DISCLAIMER: Sailor Moon no me pertenece, no gano dinero por esto ni espero hacerlo. La que sí me pertenece es Kaila y Kaomo.
A/N: Aquí está el séptimo capítulo. En verdad no pensé que me iba a tardar tanto, lo lamento! Espero que les guste, y espero publicar pronto el octavo. No tengo ni idea de a dónde se dirige esta historia, pero creo que va a tener un final feliz. O al menos eso espero.
Me disculpo por cualquier OOC, Endymion y Serenity pueden parecer distintos.
Muchas gracias por todos sus reviews! Amablemente dejen uno al final, el criticismo constructivo es aceptado y apreciado.
Espero que te guste este capítulo.
Antuanette.
Dudas del Corazón.Capítulo 7: Mi deber como reina
-¿Embarazada? Yo... ¿cómo es eso posible? –balbuceó Serenity, que había quedado estupefacta ante las palabras de Phil; pero luego de unos minutos logró recuperar la compostura. –Es decir, gracias por informarme Phil, supongo que entonces no tengo nada de qué preocuparme.
-Así es, su majestad. Se halla en su primer trimestre, por lo que es normal que experimente los clásicos síntomas del embarazo, me refiero a nauseas, antojos y puede que algunos mareos. En lo posible trate de reposar y no se exponga a emociones muy fuertes, pues todo lo que usted sienta también lo sentirá el bebe. –dijo Phil haciendo énfasis en la última parte –Si no hay complicaciones el único medicamento que le inyectaré serán las vacunas para el bebe, pero eso lo haré en el último trimestre, así que por ahora no se preocupe por nada. Gracias a sus muestras de sangre podré sacar varias muestras de sangre de su bebe, ADN, entre otras, con lo que podré determinar su sexo, aunque, como usted sabe, todas las probabilidades apuntan a que será un varón. Confirmaré esto en algunos días. Hasta entonces no dude en llamarme en caso de alguna complicación. Hasta luego.
-Hasta luego –se despidió Serenity.
-¿Hay algo que necesite, mi reina?
-No Kaomo, ya puedes retirarte. Lamento el haberte causado tantas molestias. –respondió Serenity tratando de sonreír.
-En lo absoluto mi reina, para mi es más una necesidad que un deber el ayudarla cuando se encuentre en problemas. Ahora por favor discúlpeme, debo volver a mis labores en el jardín. Sin embargo estoy seguro que el Rey Endymion no dudará en acudir en caso de que necesite algo.
Ante la mención de Endymion, Serenity se estremeció ligeramente. Endymion... me pregunto si...
-Muchas gracias Kaomo. –dijo antes de que el viejo jardinero se retirara de la amplia habitación. Por unos minutos parecía como si la cabeza de la reina fuera a estallar. No podía creer que en un momento como aquel estuviera embarazada. Antes deseaba tanto tener otro hijo, deseaba que Rini tuviera un hermano con el cual pudiera contar para todo, deseaba que Endymion tuviera un varón del que estuviera orgulloso... Antes siendo la palabra clave. Ahora parecía increíble que le estuviera pasando eso. Ahora cuando todo con Endymion parecía estarse derrumbando. Y de repente, milagrosamente, vino una idea a su mente que otorgó un poco de calma a su ser. ¿Sería posible que ese hijo fuera un regalo que los ayudaría a reconciliarse, a hallar nuevamente el amor que los unió, y salir adelante¿Sería posible que la razón por la cuál está embarazada es para unirlos nuevamente?
No, no puedo pensar así. Un hijo no es una solución a los problemas. Si Endymion al enterarse de que estoy embarazada regresa conmigo será por obligación, no porque realmente me quiere, y entonces volveríamos a vivir otra mentira. Esto quiere decir que no debo mencionarle a Endymion absolutamente nada sobre mi embarazo. Pero... es cierto que el tiene el derecho de saberlo, entonces... ¿qué debo hacer? Hasta tomar una decisión debo permanecer en silencio, Phil no le dirá nada a nadie, y Kaomo es lo suficientemente discreto como para callar. Sin embargo, dentro de todo esto hay algo que me inquieta. ¿Cuándo fue que comencé a ocultarle cosas a Endymion? Si bien él me ha mentido todo este tiempo, yo siempre he sido sincera con él. Será que al ocultarle esto ¿estaré destruyendo lo último de nuestro amor?
Serenity estaba sumergida en sus pensamientos, tratando de tomar una decisión que podría afectar el resto de su vida; hasta que un fuerte sonido hizo que volviera a la realidad. Se había escuchado como si alguien, o algo hubiera botado un pesado objeto sobre el piso.
Inmediatamente la reina se levantó y se dirigió al pasillo para ver qué era lo que ocurría. Lo que vio fue algo que nunca se hubiera esperado. Había una chica muy hermosa, de cabellos negros y largos recogidos en un gracioso moño, y luciendo una vestimenta algo peculiar; parada en una esquina de su pasillo. Por alguna razón le era extrañamente familiar.
Serenity estaba a punto de preguntarle quién era, cuando sorpresivamente apareció Endymion y empezó a hablarle como si la conociera desde siempre.
