que me apetece probar las delicias de aquí... Algo así como… un plato de carne con alguna salsa… o algo…'
No sin un gruñido de resignación del Coronel, el grupo terminó comiendo en un pintoresco restaurante junto a la playa. Sirius disfrutó encantado de toda aquella comida frita, llena de grasa, tan diferente a los remilgados manjares de su Inglaterra, mientras Roy intentaba por todos los medios alejar cualquier tipo de salsa de su ropa.
Media hora después de comer, cómodamente repantingados en sus asientos y disfrutando de la calma reinante, a Riza se le ocurrió otra genial idea para convertir el día en unas verdaderas vacaciones de verano…
' Bueno… ¿Qué tal si ahora nos damos un baño en la playa?'