-¿Qué se supone que haces aquí? –preguntó Endymion en voz baja, su voz era una mezcla entre sorpresa, reprensión, y un poco de... alegría.
-Vine a verte Endymion –respondió la chica, parecía como si la reacción de Endymion al verla la hubiera afectado un poco –Han pasado muchos años desde la última vez que nos vimos.
-Sí, así es –dijo Endymion que, por un instante parecía perdido en viejos recuerdos –Pero, aún así¡no puedes estar aquí! Ser... ella podría verte. –por alguna razón no podía pronunciar su nombre, no delante de ella.
-¿Y qué si eso pasa? Haría todo mucho más sencillo, de esa forma comprendería todo de una vez y no se interpondría más entre nosotros. –dijo acercándose más hacia Endymion –Y de esa forma, te sería más fácil robar el Cristal de Plata¿verdad, dimi?
-Dimi... hace tiempo que no escuchaba ese sobrenombre... –dijo Endymion ahora conmovido al ver a la persona delante de él. Después de un corto momento habló en un susurro casi imperceptible, pero que aún así pudo captar la chica delante de él, y Serenity –Debes marcharte, no es seguro para ti el hallarte en este lugar.
-Por favor, Endymion, vine hasta aquí solo para hablar contigo. Hay tanto que quiero decirte, además ya es tiempo de que cumplas con tu destino, lo sabes bien. –dijo la chica, su voz sonaba suplicante, de la misma forma en que un niño suplica a su padre jugar por cinco minutos más, aquella chica suplicaba a Endymion conversar por unos instantes.
Ante este ruego Endymion vaciló por un momento, pero finalmente habló.
-Está bien, hablaremos, pero no aquí, debemos hallar un lugar en el que no te vean. Ven, sígueme, Kaila –dijo Endymion girando en dirección contraria a Kaila y dirigiéndose hacia la salida.
Una vez que se fueron Serenity volvió a su habitación, en silencio. Al entrar cerró la puerta con llave, y, sin poder evitarlo se arrodilló en el piso mientras que lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos. Luego de unos instantes su llanto silencioso se convirtió en un mas notorio sollozo.
"No... no... él... él no sería capaz... no entiendo¿cómo es esto posible?" Pensó la reina "Endymion¿por qué me haces esto? Yo... yo no me lo merezco... puedo perdonar el que no me ames¿pero engañarme? Eso va en contra de todos tus principios... eres el rey de Tokio de Cristal... no entiendo¿cómo pudiste?"
Finalmente, luego de varios minutos, Serenity dejó de llorar. Lentamente se levantó, quitó las lágrimas de sus ojos con sus manos, y se echó sobre su cama.
"Soy la reina de Tokio de Cristal, mi deber es mantener la paz" fueron sus últimos pensamientos antes de quedar dormida.
Tokio de Cristal. En algún lugar del bosque...
-Endymion... oh mi dulce Endymion¿cómo estas? –preguntó Kaila muy alegre, abrazando a Endymion.
-Ah.. bien –respondió bruscamente, alejándose de Kaila. –Por favor no... alguien puede verte.
-No comprendo por qué estás así Dimi, de cualquier forma todos lo sabrán pronto. –dijo Kaila más tranquila, pero mirando directamente a los ojos de Endymion. –Y una vez que robes el Cristal podremos empezar nuestro propio reino, y quién sabe, tal vez te dé el varón que tanto deseas.
Había algo en el tono de voz de Kaila, que lo hizo sentir extraño.
-¿Qué quieres decir?
-Todo a su debido tiempo Dimi –dijo Kaila sonriendo –Sólo preocúpate por robar el Cristal de Plata ¿sí? Luego hablaremos de nosotros. Ahora debo irme, pero te veré luego.
Y antes de que Endymion pudiera decir algo, Kaila ya se había ido.
Tokio de Cristal. Palacio.
-Veo que has vuelto –dijo Serenity al ver a Endymion entrar en la habitación.
-Sí, yo ah.. salí a dar una vuelta –dijo Endymion mirando al techo. –Serenity, creo que deberíamos hablar.
-Yo no. Escucha, ya entendí todo. Como reyes de Tokio de Cristal debemos de mantener la paz, cosa que ya hemos logrado. Sin embargo sería fatal el que salga a la luz que estamos teniendo problemas, como ya sabes pronto se acercará el baile de inicio de primavera y debes de llevar a la persona que más amas. Bueno, esta vez se hará un excepción y me llevarás a mí, que es lo que todos esperan. Nuestros problemas no pueden salir de este palacio. No te voy a decir lo que tienes que hacer con tu vida, pero hagas lo que hagas, procura no ser muy público.
-¿Quieres decir que ni siquiera vas a tratar de salvar nuestra relación? –preguntó Endymion luego de escuchar a Serenity hablar con tanta seriedad.
-Tú te encargaste de destruirla totalmente –dijo Serenity con severidad.
-Como quieras –dijo Endymion ahora molesto. Ella no me ama... me equivoqué. –Voy a salir.
Una vez que Endymion ya no estaba en la habitación, Serenity emitió un profundo suspiro, tratando de contener sus lágrimas. "Debo ser fuerte" pensó "por el bien de todos."
